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El 70 % de la población venezolana es altamente vulnerable a las amenazas naturales según la Encovi 2023

La Encuesta de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello (Encovi – UCAB) advirtió que solo 2 % de la población venezolana sondeada afirmó tener un sistema de alerta temprana frente a desastres socioambientales como inundaciones, incendios forestales, sismos y aludes torrenciales (conocidos como deslaves) este 13 de marzo. Según la institución, la cifra bajó 8 unidades entre el 2015 y el 2023. 

De acuerdo con las proyecciones estadísticas de la UCAB, el 29 % de la población venezolana tiene un riesgo «muy bajo» o «bajo» frente a las amenazas naturales, mientras que el 70 % se encuentra en un riesgo «medio», «alto» y «muy alto»

La universidad también alertó durante la presentación de los resultados en Caracas que solo el 1 % de los encuestados, de una muestra estadística de 16.212 hogares en más de 10 ciudades del país, dijo tener un sistema de información para la prevención de desastres para el tiempo de recolección de los datos, entre mayo y junio de 2023. La cifra bajó un 50 % con respecto a los resultados de la Encovi del año 2015. 

Mientras el Estado venezolano no informa ni a la ciudadanía ni a las Naciones Unidas sobre los avances en materia de mitigación de riesgos ante amenazas naturales desde el 2016, los estudios de la UCAB reflejan un retroceso de la administración pública para cumplir los objetivos del Marco de Sendai 2015 – 2030, un  acuerdo de las Naciones Unidas que firmó el régimen venezolano para ofrecer una mayor cobertura en los sistema de alerta temprana y reducir la vulnerabilidad de la población ante los desastres. 

Mayor registro de desastres, menor preparación

La Encoví constató, a través de encuestas a distintas comunidades de al menos 10 estados del país, que la frecuencia de los deslizamientos de tierra reportados han aumentado en 236,36 % en los últimos 8 años: pasando de 11 casos en 2015 a 37 en 2023. 

Mientras tanto, otros desastres socioambientales reflejaron un leve descenso, entre el 19 y el 50 %, en los casos confirmados por la muestra encuestada por la UCAB. Hubo 11 casos de inundaciones por crecidas de ríos de forma repentina (o flash flood en inglés) en 2023, al menos 26 casos de inundaciones por «fuertes lluvias», 8 reportes de comunidades afectadas por sismos y 13 reportes de incendios. 

Sin embargo, la UCAB recalcó que estas cifras son parciales y el número de casos es mayor

También alertó que las comunidades están cada vez menos organizadas para manejar las emergencias en caso de amenazas naturales o desastres. Solo el 2 % de la muestra encuestada afirmó tener alguna organización para la prevención y atención comunitaria en emergencias —frente al 5 % en 2015— y solo el 1 % dijo haber participado en un plan de formación para la prevención y respuesta de desastres y tener planes de evacuación en casos de emergencia —comparado al 3 % en 2015—. 

Vulnerabilidad socioeconómica alta

La universidad enfatizó que cada vez más los venezolanos establecen sus viviendas en zonas de alto riesgo y sin acceso vehicular directo, además que las poblaciones que quedan en el país debido a la diáspora venezolana desde el 2015 se concentra en personas mayores de 60 años y niños, niñas y adolescentes, poblaciones consideradas de alto riesgo para las Naciones Unidas. 

Si bien el 67 % de la población tiene un ambulatorio cercano, pero solo el 1 % tiene una póliza de seguros que lo respalda ante un desastre socioambiental —en 2015 la cifra era del 10 %—. Ninguna persona pudo afirmarle a la Encovi que tiene acceso a una línea de crédito bancario para recuperarse económicamente de las pérdidas ante una amenaza natural —cuando hace 8 años la Encovi arrojó un 27 % en esa categoría— y solo el 3 % afirmó tener una vivienda secundaria en casos de emergencia —comparado al 25 % en 2015—. 

La ONG venezolana Clima 21 denunció que el Estado no tiene ningún plan de mitigación de riesgos socioambientales, como el cambio climático. En el año 2022 se reportaron cerca de 14.000 viviendas afectadas y al menos 70.000 personas sufrieron las consecuencias por inundaciones.

«A pesar de lo delicado de la situación, no hay información pública adecuada, ni suficientes datos sobre las causas de la misma, sus consecuencias sobre las personas, comunidades e infraestructuras prioritarias; tampoco sobre las acciones para proteger a la ciudanía de estas situaciones. Es claro que este contexto se puede agravar pudiendo obstaculizar la recuperación económica del país y generar mayores violaciones a los derechos humanos de la población», advierten en su informe publicado en enero de 2023.

Por ahora, instituciones académicas como el Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la Universidad Central de Venezuela reportan desde agosto que el país rompe récords de focos de calor desde agosto de 2023 y el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de la Unión Europea «Copernicus» —CAMS, por sus siglas en inglés— alertó este 28 de febrero a través de un comunicado de prensa que Venezuela, Brasil y Bolivia son los países de Suramérica que más emisiones de carbono producen debido a los incendios forestales este mes comparado a toda la data recogida desde el año 2003. Pero el Estado no ha informado sobre un plan de mitigación para los incendios durante este periodo del fenómeno El Niño, que seguirá hasta el mes de abril reduciendo las precipitaciones en el país según la Organización Meteorológica Mundial. 

Banco Mundial anticipa desplome en América Latina y Caribe
Venezuela, que ya ha visto una grave caída económica, no se incluyó en los pronósticos

 

La pandemia de coronavirus podría hacer que las economías de América Latina y el Caribe caigan un 4,6% este año, lo que obligaría a sus gobiernos a tomar participaciones en las principales empresas en dificultades, según un informe del Banco Mundial publicado este domingo, 12 de abril.

La rama del banco en América Latina y el Caribe proyectó que el producto interno bruto de la región caerá un 4,6% antes de recuperarse un 2,6% el próximo año. Venezuela, que ya ha visto una grave caída económica, no se incluyó en los pronósticos.

Eso es aún más drástico que la contracción del 1,8% al 4% proyectada a principios de este mes por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe.

La pandemia ha reducido el turismo, la demanda de productos de la región y las cruciales remesas enviadas a sus países por los migrantes en Estados Unidos y otros países.

El Banco Mundial dijo que los gobiernos necesitarán acelerar rápidamente los programas de asistencia social existentes al tiempo que apoyan las instituciones del sector financiero y las fuentes clave de empleo.

«Para apoyar los empleos y las empresas, los gobiernos pueden tener que asumir la propiedad de empresas estratégicamente importantes. Para evitar una crisis financiera, pueden necesitar recapitalizar los bancos y absorber los activos improductivos», afirmó.

Humberto López, vicepresidente interino del banco para la región, dijo: «Necesitamos ayudar a las personas a enfrentar estos enormes desafíos y asegurarnos de que los mercados financieros y los empleadores puedan capear la tormenta. Eso significa limitar el daño y sentar las bases para la recuperación tan rápido como sea posible».

El BM advirtió que la ayuda para las empresas debe ser vista como «transparente y profesional» para mantener la confianza y evitar la aparición de actos de corrupción. «Esto también puede permitir que los tomadores de decisiones adopten las medidas necesarias con urgencia, sin temer el enjuiciamiento en el futuro», dijo.

Contracción de Venezuela, Nicaragua y Argentina frustraron recuperación económica de la región

LA ESPERADA RECUPERACIÓN ECONÓMICA de Latinoamérica se vio frustrada en 2018, un año que será de recesión especialmente para Argentina, Nicaragua y Venezuela, mientras en Estados Unidos el presidente Donald Trump presume del sólido avance de su país.

Tras una previsión inicial de crecimiento para 2018 del 2 %, el más alto desde 2013, las expectativas para Latinoamérica se fueron rebajando hasta llegar a cerca de 1,2 %, una décima menos que el año pasado.

El estancamiento se atribuyó al contexto interno en un año electoral, a la situación en Argentina y las dudas sobre el futuro en Brasil, además de los altibajos de las materias primas, la desaceleración china y la guerra comercial.

“Muchos esperaban un mejor comportamiento en el 2018. Esto sin embargo se fue desinflando”, dijo a Efe el panameño Carlos Eduardo Troetsch Saval, nuevo presidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).

“Los temores de una guerra comercial (China-EE.UU.) afectaron los mercados financieros” y “debilitaron las monedas de muchos mercados emergentes”, agregó Troetsch Saval al apuntar que el alza de las tasas de interés en EE.UU. trajo turbulencias en naciones emergentes como Turquía y Argentina, generando volatilidad cambiaria.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que este año se reportó un comportamiento divergente, con crecimientos notables en República Dominicana (cerca de 6,4 %), Panamá (4,6 %) y Paraguay (4,4 %).

En el otro extremo se ubican Venezuela, con una contracción estimada de entre el 15 y el 18 % y una inflación que rondará este año el 2.500.000 %; Dominica (-14,1 %), que afronta aún los efectos de los huracanes del año pasado; y Nicaragua (-4 %), que ostentó una robustez económica del 4,9 % en 2017 pero cayó tras la crisis política que estalló en abril.

A ellos se suma Argentina, que se contraerá cerca del 2,6 % debido al periodo de inestabilidad financiera que le llevó a sellar un acuerdo millonario de asistencia con el FMI, bajo el cual se comprometió a una fuerte ajuste fiscal.

La rebaja de expectativas se extendió a Uruguay (2 %) y Ecuador, que pasará de un avance de 2,4 en 2017 a cerca del 1 % este año, ante el viento en contra que representó la consolidación fiscal.

Brasil, la mayor economía regional y cuya proyección se rebajó a 1,4 % para 2018 tras un año de incertidumbre política que culminó con la elección como presidente del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien se espera que implemente un programa favorable al mercado.

México, con un crecimiento previsto de 2,1 %, también muestra un estancamiento en medio de dudas por el nuevo Gobierno, presidido por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, pese a que se redujo la incertidumbre comercial tras la firma de un nuevo acuerdo con Canadá y Estados Unidos, conocido como T-MEC.

Sin embargo, “hay una percepción de un deterioro en la política fiscal, en un momento de alta inflación y una política monetaria restrictiva”, explicó a Efe Luiz Eduardo Peixoto, economista del BNP Paribas para Latinoamérica.

Mientras, Colombia fue una de las pocas naciones donde mejoraron las previsiones, hasta un 2,7 %, tras el triunfo en las elecciones presidenciales del derechista Iván Duque, que se cree que dará un impulso fiscal en 2019.

A pesar de la situación, “el comercio intrarregional seguirá creciendo durante 2018”, afirmó a Efe el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Alejandro de la Peña Navarrete, al señalar que se proyecta que las exportaciones intrarregionales aumenten 13,2 % respecto a 2017, superando las exportaciones hacia afuera de la región (+10,6 %).

“Esto es muy importante en tanto que la participación de China en Latinoamérica es cada vez mayor, compitiendo principalmente con el comercio de manufacturas regionales”, sostuvo.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el FMI calculan que Suramérica avance 0,7 % este año, con crecimientos en Bolivia (4,3 %), Chile y Perú (4 %).

Mientras en Centroamérica se prevé un 2,8 %, 5 décimas menos de lo inicialmente pronosticado; y en el Caribe la actividad sigue recuperándose ante el aumento del turismo gracias al sólido crecimiento de Estados Unidos.

Sobre EE.UU., los organismos mantienen la proyección de crecimiento de 2,9 %, tras el 2,2 % de 2017, pero creen que se moderará en 2019, cuando comiencen a verse los efectos de la guerra comercial con China y se diluya el impulso del estímulo fiscal de Trump.

Economía venezolana terminará el año con recesión de 15%, prevé Cepal

LA CEPAL INFORMÓ este miércoles que las cuatro economías que cerrarán 2018 en recesión son Argentina (-2,8 %), Venezuela (-15 %), Nicaragua (-3,1 %) y Dominica (-4,4 %); caso contrario ocurrirá con República Dominicana (5,6 %), Panamá (4,8 %) y Paraguay (4,6 %).

En un comunicado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe estima que el panorama económico mejorará en 2019 con un crecimiento regional del 1,8 % que se traducirá en alzas en todas las subregiones.

Los países suramericanos, especializados en la producción de bienes primarios, en especial petróleo, minerales y alimentos, crecerán el año que viene un 1,6 %, aunque Argentina (-1,8 %) y Venezuela (-8 %) seguirán con números rojos.

Subrayó que las previsiones del año 2019 se dan en un contexto de “aumento de la incertidumbre y de los riesgos en el mediano plazo”, especialmente el deterioro del ambiente financiero a nivel internacional.

BCV confirma gravedad de la crisis pero Maduro posterga los ajustes

BCV

 

El presidente de la República aplazó para enero las medidas en materia cambiaria tras haber prometido que el martes haría “anuncios muy importantes” relacionados a ese tema. Economistas adviertan que el mandatario “dejó todo en el aire” y que la crisis económica, ratificada por el BCV, exige una mejor respuesta y un plan de acción.

 

@robertodeniz

 

El presidente de la República prometió el lunes que el martes 30 de diciembre realizaría “anuncios muy importantes” relacionados con el esquema cambiario y el plan para la recuperación de la economía.

Un día después, en la rueda de prensa en la que revelaría esas medidas, Nicolás Maduro no despejó la expectativa que generó horas antes. El mandatario sólo informó que las modificaciones del sistema cambiario serían comunicadas “luego del abrazo de fin de año” por el presidente del BCV, Nelson Merentes, y el Vicepresidente del Área Económica, Rodolfo Marco Torres.

“Todas sus precisiones se harán al momento de su activación, es el primer punto del plan de recuperación económica”, insistió el jefe de Estado ante la repregunta de un periodista.

Sobre el denominado “Plan de recuperación económica” tampoco hubo muchas luces y sólo se trazaron enunciados de los objetivos a lograr: perfeccionamiento del modelo de distribución de riqueza, mantener e incrementar la inversión social, garantizar y optimizar los recursos para la economía real, ser más eficientes en la lucha contra el contrabando y la especulación, hacer una “amplia alianza productiva” con el capital nacional e internacional, un “nuevo modelo de dirección” de las empresas estatales y la activación del “Estado Mayor del Plan de Recuperación Económica” a partir del 3 de enero.

De esas siete áreas se desprenden, a su vez, ocho líneas de acciones: el “nuevo sistema cambiario”, la “reforma fiscal”, “optimizar el gasto público”, el “fortalecimiento de las reservas internacionales” y la creación de un “fondo estratégico de reservas en bolívares”, la aplicación del sistema de precios justos y la promoción de “iniciativas de inversión”, entre otras.

Para el economista y ex gerente de investigaciones económicas del BCV, José Guerra, el presidente de la República, se “quedó engatillado” ante la urgencia que exige la crisis económica y creó “más incertidumbre”.

“El problema es que el Gobierno está temiendo el costo político de las medidas que hay que tomar en este momento”, aseguró Guerra.

Una opinión similar expresó el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, tras la rueda de prensa del presidente de la República.  “Maduro dejó todo en el aire (…) No hay nada que evaluar hoy, salvo que el tiempo se agota y que hay que decidir rápido”, escribió en su cuenta de Twitter.

No es primera vez que el presidente de la República posterga la aplicación de medidas de ajuste para corregir los desequilibrios económicos. Tanto en 2013, cuando encomendó a Nelson Merentes encabezar reuniones con el sector empresarial, como en 2014 cuando delegó en Rafael Ramírez la Vicepresidencia del Área Económica, el Gobierno nacional contempló medidas como el aumento de la gasolina, la unificación cambiaria o la posible venta de Citgo, entre otras, que nunca se ejecutaron. Pero en ese lapso la crisis no se ha detenido, sino que más bien se ha agudizado, según las cifras oficiales.

El tamaño de la crisis. Pocas horas antes de que Nicolás Maduro iniciara su rueda de prensa, el BCV divulgó en su página web un informe titulado “Resultados de la economía durante el año 2014”. El texto confirma la gravedad de la crisis económica que atraviesa al país y muestra la conjunción de dos de los peores males macroeconómicos: alta inflación y recesión económica.

El Producto Interno Bruto (PIB) acumula tres trimestres consecutivos de caída, confirmando así que la economía nacional entró en recesión en junio de 2014 cuando el precio del petróleo aún no había iniciado su declive. Sectores clave de la economía como la manufactura y la actividad comercial registraron en el tercer trimestre del año una contracción de 4,4% y 9,5%, respectivamente. La construcción, por su parte, se desplomó 10,1% en el tercer trimestre. “Pudo haber sido peor”, admitió Nicolás Maduro.

Los datos referidos a la inflación tampoco son alentadores. Entre enero y noviembre de este año los precios registran un alza de 60,1%, siendo el dato más elevado para ese período en más de una década. En la inflación anualizada el dato aún es mayor y llega hasta 63,6%, de acuerdo a lo reportado por el BCV.

“El BCV está proyectando una inflación para este año de 64%, aproximado”, reconoció Maduro en su encuentro con los periodistas.

En el caso de los alimentos la inflación de 12 meses fue de 92,9%, lo que afecta particularmente a las familias de menos recursos, que destinan la mayor parte de sus ingresos a la compra de alimentos.

A ese cuadro se suma el desplome de los precios del petróleo. El Jefe de Estado informó que el precio del petróleo venezolano continúa cotizándose a la baja y al cierre del 30 de diciembre su precio era de 46,97 dólares por barril, casi 50 dólares menos que el precio que tenía el 1 de septiembre.

¿Qué esperar entonces para 2015? A juicio de José Guerra, el Gobierno nacional “está desconcertado y no tiene plan”, pero las palabras de Nicolás Maduro se desprende que en enero el Ejecutivo anunciará una nueva devaluación. “Viene una devaluación sin el nombre de devaluación y el costo político se lo dejaron a Merentes y Marco Torres”.

Guerra considera que esa será la vía del Gobierno para corregir parte del déficit fiscal, estimado en 20% del PIB para cierre de 2014, ya que el propio presidente de la República descartó en la rueda de prensa el aumento de la gasolina. “Lo que realmente le da plata al Gobierno es la devaluación y el aumento de la gasolina”.

El economista no descarta que las autoridades también decidan retomar la aplicación de impuestos como el del débito bancario, aunque advierte que el impacto fiscal para el Gobierno no sería sustancial.

“Dice (Maduro) que hay que cambiar el modelo, pero no se sabe cuál es el nuevo modelo”, insistió Guerra.

El presidente Maduro, en cambio, dijo estar convencido de que 2015 será un año de “oportunidad” y de la “dinamización de nuevos motores económicos”. Desde el BCV también se señaló que el año próximo a comenzar será de “recuperación” y el de la “revolución económica”.