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Kremlin negó haber informado sobre retiro del personal de Venezuela

EL KREMLIN NEGÓ HOY que Rusia haya informado a EEUU de la supuesta retirada de expertos técnicos de Venezuela, en contra de lo que afirmó este lunes el presidente estadounidense, Donald Trump en un mensaje de la red social Twitter.

“Rusia nos ha informado de que han retirado a la mayoría de su personal de Venezuela”, dijo Trump en un breve tuit, a lo que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió que no se ha transmitido a Washington ningún mensaje oficial en este sentido. 

“Parece que se citó indirectamente a ciertos periódicos, porque Rusia no envió ninguna notificación en este sentido”, dijo en su rueda de prensa Peskov, según recoge la agencia TASS. 

 

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El diario The Wall Street Journal afirmó este domingo en un artículo, citando a una fuente “cercana al Ministerio de Defensa” ruso, que Moscú había reducido el contingente de especialistas de Rostec de mil personas a “unas pocas decenas”.

Pero esa corporación rusa, uno de los mayores productores mundiales de armas, aviones, helicópteros y otros equipamientos, desmintió hoy ese extremo. 

“Las cifras presentadas en el artículo de The Wall Street Journal respecto a la presencia de empleados de Rostec en Venezuela han sido exageradas decenas de veces. La composición de la representación no ha cambiado en años”, afirmó el servicio de prensa de la entidad a medios rusos.

El portavoz del Kremlin indicó que “hay expertos (en Venezuela) que se ocupan del mantenimiento de los equipos suministrados al país previamente”, tal y como ha recalcado Moscú siempre desde que se generó la polémica en torno a la presencia rusa en la nación latinoamericana.

“Este proceso continúa acorde a los planes, de manera que no sabemos qué significa ‘retirar la mayoría de su gente”, añadió Peskov.

Reuters Ene 25, 2019 | Actualizado hace 5 años
Embajada de EEUU evacua a personal de Caracas

LA EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS en Venezuela evacuó el viernes a parte de su personal, dos días después de que el presidente Nicolás Maduro anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas y políticas con Washington argumentando que está fraguando un golpe de Estado para sacarlo del poder.

Un convoy de al menos una decena de camionetas blancas y negras fue visto salir desde un sector cercano a la embajada estadounidense, en el este de Caracas, en una caravana cuyo paso fue protegido por agentes policiales, según un testigo de Reuters.

 

Los restos de la administración pública a punto de desaparecer, por Pedro Méndez Dager

 

Las informaciones que circulan en la Red, y los rumores, lo mismo que algunos de los titulares que aparecen en lo que resta de la prensa nacional, dan cuenta de una interminable sucesión de noticias que, a fuerza de ser frecuentes, causan un efecto contrario a lo esperado: pasan inadvertidas. Pero es inminente, el Estado venezolano colapsa día a día se desmorona peligrosamente bajo su propio peso, pronto no quedará quien apague la luz.

Así, por ejemplo, hemos sido advertidos de que “Los campos petroleros de Monagas, están desolados, por la renuncia masiva de trabajadores”.  Otra información reseña que “Venezuela, una de las más grandes reservas mundiales de petróleo, planea cerrar tres de sus más grandes refinerías debido a los recortes en el suministro de crudo y a la falta de personal”.  Pero similares situaciones se están viviendo en toda la administración pública, desde sus instancias nacionales hasta los niveles municipales: es un desplazamiento masivo de los servidores públicos hacia lo que sea. No se trata de que el sector privado esté absorbiendo ese recurso, porque allí se dan fenómenos análogos. Se trata de que la gente empieza a preferir quedarse en casa o utilizar el tiempo en conseguir la forma de “rebuscarse” con más ventaja que en el sector público, donde recibe un pago ridículamente escaso, insuficiente e inseguro, además de los malos tratos, la permanente amenaza de despido para todo aquél que no se pliegue a las conductas y consignas que el régimen genera, en busca del único objetivo en cuyo logro ha sido efectivo: controlar el poder.

Con excepciones muy circunscritas, los sueldos y salarios y demás condiciones de trabajo, habían venido siendo tradicionalmente modestos, por decir lo menos, a lo largo de toda la era democrática, como suele ocurrir en todo el sector público latinoamericano, por una serie de razones bien conocidas, pero, de manera especial, aquéllas relacionadas con la perversión estatista de los gobiernos, el manejo cavernícola de la política económica, el gigantismo burocrático, el clientelismo y el primitivismo gerencial en la gestión pública. Pero lo que estamos presenciando en Venezuela, desde hace más de dieciocho años, es el paroxismo de todos los vicios tradicionales, y la introducción de prácticas peores aún, cuando muchos creíamos que tal cosa no era posible. El resultado es el fracaso frontal de todo el proceso administrativo, y la ruina no solamente de la administración pública sino, junto con ella, del país entero. El que nos dejen a los que consigamos resistir y no derrumbarnos será un campo de ruinas irreconocible y yermo, para una tarea descomunal que requerirá de muchos años de consagración y dedicación patriótica, de muchos recursos y de los mejores talentos de la patria venezolana. Mientras no ocurra el milagro, es del máximo interés salvar lo salvable de la Administración, de las garras de los cuerpos represivos y ejecutores de la tierra arrasada decretada por el socialismo. Para todos, tirios y troyanos, esa entidad tan poco comprendida, tan mal llevada y tan esencial para la existencia de una sociedad moderna como lo es el Estado, debe ser mantenida y reforzada. Porque la parálisis del Gobierno y de la Administración, ya no es una fantasía opositora: es una muy alta probabilidad, en una sociedad cuyo gobierno se ha empeñado en centralizarlo todo, y cuya gente se ha resignado a tolerarlo. No quedará quien arranque o vigile los generadores eléctricos, o mantenga a trancas y barrancas, el complejo de comunicaciones radioeléctricas, ya en estado de semi-parálisis y en proceso acelerado de retraso tecnológico; terminarán de quedar en coma los hospitales y todo el sistema de salud, y los alumnos que logren desayunar llegarán a edificios donde ya no está una buena parte de los maestros, ni de los administradores del sistema educacional; ni habrá quien procese los muy malos pagos de la seguridad social, ni lleve los controles de los contribuyentes, para no hablar de lo que pasará con los tribunales sin secretarios ni demás funcionarios, para procesar las órdenes del ejecutivo, o con las notarías y registros cerrados. El listado podría tomarse unas páginas más. Puede que esté llegando el momento en que ni siquiera se consiga quién le caiga a rolazos a los que protestan, de cuantos nos hemos empeñado en no escapar por Cúcuta, Maicao, Santa Elena de Uiren, los puertos o los aeropuertos.

Mientras tanto, se impone sobrevivir. Un resto milagroso de responsabilidad y decencia, de amor por Venezuela, debería hacer reflexionar a los administradores fracasados de esta posesión castrista en tierra firme, y comenzar, antes de su partida definitiva, a suministrar información y a buscar consejo en los sectores serios y altamente competentes del País no gubernamental, que los hay, para facilitar el inicio inmediato de la tarea titánica que le queda por delante a los equipos de gobierno que se atrevan a recoger el desafío.

No cabe duda de que la tierra arrasada y los pueblos aniquilados, son opciones estratégicas que les han resultado eficaces y bastante seguras, a los regímenes totalitarios del S. XX, en su empeño por desintegrar toda voluntad de resistencia y conseguir una sumisión incontestada, ante sus los dueños del poder revolucionario. Lo novedoso es que, noventa y dos años más tarde, nos haya tocado a los venezolanos en el S. XXI, y que, gracias a un complejo ideológico-psiquiátrico-político, esa tragedia socio política haya sido asumida e impuesta por una élite militarizada, sedicente nacionalista y revolucionaria, y que el diabólico procedimiento haya supuesto la entrega del “bravo pueblo”, en las garras de una mini potencia fracasada y paupérrima. Nada de lo descrito es producto de la fantasía. Abra usted la prensa de hoy o la de ayer, lo que queda de prensa coherente y encontrará información, afeitada y controlada, pero todavía suficiente, cuando menos para deducir la verdad de lo dicho.

A los funcionarios públicos que aún quedan, aun aquellos que alguna vez creyeron en la revolución la invitación es a cambiar, todos sabemos que un mejor país es posible. Es hora de pasar la página y salir de este desastre del que todos somos víctimas.  Llegó la hora de no seguir mirándose el ombligo o de voltear para otro lado: cada día que pasa hace más difícil y más dolorosa la reconstrucción. Hay que empezar desde los verdaderos, los más profundos fundamentos del proceso político, hay que cambiar el modelo y hacerlo de inmediato.

 

@pedro_mendez_d

Asaltaron a personal del CNE en centro de votación en Cumaná

CentroCumana

 

Aproximadamente a las 5:30 am de este domingo, dos sujetos a bordo de una moto apuntaron con armas de fuego y asaltaron a un grupo de trabajadores del Consejo Nacional Electoral que esperaba para ingresar al centro de votación Escuela Básica Nueva Toledo, en sector El Peñón, de la parroquia Valentín Valiente en Cumaná.

Un trabajador del CNE, que solicitó omitir su nombre, detalló que los asaltantes robaron celulares personales al coordinador del centro y operadores de máquinas, así como el teléfono asignado por el organismo electoral para realizar la transmisión de datos.

José Arcia, vecino del sector uno de El Peñón, lugar donde está el centro electoral, precisó que los trabajadores del CNE esperaban afuera del plantel. “Ellos estaban llamando a los militares que custodiaban la escuela, pero los guardias no abrían, se habían quedado dormidos”, relató. Funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) acudieron al lugar del asalto.

May 23, 2017 | Actualizado hace 7 años
Activaron segunda fase del plan Zamora en Barinas

GNBBarinas

 

El comandante de la Guardia nacional Bolivariana, Antonio Benavides Torres, dio a conocer la llegada de mayor personal militar para el mantenimiento del orden interno en la entidad.

“Nuestra misión es garantizar el orden interno de la nación, somos garantía de paz, tranquilidad y soberanía.  Siempre seremos garantes del orden interno y la constitución, ante las alteraciones violentas de orden público”, dijo Benavides.

Como parte del Plan Zamora se reforzaron los dispositivos fronterizos la semana pasada, para luchar contra el contrabando, contra la presunta presencia de delincuencia organizada, y además se fortalecieron los operativos de seguridad ciudadana.

Benavides Torres fue acompañado por el viceministro del Sistema Integrado de Policía (Visipol), Giuseppe Cacioppo y demás miembros de la Comisión Nacional.

 

 

Gobernadora se pronuncia

La gobernadora del estado, Zenaida Gallardo, en compañía del Comandante General de la GNB General Benavides Torres y el equipo político del Partido Socialista Unido de Venezuela, en rueda de prensa acusó al diputado Superlano y al alcalde del municipio Barinas, José Luis Machín, de ser los responsables de estos hechos vandálicos ocurridos en el estado.

Por su parte, la Guardia Nacional Bolivariana ejecutará sus acciones en Barinas basadas en la segunda fase del Plan Zamora. El anuncio lo hizo el comandante general de ese organismo, general Antonio Benavides Torres.

Benavides anunció que la intención es garantizar la paz en el estado luego de los hechos violentos y delictivos registrados en la entidad.

 

 

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Déficit de enfermeros en el país alcanza 50%

enfermeras

 

Las enfermeras están cada día más expuestas a contaminación biológica por falta de guantes y batas para atender a los enfermos que sobrepasan los inventarios disponibles, denunció Fanny Gamarra, presidente de la Federación de Profesionales de la Enfermería. Agregó que el déficit de personal asistencial es de 50%.

“En algunos hospitales culpan a las propias enfermeras de la falta de insumos y medicamentos; dicen que se los roban. Tenemos a cuatro enfermeras presas por esa razón en Táchira, una de ellas de 62 años”, informó Gamarra. Agregó que la política que se ha generalizado es revisar los casilleros de los trabajadores para verificar que no estén guardando nada.

La falta de personal y de insumos es grave. En una Unidad de Cuidados Intensivos se requieren dos enfermeras por cada paciente, en un recorrido por hospitales que realizó la Federación encontró que el promedio era de seis pacientes por cada dos enfermeras.

A una guardia de enfermería que debe atender, en promedio, a 30 pacientes le asignan 5 catéteres para vías periféricas: “Hay que rogar que ningún catéter se dañe, que sucede mucho con niños inquietos, y que no se necesite más de lo que nos dan”. En el recorrido constataron que en el Hospital Central de Maracay, por ejemplo, no hay solución fisiológica para aplicar los tratamientos en el área de hospitalización, pues la disponible la están utilizando en Emergencia.

Por “órdenes de arriba” los hospitales han exigido al personal de enfermería que no pida a los pacientes que compren los insumos y medicamentos que no hay en inventario. “Pero si tenemos a una persona muriéndose y no tenemos con qué atenderla, entonces hay que buscar dónde sea; hay que garantizar la vida”, expresó Gamarra.

 

Deudas laborales

La representante gremial advirtió que el Ministerio de Salud no jubila legalmente a ningún enfermero desde 1999. “Los mandan a sus casas sin prestaciones, con salario mínimo y les quitan todos los beneficios del contrato colectivo, cestatickets y bonos vacacionales”.

Afirmó, además, que el déficit de empleados se debe a que no se crean nuevos cargos ni se llenan las vacantes por renuncias o jubilaciones.

2015 arranca con falta de personal y material médico

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Los principales hospitales de la ciudad inician 2015 arrastrando las mismas deficiencias del año pasado. Faltan yelcos, reactivos, máscaras de nebulización y copas pediátricas; pero también insumos básicos como antibióticos, gasas, suturas, alcohol y algodón.
Sociedades Médicas y la Red de Sociedades Científicas coinciden en cinco aspectos que dibujan la crisis hospitalaria: deterioro de la infraestructura (obras inconclusas); escasez de insumos y medicamentos; déficit de recurso humano, cierre operativo de servicios e inseguridad. Los primeros días de enero agarraron al Hospital J.M. de Los Ríos sin inyectadoras, obturadores, yelcos, epamin (medicamento para la epilepsia) y clorotrimetron (para la rinitis).

Además, remodelaciones incompletas afectan su operatividad. «El área de cirugía plástica no está aceptando quemados porque la van a remodelar. La están desalojando y habilitaron un espacio en la PB que era de cirugía general para ubicar allí a los niños quemados», informó una enfermera que pidió no ser identificada.

Juan Félix García, subdirector del J.M., admitió hace pocos días la ausencia de catéteres, suturas, anestésicos, yelcos y medicinas para las áreas de infectología y neurología.

Huníades Urbina, profesor de posgrado de Medicina Crítica en el J.M., agregó que los Rayos X no están funcionando, tampoco el aire acondicionado de la terapia neonatal ni de la terapia intensiva, lo que aumenta el número de bacterias. «No hay sistema de drenaje para las neumonías complicadas, se está trabajando como hace 20 años atrás con frascos grandes de mayonesa, que de paso no se consiguen».

María Yanes, presidenta de la Red de Sociedades Científicas, recordó que el antiguo Pérez de León de Petare recibió 2015 con un cartel en la entrada donde se leía: «No hay médicos de ninguna especialidad». Hace más de un mes sus dos quirófanos están inactivos por falta de médicos e insumos. Solo hay tres traumatólogos y un pediatra. El hospital de El Algodonal repite el drama de la mayoría de los centros de salud. El suministro de insumos no se hace de forma regular. En la Maternidad de este hospital no está funcionado el quirófano por remodelación, además el déficit de personal en las áreas de Anestesiología, Pediatría y Neonatología afecta la operatividad del centro.

Faltan 35 mil rubros

Yanes plantea que urge asignar un presupuesto acorde con las necesidades de cada hospital. Resaltó que el Presupuesto aprobado para la Salud en 2015 es deficiente: Bs 54 mil millones, lo que equivale a 1.6% del PIB, cuando la OMS establece que un país debe invertir entre 6 y 8 por ciento de su PIB en Salud. Precisó que faltan más de 35 mil rubros en insumos médicos quirúrgicos y que hay un déficit de 70% de medicamentos en Distrito Capital. «Los más afectados son los pacientes cardiovasculares, asmáticos y oncológicos».

Para el Hospital Universitario de Caracas (HUC) 2015 arrancó con el cierre del Servicio de Cirugía Cardiovascular por falta de insumos y medicamentos y hay 800 personas esperando intervención cardíaca. Entre noviembre y diciembre, al menos trece personas hospitalizadas en esta área fallecieron esperando operación, según el oncólogo José Manuel Olivares.

El laboratorio del HUC funciona a medias por la ausencia de reactivos, no hay antibióticos y que desde que comenzó el año no se han podido realizar cirugías pediátricas por falta de insumos. Se intentó conocer la versión del director del HUC, José Miguel España, pero no fue posible.

«En el Banco Municipal de Sangre en San José no podemos realizar nuestros exámenes de rutina por falta de reactivos», denunció Heberth Díaz, situación que se mantiene desde septiembre de 2013.

Rosa Torrealba, de la Sociedad Médica de hospital de Los Magallanes de Catia, dijo que la mayoría de los pacientes se ven obligados a comprar gasa, guata o yeso. «Estamos trabajando como un ambulatorio y no como un Hospital tipo IV con la terapia intensiva cerrada por falta de adjuntos en el turno de la noche. Nos preocupa que acaban de meter a tres Médicos Integrales Comunitarios en el área de Anestesia, pues muchos médicos coinciden en que no están capacitados».