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Editorial, por la verdad del Holocausto

Monumento Homenaje al Holocausto, Berlín, Alemania. Foto Jplenio en Pixabay.

Hemos decidido retirar todos los artículos de Luis Fuenmayor Toro de los servidores de Runrun.es por la negación del Holocausto que este columnista sostiene, y que ha defendido reiterada y públicamente desde su cuenta de Twitter.

No podemos aceptar la negación de una de las peores violaciones a los derechos humanos de la historia de la humanidad, como lo fue el genocidio perpetrado por los nazis en nombre de una supuesta supremacía aria. Al negar Fuenmayor la existencia del Holocausto, desconoce el sufrimiento de polacos, rusos, húngaros y judíos.

En sus palabras desensibiliza la tragedia de millones de personas que sucumbieron ante un régimen totalitario y xenófobo. Y plantea una discusión basada en datos falsos y verdades torcidas para montar una narrativa antisemítica.

Nuestros valores no están alineados con los de este columnista. Y aunque creemos firmemente en la libertad de expresión a toda costa, no podemos darle tribuna a quien busca torcer la verdad para justificar, así sea por omisión, el asesinato de millones de personas inocentes.

Basta un viaje a Auschwitz-Birkenau para ver las cámaras de gas que cobraron miles de vidas, junto con los registros del crematorio. Revisar los documentos sobre el conocimiento de Hitler acerca del exterminio sistemático de judíos, polacos y otros gentilicios en la llamada “Solución Final”. Basta con ver y leer el diario de Anne Frank y oír los testimonios de los sobrevivientes. Negar que esto sucedió es un golpe a la verdad, a la historia y a la sensibilidad humana. Y pretender basar esa negación en autores cuestionados, que desestiman todas las pruebas documentales existentes para justificar su antisemitismo, es una burla al lector. Sobre todo ante un tema tan doloroso para la humanidad entera como el Holocausto.

Promover la negación de la existencia del Holocausto es un terrible testimonio de la intolerancia de nuestros tiempos. Y personas que apoyan esta línea de pensamiento no están en sincronía con los valores de nuestro medio, que premia la búsqueda de verdad por sobre todas las cosas. Por lo que rechazamos la manipulación de los hechos para alinearlos con falsas y peligrosas ideas que dividen, señalan y atacan a minorías solo por su raza, religión, orientación sexual, nacionalidad, entre otras cualidades.

El miedo a los judíos

El miedo a los judíos

Editorial Runrun.es: Estamos luchando en conjunto contra la censura

LA ARREMETIDA ACTUAL CONTRA LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN es la más brutal que ha habido en años por parte del gobierno. Algunos casos han tenido mayor exposición que otros: desde detenciones arbitrarias, hasta tratos crueles y deportaciones. Estamos frente a un nueva etapa de violencia contra los medios; esto no tiene precedentes.

Estamos luchando en conjunto contra la censura. Haciendo alianzas que nunca antes imaginamos para poder seguir en nuestra labor y, además, sobreponernos a un aparato de censura que se sofistica a diario y cuenta con algo que no tenemos los medios en este momento: infinitos recursos.

Han sido días oscuros -literalmente- y queremos seguir sintiendo el respaldo de ustedes: nuestra audiencia. Por la que trabajamos a diario para mantenerla informada, por la que verificamos cada noticia, por la que abrimos canales alternativos sin papel para violar la censura impuesta sobre nuestros medios.

Agradecemos ser parte de tu vida. De tus conversaciones, de tus formas de mantenerte informado. Hoy estamos asumiendo nuestro rol con valentía y optimismo. Pero requerimos de ustedes como agentes multiplicadores de nuestros mensajes y su apoyo en los momentos más oscuros de la resistencia.

Apoya a tus medios.

Apoya a tus periodistas.

Dentro de tus posibilidades, sal en su defensa.

Gracias.

 

ElPais.ES Dic 14, 2017 | Actualizado hace 6 años
Editorial El País: Para los venezolanos

venezolanos

 

La entrega ayer por parte del Parlamento Europeo del Premio Sájarov de libertad de conciencia a la oposición venezolana envía un doble mensaje. Por una parte, que Europa respalda incondicionalmente a los políticos venezolanos implicados en la democratización del país; en segundo término, que la vía de salida de la dificilísima situación de Venezuela pasa por respetar la legalidad, liberar a los presos políticos, restaurar la Asamblea Nacional y convocar elecciones libres.

Resulta muy significativo que el premio fuera recogido por dos cargos políticos arbitrariamente despojados de las atribuciones para las que fueron elegidos. Se trata de Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional ilegalmente degradada por una Cámara constituyente elegida de forma irregular a voluntad del chavismo en unas elecciones sin garantías, y de Antonio Ledezma, alcalde de Caracas y preso político que se exilió en noviembre después de lograr huir del arresto domiciliario al que había sido confinado tras su paso por prisión. Ambos son la prueba de que Maduro desprecia la voluntad popular cuando esta no se pliega a sus deseos.

Sin duda correrán mejor suerte los alcaldes elegidos en las municipales del pasado domingo en las que el chavismo obtuvo el 90% de las 335 alcaldías del país. Unos comicios a medida del oficialismo boicoteados por la mayor parte de la oposición democrática, con una participación que apenas alcanzó el 47,5% del censo electoral.

En este contexto se produce la revelación, hoy en EL PAÍS, de un gran escándalo de corrupción en el que están presuntamente implicados dirigentes políticos y directivos de la petrolera estatal PDVSA.

En el terrible marco político, económico y social de Venezuela, lo único que se le ha ocurrido a Maduro es amenazar a la oposición con no permitir que se presente a las elecciones presidenciales de 2018. Su solución a los problemas es preparar su reelección sin candidatos opositores.

El País

Editorial de La Nación de Argentina: La dictadura de Maduro

Maduro Cilia Gladys Año judicial TSJ

Luego de no convocar al revocatorio constitucional, suspender las elecciones en todas las gobernaciones que estaban previstas en la Constitución para diciembre pasado y anular todas las decisiones de la Asamblea Legislativa de mayoría opositora, haciéndola inoperante en lo fáctico, el régimen venezolano ha dado un paso más para consagrar la dictadura que ejerce sin inmutarse y sin máscara alguna.

El Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo a instancias del Tribunal Supremo de Justicia, también engranaje clave de Nicolás Maduro , ha declarado públicamente los nuevos requisitos necesarios para que los partidos políticos se reinscriban.

Esas exigencias burocráticas son imposibles de cumplir y apuntan a que el gobierno pueda quitarles la personería jurídica a las fuerzas opositoras, en especial a las que más confrontan con la dictadura de Maduro. Voluntad Popular, liderada por el preso político Leopoldo López, y Vente Venezuela, por María Corina Machado, quien tiene prohibida la salida del país, parecen tener la suerte echada en lo que hace a la proscripción.

El mecanismo ideado es tan engorroso y discrecional que hace inviable su concreción, lo que habilita al gobierno a definir a su arbitrio qué fuerza opositora puede existir y cuál no.

Elegir a la oposición es la nueva estrategia de la grotesca farsa de Maduro, emulando a Daniel Ortega en Nicaragua, quien suprimió a la oposición real y ya va por su cuarto mandato.

El cardenal Baltazar Porras, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, declaró hace unos días que «esto está calcado del modelo cubano», definiendo sin eufemismos la consolidación de una dictadura en el país caribeño.

Si a lo antedicho le sumamos la designación por parte de Maduro del vicepresidente Tareck El Aissami, un radicalizado chavista sospechado de estar vinculado al narcotráfico y a grupos terroristas de Medio Oriente, la situación es sombría para el pueblo venezolano. Por eso, un grupo de 34 legisladores estadounidenses ha hecho pública una carta al presidente norteamericano para que ejerza presión por los derechos humanos violados en Venezuela. En sintonía, el secretario de la OEA, Almagro, planteó el tema de la Carta Democrática en la OEA.

Frente a todo ello, llaman la atención las declaraciones de la canciller argentina Susana Malcorra al diario El País, de Madrid, cuando afirmó que el de Venezuela «es un problema que tienen que resolver los venezolanos, la región no puede exportar milagros».

Fallida declaración y lamentable posición la de desentenderse ante el drama que vive Venezuela, ya que nadie le exige «milagros» a nuestra canciller, pero sí una clara y firme posición de repudio del gobierno argentino, tal como lo hizo ayer Mauricio Macri durante una charla que mantuvo con el premio nobel de la paz Mario Vargas Llosa, en la Casa de América en Madrid, reunidos por la Fundación Libertad.

El silencio frente a lo que pasa hace a los países cómplices de la brutal dictadura que día tras día se consolida en Venezuela al costo del sufrimiento de su pueblo.

Editorial de El Comercio de Perú: El traje nuevo del dictador

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El diario peruano El Comercio publicó este martes 01 de noviembre un editorial sobre los señalamientos y críticas del presidente Pedro Pablo Kuczynski sobre el gobierno venezolano.

«Sucede, sencillamente, que hasta ahora ha existido una cierta actitud contemplativa o indulgente de muchos países y hasta de organizaciones internacionales frente al grave estado de la democracia en Venezuela. Lo señalado por el jefe de Estado y la cancillería de nuestro país es bastante obvio… pero nadie se atrevía a declararlo con todas sus letras» escribe el diario.

Puede leer aquí el editorial completo: 

La intervención del presidente Pedro Pablo Kuczynski en la XXV Cumbre Iberoamericana de Cartagena y el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú acerca de la situación en Venezuela han provocado una áspera reacción de parte de las autoridades de ese país. En particular, de la canciller Delcy Rodríguez.

Como se sabe, el mandatario peruano simplemente habló de “una tremenda crisis económica y también una crisis de derechos políticos” y humanos en la vecina nación, y de la necesidad de abordar el tema en la reunión a la que asistía, porque no hacerlo sería soslayar “los temas candentes” de la región. “No hay ningún afán de interferir”, puntualizó. “Pero sí un afán de que todos los latinoamericanos, los iberoamericanos progresen, adelanten y no retrocedan”.

Por su parte, en su comunicado del 29 de octubre, nuestra cancillería señaló que “en Venezuela se ha generado una alteración del orden democrático y constitucional que vulnera los principios de la Carta Democrática Interamericana” y expresó su deseo de que “el gobierno y la oposición logren acuerdos precisos con el objetivo de restaurar el orden democrático, con plazos y objetivos definidos”.

Observaciones ambas, a decir verdad, bastante templadas y diplomáticas, considerando lo dramático de las circunstancias a las que aluden. La reacción oficial del país llanero, sin embargo, fue, más bien, altisonante. “El lenguaje de las altas autoridades de la República del Perú obedece al libreto injerencista diseñado en Washington para justificar la intervención de Venezuela en concierto con los sectores opositores antinacionales”, aseveró el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, en un comunicado del 30 de octubre.

Y la canciller Rodríguez aportó algunas imprecaciones de su propia cosecha. “Al presidente del Perú […], nosotros lo emplazamos a que se quite ese traje de empresario estadounidense y vea más la realidad de los pueblos de la América Latina”, proclamó, sin responder realmente a los problemas puestos de manifiesto por el mandatario y el gobierno peruanos.

La razón de la desproporción entre el estímulo y la reacción, sin embargo, no es tan difícil de desentrañar. Sucede, sencillamente, que hasta ahora ha existido una cierta actitud contemplativa o indulgente de muchos países y hasta de organizaciones internacionales frente al grave estado de la democracia en Venezuela. Lo señalado por el jefe de Estado y la cancillería de nuestro país es bastante obvio… pero nadie se atrevía a declararlo con todas sus letras.

Si de trajes hablamos, el episodio recuerda en realidad un famoso cuento de Hans Christian Andersen – “El traje nuevo del emperador”– en el que un soberano se pasea por las calles de su reino desnudo, pero nadie se atreve a decirlo porque supuestamente lleva puesto un traje muy fino, invisible para los necios (una condición que ninguno de los que lo observaban quería admitir respecto de sí mismo). Hasta que un niño, en su absoluta inocencia, lo grita en medio de la multitud y la farsa se viene abajo.

La declaración peruana ha expuesto, por fin, la desnudez de la entraña tiránica del régimen de Maduro y este ha reaccionado con virulencia, porque la complacencia de los otros estados latinoamericanos le resultaba indispensable para tratar de prolongar su ilegítimo ejercicio del poder. Y ahora, con el grito resonando en las calles, eso peligra.

De ahí que la prensa internacional haya destacado en estos días el rol de Kuczynski como “uno de los grandes protagonistas del poder latinoamericano en los próximos años” (“El País”, de España) o “el defensor de la causa opositora en el subcontinente” (“La Nación”, de Argentina). Y de ahí, también, que los diversos sectores políticos del país hayan decidido cerrar filas en esta materia con el gobierno.

Tal como ha determinado nuestra cancillería, no hace falta en realidad llamar en consulta a nuestro embajador en Caracas, pues eso constituiría una forma codificada en el lenguaje diplomático de protestar y llamarle la atención al gobierno que ha cometido un atropello, y con lo dicho en Cartagena ese propósito se ha conseguido ya largamente.

Editorial de El País: Venezuela, al autoritarismo

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Tres son las medidas con las que Nicolás Maduro está apuntalando la creación de un Estado autoritario en Venezuela, despreciando la pluralidad política existente en el país, el mandato popular expresado en las urnas y la voluntad de la comunidad internacional de facilitar una salida a la crisis política que a su vez permita aliviar la extrema penuria en la que se ha hundido a la población.

La primera es la vergonzante táctica dilatoria para impedir en tiempo y forma la celebración de un referéndum revocatorio que, según las encuestas, desterraría a Maduro del poder y terminaría con 18 años de chavismo. El incumplimiento sistemático de los plazos legales, los obstáculos puestos a la oposición para reunir los requisitos, la escasez injustificada de material para la verificación de firmas y la ridiculez de unos plazos casi imposibles de cumplir representan una colección de argucias que desacreditan absolutamente cualquier atisbo de buena voluntad de Maduro para respetar una ley ideada y promulgada por el propio Hugo Chávez.

Igualmente grave es la ocurrencia del régimen de imputar al preso político Leopoldo López la muerte de 43 personas durante las manifestaciones antichavistas de febrero de 2014. Para el chavismo debe resultar frustrante que, lejos de quedar olvidados tanto dentro del país como por la comunidad internacional, la liberación de los presos esté a la cabeza de las exigencias para poder desbloquear la situación. López fue ilegalmente detenido, sometido a una vergonzosa farsa de juicio y encarcelado sin garantías para su integridad. Volver a juzgarlo revela la naturaleza abyecta de Maduro y su régimen.

Finalmente, están las insinuaciones respecto a las elecciones regionales de diciembre. El chavismo dice ahora que la prioridad es “la guerra económica”. Esperamos que no pretenda saltarse esos comicios, porque si es así, Venezuela será oficialmente un Estado autoritario.

El País 

Editorial Alfa presenta El circo, novela póstuma de Michaelle Ascencio

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El circo, la última novela que Michaelle Ascencio escribió, es una historia entrañable que permitirá a los lectores vivir y comprender una de las transformaciones más importantes de la sociedad venezolana de mediados del siglo XX. La época en la que transcurren los acontecimientos se sitúa entre el golpe de Estado contra Rómulo Gallegos, en 1948, y el fraude electoral en las elecciones convocadas en 1952.

 

A través de sus personajes, Ascencio logra reconstruir un período clave en la formación de la Venezuela contemporánea y escasamente abordado por nuestra narrativa. Belinda, una joven que fue abandonada por su madre −una trapecista italiana del circo Atayde− cuando tenía cinco años. Floriana, cuidadora de Belinda, una extranjera que ha huido de la pobreza, narradora de los eventos junto a Yolanda, la madre adoptiva de Belinda, quien asume la maternidad que le había sido negada. Monique, una inmigrante de las Antillas francesas quien, junto a su esposo y sus dos hijas, se establece en una modesta casa en la recién urbanizada Caracas. A través de todas ellas, asistimos a la conformación de la sociedad caraqueña actual, pero no desde la esfera de los discursos públicos, sino desde la intimidad de las conversaciones cotidianas y domésticas en la cocina, la sala o en el porche de la casa.

 

La autora combina en esta obra, con gran destreza literaria, aquellas que fueron sus preocupaciones fundamentales como narradora y antropóloga: su interpretación del imaginario venezolano, su maestría en el género de la oralidad, su capacidad para captar y recomponer escenas, su oído para la conversación y su agilidad para el humor a través de un relato que configura nuestro gentilicio en los albores de la modernidad. El circo es un libro que, a través de la ficción, nos invita a reflexionar sobre un hecho de suma actualidad: democracia sí, o democracia no.

 

Michaelle Ascencio, una escritora polifacética

 

Haitiana de nacimiento y venezolana por elección, exploró tanto en la novela como en el ensayo −géneros que desarrolló de forma alternativa y consistente a lo largo de su vida profesional como escritora− las particularidades de nuestra idiosincrasia y la importancia de las prácticas democráticas y republicanas. Consagró su producción intelectual a la investigación de la memoria histórica como ámbito de creación literaria.

Su desempeño como profesora universitaria fue destacado. Impartió clases, de pregrado y posgrado, en las áreas de Letras, Antropología e Historia, en la Universidad Central de Venezuela. Obtuvo el premio de la Bienal de Literatura Latinoamericana José Rafael Pocaterra en el año 2005 con la novela Amargo y dulzón, publicada en esta casa editorial en el año 2010. En nuestro catálogo de publicaciones también figuran, de su autoría, Mundo, demonio y carne (2005) y los ensayos Las diosas del Caribe (2007) y De que vuelan, vuelan (2012).

 

TalCualDigital May 07, 2015 | Actualizado hace 9 años
Editorial de Tal Cual: Hola, Diosdado

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El Gobierno ha logrado crear, a punta de presiones y dinero, su tan anhelada hegemonía comunicacional. La censura se impone hoy en los medios tradicionales, un cerco que se debe romper 

 

Pues sí señor: aquí estamos otra vez. No nos da la gana de desaparecer. Nos has vuelto a demandar, pero nosotros estamos aquí. Nos acusas por dar tratamiento a una noticia que, de cualquier manera, las redes sociales ya habían hecho de conocimiento general.

Por reproducir una información internacional en la que has resultado aludido. Que perfectamente habrías podido aclarar, de haberlo deseado en realidad, en estas mismas páginas… Pues sí señor, aquí estamos otra vez. No nos da la gana desaparecer. Nos has vuelto a demandar, pero nosotros estamos aquí.

Nos acusas por dar tratamiento a una noticia que, de cualquier manera, las redes sociales ya habían hecho de conocimiento general. Por reproducir una información internacional en la que has resultado aludido, que perfectamente habrías podido aclarar, de haberlo deseado en realidad, en estas mismas páginas.

Presentas una querella contra nosotros por una noticia que no nos pertenece. Nosotros no decimos que las cosas son verdad.

Eso es lo que intentan ustedes. Aquí se practica la réplica, porque nosotros creemos en la libertad de conciencia. Nosotros damos noticias y las analizamos. No es la primera vez que nos pones en un tribunal. A lo mejor no será la última. En realidad, te buscaste una excusa para demandarnos.

Lo lamentamos profundamente. Podríamos estar empleando el tiempo en cosas menos inútiles. Sobre todo tú, que estás en el poder. Venezuela no está nada bien, Diosdado. No te escondas en la Misión Transporte. Venezuela es un desastre. Te invitamos a que veas con serenidad el panorama completo.

Camina sólo por las calles. Anda a hacer mercado. Anda a darle la cola a un amigo de madrugada, sólo, luego de salir de una fiesta. Inflación exponencial, muertos todos los días, colas con empujones, soldados en los automercados, ausencia de tratamientos para el cáncer, secuestros, profesores con salarios de mendigo, dos productos por persona. No es lo normal.

No es tan difícil verlo. No es así como se debe vivir. Ustedes, los chavistas, han administrado un volumen de recursos único en la historia del país. Podrían tener la humildad de asumir aunque sea parte de su responsabilidad de esta tragedia que te niegas a ver.

Ustedes controlan los precios, los puertos, la rotación de las mercancías, las divisas extranjeras, la Asamblea Nacional y los demás poderes públicos. Controlan PDVSA, las minas, el oro, entre otras muchas cosas. Las cosas en Venezuela están como están, Diosdado, como consecuencia de una forma equivocada de ejercer el poder. Equivocada y perversa.

Hay gente que piensa que a ti nada de esto te importa, que tú te ríes de estos argumentos, que es una ingenuidad planteártelos porque lo único que te interesa es el poder. Nosotros no creemos eso. Estamos seguros de que en el fondo te importa. No te creemos tan tonto.

Eres un político, y sabes que si todo se hace mal, las cosas salen mal. La revolución no está caminando y el país se volvió un infierno. Lo sabes. Todo el mundo lo sabe.

Aunque sea verdad que pocas veces, probablemente nunca, te hayamos oído hablar de otra cosa que no sea conspiraciones en marcha, lealtad y unidades de batalla endógena. Te gusta hacerte un poco el loco.

Deberías ser un poco más humilde, Diosdado. Tú y todos tus compañeros. A este proyecto lo está hundiendo la soberbia, la ceguera, la falta de integridad, la improbidad, la impunidad, la religión convertida en política. Deberías dejar de escudarte en denuncias y amenazas y bajar a debatir.

Venezuela se hunde, Diosdado.

Acá nos despedimos, cordialmente, esperando que no nos vayas a volver a demandar ahora por tomarnos el atrevimiento de saludarte con este texto. Porque nosotros seguimos aquí.