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Falleció José Curiel, exgobernador del estado Falcón
Curiel fue el último gobernador de Falcón de la oposición antes de la llegada de los esposos Montilla

El ex gobernador del estado Falcón, José Curiel, falleció el sábado 8 enero de 2022. Sus familiares aclararon que murió por consecuencia de una complicación derivada de una condición pulmonar preexistente y no por COVID-19.

«Su legado se extiende más allá de lo tangible, siempre entregado al trabajo por una mejor Venezuela. Fue un hombre de sueños y valores cristianos incuestionables, bisabuelo, abuelo, padre. Familiar amoroso y un ser humano que vivió desde la coherencia y el ejemplo», señaló su familia en una publicación en Instagram

Era ingeniero civil, miembro del partido social cristiano Copei y fue ministro de Obras Públicas en Venezuela (1969- 1973). Durante esta gestión se hicieron importantes obras para el estado Falcón, como la construcción del Hospital General de Coro y la primera etapa de la carretera Coro-Punto Fijo, la única que comunica a la Península de Paraguaná con el resto del país.

Otra de ellas fue la construcción del Aeropuerto Internacional Josefa Camejo y la del Puerto Muaco para el servicio de ferris con las Antillas Holandesas.

Fue diputado al Congreso Nacional y Gobernador del estado Falcón en el período 1996-2000. Impulsó múltiples proyectos como el desarrollo del Sur, masivos planes de vivienda, el Metro de Caracas, la Ley de Política Habitacional y la Zona Libre de Paraguaná. Actualmente, era miembro del Consejo Superior de la Democracia Cristiana.

El Pitazo reseñó que fue editor de libros y en sus últimos años escribía artículos de opinión para Últimas Noticias. Curiel fue el último gobernador de Falcón de la oposición antes de la llegada de los esposos Montilla, que llevaron las riendas desde el año 2000 hasta el 2017 y, posteriormente, se las entregaron a Víctor Clark que, actualmente, fue reelecto para su segundo período.

*Con información de El Pitazo.

Partidos políticos descuidaron la formación de su militancia

Mercedes Malave, presidenta el partido Unión y Progreso. 

La alta abstención también es un reflejo del desencanto de la gente por la baja calidad de la acción política de los partidos de la  oposición y la falta de formación de su militancia

 

@victoralvarezr

Con 80 % de rechazo al gobierno y sus candidatos, el país descontento tiene la oportunidad de ganar la mayoría de gobernaciones y alcaldías en las megaelecciones del 21-N. Postular candidatos unitarios que generen confianza y estimulen a votar es una obligación de los partidos políticos que se plantean recuperar la confianza en la institución del voto y retomar la ruta electoral.

Las condiciones electorales deben ofrecer a todos los partidos las mismas oportunidades de participar, sin intervenciones ni ventajismos de ningún tipo. No contribuye a la celebración de unas elecciones competitivas ilegalizar partidos políticos o despojar sus nombres y símbolos para entregárselos a disidentes que siguen el juego del gobierno. Así nadie se anima a votar por ellos.

Pero la alta abstención también es un reflejo del desencanto de la gente por la baja calidad de la acción política de los partidos. El electorado se desmotiva cuando ve a dirigentes y líderes políticos enfrascados en una sarta de insultos y acusaciones que, de ser verdad, los descalifican e invalidan para asumir cargos públicos de elección popular.

Desde la oposición se cuestiona la reelección indefinida, pero vemos que muchas organizaciones políticas tienen desde hace años el mismo presidente, el mismo secretario general, la misma dirección.

Parecen atornillados a sus cargos y así se le cierra el paso a nuevas generaciones de dirigentes. La falta de democracia interna en los partidos suele ser uno de los detonantes de esos conflictos internos que sirven de pretexto al gobierno y al TSJ para intervenirlos.

En los partidos de la oposición pareciera que la unidad no es un objetivo prioritario ni viable. Convencido de que a mayor cantidad de tarjetas en el tarjetón mayor será la confusión del elector, el gobierno exacerba su división al aprobar tarjetas a varios partidos. El oficialismo no le teme a la tarjeta de la MUD porque sin unidad es un partido más. Su reactivación, incluso, agravará las contradicciones internas de la oposición.

Con tantos partidos, si estos no pactan candidaturas unitarias, el voto opositor se dispersará. Aun si el gobierno acepta mejorar las condiciones electorales, si los partidos de la oposición van divididos y no presentan buenos candidatos a la mayoría de las 23 gobernaciones, 335 alcaldías, 250 diputados regionales y 2400 concejales, será muy difícil vencer la abstención. Y esto favorecerá a los candidatos del gobierno que ganarán con apenas el 20 % de los votantes.

Para analizar las condiciones electorales y la situación interna de los partidos políticos, invitamos a Mercedes Malavé a nuestra serie “Diez conversaciones estelares con diez mujeres comprometidas con una solución electoral y pacífica a la crisis venezolana”. Nuestra interlocutora es comunicadora social, con doctorado en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Además es directora de formación del IFEDEC y presidenta del partido Unión y Progreso.

Vea la conversación completa con Mercedes Malavé en este video:

 Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Copei ofrece su tarjeta para las próximas elecciones regionales
Alvarado indicó que la tarjeta de Copei estaría a disposición de líderes políticos y comunitarios

Juan Carlos Alvarado, secretario ad hoc del partido socialcristiano Copei, ofreció este lunes, 10 de mayo, la tarjeta electoral de la organización para las elecciones regionales.

Desde el Consejo Federal de Copei, Alvarado expresó: «Colocamos al servicio de los ciudadanos de la nación nuestra tarjeta, nuestra institución para que desde allí empecemos a construir los liderazgos base que necesita nuestro país».

De acuerdo con Alvarado, la tarjeta de Copei estaría a disposición de líderes políticos y comunitarios, aunque no militen en el partido.

“Hablamos de una participación formal, política y electoral, de esta manera le informamos al país nuestra activa participación en las consultas de alcaldes y gobernadores de este 2021”, destacó.

 

Además, la Junta Directiva ad hoc de Copei informó que se conformará una comisión encabezada por Miguel Salazar que se encargará de hacer seguimiento a temas electorales ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).

«La fracción de la democracia cristiana ya viene elaborando un documento para consignar ante el Poder Electoral y solicitar una reunión institucional a la Junta Directiva del CNE e iniciar este proceso de solicitudes que nos permite la Constitución para empezar a construir el camino de las garantías», añadió Alvarado.

De acuerdo con el secretario ad hoc de la tolda, «el proceso electoral representa un paso importante para que gran cambio que reclama la mayoría de los venezolanos”.

Con información de Unión Radio y TalCual

César Pérez Vivas denuncia atentado en sus oficinas administrativas
El dirigente político, Alfredo Méndez aseguró que encontraron al menos seis impacto de balas en los ventanales, paredes y escritorios del lugar

El exgobernador del estado Táchira, César Pérez Vivas denunció que su casa materna, donde funcionan sus oficinas administrativas, fue objeto de un atentado por parte de sujetos desconocidos.

Pérez Vivas confirmó la información a través de su cuenta de Twitter, y el dirigente de Copei, Alfredo Méndez explicó a El Pitazo, que encontraron al menos seis impactos de bala en los ventanales, paredes y escritorios del lugar, conocida como la «casa amarilla», en donde se reúne la dirigencia del Copei «democrático» y también el Frente Amplio.

«Al llegar a la casa donde funciona la sede administrativa del doctor César Pérez Vivas, vemos un hecho vandálico…Queremos rechazar este tipo de eventos, estas son situaciones que no pueden seguir pasando en Venezuela. Nosotros llegamos a creer que es un atentado contra esa voz que ha sido César Alejandro Pérez Vivas en favor de la democracia y en contra de la dictadura», acotó Méndez.

El dirigente político señaló que ubicaron algunos casquillos en el estacionamiento y entre los vidrios rotos.

Destacó que vecinos escucharon los disparos pero no lograron precisar en dónde estaba ocurriendo el hecho. Funcionarios policiales y de inteligencia llegaron al lugar en horas de la mañana de este lunes para recabar evidencias. 

Con información de El Pitazo

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana se pronuncia sobre el Esequibo

Foto de la izq. Fidel Castro, por Andrés Stapff, de Reuters. A la der. El río Esequibo, en la Guayana Esequiba. Foto en la web Ríos del Planeta

“Venezuela es lo primero. ¡Y un deber de patria la defensa de nuestro Esequibo ante la Corte Internacional de Justicia!

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana se dirige a la nación venezolana, a la Conferencia Episcopal y demás confesiones religiosas, a las universidades, a las academias nacionales, a los colegios profesionales, al sector empresarial y a los medios de comunicación social, a la resistencia democrática.

Pasadas una centuria y veintiún años desde 1899, cuando Rusia e Inglaterra despojan a Venezuela de la Guayana Esequiba mediante un laudo arbitral, político y transaccional, ajeno al Derecho internacional; mientras aquellas se hacían otras concesiones imperiales en el Asia Central, nos encontramos los venezolanos ante la circunstancia de debatir en un tribunal de Derecho, en la Corte Internacional de Justicia, los títulos históricos que dan legitimidad y legalidad a nuestra soberanía territorial sobre el Esequibo.

La mala fe de Guyana hizo imposible que, durante algo más de medio siglo, pudiese alcanzarse la solución práctica, amigable, recíprocamente satisfactoria y completa al diferendo planteado según los términos a los que se obliga aquella y la Gran Bretaña conforme al Acuerdo de Ginebra de 1966; logro diplomático alcanzado y sostenido por todos los gobiernos de la democracia hasta 1999.

Guyana violentó su deber de negociar y, como consecuencia, tal y como lo dice el acuerdo, Venezuela, bajo protesta guyanesa, puso en manos del Secretario General de las Naciones Unidas decidir sobre el medio de solución pertinente, en 1982. Este, quien aceptara el encargo desde antes, a raíz de la firma del Acuerdo de Ginebra, proveyó la figura de los buenos oficiantes, designando personalidades del Caribe angloparlante que fueron aceptadas por las partes.

Pero transcurridos 34 años sin resultados, ante la negativa reiterada de Guyana de encontrar una solución amistosa y recíprocamente satisfactoria, en 2016 el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a las partes que si en el curso de un año no lograban avenirse, entregaría la cuestión para su solución a la Corte Internacional de Justicia. Y así lo ha hecho.

La Corte Internacional de Justicia ha fundado su competencia en el Acuerdo de Ginebra, con lo que, bajo la perspectiva de su mayoría judicial, procederá a conocer sobre la nulidad o no del laudo arbitral de 1899 que nos despojase de la Guayana Esequiba. Venezuela y todos sus gobiernos y cancillerías, desde esa última fecha, invariablemente han sostenido la nulidad de dicho laudo, con argumentos tan convincentes que la misma Gran Bretaña no pudo negarse a la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966.

Ningún Estado, por derechos que tenga, puede alegarlos ante sí mismo o afirmar que bastan para defenderlos usar la fuerza o consagrarlos en su propia Constitución. De ser así, la misma Gran Bretaña y Guyana podrán afirmar, como lo han hecho, que en sus mapas y textos legales consta que la Guayana Esequiba les pertenece. En las controversias de tal naturaleza, al término y cuando el entendimiento entre los Estados ha fallado, le corresponde hablar y decidir al Derecho internacional y a su aplicación por la Justicia internacional.

El gobierno de Cuba, desde dicha fecha hasta el presente, ha acompañado a Guyana en su postura violatoria del Acuerdo de Ginebra. Y contribuido con su política exterior a que en el Caribe angloparlante se hubiese visto a Venezuela como nación agresora y no como la víctima que fue de la expoliación imperial británica.

No es de extrañar, así, que la misma Cuba esté influyendo en el régimen de Nicolás Maduro y en quienes lo sostienen dentro de la Fuerza Armada, para que no acuda a presentar sus sólidos argumentos de hecho y de Derecho ante la Corte Internacional de Justicia. Prefieren dejarle el espacio libre a la República Cooperativa de Guyana, con vistas a que ahora obtenga una decisión que, a diferencia del laudo arbitral de 1899, adquirirá carácter definitivo e inapelable. Así lo confirman sus estatutos, respaldados por todos los Estados parte de la Organización de las Naciones Unidas, entre estos la misma Venezuela.

A la nación venezolana y a sus diversas instancias sociales y políticas les corresponde elevar su voz para la protección de la casa que a todos nos pertenece. Para que de manera responsable, firme y serena, sin estridencias populistas o retoricas, menos electorales y que se quedan en casa, sus autoridades acudan ante la Corte Internacional de Justicia como país civilizado; y para que consignen los memoriales y argumentos irrebatibles que tenemos a manos para nuestra efectiva defensa. No hacerlo es una omisión de lesa patria, que no perdonarán las generaciones futuras. 

Marzo 13, 2021. 

Por el Consejo Superior Demócrata Cristiano:

Pedro Pablo Aguilar, Oswaldo Álvarez Paz, Henrique Salas Romer, Humberto Calderón Berti, Andrés Caldera Pietri, José Curiel Rodríguez, Abdón Vivas Terán, Julio César Moreno León, José Rodríguez Iturbe, Maritza Izaguirre, Román Duque Corredor, Haroldo Romero, Gloria Capriles, Nelson Maldonado, Ivonne Attas, Emilio López, Jesús “Chucho” Ganem, Guillermo Yepes Boscán, Enrique Naime.

Secretario Ejecutivo: Lorenzo Tovar Colmenares. / Consultores: Gustavo Tarre Briceño y Asdrúbal Aguiar. / Por COPEI: Roberto Enríquez, presidente y  Robert García, secretario general. / Por PROYECTO VENEZUELA: Henrique Salas Feo, coordinador general. / Por CONVERGENCIA: Biagio Pilieri, coordinador general.

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Andrés Caldera Pietri Ene 14, 2021 | Actualizado hace 4 semanas
Homenaje a Oswaldo Álvarez Paz

Oswaldo Álvarez Paz. Foto archivo de El Nacional

@AndresCalderaP

Para cuando COPEI se fundó, el 13 de enero de 1946, Oswaldo Álvarez Paz estaba a un mes de cumplir tres años de edad. Yo no había nacido. Pero estoy seguro de que él compartirá el hecho de que ambos crecimos en un ambiente de una gran familia extendida, la familia socialcristiana. Hombres y mujeres de mucho temple, profunda fe en Dios y gran capacidad de entrega y amor por Venezuela, trabajaban juntos por un ideal. Y la reciedumbre de la lucha los hizo cada vez más unidos.

Era una época tremenda, en la que quienes venían de la formación católica, entregados a la política como el mejor ejercicio de la caridad, encontraron un ambiente hostil, muchas veces violento; y no fue sino con su testimonio personal y con la coherencia entre la palabra y el proceder, como fueron ganando poco a poco la adhesión de la gente, para convertirse en la única fuerza política en Venezuela que llegó al poder por la vía pacífica y electoral en el cuarto intento por alcanzarlo.

En ese ambiente, de aquellos hombres y mujeres de una sola pieza, cuya larga lista no me atrevo a mencionar por el peligro de excluir a alguno y que sintetizo en la figura ampliamente reconocida de don Pedro Del Corral, crecimos con un profundo afecto entre todos, sincero, espontáneo, nacido de la conciencia de pertenecer a un grupo de ciudadanos decentes, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia, deseosos de llevar a la vida pública los valores de justicia social y solidaridad humana para construir una Venezuela mejor. “Yo soy nuestro”, es la expresión de un campesino que recogió Rafael Caldera en uno de sus tantos recorridos por el país, que sintetiza el sentimiento de los socialcristianos de entonces.

Así como a mí me tocó, desde que abrí los ojos, crecer en ese mundo de admiración y respeto, cálido y solidario, Oswaldo ha contado cómo desde las aulas del Colegio Gonzaga de Maracaibo, con apenas catorce años y rompiendo la tradición política familiar, comenzó a seguir el liderazgo de Rafael Caldera y de quien también, estoy seguro, le agradará escuchar mencionar, de Nectario Andrade La Barca, un zuliano insigne, honesto hasta los tuétanos. Nectario dictó cátedra en la universidad, en la política y en el gobierno, y hasta el fin de sus días fue ejemplo de humildad y rectitud. Claro que los jesuitas, como lo sabemos quienes hemos sido sus alumnos, deben haber sembrado temprano en él la semilla de su vocación política.

Oswaldo es de los más jóvenes de la generación del 58. Me parece una ironía que hace ya más de diez años tuve la ocasión de verlo en una entrevista en televisión en vivo, en la que uno de la audiencia le preguntó por qué se mantenía todavía activo en política, que si ya no era hora de retirarse; y pensar que hace apenas unas semanas dos contemporáneos suyos se disputaban la presidencia del país más poderoso del planeta. Lo que ocurre es que Oswaldo empezó muy temprano, y su participación en la política fue tan rápida y de tan buena estrella, que su frecuente aparición en los medios de comunicación hizo que algunos le dieran más años de los que tenía.

De líder estudiantil de la Universidad del Zulia, su alma mater, que recientemente decidió conferirle el doctorado honoris causa, vino a Caracas a dirigir la Juventud Revolucionaria Copeyana. Y desde entonces su proyección a todo el país lo convirtió en una de las figuras políticas con mayor carisma y aceptación en la política nacional. Diputado al Congreso, su rápido ascenso lo lleva a ser designado por Lorenzo Fernández como jefe de su campaña presidencial en 1972.

Presidente de la Cámara de Diputados en el período 1974-79, su estilo franco y directo lo fue convirtiendo en una de las referencias más importantes del espectro demócrata cristiano.

Fue significativa y recurrente su posición para que el partido no se cerrara a los juegos internos, para que se mantuviera abierto a la escucha del sentir de la población y lo interpretara, para que estuviera en sintonía con las aspiraciones y reclamos de la gente.

Yo lo veía siempre con admiración y respeto, con ese afecto sincero que nos identificaba con una causa, aumentado con la certeza de conocerlo depositario de la mayor confianza e intimidad de Rafael Caldera. Su cercanía familiar fue muy grande. Para mis hermanos Alicia Helena y Fernando, Cuchi y Oswaldo fueron de su máximo afecto y los acompañaron física y espiritualmente hasta su partida a la eternidad.

Durante el gobierno del presidente Luis Herrera Campíns, Oswaldo fue director de la fracción parlamentaria. En la campaña electoral de 1983, en la que tuve una de las experiencias de mayor aprendizaje y el honor de estar bajo sus órdenes en la Unidad de Medios -junto con Oscar Yanes, Luis Mariano Fernández, Guillermo Betancourt, Nelson Oxford y Félix Ramón Fernández- Rafael Caldera lo anunció como su futuro Ministro del Interior.

Años después, en 1987, ya él de nuevo en la oposición y yo estudiando en Francia, compartimos una inolvidable experiencia en Roma: la conmemoración en el Vaticano del veinteavo aniversario de la Encíclica Populorum Progressio presidida por su Santidad Juan Pablo II.

Como diputado fue un investigador y conocedor del tema del narcotráfico, una lucha que nunca abandonó. Fue un promotor de la descentralización, mucho antes de que apareciera el tema en la campaña de 1988 y de que el presidente Pérez la firmara en 1989.

Su decisión de presentarse en las primeras elecciones regionales generó gran felicidad a todos al verlo triunfar y convertirse en el primer gobernador electo del estado Zulia; y luego de una extraordinaria gestión de tres años, verlo reelecto en 1992 con un porcentaje verdaderamente abrumador.

Si hubo después diferencias, en cuanto al análisis de la situación del país y sus perspectivas, que nos llevaron a tomar caminos distintos, el afecto profundo que durante tanto tiempo vivió entre nosotros se mantuvo como esos hilos invisibles que nada los destruye. Él mismo, con su nobleza de siempre, se ocupó de pasar la página el 24 de enero de 2006. Ese día, en que Rafael Caldera cumplía noventa años, fue a visitarlo a Tinajero, y en la soledad de su cuarto los dos se abrazaron en medio de una gran emotividad. Caldera le dijo que era el mejor regalo que había podido recibir.

En estos duros años que hemos vivido en el país, Oswaldo ha seguido siendo el luchador brillante, valiente y sincero de siempre. Han intentado callarlo con atropellos físicos y morales. Lo han puesto en prisión y todavía hoy le siguen conculcados sus derechos más elementales. Lo mantienen sin documentación, impedido de salir del país sin orden judicial, y privado de su derecho ciudadano en el registro nacional electoral.

Pero él sigue firme en su posición, sin dejarse amilanar, haciendo conocer sus orientaciones hacia el país en la columna que religiosamente escribe desde hace muchísimos años y expresando sus posiciones con toda claridad cada vez que puede hacerlo.

Aquí está Oswaldo, con nosotros, como nunca ha dejado de estarlo. Ahora desde el Consejo Superior de la Democracia Cristiana ganamos con su experiencia y su prestigio. La labor que ha venido desarrollando este Consejo en su primer año de vida ha sido orientadora en la postura de los demócrata-cristianos acerca de los temas de la actualidad nacional.

Son muchos los venezolanos que no solamente reconocen el aporte histórico de la Democracia Cristiana en la construcción y desarrollo de nuestra experiencia democrática, sino que creen en ella como la opción política más completa para la realización de la persona humana en la vida social.

En el Consejo, hemos dejado a un lado las diferencias del pasado y hemos dado ejemplo de unidad. Si hemos proclamado la unidad como el camino indispensable para que la oposición encuentre la ruta para el restablecimiento de nuestra democracia, hemos sido los primeros en dar el ejemplo, más cuando entendemos que la política no puede estar divorciada de la ética y que la sinceridad en el discurso y la credibilidad en la dirigencia es la única vía para la ganar la confianza de los venezolanos.

En nombre de todos los integrantes del Consejo Superior de la Democracia Cristiana manifestamos nuestro sentir jubiloso y nos unimos al partido COPEI que en su 75 aniversario le tributa este merecido homenaje a nuestro compañero y amigo Oswaldo Álvarez Paz.

Oswaldo, el zuliano emotivo, el excelente padre y abuelo, el mejor amigo, el político sincero y valiente, el hombre de fe y de coraje, se ha dado por entero a servir a Venezuela y sigue estando entero para hacerlo.

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Desde el puente | El tiempo pasa y el país empeora

@osalpaz

Buena parte del liderazgo político y social del país no ha asumido la responsabilidad que le corresponde frente a la dramática situación del país. El cabeceo entre algunos se intensifica, pero el primer objetivo compartido por todos se diluye. Despierta recelos quizás injustificados, pero que no escapan a la atención del ciudadano común.

Me refiero al cese de la usurpación que significa la salida de Maduro y el fin definitivo de este régimen. Todo esto en un momento crucial cuando, además, el régimen está entrampado en múltiples confrontaciones internas, deserciones y maniobras de unos cuantos importantizados para ponerse a buen resguardo cuando esto se desplome.

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana ha recogido un planteamiento hecho desde diversas trincheras que poco a poco ha tomado cuerpo. Se parte del indiscutible principio según el cual la soberanía reside en el pueblo, único soberano, quien debería ser el dueño y señor de su propio destino.

La Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, bajo la conducción de Enrique Colmenares Finol y otros apreciados compatriotas, han sugerido la convocatoria a una gran consulta nacional para que el pueblo se pronuncie directamente sobre el presente y su destino inmediato. Algo parecido se hizo en aquella jornada del 16 de julio con resultados extraordinarios, pero sin haber concretado la mejor forma de ejecutar los resultados de esa consulta.

En esta oportunidad está despejado el camino para que el propio presidente encargado, Guaidó, y la Asamblea Nacional legítima que también preside, asuman la responsabilidad de la convocatoria.

Así como el compromiso de lograr el apoyo de toda la comunidad internacional para respetar y hacer cumplir lo que el pueblo directamente exprese en la consulta. Por supuesto, también se impone trabajar para que los sectores democráticos de las fuerzas armadas, todavía existen, asuman la responsabilidad con la ayuda y cooperación directa e indirecta del exterior.

El proceso debe iniciarse de inmediato con la designación de las autoridades electorales que deberán dirigir el proceso. Invito a la lectura del documento del Consejo Superior DC, las declaraciones formales de los voceros de ANCO, y de variados planteamientos en la misma dirección formulados por calificados voceros de algunas regiones como Táchira y Zulia, entre otras.

El tiempo pasa. Debemos tomar la iniciativa e impulsar el camino señalado, garantizando la ejecución de los resultados. Es la hora. Esta es una ruta posible si la asumimos con la convicción y el coraje necesarios. Por supuesto que hay riesgos y peligros. Pero no podemos exigirle al pueblo que continúe con sus sacrificios personales y familiares día a día; que libra batallas concretas en su lucha por la subsistencia en medio de la inseguridad general y la carencia de las cosas básicas para vivir. Es la hora del liderazgo, de pasar de la retórica a la acción.

Lunes, 24 de agosto de 2020

 

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Elias Pino Iturrieta Feb 12, 2020 | Actualizado hace 2 semanas
Los desafíos de una gira

@eliaspino

 

El exitoso periplo de Juan Guaidó en el exterior debe cambiar el rumbo de la política venezolana. La sonoridad de su visita, por la acogida que tuvo en los poderes establecidos de Colombia, Europa y América del Norte, obliga a pensar en la posibilidad de una mudanza de los trabajos de la oposición en términos positivos. Lo que hizo el joven en su viaje, jamás llevado a cabo antes por un líder venezolano que no detentara el poder a plenitud, conduce a pensar en la apertura de horizontes alentadores en la evolución de un conflicto que transitaba por camino torcido debido a los pasos torpes de la dirigencia en 2019. Todos sabemos los detalles de la gira, susceptibles de provocar gestos de aclamación, pero pueden quedarse en la reminiscencia de una epopeya si lo que realizó en el extranjero no se vuelve trabajo convincente entre nosotros.

Lo que hará el régimen usurpador después de la elevación de Guaidó no cabe en estas líneas, porque seguramente será semejante a lo que ha llevado a cabo hasta ahora: no solo negar los eventos, sino también asegurar que el líder solo existe en el universo de las fantasías. No cambiara el fundamento del discurso, ni su tratamiento de los problemas populares. Continuará su idilio con Rusia y su dependencia de Cuba, que quizá se vuelvan más intensos por razones obvias, pero lo mantendrá sin variaciones de fondo porque le ha permitido sobrevivir sin aprietos. Seguirá su concubinato con la falsa oposición y con los individuos comprados para controlar el Capitolio, que existían antes de la gira y sobre cuya continuidad no admite dudas pese a la repelencia que producen. De allí que lo más interesante pueda ahora consistir en una mirada hacia los de nuestra orilla, no en balde son los más concernidos, para ver de a cómo les tocará en adelante.

Y el primer concernido es el triunfal viajero, quien no las llevaba todas consigo cuando hizo las maletas. Ojalá cuando las deshaga, mientras cuelga la ropa en el armario, entienda la necesidad de una mudanza seria de las maneras de hombre público que lo habían conducido a un apocamiento evidente.

Debe pasar de la retórica desgastada a vocablos que se conviertan en el imán del principio, pero, en especial, a una mudanza radical de estrategias para que sus trofeos no naden dentro de pronto en agua de borrajas. El hombre que fue capaz de la elevación exterior, debe llegar a un encumbramiento doméstico sin el cual no se puede pensar con seriedad en metas cercanas. Nadie le puede disputar el liderazgo luego de la fulgurante cruzada, a menos que esté loco o dominado por los consejos de la egolatría, pero debe mimar y multiplicar ese liderazgo porque las pasiones de los pretendientes al lugar estelar están a la espera del oxígeno que los reanime.

Un asunto que no solo incumbe al líder ascendente de nuevo, sino especialmente a los partidos de la oposición. Deben despertar de su letargo para darle con la puerta en las narices a los enclenques rivales de Guaidó, pero especialmente para meterle cemento a una unidad que solo existe en apariencia. Hay que decirlo con claridad: persisten en su seno los odios congénitos entre PJ y VP; se ve a los adecos como unos vejestorios sin destino, mientras ellos levantan las credenciales de su antigüedad para distanciarse de la inexperiencia de los más jóvenes; las banderías de cuño regional no ven más allá de su topografía lugareña, mientras subestiman las necesidades de lo panorámico; todos han dejado que Copei se cocine  en su propia salsa, sin buscar fórmulas para que la verde familia abandone la fragmentación; la pretensión oficialista de controlar mediante presiones subalternas a los partidos que le parecen temibles, no se ha enfrentado con el coraje correspondiente; individuos con el solo aval de su voluntad, o con patrones inconfesables,  realizan faenas de torpedeo constante a la nave de sus ¨amigos¨; desde el extranjero, líderes y grupúsculos no hacen de amalgama sino de interferencia. Si la administración que se ha creado desde la presidencia de la AN no ha funcionado como se esperaba, o ha estado distorsionada por lunares y sombras, se debe a esta dislocación que debería terminar en breve.

Después de una gira internacional tan cargada de promesas, Guaidó y los partidos que lo acompañan están ante el desafió de la coherencia y del triunfo.  

Deben buscar la consistencia que no ha sido su emblema, el éxito que les ha sido esquivo por propia responsabilidad, por una incongruencia que no solo los ha alejado de la posibilidad de tener el poder sino también el favor popular.

El viento de otras latitudes es tornadizo y no se quedará para facilitar la vida de la oposición.