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Saqueos Venezuela 2016

Sociólogos coinciden en que el hambre y la rabia son el combustible de los saqueos
Dos sociólogos explicaron a Runrun.es cómo estos actos están influidos por la necesidad de conseguir comida o, al menos, bienes que puedan intercambiarse por obtener alimentos. Consideran que lo saqueos no pueden ser vistos solo como actos delincuenciales, aunque admiten que los criminales se valen de la población que protesta para estimular estos actos vandálicos

 

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EL ESTADO SUCRE LLEVA MÁS DE UNA SEMANA en los titulares de las noticias nacionales. Protestas, cierre de vías y saqueos han pasado a ser la expresión de un pueblo que se cansó de comer mangos y arenques. La tensión llegó a su nivel máximo este martes 14 de junio, cuando Cumaná, la capital de la entidad, fue el epicentro de actos vandálicos que se prolongaron durante horas y dejaron como saldo un muerto, 400 detenidos y decenas de comercios saqueados en al menos ocho zonas distintas de la ciudad.

El reporte de la sección Sucre del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) arrojó un dato clave. Aunque hubo mucha participación popular en los saqueos, quienes los iniciaron fueron, en gran medida, grupos delincuenciales que se infiltraron en las manifestaciones.

“En esta gran obra del hambre, la población es el coro y quienes llevan la voz cantante son los que están entrenados en violencia y delito. Una persona normal no se atreve a romper un vidrio. Pero si llega otra persona que lo rompe, entra al sitio y saca algo, el padre de familia que tiene hambre también entra y busca comida”, afirmó Roberto Briceño León, sociólogo y director del OVV.

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Pero la actuación de los delincuentes en estos saqueos no elimina una de sus motivaciones principales. Para dos sociólogos especialistas en temas de violencia, lo sucedido en Sucre es una expresión más de la rabia y la impotencia que se siente en el país a raíz de la escasez de comida. Esto a su vez se asocia con los más de 200 saqueos y conatos de saqueos que se han producido en el país en lo que va de año. Sólo en mayo se contabilizaron 86 sucesos contra supermercados, mercados populares, depósitos y transportes de alimentos.

“El saqueo no se puede ver sólo como un acto delincuencial. Los criminales se valen de la población que protesta y se molesta porque no tiene comida en su casa aún teniendo dinero en el bolsillo. Los ladrones también tienen hambre y roban al igual que lo hicieron los policías en Cumaná y como lo hizo cualquiera. Estamos en un nivel de sobrevivencia y esta es una lucha descarnada. Ese es el comportamiento del ser humano y del animal que tiene que garantizar la comida a la familia y los hijos”, explicó Briceño León.

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El sociólogo apuntó que en los comercios afectados hubo destrozos más allá de lo necesario. “Eso está relacionado con la inmensa molestia de la población por los abusos del Estado en la distribución. Lo que pasó en Cerezal –donde hubo protestas durante tres días y murió un joven de 21 años a causa de la represión de las fuerzas de seguridad– , el hecho de que no llegaba la comida de los Comités Locales de Almacenamiento y Producción (Clap), causa una irritación que provoca estas situaciones”, dijo.

En un comunicado del OVV, Briceño León destacó que los CLAP constituían un mecanismo de exclusión social y de segregación y que habían creado una “sensación de injusticia” en la población.

“Los CLAP son una manera de generar lealtad política mediante la distribución de la comida que deja fuera a los no afectos al Gobierno que hoy son la inmensa mayoría. Son una forma privada de distribución, porque los comités no son parte del Estado, pero sí tienen filiación política. Vamos hacia una protesta y molestia generalizada en el país con saqueos, estallidos y enfrentamientos cada vez mayores, ante los cuales la única alternativa que le queda al Gobierno es la represión”.

El momento de la tensión

Luis Cedeño, sociólogo y director de la ONG Paz Activa, relaciona los saqueos con la tensión social del momento actual, la cual está determinada por los medios que se utilizan para conseguir un fin.

“En este caso –detalló– el fin es la comida y el medio para obtenerla es el saqueo. Si el medio no está disponible, si es inaccesible, la tensión se incrementa porque esto significa que la gente no tiene los medios para alcanzar los fines”, sentenció.

Dentro de su análisis, el especialista incluyó otros factores que han impulsado los saqueos, como la ausencia de la autoridad y la matriz de la guerra económica, difundida desde el gobierno de Nicolás Maduro, que sitúa a los comerciantes y empresarios como los culpables del desabastecimiento y los altos precios. Por eso son ellos quienes sufren los ataques.

El “homo economicus” saquea

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En cada saqueo, señaló Cedeño, hay promotores que incitan al acto vandálico. Estos suelen ser individuos que están fuera de la ley, tal como los que actuaron en Cumaná. Hay otros que son observadores, que están alrededor de los primeros y que pueden decidir el siguiente rol a cumplir en el momento. “Es ahí cuando se desdibujan los niveles morales, cuando bajan los niveles de tolerancia y se decide si se participa o no en el saqueo”, recalcó el especialista. Por último, hay otros que en lugar de actuar, permanecen como espectadores y sancionan o increpan a los saqueadores para ejercer un control informal.

Pero incluso quienes saquean, arrastrados o no por el comportamiento del grupo, lo hacen de una manera racional. Allí influye la postura del “homo economicus”, término con el que se designa al ser humano como elemento del proceso de la producción y el intercambio de bienes económicos.

Intento de saqueo de gandola en la Circunvalación Norte de Barquisimeto
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Es en ese proceso que la racionalidad apunta no sólo hacia los bienes escasos, sino hacia aquellos que tienen más valor. Por eso, Cedeño consideró que los saqueos a tiendas que no venden productos alimenticios no pueden ser sacadas del contexto del hambre que se sufre en el país. Al final, el bien que se robe podrá ser también intercambiado por comida.

“En una situación de escasez como esta, cualquier cosa tiene un valor intercambiable. Quien saquea tiene un comportamiento racional, porque actúa para conseguir comida para lograr la sobrevivencia. Lo que no es racional es el daño excesivo que se produce en ese momento”, completó Briceño León.

Cerezal: Manual para la represión de protestas en Venezuela
Dispararon, golpearon, acorralaron. Los funcionarios policiales y efectivos militares que castigaron a quienes manifestaban el pasado viernes 10 de junio en este pequeño pueblo del estado Sucre, dejaron al descubierto que sus métodos pisotean cualquier normativa que pretenda controlar el uso de la fuerza de los agentes del Estado. Runrun.es muestra, a través de un análisis de los hechos y un vídeo, las irregularidades de estos sucesos que se cobraron la vida de un joven

 

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EL ASESINATO DE LUIS OSMEL FUENTES, el joven de 21 años de edad, que cayó durante una manifestación por comida en la población de Cerezal, estado Sucre, ocurrió por el abuso de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad del Estado. Una bala impactó en su pierna, le fracturó el hueso y le perforó la arteria. Murió en menos de 24 horas. Junto a él, una decena de personas sufrió las consecuencias de una serie de irregularidades cometidas por los funcionarios. Quienes protestaban pacíficamente recibieron golpes, así como lesiones de proyectiles provenientes de armas de fuego accionadas por los uniformados.

La tarde del pasado viernes 10 de junio, cuando Fuentes fue herido mortalmente, la represión se desencadenó de manera inesperada. Los manifestantes habían cerrado en horas de la mañana la Troncal 9, que comunica a Cumaná con Carúpano, para exigir que les entregaran las 400 bolsas de comida que los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) les habían prometido. 

En los videos que circularon sobre el hecho se escuchó cómo, apenas un minuto antes de las detonaciones, mientras varios protestantes discutían airadamente con los efectivos que los rodeaban, otros pedían que no les dispararan. Pero de un momento a otro, el panorama de la protesta cambió. Las armas que hasta el momento habían apuntado al suelo o al cielo, se levantaron hacia los manifestantes que querían alimentos. 

VIDEO | A balazos reprimieron protesta por comida en Cariaco

La represión dejó 12 heridos y un muerto. La diputada a la Asamblea Nacional por el estado Sucre, Milagros Paz, indicó las nalgas y las piernas fueron las partes del cuerpo a las que llegaron los proyectiles que lesionaron a los manifestantes. No se reportó ningún funcionario lesionado. En el suelo quedaron las muestras de la violencia contra el pueblo: conchas de bala, cartuchos de fusil y restos de perdigones.

Por el asesinato, hasta ahora, hay una detención: la del sargento mayor de tercera de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Carlos Eduardo Moreno Licet.

Fusiles de guerra en una protesta

Las irregularidades de lo sucedido se percibieron desde antes de que comenzaran los balazos y eso lo confirmó el comisario Luis Godoy, ex jefe de la División de Homicidios de la antigua Policía Técnica Judicial (PTJ), quien describió el armamento que llevaba cada uno de los cuerpos de seguridad que estuvo en el lugar.

La Policía del Estado Sucre, apuntó Godoy, portaba escopetas, únicas armas permitidas para mantener el orden público. Sin embargo, se desconoce si estaban cargadas con perdigones de goma o plástico, o si en su lugar tenían proyectiles de plomo.

Los efectivos de la Guardia Nacional, formados para lidiar con estas situaciones, portaron en cambio un armamento que constitucionalmente tienen prohibido usar para controlar las protestas: fusiles de guerra AK-47.

Por último, un grupo de civiles vestido con jeans, camisa clara y chaleco antibalas, presumiblemente del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) o del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, exhibió sus pistolas 9 mm, arma que tampoco se puede utilizar contra los manifestantes.

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Aunque el artículo 68 de la Constitución Nacional garantiza el derecho de los ciudadanos a manifestar pacíficamente y “prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas” en el control de estas protestas, hace año y medio el Gobierno de Nicolás Maduro dictó una medida que contraría lo escrito en la carta magna.

La resolución 008610 del Ministerio de la Defensa, publicada en Gaceta Oficial el 27 de enero de 2015, avala el «uso de la fuerza potencialmente mortal, bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal», como un último recurso que permita evitar «desórdenes, apoyar la autoridad legítimamente constituida y rechazar toda agresión».

Esta norma, criticada por los especialistas en seguridad y defensores de derechos humanos, fue la que permitió que se utilizaran fusiles y pistolas contra la población de Cerezal. Godoy detalló que la medida no sólo viola la Constitución, sino que también va contra lo establecido en acuerdos internacionales suscritos por Venezuela en esta materia.

«Está prohibido portar armas letales porque el funcionario es un ser humano y ante una agresión puede actuar y, si se siente en peligro, las va a usar. Los funcionarios deben usar equipos especiales, como un casco con una visera espacial, por si hay vidrios, así como escudos y uniformes acolchados. La única arma permitida es la escopeta con perdigones de plástico. Si se detecta que un organismo del Estado utiliza armas de fuego letales contra los manifestantes, eso debe ser penado», agregó el comisario. 

“La forma como vienen actuando los cuerpos armados del Estado en el control de manifestaciones es consecuencia de la creciente represión que se vive en el país, la ejecución del estado de excepción y de la Resolución 08610 mediante la cual el gobierno autoriza a los cuerpos policiales y la Fuerza Armada a usar armas en el control de manifestaciones”, señaló en un comunicado la organización defensora de los derechos humanos Provea, a raíz de la muerte de Fuentes y de otras dos personas que cayeron en medio de protestas y saqueos en el plazo de una semana. Todos fueron agredidos por uniformados.

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Los mismos hechos fueron condenados por la organización Cofavic, conformada mayoritariamente por víctimas del mayor estallido social de los últimos 30 años: El Caracazo.

«Como la ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la regla general establece que el uso de la fuerza letal y las armas de fuego por parte de agentes de seguridad estatales debe estar prohibido. Su uso excepcional debe estar formulado por ley, y ser interpretado restrictivamente de manera que sea minimizado en toda circunstancia, no siendo más que el ‘absolutamente necesario’ en relación con la fuerza o amenaza que se pretende repeler. Cuando se usa fuerza excesiva toda privación de la vida resultante es arbitraria, por lo que solamente deberá hacerse uso de la fuerza ‘o de instrumentos de coerción cuando se hayan agotado y hayan fracasado todos los demás medios de control’. Además, en los supuestos en que se justifique el uso de la fuerza letal, el mismo debe ser ‘planeado y limitado proporcionalmente por las autoridades'», citó la organización.

Ignorancia oficial

Lo sucedido en Cerezal puso en duda la calidad de la formación que los uniformados han recibido para encarar una protesta. A Godoy, por ejemplo, le llama la atención que ni guardias ni policías se hayan alineado en un cordón para frenar el paso de los manifestantes. Más bien permanecieron sin una formación clara, sin marcar el territorio que ocupaban. Tal actuación señala que desconocían incluso cómo debían actuar frente a los manifestantes.

La Ley Orgánica del Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana establece, en su artículo 68, que el uso de la fuerza por parte de estos funcionarios «estará orientado por el principio de afirmación de la vida como valor supremo constitucional y legal, la adopción de escalas progresivas para el uso de la fuerza en función del nivel de resistencia y oposición de la ciudadana o ciudadano, los procedimientos de seguimiento y supervisión de su uso, entrenamiento policial permanente y difusión de instructivos entre la comunidad, a fin de facilitar la contraloría social en esta materia. El traspaso en el uso de la fuerza mortal sólo estará justificado para la defensa de la vida de la funcionaria o funcionario policial o de un tercero».

Basándose en este apartado, el Manual de Uso Progresivo y Diferenciado de la Fuerza Policial indica en su normativa que «la presencia y el diálogo deben ser los métodos habituales del funcionario policial para la solución de los conflictos» y que «el uso de la fuerza física sólo se justifica ante el agotamiento del despliegue táctico y el diálogo con sus respectivos subniveles (investigativo, persuasión, advertencia y amenaza), o cuando las circunstancias impidan su establecimiento».

Pero en Cerezal, la represión comenzó sin un detonante aparente. A juzgar por las imágenes del video, la protesta era pacífica y las fuerzas del Estado arremetieron contra los manifestantes no sólo al accionar sus armas contra ellos sino también al agredirlos físicamente por medio de patadas y empujones. En los videos difundidos, se ve cómo arrastran a personas que estaban en la tranca y que, al comenzar las detonaciones, corrieron a refugiarse en las calles contiguas a la vía principal. Hasta allí arribaron los uniformados para atacarlos.

Godoy advirtió que en la protesta no se traspasó el cordón de los uniformados –nunca existió–, ni tampoco se atacó a los funcionarios con ningún tipo de arma. Los niveles del «Método de Uso Progresivo y Diferenciado de la Fuerza Policial», conformado por siete pasos que incluyen la presencia, el diálogo y la negociación, fueron pasados por alto. La brutal respuesta de los cuerpos de seguridad ante los habitantes del pueblo no haya asidero.

«En mi nombre y en el del Foro Venezolano de Investigación Criminal exigimos al Defensor del Pueblo que cumpla sus funciones. Exigimos su pronunciamiento y si no que renuncie», sentenció el comisario, quien lamentó no haber visto que se destituya a altos funcionarios del Estado por estos hechos. «El grave problema que existe en los cuerpos policiales es que están comandados por militares que tienen una formación académica distinta. Eso va contra la ley, porque estos cuerpos deben tener carácter civil», añadió.

 

Angélica Lugo Jun 13, 2016 | Actualizado hace 7 años
¿Qué hacer ante un saqueo?

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El director de Protección Civil Sucre, Gabriel D’ Andrea, recomienda a las personas que presencien un saqueo, que hagan lo posible y se alejen. A su juicio, los últimos hechos registrados en el municipio son actos vandálicos y robos cometidos por bandas que en su mayoría están integradas por adolescentes

Los diez primeros días de junio se registraron al menos 47 saqueos en todo el país. Estos reportes, así como los intentos de saqueos en varias estados de Venezuela han sido virales en las redes sociales. Aunque el director de Protección Civil Sucre, Gabriel D’ Andrea, considera que los últimos hechos registrados en el municipio son actos vandálicos y robos cometidos por bandas que en su mayoría están integradas por adolescentes, el funcionario recomienda a las personas que presencien un saqueo, hagan lo posible y se alejen, sin exponer su integridad.

“Lo mejor que pueden hacer las personas es alejarse con calma, sin correr o exponerse. En el caso de los comerciantes, desalojar a los clientes y cerrar el establecimiento, si se percatan que en las adyacencias hay un saqueo y, posteriormente, notificarles a las autoridades para que actúen. Si los encargados de un negocio no pueden cerrar el área y son víctimas de un saqueo, es importante que no se opongan o hagan resistencia, pues los delincuentes pueden tomar acciones en su contra y si están armados, pueden atacarlos o herirlos”, sugirió el director de Protección Civil de Sucre.

Runrun.es preparó unas recomendaciones de lo que debería hacer una persona si presencia un saqueo.

1. Prepárese. Familiarícese con la zona. Analice el lugar del comercio: centro comercial o calle en la que se encuentra. Una vez dentro del local ubique salidas de emergencia, corredores de servicio, almacenes o depósitos internos. Prepare mentalmente un plan de salida en caso de una emergencia.

2. Mantenga la calma. Los saqueo son momentos tensos, de ebullición emocional. Evite confrontaciones, las personas llevándolo a cabo no tienen pensamientos racionales están buscando alimentos o dinero, trate de mantenerse lejos de cajas registradoras, cajeros automáticos, anaqueles y cavas de refrigeración de alimentos.

3. No corra, camine. Correr o moverse con rapidez hace que llame la atención. Camine de manera pausada y con la mirada hacia el piso, evite ver la cara de los saqueadores, pues puede causar una agresión.

4. Mantenga a sus seres queridos cerca. En un estado de conmoción se pueden crear escenarios de pánico, trate siempre de mantener a sus familiares o amigos cerca. Si está acompañado de un niño, cárguelo en sus brazos para evitar heridas en el momento que se genere una estampida.

5. No se involucre. Si se encuentra en medio de un saqueo lo último que quiere es involucrarse en el acto vandálico, pues será víctima de otros saqueadores, de los dueños del local y de las autoridades competentes. Trate de salir del lugar o manténgase resguardado dentro del mismo, pero evite formar parte del saqueo.

6. Manténgase informado de lo que está pasando. Un saqueo puede ser un evento puntual o parte de un fenómeno más grande, infórmese antes de partir a cualquier otro lugar.

7. Observe el flujo de personas.  El movimiento en masa indica salidas que pueden ser utilizadas para evacuar un comercio. No camine directamente hacia la salida, utilice una vía alterna que lo lleve hasta a escapatoria más cercana. Si camina en la vía de tránsito de los saqueadores correrá el riesgo de ser empujado y pisoteado.

8. Esté preparado para pelear. En algunos casos la confrontación es inevitable. Esté preparado a combatir contra personas que no lo dejen salir de un local o evadir una situación de peligro.

9. Contacte a familiares. Informe a sus familiares y seres queridos al encontrarse fuera de peligro. Si puede informe a otros usuarios vía redes sociales.

10. Conduzca apropiadamente si está en un vehículo. A menos que su automóvil sea el foco de la multitud enojada en los disturbios, se debe quedar en el carro y maneje con la mayor calma posible para que las personas tengan tiempo de ir hacia atrás y que puedan darse cuenta de que usted habla en serio.

11. Evite las zonas de alto tráfico: Se deben evitar las áreas que son más propensas a estar con presencia de multitudes.

12. Muévase en un área cerrada. Los disturbios ocurren por lo general en las calles y no dentro de los edificios. Cualquier edificio con un sótano, puede ayudarle a ocultar de una revuelta. Si una situación irregular le agarra desprevenido en la calle, trate de pedir resguardo dentro de una vivienda con los dueños del inmueble.

13. Si está en su casa durante un saqueo, busque resguardo: Permanezca en habitaciones que no conduzcan directamente al exterior para evitar ser golpeado por las piedras, balas u otros proyectiles. Si siente que está en riesgo en el interior de su apartamento, busque al menos dos salidas en el edificio en caso de que tenga que salir de prisa.

14. Lleve una solución para el lavado de los ojos en caso de que se exponga a gases lacrimógenos: Si le preocupa que usted pueda estar expuesto a gases lacrimógenos, tenga una solución de antiácido líquido a la mitad y la mitad de agua y aplíquelo en los ojos si lo considera necesario.

La guerra del hambre: 3 muertos y 47 saqueos por comida en 10 días
En este período ya se ha registrado más de la mitad de los eventos violentos que se produjeron en mayo, mes que a su vez rompió el récord de saqueos del último año y medio. Aunque la represión de los cuerpos de seguridad ya suma tres víctimas fatales, está lejos de contener el fenómeno

 

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SIN PAUSA. LOS PRIMEROS 10 DÍAS de junio no dejaron una jornada libre de saqueos y conatos de saqueo de productos de la canasta básica en el país. Todo lo contrario: el seguimiento de estas acciones vandálicas señala que el fenómeno se intensifica con cada momento que pasa.

El recuento de hechos, elaborado por Runrun.es, arroja 29 saqueos consumados y 18 intentos. En total, durante los primeros 10 días de junio hubo 47 eventos violentos, lo que significa que por cada 24 horas ocurrieron, en promedio, al menos cuatro saqueos o conatos de estos.

El gráfico a continuación muestra la cuenta completa de estos sucesos por cada jornada. Los episodios se llevaron a cabo en 16 estados.

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El martes 7 de junio fue la jornada que, hasta ahora, ha registrado la mayor cantidad de saqueos de los últimos 40 días: 12 en 8 estados del país. Las explosiones se vieron en pequeñas poblaciones, como Boca de Uchire, y hasta en capitales como Maracaibo, Barcelona y San Juan de los Morros.

Junio sigue la tendencia del aumento de saqueos que se presentó en mayo, cuando se rompió el récord de saqueos y conatos de saqueo en el último año y medio. En total, en ese mes hubo 86 acciones vandálicas, cometidas contra vehículos, supermercados, abastos y depósitos de alimentos. Ahora, en sólo 10 días, se han ejecutado 47, más del total de abril pasado, cuando hubo 41.

Tres muertos en 10 días
Intento de saqueo de gandola en la Circunvalación Norte de Barquisimeto
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Antes estos sucesos, el Estado ha respondido con medidas de represión que han dejado tres muertos en esta última semana, de acuerdo con cifras presentadas por Provea. La primera víctima fue Jenny Elizabeth Ortiz Gómez, de 42 años, quien cayó al recibir disparos de perdigones en el rostro en medio del saqueo de un camión de Carnes Venezuela en Táchira.

José Antonio Tovar, de 21 años, murió cuando la Guardia Nacional intentó controlar los saqueos que sucedieron el pasado 9 de junio en Petare, hecho donde varias personas resultaron heridas de bala. El viernes 10 de junio, habitantes de Cerezal y el muelles de Cariaco, en el estado Sucre, quedaron lesionados con perdigonazos ante los conatos de saqueo que allí se presentaron. En estos eventos murió Luis Josmel Fuentes, de 21 años.

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Los actos vandálicos también han dejado decenas de detenidos en varias entidades del territorio nacional. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha contenido los saqueos ni las protestas por comida que muchas veces terminan de forma violenta.

Para el abogado criminólogo Luis Izquiel, la repetición de estos delitos encuentra una explicación en la falta de acción de las autoridades. «La anarquía se transmite tanto como la impunidad. A veces, las culpas del gobierno las terminan pagando los comerciantes que quedan arruinados por los saqueos», apuntó a Runrun.es.

 

Mini Caracazos se multiplican en ciudades del país

LAS PROTESTAS EN VENEZUELA son cada vez más masivas, violentas, frecuentes y responden a razones diversas, describe el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS). Entre enero y abril de 2016, la ONG documentó 2.138 protestas en el país. Los motivos de estas expresiones de insatisfacción popular van desde la escasez de alimentos, falta de medicamentos, falla en los servicios públicos hasta la inseguridad.

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Caracas, que hasta hace poco era una excepción en el mapa de las protestas, ha comenzado albergar manifestaciones populares de mayor intensidad, que al igual que las que ocurren en ciudades del interior del país, terminan con represión por parte de los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional Bolivariana.

Sectores como La Vega, Catia, Petare, La Urbina y el centro de Caracas han sido epicentro de protestas y conatos de saqueo, los cuales en algunos casos han llegado a consumarse. La escasez de comida y las fallas en el servicio de agua son las principales razones del reclamo popular.

Estos eventos comparten una característica en cuanto a su evolución: comienzan con saqueos o intentos de saqueos y se han convertido en pequeños estallidos sociales que podrían tener similitudes —en su manifestación mas no en su dimensión y resultado— con el Caracazo. Vandalismo, quema de cauchos, cierre de vías, violencia y brutal represión de los cuerpos de seguridad del Estados definen estos hechos. Los eventos se han desarrollado en ciudades como Maracaibo (Zulia), Valencia (Carabobo), Maracay (Aragua), Mérida (Mérida), Guarenas (Miranda), Barquisimeto (Lara) y Caracas.

En el caso de la capital del estado Zulia la situación se prolongó por más de 24 horas, los saqueos y enfrentamientos en la intercomunal Maracay-Turmero duraron más de 12 horas y se caracterizaron por una fuerte represión ejecutada por la Guardia Nacional. En todos los casos, la respuesta del Gobierno ha sido la militarización.

Runrun.es presenta una línea de tiempo con los principales eventos ocurridos en 2016.

Mapa: Dónde y cuándo ocurren los saqueos por comida en Venezuela
Abril cerró con 30 saqueos de camiones y establecimientos de venta de alimentos. Se trata del mes con el mayor número de eventos de esta naturaleza ocurridos en 2015 y lo que va de 2016

 

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LAS PROTESTAS A RAÍZ DE LOS APAGONES en Zulia, aunadas a la escasez de productos básicos y la inflación, convirtieron al pasado abril en el mes con mayor cantidad de saqueos e intentos de saqueos.

En esos 30 días, en total, hubo 41 eventos de esta naturaleza: 11 intentos de saqueos y 30 saqueos consumados. En el siguiente mapa de pueden ver los detalles de lo ocurrido en marzo y abril.

Fue en marzo cuando los saqueos (10) ejecutados superaron a los intentos de saqueo (9) y ese fenómeno se acrecentó todavía más en abril, de acuerdo con una revisión hecha por Runrun.es. 

La suma de las cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) –que entre enero y febrero de este año contabilizó 64 saqueos e intentos de saqueo– y las obtenidas por Runrun.es entre marzo y abril, indican que durante los primeros 4 meses del año se han producido 127 acciones vandálicas de este tipo.

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En la capital zuliana, las revueltas ocurridas entre el martes 26 y las primeras horas del miércoles 23 abril dejaron 73 comercios afectados –24 de estos fueron saqueados en cinco eventos distintos– y 103 detenidos.

Cuatro factores potencian los saqueos, de acuerdo con el sociólogo y experto en temas de violencia Luis Cedeño: erosión del salario, escasez, desmovilización laboral y la matriz de opinión que transfiere la carga de culpa por la falta de alimentos a los comerciantes.

El también coordinador de la ONG, Paz Activa, explicó que los ciudadanos han disminuido sus acciones en sus diferentes roles pues sienten que sus ingresos no compensan sus esfuerzos. En el caso de los policías la inconformidad con su realidad salarial se manifiesta de distintas maneras. “La policía hoy día siente que no tiene la responsabilidad de intervenir en este tipo de hechos de violencia, como los saqueos y los linchamientos. Que lo que ganan, lo que reciben a cambio no compensa los riesgos que deben enfrentar. Y entonces lo que hay es una conducta permisiva. La gente ha notado que la función policial ha disminuido y aprovechan esa situación.”, dijo.

Pero en parte los funcionarios no dejan de tener razón. “Una pareja de patrulleros no está en capacidad de enfrentar o controlar a una multitud de 100 de personas violentas y armadas con objetos contundentes. Por otra parte, las policías municipales no tienen funciones de orden público, y podrían argumentar que los saqueos son hechos de orden público”, señaló el sociólogo. Sólo las policías regionales y la Policía Nacional Bolivariana tienen los equipos y la potestad legal para controlar las protestas y manifestaciones.

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Abr 29, 2016 | Actualizado hace 5 años
Saqueos en Venezuela dejaron de ser meros intentos
Entre marzo y abril ocurrió el fenómeno: el número de saqueos ejecutados sobrepasó al de los intentos de saqueo. Sólo en el último mes hubo 33 eventos de esta naturaleza. Durante el año han sucedido 116
El estado Zulia es el territorio donde se ha consumado el mayor número de acciones vandálicas de este tipo. A raíz de los desórdenes que se han presentado allí desde el lunes, el Comando Estratégico de Operaciones aplica un dispositivo «anti-guarimbas y antisaqueos»

 

Visualizaciones: Jessica Aharonov | Foto principal: @marimagdys

“TENEMOS HAMBRE”. ESO DECÍAN las dos centenares de personas que la noche del martes pasado violentaron el portón rojo rojito del Centro de Acopio de la Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), ubicado en el sector Buena Vista de Petare, en Caracas. La turba, conformada en buena parte -de acuerdo con los relatos de testigos- por mujeres y jóvenes, se hizo con varios bultos de leche en polvo que cargó en carros y en motos rumbo a Campo Rico, una barriada cercana a la zona. El episodio es uno de los 25 saqueos ocurridos en un abril que aún no ha terminado, pero que ha rebasado los registros mensuales obtenidos durante 2016 de este delito.

Este abril y el marzo pasado comparten una particularidad. En ambos meses, los saqueos ejecutados superaron a los intentos de saqueo. El fenómeno era exactamente el contrario en los dos primeros meses del año. En enero, por ejemplo, el informe del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) indicó que hubo 19 intentos de saqueo y 10 saqueos consumados, mientras que en febrero, los intentos llegaron a 22 y los saqueos a 13. Los primeros, como se ve, solían ser más numerosos que los últimos.

Una revisión hecha por Runrun.es reveló que en marzo  de este año las cosas cambiaron. Ese mes hubo 10 saqueos sólo en el sector alimentario. Sin embargo, por primera vez, el número de intentos fue más bajo: 9. En abril, la aplicación de los racionamientos eléctricos, la escasez y el aumento de precios coció un caldo de cultivo que degeneró en 25 saqueos de mercados, abastos, farmacias y camiones de comida, en tanto que sucedieron 8 intentos. Así, las acciones vandálicas sobrepasaron con creces los desórdenes de quienes querían y no lograban robarse los productos que no tenían en su alacena. La suma de las cifras del OVCS y Runrun.es indica que, hasta el 27 de abril, 116 saqueos e intentos de saqueo se habían llevado a cabo.

Estas acciones violentas no son nuevas. La profundización de la escasez, cuyo índice oficial dejó de difundirse hace dos años, dejó ver los primeros sucesos de esta naturaleza en 2013, cuando comenzaron a verse los ataques hacia gandolas y camiones que transportaban distintas mercancías.

A medida de que transcurre el tiempo, los anaqueles están más vacíos y los números de este delito avanzan año a año. Según el OVCS, en 2015 hubo 287 saqueos e intentos de saqueo en Venezuela. La mayoría estaba dirigidos a transportes de carga de productos alimenticios y a expendios de alimentos.

Los reportes obtenidos en las últimas semanas tienen una palabra en común: desesperación. En casi todas las notas y comentarios, ya sea en medios de comunicación o en redes sociales, se utiliza el vocablo para explicar lo que motiva a una muchedumbre a apoderarse de lo que no le pertenece, lo que justifica el caos. Quienes saquean se desesperan en medio de largas colas por alimentos o al ver un camión volcado, o simplemente estacionado en la vía pública, con aquello que no tienen en su despensa. 

La Real Academia Española define a la desesperación como la “pérdida total de la esperanza” y eso parece haber sucedido esta semana en Maracaibo, estado Zulia, donde ha ocurrido el mayor números de saqueos en las últimas horas. Sólo entre marzo y abril, grupos de personas en esta entidad irrumpieron violentamente en 8 locales de venta de alimentos (mercados, automercados, panaderías) para llevarse su mercancía, se apropiaron de la carga de 5 camiones y se apoderaron incluso del inventario de un par de farmacias, otro de los productos que escasea que una Venezuela que está enferma y tiene hambre.

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Maracaibo y el plan anti-saqueos
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En la capital zuliana, las revueltas ocurridas entre el martes y las primeras horas del miércoles dejaron 73 comercios afectados -24 de estos fueron saqueados en cinco eventos distintos- y 103 detenidos.

Ya en la noche del lunes, los saqueadores habían hecho estragos en una panadería y en un farmacia, de donde se llevaron medicinas y equipos informáticos. El miércoles, corrió el rumor de que la ciudad sería militarizada. En esas horas se activó el «dispositivo de seguridad ‘anti-guarimbas’ y ‘anti-saqueos'», ejecutado por los militares de la Región Estratégica de Defensa Integral Occidental, bajo las órdenes del Comando Estratégico Operacional.

El reporte de las 24 primeras horas incluye el saqueo de cuatro comercios, tres de ellos de alimentos, califica como «descontento por el ahorro energético» a las protestas por los racionamientos eléctricos que, oficialmente comenzaron a aplicarse este lunes, aunque los cortes de luz ya se habían instaurado en las capitales del interior del país desde Semana Santa.

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Cuatro factores que potencian los saqueos

Los hechos de violencia colectiva, que han pasado de protestas, quema de cauchos y cierre de vías, a saqueos y actos vandálicos, están potenciados por cuatro factores, afirma el sociólogo y experto en temas de violencia, Luis Cedeño: erosión del salario, escasez, desmovilización laboral y la matriz de opinión que transfiere la carga de culpa por la falta de alimentos a los comerciantes.

El experto y coordinador de la ONG, Paz Activa, explica que los ciudadanos han disminuido sus acciones en sus diferentes roles pues sienten que sus ingresos no compensan sus esfuerzos. En el caso de los policías la inconformidad con su realidad salarial se manifiesta de distintas maneras. “La policía hoy día siente que no tiene la responsabilidad de intervenir en este tipo de hechos de violencia, como los saqueos y los linchamientos. Que lo que ganan, lo que reciben a cambio no compensa los riesgos que deben enfrentar. Y entonces lo que hay es una conducta permisiva. La gente ha notado que la función policial ha disminuído y aprovechan esa situación.”, explica Luis Cedeño.

Pero en parte los funcionarios no dejan de tener razón. “Una pareja de patrulleros no está en capacidad de enfrentar o controlar a una multitud de 100 de personas violentas y armadas con objetos contundentes. Por otra parte, las policías municipales no tienen funciones de orden público, y podrían argumentar que los saqueos son hechos de orden público”, señaló el sociólogo. Sólo las policías regionales y la Policía Nacional Bolivariana tienen los equipos y la potestad legal para controlar las protestas y manifestaciones.

Cedeño explica que el otro factor que potencia los saqueos es la escasez de productos básicos y medicamentos. “Existe una tensión clara entre la oferta y la demanda. No hay oferta de los productos que necesita la gente”.

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El tercer elemento que sirve de abono a los actos vandálicos y desvalijamiento de comercios es que se ha creado una matriz de opinión que transfiere la carga de culpa por la falta de alimentos a los privados. “Desde el Gobierno han hecho ver que no es un problema de escasez sino de acaparamiento. Que el responsable no es el Estado sino los comerciantes, y esto de alguna manera explica el porqué la gente arremete contra los establecimientos como abastos, farmacias y panaderías”, dijo el coordinador de Paz Activa.

El último factor que podría estar facilitando los saqueos es la desmovilización laboral, así denomina Luis Cedeño le medida del Gobierno de suspender las actividades en los entes del Estado de miércoles a domingo. Esto solo ocupa dos mediodía a los funcionarios públicos. “El ocio es un estado que facilita la sugestión y que lleva a las personas a participar en hechos en los que no intervendrían si estuvieran ocupados en sus trabajos. Esto aplica para los saqueos y los linchamientos”.

Saqueo en Petare: Detienen a 10 personas con las manos en la leche de CVAL

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La avenida 1A de Buena Vista, en Petare, amaneció militarizada este miércoles. Había un convoy de la Guardia Nacional en la entrada, con 20 efectivos repartidos entre la parte trasera del camión, un cafetín y la fachada de un edificio. Al final de la calle, que sólo tiene dos cuadras, había un par de vehículos militares con otro puñado de uniformados. Estaban justo frente al Centro de Acopio Petare de la gubernamental Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL), el escenario de un saqueo que había ocurrido horas antes.

«Gritaban ‘tenemos hambre’ y salían con las pacas de leche», relató un habitante de la zona que desde las 10 de la noche del martes comenzó a escuchar el escándalo de los saqueadores, que según él eran alrededor de 200. «A mí no me dejaban dormir, por eso me asomé varias veces por la ventana. Se llevaban la leche en motos. Iban y venían», apuntó el vecino. Mujeres y muchachos menores de edad, agregó, conformaban buena parte de la muchedumbre que había ido a robar.

A pesar de que se habían visto movimientos inusuales en la zona desde las 9 de la noche, los cuerpos de seguridad del Estado no aparecieron hasta la madrugada. Un hombre que vive en un edificio cercano aseguró que un grupo de 50 personas se apostó desde temprano a una media cuadra del establecimiento. «Cuando les pregunté por qué estaban ahí, me dijeron que iban a saquear el CVAL, porque desde hace días habían llegado unos camiones y la comida no se había repartido», señaló.

El CVAL funciona en la zona desde hace seis años. Según el jefe de seguridad del depósito, quien no quiso revelar su nombre, desde allí no sólo se distribuyen alimentos hacia Petare, sino también hacia el oriente venezolano. A media mañana, sólo alcanzó a decir que en el «hurto» se habían llevado productos perecederos. A esa hora, todavía se hacía el inventario para dar con el total de las pérdidas.

Con las manos en la leche

El comisario Manuel Furelos, director de la Policía Municipal de Sucre, afirmó que cuando la comisión de funcionarios llegó al sitio, vio a un centenar de personas dentro del depósito que tiene, al menos, 1.200 metros cuadrados de extensión. Habían forzado el portón metálico de la entrada, justo al lado de los rostros de Hugo Chávez y el Che Guevara que están pintados en la fachada del galpón.

«Los que lograron ingresar eran quienes sacaban la mercancía y otros, afuera, la recibían para llevársela en vehículos y motos», acotó el comisario.

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Polisucre debió pedir refuerzos de la Policía y la Guardia Nacional para atender la situación. A cuatro hombres los agarraron cuando se llevaban varios bultos de leche en la maletera de un Chévrolet Malibú. A otros, cuando cayeron de una motocicleta en la que intentaban huir. Al final, 10 personas quedaron detenidas, entre ellos un adolescente de 17 años. Johan Blanco (18), Gregori Rosa (37), Henry Arellano (18), Johan de Alba (37), Ronald Escalona (20), Pedro Rangel (47), Robimson Cáceres (37), Andrés Pérez (20) y Rubén Marín (28) fueron capturados con las manos en la leche. Sólo el último tenía un registro policial anterior por robo genérico.

Los testigos de Buena Vista aseveraron que la mayoría de los saqueadores provenía de la barriada de Campo Rico, ubicada al norte de la avenida Francisco de Miranda. Los guardias nacionales los repelieron con el sonido de los perdigones. «Lo que pasa es que la gente está harta, todos estamos hartos», indicó un vecino.

La turba no sólo atacó el depósito, sino que también intentó vulnerar las puertas de un abasto de la Francisco de Miranda. Hasta allí  llegó la muchedumbre cuando los uniformados tomaron el CVAL.

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«Yo supongo que lo que se iban a llevar era el licor, porque aquí usted ve que no hay comida», dijo el propietario del local que, en 32 años con el mismo negocio, jamás había sufrido una situación similar.

Aunque le avisaron de los hechos a las 2:30 de la mañana, el hombre no se atrevió a acercarse a su local. «¡Qué va a hacer uno! Ahora lo que me queda es reforzar la seguridad para minimizar las pérdidas», recalcó el comerciante.