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Elsa Cardozo: Presión internacional seguirá enfocada hacia la negociación y acuerdos políticos
La internacionalista Elsa Cardozo afirmó que en la reorganización de las agendas de Venezuela, se mantiene muy presente el tema de los Derechos Humanos y la preocupación por la institucionalidad

 

El escenario probable para Venezuela en materia internacional por lo que resta de año fue uno de los temas tratados en el foro “Prospectiva Venezuela 2021 (II Semestre)” que organizó el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) este miércoles 21 de julio. 

Para ayudar a los venezolanos a entender el panorama general, Elsa Cardozo, internacionalista, doctora en ciencias políticas y profesora titular (jubilada) de la UCV, afirmó que la dimensión internacional condiciona, pero no es y no ha sido determinante para el país, por lo que no tiene sentido atribuir a lo externo el origen, ni el agravamiento ni la difícil situación que sigue atravesando el país. 

Sobre la crisis venezolana, Cardozo enfatizó que sigue mereciendo atención, pero con «cambios de expectativas, rutas y tiempo para la solución» y de recursos necesarios ante una situación que se presenta como compleja en materia política, social, económica y humanitaria. 

La internacionalista aseguró que en la reorganización de las agendas de Venezuela, se mantiene muy presente el tema de los Derechos Humanos y la preocupación por la institucionalidad.

«Lo humanitario, que es parte del tema de DDHH pero en su expresión más aguda, pérdida de condiciones de vida para los venezolanos, implicación internacional en las migraciones, las elecciones y las sanciones, son los temas alentadores que son atendidos por la comunidad internacional», dijo Cardozo. 

Lo alentador y lo que no ayuda 

La profesora explicó que la reorientación que muy lentamente se está produciendo en la política exterior de los Estados Unidos hacia Venezuela, es una aptitud más «constructiva y de apoyo a las soluciones» que se construyen desde adentro.

«Hay esfuerzos internacionales y no gubernamentales por lograr una mejor atención a la ayuda humanitaria, en específico, por el tema de la vacunación, es una preocupación que se mantiene por la enorme migración de venezolanos que puede alcanzar este año los 7 millones», dijo. 

Otro factor que se puede visibilizar es la constancia del escrutinio y exigencias internacionales sobre DDHH en Venezuela, aseguró la internacionalista.

Elsa Cardozo también se refirió a los temas internacionales que no ayudan al caso venezolano, entre los que destacan principalmente los matices entre Estados Unidos y Europa sobre las concepciones y estrategias para la actuación regional y multilateral en materia de sanciones. «Si se pudiesen complementar, se lograría una mejor presión», aseguró. 

 

Proyecciones a corto plazo

Sobre las proyecciones políticas en materia internacional por parte del régimen de Nicolás Maduro, Cardozo aseguró que continuarán las iniciativas ofensivas, defensivas, persuasivas porque su meta es, cuando menos, reducir la ilegitimidad.

«El régimen tratará de seguir evadiendo sanciones en lo posible y frenando procesos de escrutinio de la Corte Penal Internacional, que es un tema que hace mucho ruido», aseguró.

Cardozo también dijo que el gobierno se va atrincherando en su posición y es algo que no se debe perder de vista. Buscará prolongar el proceso de prenegociación, evitando concesiones y tratando de imponer condiciones, seguirá tratando de profundizar la división opositora y alentar a sectores más extremistas.

Sobre la oposición venezolana, la profesora afirma que seguirá en la búsqueda de respaldos democráticos y esfuerzos que se sumen para lograr apoyos al proceso de negociación con la mediación de Noruega.

Por otra parte,  la experta alerta que puede haber riesgos de descoordinación y rupturas dentro del seno de la oposición, al tiempo que anticipa que puede haber tensiones por las demandas por los temas críticos, como la negociación o las negociaciones.

Como conclusión general, proyectó que quizá haya ajustes a ciertas sanciones contra el régimen, en particular aquellas relacionadas con lo humanitario, y que la presión e incidencia internacional «va hacia la negociación de acuerdos políticos comprehensivos entre los venezolanos».

Elsa Cardozo: Maduro paga apoyo internacional con acuerdos secretos, opacidad y corrupción
En un artículo publicado en la revista Democratización del Instituto de Estudios Políticos FORMA, la internacionalista señala que el régimen chavista somete a Venezuela a “relaciones en extremo desiguales que suman debilidades a las normas y procedimientos de transparencia, comercio e inversiones”

¿Cuánto le cuesta a Venezuela la alianza establecida por Nicolás Maduro con Rusia, China, Irán, Cuba y Turquía? Además del daño a la imagen del país y la condena de la comunidad democrática internacional, el apoyo de los gobiernos autoritarios también fomenta la corrupción y la opacidad.

“La ineficacia y la creciente ilegitimidad interior y exterior del régimen venezolano han limitado su capacidad de maniobra exterior, y sumarse a las estrategias de otros países en el desafío a la institucionalidad internacional tiene sus costos y consecuencias”, advierte la internacionalista Elsa Cardozo en un ensayo publicado en la revista Democratización, editada por el Instituto de Estudios Políticos FORMA.

Cardozo señala: “A la disposición a votar y apoyar todas las posiciones y propuestas de esos países se suman los términos de acuerdos comerciales y financieros suscritos con ellos. Cláusulas y acuerdos secretos, garantías y condicionalidades extremas, opacidad y corrupción en la ejecución de convenios son algunas de las características de los tratos bilaterales con aliados autocráticos, particularmente con China y Rusia, aunque también, en sus propias escalas, con Cuba, Irán o Turquía, entre otros”.

La analista indica que la misma oscuridad rodea a la llamada Ley Antibloqueo, con la cual Maduro dice buscar inversiones internacionales, al tiempo que vulnera la Constitución de 1999 y pasa por encima de los mínimos principios de transparencia, utilizando como coartada las sanciones impuestas por su deriva autoritaria.
“Todo esto hace parte a Venezuela de relaciones en extremo desiguales que suman debilidades a las normas y procedimientos internacionales de transparencia, comercio e inversiones, mientras complican la solución de la crisis nacional en todas sus dimensiones”, sostiene la doctora en Ciencia Política.

En la mira

Aunque Maduro patalea, no se ha logrado zafar del control internacional. “Es notable que pese a las iniciativas del régimen venezolano por descalificar y obstaculizar el escrutinio en derechos humanos, no ha logrado detenerlo”, observa la antigua directora de la Escuela de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana.

“En el régimen venezolano ha prevalecido la descalificación y la ruptura de acuerdos y foros hemisféricos y regionales, también el aliento a los propiciados por él, aunque cada vez más limitados por la ineficacia y pérdida de legitimidad del propio régimen. En el sistema multilateral de Naciones Unidas ha cultivado en todas sus instancias –cada vez más, en medio de la reducción de sus apoyos regionales– la cercanía y los respaldos de regímenes afines”, manifiesta Cardozo.

La profesora expone que “desde 2014, la aceleración en la pérdida de democracia y Estado de Derecho en Venezuela no solo han ido acompañados por iniciativas para atrincherarse con las banderas de la soberanía ofendida y la seguridad nacional amenazada. Con la mengua de la legitimidad y efectividad del régimen y las de los foros y acuerdos regionales impulsados por el gobierno de Hugo Chávez, aumentó la necesidad de sumarse a las iniciativas de otros autoritarismos, bilateralmente y en foros multilaterales”.

Pesos pesados

Cardozo sostiene que en su lucha por conquistar la democracia en Venezuela, la oposición “requiere una agenda trazada nacionalmente, con asesoramiento y cooperación internacional”. “El reto democrático es cultivar apoyos y evitar que las prioridades enunciadas por regímenes autoritarios –socioeconómicas– obstaculicen la atención integral liberal”, acota.

“Moderar o manejar la incidencia de China, Rusia y otros actores autoritarios sobre la institucionalidad internacional y su disposición a desafiarla es un reto mayor para poderes como Estados Unidos y Europa. A los demócratas venezolanos corresponde estudiar en detalle su incidencia en Venezuela, identificar aquello que es necesario contrarrestar, lo que puede ser reorientado en beneficio de los intereses de la recuperación democrática y, especialmente, cultivar y ampliar los apoyos internacionales afines que hagan contrapeso democrático en espacios multilaterales”, finaliza la académica.

Gobierno de Maduro busca sacar provecho a protestas en América Latina
Expertos en materia internacional coinciden en que Venezuela no es el responsable directo, pero alienta manifestaciones en países donde la izquierda es oposición

 

@franzambranor

 

En Chile fue por el aumento del precio del boleto de Metro, en Ecuador por el incremento del transporte y en Perú fue por la disolución del Congreso. Tres protestas apenas en el mes de octubre. Todas contra gobiernos a quienes el chavismo considera adversarios.

“Ustedes me entienden. Todas las metas las estamos cumpliendo una por una, el plan va en pleno desarrollo. Vamos mejor de lo que pensábamos”, dijo Nicolás Maduro el domingo 20 de octubre en el cierre del I Congreso Internacional de Comunas.

El presidente de la Asamblea Nacional y presidente interino Juan Guaido responsabilizó a Maduro de las manifestaciones en territorio sudamericano. “Es evidente que Maduro es un incapaz y no puede controlar la producción petrolera en Venezuela, pero sí tiene la capacidad de financiar, a través del oro que extrae del arco minero, a grupos para generar violencia y desestabilizar la región”. 

El politólogo y profesor universitario Miguel Ángel Martínez Meucci dijo que existe la posibilidad de que el chavismo esté involucrado en las recientes protestas.

“Ello no quiere decir que el chavismo causa las protestas, sino que operaría como uno más dentro de un conjunto de elementos que, en alguna medida, contribuyen a configurar el tipo de movilizaciones que finalmente tienen lugar. La lógica de la acción colectiva que se desarrolla en acciones de este tipo difícilmente responde a la voluntad de un único actor”, dijo Martínez Meucci.

 

La internacionalista Elsa Cardozo sostuvo que el discurso de Maduro alienta las manifestaciones y sugiere que todo obedece a un plan trazado en Caracas. 

“Se han ventilado algunas evidencias de injerencia que deberán examinarse con la necesaria atención, pero sin duda el aliento es explícito. Por otra parte, se quiere transmitir la impresión de influencia decisiva en un momento en que el régimen venezolano está muy deslegitimado y, si bien convocó a una disminuida concurrencia del Foro de Sao Paulo en Caracas, no tiene representación alguna entre los progresistas del Grupo de Puebla”, indicó Cardozo. 

La protesta es un derecho

La protesta pacífica como manifestación de desacuerdo social está contemplada en todas las constituciones de los países democráticos del mundo y para expertos en materia internacional es un derecho irrefutable. 

“Las protestas son válidas para quienes las organizan e inválidas para quienes están en contra. Todas las protestas en el mundo tienen un componente organizativo y un componente espontáneo”, dijo el politólogo y experto en materia internacional, Ángel Álvarez.

“En cada caso existen malestares sociales que obedecen a la realidad concreta de cada país, así como actores políticos organizados que orquestan, al menos parcialmente, los mecanismos de protesta”, indicó Miguel Ángel Martínez.

“Son protestas por razones y con propósitos declarados muy diversos que en principio las validan: desde las de Perú, que fueron, por rechazo a la corrupción, contra el Congreso y su negativa a despolitizar la selección de magistrados del Tribunal Constitucional hasta las de Ecuador y Chile, contra medidas de ajuste de bienes y servicios críticos para la población anunciadas por el poder ejecutivo. La gran objeción sobre la validez de cada una aparece en estos dos últimos casos, en los que en nombre de una legítima demanda ciudadana se atenta contra la institucionalidad democrática”, dijo Elsa Cardozo. 

 

Argentina: la casa que podría desaparecer 

 

La izquierda mete la mano 

La internacionalista Elsa Cardozo sostuvo que tanto en Chile como en Ecuador los movimientos de izquierda adversos a los gobiernos de Sebastián Piñera y Lenín Moreno han aprovechado para levantar la voz. 

“En los dos ha habido aliento explícito de líderes de izquierda para aprovechar la protesta como confirmación del fracaso de los gobiernos de y, justificando la vandalización  y alentando el desvío de los medios y canales institucionales para afrontar las dificultades”, dijo Cardozo. 

 

“Cuando un gobierno es de izquierda la derecha protesta y cuando es de derecha, la izquierda lo hace, eso es así no solamente en América Latina, sino que también en Estados Unidos y Europa, porque en eso consiste la política”, indicó Ángel Álvarez.

Para Miguel Ángel Martínez Meucci la protesta se desvirtúa cuando se desvía de sus verdaderas exigencias y comienza la injerencia de otras instancias.

“El hecho de que legítimos reclamos populares se vean entremezclados con acciones violentas y agendas de poder de actores políticos vinculados al Foro de Sao Paulo complica el modo en que dichos reclamos pueden ser gestionados por los respectivos gobiernos”, dijo Martínez Meucci . “Lo que debería ser un tratamiento a demandas populares termina incorporando un elemento de defensa contra lo que se percibe como injerencia exterior. El FSP propicia así una creciente polarización política en el hemisferio que debilita las posiciones de centro y los grandes consensos nacionales dentro de cada país. Así, cabe esperar mayor conflictividad y zozobra intraestatal e interestatal en nuestro hemisferio”, añadió Martínez Meucci, experto en conflicto político y procesos de pacificación.

Posible reacomodo de fuerzas 

Para Ángel Álvarez, las manifestaciones de rechazo a los gobiernos de Ecuador y Chile, así como las protestas en Argentina en septiembre 2019 solicitando un aumento del salario mínimo,  podrían ocasionar un viraje en la geopolítica del hemisferio.

Los argentinos acaban de elegir en segunda vuelta el pasado domingo 27 de octubre al peronista Alberto Fernández eligió como su presidente, en reemplazo de Mauricio Macri.

“Estamos en países donde se están haciendo elecciones y hay partidos polarizados tanto a la izquierda como a la derecha. Los gobiernos de derecha privilegian los ajustes económicos, lo cual conduce a una insatisfacción de un sector importante de la población. Los gobiernos de izquierda priorizan políticas regulatorias que generan inflación y muchas veces corrupción lo cual también genera insatisfacción de un sector de la población. De forma tal que hay un ciclo de surgimiento de unos gobiernos y decaimiento de otros. Tuvimos una ola de izquierda a comienzos de 2000, esa ola se agotó y vuelve a la palestra la derecha y por consiguiente surgen problemas económicos importantes con la implementación de ajustes económicos neoliberales. Es un ciclo difícil de cerrar en economías altamente vulnerables y afectadas por su vinculación al mercado internacional con estados débiles¨, dijo Álvarez.

“Hay una lucha dentro y fuera de los gobiernos, por la preservación de la democracia: el final del ciclo de bonanza, el fracaso económico de los llamados progresismos, las expectativas insatisfechas por quienes llegaron al poder para reemplazarlos, la estela de debilitamiento de los compromisos de protección de los derechos humanos y la democracia sometidos a la alta presión de la crisis venezolana, con su fuerte impacto material y humano en el vecindario”, sostuvo Cardozo.

Para Cardozo, todas las acciones que se están llevando a cabo en agenda diplomática a nivel del Foro de Sao Paulo y en las calles con protestas no terminarán por darle un carácter de legitimidad al gobierno de Venezuela, que a su juicio puede ser uno de los objetivos de Maduro. “Todo lo contrario”, puntualizó.

Participación de la sociedad es fundamental para lograr una transición democrática

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La posibilidad de que un escenario de transición democrática pueda prevalecer sobre uno de signo autocrático, depende en buena medida de la participación activa que la sociedad tenga en el proceso político actual, cuyo desenlace tendrá consecuencias para la resolución o no de la crisis económica, social y de inseguridad que vive el país.

Esta es una de las principales conclusiones del foro realizado este miércoles en el Teatro Trasnocho de Caracas, en el cual el Centro de Estudios Políticos de la UCAB presentó el libro “Transición democrática o autocratización revolucionaria” que comenzó a circular esta semana.

Durante el evento, Daniel Fermín, editor de la revista digital PolítikaUCAB, explicó que la publicación tiene como objeto que se discuta el proceso de transición en Venezuela, en un momento muy oportuno, por los acontecimientos que se desarrollan en estos momentos en la arena política.

Marcos Tarre Briceño, investigador especializado en temas de seguridad ciudadana y delincuencia organizada, y autor de uno de los capítulos del libro, expuso que en la medida en que se prolongue un régimen autocrático, seguirá profundizándose la crisis donde la delincuencia organizada se ha impuesto sobre la población civil, expresada en las tasas de homicidio y secuestros que figuran entre las más altas del mundo.

Expuso que la impunidad, la corrupción, las negociaciones con bandas criminales, el apoyo a grupos armados civiles y la presencia del narcotráfico, entre otros factores, han hecho que la sociedad demande un cambio, pues las políticas y el gasto estatal “no se están enfocando en donde es más necesario, que es en la delincuencia organizada vinculada a las propias actividades del Estado”.

Por su parte, el economista y profesor del IESA, José Manuel Puente, quien desarrolla en el libro la relación petróleo-economía, sentenció que Venezuela sufre, más que una crisis, un colapso económico, lo cual a su juicio va configurando un escenario propicio para que se produzca un proceso de transición democrática, aunque reconoce que en el corto plazo pudiera estarse dando una autocratización.

Explicó Puente que durante el boom petrolero se despilfarraron más de 800 mil millones de dólares y ello conllevó, en el marco de políticas equivocadas, a graves desequilibrios, que se manifestaron incluso antes de que cayeran los precios del petróleo. “Pero desde 2014 pasamos a una fase superior de la crisis, pues llevamos tres años de recesión”, señaló.

El colapso, según describió, está signado por caída en la producción, inflación, escasez, falta de inversiones, falta de reservas en divisas y depreciación de la moneda. “Este colapso nos lleva a una necesidad impostergable de un ajuste económico, que puede ser de cualquier signo, pero que sin duda tendrá que hacerse”, advirtió.

En el foro también intervino otra de las autoras del libro, la internacionalista Elsa Cardozo, quien defendió la tesis de que, para lograr una transición democrática, se requiere construir relaciones internacionales para lograr una incidencia que permita a países y organizaciones del hemisferio y del mundo colaborar para que se frene la imposición de un autoritarismo en Venezuela.

Recordó que después de un periodo durante el cual el gobierno construyó apoyos internacionales, los ha ido perdiendo, tanto por su actuación contra principios democráticos y derechos humanos, como por el cambio en los perfiles de los gobiernos en la región; aunque aún tiene margen de maniobra a través de organismos que fue creando con aliados de la región, como es el caso de Unasur.

Cardozo dijo que factores democráticos venezolanos durante los últimos años han ido cultivando relaciones, no solo a través de partidos políticos sino de organizaciones e institucionales civiles, que han logrado incidir en la comunidad internacional. Pero señaló que hace falta mayor presión para que se hagan evidentes los riesgos de autocracia y no se imponga la tesis que ha ido propagando el gobierno en medios internacionales de temor al caos para buscar su estabilización, y evadir así la posibilidad de que se materialice un cambio político.

Mientras tanto, Benigno Alarcón, uno de los coordinadores del libro y director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, recalcó que es indispensable que la sociedad participe activamente en los procesos de transición, ya que éstos no dependen exclusivamente de situaciones como la crisis económica, ni de la actuación de los agentes políticos.

Expuso que si bien es cierto que la autocratización es un riesgo presente y que los estudios indican que cuando los regímenes autoritarios competitivos pierden la posibilidad de ganar elecciones, y por lo tanto se radicalizan como autocracias hegemónicas; existen lecciones en la política comparada sobre transiciones que, si son aplicadas apropiadamente al caso venezolano, es posible lograr una transición democrática.

Alarcón indicó que “estamos en un conflicto asimétrico, en el cual el gobierno va a cooperar solo en la medida en que se vea presionado por los costos de intentar mantener el poder por la vía represiva, al no poder contar con el apoyo político mayoritario. Es esencial subirle el costo a esa represión”.

Recomendó que todos los sectores puedan consultar los análisis y propuestas expuestos en el libro. “Es importante que la sociedad entienda y comprenda su rol para que participe y esa es la contribución que hacemos todos quienes hemos colaborado en esta obra”.