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Un tercer militar venezolano deserta a Brasil

 

UN MILITAR DE LA GUARDIA NACIONAL DESERTÓ EL DOMINGO EN BRASIL y se unió así a otros dos sargentos que abandonaron las filas del ejército que responde a Nicolás Maduro y que pidieron refugio en la nación vecina, informaron las autoridades.

Los tres militares se encuentran en Pacaraima, una ciudad brasileña fronteriza con Venezuela, y permanecerán en un centro destinado a refugiados venezolanos.

El coronel de la Armada brasileña, George Feres Kanaan, coordinador operacional de la fuerza de tarea logística humanitaria en Roraima, dijo que los desertores recibirán el mismo tratamiento que cualquier persona que solicita refugio en suelo brasileño.

“Estamos defendiendo a nuestras familias, a nuestros hijos y a nuestros vecinos. Todos sufrimos la escasez que se presenta en Venezuela. Que lo sepa el mundo: hacen falta medicamentos y las instituciones están por el suelo”, dijo Jean Carlos Cesar Parra, uno de los sargentos venezolanos que desertó.

La frontera entre Brasil y Venezuela fue escenario de nuevos enfrentamientos el domingo, cuando decenas de manifestantes chocaron con elementos de la Guardia Nacional venezolana para reclamar la apertura de la frontera, cerrada por tercer día consecutivo. Se vivieron minutos de máxima tensión.

Manifestantes en la ciudad de Pacaraima, en el estado brasileño de Roraima limítrofe con Venezuela, arrojaron piedras a las tropas venezolanas, que respondieron con perdigones y gases lacrimógenos que llegaron a suelo brasileño.

Un militar brasileño avanzó solo hacia la línea de frontera para pedir calma a los soldados venezolanos y pidió a periodistas y manifestantes que retrocedieran u se pusieran a resguardo.

Una vez que el conflicto cesó, decenas de seguidores de Maduro llegaron a la frontera venezolana e izaron la bandera de Venezuela, que había sido retirada ayer en uno de los momentos más álgidos de choques a ambos lados de la frontera. Tras gritar contra la ayuda humanitaria y el presidente norteamericano Donald Trump, los seguidores del presidente venezolano se fueron.

Por otra parte, el gobierno de Roraima anunció que el lunes decretará estado de “calamidad pública” debido al colapso en el sistema de atención a la salud, luego del ingreso en masa de venezolanos heridos en episodios de violencia en la frontera, según las autoridades.

Un total de 22 venezolanos debieron fueron internados con heridas de balas de fusil y perdigones en Boa Vista, capital de Roraima, luego de un día de máxima tensión y enfrentamientos en la frontera. De ellos, 18 debieron ser intervenidos quirúrgicamente.

“Estamos haciendo un esfuerzo para salvar la vida de esas personas. En estos momentos el sistema de atención de salud está colapsado” debido a la hospitalización en masa de decenas de venezolanos, dijo a The Associated Press un portavoz del gobernador de Roraima, Antonio Denarium. Los venezolanos llegaron heridos desde Santa Elena, una ciudad venezolana fronteriza con Brasil.

“La idea es que, decretada la calamidad pública, el gobierno pueda comprar medicamentos con carácter urgente y contratar camas en hospitales particulares para dar cuenta de la demanda. Creemos que va a aumentar el flujo de personas enfermas y heridas en los próximos días”, explicó el vocero.

Por tercer día consecutivo, el paso fronterizo entre Brasil y Venezuela amaneció cerrado. Luego de un sábado tumultuoso y mucha tensión, se registraron episodios aislados de violencia por la tarde en Pacaraima.

En una nota oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, el gobierno del presidente Jair Bolsonaro condenó los actos de violencia del gobierno de Nicolás Maduro y el bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria.

“El uso de la fuerza contra el pueblo venezolano que ansía recibir la ayuda caracteriza, de forma definitiva, el carácter criminal del régimen de Maduro”, dijo el comunicado.

Brasil prorroga por 60 días presencia de soldados en el estado de Roraima

 

 

EL MINISTERIO DE JUSTICIA Y SEGURIDAD PÚBLICA DE BRASIL informó el 13 de febrero que fue prorrogada por 60 días más la permanencia de soldados en el estado de Roraima, que es fronterizo con Venezuela. Esta prolongación se empezará a contar a partir del 27 de febrero.

Según informó el Diario Oficial, la presencia de dicho efectivo se debe al “actual cuadro de inestabilidad en la seguridad pública de Roraima, en virtud de la crisis migratoria y en el sistema penitenciario”.

Esta medida también coincide con que en la entidad estará uno de los centros de acopio de ayuda humanitaria solicitada por la Asamblea Nacional, juntos con los que estarán en la ciudad colombiana de Cúcuta y Puerto Rico.

En el caso de Brasil, el centro de acopio estará en la ciudad de Boa Vista, capital de Roraima, y habrá un núcleo de distribución en Pacaraima, según informó María Teresa Belandria, la designada embajadora en Brasil del jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.

El estado de Roraima, uno de los pobres del país, ha sido la puerta de entrada en los últimos años de miles de venezolanos que huyen de la crisis política, económica y social de su país, y será además escenario de uno de los centros de acopio de ayuda humanitaria solicitado por el Parlamento de la nación caribeña.

Los datos oficiales indican que desde 2017 han entrado a Brasil algo más de 150.000 venezolanos vía terrestre por Pacaraima, en el extremo norte de Roraima, aunque algo más de la mitad, cerca de 80.000, ya abandonaron el territorio nacional.

Informe Otálvora: Gobiernos procuran acuerdos ante migración de venezolanos

Tropas brasileñas en tareas de control de tránsito en Pacaraima, frontera con Venezuela. Foto: Agência Brasil

 

@ecotalvora

PERSONAL DE LA ARMADA DE EEUU fue enviado a realizar tareas humanitarias en la Guajira colombiana, departamento fronterizo con Venezuela. El 25AGO18 desde el USS Gunston Hall (LSD-44), nave de desembarco anfibio enviada a Colombia para participar en las maniobras navales Unitas 2018, fueron descargados equipos y vehículos de la unidad de construcción Seabee de la Armada estadounidense, entre ellos camiones especializados en perforación de suelo. Personal de ingeniería junto a fuerzas militares colombianas comenzaron el 31AGO18 actividades de apoyo a comunidades indígenas wayúu en la Alta Guajira incluyendo la exploración de pozos de agua. El personal médico estadounidense que está basado en Riohacha capital del departamento, prestará asistencia humanitaria e intercambio de información en “ayuda en casos de desastre, cuidado de víctimas de combate táctico y salud pública”. La presencia de los equipos médicos y de ingenieros coincidirá con las maniobras Unitas 2018 y forman parte del “Southern Partnership Station 2018” que previamente se ejecutó en Trinidad & Tobago y que realizará actividades en El Salvador y Honduras en los próximos dos meses.

Personal médico de la Armada de EEUU a bordo del USS Gunston Hall arribando a Colombia el 25AGO18. Foto: US Army. Tropas colombianas y de EEUU durante trabajos de construcción de un pozo en Rumonero, Guajira colombiana el 31AGO18. Foto: Ejército de Colombia

Por cierto, el canciller colombiano  Carlos Holmes Trujillo anunció desde Riohacha el 31AGO18 que su gobierno se apronta a declarar “emergencia económica y social” en departamentos fronterizos con Venezuela incluyendo La Guajira

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La migración masiva de venezolanos se ha convertido en “una amenaza a la armonía de todo nuestro continente” y “ya no es un problema de política interna de un país”, afirmó el presidente brasileño Michel Temer el 28AGO18.  Ese día, Temer emitió un decreto mediante el cual ordenó la movilización de tropas del Ejército hacia la zona fronteriza con Venezuela en el estado de Roraima. La legislación brasileña permite que efectivos militares, en circunstancias cuando se hayan “agotado los instrumentos destinados a la preservación del orden público” sean destinados a funciones de preservación de “la ley y el orden” es decir, a tareas tipicamente policiales. El mecanismo ya fue utilizado por Temer al enviar tropas a barriadas probres en Río de Janeiro para combatir bandas de narcotraficantes. Por un plazo inicialmente estimado de tres semanas, serán movilizados desde su base en Boa Vista (capital de Roraima) a la población fronteriza de Pacaraima un total de 3.200 efectivos militares pertenecientes a la Primera Brigada de Infantería de Selva del Ejército brasileño. Su misión será ofrecer protección a centros de refugiados, controlar el ingreso y salida de territorio brasileño de migrantes, apoyar las operaciones de traslado de venezolanos hacia el interior del país, entre otros.

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Las palabras de Temer reflejaron un aspecto que se está reproduciendo a lo largo de Suramérica: el tema de la masiva migración de venezolanos se ha convertido en asunto de debate político interno y en el caso de Brasil ha entrado de lleno en la agenda de la campaña electoral. El caso más notorio es el del senador Romero Jucá quien está en procura de su reelección por el fronterizo estado de Roraima. Jucá, cercano aliado de Temer, renunció a su condición de lider de la fracción parlamentaria pro oficialista luego que el gobierno no aceptara sus propuestas para frenar el ingreso de venezolanos. Tanto Jucá como su rival política en Roraima, la actual gobernadora y candidata a la reelección Suely Campos, desarrollan su campaña electoral enfocandose en medidas antimigrantes.

Temer ha dejado ver una posición similar a la de los gobiernos de Colombia y Ecuador según los cuales la situación migratoria debe ser asumida a nivel de organismos multilaterales por ser una crisis de impacto regional cuyo tratamiento requiere importantes recursos financieros.

Temer afirmó el 30AGO18 que el “cierre de las fronteras a los venezolanos es impensable” pero expuso la necesidad de imponer controles a los que denominó como “entregar señas” con el propósito de contabilizar los ingresos y egresos de venezolanos y “organizar la atención de servicios sociales y de salud”.

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El 27-28AGO18 se celebró en Bogotá un encuentro de las máximas autoridades en materia migratoria de Colombia y Perú, con asistencia en calidad de observador del embajador de Brasil en Bogotá Julio G Bitelli. Extrañamente el gobierno ecuatoriano que estaba invitado a la cita no envió representantes. La reunión en Bogotá fue la primera de una serie de encuentros que con carácter de urgencia vienen organizando los gobiernos de la región para procurar acuerdos para la coordinación de acciones ante la oleada de migrantes venezolanos. En Bogotá se encontraron el superintendente Nacional de Migraciones de Perú Eduardo Sevilla y el director General de Migración de Colombia Christian Krüger acompañados por funcionarios de la cancillería colombiana. Los dos gobiernos acordaron intercambiar información sobre los venezolanos que solicitan permisos de permanencia temporal en un intento para crear una base de datos.

Al día siguiente, el 29AGO18, tuvo lugar en Lima una reunión del Comité Andino de Autoridades Migratorias, órgano de la Comunidad Andina de Naciones. El propósito del encuentro fue “evaluar el flujo migratorio extracomunitario venezolano y considerar acciones comunes y concertadas para la mejor gobernanza del mismo y lograr un flujo migratorio más ordenado, regular y seguro” y resaltaron en su comunicado “el carácter humanitario de esta crisis migratoria”.  Si bien el gobierno de Evo Morales envió como representantes al Director General de Asuntos Consulares Germán Guaygua y a un funcionario del Servicio Nacional de Aeropuertos, los bolivianos se negaron a suscribir el acta que contempla las acciones acordadas. Controlar y ordenar el flujo de migrantes, precisar la identidad de los migrantes y lograr financiamiento internacional para el reasentamiento son los principales puntos tratados en Lima.

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En la reunión de Lima del 29AGO18, los representantes de Colombia, Ecuador y Perú acordaron “solicitar” al gobierno de Nicolás Maduro “que facilite el otorgamiento de documentos de identidad, filiación y de viaje para sus nacionales migrantes”.  Las relaciones de la cancillería de Maduro con sus homólogos de Colombia y Perú son prácticamente inexistentes y están en franco deterioro con Ecuador.

El 21AGO18, la cancillería ecuatoriana publicó en su página web una nota dando cuenta de una reunión celebrada en Quito entre el viceministro de Movilidad Humana de Ecuador Santiago Chávez y el vicecanciller chavista Alexander Yánez donde habrían analizado el “flujo migratorio inusual” de venezolanos. La cancillería ecuatoriana informó que Chávez y Yánez habían acordado celebrar “en los próximos días” una mesa de trabajo binacional sobre el tema de los migrantes. El 22AGO18 la nota de prensa fue borrada del portal de la cancillería ecuatoriana y el 23AGO18 el canciller ecuatoriano acusó al gobierno de Maduro de falta de cooperación en el asunto de la identificación de los migrantes. Fuentes de la cancillería ecuatoriana aseguran que durante el encuentro entre los viceministros le fue solicitada al enviado venezolano “cooperación de datos para validar los documentos de identidad de los venezolanos”. Esa fue una de las razones esgrimidas por el gobierno de Lenin Moreno para romper con la alianza castrochavista ALBA.

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A solicitud del secretario general Luis Almagro, el Consejo Permanente de la OEA celebrará una sesión extraordinaria el 05SEP18 para analizar la “crisis migratoria originada por la situación” en Venezuela. La agenda de la reunión que pareciera sólo de carácter informativo, contempla intervenciones de representantes de la Organización Internacional de Migraciones y del Alto Comisionado para los Refugiados.

Previamente, el 03SEP18, tendra lugar en Quito una reunión técnica que congregará doce gobiernos suramericanos y centroamericanos impactados por la llegada de venezolanos. La lista de asistentes incluirá a Argentina, Brasil,  Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú, Paraguay, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Ecuador como anfitrión. Los gobiernos de Maduro y Evo Morales rechazaron la invitación ya que no reconocen la existencia de una crisis migratoria.

El gobierno de Colombia está promoviendo que en el marco de la Asamblea General de la ONU que arranca a mediados de septiembre, se celebre una reunión de países afectados por la migración venezolana y potenciales gobiernos y organismos internacionales que puedan convertirse en donantes para financiar la atención a los venezolanos en los países receptores. Según el canciller ecuatoriano José Valencia, en noviembre tendría lugar una “reunión de donantes” para concretar ayuda financiera para atender a los migrantes.

En la reunión informal de ministros de  asuntos exteriores de la Unión Europea, celebrada en Viena los días 30-31AGO18, el tema “Venezuela” fue brevemente tratado, según fuentes oficiales de la UE consultadas. Varios gobiernos plantearon la necesidad de seguir de cerca la “crisis humanitaria” que vive Venezuela lo que sería objeto de análisis en las próximas semanas antes de la próxima reunión formal del Consejo de Asuntos Exteriores.

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El Tribunal Superior Electoral de Brasil, la máxima instancia legal en materia electoral del país, decidió la noche del 31AGO18 no aceptar la postulación como candidato presidencial de Lula da Silva. Lula fue declarado inelegible por haber sido condenado en segunda instancia en un tribunal colegiado por delitos de corrupción. Los abogados del expresidente intentarán con carácter de urgencia un recurso ante el Supremo Tribunal Federal procurando la aprobación (por el magistrado que sea designado ponente) de una medida cautelar que le permita a Lula ser candidato presidencial desde la cárcel. Salvo una poco probable decisión del TSE en ese sentido, Lula no podrá competir por la Presidencia y la postulación del PT y del Partido Comunista de Brasil sería asumida por el actual candidato a vicepresidente Fernando Haddad.

Diario Las Américas

Brasil reforzará frontera con Venezuela por brotes de fiebre aftosa

 

Brasil emitió este jueves una alerta para reforzar la vigilancia sanitaria en la frontera con Venezuela debido a un brote de fiebre aftosa registrado en 15 animales en el  país que ingresaron a Colombia informaron fuentes oficiales.

El llamado lo hizo el director del Departamento de Salud Animal del Ministerio de Agricultura, en comunicación a las Superintendencias Federales de Agricultura de los estados de Amazonas y Roraima.

La alerta fue hecha luego de que el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) informara sobre el incidente, ocurrido esta semana en el departamento de Arauca, Colombia.

«La situación está bajo control y no representa riesgo sanitario para Brasil», aseguró Marques.

Explicó que por el historial de fiebre aftosa, la región fronteriza ya es tratada con atención especial por el servicio veterinario brasileño.

De acuerdo con el informe del Ministerio, el brote se dio a unos 600 Kilómetros de la frontera más cercana con Brasil, en el estado de Amazonas, una región de densos bosques y sin ocupación pecuaria.

La zona de mayor importancia para la sanidad animal se encuentra en la región de Pacaraima, en el estado fronterizo de Roraima, a unos 1.200 Kilómetros de la región afectada por la enfermedad en Colombia.

La frontera de Venezuela con Brasil prácticamente no cuenta con ocupación pecuaria por ser una región boscosa y de áreas accidentadas.

«En esta región, la ocupación pecuaria es muy baja del lado venezolano y no hay historial de brotes de fiebre aftosa en los últimos años», aseguró el organismo.

El Ministerio de Agricultura recordó las acciones permanentes que adelantan para prevenir esta enfermedad las autoridades federales, el servicio veterinario oficial de Brasil y la Agencia de Defensa Agropecuaria de Roraima.

Brasil se esfuerza por atender a indígenas warao venezolanos

 

 

PACARAIMA, Brasil (AP) — Las mujeres cocinan en más de una docena de pequeños fuegos al aire libre. Mientras, los hombres yacen tendidos en hamacas en el interior de un edificio contiguo y los niños, desnudos con las barrigas hinchadas y las caras sucias, corren alrededor del albergue para indígenas warao que escaparon de los problemas de Venezuela.

Abierto a finales del año pasado con capacidad para unas 250 personas, en este antiguo almacén de la localidad fronteriza brasileña de Pacaraima viven más de 500, y cada día llegan más. Sin más espacio para hamacas, la gente duerme sobre el piso de concreto.

Los trabajadores sanitarios se esfuerzan por detectar a los niños con sarampión – uno de los del centro murió este mes – y abordar la severa desnutrición infantil, entre otros problemas.

«Todos los venezolanos que llegan aquí están en una situación precaria”, señaló Luis Fernando Peres, voluntario de la Federación Humanitaria Internacional La Fraternidade, un grupo que trabaja en el albergue. «Los warao llegan en un estado aún peor”.

Para las autoridades brasileñas, que se afanan por acomodar a las decenas de miles de venezolanos que cruzan la frontera norte del país escapando de la crisis económica y política en su tierra natal, los indígenas warao son su mayor reto.

Tradicionalmente pobres y marginados en Venezuela, los warao llegan con incluso más problemas de salud que el resto de sus compatriotas. Esto, sumado a las diferencias culturales y lingüísticas, supone que las autoridades no tengan otra alternativa que habilitar albergues únicamente para ellos y esperar que puedan regresar a sus tierras ya que la integración en la sociedad brasileña no parece una opción realista.

Muchos warao no tienen apenas educación y, en el mejor de los casos, un escaso conocimiento del español, que al menos guarda alguna relación con el portugués que se habla en Brasil. Solo se alojan con otros warao por su desconfianza hacia los «criollos», el término que emplean para referirse a los venezolanos no indígenas.

«Nunca podríamos estar con criollos porque no sabes lo que podría pasar”, dijo Teolinda Moralera, una warao de 40 años, mientras cocinaba un pollo al fuego. Llegó al albergue dos semanas atrás con su esposo y sus hijos de 15, 18, 20 y 23 años.

Las autoridades en Pacaraima, una polvorienta localidad fronteriza en el medio de la Amazonia, dijeron que los warao comenzaron a llegar a la región en 2016, un año antes del inicio del éxodo masivo de venezolanos no indígenas.

El “pueblo del barco”, el significado de su nombre en idioma warao, lleva siglos viviendo en el Delta del Orinoco, en el noreste de Venezuela, a más de 800 kilómetros (500 millas) de Pacaraima.

En las últimas décadas, la pesca en su territorio de origen disminuyó a consecuencia del desvío y el aumento del calado de los ríos más importantes para su uso en el transporte, lo que llevó a muchos a emigrar a las ciudades para vender artesanías y mendigar. Cuando comenzó la crisis, su situación ya precaria no hizo más que agravarse.

Muchos de los entrevistados dijeron que el gobierno socialista de Venezuela encabezado por el presidente Nicolás Maduro los abandonó hasta el punto de que en las zonas en las que vivían no había servicios ni comida.

«Los warao siempre fueron pobres. Con Maduro, nos empobrecimos aún más”, dijo Sumilde González, de 40 años y que llegó al centro con su esposo y dos hijos pequeños.

Los primeros en llegar a Pacaraima vivían en las calles y pedían limosna, y se negaban a acudir a albergues con personas no indígenas. Tenían pocas perspectivas de trabajo. Quienes se lo pudieron permitir viajaron al sur hacia Manaos, la mayor ciudad de la Amanzonia, o al este a la ciudad de Belem. Allí, como en Pacaraima, muchos viven en la calle, mendigando y vendiendo artesanías.

Marcio Coelho, coordinador del refugio de Pacaraima, dijo que abrir un centro solo para los warao era la única forma de sacarlos de las calles.

«La ciudad no tenía forma de acomodarlos”, añadió.

Una de las posibilidades que se estudian es designar un terreno para la comunidad. El gobierno federal acaba de anunciar sus planes para construir una “base de apoyo”. El director de la Fundación Nacional del Indio, un organismo gubernamental, comenzó a reunirse con líderes warao y con varios grupos indígenas en el estado brasileño de Roraima.

Pero no está claro si alguno de estos pueblos indígenas locales estaría dispuesto a ceder parte de sus tierras. La fundación explicó en un comunicado que la base sería temporal y que estaría supervisada por el ejército. No se ofrecieron más detalles, y los correos electrónicos y llamados pidiendo más detalles no obtuvieron respuesta.

Aunque los refugios son una mejora, solo funcionarán mientras el gobierno y los voluntarios sigan proporcionándoles todo lo que necesitan.

La frustración de los residentes locales con los warao, y con la llegada masiva de venezolanos en general, es palpable.

Pacaraima, que solo tiene 11.000 habitantes y está rodeada por tierras indígenas, existe básicamente para atender a los viajeros que cruzan la frontera en ambos sentidos.

A la vuelta de la esquina del refugio, Evaldo de Souza Rocha regenta un mercado de pescado. Los warao siempre están pidiendo agua y rebuscan entre la basura por la noche, hasta el punto de que puso candados en los cubos, explicó. La madera que tenía en el exterior de su casa, con la que planeaba realizar una obra, desapareció una mañana.

«Es un detalle pequeño, pero importa”, dijo añadiendo que sospecha que la madera se quemó en los fuegos del albergue.

Lizardi Reinosa, un warao de 23 años que llegó con un hermano pequeño hace unos meses, dijo que sus intentos de encontrar un trabajo siempre se toparon con un “no” rotundo. Muchos jóvenes de la localidad se ganan unos dólares al día descargando camiones.

«Me dicen que solo le darán trabajo a los brasileños, no a los warao», dijo Reinosa, que hace poco recorrió el pueblo con docenas de jóvenes más buscando un lugar en el que poder jugar un partido de fútbol.

«¡Pónganse a trabajar, warao!», les gritó un conductor al pasar junto a ellos.

Pese a las dificultades y a su incierto futuro, muchos warao dicen estar felices de estar en Brasil. Para algunos el albergue es un “paraíso” comparado con lo que dejaron atrás.

Uno de ellos es Beodilio Zapata, un joven de 23 años que cruzó la frontera recientemente con su esposa y sus hijos de 1 y 2 años, ambos con una severa malnutrición.

«Venezuela es miseria», dijo mientras los niños, descalzos y con la barriga hinchada y la cabeza llena de manchas por la desnutrición, se subían a él. «Todos los que están allí quieren venir aquí”.

Migración de venezolanos a Pacaraima en condición de mendicidad enciende alarmas del norte de Brasil

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Foto: Folha

Cientos de venezolanos recorren un trayecto superior a las ocho horas hasta llegar a Santa Elena de Uairén, en el municipio Gran Sabana en el sur de Bolívar, para comprar alimentos. Ha sido la dinámica de los últimos meses, pero en este periodo también se ha acrecentado la migración masiva de personas, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida, hacia el norte de Brasil.

La migración ha encendido las alarmas, principalmente en la población de Pacaraima, donde las autoridades han constatado la presencia de venezolanos deambulando por las calles y viviendo a la intemperie en calles y aceras.

La puerta de entrada a Brasil es Pacaraima, en el estado de Roraima, a 15 kilómetros de Santa Elena de Uairén, en el municipio Gran Sabana de Venezuela. Un par de horas después, llegan a Boa Vista, la capital del estado brasileño en el extremo norte.

Mientras algunos logran reconfigurar su vida en una nueva tierra y, en el mejor de los casos, con empleos estables, otros han migrado para dedicarse a oficios informales como lavar vidrios de vehículos, cargar sacos de alimentos e, incluso, pedir limosnas. Otros tantos venezolanos han estado involucrados en hechos delictivos.

Sigue leyendo este trabajo de María Ramírez Cabello en Correo del Caroní