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Niño Jesús

Carta presidencial al Niño Jesús por Armando Martini Pietri

Maduro y Navidad

Querido Niño Jesús,

Hijo de María y José,

nacido trabajador de la carpintería,

líder nato de los trabajadores y desamparados del mundo:

Comienzo presentándote mis más sinceras disculpas por molestar tu atención en esta época complicada para ti y que, la verdad, nunca he entendido muy bien porque la misma noche en que naces andas repartiendo juguetes por todas partes, al menos en los hogares pobres venezolanos que no tienen (todavía) dinero suficiente para comprar juguetes en las tiendas.

Pero no debo complicarme con divagaciones teológicas porque no es mi fuerte, después de todo eres Dios –Hijo de Dios, según entiendo- y puedes hacer lo que te provoque.

Había pensado escribirle a Santa Claus, pero ése es un invento para el consumismo exacerbado del imperialismo yanqui, de la multinacional Coca Cola, para ser más exactos, no sé de dónde sacaron ese San Nicolás que ellos llaman Claus y es gordote, bonachón, de barba blanca, amable, afable y viste siempre de rojo, que en mi opinión es lo mejor que tiene. Le pregunté a un obispo amigo y revolucionario, que algunos existen aun, y me aclaró que realmente hubo un San Nicolás, que era italiano de tiempos remotos del cristianismo que ayudaba a la gente pobre, que hizo muchos milagros y después de muerto un grupo de cristianos seguramente revolucionarios robaron su cadáver y lo trasladaron a la ciudad de Bari. En realidad, estuve averiguando, hay varios santos con el nombre de Nicolás, pero el enterrado en Bari fue el de los obsequios que dio origen a la tradición navideña.

Pero Jesús sólo hubo uno y ése eres tú, y por eso te escribo ahora, en esta Navidad que para mí ha sido de pura amargura, molestia, desilusión y mucho sufrimiento.

No te voy a culpar por la paliza electoral que nos dieron los pelucones y oligarcas de la oposición, pero como eres Dios que todo lo ves y todo lo sabes, te pregunto sin tratar de ser grosero: ¿por qué permitiste que nos fregaran de esa manera? No me vengas a decir ahora lo de las encuestas, porque seguro sabías lo que se nos venía encima sin necesidad de estudios ni de los regaños de Jorge Giordani, Ana Elisa Osorio y Héctor Navarro, ni de los reclamos de esos embozados que son los niñitos de Marea Socialista.

La pregunta es la misma, ¿por qué permitiste esto? ¿Acaso cuando estuviste en la Tierra, allá en Palestina, naciste y creciste rico? No, camarada, recuerda que llegaste al mundo en un pesebre, sin un trapito que ponerte encima y los únicos que te visitaron fueron unos pastores pobretones. Después fue que llegaron los reyes magos –que no eran ni reyes ni magos sino astrónomos, fíjate si he investigado o no el asunto de tu nacimiento-, y que como venían de Arabia tenían plata y muy pudientes, presentían que algo grande ocurría y con la hipocresía típica de los ricos te llevaron regalitos, oro, incienso y mirra, que al menos algo valdrían y seguro que tu padre José lo vendió y con eso pudieron regresar a Nazaret y montar la carpintería.

Acepto que los apátridas de la oposición venezolana estén dando brincos de alegría, y los empresarios, empezando por Lorenzo, ya estén pidiendo que se cambien todas las leyes para que el país mejore, es decir, para que vuelvan a ganar montones de plata, ellos niegan y neutralizan a punta de dinero todos los esfuerzos que hemos hecho los revolucionarios para que todos los venezolanos puedan tener hallacas baratas, pan de jamón y todo lo que se consume en navidades, pero los comerciantes vagabundos que sólo quieren más dólares para sus bolsillos nos han saboteado con la feroz guerra económica, aliados a los perversos Estados Unidos que mantienen el petróleo a precios de miseria para acabar con la gloriosa revolución latinoamericana.

Debo reconocer que hasta ahora les está yendo muy bien; derrotaron la revolución que adelantaban en Argentina Néstor y su magnífica viuda Cristina que hizo todo lo que pudo, y –el pueblo- entrego el poder a ese autócrata pedante que es Mauricio Macri; le están amargando la vida al camarada Correa en Ecuador, quien ya tuvo que anunciar que no volverá a presentarse a elecciones presidenciales para tristeza del pueblo ecuatoriano admirador impenitente de Simón Bolívar –quien debe estar a tu lado y al lado del comandante eterno allá en el cielo- y por si fuera poco le están complicando las cosas a esos grandes defensores revolucionarios de los pobres como son los camaradas brasileños Lula y Dilma.

Por eso me dirijo a ti con esta carta que no es para pedirte regalitos, sino grandes regalos para ayudar a los pueblos, especialmente los más pobres, que siguen confiando en ti igual que yo.

No te solicito nada complicado ni costoso; te pido que así como dejaste que se confundieran las mentes de millones de venezolanos, brasileños, ecuatorianos y argentinos, enredes ahora los sentidos de gente poco religiosa como Henry Ramos Allup, Julio Borges, Leopoldo López, Lilian Tintori, María Corina Machado, Antonio Ledezma y tantos otros que han estado envenenando las almas de los venezolanos; no te pido que los engañes, sino simplemente que dejes que actúen como lo que son y terminen dividiéndose para que no se pongan de acuerdo en nada y no puedan cumplir las promesas y mentiras que ofrecieron en la campaña electoral. Recuerda que la única vez que ellos han sido fuertes y han ganado elecciones desde que Hugo Chávez se elevó como nuestra estrella navideña, ha sido en esta oportunidad porque al fin entendieron la importancia de estar acoplados. Te confieso que estamos haciendo lo imposible para disolverlos, ese es nuestro gran reto y el de ellos, es permanecer unidos.

A mí lo que me jode –perdona la palabrita- es que me haya tocado aguantar este chaparrón. A mí, a Nicolás el buena nota, el que no le hace daño a nadie, ¿por qué no le cayó este aguacero de votos unidos al Comandante Chávez? ¿Te acuerdas aquella única vez que Chávez perdió una elección, aquella consulta, el disgusto que agarró?

Niño Jesús no me alarma que nos hayan dado un revolcón, lo que me angustia es esa mayoría de 112 y tenemos que bajarla a menos de 110 a como dé lugar a punta de impugnaciones si fuera necesario. Y lo haremos aunque piensen que no será posible. Ayer nombramos a los nuevos magistrados. Regálame espacio, necesito tiempo para oxigenarme, ayúdame convenciendo a esta gente de la MUD que necesitamos dialogar, conversar, ayudarnos mutuamente por el bien de las dos partes, que de lo contrario ambos estamos en gran peligro. Y como dijo Luis Vicente: “éste es un país chavista arrecho con Maduro” y yo agregaría: “y con la MUD también”, yo no voy a ser el único pagapeos.

Te agradezco que Cilia -mi esposa, tu sabes- ganara la diputación aunque de chiripa, y te reconozco también que le metieras un susto al fastidioso de Diosdado Cabello y que quedara diputado –de vainita- por estar en la lista, no por sí mismo, matracazo merecido, cree que tiene a tu Padre agarrado por la chiva. Lo que me pone nervioso e inquieta, Niño Jesús, es que pareces que haces las cosas a medias, dejaste a Cilita como diputada pero permitiste que nuestros sobrinos parientes cayeran en una trampa gringa como unos mismos bolsicones. Y ahora lloran a cantaros en el tribunal y chismean contra amigos y conocidos, son unos desagradecidos después de todo lo que les hemos dado, ¿no te parece?

También requiero, y con esto concluyo, que me calmes las aguas en el partido –el PSUV, no te vayas a confundir- porque los camaradas andan muy agitados, diría que asustados, y están empezando a hablar cada día más duro, mas pendejadas y más de la cuenta. Introdúcete en sus mentes y conocimientos para que crean que todo este lio es cosa de poco tiempo, que la oposición se va a dividir más pronto que tarde –fíjate al momento de escribirte, aun no se han puesto de acuerdo para elegir la directiva- y no podrán hacer nada en la Asamblea Nacional. Que es más o menos lo que creo que va a terminar pasando, tu sabes cómo son ellos.

Y si, de paso, puedes convencerlos de que este enredo es culpa de Chávez y no mía, el mandado está hecho. Después de todo he buscado platica donde no había para traer de todas partes del mundo lo que necesitan mis compatriotas, el que tuvo muchos dólares y los despilfarró fue Chávez.

Bueno mi querido Niño Jesús, no te fastidio ni molesto más, suplico me absuelvas y justifiques por alguna que otra palabrota fuera de tono, es que las cosas no han sido fáciles, quiero ser sincero y espontáneo contigo, te escribo esta carta de rodillas y con sincero sentimiento de remordimiento, la enviaré por intermedio del obispo revolucionario, porque si la mando por Ipostel no llega nunca.

Con toda mi esperanza, con la desesperación de quien está contra la pared –imagínate la locura quieren que renuncie- pero aun así se defiende porque uno es revolucionario, revolución es combate y confrontación, como nos enseñó el querido Comandante galáctico Chávez y antes que él, los profesores cubanos allá en la remota y siempre memorable Habana, que tanto caminé,

Nicolás Maduro

(Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el país desde donde te escriben cartas navideñas para pedirte cosas, porque en el resto del mundo se las escriben a Santa Claus, San Nicolás o a los Reyes Magos todos de gran patrimonio)»

En el Palacio de Miraflores, Balcón del Pueblo, día jueves 24 de diciembre de 2015, primera Navidad de la nueva Revolución.

@ArmandoMartini

Carta anticipada al Niño Jesús por Eduardo Semtei

cartaNJ

 

Querido Niño Jesús. Bendición. Todos sabemos que tú naciste el 24 pero, que Dios, tu papá, por cierto, nos perdone. Nosotros de ahora en adelante diremos que el M-6D (el Milagro del 6 de diciembre) es una fecha religiosa para nosotros.

Claro que el 24 es más mejor; más teológica, romana, católica y apostólica, pero el 6, el 6, el 6 es requetebuena. No sabemos si ustedes allá en el Cielo metieron la mano en estos asuntos electorales. Yo no lo dudo. Pero de todos modos los millones y millonas de velas que prendieron los venezolanos pidiendo un milagro para salir de la pesadilla se cumplieron.

Aunque viéndolo bien, le diste hasta con el tobo a las huestes del Psiquiatra del Mal en Caracas y al Malandro de Aragua. Yo no recuerdo exactamente pero al Capitán del Abuso le devolvieron el mazazo en pleno rostro y al Presidente le recordaron el chiste malísimo del ñame o del ocumo. Los volviste polvo cósmico.

De la tierra vienes y en tierra te convertirás fue la frase que acuñaste en los corazones de los que sufren, de los desventurados y de los que hacen esas mamarras de colas para comprar harina, aceite y toallas femeninas. Pero todavía les falta. Y entonces los bichitos dicen que si fue el imperialismo, que si fue la guerra económica, que si fue la emboscada mediática internacional, que si fue el engaño, el patatín, que si patatán. Que ahora no te voy a dar casas. Ya es un clamor popular: No volverán.

Cilia dijo que ni de vaina se aparecía por la Asamblea no fuera que Lilian Tintori le diera una pescozada. Elías Jaua tampoco se va a incorporar porque le tiene un miedo arrechísimo a Pizarro que, por cierto, es de su peso y tamaño. Haiman el Troudi menos que menos se va a aparecer por la Asamblea Nacional, pues cazó una apuesta con Ismael García y no piensa pagarla. ¡Ay Señor de la montaña!

En cuanto se refiere al capitán Cabello, ese, ese ni de vaina se asoma. Por cierto, le traspasó el micrófono de la Cámara al Che venezolano, los asientos y curules al grupo de Payasitas Rojas Rojitas, los carros de la Asamblea al Sindicato Único de Taxistas “Tírame Algo” las pocetas a la Sociedad Cooperativa “Defecadores de los Llanos”, ANTV se la cedió al Grupo de Apoyo Táctico de Ofendedores y Groseros Televisivos, los jardines del Palacio los dio en concesión al colectivo “Me sacaste la Piedrita”, los urinarios al consejo comunal “Patria o muerte, orinaremos” y el mazo, ay el mazo, mejor me callo. Está resguardado en un lugar seguro.

La “Exótica Belleza Roja” de Jacqueline Farías quedó como presidenta honoraria de la Organización Continental de las Colas Sabrosas y miembra especial del grupo táctico “Yo soy el Dedo de Chávez”. Por su parte el Potro y su Potra andan sin sombrero, sin silla, sin cincha ni gurupera. Al economista sabio de Jesús Farías lo devolvieron para la Universidad Central de Venezuela, a la Escuela de Economía, pues se descubrió que tenía aplazadas las materias Economía Monetaria I y II, Política Económica IV y Limpieza y Aseo Personal.

Niño Jesús, uno de verdad no sabe cómo tratarte, si como un niño, o como un adulto, o como Dios mismo. Es un enredo. Pero igual te pido de todo corazón que termines la tarea de darles a los venezolanos un futuro mejor. Empiezo mi lista de deseos: que el gobierno entienda que perdió las elecciones. Que Tarek William Saab no siga diciendo bobadas y necedades y que se quite esos tatuajes que hacen que uno piense cosas malas. Que el CNE ofrezca las cifras minuto a minuto como lo hace el resto de la humanidad y que Tiby se cure y viva muchos años para que vea pronto un CNE decente. Que el dólar baje por lo menos a 300 bolívares. Que se acaben las colas y llegue el abastecimiento como era siempre en Venezuela. Que no haya tanto malandro y las universidades recobren el brillo, la independencia y la autonomía que se merecen. Que el Banco Central dé las cifras de la economía aunque sean feas. Que los militares no sigan con esa saludadera psicótica diciendo que Chávez vive cuando es evidente que Chávez falleció de cáncer. Que se acabe la regaladera de petróleo para comprar votos y que el Chulo Premier de Cuba no nos siga estafando. Que Internet suba la velocidad. Que aparezcan cauchos, repuestos y baterías. Que desarmen a los colectivos y, como ruega Claudio Nazoa, que bajen el precio de la caña.

 

@eduardo_semtei

El Nacional

 

Laureano Márquez le escribió al Niño Jesús

LaureanoMárquez-

El humorista y politólogo venezolano, Laureano Márquez, publicó una carta dirigida al «Niño Jesús», donde analiza el panorama político en diversos ángulos que atraviesa Venezuela, posterior a la elecciones parlamentarias realizadas este 6 de diciembre.

«Mi carta tiene que ver con el futuro. Creo que los venezolanos, el 6 de diciembre escogimos un rumbo diferente. Queremos sensatez, calma cordura (y también algo de gordura, si es posible)», reza un fragmento de la carta, publicada en el portal digital de Tal Cual.

Querido Chuito:

Ante todo quiero comenzar dándote las gracias por todo, especialmente por devolvernos la Navidad como espacio para la paz y la concordia entre los hombres de buena voluntad. Este diciembre las hallacas, si llegamos a probarlas, tendrán un gusto especial. La verdad es que escribirte una carta con peticiones, después de todo lo que has hecho por nosotros este año, es como mucha exigencia. Sin embargo, típico venezolano es que después de uno decir “perdona el abuso”, venga el abuso.

Mi carta tiene que ver con el futuro. Creo que los venezolanos, el 6 de diciembre escogimos un rumbo diferente. Queremos sensatez, calma cordura (y también algo de gordura, si es posible). En una oportunidad en que el Dr. Rafael Caldera perdió unas elecciones reconoció su derrota diciendo: “el pueblo nunca se equivoca”. Es una reflexión importante, porque los que se equivocan son los dirigentes cuando embriagados de poder llegan a creerse que ellos son el pueblo y entonces les basta solo con escucharse a sí mismos, pretendiendo que sus caprichos son la predilección mayoritaria, alejándose de quienes le dieron el poder al punto de despreciar sus sueños y anhelos e incluso su voluntad al creer que el pueblo se ha equivocado cuando les es adverso.

Dicho esto, voy con mi pliego de peticiones:

Lo primero, primerito, ayuda a tu rival de la Navidad, Nicolás (Casualmente el 6 de diciembre fue su día), a entender lo que le sucedió. No puede haber regalos si destruyes todo el sistema productivo del Polo Norte, si los duendes están molestos y los renos no hallan comida. No le puedes decir a los niños “ahora no te doy juguetes”, porque con el chantaje solo va a conseguir aumentar la indignación que ya tienen. Ayúdale a comprender que hasta los santos rectifican, que nunca es tarde para tender puentes para que su trineo pase. Habla con él, Chuito, explícale, hasta setenta veces siete, como tú mismo has dicho cuando nos pides capacidad de perdón. Entiende que él está atrapado en sus propias contradicciones y que nadie tiene más miedo que aquel que lo produce.

Lo segundo: parece que la gente se cansó de Obama, Rajoy, Uribe, los paramilitares y la guerra económica. Creo que el pueblo sabe que sus enemigos están demasiado cerca y son los que se proclaman como su defensor supuestamente incondicional. Lo que la gente quiere son cosas cotidianas y razonables: que haya comida y poder conseguirla sin cola, sueldos justos que alcancen, seguridad para que no te maten en la calle, hospitales de primera y educación para los hijos. La gente, Chuito, lo que quiere es paz, bienestar, esperanza de un destino mejor y no “la transformación endógena de la superestructura ontológica del modo de producción”. Ilumina a Santa Claus para que entienda que la guerra se la está haciendo él solito, cual Chacumbele de la vida y que si se sigue portando mal, va a llegar a Navidad sin nada.

Lo tercero: devuélvenos en nuestros corazones la certeza de que una Venezuela diferente puede construirse: una Venezuela de paz y bondad, de inteligencia creativa para resolver los problemas, de honestidad en los manejos de los fondos públicos. Ayúdanos a vencer la viveza criolla que ha marcado siempre nuestra historia. Que logremos ser un país de ciudadanos comprometidos y no de pillos abusadores. Que entendamos que las normas y las leyes no están hechas para fregarle la existencia a al adversario, sino para lograr un modo de vida razonable y justo para todos.

Permítenos comprender que la riqueza de los pueblos está en la cabeza de sus ciudadanos y no debajo de la tierra. Enséñanos como transformar esa riqueza impredecible de nuestro subsuelo en certezas y trabajo productivo: que el petróleo nos ayude a liberarnos del petróleo. Que haya equidad, progreso y bienestar, para que nadie ofenda a otro comprando su conciencia al precio de su hambre, porque eso es humillación. Que los jueces tengan sabiduría para entender que no hay peor cosa para una nación que jueces injustos. Que nunca más coloquemos nuestro destino en las manos de una sola persona, por muy iluminado que parezca. Que el país que soñamos sea nuestro asunto cotidiano y que nuestras acciones se le parezcan.

Por último, llévate ese pesimismo que a veces se nos instala en el alma de que nunca vamos a poder. Que la jornada del 6 nos enseñe que lo que parece imposible puede alcanzarse, que Venezuela siempre ha sido un país de sorpresas y que los pueblos, como acaba de verse, tienen suficiente sentido común para no “autosuicidarse”.

En fin, Chuito, avísale a los Reyes Magos, que llegan el 6 de enero, que aquí no hay salidas mágicas ni milagrosas, que es un camino largo y difícil, de paciencia e inteligencia. Y por último, mi pana: ya estamos a mitad de diciembre y no he visto ni la primera hallaca este año. Échame una manito con eso. ¡Ah!, y consígueme pernil, mira que yo siempre he votado por ti.

Mis creencias religiosas y el Niño por Jesús Eduardo Semtei

NiñoJesús

 

Noto que envejezco en la medida que me convenzo cada día más acerca de la existencia de un Creador. Mi padre de origen judío, oriundo de Hungría, salió de aquellas tierras desoladas por la guerra y heridas por el odio hitleriano. Mi madre venezolana fue bautizada y criada en un hogar cristiano, católico, para nada fervoroso. Así que tuve dos opciones que prontamente deseché por los cantos del socialismo y la izquierda. Con el devenir del tiempo voy entendiendo poco a poco la relación del hombre con la naturaleza, sus creencias religiosas y su búsqueda incesante del origen de la vida. Y quizás, solo quizás de la felicidad. Entiendo a mi padre el emigrante y su religiosidad judía. Entiendo a mi madre y su lejanía con la religión cristiana y apostólica. Al que no entiendo mucho es al Niño Jesús. Miren ustedes que le he pedido cosas, de todos los tipos: materiales, espirituales, políticas, sociales. Y jamás he recibido la bendición del regalo oportuno. Además hay unos misterios, unas paradojas a su alrededor que son harto complejas para entenderlas, por ejemplo el concepto de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Eso de verdad que no logro asimilarlo. Veamos lo que dice el Credo. “Creo en Jesucristo su Único Hijo, nuestro Señor… fue crucificado, muerto y sepultado….  resucitó entre los muertos….  y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso”. Es decir Dios está sentado como en una tarimita, y Jesucristo que es Dios está también sentado, un poco más abajo, a la derecha. ¿Dos dioses? Inasible. Volvamos a lo nuestro. Ummh, ahora que recuerdo me pregunto, cuando Jesucristo nació ¿era un bebé normal? ¿Tomaba tetero? La Iglesia católica y romana no habla del asunto. ¿Cuándo dio sus primeros pasos? Silencio total. De igual forma existe la controversia si Jesucristo tuvo o no hermanos. En algún lugar de la Biblia encontramos ésta frase “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?” Inmensa controversia la relacionada con la Virginidad Perpetua de la Virgen María. En todo caso, aparte de esos misterios religiosos, confieso que siempre le pedí al Niño Jesús en los diciembres y le seguiré pidiendo. ¿Quién sabe? Para 2013 y 2014 hice la misma lista de deseos que en nada se compadece con los resultados. Aquí les escribo un resumen de alguna de mis peticiones. 1. Niño Jesús danos a los venezolanos un CNE que sea confiable. Que no viole tan repetidamente algunos de tus Mandamientos más importantes. Los más sentidos por las masas. Desde el “No robarás” que se refiere a la desconfianza en el Rebaño del Señor acerca si las benditas máquinas de Smartmatic se roban o no las elecciones. O el asunto peliagudo de los Cuadernos Electorales. Todo un lío. El otro mandamiento machacado por esa pila de ateos electorales es el relacionado con la prohibición de mentir y no levantar falsos testimonios. Allí se repite la desconfianza, pues le he pedido al que está sentado a la derecha del Dios Padre, que cuando la susodicha baje por la rampa del CNE con el escrutinio final y las tendencias irreversibles nos confiese si hubo o no uso abusivo de los bienes y recursos del Estado en favor de los Rojos Rojitos. Si acaso el voto asistido no se convirtió en un acto pecaminoso. Un pecado mortal. Pero miren ustedes queridos lectores, mejor les pregunto ¿Cumple el CNE propuesto por los diputados oficialistas las condiciones rogadas al Niño Jesús? Entérense de otra petición. Sencilla. 2. Otórganos unos ministros sanos. Inteligentes. Cultos. Trabajadores. Honestos. De vida sencilla. No esa parranda de irresponsables y sectarios. Esos que usan aviones de Pdvsa para llevar harina PAN, revólveres y personal de servicio doméstico. Si el Jesse sigue en Corpoelec es que la carta no llegó al Cielo a pesar que iba respaldada con 10 millones de firmas. Mayoría cristiana y católica. Aquí no pegué una tampoco. Está bien que el Niño Jesús haya descabezado a Giordani el Monje Loco del Fracaso Económico. Pero quedan muchos. Le pedí, le rogué que adecentara a Diosdado Cabello. Que lo alejara del malandrismo político y le diera buena oratoria y escritura. Nada de nada. Fue peor. Yo sé que el Niño Dios también se llevó en los cachos a Mario Silva al anticristo y paladín de la indecencia, pero allí llegó Diosdado con un programa similar. Ahora donde si estoy seguro voy a recibir buenas nuevas es en relación a mi rogatoria solemne de una Asamblea Nacional con dos tercios opositores y de la reconciliación y unidad de los venezolanos. Gracias anticipadas Señor de los Cielos. Tengo que finalizar deseándoles a todos mis amigos y a los que fueron mis amigos y a los que son mis enemigos que reine en sus casas y en sus corazones la paz. Estamos llenos de esperanza. Nos toca un camino de sudor y lágrimas para recuperar a Venezuela pero no fracasaremos en esa hermosa tarea. Feliz Navidad (con hallacas a 25 bolívares según el gobierno) y Prospero Año Nuevo (bien difícil con una inflación cercana a 120%, una recesión de 5% y el petróleo a 50 dólares el barril).

 

@eduardo_semtei

Gonzalo Himiob Dic 21, 2014 | Actualizado hace 9 años
Oraciones por Gonzalo Himiob Santomé

Oración

 

Llegó a su casa cansado. Había tenido que dar muchas vueltas buscando los regalos que sus hijos le habían pedido al Niño Jesús. No los había encontrado todos, y los que halló estaban tan caros que solo pudo comprar unos pocos de los de su lista. Entre esos gastos y los demás del mes se le habían ido la quincena y las utilidades. Cuando consultó el saldo de su cuenta, se sintió desesperado. A duras penas llegaría a enero, y eso si se apretaba el cinturón aún mucho más de lo que ya lo había hecho. Elevó su mirada al cielo, y creyéndose solo, rezó:

 

“Dios, te agradezco de corazón todas las bondades que me concedes, el amor de mis hijos, de mi esposa, de mi familia y de mis amigos. Te agradezco la salud que nos has concedido, así como sus sonrisas y sus alegrías. Te agradezco con humildad todas y cada una de tus bendiciones, incluso aquellas que me ofreces y haces mías bajo la forma de duras pruebas y graves aprendizajes. Te pido perdón por mis fallas, por mis debilidades, por mis pecados, y te ruego que me ayudes a convertirme cada día en un mejor padre, un mejor esposo, un mejor hombre. Sé que no nos hablamos tan a menudo como deberíamos, pero hoy quiero pedirte fuerza y luces para sobrellevar la dura carga que nos impone esta inclemente realidad que padecemos. Te pido que ilumines nuestro camino y nos permitas, a todos, ver la luz al final de este túnel. Que no nos falte el pan, el coraje ni la Fe, y que pronto superemos las diferencias y las dificultades para que llegue a nuestra nación la aurora que tanto necesitamos. Amén”.

 

-Papá –lo sorprendió entonces la voz del más pequeño de sus hijos, que había escuchado en silencio su plegaria desde un rincón de la sala- ¿Con quién hablas?

-Con Dios hijito –le respondió.

-¿Él está aquí? –le preguntó de nuevo, llena su mirada de asombro e inocencia.

Lo cargó y lo abrazó. Besó su frente, y más para sí mismo que para su muchachito, buscando en la respuesta y en sus palabras la fuerza por la que había implorado, le respondió:

-Sí, Dios está en todas partes… y nunca nos abandona.

 

 

Había terminado la visita. Su familia, así como las de todos los que le acompañaban en su injusta prisión, le había llevado pan de jamón, algunas hallacas y otros confites, para simular, así fuera en la oscuridad de ese ergástulo, un almuerzo navideño. Su abuela, aún a sus casi noventa años, había mandado para él, especialmente, una generosa porción de esa ensalada de gallina de ella que tanto le gustaba desde pequeño. Ya todos se habían marchado, y estaba de nuevo en su celda. Desde allí, como lo hacía todos los días, volvió a hablar con Dios.

 

“Padre Eterno, bendice a mi familia y a mis seres amados. Protégelos de todo mal, y hazles leves las cargas de mi encierro. Que mi prisión no oscurezca sus ánimos en estos días, y que aún en mi ausencia puedan encontrar, en paz, motivos para la alegría. Bendice a todos mis compañeros presos injustamente y concédenos a todos, te lo ruego, la llama viva de la esperanza y la entereza que necesitamos para superar esta prueba sin caer en las tentaciones de la mezquindad y del egoísmo. Aleja de nosotros la desesperación y líbranos de aquellos que ven en nuestras causas no un motivo para luchar por la justicia perdida en este país desencajado, sino un trampolín para hacerse notorios y creerse importantes. Te pido también, con humildad y sinceridad, por nuestros captores, por quienes injustamente nos han confinado en estas cuatro paredes creyendo, equivocados, que con nuestros cuerpos encarcelarían a la vez nuestros ideales, nuestros sueños y nuestros anhelos. Ilumínalos, para que más temprano que tarde comprendan que, a pesar de nuestras diferencias, no somos criminales, sino jóvenes que luchamos por una mejor Venezuela, para todos, también para ellos y para sus hijos. Amén”.

 

Se acostó a dormir. Pero no en soledad. Esa noche Dios le regaló un sueño en el que unas caras pequeñitas, risueñas y traviesas –las que serían las de sus hijos aún no nacidos- le decían entre juegos y abrazos, bajo un cielo luminoso y despejado, lo orgullosos que estaban de él y de sus sacrificios. Para ellos –así le decían- siempre sería un honor llamarle “padre”. Gracias a él, y a tantos que lo dieron todo por su nación cuando así fue necesario, Venezuela había cambiado, para bien y para siempre.

Fue un sueño hermoso. Se parecía mucho a la realidad que vendrá.

 

 

Ella llegó a su casa, también cansada, y empezó a quitarse la ropa para darse un baño. Lo necesitaba. Dejó la franela roja y sus consignas forzadas colgadas en una silla de su pequeña, pero limpia y bien cuidada, habitación. A diferencia de otras oportunidades, esta vez eso de salir a protestar, obligada además, para defender las visas americanas y los dólares de unos pocos, unos que no sufrían sus mismas carencias ni pasaban sus duras penurias a diario, le había resultado incómodo y hasta hipócrita. Le molestaba además -no era pendeja- que se empeñaran en hacerle creer que la vuelta de cara del mundo hacia la realidad venezolana se la quisieran disfrazar desde el poder de “ataques contra la Patria”, cuando lo cierto era que no se cuestionaba al país, sino a los pocos que habían hecho con el dinero de todos, y con los derechos de todos, lo que les había venido en gana. Estaba cansada de ser usada y abusada, estaba cansada de tener que cuidar su puesto en el ministerio callando sus cuitas y jurando lealtades que ya no sentía. Estaba cansada de tener miedo de salir a la calle por las noches y de tener que rebuscarse para estirar su quincena hasta lo indecible cada mes. Estaba cansada del odio y del resentimiento.

Su mirada entonces se topó con la estampita de la Virgen de Coromoto, su virgencita, que tenía pegada a su espejo.

 

“Virgen Santa, Patrona de Venezuela, mi Patria Grande, te pido con toda humildad que nos protejas de la ceguera de estos que hoy, en el poder, solo velan por sí mismos y le han dado la espalda al pueblo. Te pido que cuides a mis hijos, a mi familia, a mis amigos, y que permitas que nuestros caminos, los de todos, vuelvan a ser un mismo camino, una única esperanza. Te pido que ilumines a quienes dirigen nuestros destinos, a los pocos buenos y decentes que aún existen, para que tomen las riendas de la nación y nos demuestren que el sueño de una Venezuela unida y próspera, libre y justa, es posible. Ilumínanos a todos, ayúdanos a recuperar los sueños perdidos. Amén”.

 

Al terminar su plegaria, sus ojos dieron con la imagen de Chávez que también guardaba siempre con ella. Su lealtad y su cariño por él se mantenían intactos, pese a las adversidades recientes, y jamás se le hubiera ocurrido criticarlo, pero estaba cargada y decepcionada. La dura realidad que se vive es muy diferente de la que Maduro les dibujaba en la TV, y la estamos sufriendo todos, sin distinciones.

Lo miró, y en el tono íntimo y familiar con el que siempre le hablaba a la imagen, en un impulso, le soltó:

-¡Tronco e´ vaina que nos echaste Comandante!

 

@HimiobSantome

Carta a San Nicolás por Laureano Márquez

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Querido Suntua:

Llegó la Navidad y nos agarra desprevenidos por no haber leído nunca aquella historia de José y los sueños del fanfarrón de Egipto: después de las vacas gordas vienen las vacas flacas. Guarda en tiempo de las gordas para que resistas en tiempos de las flacas (dicho todo esto sin alusión alguna a tu bonachona y celebrada gordura).

Por cierto, lo de Suntua en el saludo no fue un error. He decidido llamarte así este año, en vez de Santa, por aquello del recorte del 20% en los gastos suntuarios que se nos anuncia y que preocupa mucho a la población que hace colas para conseguir comida, porque un recorte del 20% de la leche equivale casi a un litro. Busqué la palabra “suntuario” en el diccionario de la Real Academia Española, a sabiendas de que esto de “real” no tiene que ver, naturalmente, con billete, que es lo que todos acá buscamos, sino con un tema imperial que hace que muchas definiciones estén cargadas de fascismo:

Suntuario, suntuaria

(Del lat. sumptuarĭus).

  1. adj. Perteneciente o relativo al lujo.

 

Me quedé con una duda y busque lujo también:

Lujo, luja

(Del lat. luxus).

  1. m. Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo.
  2. m. Abundancia de cosas no necesarias.

 

Me surgieron tres preguntas de esta definición, querido Suntua:

 

  1. ¿Por qué existen gastos suntuarios?
  2. ¿Por qué nadie durante 15 años notó que esos gastos eran “improductivos e innecesarios”?
  3. ¿Por qué no los recortamos en un 100%?

Seguramente son preguntas necias y a oídos necios palabras sordas.

Querido Suntua, tengo entendido que la generosidad de tu regaladera llega a su fin con esta crisis, porque verdaderamente tenerte a ti en diciembre es un lujo que ya no podemos darnos. Supongo que tampoco vendrá el Niño Jesús, así que tendremos que llamar a María. Una cosa buena es que se encendió la Cruz del Ávila en Caracas. Suponemos que si el tema eléctrico continúa así el año que viene la encenderemos con velas, lo cual será mucho más romántico. De todas maneras, la electricidad es una abundancia que tampoco podemos permitirnos. Al fin y al cabo, la humanidad vivió siempre en penumbra. Alessandro Volta apenas nació en 1745 y Bolívar vivió sin electricidad y libertó América.

Querido Suntua, según la tradición y a pesar de los cambios en el vestuario, sabemos que tu verdadero nombre es san Nicolás de Bari (Aunque no naciste en Bari, sino en la vecina Anatolia) y que tu fiesta se celebra justamente mañana. Se te representa con tres lingotes de oro. Seguro que en tu infinita bondad te disponías a venderlos al Goldman con la finalidad de conseguir divisas para realizar el milagro de la compra de regalos. Quiera Dios que eso te alcance, aunque sea para los juguetes de los niños, porque el jugar es el único lujo que no admite recortes.

 

@laureanomar