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Elias Pino Iturrieta May 27, 2020 | Actualizado hace 3 semanas
Los rumores y el miedo

@eliaspino

En 1768, el colegio de los oratorianos de Lyon fue devastado por una multitud enfurecida. Había corrido la voz de que los religiosos albergaban en secreto a un príncipe manco, que necesitaba la colocación de partes provenientes de otros cuerpos para superar su  limitación física. ¿Cómo? Para lograr el cometido, de acuerdo con las historias que comenzaron a divulgarse, los sacerdotes capturaban a los jóvenes que pasaban por las cercanías con el objeto de amputarles un brazo para tratar de implantarlo en el cuerpo del presunto príncipe, quien aceptaba con entusiasmo la operación que le devolvería la plenitud de sus  facultades. Aterrada por la novedad, una muchedumbre asaltó el santo lugar e hirió de gravedad a veinticinco monjes.

Venían apareciendo en los periódicos las hipótesis sobre la posibilidad de la implantación de miembros en individuos sin el cuerpo completo, una probable cirugía hasta entonces desconocida que atrajo la atención de los lectores o se trasmitió a los analfabetos por comentarios incesantes en las tertulias y en la calle. A la vez, sufrían los oratorianos una campaña de desprestigio por haberse atrevido a reemplazar a los jesuitas en los planteles de enseñanza, después de su expulsión de Francia. Como la congregación de los hijos de san Ignacio gozaba de gran prestigio entre las élites, y también en estratos humildes de la sociedad, sus sustitutos fueron objeto de censuras generalizadas, la mayoría insostenibles, pero reiteradas sin freno. Pasto para los rumores, por lo tanto.

Más conocidos e impresionantes son los sucesos de la noche de san Bartolomé, año de 1572, cuando multitudes enfurecidas perpetraron una matanza de hugonotes en París y en otras ciudades francesas.

Durante cinco días ocurrió una masacre de hombres y mujeres indefensos, que eran desnudados en la calle y después ahogados en el Sena. Los jóvenes y los niños eran destripados frente a los templos en medio de general aplauso, y se perseguía con cuchillas a las mujeres encinta para evitar que trajeran al mundo una nueva generación de herejes. Fue tal el grado de inseguridad que se vivió en la capital, que se pensó en sacar a los reyes  del Louvre para evitar que fueran atacados.

Se habían interpretado unos recientes edictos de pacificación como regulaciones complacientes que preparaban el camino para el monopolio de la política por los reformados. Se había comentado en las calles que Montmorency, noble armado hasta los dientes y muy próximo al trono, quien avanzaba con tropas hacia París para evitar disturbios, simpatizaba  con algunos pastores cismáticos y estaba a punto de convertirse en uno de sus fieles. Para colmos, del matrimonio de Margarita de Valois con el protestante Enrique de Navarra, futuro candidato a la Corona, no se esperaba sino la entrega del poder a los hugonotes. Eran versiones insostenibles, porque la monarquía se mantenía fiel al papado y solo trataba de evitar el crecimiento de las tensiones; Montmorency seguía postrado ante el altar de la fe tradicional y la boda de los miembros de la familia real solo buscaba salidas de equilibrio ante las crecientes tensiones. Sin embargo, los temores del pueblo católico predominaron y sucedieron entonces los célebres desmanes.

Hay centenares de sucesos como los descritos, pero de todos se deducen elementos a través de los cuales se explica la aparición de los rumores y la cosecha de sus consecuencias. Vienen de un punto de partida asentado en la realidad, son fantasías con asidero en interpretaciones de hechos sucedidos anteriormente y sobre cuyo contenido real se exagera, pero que conducen a la manifestación de emociones colectivas que crecen progresivamente hasta llegar a la explosión.

La convergencia de varios episodios sometidos a las pulsiones de la sociedad, o relacionados con situaciones de injusticia o malestar que no parecen encontrar remedio mediante la acción de los poderes establecidos, desatan comportamientos irracionales que son capaces de modificar los procesos generales. No tienen un autor singular, debido a que son originados por la irracionalidad colectiva. De allí que aparezcan cuando los cálculos de los guardianes del orden no los esperan. Urden polvorines inadvertidos y de azarosa conclusión. Las inquietudes acumuladas se transforman en rumor, y el rumor influye en el rumbo de la historia por la inestabilidad que origina.

En general se considera a los rumores como productos de las sociedades preindustriales, cuyos poderes rudimentarios no pueden contener su divulgación. Se pudiera objetar la afirmación con solo recordar el pánico que se multiplica en New York a la altura de 1953, cuando Orson Wells anuncia en un programa de radio la invasión de los marcianos. Una propalación que podemos considerar como delirante produjo escenas de pánico colectivo como las que, según suponemos desde nuestras ínfulas de hombres civilizados del siglo XXI, solo podían suceder en la Edad Media cuando el predicador agitaba a masas ignorantes y sumisas.

Hoy las prédicas por los canales habituales de la tecnología, como el tuíter y otros conductos similares de gran penetración, no pocas veces son sabiamente fabricadas para producir conductas que se pueden considerar como esquizofrénicas, y aun como catatónicas.

Cuando la credulidad se enemista con la objetividad porque reina un descontento previo, o porque el entendimiento no puede superar sus limitaciones ante el desafío de comprender el entorno, o porque las frustraciones se pueden encaminar hacia un sendero hecho a la medida para poderes que actúan desde la trastienda, una ola de rumores de última generación no solo puede crear comportamientos pueriles, sino también pavores que no se descubren con facilidad porque son alimentados por la cotidianidad, porque no cuesta nada morder su carnada después de estar frente a la computadora.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Evalúan reducir horarios del Metro los fines de semana

 

 

En el seno del Metro de Caracas se evalúan diversas propuestas para solventar la crisis que sufre el servicio, entre las que se contempla reducir los horarios durante los fines de semana para realizar mantenimientos, según dio a conocer el presidente del sindicato de los trabajadores del Metro, Edison Alvarado.

“Estamos pensando en cambiar el horario para los sábados y domingos. Estamos funcionando desde las 5:30 para un flujo de personas que quizás no es tan grande”, explicó.

De igual manera, se estudia la necesidad de modificar las tarifas y determinar un “precio justo” para el usuario. Alvarado añade que el costo para elaborar el boleto es inferior a lo que se recibe al venderlo. En este sentido, informó que existe la posibilidad de que cambien la modalidad en la que se expiden, y que podrían utilizar la Tarjeta Inteligente o el Carnet de la Patria para recargar un número de viajes y reducir los gastos.

También contemplan empezar a fabricar ciertas piezas, que actualmente se importan, para prestar el servicio de transporte en el país.

El sindicalista insiste en que deben aplicarse medidas tarde o temprano para reducir la carga de un servicio que, argumenta, colapsó debido a que está diseñado para transportar a 750.000 personas y se ve obligado a operar para más de 3 millones de usuarios.

“Elaboraremos un plan nacional de propuestas para la misión transporte. Los transportistas plantearán soluciones para mejorar el sector”, agregó.

Rumores de paro

El sindicalista también comentó sobre los rumores de paro por parte de los trabajadores del Metro de Caracas, que se han difundido a través de las redes sociales. Aseguró que en ningún momento se realizará una medida como esa, y que los funcionarios que operan en el sistema están “comprometidos con el proyecto revolucionario”.

Denunció que ciertos trabajadores del Metro han motivado la “desestabilización” del servicio a través de estos rumores por las redes sociales. “Tenemos trabajadores identificados que en los próximos días rendirán declaraciones ante organismos de seguridad. Vamos a ir con todo el peso de la ley”, resaltó.

Los rumores de paro se gestaron desde el día jueves y hablaban de un presunto descontento por parte de los trabajadores de la empresa estatal, que exigirían una serie de condiciones, entre las cuales se encontraba la renuncia de Alvarado como presidente del Sindicato por “investigaciones de corrupción” y la destitución de la junta directiva.

A pesar de los rumores, durante la mañana del lunes el Metro de Caracas opera con normalidad.

Caracas Press Club invita al foro: Cuando los rumores nos desbordan ¿quién dice la verdad en las Redes Sociales?

 

RedesSociales

 

El Caracas Press Club, organización sin fines de lucro fundada en 1989, ha organizado el foro “Cuando los rumores nos desbordan ¿quién dice la verdad en la Redes Sociales?”

La iniciativa que cuenta con el apoyo del Teatro Chacao, surge a raíz de la abrumadora proliferación de información generada por fuentes no fidedignas, que mayormente provienen del ciudadano común que desconoce las reglas y técnicas básicas para obtener y transmitir información veraz y calificada. En la era del celular en mano, cualquiera se puede convertir en un transmisor, desvirtuando la realidad. De allí la preocupante ola de rumores que coexisten con laboratorios de inteligencia que manipulan la opinión pública con propósitos mezquinos.

El foro será moderado por el escritor y actual Presidente del Caracas Press Club, Leonardo Padrón quien contará con un grupo de panelistas altamente calificados. Entre ellos:

 

El editor Sergio Dahbar, hablará de las hordas tuiteras, noticias falsas y los portales repetidores.

Por su parte, el periodista y especialista en redes, Luis Carlos Díaz contará por qué la mentira es una amante sensual que tiene éxito en redes en momentos de desinformación y cómo hacer para contrarrestar esa seducción con estrategias al alcance de todos los que desean seguir siendo fieles.

Los corresponsales extranjeros Christian Veron y Carlos Becerra compartirán su experiencia como fotoperiodistas de campo y la visión que tienen en cuanto a la manipulación y el destiempo que se muestran en las fotografías.

Ronna Rísquez, jefa de la Unidad de Investigación de Runrunes, explicará el objetivo del periodismo de investigación y la importancia de la comprobación de los hechos, la identificación de mentiras y errores en los discursos. 

 

*Con información de Nota de Prensa Caracas Press Club

¿Cree la gente las mentiras del Gobierno? por Reyes Theis

mentiras

 

El uso de la mentira es algo delicado que requiere algunos elementos para que el contenido sea creíble por la audiencia. Lo fundamental y que sabe desde un niño hasta un marido infiel, es que la mentira debe ser creíble.

No entramos aquí en las consideraciones de orden ético, que sin duda, nos llevaría a defender la defensa de la verdad a ultranza. Pero la verdad es que la mayoría de políticos caen en la tentación de no decir información que moleste a la audiencia y como sus éxitos dependen del juicio de la opinión pública, mentir puede ser una vía expresa, pero peligrosa.

Una vez que el Gobierno venezolano ha logrado el control hegemónico de los medios de comunicación, se podría pensar que esta realidad podría facilitar la difusión de información falsa o de rumores que al no tener contrapeso periodístico, se acepte como verdad sin ningún tipo de resistencia por la audiencia.

Esa es la base de la Teoría de la Aguja Hipodérmica planteada por Harold Lasswell (EEUU 1902-1978): la audiencia es inerme y manipulable ante unos medios de comunicación todopoderosos. El detalle es que esta tesis en 2027 cumplirá 100 años y que la investigación en el campo de la comunicación ha demostrado que los valores, las experiencias, los deseos, sentimientos y diversos aspectos relacionados con la audiencia, juegan un papel importante para que esta acepte o no el contenido del mensaje.

Cuando el Gobierno señala a paramilitares colombianos de ser los responsables de la inseguridad en Caracas, el Gobierno cuenta con que su maquinaria hegemónica hará el trabajo para que la gente así lo crea, de igual forma cuando el presidente de la República Nicolás Maduro acusa al “imperialismo” y a la “derecha” de los disturbios y saqueos en San Félix, estado Bolívar.

Pero, ¿Le puede creer el ciudadano humilde de las barriadas caraqueñas al Gobierno, cuando en su día a día tiene que lidiar con los malandros, muchos de los cuales vieron crecer? Cuando además saben que si algo se asemeja al paramilitarismo colombiano es al uso de colectivos oficialistas, que muchas veces manejan el negocio de la droga y del robo de vehículos en el barrio.

¿Puede creer el venezolano que se sacrifica en largas jornadas de colas en supermercados, la tesis gubernamental de que los disturbios en los centros de abastecimiento son generados por la oposición o por EEUU, cuando conocen de primera mano la realidad, porque la sufren a diario?

A estas alturas de juego, la hegemonía comunicacional, si bien sirve de dique momentáneo, ya que la gente se demora un poco en conocer lo que acontece en otras partes del país, al final la información fluye y la gente se termina enterando por diversas vías, las redes sociales, Internet o la llamada de un familiar o amigo.

En este sentido, el tamaño de la basura que ha acumulado el Gobierno es tan grande que es imposible esconderla debajo de la alfombra y más bien, en la medida que insiste en la mentira como argumento, no solo se deslegitima frente a sus adversarios, sino que va perdiendo además la credibilidad frente a sus seguidores. Las cifras de la encuestas no son entonces fruto de la casualidad.

 

@reyestheis

Rumor sobre Fidel Castro vinculado a muerte de keniano con el mismo nombre

ODINGA

Rumores de la supuesta muerte del ex líder cubano Fidel Castro han inundado la red social Twitter en los últimos días, pero es probable que dicha especulación haya sido alentada por la muerte de una persona de alto perfil con el mismo nombre, reportó el portal británico Daily Mail.

Fidel Castro Odinga, el hijo de un importante político keniano, murió el pasado domingo a la edad de 41 años. Castro Odinga era el hijo de Raila Odinga, el principal líder de la oposición en Kenia, y era considerado el posible sucesor de su padre. Es posible que su fallecimiento y su nombre hayan confundido a varios usuarios de Twitter, y estos hayan empezado a regar la voz sobre la supuesta muerte del líder cubano.

Hasta ahora no ha habido ningún anuncio oficial de que el ex mandatario de 88 años haya fallecido, y en previas ocasiones rumores similares han sido transmitidos por las redes sociales.

Varios medios de comunicación de Venezuela y el portal digital Diario de Cuba anunciaron que el gobierno cubano había llamado a una conferencia de prensa con periodistas internacionales para el viernes, pero esa información fue negada por el régimen de La Habana.

“Eso es falso. No se convocó ninguna rueda de prensa”, dijo el viernes un responsable del Centro de Prensa Internacional (CPI), el departamento del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano que atiende a los medios extranjeros.

Los rumores sobre el supuesto deterioro de la salud del líder cubano también se han visto estimulados debido a que este jueves se cumplió un año de su última aparición pública, aunque en los últimos meses ha recibido a dignatarios extranjeros en su hogar en La Habana.

El jueves se cumplió un año desde la última aparición pública del ex gobernante. No ha hecho comentarios públicos sobre la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos anunciada el 17 de diciembre.

Cuba busca calmar nuevos rumores sobre muerte de Fidel Castro

fidelcastro

Las autoridades cubanas intentaban calmar este viernes los nuevos rumores sobre un supuesto deterioro de la salud de Fidel Castro, quien no aparece en público desde hace más de un año.

Varios medios de Miami, bastión del anticastrismo, afirmaron que las autoridades cubanas habían convocado a una conferencia de prensa para abordar este viernes los rumores que han circulado en las últimas 48 horas en las redes sociales, lo que fue desmentido por La Habana.

«Eso es falso. No se convocó ninguna rueda de prensa», dijo a la AFP un responsable del Centro de Prensa Internacional (CPI), el departamento del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano que atiende a los medios extranjeros. «Siempre lo anunciamos de la misma manera (mediante un correo electrónico a los medios), y no se mandó nada», agregó el responsable del CPI, quien no se pronunció, sin embargo, sobre el estado del expresidente de 88 años, retirado del poder por razones de salud desde 2006.

Las especulaciones, provenientes principalmente de medios y sitios de Internet de expatriados cubanos, circulaban profusamente este viernes en las redes sociales, alimentadas debido a que el «Comandante» no aparece en público desde hace un año y un día.

Fidel Castro hizo su última aparición pública el 8 de enero de 2014, cuando acudió a la inauguración de la galería del artista cubano Alexis Leyva «Kcho» -viejo amigo suyo- en el oeste de la capital. Entonces lucía encorvado y con dificultades para desplazarse.

En julio, recibió separadamente a los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin, en su hogar en el oeste de La Habana. Unas pocas fotos inmortalizaron estos encuentros. Desde entonces no se ha manifestado más que algunas pocas veces en columnas de prensa, publicadas por los medios oficiales cubanos, las dos últimas en octubre.

Su ausencia a mediados de diciembre al momento del histórico anuncio del deshielo en las relaciones con Estados Unidos y el retorno de los tres agentes cubanos liberados por Washington, alimentaron los rumores en la isla y en el exterior sobre su estado de salud.

Fidel no ha comentado públicamente el histórico acercamiento con Washington, celebrado por el mundo entero, que puso fin a más de medio siglo de enemistad.

Desde que el padre de la revolución cubana cedió el mando a su hermano Raúl, cinco años menor, tras una operación quirúrgica en julio de 2006, una decena de veces su estado de salud ha sido objeto de rumores sobre un supuesto deterioro, que ganan cada vez más eco debido a la creciente popularidad de las redes.