Christian Tyrone Zerpa no tenía una sino las dos rodillas en tierra. Militante del extinto Movimiento Quinta República (MVR) y después del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el magistrado de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia que ahora huyó hacia «el imperio» siempre contó con la amistad y la confianza de los líderes de la revolución chavista.
Este trujillano de 44 años de edad destaca en su currículo que fue “miembro fundador del Movimiento Estudiantil UTOPIA 78 de la Universidad de Los Andes (ULA)”, donde coincidió con Tareck El Aissami (vicepresidente del Área Económica), José Javier Morales (superintendente de la Actividad Aseguradora), Hugo Cabezas (jefe de Smurfit Kappa Cartones de Venezuela en representación del Ministerio de Industrias) y Hugbel Roa (ministro de Educación Universitaria), entre otros.
Politólogo y abogado, entre 2002 y 2005 asumió distintas responsabilidades en la gobernación del estado Mérida, bajo la administración de Florencio Porras, teniente del Ejército que participó en el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992. Al lado de Porras, llegó a ejercer como secretario ejecutivo del Consejo Estadal de Planificación.
Pronto comenzó su ascenso en la política nacional junto a sus compañeros de la ULA, en especial de su paisano de Boconó, Hugo Cabezas. Director de Relaciones Presidenciales Nacionales del Despacho del Presidente (2005-2006), director nacional adjunto de Identificación Civil en la extinta Oficina Nacional de Identificación y Extranjería (Onidex, 2006), y viceministro de Relaciones Presidenciales (2007-2008), formó parte del entorno del difunto comandante Hugo Chávez.
Zerpa se desempeñó como “líder” en la Gerencia de Seguimiento de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), donde entre 2008 y 2009 se encargó de supervisar las obras sociales desarrolladas por la industria. Luego daría el salto hacia la Dirección General de Proyectos Especiales del Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia, en la gestión de su condiscípulo El Aissami.
Votó por él mismo.
Arribó a la Asamblea Nacional en 2010 representando al estado Trujillo, gobernado en ese momento por Hugo Cabezas. Los tres diputados principales de la entidad por el chavismo en ese período fueron Zerpa, José Javier Morales y Hugbel Roa. Antes de sentarse en su curul, había sido responsable de política electoral en Trujillo de los comando de campaña de Chávez (2006) y de Cabezas (2008).
El cambio de mando en Trujillo, con el triunfo en la gobernación del general en jefe Henry Rangel Silva, significó en principio un varapalo para los camaradas de Utopía 78. Rangel Silva promovió a sus fichas para las elecciones parlamentarias de 2015 y solo se salvó Roa, dicen que por la intervención de El Aissami. Sin embargo, Morales y Zerpa salieron bien librados y tomaron puestos relevantes en la burocracia chavista.
Miembro de la Comisión de Política Exterior de la AN, se convirtió en magistrado exprés en diciembre de 2015 a pocas horas de que el chavismo perdiera la mayoría de la Cámara. Para echar más leña al fuego, en su condición de legislador activo votó por él mismo para vestir una toga en la cúpula del Poder Judicial venezolano.
Tras conocerse la noticia de que había volado a Estados Unidos para denunciar las supuestas desviaciones del TSJ, el presidente del máximo juzgado, Maikel Moreno, declaró que su colega estaba siendo investigado desde el 23 de noviembre pasado por “conductas indecorosas e inmorales en detrimento de un grupo de mujeres que hacían vida laboral en su despacho”.
Moreno dijo que el caso ya está en manos del Consejo Moral Republicano, conformado por el defensor del pueblo, Alfredo Ruiz, y dos antiguos compañeros de partido de Zerpa: el fiscal Tarek William Saab y el contralor Elvis Amoroso, todos impuestos por la cuestionada asamblea nacional constituyente. Con Amoroso, además, Zerpa compartió bancada en el periodo 2010-2015.
Conectado al poder aunque manteniendo un bajo perfil ante la opinión pública, Zerpa cambió la Utopía socialista por el sueño americano.