A una mujer se le rompieron las sandalias, un hombre se cayó y se rajó el pantalón, un motorizado perdió el control y se estrelló: la bajada, en camino de tierra, angosto y empinado, desde la carretera Panamericana hasta el colegio Filomena de Figueroa puso a prueba a los votantes de San Antonio de Los Altos, sobre todo a los reubicados de los colegios El Buen Consejo y Luis Egui Arocha. “La gente no se imaginó que el centro de votación quedaba tan lejos. Para llegar fue muy complicado”, dice Abril Mejías Romhany, votante del Buen Consejo.
El Filomena de Figueroa es un colegio construido en terrazas, en la ladera de una montaña de los altos mirandinos. En las paredes, murales del expresidente Hugo Chávez; alrededor, vacas, caballos, vacas, estiércol, pinos, vacas, monte, frío, vacas. Desde temprano, votantes del Buen Consejo y del Egui comenzaron a estacionar sus carros cerca de los hoteles de la Panamericana para comenzar a bajar, a pie, hasta su nuevo centro de votación. Aunque había autobuses habilitados, la ruta era tan delgada que en algún momento colapsó. Por ahí se enfilaron, durante más de media hora de marcha, jóvenes, adultos y ancianos con bastón. Fue una jornada de trekking improvisado para elegir al gobernador del estado Miranda.
“Había muchísima gente bajando. En el camino hasta pusieron puntos de hidratación. De subida veías a los ancianos agotados”, dice Mejías Romhany. Ya en el centro, el Plan República no facilitó el proceso para que los votantes habituales y los cientos de reubicados ejercieran, cansados y lejos de casa, su derecho ciudadano sin contratiempo.