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#1S

Sep 04, 2016 | Actualizado hace 8 años
Contundente Mayoría, por Henrique Capriles Radonski

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Foto: Lorena Meléndez | Toma de Caracas

Para quienes necesitan ver para creer, la evidencia fue lo que pasó el jueves en la Gran Toma de Caracas, cuando un río desbordado de esperanza, sepultó cualquier sombra de duda

Los venezolanos han demostrado, como dice Nacho en su nueva canción, que somos un pueblo ¡VALIENTE!

Es inaceptable que aunque nuestra Constitución dispone en el artículo 50 que “toda persona puede transitar libremente y por cualquier medio por el territorio nacional (…)”, es decir, que el derecho al libre tránsito está contemplado tanto en la Carta Magna como en la Ley de Transporte Terrestre y la mayoría de las ordenanzas municipales, el gobierno haya pretendido obstruir esa garantía.

Pero la fuerza del pueblo fue superior a cualquier obstáculo. Sorteando las guarimbas y alcabalas que puso el gobierno, en toda la geografía nacional se movilizaron miles de venezolanos con el objetivo de llegar a Caracas, y la voz del pueblo fue tan fuerte que silenció los gritos de la injusticia.

Y es que, como hemos venido diciendo, cuando se camina solo se puede llegar más rápido, pero cuando caminamos juntos llegamos más lejos. Unidos siempre llegaremos más lejos. Bajo ese principio hemos ido construyendo el camino del cambio en nuestra Venezuela.

En los últimos años hemos dado importantes pasos hacia el cambio, hemos tenido la paciencia y la habilidad para vencer no solo al gobierno, sino a todo el poder del Estado. Y lo dijimos, no se trataba sólo de consolidar nuestra fuerza, sino que teníamos que convertirnos en una fuerza social inclusiva de abajo hacia arriba, lo suficientemente grande para ganar y cobrar la victoria, y hoy ya no cabe duda de eso, porque quienes queremos cambio somos una inmensa mayoría.

Todos los estudios de opinión dan cuenta de ello, el 80% del país se cansó de los abusos de un gobierno corrupto e incapaz, cuyo único logro es convertir a Venezuela en el país de las dificultades.

Y eso es lo que el mundo vio el jueves, el miedo que tiene Maduro al Revocatorio, porque además sabe que hay un pueblo en la calle dispuesto a defender su derecho a decidir. Por cierto, la cúpula del gobierno tendrá que buscarse otro asesor, porque quien les dijo que cerrando las vías iban a desmovilizar a la gente se equivocó, el efecto fue totalmente contrario.

Si de medir fuerzas se trata, en Venezuela hay una nueva mayoría. Los objetivos de la Toma de Caracas se cumplieron. Los venezolanos demostramos que la inmensa mayoría quiere un cambio y que este cambio sea pacífico, democrático, electoral y constitucional. Lo que se vivió en Caracas esta semana es el sentimiento de los venezolanos que alzaron su voz en un solo grito de cambio: REVOCATORIO.

Quedó más que nunca demostrado que el poder es un préstamo que proporciona el pueblo y que en democracia tiene como sustento la legitimidad otorgada mediante el voto popular. Y nuestra Constitución nos da una herramienta que nos permite castigar a los malos gobiernos, que es el Revocatorio.

Y por esta razón, más de 1 millón de personas se movilizaron por las avenidas Río de Janeiro, Francisco de Miranda y Libertador, y muchas otras calles conexas, todas estuvieron abarrotadas, lo que constituyó un hecho histórico en Venezuela.

La Toma de Caracas fue una jornada cívica, una movilización contundente con la que iniciamos una nueva etapa de cara al Referendo Revocatorio. Pese a la matriz de opinión que se pretendió vender desde el gobierno, en la que se decía que detrás de la movilización pacífica había una intención golpista y que el escenario era similar al 2002, los hechos hablaron por si solos e ilegitimaron aún más las acciones de la cúpula corrupta e incapaz.

Al gobierno le quedó grande la Bolívar y a la Unidad pequeña Caracas.

La capacidad de convocatoria del gobierno se agotó. La cúpula que temporalmente mantiene el poder en Venezuela es un grupo muy escuálido. La manifestación que convocaron en la avenida Bolívar de Caracas fue minúscula, a lo sumo asistieron 20.000 personas, al lado de una movilización contundente de todos los venezolanos que quieren cambio, que llenó 18.7 kilómetros de esperanza.

Maduro, como llegaste te vas: sin gloria; como un error en la historia de nuestro país.

Ya entramos en una nueva etapa, en nuevas acciones que garanticen el cumplimiento de nuestras garantías constitucionales. El cacerolazo del jueves en la noche le dejó aún más claro al gobierno que perdieron el apoyo de las zonas populares, ya que el estruendo de las ollas se escuchó en todo el oeste de Caracas, pero además retumbó en toda Venezuela, porque el pueblo clama por soluciones que el gobierno de Maduro no brinda.

Nos movilizaremos todas las veces que haga falta para hacer escuchar la voz de nuestro pueblo que pide respeto a la Constitución, que se fije de una vez la fecha de la recolección del 20% de manifestaciones de voluntad y la posterior celebración del Revocatorio. ¡Venezuela quiere un cambio!

La hoja de ruta que seguiremos incluye una nueva movilización hacia las oficinas del Consejo Nacional Electoral en todo el país el próximo miércoles 7 de septiembre. En este caso los de Caracas acompañaremos a nuestros hermanos de los estados. Las señoras del CNE tienen que decidir si tomarán las decisiones correctas o si se terminarán de hundir en el desprecio colectivo. Deben sopesar si les importa más seguir manteniendo en el poder a un gobierno bajo el secuestro inconstitucional o abren definitivamente la válvula de escape a la situación de crisis que vive el país. En todo caso no deben olvidar que ellas serán responsables de un posible estallido social que barrerá con todo si le roban los derechos a los venezolanos, algo que nadie desea.

Exigimos la fecha del 20% y las condiciones de la recolección. Cuando mínimo el CNE tendrá que disponer 20.000 máquinas. Esto corroborado por las palabras de la propia señora Lucena, quien habló de 1 máquina por cada 1.000 electores, ya que la recolección tiene carácter nacional. Todos los 20 millones de electores tienen derecho a expresarse.

También es inaceptable que se pretenda colocar un mínimo de manifestaciones de voluntad por estado, cuando se trata de una circunscripción nacional. Es una aberración, si fuera así, en 8 estados del país Maduro no tendría ni voz ni voto, como quien dice.

Mientras el gobierno siga violando la Constitución seguiremos movilizándonos. El pueblo entendió que el cambio es posible con la unión y la organización. Es una obligación de Maduro someterse a la consulta popular. Es un derecho que tenemos todos los venezolanos y debemos seguir luchando por él. ¡Qué Dios bendiga a nuestra Venezuela!

*Tomado de: Henriquecapriles.com

No tengáis miedo, por José Toro Hardy
TomadeCaracas1S
petoha@gmail.com @josetorohardy
El 1 de septiembre fuimos testigos de una marcha apoteósica, no solo por su concurrencia -1.100.000 personas según la MUD- sino por su significado. Su característica principal es que fue una manifestación pacífica lo cual le dio la mayor contundencia.
Cuando los ciudadanos se enfrentan con violencia a las dictaduras llevan las de perder, porque los Estados Policiales no dudan en hacer uso de la fuerza. Pero aun los más atroces y sanguinarios regímenes no pueden enfrentar a los pueblos que luchan por vías pacíficas. Eso lo enseñó Ghandi.
El «Otoño de las Naciones» de 1989
Fue una ola de revoluciones que recorrió a Europa Oriental y Central provocando el derrocamiento en pocos meses de todos los gobiernos comunistas de la Órbita Soviética. Se trataba de feroces dictaduras que habían sido instauradas por Stalin desde la II Guerra Mundial.
Lo característico de estas revoluciones es que fueron desencadenadas por grandes manifestaciones pacíficas -cargadas de autoridad moral- donde centenares de miles de ciudadanos reclamaban libertad y protestaban por la escasez.
Esos regímenes comunistas, pertenecientes al Pacto de Varsovia, acudieron a la URSS a pedir el mismo auxilio que en el pasado habían recibido de Stalin, Krushev y Brezhnev. Pero Mijaíl Gorbachov se los negó. Y es que la propia URSS -profundamente dependiente del petróleo- había caído desde 1984 en una severa crisis a raíz del desmoronamiento de los precios petroleros.
Incapaces de apartarse de la ortodoxia comunista, los gobernantes de Polonia, Alemania Oriental, Hungría, Checoslovaquia y Bulgaria se aferraron sin embargo a sus estados policiales creyendo que por la vía de la represión iban a contener la situación.
Pero aquellos regímenes bárbaros lucían inermes frente a las inmensas manifestaciones de ciudadanos que reclamaban pacíficamente. Recurrieron a la estrategia de enviar a prisión a muchos  líderes  opositores como ocurrió con Lech Walesa en Polonia, con Havel Václav en Checoslovaquia y muchos otros líderes opuestos al comunismo.
Pero lo único que lograron fue aumentar su popularidad al victimizarlos. A la vez los mandos de aquellos ejércitos sabían que no podían ordenar a sus hombres que dispararan contra ciudadanos que marchaban en paz pues corrían el riesgo de que se insubordinaran.
El Muro de Berlín
En pocos meses todos estos gobiernos comunistas se derrumbaron. Ese fue el caso del gobierno de Erich Hoenecker en Alemania del Este. En noviembre de 1989, sin un tiro, cae el siniestro Muro de Berlín -símbolo de la brutalidad comunista- erigido por órdenes de Krushev para impedir que los alemanes orientales se fugasen hacia Occidente. Las dos Alemanias se volvieron a unir y hoy en día conforman la más importante potencia de Europa.
Solidaridad
En Polonia fenomenales manifestaciones pacíficas de ciudadanos marcharon en respaldo a los obreros del Sindicato Solidaridad de los Astilleros Gdansk dando al traste con el gobierno comunista del General Jaruzelski. Su líder, Lech Walesa, se hizo acreedor al Premio Nobel de la Paz y fue electo presidente de Polonia.
La Revolución de Terciopelo
Fue un asombroso movimiento pacífico por el cual el Partido Comunista de Checoslovaquia, impotente, perdió el monopolio del poder político en 1989. Se instaló entonces un gobierno parlamentario en el contexto de un Estado de derecho y un sistema económico favorable al capitalismo. Havel Václav fue electo presidente.
Hungría
Aupado por enormes marchas pacíficas, en octubre de 1989, el Parlamento eliminó el nombre de «República Popular de Hungría» y adoptó el de «República de Hungría», acogiéndose a la democracia, garantizando DD.HH y civiles y dejando en el pasado al régimen comunista que en 1956 había arremetido a sangre y fuego contra la disidencia húngara con el apoyo de los tanques del ejército rojo de la URSS enviados por Nikita Krushev.
El fin de la URSS y muerte de comunismo
En 1991 le tocó el turno a la propia URSS. El ejército ruso, radicalmente comunista, se opone al Glassnot y la Perestroika de Gorbachov, le dan un golpe de estado y lo apresan junto con su esposa Raisa. Estalla entonces una enorme manifestación pacífica encabezada por Yeltsin, líder de la oposición y alcalde de Moscú. El ejército rojo, con todo su poderío, no se atreve a disolver aquellas protestas y dejan en libertad a Gorbachov. Vienen elecciones en las cuales el propio Yeltsin es electo presidente. Allí muere el comunismo y se disuelve la URSS.
Ceausesco
El único país de la Órbita Soviética donde el gobierno ordenó disparar contra las manifestaciones fue Rumania y el resultado fue que el dictador Nicolás Ceausesco y su esposa Elena fueron apresados, sumariamente enjuiciados en televisión -donde era tan adicto a intervenir- y fusilados en diciembre de 1989.
Juan Pablo II
Las manifestaciones pacíficas marcaron, sin que se dispara un tiro, no solo el fin del comunismo sino de la segunda nación más poderosa del mundo: la URSS. Vale aquí la pena recordar las palabras del Papa Juan Pablo II al dirigirse a los manifestantes que marchaban en aquel «Otoño de las Naciones» de 1989: «No tengáis miedo»

 

Luis De Lión Sep 04, 2016 | Actualizado hace 8 años
¿Una marcha más?, por Luis de Lion

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En estos largos y en apariencia interminables 17 años de chavismo, se han producido, varios eventos en los que los demócratas han tomado la calle de forma masiva para protestar. Más allá del desmantelamiento institucional y de la destrucción de la sociedad venezolana, como gran obra del bolichavismo, de forma esporádica, pero contundente, la masa ciudadana se ha acercado al terreno de la confrontación política directa.

No voy aquí a enumerar la larga lista de fechas en que se han tomado las calles contra el plan chavista primero y luego contra la dictadura una vez constituida. Pero, vale notar que, la primera gran marcha ciudadana se produjo el 23 de enero del 2002.

Infinidad de elecciones mediante, este jueves 1ro de septiembre  se produjo una nueva y muy numerosa, puede que sea de las más concurridas, protesta opositora.

Así hemos recorrido 14 largos años de movimientos pacíficos, pero sin eficiencia política.

El mayor riesgo  es que esa inmensa masa ciudadana se sienta sola. Frente a la aplanadora de una dictadura que avanza sin frenos.

El manifiesto leído este jueves por la MUD  dejó ese mal sabor de desolación, ante la inmensidad de la convocatoria. De su lectura, no se extrae ninguna idea fuerte. No nos hizo sentir parte de un grupo, dispuesto a resistir.

Resulta políticamente imprudente, agradecer la asistencia y sin más, decirles será hasta otra oportunidad. Sin mensaje y sin la épica narrativa indispensable para mantener vivo, atento y dispuesto, prácticamente a todo un país.

Hoy luce nuevamente desbordada una vocería política opositora, que solo es capaz de la acción política que se limita a la tarima y al partidismo. Además de, poco creativa y a ratos hasta reaccionaria.

Algunos de los asistentes, el pasado jueves, con razón se sintieron abusados por unos convocantes, que se valieron de la música a todo volumen para no escucharlos. También vieron como hubo dinero para gorras, banderas y franelas con símbolos de sus partidos, pero ni un vaso de agua se le repartió a los convidados.

Gestos, entre muchos otros, que no te hacen sentir parte de un grupo.

A la desconvocante retórica, se le suma el ritornello de los tenores de la opinión, evocando un fantasmal y constante miedo, por parte de la tiranía. Una matriz, que no genera emociones positivas fuertes, ni objetivas y menos aún palpables.

Así amaneció Caracas el viernes 2 , sin marcas, sin trazas. Ninguna señal, como continuación de lo ocurrido el jueves.

Nuevamente, no se supo o no se quiso, darle al momentum la necesaria carga política. El manifiesto de la MUD, debió ser desafiante, exigente, buscando imponerse políticamente. El conformismo político es una enfermedad huérfana. Las ocasiones, se pueden volver cada vez más esporádicas.

En política se es ganador, solo cuando se logra hacer retroceder al poderoso.

 

 

@ldelion

Gonzalo Himiob Sep 04, 2016 | Actualizado hace 8 años
Sobre el 1S, por Gonzalo Himiob Santomé

 

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Cualquier intento de restarle importancia o contundencia a la imponente manifestación cívica del 1S en Caracas luce, y es, francamente estúpido. Son palabras fuertes, lo sé, pero uno de los males que nos tiene arrastrando la “revolución” desde hace ya casi 18 años es el de habernos forzado, en demasiados casos, a dejar de llamar a las cosas por su nombre. Esas tergiversaciones, esas abusivas licencias en el uso de las palabras, e incluso las distorsiones del lenguaje que exhibe el oficialismo cuando se afana en construir sus surrealistas narrativas sobre cualquier suceso nacional, que al final del día no son más que distorsiones de la realidad que en éste se expresa, nos han hecho mucho daño ya.

 

Es una estupidez colosal, por ejemplo, decir que a la manifestación del 1S solo concurrieron unas 30.000 personas. También lo es afirmar, como se vio en las redes sociales con la promoción automatizada y posterior del hashtag “#1Svictoriachavista”, que la jornada había concluido en una suerte de reivindicación del chavismo y del madurismo, cuando la imbatible pared de la verdad demuestra precisamente todo lo contrario. La manifestación opositora del 1S, sobre todo comparada con la paupérrima demostración del gobierno, el mismo día, en la avenida Bolívar, nos confirma que la calle ya no es “revolucionaria”, que el pueblo está cansado de maldades, tonterías e ineficiencias, y que Maduro ha fracasado estrepitosamente en la defensa de lo que el oficialismo llama “el legado”. También fue una majadería épica la de servirse del día, obviando que la atención del mundo iba a estar puesta sobre nuestra nación, para amenazar con la eventual promulgación, inconstitucional por demás, de una fórmula que permitiese, con la anuencia del TSJ, allanar la inmunidad de nuestros disputados saltándose a la torera la Constitución. La rabieta huele, se ve y se revela como una patada de ahogado, absolutamente impropia en un régimen que se proclama “sólido” y “respaldado por el pueblo”, y así lo entendió el país y el planeta entero.

 

También fue una obtusa estupidez la movida de cerrar desde temprano los accesos a Caracas, como si eso fuese a detener a quienes estaban decididos a participar en la manifestación, que hasta a pie se animaron a llegar, o como si solo los que viven en la capital y que estaban dispuestos a participar, y participaron, en la protesta, no fuesen suficientes para demostrar que al poder, en Venezuela, ya se le acabó la gasolina. Al final del día, el esfuerzo fue inútil, y lo único que logró fue que a las claras violaciones a los DDHH a las que lamentablemente nos tiene acostumbrados el gobierno cada vez que el pueblo alza su voz, se sumara la de la restricción ilegal e inconstitucional de nuestro derecho al libre tránsito que, hasta dónde sé, no ha sido sujeto a excepciones ni a limitaciones formales de ningún tipo. Lo vio Venezuela y, para jaqueca de Maduro, lo vio el mundo entero.

 

No hay que escatimarle a la MUD sus méritos. Se puede ser crítico con ella, aunque algunos de sus miembros tiendan a recibir los cuestionamientos con la misma mala vena que tienen para las quejas los oficialistas, pero lo cierto es que demostró una monumental capacidad de convocatoria y, por encima de todo, coherencia. La actividad, como toda buena demostración ciudadana que se precie de serlo, tuvo su inicio, su clímax, y su final bien definidos. No hubo cartas bajo la manga ni sorpresas, y a nadie se le engañó. Haciendo una que otra salvedad estratégica, los objetivos generales, las actividades a desarrollar y la manera en que la protesta sería llevada a cabo eran del conocimiento de toda la ciudadanía y eso, definitivamente, contribuyó a su éxito. Unos cuantos, algunos presos del hartazgo, pero con buena intención, y otros radicalizados hasta sí, la estupidez, le reclamaron luego a la MUD “más contundencia” y hasta acciones no solo fuera del programa sino fuera del marco constitucional. A estos, más que atacarlos, toca recordarles lecciones viejas, como las de abril de 2002, que ya debemos tener más que aprendidas, y también que esta carrera no es de velocidad, sino de resistencia.

 

Como notas negativas yo destaco, y aquí seguro alguno me caerá encima, la revelación anticipada y fuera de lugar de las pretensiones presidenciales de algunos voceros opositores. El 1S no era día para eso. Pretender llegar a ser presidente es derecho de cualquiera pero, en mi humilde opinión, aún hay mucha tela que cortar como para estar empezando a crear, en las filas políticas opositoras, asperezas innecesarias. El objetivo “A” no está cumplido, así que poco cabe decir aún sobre los objetivos “B” o “C”. También veo como negativo que algunas personas, no necesariamente “infiltrados”, ya finalizada la manifestación se hayan dado a la tarea de hacer “dibujo libre”, de espaldas al llamado al retorno a casa de la dirigencia política, empañando el éxito general de la protesta cuando ya el potente músculo opositor, y el evidente talante mayoritario y pacífico de quienes están en desacuerdo con Maduro, habían demostrado su verdad al mundo entero. La lamentable consecuencia de ello se evidenció en las más de 60 detenciones en Caracas, de algunos exaltados, es verdad, pero también de muchos inocentes que terminaron pagando platos que no rompieron. El destino de 23 de ellos seguía pendiente al cierre de estas líneas.

 

Más allá de esos detalles, el balance en general no puede ser más positivo. Una vez más el pueblo nos dio motivos para seguir adelante y, por encima de todo, para llamarnos, con todo orgullo y con mayúscula, Venezolanos.

 

@HimiobSantome

 

La Toma de Caracas: Lo que la oposición logró y lo que queda pendiente

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El curso que ha emprendido la Mesa de la Unidad Democrática y la sociedad civil venezolana con el llamado a manifestaciones organizadas, amplias y no violentas ya rindió su primer fruto el 1ero de septiembre: movilizar a más de 1 millón de ciudadanos de manera pacífica. Superado ese hito, la pregunta que se hacen los venezolanos es a la vez sencilla y retadora: ¿y ahora qué?

Por Gitanjali Wolfermann @GitiW

“La Toma de Caracas fue un éxito rotundo”, dijo Jesús Chúo Torrealba justo después de informar que 1.100.000 venezolanos habían participado en la manifestación convocada por la Mesa de la Unidad Democrática. Según sus cálculos, a los 18 kilómetros de asfalto caraqueño que cubrió la manifestación hay que sumar las concentraciones registradas en el interior del país y también en 48 ciudades del mundo. En total, Torrealba estimó que más de 2 millones de venezolanos protestaron el 1ero de septiembre para exigir que el CNE diera la fecha y las condiciones para la realización del referendo revocatorio.

“La Toma de Caracas no es el final de nada sino el inicio de una nueva etapa de lucha. ¿Qué fue lo que pasó ayer? pues que le demostramos al país y al mundo el tamaño de la Venezuela que quiere cambio”, dijo el secretario de la MUD en la rueda de prensa que ofreció el viernes 2 de septiembre.

Medido en función de la masiva convocatoria de la MUD, es innegable el éxito político que se anota la oposición. Más aún cuando tuvieron que sortear toda clase de obstáculos, desde las amenazas de despidos masivos a los funcionarios públicos que marcharan, hasta las barricadas -literales y burocráticas-, que les impidieron a muchos llegar a Caracas.

Incluso la frontera impuesta por el jefe del Gobierno de Distrito Capital, Daniel Aponte, quien dijo que la marcha no contaba con los permisos para pasar dentro de su jurisdicción, fue cruzada por miles de manifestantes que partieron desde la Av. O’Higgins, uno de los siete puntos de concentración previstos por la MUD, con varios diputados al frente de la movilización.

 

   

Tras un mes de rumores que alimentaron toda clase de temores en los ciudadanos, quedó claro que la determinación de marchar pudo más que el miedo a la violencia y a los supuestos planes de golpes y autogolpes.

 

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¿Y ahora qué?

 

El llamado de la MUD a las calles tiene una finalidad manifiesta: obtener el cronograma del referendo revocatorio, meta que no se ha materializado aún. De allí que la MUD presentó un manifiesto con la hoja de ruta para lograr ese objetivo: el miércoles 7 de septiembre se convocó para una jornada de 6 horas de protesta frente a las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral. Por los momentos, la sede principal, ubicada en Caracas, quedó excluida.

El propio CNE anunció que el martes 13 de septiembre daría la fecha y la logística para la recolección del 20% de voluntades que solicitan la realización del revocatorio. De no cumplirlo -o si las condiciones anunciadas no se corresponden con lo que dice la Constitución-, la MUD activará una jornada de 12 horas de protesta el miércoles 14 de septiembre.

¿Qué condiciones espera la MUD? Que la recolección del 20% sea como lo indica la Constitución, esto es, con circunscripción nacional; y que se habiliten al menos 40 mil máquinas de votación desplegadas en al menos 14.500 centros de votación en todo el país.

“La MUD debe entender que para que su ultimátum sea creíble y realmente se convierta en una amenaza para el régimen (y este decida ceder en su posición), eso debe venir acompañado de una escalada de protesta ciudadana, pacífica, no violenta, contundente (por lo masivo) y llena de un único mensaje: no cederé hasta que respetes mi derecho a realizar el revocatorio. Ese es el disparador para una reacción en cadena”, afirman desde ORC Consultores.

“Por ahora, el régimen puede responder con más represión al ver que la advertencia de la MUD de llenar las calles de Caracas se esfumó a las 2:00 de la tarde. Puede resultar polémico, pero en el realpolitik, así como la MUD ganó al mover a la gente a la calle en paz, el régimen de Maduro también tuvo algunas ganancias en el terreno de la movilización de sus adeptos y al evitar que otras facciones del oficialismo se activaran abiertamente a favor del revocatorio, sin embargo, perdieron la batalla de la opinión y su eterno discurso del golpismo siguió perdiendo credibilidad”, destaca la consultora.

De acuerdo con ORC Consultores la realidad política posterior al 1ero de septiembre levanta las siguientes alertas:

Arremetida del régimen: más detenciones de políticos y otros líderes de opinión; materialización de allanamiento de inmunidad de diputados de la AN; ilegalización de partidos políticos; más represión en las siguientes protestas.

Desánimo: que la gente que hoy se movilizó pacíficamente comience a perder las esperanzas sobre la eficacia del mecanismo de presión o giren a acciones violentas ante el desespero por la crisis que los tiene agobiados.

Radicalización: que el escenario «rodilla en tierra» agarre más forma y termine por enterrar las esperanzas de un revocatorio antes del 10 de enero de 2017.

 

 

¿Podrá la MUD conducir una campaña exitosa de resistencia civil no violenta?

En la rueda de prensa que ofreció la MUD un día después de la multitudinaria manifestación, Torrealba destacó que la Toma de Caracas “no había sido una marcha más sino una nueva forma de organización. La nueva ciudadanía democrática es ciudadanía en acción en la calle de manera disciplinada”.

Tras el 6D y el 1S es evidente que el principal activo de la MUD es la gente. “Hoy estamos viendo que casi 9 de cada 10 venezolanos reconoce que hay una grave crisis económica y ese mismo porcentaje le atribuye la responsabilidad al presidente. La realidad es que la crisis rompió la polarización política y en consecuencia se ha ido configurando una heterogeneidad en el descontento”, explica el sociólogo Daniel Fermín.

“La fuerza de la gente en la calle es fundamental para lograr los cambios políticos, sobre todo porque no se trata solo de un cambio de gobierno sino de todo un sistema político y económico”, sostiene Fermín.

Ahora bien, ¿cómo tienen que ser esas movilizaciones? “Lo primero es que deben estar muy bien organizadas y mantener la unidad de propósito. La movilización del 1ero de septiembre la convocó la MUD, cierto, pero el 1S sobrepasó a la MUD porque allí estaba la sociedad civil en toda su diversidad, los estudiantes, los gremios, los sindicatos. Esa capacidad para convocar de manera amplia a todos los sectores del país es clave», argumenta el sociólogo.

Otra condición es que las movilizaciones deben ser inexorablemente no violentas. «Qué pasa con eso, que los venezolanos solemos colocar el tema de la no violencia en el departamento de la ingenuidad y del comeflorismo pese a que la evidencia histórica demuestra que las campañas no violentas tienen un grado de efectividad mucho mayor que las protestas violentas. Este aprendizaje es nuevo para los venezolanos: las manifestaciones pueden ser contundentes y no violentas a la vez”, agrega Fermín.

Aunque fue uno de los elementos más cuestionados, Fermín destaca que entre los aciertos del 1S estuvo haber dado una hora de cierre a la actividad porque “fue una vacuna contra la violencia de los infiltrados”.

“¿Cuáles son los retos de la MUD ahora?, el primero es mantener su convocatoria lo más amplia posible porque existe la tentación de regresar al esquema de movilizar solo a los cuadros de los partidos, cosa que es buena pero no es suficiente. Otro reto es saber comunicar cada éxito. A la oposición le ha costado mucho aprender a saborear las victorias y apreciar cuánto ha avanzado”, afirma Fermín.

Imágenes de familias enteras marchando en las calles de Caracas evidencia que al logro cuantitativo del 1S hay que agregarle una importante victoria cualitativa: “las mediciones de opinión demostraban que a partir de 2014 la gente asoció casi automáticamente protesta con violencia; esa percepción negativa repercutió en que muchos dejaron de marchar”, explica el sociólogo.

 

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“La movilización popular en los términos que planteó la MUD: masiva, diversa y no violenta, deja la mesa servida para el cambio político. Es cierto que el activo del gobierno es su control sobre las instituciones del Estado y eso no va a cambiar sin la presión de la gente en la calle que genere desafecciones en sus filas. Hoy, incluso dentro del chavismo hay consenso en torno a la transparencia y constitucionalidad del revocatorio como vía para que la gente tenga la última palabra y es muy difícil oponerse por la vía de tecnicismos. Ellos también lo saben: el revocatorio es un derecho”.

Antes, durante y después del #1S, por Milos Alcalay

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 La «Toma de Caracas» del 1 de Septiembre  reunió  en la ciudad capital a más de un millón de ciudadanos dispuestos a exigir un cambio pacífico, democrático y constitucional.  Este triunfo es incuestionable,  a pesar de todas las acciones del Gobierno en desconocer su importancia, como lo hizo la Canciller Rodríguez al lado del Ministro Reverol- acusado en los Tribunales Norteamericanos por narcotráfico – al convocar al Cuerpo Diplomático para denunciar la ficción de que se trataba de un “golpe de Estado” y que se concentraron tan solo 30.000 manifestantes.

 

El clamor popular de los demócratas fue tan abrumador, que las fotografías recogidas en las primeras páginas  de la gran prensa mundial, reflejaron la realidad. No sirvió de nada que expulsaran a periodistas de Le Monde, Miami Herald, Al Jazira y otros.

Nunca en la historia de Venezuela, se había dado una marcha de esa proporción, y ello se logró a pesar del hostigamiento en los barrios populares, amenazas a funcionarios públicos, atropellos al libre tránsito cerrando las vías de acceso a Caracas y las estaciones de Metro, 136 detenciones arbitrarias, entre ellas las de Alcaldes y destacados dirigentes políticos  y una infinidad de prohibiciones que intentaban impedir que se diera de manera exitosa la manifestación.

Pero al igual que no pudieron frenar el triunfo parlamentario en las elecciones del 6 de Diciembre del 2015, que le dio a la oposición  2/3  de los curules, tampoco pudieron evitar que los venezolanos se lanzaran a las calles para demostrar pacíficamente su repudio al Gobierno de Maduro, a la crisis humanitaria, a la imposición de una condición de «mendigos» en los que las madres de familia de cualquier estrato social están obligadas a sufrir durante horas en colas indignantes para ver si al fin de su espera en la intemperie consiguen  pan, azúcar, arroz o medicamentos que son utilizados como mecanismo de dominación de  un Gobierno corrupto, ineficaz y militarizado que ha despilfarrado la inmensa riqueza en ingresos petroleros durante más de una década.

La gran interrogante ahora es responder “que viene después del 1S”?  Estamos en el comienzo del fin del Gobierno. Pero la pregunta más difícil es responder CUÁNDO Y COMO. A la pregunta, CUÁNDO, tanto los líderes políticos de Gobierno como los de oposición están obligados a encontrar de manera urgente una solución constitucional, pacífica e inmediata porque la inmensa mayoría de venezolanos –chavistas y no chavistas- están entrando en una peligrosa desesperación como resultado de la acumulación de la crisis humanitaria, económica, social, política y ética.

Mientras más se tarde en encontrar una solución, más se agrava la desesperación. En cuanto al CÓMO, la manera más fácil sería el  garantizar que se realice el Revocatorio este año. De postergarse la fecha, -como se está haciendo- el RR perdería su finalidad porque sería un Referendum Ratificatorio, en apoyo al Gobierno fracasado, y permitiría que Maduro nombrase a dedo su sucesor. Y eso no sería aceptable para la mayoría de los venezolanos, ya que podría generar respuestas no tan pacíficas. Si se cierran las puertas del cambio, podría ocasionar una IMPLOSION como ocurrió en los regímenes comunistas de Europa del Este, o, más grave aún producirse una EXPLOSIÓN SOCIAL, con consecuencias imprevisibles como las que vivieron países de la “primavera árabe”.

 

Por supuesto que lo ideal sería que el Gobierno entendiera que ya terminó su tiempo, que  los vientos democráticos soplan de nuevo en América Latina y entender que el Poder, no es eterno ya que es el soberano, el que tiene la palabra.

 

@milosalcalay

Chuo Torrealba: A la Toma de Caracas asistieron un total de 1.100.000 personas

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El secretario ejecutivo de la Unidad Democrática, Jesús Chuo Torrealba, ofreció un balance final de la concentración que denominaron la Toma de Caracas, el jueves 1 de septiembre.

Torrealba explicó que: “las avenidas Libertador, Francisco de Miranda y Río de Janeiro, suman 13 kilómetros. Ayer, sumando las arterias viales adyacentes, llenamos 18 kilómetros; fueron un millón cien mil personas. La Toma de Caracas fue un éxito multitudinario”.

EAfirmó que el acto de Nicolás Maduro en la avenida Bolívar fue “precario y escuálido”. “En esa arteria vial caben alrededor de 95 mil personas. Ahí, ayer, no habían ni 7 mil”, aseguró-

Por otra parte, agradeció por el comportamiento pacífico que reinó a lo largo del acto convocado por la Unidad.

“La impaciencia es válida, pero para vencer hace falta organización y estrategia. Cabeza fría (…) Nosotros sí llegaremos a Miraflores, pero con votos”, insistió.

Y agregó: “Lo que ocurrió ayer fue importante; no solo por el número, sino por el comportamiento de esa multitud en la calle”.

El secretario general de la MUD explicó que 48 horas antes del 7 de septiembre, cuando tienen planeado manifestar en las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral, darán los detalles de esa movilización.

Afirmó que si el 13 de septiembre el CNE no da la fecha y  condiciones para la recolección del 20% de las firmas, 14 de septiembre iniciará la campaña para que se de. Recordó que corresponde a la totalidad del registro electoral ser convocado para la recolección de voluntades.

Torrealba también hizo mención al ‘cacerolazo’ realizado en la noche de este mismo jueves y aseguró que es el comienzo de la agenda de lucha que la MUD anunció en la Toma de Caracas.

Además, contó que en el observatorio del 23 de Enero esta protesta “fue espectacular”. “En el sector del Rincón del Taxista, dentro de la misma parroquia y donde funciona un punto de encuentro de colectivos, fue ensordecedor”

“Me reportaron desde AntÍmano, El Valle, Coche, desde el Sur de Maracay. Ayer se llevó a cabo el Cacerolazo más espectacular que Venezuela haya escuchado”, concluyó.

*Con información de Prensa Mesa de la Unidad Democrática

Reverol mostró pruebas de presunto plan golpista del #1S

Reveron

El ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó que varios documentos hallados en un dispositivo de seguridad de Daniel Ceballos revelan la gestación de un presunto plan desestabilizador que se activaría en el Distrito Capital, este jueves 1º de septiembre.

Aseguró que las acciones ejecutadas por los organismos de seguridad lograron frustrar un plan de golpe de Estado, con la desarticulación de un campamento paramilitar cerca del Palacio de Miraflores y la neutralización de focos de violencia tras la marcha de la oposición.

Explicó que el primero de septiembre se iban a realizar “asesinatos selectivos” para emular el 11 de abril de 2002 y generar así un golpe de Estado. Indicó que en el campamento se localizó un lote de armas de guerra, municiones, material explosivo y varias prendas militares.

El ministro presentó estas pruebas junto a la canciller Delcy Rodríguez ante el cuerpo diplomático acreditado en el país.

 

 

 

*Con información de Globovisión