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4 de cada 5 ciudadanos rechazan gestión de Maduro

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Un estudio de la firma More Consulting reveló que 4 de cada 5 venezolanos (79,3%) evalúa negativamente la gestión del presidente Nicolás Maduro frente al 19,3% que lo aprueba.

Su rechazo creció ligeramente luego de las protestas que se han producido en el país desde los primeros días de abril, pues para marzo de este mismo año su porcentaje de desaprobación era de 69,2%.

La encuesta también halló que 71,1% de los ciudadanos consideran que el mandatario debe abandonar su cargo en 2017, bien sea a través de la renuncia, elecciones generales o revocatorio, mientras que 22% opina que debe permanecer en su cargo.

Otro de los resultados del sondeo reveló que 72,9% de los venezolanos considera que el gobierno de Maduro es una dictadura, mientras que 24,1% lo define como una democracia.

El estudio se realizó a nivel nacional, a 1.000 ciudadanos mayores de 18 años.

Popularidad de Maduro llega a su nivel más bajo desde que asumió la presidencia

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Comenzando 2017, el presidente Nicolás Maduro mantiene su popularidad en la misma cifra con la cual cerró el año pasado, en 10 por ciento, su nivel más bajo desde que tomó la Presidencia de la República en 2013, según refirieron especialistas en estudios de opinión.

Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que la popularidad hacia Maduro está hoy en niveles mínimos en los cuales es difícil rescatarla, incluso proyecta que seguirá bajando.

“Menos de 10 por ciento de las personas dicen tener confianza en el Presidente. La figura de Nicolás Maduro no es rescatable”, aseguró en entrevista con La Verdad.

La situación se complica dentro del oficialismo por la falta de una figura alterna a la del mandatario nacional. Explicó que no hay ninguna persona o algún seguidor o votante del mismo partido de Gobierno que identifique a alguien que pueda tomar el liderazgo, pues cree que la muerte del expresidente Hugo Chávez dejó un vacío en ese sentido.

“El gran porcentaje de personas ante esa pregunta no saben quién pueda ser líder y no identifican a ninguna figura que pueda ser el sucesor”.

Sigue leyendo esta nota de Aylen Bucobo en La Verdad

Militarización y escasez ponen en jaque al último reducto de la democracia: el voto
De la democracia nos gusta el voto, más aún si quien llega al poder garantiza aquello de a mí pónganme donde haiga. Y cuando hubo real, corrió a raudales. Viajes al exterior que dieron sentido a los abrigos de Zara, carros último modelo, crédito para vivienda, compras por internet y tetas nuevas por doquier. 70% de los venezolanos creyó, entre 2003 y 2006, que la democracia por fin funcionaba
Ese mismo período coincidió con el inicio de los ataques frontales del Gobierno a los principios democráticos: primeras expropiaciones amparadas en la recién aprobada Ley de Tierras, permisividad ante las invasiones, aprobación de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión que cobró la primera la víctima con el cierre de RCTV. 75% de los venezolanos protestó absteniéndose de votar en las elecciones parlamentarias
Expertos consideran que hoy, en un contexto político de creciente militarización y precariedad económica, ese pragmatismo criollo que busca hacerse ya no de dólares baratos sino de un pollo y un paquete de harina nos coloca ante una encrucijada: defender un sistema en el que no creemos del todo o avalar un modelo autocrático que intenta suprimir lo único de la democracia que realmente nos gusta, el voto

 

@GitiW

“¿TE ACUERDAS CUANDO PEDIMOS LAS VACACIONES y nos fuimos a hacer las tetas con Krulig, con ¡Krulig!?”, rememora entre risas una de las dos mujeres. Corría 2007 y las manos del destacado cirujano plástico ya no estaban reservadas solamente para las misses. En ese entonces trabajaban en un call center y ganaban dos millones de bolívares de los de antes, unos cuatro salarios mínimo que estaba en 614.790 Bs. En esa misma oficina dos señoras compraron carro y otra, embarazada, viajó a Panamá a comprar las cositas del bebé.

La llegada de 2003 marcó el fin de la austeridad, ese eufemismo político para designar la vulgar peladera de bola. La renta petrolera finalmente había llegado a todos los bolsillos y las protestas de 2002 parecían hechos de un pasado remoto. El incremento de los precios del petróleo le permitió al Gobierno triplicar el gasto público en términos reales a 50,7% y los beneficios económicos fueron tangibles para todos los sectores de la población.

Quienes no disfrutaron directamente del acceso a dólares baratos recibieron ayudas a través de alguna de las 21 misiones sociales que creó Chávez en 2003, pero quizás el más beneficiado fue el propio presidente que en el lapso de un año pasó de superar un golpe de Estado a alcanzar el pico de su popularidad con casi 70% de aprobación. No se trató de un cambio de fortuna casual sino de una relación causa efecto comprobada: al menos 60% de las variaciones en la popularidad del presidente son explicadas por el nivel del gasto público real, solo 40% se atribuye a otros factores, afirma un estudio del Observatorio del Gasto Público de Cedice.

“La popularidad del presidente aumenta un 0,20% por cada 1,0% de incremento del gasto (en términos reales). Es decir, el incremento del gasto público de 57,0% en las elecciones de 2004 representó un incremento de la popularidad presidencial de 11,4 puntos porcentuales”, afirman los economistas Asdrúbal Oliveros y Gabriel Villamizar, autores del estudio.

 

El modelo de medición empleado por Oliveros y Villamizar también estimó que de los 11,1 puntos porcentuales de popularidad que perdió el presidente Maduro entre 2014 y 2015, 4,4 puntos se deben a la contracción de 20,8% en el gasto público. Este modelo sustenta la convicción del diputado Héctor Rodríguez, jefe de la bancada del PSUV, quien sostuvo en una entrevista a Runrun.es que de no haber bajado los precios del crudo los resultados de las elecciones parlamentarias habrían sido favorables al partido de gobierno.

El costo democrático de la bonanza

Entre 2003 y 2006 los venezolanos no solamente incorporaron a su léxico expresiones como “raspar la tarjeta”, “vender el cupo” o “inscribirse en la misión”, sino también comenzaron a hablar de “adquisición forzosa”, “estatización”, “expropiación”, “intervención” “ocupación temporal” y “estado comunal”, término que aunque no está en la Constitución, llegó a la legislación venezolana de la mano de la Asamblea Nacional elegida en 2005 cuando la oposición optó por llamar a la abstención como medida de protesta y, en consecuencia, todas las curules quedaron en manos del partido de Gobierno. Sin advertirlo dijimos adiós a la independencia de poderes.

El origen de los actuales niveles de desabastecimiento de alimentos, causa de los casi 400 saqueos registrados en Venezuela entre enero y julio de 2016, también hay que buscarlo en ese período, cuando con el argumento de garantizar la “seguridad alimentaria” el Gobierno dio inicio al proceso de expropiaciones de latifundios con el aval de la recién aprobada Ley de Tierras, mecanismo que permitió la adquisición forzosa de 26% del aparato productivo del sector agroindustrial. Cedice registra 306 violaciones a la propiedad privada entre 2005 y 2011 que afectaron específicamente el sector de alimentación.

Al control legislativo y productivo le siguió el cercenamiento al derecho a la propiedad privada. Durante esos años de bonanza económica se registraron 544 invasiones: 313 inmuebles y 186 terrenos. El área metropolitana de Caracas fue la más afectada con 146 invasiones, le siguió Zulia con 126 casos; Anzoátegui y Lara registraron 77 casos cada uno.

Y mientras una parte de los venezolanos aprendía a armar las carpetas de Cadivi y otros tantos pasaban a engrosar la nómina del Estado, el Gobierno puso coto a otro emblema de la democracia: la libertad de expresión. La entrada en vigor de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión aprobada en diciembre de 2004 impuso límites de facto a la libertad de expresión e información a través del carácter punitivo de la legislación. El cierre de RCTV, en mayo de 2007, terminó de configurar un contexto de censura y autocensura cuyas consecuencias perduran hasta hoy.

El problema: vemos la democracia como un medio para alcanzar fines materiales

“La lógica fue que había más democracia porque había más igualdad en términos materiales. El foco del discurso oficial estuvo en que había más acceso a los programas sociales a diferencia de, como lo dijo Chávez, la anterior forma de democracia burguesa. Durante el mandato de Chávez entre 2004 – 2010, precisamente cuando tuvo más dinero, se registraron más ataques hacia la democracia. La gente dijo «qué importa si tenemos menos libertad de expresión, qué importa que estén persiguiendo a una gente por ahí si a mí me está llegando plata de la renta petrolera». Esa experiencia nos hizo creer que la democracia era recibir algún tipo de beneficio social y que lo demás estaba en un segundo plano; eso es bastante preocupante porque puede estar marcando la visión actual de la democracia que tienen los venezolanos”, argumenta el politólogo Juan Manuel Trak.

Aunque en teoría los niveles de apoyo a la democracia son altos, en la práctica los venezolanos sienten una profunda insatisfacción con el desempeño del sistema político, tanto, que una investigación del Barómetro de las Américas 2014 de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, encontró que la relación de los venezolanos con la democracia era “instrumental”, es decir, es vista como un medio para alcanzar fines materiales y no como buena en sí misma.

El estudio reveló además que la evaluación de los venezolanos acerca del funcionamiento de la democracia es negativa debido a la poca confianza que tienen en las instituciones -TSJ, Ejecutivo, Asamblea Nacional y CNE-, tampoco hay confianza en los partidos políticos. No obstante, Trak enfatiza que la mayor frustración de los venezolanos con la democracia viene de la incapacidad de materializar la promesa de igualdad social.   

“La democracia tiene como promesa política que es posible tener una vida digna en la que uno puede aspirar a que los hijos vivan mejor que los padres. Desde los noventa la democracia venezolana ha fallado en materializar esas aspiraciones y es preocupante que cada vez más la gente mira a la democracia con desconfianza, como a una promesa inconclusa. Ante la falta de capacidad de respuesta de la democracia de cumplir con esas aspiraciones es posible que los venezolanos miren otros modelos alternativos que se dicen democráticos o que dejen los principios democráticos en un segundo plano con el fin de poder llenar esas expectativas”, argumenta Trak.

Que la democracia sea intrínsecamente valiosa independientemente del desempeño económico del país es una premisa que muchos están dispuestos a cuestionar ya que no se trata solamente de la defensa de derechos políticos, sino de tener un sistema que permita oportunidades para progresar. “En gran medida América Latina ha fallado en proveer ese insumo necesario que requiere la democracia para que sea reafirmada como un sistema político exitoso: acabar con las enormes desigualdades. La igualdad social supone que la gente pueda tener acceso a una educación de calidad, a buenos servicios de salud, a empleos y viviendas dignas; allí es donde la democracia tiene ese valor instrumental para el venezolano”, describe el politólogo.

La encrucijada: democratización o autocratización

Quizás los ciudadanos no están plenamente conscientes de esa vinculación pragmática con la democracia que los hace proclives a relajar la defensa de la Constitución y las leyes a cambio de beneficios materiales tangibles, pero quienes buscan los votos no solo lo saben sino que, elección tras elección, capitalizan esa debilidad.

Que los recursos del Estado sean empleados por el gobierno de turno como un catalizador de su popularidad fue una realidad en la cuarta y también lo ha sido en la quinta República,  pero lo que no tiene precedente es la enorme dependencia de los venezolanos a las acciones del Estado para garantizar el abastecimiento de bienes esenciales como alimentos y medicinas. Ya no se trata solamente de un gobierno controlando el sistema cambiario sino en control del acceso a las bolsas de comida que mensualmente reparten a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Distribución (CLAP).

A la dependencia para el abastecimiento de bienes básicos se suma la creciente militarización del aparato productivo promovida desde el poder Ejecutivo, presentada además como la gran solución para superar la escasez. La cara más visible es la designación del ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, al frente de la “Gran Misión de Abastecimiento” que estará concentrada en los sectores agroalimentario, farmacéutico y agroindustrial.

Atrincherados en el último reducto democrático, 2015 cerró con una victoria contundente para la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática, pero incluso desde antes de que los nuevos diputados pudieran asumir sus curules la voluntad popular se vio obstaculizada por las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia que, una tras otra, ha vetado por inconstitucional todas menos una de las leyes sancionadas por el parlamento, la ley de cestatickets para los adultos mayores.

Las amenazas al voto como vía para la superación de los conflictos políticos también provienen del Consejo Nacional Electoral, ente que ha impuesto trabas y demoras al cronograma para la realización en 2016 del referendo revocatorio convocado por la MUD contra el presidente de la República, proceso que está sustentado en el artículo 72 de la Constitución. De las elecciones a gobernadores que también deben realizarse en 2016, ni el CNE ni la oposición han pronunciado palabra.

“Estamos en una encrucijada, en una lucha entre la sociedad civil y los factores que desean un cambio político frente a una élite que ha monopolizado el poder y que está defendiendo una serie de privilegios e intereses particulares que solo benefician su proceso político, pero no es una tarea fácil porque el Estado ha sido secuestrado”, sostiene Trak.

Democracia o autoritarismo

Entonces, ¿hacia dónde vamos? La pregunta fue el foco de una ponencia del historiador Ysrrael Camero en un foro organizado por la Universidad Católica Andrés Bello. Su respuesta fue clara: estamos ante una encrucijada y hay dos rutas posibles, democratización o autocratización. Partiendo de la renuencia del Gobierno a medirse nuevamente en una consulta popular, Camero definió el actual modelo político como “un autoritarismo competitivo, cada día más autoritario y menos competitivo”.

¿Qué determinará el rumbo político del país? El nivel de sacrificio al que esté dispuesta la sociedad venezolana, responde la historiadora Margarita López Maya. “A veces el venezolano es muy superficial en su evaluación de la envergadura de la crisis, muchos pensaron que bastaba con que el chavismo dejara de ser mayoría; decían que si la oposición pasaba a ser mayoría se solucionarían todos los problemas y eso no es así porque tenemos problemas agudísimos”.

López Maya enfatiza que “a la democracia solo se llega cuando las élites están dispuestas a hacer sacrificios. Por ejemplo, aquí los empresarios han perdido mucho durante estos años y quizás piensan que en el futuro eso va a cambiar y van a poder enchufarse otra vez en el Estado sin que les importe en qué condiciones eso se produzca. Los niveles de pobreza hoy son enormes, la gente está escarbando en la basura. Todos los venezolanos debemos entender que hay cosas que debemos deponer para construir una democracia”.

¿Deponer qué? La apatía, apunta la historiadora. “Tenemos que participar cada vez que nos llamen y respaldar un liderazgo más honesto. También debemos estar alerta a los peligros del mesianismo porque cuando uno está desesperado se aferra a cualquier cosa. Muchos están pensando que si viene alguien y resuelve la escasez qué importa quién sea y cómo lo haga. Ya tenemos esta experiencia lamentable encima y algo tenemos que aprender de ella; así estábamos en los 80 y 90, salimos buscando un líder carismático y mesiánico, militarista y personalista… ¿ahora vamos a salir a buscar otro igual para ver si se repite la historia?”.

“La democracia tiene su precio y si no estamos dispuestos a pagarlo terminaremos comprando otra cosa. Si queremos un régimen que nos trate con igualdad necesitamos instituciones fuertes y respetar la Constitución y las leyes. Ese es el compromiso de nosotros como ciudadanos, estar alertas para tratar de construir entre todos una salida hacia un sistema de mayor justicia e igualdad que ahorita no tenemos”, dice López Maya.

¿Defenderán los venezolanos el sistema democrático? Trak cree que sí. “Con el referendo revocatorio la gente ha empezado a tener una visión diferente sobre su capacidad de incidir sobre lo público; entienden que son protagonistas de su propio cambio. También hay que reconocer que, de alguna manera, el discurso de Chávez de empoderar a la gente para que participara políticamente tuvo resultados positivos que ahora juegan en contra de sus  herederos políticos. Es la gente la que está exigiendo que se realice el referendo que el propio Chávez puso en la Constitución. Creo que los venezolanos saben que la única forma de salir de este desastre es impulsando iniciativas democráticas en las que los ciudadanos tengan un rol protagónico”.

Tras ser llamados a participar en 19 elecciones durante los últimos 17 años, quién sabe si el el único legado de Chávez que defenderán unidos todos los venezolanos sea el derecho al voto.

Popularidad de Maduro continúa su descenso y llega a 15%

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Al cumplir el tercer aniversario de su gobierno, Nicolás Maduro tiene en contra a la opinión pública nacional. De nada le sirve la activación de 15 motores de la economía, las bolsas de alimentos, los días no laborables en la Administración Pública y la entrega de apartamentos.

En el primer trimestre de 2016, justo cuando en Miraflores soplan las velas por su mandato, las encuestas registran una baja sostenida de la popularidad, y el clamor de que salga del poder antes de 2019. No importa cuál es el estrato social consultado: la tendencia es reclamarle por la escasez de alimentos y medicinas, y que afronte la inseguridad.

Las encuestadoras Delphos, Gente de Mercado y DatinCorp señalan que la popularidad de Maduro se mantuvo en 20% hasta finales de 2015 y, que en vez de subir, bajó en los primeros meses de este año a 15%. Gente de Mercado les hizo la consulta en marzo a 24.501 personas en el ámbito nacional.

“Quienes confían en el presidente representan apenas 20%, y solo 15% lo considera capaz de manejar la crisis económica y política”, afirmó el director de Delphos, Félix Seijas. Esa confianza es expresada por un factor duro dentro del oficialismo que aún cree en las ideas de Hugo Chávez y la necesidad de conservar sus ideales y virtuales logros. “Son fieles a la revolución y se inclinan por Maduro porque, en este momento, él simboliza lo que dejó Chávez”, explicó.

Lee más en El Nacional.

Informe Otálvora: Chavismo sin Maduro descubierto por encuesta

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Este Informe tuvo acceso a una extensa encuesta realizada a nivel nacional en Venezuela y cuyo trabajo de campo finalizó a mediados del mes de diciembre y fue complementado durante el mes de febrero. Los resultados, confiables dado el volumen de la muestra, señalan que la polarización entre chavista y no chavistas se mantiene en el país y no aparece en el panorama algo que se parezca a una tercer fuerza política o electoral. La autoidentificación política de los encuestados se encontraría en 48% opositores, 39% chavistas y 13% de indecisos. El perfil de estos últimos corresponde mayoritariamente a chavistas decepcionados que está “mirando” hacia la oposición. Al pedírsele que identificara su situación personal con una palabra, el 30% de los chavistas utilizaron palabras negativas, delatando que los seguidores de Chávez pasaron de la “tristeza” tras la muerte de su líder a un estado de actual “inconformidad”. Sólo el 18% del total dijo sentirse “alegre”  porque el país marcha hacia “el socialismo”.

Las cifras de popularidad de Maduro son excepcionalmente bajas en comparación a quienes se autodefinen como chavistas. Sólo el 13,5% del total de encuestados considera que el Gobierno está en “buen camino” y esta cifra incluso cae por debajo del 10% en algunos estados del país. Los niveles de rechazo de Nicolás Maduro y del cogobernante Diosdado Cabello están por encima del 60%, sustantivamente superiores al rechazo mostrado contra cualquiera de los principales referentes de la oposición.

La carestía, el desabastecimiento, las colas para comprar se han convertido en los  problemas prioritarios para los venezolanos y sólo un 40% de los entrevistados acepta como explicación la “guerra económica” alegada por Maduro.

 

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“El poder militar en Venezuela está bien trabajado”. La frase fue emitida  en una entrevista al chileno Pablo Salvador Sepúlveda Allende, difundida el 17FEB15 por el canal estatal ruso RT. Sepúlveda, quien formó parte del entorno íntimo de Hugo Chávez en razón de su noviazgo con María Gabriela Chávez, se extendió en consideraciones sobre las posibilidades de una asonada militar contra el Gobierno de Nicolás Maduro. «No creo que en Venezuela pueda haber un golpe de Estado como en Chile ya que el poder militar apoya al Gobierno» y «está bien trabajado”, resaltó la agencia RT favorable al régimen venezolano. Sepúlveda, quien nació en México en 1976, recibió formación médica y política en Cuba y es actualmente un operador internacional del castrochavismo.

 

 

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José Pepe Mujica no se muestra tan confiado como el nieto de Allende. El saliente presidente uruguayo realizó una suerte de clasificación de posiciones golpistas que él observa en Venezuela. Para el aliado de Maduro, una parte de la oposición venezolana etiquetada como “fascista” y de “derecha” por el castrochavismo, “quiere dar un golpe de Estado y que Maduro se vaya ahora”. Ésa es la tesis que el régimen venezolano ha estado manejando insistentemente en los últimos días. Pero Mujica abrió una nueva hipótesis. En su entrevista para El País de Montevideo del 28FEB15, Mujica afirmó que “el problema que puede tener Venezuela es que nos podemos ver frente a un golpe de Estado de militares de izquierda y con eso la defensa democrática se va al carajo”. Es decir, del seno del militarismo chavista podría emanar una acción golpista, sin quedar claro si se trataría de un intento para desplazar a Maduro o para reforzarlo en la presidencia bajo nuevas reglas de juego.

 

 

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En su última alocución radial como presidente, el 27FEB15, Pepe Mujica nuevamente habló sobre Venezuela refiriéndose a la ola represiva ejecutada por Maduro contra sectores opositores: “En la medida que ejerce algún grado de represión, inevitablemente se cometen errores. Y fundamentalmente en el campo internacional se siembra una imagen que no ayuda”. Mujica, en definitiva, retrató el cambio de reacción de los gobiernos de la región ante el régimen venezolano. Las repetidas denuncias de golpes de estado, planes de magnicidio e intervenciones de EEUU, cada vez impactan menos en importantes cancillerías del Continente.

 

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El Gobierno venezolano estaría poco interesado en la visita a Caracas de una comisión de Unasur. Los desesperados llamados de Nicolás Maduro del 04FEB15 para que sus colegas suramericanos acudieran en su auxilio, ante sus denuncias de intervencionismo de EEUU y planes de asonadas opositoras, han ido bajando de intensidad en la medida que los gobiernos vecinos no han brindado solidaridad automática a Maduro en sus línea de represión a la oposición. Tres hechos han restado solidaridades a Maduro a nivel internacional: la amenaza de ilegalizar partidos políticos proferida el 25FEB15; el encarcelamiento sin antejuicio previo y por dudosas acusaciones de golpismo del alcalde de Caracas, el socialdemócrata Antonio Ledezma, ocurrido el 19FEB15 y el asesinato de un niño de 14 años, de nombre Kluivert Ferney Roa, a manos de personal antimotines de la Policía Nacional Bolivariana en la ciudad de San Cristóbal el 24FEB15.

 

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El 09FEB15, en una reunión que congregó en Montevideo al Secretario Ejecutivo de Unasur, el colombiano Ernesto Samper Pizano, y a los cancilleres de Brasil, Ecuador y Venezuela, con notable ausencia de la canciller colombiana, Venezuela extendió una invitación para que la Comisión de Unasur viajara a Caracas a la brevedad posible. Samper tuiteó ese día: “Exitosa reunión de la Comisión de Cancilleres: buscar canales de comunicación con el Gobierno de EEUU que favorezcan el diálogo directo”, mientras Unasur informaba de una pronta reunión de los 12 cancilleres para analizar la situación venezolana. Tres semanas después, la comisión de los tres cancilleres de Unasur aún no ha visitado Caracas. El 20FEB15, la cancillería uruguaya, país que detenta la presidencia de Unasur, emitió un comunicado con tono de disculpa: “Uruguay se encuentra realizando todas las gestiones necesarias para que la Comisión integrada por los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, viajen a la brevedad a Caracas para reunirse con el presidente Nicolás Maduro […] Uruguay continuará evaluando la evolución de los hechos en el marco de estas acciones”. Ese mismo día, en Quito, Samper emitió su propio comunicado informando que él también intenta concretar una agenda para el viaje de los cancilleres de Unasur a Caracas y dijo que “la próxima visita de los cancilleres puede ser muy útil en el propósito de contribuir a una despolarización del ambiente político”.

 

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Inicialmente Maduro aspiraba que la agenda de los cancilleres de Unasur en Caracas se limitara a pláticas con el Gobierno, pero incluso el propio Samper, usual aliado de los gobiernos castrochavistas, dejó ver que la comisión debe reunirse no sólo con Maduro sino con sectores opositores, a lo cual se niega el régimen. Fuentes de los gobiernos de Brasil y Colombia comentaron a este Informe que sus cancilleres no acordarán un viaje a Caracas hasta recibir de Venezuela una detallada invitación-agenda que incluya reuniones con voceros opositores. Esta postura está siendo secundada por los gobiernos de Perú y Chile, los cuales consideran que el papel de Unasur es promover un diálogo entre el Gobierno y la Oposición y no convalidar posiciones de Maduro. Una alta fuente de la Mesa de la Unidad Democrática, la alianza opositora venezolana, confirmó a este Informe el 27FEB15 que no ha sido consultada sobre un posible encuentro con emisarios de los cancilleres de Unasur. Todo indica que, por ahora, Maduro prefiere diferir la presencia de incómodos cancilleres extranjeros.

 

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El Gobierno de Dilma Rousseff ha ido modificando su posición ante el Gobierno Maduro que ya no incluye, al menos en lo declarativo, la solidaridad automática prestada por Lula da Silva. La diplomacia del régimen venezolano ha procurado, en los últimos días, que los gobiernos de la región se pronuncien individual y colectivamente contra los supuestos planes de golpes militares en Venezuela. En obvio gesto de atender los pedidos de Maduro, la  cancillería brasileña emitió un comunicado del 24FEB15 en el cual no se refirió a un posible golpe, sino que dijo estar preocupada por “iniciativas tendientes a abreviar el mandato presidencial”. Pero igualmente manifestó preocupación por “medidas que afectan directamente a los partidos políticos y a representantes democráticamente electos”.

A propósito de Venezuela, en la Cámara de Diputados de Brasil se produjo una abierta ruptura entre el PMDB (partido aliado de Rousseff) y la línea del Gobierno. Pese a los intentos en contra del oficialista PT y del Partido Comunista Brasileño, el 25FEB15 una cómoda mayoría de diputados aprobó la moción presentada por el líder de la minoría opositora, el tucano Bruno Araújo, repudiando al Gobierno Maduro por “quiebra de los principios democráticos”.

 

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En la sede de la cancillería de Ecuador fue celebrado, en la tarde del 26FEB15, un acto político “en apoyo a Venezuela”. El evento fue encabezado por el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño y otros ministros del Gobierno de Rafael Correa, así como Carol Delgado, la embajadora del Gobierno Maduro en Quito y; una activista del gobierno venezolano de nombre Desirée Cabrera quien representa un ente propagandístico oficialista denominado “Comité de Víctimas de la Guarimba y el Golpe Continuado”. El papel de Patiño como parte de la comisión de cancilleres de Unasur para Venezuela quedó en duda, después de haber promovido oficialmente un acto para atacar a la oposición democrática venezolana.

 

Edgar C. Otálvora

@ecotalvora

Diario Las Amércias

Guanipa: “Mientras el Gobierno se reparte cuotas de poder los venezolanos sufren la crisis económica”

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El secretario general de Primero Justicia y diputado a la Asamblea Nacional, Tomás Guanipa, aseguró que Nicolás Maduro se niega a tomar las medidas necesarias para frenar la crisis económica, porque sabe que las mismas tendrán un costo político alto que afectarán, aún más, su popularidad.

El Diputado sostuvo que al retardo de los anuncios económicos se le suman las pugnas internas dentro del Gobierno nacional “pareciera que para el oficialismo es más importante repartirse el  “botín” del país, que las medidas para frenar la crisis. Hemos visto como en el Gobierno sacan y meten gente de acuerdo a la conveniencia de unos pocos, es innegable y evidente la repartición de cuotas dentro del ejecutivo”.

Asimismo Guanipa resaltó que resulta injustificable que en Venezuela no haya un fondo de reserva para contrarrestar la caída de los precios del petróleo “es nefasto y muy deplorable el manejo económico que ha hecho este Gobierno con los recursos del país. No se justifica que después de 8 años de bonanza petrolera tengamos a un país quebrado; y que después de 16 semanas con el petróleo a la baja aún no haya un plan serio de contingencia”.

El Secretario General de Primero Justicia  se refirió también a la activación de los Peajes destacando que con esta medida pretenden seguir metiendo la mano al bolsillo de los venezolanos generando mas impuestos al pueblo.

“Todo lo que está ocurriendo en Venezuela tiene un solo responsable, el Gobierno Nacional en manos de Nicolás Maduro. No puede ser que por el modelo de despilfarro y las corruptelas no hay dinero ni para cubrir las importaciones de alimentos y productos de primera necesidad fundamentales para el pueblo”.

Para Guanipa este es el año de la esperanza y para la conducción de la lucha hacia un país mejor. “Maduro cree que no tomando las medidas evitará que su popularidad caiga más. Pero está equivocado el pueblo igual les pasará factura y obtendremos una aplastante victoria en la AN para recobrar nuestra dignidad y mejorar la calidad de vida de los venezolanos porque no se puede seguir profundizando el caos y el fracaso”.

Baja la popularidad de Maduro ante la asfixia económica de Venezuela

Maduro

Los dos últimos sondeos le dan un apoyo de solo el 23 por ciento

Los insultos del presidente venezolano, Nicolás Maduro, contra Estados Unidos, España y su expresidente José María Aznar, coinciden con una desesperada situación económica tras el derrumbe de un 45 % en los precios del petróleo. Venezuela tiene una fuerte dependencia de las ventas de crudo, su principal producto de exportación con el que paga las masivas importaciones que mantienen un consumo cada vez más alicaído en el país. El desabastecimiento de medicinas y alimentos alcanza cotas del 60 y 70 por ciento, en tanto el país pierde 5.700 millones de dólares por cada 10 dólares que cae el precio del crudo venezolano que, lo que compromete gravemente el presupuesto nacional de 2015, basado en el cálculo de que el barril de petróleo no bajaría de 60 dólares.

Con apenas año y medio al frente de la presidencia, Maduro carece del carisma y la autoridad de su antecesor, el difunto Hugo Chávez, a quien jamás nadie osó llevarle la contraria en el régimen. En los sondeos el actual mandatario cuenta con un apoyo de apenas el 23 %, en tanto el índice de rechazo está por encima del 70% según las encuestadoras Datanálisis y «Alfredo Keller». El número de los descontentos crece también en las filas del chavismo.

Prueba de su falta de apoyo popular fue la manifestación convocada a favor de Maduro el pasado lunes en la céntrica avenida Bolívar de Caracas, a la que debieron nutrir con funcionarios públicos llevados en autobuses desde el interior. Se esperaba que en durante ese mitin anunciase nuevas medidas económicas para salir de la crisis, pero no. Como única alternativa a la asfixia económica del país, Maduro se limitó a multiplicar sus exabruptos contra George W. Bush y José María Aznar.

Esta arremetida es también su respuesta a las sanciones acordadas por el Congreso de EE.UU. contra una lista de 56 altos cargos, que podría aumentar hasta 200, por violar los derechos humanos en las protestas del pasado febrero en los que fueron asesinados unos 43 manifestantes. Las medidas incluyen la suspensión de visados y la congelación de activos y propiedades.

«Enemigo exterior»

Pero Maduro manipula estas sanciones convirtiéndolas en un «bloqueo financiero» de EE.UU. contra el pueblo de Venezuela. Durante la manifestación oficialista de apoyo, dijo que le hubiera gustado ser más agresivo contra la Casa Blanca, pero «me contuve», aseguró. Y es que, después de todo, Estados Unidos es el único cliente que paga a Venezuela su factura petrolera en dinero contante y sonante.

La analista Elsa Cardozo señaló que «ya no se trata de sanciones generales, a la vieja usanza, sino de acciones inteligentes dirigidas a personas en particular». Y aseguró que, de aprobarse definitivamente la ley tras el visto bueno de Obama, el Gobierno venezolano no tendría muchas opciones para defenderse debido a las pésimas relaciones diplomáticas y a la fragilidad económica de Venezuela. Maduro también cargó contra la directora del FMI, Christine Lagarde, de la que dijo que tenía un «espagueti en el cerebro».