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Tragedias causadas por las lluvias que pudieron evitarse
El 6 de septiembre de 1987, se reportó el hecho es conocido como “Tragedia El Limón”, un deslave que afectó la zona urbana El Limón, en Aragua. 33 años y tres días después, tras varios días de lluvias, el Río Limón se desbordó de nuevo causando inundaciones en la localidad

El sábado 8 de octubre de 2022, el desbordamiento de la quebrada Los Patos causó un deslave en Las Tejerías, estado Aragua. Hasta el viernes 14 de octubre, se han registrado 50 fallecidos por el incidente.

El deslave en Las Tejerías no es la primera tragedia de este estilo que ocurre en Venezuela. Ríos como El Limón y Orinoco también han ocasionado inundaciones, desprendimiento de capa vegetal y deslizamientos de tierra en diferentes estados del país. 

Desde la Tragedia de Vargas, en diciembre de 1999, hasta lo ocurrido en Las Tejerías, al menos han sucedido siete hechos en donde altos niveles de lluvia no previstos, la mala planificación urbana y la falta de medidas preventivas se han juntado para causar pérdida de vidas humanas e incalculables daños materiales.

El deslave en Las Tejerías ocurrió por varias razones, según expertos consultados por Runrun.es:

  • No hay estaciones hidrometeorológicas para monitorear.
  • No hay oficinas de hidrometeorología, ni estudio de cuencas.
  • No se le puede atribuir el factor climático exclusivamente a un evento aislado como el alud ocurrido en Las Tejerías.
  • No hay prevención de riesgos, las declaraciones de Nicolás Maduro sobre las inundaciones 10 días antes del deslave en Las Tejerías es un indicativo de que las instituciones tienen información de los patrones de riesgos para prevenir, pero que no comunican sus hallazgos a la población.

Runrun.es hizo una recopilación con algunos de los deslaves e inundaciones de mayor magnitud ocurridos en Venezuela en las últimas décadas. Haz click sobre la imagen para ver este trabajo:

Los microplásticos ya se asentaron en Venezuela
Se confirmó la presencia de fragmentos de plásticos menores a 5 milímetros en las costas de Sucre, en el Lago de Maracaibo y en los peces del Río Orinoco
Aseguran que es casi imposible clasificar los químicos de los microplásticos dentro del país para evaluar su riesgo e impacto 

 

El biólogo Carlos Lasso estaba en su oficina del Instituto Humboldt en Bogotá. Revisaba los informes de su estudio sobre la población de peces que habitan en las profundidades del Orinoco Medio, la frontera fluvial entre Puerto Ayacucho, estado Amazonas, y Puerto Carreño, en Colombia.  

Era junio del 2022 cuando recibió la llamada de un asistente de investigación. 

—Profesor, uno de los peces eléctricos que encontramos en la desembocadura del río Meta al Orinoco tiene microplásticos en su estómago —dijo el asistente—. Creo que debemos revisar el resto de las muestras. 

Lasso se alarmó. En los treinta años que el biólogo ha estudiado la fauna del río Orinoco y sus afluentes dentro del territorio venezolano no había visto un fenómeno como este. Tampoco lo vio en ninguna de las tesis de los estudiantes que trabajan con él. 

Varias semanas después, el equipo de investigación, conformado por universidades y fundaciones de Colombia y Venezuela, descubrieron que las comunidades de bagres, peces eléctricos y curvinatas que viven en río tenían en sus tractos digestivos fragmentos pequeños de plásticos

En su estudio preliminar, de los 175 peces que han evaluado, 57 mostraron haber ingerido microplásticos en algún punto de sus vidas. El 33% de esa población ya estaba contaminada con fragmentos de plásticos menores a 5 milímetros. 

El estudio se convirtió en el primer reporte sobre la contaminación por microplásticos en peces de profundidad de aguas dulces o continentales en Venezuela

Fragmentos de un gran problema

Los microplásticos son trozos minúsculos de botellas, envases y otros productos hechos con polímeros que expulsan las industrias o son degradados por las corrientes de agua, el clima o por procesos químicos que producen el ser humano y los animales al ambiente. 

Los fragmentos tienen variedad de colores, de formas y de composiciones químicas. Puede ser una pequeña esfera roja del tamaño de un grano de arena o un filamento parecido a una larva de mosquito. Todo depende del producto del cuál alguna vez formaron parte.

Un trozo de plástico degradado es considerado un microplástico cuando tiene entre 1 y 5 milímetros de longitud o diámetro.

«El trabajo binacional se concentraba en un principio en describir la diversidad de peces que habitan en las profundidades del río Orinoco, alrededor de 50 metros bajo el agua. Al tratar de describir la dieta de los peces más importantes, conseguimos por default que gran parte consumió microplásticos con forma de filamentos», dijo Carlos Lasso en una entrevista a Runrun.es. «En la década de los 80 y 90 nunca se había encontrado esto».

El biólogo aseveró que hasta ahora no hay registro de microplásticos en las cuencas del Amazonas o en sus afluentes para los peces de profundidad. Se espera que el estudio completo sobre los peces del Orinoco se publique en diciembre del 2022.

«Esto es una evidencia que existe contaminación por microplástico en el río Orinoco. Los peces que se alimentan de esos fragmentos viven en el fondo del río. Entonces se puede decir que el plástico se acumula en el suelo y los peces lo confunden con larvas de insectos». 

Dentro de la población de peces que evaluó Lasso, al menos 4 especies de bagres y 9 especies de peces eléctricos (conocidos como «cuchillos») son las poblaciones con mayor presencia de microplásticos en sus tractos digestivos.  

«La frecuencia con la que aparecen los plásticos en sus estómagos dependen de la época del año», dijo Lasso. «Mientras el nivel del agua en el río es alto, los peces cuchillos tienen mayor cantidad de plástico en su dieta. Los bagres tienen mayor cantidad cuando el nivel del agua es bajo. Independientemente de la frecuencia, el riesgo está en que los cuchillos son parte de la alimentación de los bagres comerciales que consumen las comunidades que viven cerca del río».

Vectores de riesgos 

Aunque la contaminación por plásticos se menciona desde 1970, en los últimos 5 años se ha reportado la presencia de microplásticos en varios ecosistemas en todo el mundo, e incluso en el propio ser humano

Según una investigación del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y las universidades de Cádiz y Siena, tanto los microplásticos como los nanoplásticos (fragmentos menores a 1 milímetro) pueden alterar el ADN de las microalgas, las algas unicelulares y otros organismos que hacen fotosíntesis y brindan de oxígeno a los océanos. 

En 2019, la ONU y el Comité Científico Asesor de Seguridad Alimentaria de Cataluña aseguraron que los microplásticos están presentes en la mayoría de los crustáceos, peces, corales y otros animales marinos debido a la presencia descontrolada de desechos sólidos en los océanos del mundo.  

Se estima que entre de 4,8 a 12,7 millones de toneladas de plástico entran al medio marino cada año, pero solo 1% de esa cantidad se recupera fuera del agua. El resto sigue flotando en las corrientes y se precipita en el lecho marino o de los ríos, donde finalmente los animales lo consumen al confundirlo con su dieta natural

Existen dos clasificaciones de microplásticos: los primarios, conocidos también como «pellets», que son bolas de resina utilizadas por las industrias para fundirlas y crear un producto plástico final, y los secundarios, que son aquellos que vienen de la fragmentación de productos procesados en el ambiente.

Microplástico primario o «pellet» encontrado en las costas del Lago de Maracaibo. Cortesía de Nicolino Bracho.

«Los microplásticos secundarios son los más comunes en todas partes», dijo José Grillo, miembro del Laboratorio de Comunidades Marinas y Ecotoxicología de la Universidad Simón Bolívar. «El problema aparece porque el plástico tiene contacto con todo ser vivo. En su composición también tienen otros productos aditivos que tenían cuando no estaban fragmentados para resistir a la luz ultravioleta, colorantes o sustancias antimicrobianas». 

Para Grillo, los microplásticos tienen «tres capas de preocupación»:

 El propio polímero de que está hecho el material;

Los componentes aditivos o metales pesados que recubren el plástico, liberándose paulatinamente en el ambiente;

La capa de microorganismos que se adhiere a las partículas de plástico y se ven afectadas directamente por los químicos que suelta. 

«La toxicidad de los plásticos es un proceso complejo que depende de los compuestos por el que está hecho el material. Uno de los más peligrosos son los recubiertos por bisfenol, que está presente en los envases de comida y se ha demostrado que puede cambiar el ciclo hormonal de los peces. El bisfenol puede cambiar las hormonas y crear un desbalance entre machos y hembras para el proceso reproductivo de la especie», comentó. 

Entre el 2021 y el 2022, varias publicaciones de revistas científicas como Science y Elsevier han reportado la presencia de microplásticos en el torrente sanguíneo y en las placentas del ser humano, así como en la lluvia y en los ríos en Estados Unidos. Pese a que el impacto de los microplásticos está bien documentado en el medio ambiente, aún no se sabe con exactitud los riesgos del fenómeno para la salud pública

El ecotoxicólogo afirma que el contexto del Arco Minero del Orinoco vuelve a los microplásticos un tema de mayor riesgo. 

«Los microplásticos pueden absorber y acumular metales pesados, como el mercurio, y liberarlo dentro de los peces cuando se lo comen. Y si nosotros nos alimentamos de esos peces, existe la posibilidad de intoxicarnos con mercurio de forma indirecta. Los microplásticos son vectores de patógenos, parásitos y compuestos tóxicos», aseveró.  

Microplásticos en Venezuela

Comparado al resto de la región sudamericana, Venezuela tiene una deuda con respecto a la evaluación de los microplásticos en sus costas. El financiamiento reducido en el país marcó el 2022 como el hito de las primeras publicaciones que reafirman la presencia de microplásticos en territorio nacional. 

Los estudios de campo se remontan en las playas de Venezuela en 2019. El biólogo marino Luis Medina Faull y la doctora en geoquímica Adriana Gamboa investigaban muestras de arena en las costas del Estado Sucre. La investigación se llevó a cabo gracias al National Geographic Society, la Universidad de Oriente y la Universidad Politécnica Territorial Clodosbaldo Russián. 

Bajo una metodología propuesta por Luis Medina junto a su equipo doctoral en la Universidad de Stony Brook en Nueva York, lograron sistematizar la identificación de microplásticos para precisar si su origen está ligado directamente a las industrias contaminantes o a la degradación de plásticos procesados en el ambiente.

Parte de esa metodología se utilizó para clasificar los fragmentos plásticos en la playa San Luis del estado Sucre, cuyos resultados se publicaron este año. El estudio, monitoreado por Gamboa, revela que en un kilogramo de muestras de arena puede haber entre 17 y 34 partículas plásticas

Sin embargo, la doctora en geoquímica afirma que profundizar las investigaciones en Venezuela es una tarea monumental. 

«Los alcances de la investigación dependen de los objetivos de la investigación, de los recursos económicos y la disponibilidad de los equipos de alta tecnología. La tecnología es muy escasa en nuestro país. Es bastante complejo llegar a un estudio completo (en Venezuela)», dijo Gamboa, profesora en la Universidad Clodosbaldo Russián. 

Gamboa aseveró que los retos se centran principalmente en la cantidad de estudiantes reducida y la falta de equipos en los laboratorios nacionales. Por ahora los estudios se centran en la clasificación por tamaño, color y forma. 

Hasta ahora, solo ha podido clasificar el tamaño y el color de microplásticos en 14 playas en Sucre y 2 en Lecherías, estado Anzoátegui. Ella preserva todas las muestras en su propia casa para analizarlas químicamente en un futuro. 

«Aunque no hemos podido analizar químicamente las muestras, se puede saber en algunos casos qué nos encontramos por su forma física. Generalmente hay poliestireno, conocido vulgarmente como anime y que es usado en las bandejas de comida. Es bastante tóxico y no se puede reciclar. También tenemos polipropileno, que está en las fibras de pesca, y polietileno tanto de baja como de alta densidad, que se usan en las bolsas de mercado o en las botellas duras, como las de shampoo. Algo que también estamos encontrando es poliuretano, que son los fragmentos de esponjas». 

Recubierta de petróleo

En el Lago de Maracaibo las botellas de plástico y los envoltorios de chucherías aterrizan en las costas del norte del Zulia junto a las algas cianóticas y las manchas de crudo. 

Cortesía: EFE / Jackdwin Sáez y Annia Hidalgo Vargas.

 

Al haber una gran presencia de desechos sólidos en las costas del lago más grande de Sudamérica, la presencia de microplásticos es la mayor hasta los momentos en el país, con más de 200 unidades por kilogramo de arena o muestra

«Desde principios del año pasado empezamos con los muestreos en 7 playas del norte del Estado Zulia», dijo Nicolino Bracho, profesor de la facultad de ingeniería de la Universidad del Zulia. «A diferencia de otras costas, como las de Sucre, tanto los macroplásticos como los microplásticos se recubren con los derrames de petróleo, y sin aditivos químicos eso es casi imposible de remover. Al estar cubiertos de crudo el proceso de fragmentación es mucho más rápido y es mucho más dañino para todas las especies que viven allí».

Sus hallazgos se publicaron en febrero de 2022 con el apoyo de Luis Medina y Andreína Gamboa. 

Entre las muestras de microplásticos secundarios en las orillas del Lago se clasificaron fragmentos de tereftalato de polietileno (PET, que se encuentran en botellas de agua o refresco), vinil-acetato (EVA, conocido como “foamy”), caucho sintético (Neumáticos), polipropileno (PP), polietileno (PE), poliestireno (PS o “anime”) y policloruro de vinilo (PVC)

El equipo de Bracho pudo clasificar entre sus muestras microplásticos primarios o pellets. Pero hasta ahora no se puede precisar si estos microplásticos provienen de industrias cercanas o de otras latitudes del mundo arrastradas por el mar. 

«En Venezuela, el único lugar donde se ha hecho la caracterización de los microplásticos es en el Instituto de Investigaciones en Biomedicina y Ciencias Aplicadas de la Universidad de Oriente (IIBCAUDO); pero, como no tenemos todos los equipos para identificar los polímeros, las muestras se envían con Luis Medina a Nueva York», comentó Bracho. 

Monitorear, educar y limpiar

La acumulación de desechos sólidos en las playas venezolanas es un fenómeno altamente documentado, pero no sistematizado. A lo largo de toda la costa existen diversas organizaciones de la sociedad civil como Azul Ambientalista, La Papelera tiene Hambre, El Zulia Recicla y la Universidad de Oriente que documentan la cantidad de plásticos y educan a la población. 

«Aunque existen esfuerzos periodísticos para monitorear el tema de los desechos sólidos en el país, no existe un marco de referencia sistematizado y con criterios científicos sobre la acumulación de desechos sólidos en Venezuela», aseveró Gamboa. «En mi caso trato de dar conferencias para motivar a las personas a limpiar las playas y mantener consciencia para reducir el impacto».

Los focos más representativos se concentran entre el occidente y el centro del país, pero la comunidad científica no duda que los microplásticos están en la mayoría de los cuerpos de agua donde se encuentran vertederos al aire libre o acumulación de basura. 

Según un reportaje colaborativo organizado por el Correo del Caroní, existen diversos vertederos al aire libre a las orillas del río Orinoco que no han sido atendidos por más de siete años

Los entrevistados no dudan que los microplásticos en los peces es una expresión más de la contaminación en toda la cuenca del Orinoco, con afluentes en Colombia y Venezuela. 

Pese a que el panorama sigue incierto, científicos, activistas y comunidades sensibilizadas al medio ambiente siguen avanzando en el control para aminorar el desbalance en los ecosistemas acuáticos del país

«Tratamos de hacer investigación y acción», explicó Bracho. «Mantenemos brigadas de educación a las poblaciones y colegios para trabajar todo el tema ambiental. Los investigadores y activistas no hacen nada haciendo brigadas de limpieza nada más, se debe entender que lo que hacen en el patio de su casa puede dañar al ambiente. No se estaría atacando una gran parte del problema de ser así». 

Derrame petrolero afecta área ambientalmente sensible del río Orinoco
Las fotos publicadas por la Asociación Civil Kapé Kapé, mostraban una larga mancha negra en la orilla y en las aguas del río Orinoco, cerca de pueblos pesqueros en el delta del Orinoco

 

Un derrame petrolero de la empresa mixta Petrowarao, uno de los proyectos de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), está afectando un área ambientalmente sensible del río Orinoco. Así lo informó la agencia de noticias Reuters.

La fuga provino de un pozo de petróleo en la Plataforma G, dijo una de las fuentes consultadas, refiriéndose a la infraestructura ubicada en el campo de Pedernales.

«Esa área está en ruinas y abandonada. Tiene viejos pozos oxidados que aún tienen crudo atrapado adentro», dijo la fuente.

Las fotos publicadas por la Asociación Civil Kapé Kapé, mostraban una larga mancha negra en la orilla y en las aguas del río Orinoco, cerca de pueblos pesqueros en el delta del Orinoco. 

Hace aproximadamente una década, antes del colapso de la producción petrolera de Venezuela, el campo Pedernales producía unos 5 mil barriles diarios de crudo, según estimaciones independientes. El campo carece de electricidad, lo que se suma al aislamiento del lugar, agregó la fuente.

derrame petrolero

*Puede leer también: OVF: La actividad económica se expandió 12,3% durante el primer semestre de 2022

*Con información de Reuters

En peligro miles de personas por las crecidas del río Orinoco
La atención insuficiente de los diques de contención del río Orinoco por más de medio siglo pone en peligro a miles de personas en el Delta

 

El río Orinoco tiene un importante aumento de nivel con el período anual de lluvias, alcanzando un promedio histórico de 16 metros sobre el nivel del mar. Tucupita y el resto de la población tenían al río como único medio de comunicación con el resto del país y ello requería una travesía de varias horas.

Con el objeto de incorporar parte de ese territorio al desarrollo del país, era necesario construir una obra que protegiera a esa población de las inundaciones y que permitiera a su vez el aprovechamiento de tierras para la agricultura y ganadería.

En la década del 60 el Estado venezolano emprendió la construcción de un sistema de diques o muros de contención y una estructura para el control del caudal del caño Mánamo, conocida localmente como «El Cierre», para impedir que las aguas del Orinoco inundaran el área a proteger. Tales obras, puestas en servicio en el año de 1966, ocasionaron ciertos desequilibrios ambientales. Sin embargo, favorecieron el crecimiento poblacional y desarrollos ganaderos en espacios que anteriormente permanecían inundados en tiempos de crecidas del río.

Históricas crecidas del río Orinoco

Crecidas históricas del río Orinoco en el delta

Cabe mencionar que la mayor creciente registrada del Orinoco ocurrió en 1892, con 19,14 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.). Por ello, las obras se construyeron para proteger de inundaciones de esa magnitud y más.

En los últimos años las crecientes han venido superando los niveles regulares. Así, la del 2017 fue de 17,34; la del 2018, la segunda más grande registrada en 129 años, fue de 18,34; y la del 2021 fue de 17,26 m s. n. m. Estos niveles alarman y concuerdan con las perturbaciones ocasionadas por el calentamiento global. Por lo que se teme, con sobradas razones, que pudieran ocurrir en un futuro cercano crecientes de mayor magnitud. Estas podrían rebasar los muros de contención, pues sus condiciones actuales están muy disminuidas y distan mucho de ser la obra puesta en servicio hace 55 años.

La atención insuficiente de esa infraestructura por más de medio siglo ha conducido entre otras cosas a:

a) La pérdida significativa de sus dimensiones y forma. Tanto, que esos muros de tierra compactada perdieron altura, grosor y solidez a raíz de filtraciones y socavamientos a lo largo de sus 172 km. Por tales razones fue rebasado y parcialmente destruido en un sector al final de la creciente del 2018. Esto revela cuán menguado está, pues tal crecida fue inferior en 0,8 metros a la de 1892, que es la creciente referencia para la construcción de la referida obra;

b) se han perdido por acción del río partes de la infraestructura. Es el caso del relleno hidráulico y el tabique de rocas que la protegían de las corrientes;

c) perdimos, por sedimentación y urbanismo, el aliviadero previsto para las grandes crecidas;

d) La gran sedimentación en las proximidades de la infraestructura para el control de aguas («Cierre») eleva significativamente el nivel de las crecientes y pone en peligro su estabilidad y

e) se teme el colapso del «Cierre» por los importantes socavamientos detectados a su alrededor y no corregidos desde hace catorce años.

El Cierre o dique de contención de las crecidas del río Orinoco tiene muchos años sin mantenimiento.

Hay que destacar que la citada infraestructura es crucial para la población pues constituye LA ÚNICA SALIDA VÍA TERRESTRE DE TUCUPITA.

La situación de la obra

El estado actual de la obra, sumado a las perturbaciones cada vez más frecuentes y catastróficas por el calentamiento global, nos expone a una inundación intempestiva; la misma afectaría en mayor o menor grado a más de 160 000 deltanos que habitan los espacios protegidos de las inundaciones.

El llamado es urgente al gobierno nacional y regional para que se ocupen de corregir prontamente las vulnerabilidades de la obra. La idea es que, en tiempos de crecidas del río, nos proporcione seguridad y no zozobra.

Tucupita 10 de noviembre del 2021.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Ashley Flores Sep 11, 2018 | Actualizado hace 2 meses
¿Por qué crece el Orinoco?

@ashfloresm

Pocas cosas son difíciles de recuperar como un colchón mojado. Miles de familias en los estados Amazonas, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas y Guárico han perdido sus colchones, sus muebles, su ropa, sus hogares tras el desbordamiento del río Orinoco cuya cota- después de 42 años- sobrepasó los 18,34 metros sobre el nivel del mar (msnm). Solo en el estado Bolívar, los afectados llegan a 15.208. En Apure hay más de 8 mil personas que lo perdieron todo. La cifra podría aumentar. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) pronosticó lluvias hasta mediados del mes de septiembre.

Deforestación por minería ilegal

La minería ilegal aceleró la deforestación en la Amazonía venezolana. La organización no gubernamental dedicada al estudio de la biodiversidad en Venezuela, Provita, calculó que un total de 5.266 kilómetros cuadrados de vegetación fueron arrasados entre 2000 y 2015. La mitad de esa superficie verde boscosa se perdió durante los últimos cinco años.

Para los ambientalistas, las crecidas de los ríos dependen de una cantidad de factores que están actuando simultáneamente. En primer lugar, todos los ríos tienen ciclos de crecidas y bajadas dependiendo de las condiciones climáticas. Los años más lluviosos tienen ciclos largos que pueden tardar de 50 a 100 años para producir crecidas muy grandes. La deforestación también juega un papel importante en esta situación.

“Uno de los temas particulares en cuanto a la crecida de los ríos es la deforestación que se viene dando por la minería ilegal. Es posible que esto haya incidido negativamente en esta dramática crecida del Orinoco, pero no hay manera de probarlo; sin embargo, es un elemento sospechoso que se debe tomar en cuenta”, dijo- vía telefónica- Alejandro Álvarez, ambientalista.
El segundo factor se vincula a la falta de ordenamiento urbano; es decir, hay sitios donde no debieron construirse viviendas, ya que se conoce que hubo inundaciones en años anteriores.

La inexistencia de “institucionalidad ambiental” en Venezuela impide que, antes de que que ocurran los desastres, haya algún tipo de conocimiento con respecto a los ciclos de lluvia -a la cantidad que cae cada año- que permita tomar planes de contingencia que realmente protejan a las personas.“Ninguno de estos temas es posible descartarlo. Lo más probable es que estén confluyendo los tres. La deforestación debe tener algún factor ¿cuánto? No hay manera de saberlo”, dijo Álvarez.

El Guri en manos inexpertas

Desde el año 2001, la Asociación Venezolana de Energía Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem), han denunciado el manejo contrario a las normas de ingeniería del embalse del Guri. Según la asociación, en ese entonces se sobreexplotaba, se usaba más allá de lo recomendado y se bajaba la cota más de lo que se debía, por lo que se podía disminuir la capacidad de generar potencia en las centrales hidroeléctricas del bajo Caroní.

“Hubo suerte porque hubo lluvias favorables, excepto en 2003 y en el 2009, cuando ese tipo de manejo de sobreexplotación ocasionó la crisis hidroeléctrica. En 2009 se utilizó como excusa la sequía y el fenómeno del Niño, pero realmente era un manejo inadecuado, producto de que el sistema eléctrico no contaba con la generación térmica suficiente para evitar que ese embalse se sobreexplotara”, dijo el ingeniero electricista, Miguel Lara.

El ingeniero afirmó que el año pasado, el Orinoco en época de lluvia, “como es usual”, registró sus cotas más altas y tuvo un metro más bajo que la actual; sin embargo, hubo inundaciones en Puerto Ordaz.

Abran las compuertas

El 6 de julio de 2017, en cadena nacional de radio y televisión desde el estado Bolívar, el presidente Nicolás Maduro ordenó al ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, liberar las nueve compuertas de Guri, luego que las lluvias permitieron la recuperación del nivel del embalse que en 2016 registró su peor momento de la historia. Para el ingeniero Miguel Lara la crisis que viven ahora los estados Amazonas, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas y Guárico, es producto de esta acción, pero al gobierno no le quedaba “otro remedio”.

“En aquel momento, Motta Dominguez se montó al lado de los aliviaderos, abrió las compuertas, porque habían recuperado la cota del embalse. Lo presentaron como un triunfo cuando en realidad se debió a que llovió demasiado, lo que trajo como consecuencia que, a principios de los meses de lluvia, alcanzó la cota máxima en el embalse. Por lo tanto, toda el agua que que llenó los caudales del Caroní durante julio y agosto no tenía capacidad para ser almacenada. Lo que le quedó al gobierno fue descargarla por los aliviaderos y llegó a la confluencia con el Orinoco”, explicó Lara.

De acuerdo con el experto, al descargarse 10, 12 o 14 mil metros cúbicos por segundo que se suman a unos caudales mayores que traía el Orinoco, incide negativamente en la subida del Orinoco y del Caroní, por lo que se agrava el problema de las inundaciones.

“Por un manejo no profesional, al gobierno no le quedó más remedio que abrir las compuertas de todas las centrales del bajo Caroní y descargar esas grandes cantidades de agua en el Orinoco”, indicó-vía telefónica- el ingeniero electricista, Miguel Lara.

Hay quienes perdieron todo…

Hanna Tovar (36), habitante del Sector La Toma, ubicado en Ciudad Bolívar, Municipio Heres, parroquia Catedral, afirmó que más de 90% de su localidad se encuentra afectada.

“Mi vivienda fue una de las pocas que no fue afectada de manera directa, ya que a pesar de la crecida, el río solo llegó alrededor, a diferencia de casas vecinas. La crecida fue tan fuerte que llegó más arriba de la mitad de las viviendas. Ahora basta esperar que descienda para ver qué tan destruidas quedaron”, dijo Tovar-vía telefónica- desde su casa.

Aunque las lluvias en el estado Bolívar iniciaron los primeros días de agosto,se agravaron a partir del día 7 del mismo mes provocando hasta la fecha, que unas 3.888 familias perdieran su hogar.

Pableysa Ostos, corresponsal del diario El Nacional en el estado Bolívar, aseguró que algunas familias han sido trasladadas a refugios que habilitaron los entes regionales en colegios de la zona, mientras que otras familias han optado por irse a casa de otros parientes Pero hay un tercer grupo que se niega a salir de sus viviendas a pesar de que el agua les da más arriba de las rodillas.

“Ellos alegan que irse de su casa es dejar que el hampa haga de las suyas porque los delincuentes se van en curiaras y roban las viviendas”, dijo Ostos.

En Apure la situación es similar, las zonas más afectadas han sido Guasdualito -localidad que anteriormente pasó por inundaciones- y Cunaviche que, ante esta fuerte crecida, es primera vez que se ve afectada.

“Son casos bien puntuales”, describió Vito Vinceslao, expresidente de Fedecámaras Apure y primer vicepresidente de Consecomercio, y añade: “Hace dos años en la región de Guasdualito, también frontera con Colombia, sufrimos una serie de inundaciones en las que de la población se vio afectada porque el agua llegaba aproximadamente a metro y medio de las casas. Posterior a esto el gobierno comenzó a realizar algunas acciones momentáneamente, pero no se siguieron realizando los trabajos para evitar que volviera a suceder. En Cunaviche la situación es nueva, esto nunca había sucedido, el agua pasó por encima de la carretera”.

La producción de carne del estado Apure está paralizada. El principal matadero de San Fernando bajó la santamaría. No solo por la situación caótica de las lluvias, sino también por los ajuste de los precios de los productos, puntualizó el expresidente de Fedecámaras Apure.

“Muchos productores han tenido que mudar sus ganados a otra zona para no perderlos. Incluso se arruinaron 7 campamentos turísticos y hasta la fecha no han tenido respuesta del gobierno, ni del sector financiero público para solventar los daños ocasionados”, aseguró Vinceslao.

Alerta Roja

El pasado 14 de agosto, luego de 7 días de lluvia intensa, el gobierno decretó la alerta roja tras la crecida en los ríos Orinoco y Caroní. Aunque cada año existe esta situación y hay zonas vulnerables, el Ejecutivo sigue sin tomar las medidas necesarias. En esta oportunidad, con la crecida histórica del río Orinoco, se hizo más complejo brindar la ayuda necesaria.

 

El Ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó en su cuenta de Twitter que cumplió con el objetivo de ayudar a los afectados por las inundaciones; sin embargo, los damnificados aseguran que solo les han dado una caja de s alimentos.

“Deberían existir planes o mecanismos porque esto ocurre cada año, y lamentablemente esta vez fue peor. La ayuda no ha sido suficiente, en algunos casos solo nos han dado cajas de CLAP”, dijo Hanna, desde Ciudad Bolívar.

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, anunció la creación de un muro de contención de más de 50 metros, construido con casi 2.000 sacos de arena, para evitar el paso del agua del Río Orinoco al sector La Alameda del estado Bolívar.

La información la dio a conocer el ministro a través de su cuenta oficial de Twitter.

 

Generalmente, en el estado Bolívar, se inundan el sector de El Cerrito y Castillito en Ciudad Guayana, pero este año hay nuevas áreas en peligro como La Laja y La Alameda, esta última en el municipio Heres. Allí no todos los damnificados han recibido alguna ayuda por parte del estado.

 

 

 

Vito Vinceslao manifestó que la ayuda gubernamental ha sido “mínima” y que existen organizaciones no gubernamentales que quieren brindar apoyo, pero el gobierno nacional dificulta esta posibilidad y no se sabe si los envíos llegan completos.
El corresponsal de Te lo Cuento News en el estado Apure, Eduardo Galindo, afirmó durante una entrevista para NTN24 que el gobernador de la entidad, Ramón Carrizales, anunció- durante una visita a Puerto Páez- que no permitirá “shows mediáticos” a través de la entrega de donativos para los damnificados por la crecida de los ríos en la entidad.

“El gobernador de Apure, Ramón Carrizales, el viernes 10 de agosto tuvo una visita a Puerto Páez y dijo que no iba a permitir ningún show mediático de partidos políticos, ONG’s o fundaciones que iban a llevar alimentos o donativos a esta población”, dijo Galindo.

Según el periodista, Carrizales dio órdenes de que todos los donativos debían ser centralizados por el comando cívico militar.
Las enfermedades del agua.

Otro peligro latente que traen las inusuales lluvias son las epidemias y enfermedades. El año pasado se registraron 400 mil casos de malaria en el estado Bolívar, este año la cifra podría duplicarse.

El médico infectólogo Julio Castro, explicó que hay un riesgo importante con la crecida de los ríos de que aumente notablemente las enfermedades diarreicas, virus de hepatitis A y la leptospirosis, debido a que con esta situación pueden mezclarse aguas negras o grises con aguas blancas. Es decir, que el agua de consumo humano pueda mezclarse con la contaminada.

“En general, no pareciera haber un aumento en riesgo de enfermedades asociadas a vectores, con la excepción del dengue, pero en las zonas urbanas del estado Bolívar existen vectores como el Aedes Aegypti que puede transmitir dengue, zika, chikungunya y otras enfermedades”, indicó Castro.

Los afectados temen contraer algunas de estas enfermedades y no poder obtener los insumos necesarios para atacarla. “Yo, al igual que mi familia, considero que estamos en condición vulnerable, ya que estamos rodeados por estas aguas contaminadas. Se desbordaron todos los pozos sépticos en todo el sector y esto desata un brote de enfermedades al igual que la cantidad de insectos. En nuestro sector hay casos de Paludismo, de dengue y estamos vulnerables”, expresó Hanna Tovar, afectada de Ciudad Bolívar.

Para Castro, la primera gran medida es asegurar que el agua que se consume es la adecuada, para ello recomienda dos formas de potabilizarla. La primera es hervirla, para matar 99.9% de las bacterias y, la segunda medida, es clorarla. El infectólogo recomienda revisar las tablas que se buscan por Internet para calcular la cantidad necesaria de cloro de acuerdo a la cantidad de agua.

La otra cara de la moneda

Mientras hay habitantes que lo han perdido todo, para los pescadores del Orinoco esta ha sido la mejor época, porque la crecida del río ha hecho que proliferen los peces y les sirve de sustento para alimentar a sus familias, comercializar y realizar trueques.

Jorge Yánez, comerciante de Ciudad Bolívar, afirma que los pescadores desde el malecón, es decir, sin tener que salir en embarcaciones, lanzan una atarraya y logran agarrar una gran cantidad de peces.

“Mis padres se quedaron impresionados al ver como salían peces a montones, es algo increíble porque pueden sacar el doble de lo que harían en una situación normal, sin realizar un gran esfuerzo. Lo que más me impresionó es que algunos los venden, pero la mayoría lo cambia por pasta, arroz, como un mecanismo de trueque para sobrevivir”, rememora Yánez.
La periodista Valentina Quintero, publicó en su cuenta de Instagram @valendeviaje un video en el que se ve a los pescadores de Bolívar recogiendo grandes cantidades de pescados.

 

 

 

 

 

 

 

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La preocupación de las familias afectadas aumenta ante la falta de políticas del Estado que les den respuesta y ayuda necesaria para sobrellevar- en algunos casos- el haberlo perdido todo:

“Solo le pido a Dios con mucha fe que este río baje pronto, y que todo vuelva a la normalidad”, dijo Hanna, una de las tantas afectadas por la crecida del Orinoco.

Inundación del río Orinoco amenaza educación de niños waraos

MÁS DE 350 NIÑOS EN EDAD ESCOLAR perdieron sus viviendas y permanecen en las escuelas que le sirven como refugios ante la inundación de río Orinoco.

Un caso específico es el de la población infantil indígena de Araguaimujo, 350 niños waraos en edad escolar permanecen en albergues y la escuela fue tomada por la comunidad como refugio ante la arremetida del rio.

En este contexto, el inicio del año escolar está en riesgo, pues tanto los niños, como sus padres y hasta los docentes han tomado la escuela como hogar mientras bajan las inundaciones.

“Perdimos todos los enseres, las viviendas, la comunidad no tiene dónde vivir, no tenemos cómo desalojar la escuela después que el agua baje su nivel” señaló Justo Escalada docente de la comunidad.

Las infraestructuras de las viviendas fueron afectadas seriamente ante la fuerza arrolladora del rio “tenemos dos inundaciones de magnitudes, el año pasado las viviendas fueron afectadas y este año el rio terminó de colapsar las casas” sostuvo Escalada

De igual forma, Juan Pablo González, representante y docente del grupo escolar Divina Pastora de Araguaimujo, señala su preocupación ante la tragedia que atraviesa e impacta en todos los ángulos de la familia warao.

Con el agua al cuello, sin alimentos ni medicinas, sin viviendas ni asistencia gubernamental y con una educación incierta permanecen los niños waraos de Araguaimujo, localidad asentada en el municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro.

Sin embargo, la Zona Educativa número 23 del estado Delta Amacuro no se ha pronunciado al respecto y la educación de los hijos de 2.060 familias afectadas por el río Orinoco luce sin horizontes.

Con información de Kapé Kapé

 

Seis estados en alerta roja por lluvias e inundaciones por crecida del Orinoco

Seis estados del país están en alerta roja por las fuertes precipitaciones y la crecida de los rios, principalmente el río Orinoco, declaró el gobierno el pasado martes.

Los estados Táchira, Apure, Delta Amacuro, Amazonas, Guárico y Bolívar fueron declarados en alerta roja el martes 14, indicó la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

Los ríos Orinoco, Caroní y Cataniapo -en el sur del país- registran crecidas que han “superado niveles históricos”, dijo la funcionaria.

Unos 163 refugios han sido dispuestos para atender a 6.700 familias afectadas, indicó el ministro de Interior, Néstor Reverol, junto a la vicepresidenta.

Además del Orinoco, el gobierno mantiene el monitoreo sobre los ríos Amazonas, Cataniapo, Arauca, Apure y Caroní, todo en niveles críticos.

La lluvias se intensificaron desde junio a raíz del paso de unas 33 ondas tropicales. “Se esperan 60 en total, el período de lluvias continúa”, advirtió la funcionaria.

En el estado Bolívar, la crecida del río Orinoco mantiene en alerta a los habitantes y autoridades tras alcanzar el martes los 18.04 metros sobre el nivel del mar (msnm), situación que no se registraba desde hace más de 40 años.

En todo el estado Bolívar se registran más de 11.772 afectados por las inundaciones, de los cuales más de 7.750 son los que están refugiados entre los 60 albergues en la región, reporta Correo del Caroní.

José Naveda, periodista de la ONG Kape Kape basada en Delta Amacuro, dijo a la AFP que se han disparado los casos de “vómitos, diarreas y fiebre en la población infantil”.

También “el sarampión y la tos ferina se han incrementado. La gente se está muriendo porque no hay nada”, denunció Naveda, quien ha recorrido en los últimos días las zonas inundadas.

 

*Con información de AFP y Correo del Caroní 

Estado Bolívar en alerta roja por crecida del río Orinoco
El municipio Heres, al sur del país, se mantiene en alerta roja luego de que el río Orinoco alcanzara este lunes los 18.02 metros sobre el nivel del mar (msnm), situación que no se registraba desde hace más de 40 años, además de estar a tres centímetros de alcanzar la cota histórica de 1976, la cual fue de 18.05 metros.

La crecida de los ríos Orinoco y Caroní ha dejado unos 10 mil 928 afectados, algunos de ellos permanecen en refugios o se han trasladado hasta la vivienda de otros familiares.
“Ya el agua se metió a la casa y es difícil estar así. Nos mudamos a la vivienda de otro pariente y ya estamos ahí; nosotros y dos familias más”, comentó un afectado del sector La Toma.
En el caso del estado Bolívar, los municipios más afectados han sido: Cedeño-Caicara del Orinoco-, Caroní-Ciudad Guayana- y Heres-Ciudad Bolívar-.
Por otra parte, los organismos gubernamentales y de seguridad se mantienen alerta ante cualquier situación. Trascendió que han recorrido varios sectores para prestar ayuda; entre ellas se realizaron jornadas de salud y llevar cajas CLAP. Sin embargo,  algunos afectados han denunciado estar viviendo el abandono por las autoridades competentes.
Otra de las situaciones que mantiene alarmados a los afectados es el brote de enfermedades, así como los insectos y animales que están saliendo de las aguas del río.
*Vea la nota en El Universal