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Médicos Sin Fronteras denuncia aumento de violencia sexual, extorsiones y secuestros contra migrantes

La ONG Médicos Sin Fronteras denunció un aumento de la violencia sexual, extorsiones y secuestros contra migrantes en su recorrido por Centroamérica y México.

Según la organización, al presentar su informe anual, se da violencia sexual mayoritariamente en la selva del Darién y violencia física o secuestros en el noreste de México, en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Texas.

“Nos preocupa enormemente la normalización de las situaciones de violencia extrema, como la extorsión, el secuestro y la violencia sexual que afectan directamente la salud física y mental de esta población”, agregó la ONG. 

Según MSF, hay un deterioro en la situación de seguridad en muchos puntos de la ruta pero, además, el aumento de la incertidumbre debido a los cambios en las normas migratorias y la falta de información clara multiplicó la vulnerabilidad de los migrantes y, por ende la violencia, algo que se dejó notar en los últimos mese de 2023 en Tamaulipas.

En esa frontera noreste de México, MSF atendió a 775 víctimas de violencia. El 22 % de ellas niñas, niños y adolescentes. Una de cada cuatro consultas de salud mental en Matamoros y Reynosa fueron por secuestro.

MSF subrayó que el incremento de movilizaciones de extranjeros no debería implicar un aumento de la violencia, sino que “prueba la absoluta ineficacia de las políticas y mecanismos existentes para proteger a estas poblaciones”, dijo Camilo Vélez, jefe de misión adjunto, en alusión a garantizar su acceso a la salud, a un tránsito seguro o a protección internacional.

El informe habla, además de “violencia acumulativa” en los casos de secuestro «como amenazas, violencia física, violencia sexual, privación del sueño y de alimentos y agua, además de reportes de violencia física extrema como quemaduras con ácido, fracturas y tablazos, e incluso mencionan haber sido testigos de homicidios”.

Con información de EI Médicos sin Fronteras

Camión ARI | UPLA - UCAB: en Antímano y El Valle aumenta la depresión y el burnout
El 2023 fue un año clave para la salud mental en el país, ya que cada día de ese periodo al menos 7 personas se suicidaron, según el Observatorio Venezolano de la Violencia

Por Joshua De Freitas | Fotografía: Yaya Andueza

Para la Unidad de Psicología Padre Luis Azagra de la Universidad Católica Andrés Bello (UPLA – UCAB), la emergencia humanitaria compleja está desgastando la salud mental de los sectores populares de Caracas.

Después de la cuarentena por el covid-19, los vecinos de las parroquias de Antímano y El Valle, ubicadas al sureste de Distrito Capital, acuden con más frecuencia a los servicios psicosociales y comunitarios de la UCAB «a tal punto que ya no queda espacio para atender más», advirtió Juan Carlos Romero, director de la UPLA – UCAB.

En una entrevista al ARI Móvil, un camión de información de la Alianza Rebelde Investiga, conformada por los medios El Pitazo, Runrun.es y TalCual, Romero especificó que la reducción de los centros de salud especializados «y una mayor conciencia de la salud mental» provoca el crecimiento de la demanda a un centro que lleva más de 20 años atendiendo a esas comunidades. 

«Para una sociedad que normalmente dejaba en segundo plano la salud mental, es un buen indicio y una alerta. Desde el año 2021 también recibimos más denuncias sobre violencia intrafamiliar en estas comunidades, un aumento casi del doble de casos de ideación suicida con respecto a antes de la pandemia y mayor interés de los adultos mayores en participar en actividades lúdicas y psicoterapéuticas», dijo. 

El panorama que describe la UPLA – UCAB complementa las denuncias de ONG como Médicos Sin Fronteras o Caleidoscopio Humano: cuando más del 50 % de la población venezolana percibe un sueldo mínimo que no supera los 4 dólares, las personas sacrifican su salud física y mental para poder alimentarse y pagar la vivienda. 

El 2023 fue un año clave para la salud mental en el país, ya que cada día de ese periodo al menos 7 personas se suicidaron, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. Por primera vez en muchos años hubo más muertes por violencia autoinflingida que homicidios confirmados en Venezuela. 

El desgaste de los líderes comunitarios

«Hemos visto que los líderes comunitarios están exigidos, muy sobreexigidos, de hecho. Deben trabajar más allá de sus capacidades y sus recursos. Es un problema que no distingue el color político», advierte Marinana Luengo, psicóloga clínica de la UPLA – UCAB.

Más de 20 líderes comunitarios independientes, colaboradores de oenegés y líderes del Consejo Comunal de Antímano y de El Valle, cargan el peso que debería tener el Estado. 

Ellos deben reportar cuando no hay agua y luz, mediar entre conflictos, velar por la justicia de los jóvenes que son detenidos arbitrariamente o acompañar a los familiares de víctimas ejecuciones extrajudicialmente por cuerpos de seguridad, organizan eventos para alimentar o educar a los niños y mucho más…

«Son estas personas que sienten que deben estar comunicadas casi todo el día, todos los días, con su comunidad. Deben resolver problemas estructurales y sociales a sus vecinos y que todo el mundo llama para ver cómo pueden hacer para organizarse», agrega Luengo.

Frente a tantas actividades, Mariana y su equipo ven en que los líderes comunitarios expresan sentirse abrumados, que no tienen control de su tiempo para descansar o compartir con su familia, lo que se expresa en la pérdida de la motivación para hacer cualquier actividad cotidiana. 

«Esos son los síntomas del burnout, o el síndrome del desgaste. Una enfermedad catalogada por la Organización Mundial de la Salud como un problema emergente en el entorno laboral, pero acá hablamos de personas que cargan con la responsabilidad de atender a sus familias, a una comunidad sin servicios y a sí mismos. Y eso no se cura tomando unas vacaciones y ya, se debe tener un acompañamiento psicosocial y profesional», enfatizó. 

Acompañar para sanar

La UPLA – UCAB creó en 2019 un servicio para la atención de los líderes comunitarios y los adultos mayores de 40 años. «Actividades lúdicas para estimular la memoria, las capacidades cognitivas y detectar cuando uno está desgastado», dice Luengo. 

«Vemos que en estos cinco años los cuatro grupos de adultos mayores, en su mayoría mujeres, crean una comunidad en sí misma. Una red de apoyo que se mantiene en contacto incluso fuera de las sesiones», agrega Romero. «Es uno de los servicios donde más estamos aportando nuestros esfuerzos para la salud mental de las comunidades». 

El director de la UPLA – UCAB concluyó que las redes de apoyo vecinal junto a la asesoría profesional son una de las herramientas para sobrellevar sanamente el duelo migratorio y el síndrome del desgaste. «Pero sabemos que esos espacios no están en todos lados, se deben crear paso a paso. Y por ello la ciudadanía debe estar informada por voceros de confianza y calidad». 

La visión de ARI Móvil es brindar información nacional y local a más comunidades, para estrechar lazos que sean la base de una sociedad cada vez más informada, organizada, consciente de su contexto y de las diversas formas que existen para mejorarlo.

Si te sientes identificado con los líderes comunitarios de Antímano y El Valle, pero no vives en esa zona de Caracas, puedes comunicarte con las siguientes instituciones para tener atención psicológica gratuita:

Federación de Psicólogos de Venezuela

Servicio de atención telefónica para brindar primeros auxilios psicológicos, ofrecen asistencia gratuita, anónima, confidencial y accesible desde cualquier teléfono.

Días de atención: viernes, sábados y domingo de 8:00AM a 8:00PM

Números telefónicos: 0212-416.31.16

0212-416.31.18

Cruz Roja Venezolana

Línea de apoyo psicosocial mediante WhatsApp.

Números telefónicos:

0414-692.27.37

0414-125.55.88

0414-680.66.18

 Sociedad Venezolana de Psiquiatría

Ofrece atención psicoemocional a través de mensajes de texto o WhatsApp.

Todos los días, de 9:00AM a 6:00PM

Número telefónico:

0426-519.66.18

 CECODAP

Ofrece ayuda a niños, niñas y familias del país a través de su servicio de atención psicológica por mensaje de texto o WhatsApp.

Números telefónicos:

0414-269.68.23

0424-284.23.59

Psicólogos sin Fronteras

Números telefónicos:

0424-292.56.04

0212-860.38.85

Médicos sin Fronteras cumple cinco brindando atención en salud a comunidad del Vidoño en Anzoátegui
MSF, en asociación con Fe y Alegría, abrió hace cinco años el ambulatorio «Amigos para la salud», para atender a
comunidades en estado de vulnerabilidad en la población del Vidoño, cerca de Barcelona, estado Anzoátegui
Desde que MSF inauguró dicho ambulatorio se han realizado más de  71.803 consultas de atención integral; 13.863 consultas de atención prenatal y 2.341 consultas de atención postnatal. También ha llevado adelante 27.234 consultas de planificación familiar; 398 consultas de violencia sexual, y 3.626 consultas de salud mental

Hace cinco años, en noviembre de 2018, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) abrió las puertas
del ambulatorio “Amigos para la salud”, en asociación con la organización Fe y Alegría, para atender a
comunidades en estado de vulnerabilidad en la población del Vidoño, cerca de Barcelona, en el estado
Anzoátegui.

La institución médica, ubicada junto al Centro Educativo Padre Salinero, está operativa para brindar atención primaria a niños, niñas y adolescentes hasta los 19 años, vacunación, salud sexual y reproductiva a las mujeres, atención a sobrevivientes de violencia sexual, planificación familiar y promoción de salud.

Durante estos cinco años de gestión, la gran mayoría de pacientes que han asistido al ambulatorio han
requerido atención en pediatría y enfermería. El mayor número de los casos han presentado enfermedades en la piel, infecciones respiratorias, parasitismo y diarrea.

En este período, más de 119.200 consultas han sido realizadas por médicos, enfermeras y psicólogos profesionales enfocados en lograr que el paciente alcance un estado óptimo de salud físico y mental, brindando también el tratamiento adecuado, según sea el caso, y de forma gratuita.

Toda esta labor ha ido acompañada por actividades de promoción de salud, a cargo de un equipo que ha
recorrido las comunidades alrededor del módulo asistencial, dictando charlas sobre higiene básica,
embarazo precoz y métodos anticonceptivos, entre otros.

«Esta tarea ha permitido dar a conocer el ambulatorio entre los sectores aledaños, así como proyectar los valores que sostienen las actividades de MSF y, de manera simultánea, conocer mejor las necesidades de atención médicas presentes en estas comunidades. Adicionalmente, este equipo de promoción de salud ha llevado adelante actividades de sensibilización con estudiantes y pacientes sobre normas de funcionamiento en el ambulatorio, promoviendo no solo el sentido de pertenencia, sino también los programas de atención relacionados con planificación familiar o violencia sexual», se lee en nota de prensa enviada a este despacho.

Casi 120.000 consultas en cinco años

Luisa es una de los miles de pacientes que han sido beneficiadas por los servicios del ambulatorio. Hace
varios meses, promotores de la salud de MSF fueron a su casa para informarle sobre los servicios
disponibles en el ambulatorio. Después, ella decidió acudir al centro de salud para su primera consulta
prenatal. Desde entonces, siguió asistiendo para hacerse sus controles mensuales.

“Durante mi primera consulta, tomaron información, analizaron mi orina, midieron mi barriga, observaron mi tensión, mi estatura. El equipo me dio vitaminas para tomar durante todo mi embarazo”, cuenta.

Cumplir cinco años de atención médica constante no ha sido tarea fácil, pero el trabajo mancomunado
con las autoridades sanitarias del estado, como el Instituto de Salud Pública de Anzoátegui (Saludanz),
ha sido un factor determinante para este proyecto que busca no solo mejorar su servicio cada día, sino
también educar, prevenir y promover la salud.

Desde que Amigos para salud abrió sus puertas y hasta la fecha, MSF ha realizado 71.803 consultas de
atención integral; 13.863 consultas de atención prenatal y 2.341 consultas de atención postnatal.
También ha llevado adelante 27.234 consultas de planificación familiar; 398 consultas de violencia
sexual, y 3.626 consultas de salud mental.

Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización que trabaja en articulación con las autoridades
sanitarias para brindar atención médica primaria a poblaciones en estado de vulnerabilidad. Trabaja de
manera neutral, imparcial e independiente y actualmente tiene presencia en Venezuela en los estados
Anzoátegui, Bolívar y Delta Amacuro.

En el estado Anzoátegui, MSF también apoya a una red de centros de salud locales, a través de apoyo técnico y dotación de medicamentos, insumos médicos y de limpieza.

Cifra de migrantes que ha cruzado Darién en 2023 ya superó las 500.000 personas
Una de las rutas desatendidas en Colombia inicia por el puente de Rumichaca, que conecta a Tulcán (Ecuador) con Ipiales (Colombia), por donde ingresaron Keiber y familia

La cifra de migrantes que han cruzado la selva del Darién durante el año 2023 superó las 500.000 personas, de acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).

Mediante una nota de prensa, MSF advirtió que las vulnerabilidades «se suman y multiplican», y los migrantes siguen encontrando una respuesta insuficiente e inadecuada.

Además, señaló la ONG que cada nuevo año el número vuelve a batir el récord, «pero la respuesta sigue siendo la desprotección». En todo 2022 fueron 248.000, y en 2021, 133.000. 

“La cifra de migrantes que han cruzado la selva equivale a más del 11 % de la población de Panamá. Esta es una crisis sin precedentes a la que no se ha volcado la suficiente atención global ni regional; no se han garantizado rutas seguras a los migrantes, ni suficientes recursos para las organizaciones que los atienden”, señala Luis Eguiluz, coordinador general en Colombia y Panamá de MSF.

 

Keiber Bastidas, su esposa Daniela y sus dos hijos ya estaban exhaustos cuando llegaron a las puertas del Darién. Al menos 25 días habían pasado desde el día en que, hartos de que el trabajo intenso de cada mes en Ecuador apenas alcanzara para pagar un alquiler en Guayaquil, decidieron salir de ese país con rumbo a Estados Unidos.

Esta vez fueron 25 días de caminar al sol y al agua por carreteras eternas, arriesgar su vida al ‘muliar’ o encaramarse a camiones de doble remolque en movimiento, dormir en las calles y guardar los pocos pesos ahorrados para comer algo. 25 días de soportar el rechazo y la xenofobia y de vez en cuando recibir la ayuda de personas particulares, sin encontrar albergue ni alimento en esos casi 1.900 kilómetros de carretera hasta Turbo (Antioquia), en el nororiente de Colombia.

 

Luego tomaron un bote que los llevó en hora y media por el mar Caribe a Acandí (Chocó) y se adentraron cinco días en la selva. Allí evitaron abismos, cruzaron ríos sin saber nadar y vieron cómo muchos se quedaban en el camino por caídas o ahogamientos o por la violencia ejercida por criminales.

Ruta de desatención

Durante 2023, MSF recorrió las principales rutas de tránsito de migrantes por Colombia.

“Lo que hemos evidenciado y escuchado de ellos es que quienes transitan por el sur del continente están expuestos a una situación de extrema vulnerabilidad: hambre, ausencia de alojamientos y fuentes de agua, cobros excesivos, desinformación y estafas, xenofobia y violencia física, psicológica y sexual. Todo esto inicia mucho antes de que los migrantes lleguen a la selva del Darién, aunque sea allí en donde se hace evidente”, señala Eguiluz. 

 

Una de las rutas desatendidas en Colombia inicia por el puente de Rumichaca, que conecta a Tulcán (Ecuador) con Ipiales (Colombia), por donde ingresaron Keiber y familia. 

Allí, MSF conoció también el caso de las familias de Friangerlin y Yucleisy, dos mujeres venezolanas. Caminaban agotadas, envueltas en cobijas y con la piel y los labios quebrados por el frío y la altura. Friangerlin, embarazada, arrastraba un carrito de mercado del que se veían tambalear los pies de un niño que dormía exhausto. Llevaban cuatro semanas viajando. Iban las dos, con sus esposos y cuatro niños, de regreso a Venezuela. Yucleisy recogería a sus otros hijos para salir luego juntos al Darién; Friangerlin aún no estaba segura. “Estoy cansada de migrar”, dijo.

“Saliendo de Guayaquil nos amenazó un grupo de hombres a los que les dicen ‘los hinchas’. Nos dijeron que, si no les pagábamos, nos iban a quitar los bebés, pero nuestras parejas se revelaron y les dijeron que tenían que matarnos para quitarnos nuestras cosas o nuestros bebés”, contó Yucleisy. 

*Nota de prensa

Médicos Sin Fronteras: militarizar la selva del Darién no reducirá el tránsito migratorio
Luis Eguiluz, jefe de Médicos Sin Fronteras (MSF) para Colombia y Panamá, recomendó hacer rutas seguras que reduzcan el sufrimiento y la exposición a peligros de los migrantes

Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió que la militarización de la frontera entre Colombia y Panamá solo aumentará el sufrimiento del tránsito migratorio. La alerta la hizo luego de que esta medida surgiera como una opción para intentar frenar el paso de ciudadanos por la selva del Darién.

«Nosotros no tenemos la capacidad de sugerir rutas o políticas migratorias pero lo que podemos decir es que, como hemos visto en tantos contextos, la segurización de las fronteras, la militarización de las fronteras no reduce el tránsito de migrantes, pero aumenta su sufrimiento», dijo Luis Eguiluz, jefe de la oficina de MSF para Colombia y Panamá.

El representante de la ONG recomendó hacer rutas seguras que reduzcan el sufrimiento y la exposición a peligros de los migrantes. Aseguró que medidas como la militarización de las fronteras hace a las personas más vulnerables a estas mafias y les dificulta el acceso a servicios básicos.

Ante el aumento de tránsito por la selva, el Gobierno colombiano permanece callado mientras que el panameño «ha tomado la decisión de transformar este problema humanitario en una de seguridad nacional», en palabras del ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino.

En búsqueda de «humanizar» el tránsito migratorio

Este año ya se han registrado las mayores cifras históricas, con más de 331.213 migrantes en lo que va de año y solo en el mes de agosto transitaron 79.455 personas. Según los cálculos del gobierno panameño, 60,19 % del tránsito migratorio es de nacionalidad venezolana. 

El viernes 1 de septiembre altos funcionarios de Panamá y Costa Rica comenzaron un encuentro cerca de la frontera común para acordar medidas «pragmáticas» para hacer frente a la ola migratoria que atraviesa ambos países en su ruta hacia Norteamérica.

Los cancilleres y ministros de Seguridad de ambas naciones, además de otros funcionarios, se reunieron en la ciudad de David, la capital de la provincia panameña de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, situada a 445 kilómetros de la capital panameña. Hasta ahora las discusiones siguen en pie, sin dar una medida concreta sobre el fenómeno de movilidad humana y derechos humanos. 

MSF promueve el parto humanizado en Anzoátegui para mejorar salud y bienestar de mujeres y bebés
Richard Ferreira, Coordinador Médico de MSF en Anzoátegui,  explicó que el parto humanizado tiene el objetivo de «promover el respeto a los derechos internacionales en cuanto al cuidado materno respetuoso»

Foto: MSF/Gaby Oraa

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja con el Ministerio de Salud para promover el parto humanizado, para garantizar que tengan un alumbramiento seguro, respetuoso y empoderador.

De acuerdo con una nota de prensa, este trabajo se realiza en centros de salud como la Clínica Popular Jesús de Nazareth, ubicada en el Municipio Sotillo del estado Anzoátegui.

“Procuramos que todo nuestro equipo promueva las normas y las prácticas de parto humanizado, para mejorar la calidad de la atención de las pacientes que recibimos cada día”, explica Yirlendy Salazar, coordinadora del departamento materno de este centro de salud.

El parto humanizado es la práctica que permite a mujeres tener información precisa sobre el proceso, a decidir cómo quieren que se desarrolle y recibir la atención médica de calidad con la que puedan dar a luz de forma segura y con dignidad.

Sin embargo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos los días 830 mujeres mueren debido a complicaciones prevenibles relacionadas con el embarazo o el parto. 

En el caso de Venezuela, el país enfrenta graves desafíos económicos y sociales que afectan el acceso a servicios de salud. En Anzoátegui el sistema de salud ha sido impactado por esa realidad.

“Me sentí escuchada y respetada”

Roxana, de 24 años, llegó al área de servicios maternos del hospital a las 9:00 de la mañana. Ya tenía 40 semanas de embarazo, contracciones y expectativas sobre dónde y en qué condiciones daría a luz,

El médico de guardia examinó a la joven y le confirmó que tenía cuatro centímetros de dilatación, ya estaba en trabajo de parto.

En ese momento, el galeno calmó los nervios de Roxana, le dio la bienvenida al hospital y le explicó que su parto sería tratado de manera respetuosa en todo momento. Eso incluía estar informada sobre el proceso y poder tener la compañía de alguien cercano.

Roxana pidió que entrara su madre, Rosa Angélica, quien no comprendía muy bien lo que ocurría. Era su primer nieto, además que estaba nerviosa. Tampoco había escuchado que las madres pudieran acompañar a sus hijas al momento de dar a luz.

La señora Rosa Angélica estuvo en todo momento. Acarició las manos de la joven, besó su frente y respiró con ella en cada una de las contracciones. De esto se trata el parto respetuoso.  

Cuando Roxana escucha por primera vez el llanto de su pequeño, se desbordó en lágrimas. Su madre también. El recién nacido, Natanael, fue llevado al pecho de su madre para garantizar un apego precoz. 

“Me sentí escuchada y respetada”, dijo Roxana sobre el proceso. “Fue un momento muy especial para mí, sentí que estaba en buenas manos”, agregó.

Foto: MSF/Gaby Oraa

Impacto del parto humanizado en Venezuela

Richard Ferreira, coordinador Médico de MSF en Anzoátegui, explicó que el parto humanizado tiene el objetivo de «promover el respeto a los derechos internacionales en cuanto al cuidado materno respetuoso».

Asimismo, señala que el proyecto «resalta el trabajo conjunto con el personal local de los centros de salud para identificar si las necesidades de las mujeres que acuden al hospital son respondidas, fortaleciendo así la calidad de atención brindada a los pacientes”.

Los equipos de promoción de salud realizan sensibilizaciones en comunidades locales sobre la importancia del parto humanizado.

“Fomentar una cultura de respeto y apoyo a las mujeres embarazadas contribuye directamente en su salud mental y emocional, que incide en su bienestar físico y el de sus bebés”, agrega Ferreira. 

*Con información de Nota de Prensa

MSF brinda asistencia médico-humanitaria a quienes sobreviven el Darién
Los flujos migratorios siguen creciendo pese a las políticas restrictivas, los peligros del camino y la violencia generalizada
La organización Médicos Sin Fronteras ha desplegado 18 puntos de atención para brindar atención médico-humanitaria a esta población a lo largo de la ruta migratoria entre Panamá y el borde norte de México.

 

La ruta terrestre entre América Central y Estados Unidos es una de las más peligrosas en el mundo para las personas migrantes. Quienes sobreviven, cuentan con una mano de Médicos Sin Fronteras (MSF) para su atención de salud. 

Pese a que estas salen de sus países en búsqueda de seguridad y bienestar, lo que encuentran en el viaje entre la espesa Selva del Darién en el sur de Panamá, el triángulo norte de Centroamérica y el norte de México es todo lo contrario: una sucesión de riesgos, violencia y privaciones que amenazan sus vidas a cada segundo.

Eso es lo que cuenta John, un hombre proveniente de Camerún que pasó tres días en el Darién comiendo únicamente maní. También lo dice Bárbara, una mujer de origen venezolano que tuvo que cruzar con su hijo de seis años a Honduras desde Nicaragua por una trocha peligrosa para evitar los controles de los oficiales fronterizos. Y lo reafirma Enel desde Reynosa, norte de México, en donde lleva varios días viviendo en las calles porque se le acabó el dinero con el que viajó desde Haití para comenzar una nueva vida en el país que está a unos pocos metros que parecen inalcanzables.

Pandemia, políticas restrictivas y violencia

Las personas migrantes que atraviesan la región en su camino hacia el norte se enfrentan a un peligroso cóctel que, sin embargo, no logra persuadirlos de emprender el viaje. La pandemia de Covid-19 sirvió como excusa a Estados Unidos para imponer una de las normas más regresivas en términos de derechos migratorios de las que se tenga memoria: el Título 42, que en los tres últimos años ha justificado la expulsión inmediata hacia peligrosas ciudades de México de cerca de dos millones de solicitantes de asilo con el falso pretexto de la sanidad pública.

Esta no es la única política represiva en la región. En el sur de México se repiten cada día las redadas y los controles de verificación a cargo de los oficiales de Migración, que sirven como barrera ante quienes se desplazan hacia el norte. Durante meses, el gobierno de Honduras mantuvo una multa de más de 200 dólares contra las personas migrantes que ingresaron al país sin los documentos en regla, aun cuando la mayoría de ellas solo pensaba atravesarlo lo más pronto posible.

Mientras fracasan en su propósito de detener los flujos migratorios violando los derechos humanos y limitando el acceso a servicios básicos, estas decisiones políticas tienen un efecto perverso adicional: obligan a las personas a recurrir y estar más expuestos a las poderosas redes criminales que operan en toda la región. Así, la migración se convierte en un negocio millonario en el que secuestros, robos, extorsiones y tráfico de personas están protegidos por la impunidad que garantiza la inacción e incluso la complicidad de algunos funcionarios.

Mientras tanto, el número de personas que emprenden este viaje en contra de todas las circunstancias no deja de aumentar. Según un reciente informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre enero y abril de este año, los encuentros entre migrantes y autoridades en la frontera terrestre del suroeste de Estados Unidos fueron un 46% más altos que en el mismo periodo del año anterior.

Y según cifras de ACNUR, México es el tercer país después de Alemania y Estados Unidos con mayor número de solicitantes de asilo. En 2021 esta cifra superó las 130.000 peticiones.
El resultado de esta mezcla de factores es que la migración en el continente se ha convertido en una crisis humanitaria permanente.

Además de los impactos causados por las barreras administrativas y la violencia generalizada, quienes viajan por la región se enfrentan a múltiples limitaciones en el acceso a bienes básicos como alimentación, vestimenta, albergue, salud y educación, entre otros. En esas condiciones, el bienestar físico y emocional de las personas migrantes se ve gravemente afectado.

Asistencia médico-humanitaria en la región

En la estación migratoria de San Vicente, Panamá, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) ofrece servicios de salud primaria, enfermería y salud mental a las personas que sobreviven a la selva del Darién.

Una de ellas es John, el hombre de Camerún que comió únicamente maní durante gran parte de su travesía. Por fortuna, la dureza del viaje solo le dejó picaduras de mosquitos y un dolor corporal que lo motivó a recibir la consulta médica.

Otros de sus compañeros no tuvieron la misma suerte: “Vi gente muriendo y no los pude ayudar”, lamenta John.

Al igual que John, Bárbara y Enel recibieron asistencia médico-humanitaria por parte de MSF en alguno de los 18 puntos que la organización ha desplegado a lo largo de la ruta migratoria entre Panamá y el borde norte de México.

Entre enero y junio de este año, los equipos de MSF han atendido más de 54,000 consultas de salud primaria, 5,500 consultas individuales de salud mental y 5,000 orientaciones de soporte social.

En este periodo también se entregaron más de 23,500 kits de hidratación e higiene y cerca de 65,000 personas fueron alcanzadas con actividades de promoción de la salud.

“Las principales afecciones físicas que nuestros equipos atienden en las consultas son respiratorias, gastrointestinales y cutáneas, que se deben principalmente a las precarias condiciones de hábitat y saneamiento en las que suele vivir esta población. Además, las personas sufren dolores musculares y lesiones en los pies debido a las largas caminatas que han experimentado a lo largo de la ruta”, Helmer Charri, jefe de Misión adjunto de MSF en México.

Mayor impacto en los más vulnerables

Las poblaciones que migran hacia Estados Unidos están compuestas por personas con orígenes y trayectorias diversas. Si bien todas las personas se encuentran en situación de vulnerabilidad, los impactos de la migración son más profundos en los niños y niñas, menores no acompañados, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas LGTBIQ, poblaciones indígenas y no hispanohablantes, migrantes extracontinentales y sobrevivientes de violencia sexual.

“La violencia que ha sufrido la mayoría en los lugares de origen y su persistencia a lo largo de la ruta genera graves impactos sobre la salud mental de las personas migrantes. Además, la discriminación, el estigma, la incertidumbre de su situación y la separación familiar, entre otros factores, influyen en el desarrollo de trastornos emocionales como ansiedad, estrés, miedo excesivo, preocupación constante y, en casos graves, trastornos psicológicos”, afirma el doctor Reinaldo Ortuño, coordinador médico de MSF en México y América Central.

En una de las carpas de la clínica móvil de MSF en Danlí, oriente de Honduras, Bárbara espera a que atiendan a su esposo por la gripa que lo afecta durante los últimos días del viaje. Su hijo de seis años aprovecha el espacio para socializar con otros menores que también están de camino hacia el norte.

“Nosotros queremos llegar a Estados Unidos para trabajar y poder pagarle una operación pulmonar que necesita para mejorar su salud”, dice Bárbara refiriéndose al pequeño, “no entiendo por qué nos la ponen tan difícil, si lo único que buscamos es vivir mejor”, concluye la mujer.

*Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria que asiste a las poblaciones más excluídas del mundo. En distintos puntos de la ruta migratoria entre Centroamérica y Estados Unidos, nuestros equipos apoyan de manera gratuita y confidencial a las personas en movimiento con servicios médicos, psicológicos, promoción de la salud y orientación e información. Somos una organización imparcial, neutral e independiente que actúa bajo el principio de la ética médica y cuyo único interés es salvar vidas y aliviar el sufrimiento. Migrar, ser tratado con dignidad, buscar asilo y seguridad son derechos que deben ser respetados.

MSF ha apoyado atención de más de 16.000 pacientes en Amazonas durante 2022
Afirman que su área de cobertura de sanidad pública en la población de Puerto Ayacucho y sus alrededores es de 25 % aproximadamente

Lailyn se acuesta en la camilla y se sube la camisa para que la doctora de guardia pueda examinar su barriga. Con sus 23 años de edad, esta es la tercera vez que está en estado, pero es la primera que acude a hacer control de su gestación. Su embarazo anterior fue riesgoso, sufrió de preclamsia y tuvo que asistir de emergencia a un hospital para dar a luz.

Ahora tiene 18 semanas de embarazo y vive en la zona urbana de Puerto Ayacucho, la ciudad principal de Amazonas, uno de los estados más grandes y, por eso mismo, menos desarrollados de Venezuela.

Caminó alrededor de 25 minutos para llegar al ambulatorio El Escondido, un centro de salud ubicado en el área norte de la capital y que diariamente recibe a pacientes de todo el casco urbano, pero también de comunidades rurales del norte, que buscan atención médica primaria.

Capacitar la salud

El ambulatorio recibe insumos y medicamentos de Médicos Sin Fronteras (MSF) como parte del trabajo articulado que la organización médico humanitaria lleva adelante con a las autoridades locales, para fortalecer el sistema de salud público.

“Nos enfocamos en el acondicionamiento de estos centros de salud que reciben a personas no solo de la zona, sino en ocasiones de localidades rurales que están mucho más lejos. A veces vemos pacientes que caminan durante horas para llegar al ambulatorio”, narró Daniel Hernández, gestor de actividades médicas de MSF en Amazonas. “Además de fortalecer las capacidades estructurales de los centros de salud en los que estamos presentes, para nosotros es primordial robustecer las capacidades técnicas del personal, para que los pacientes puedan recibir una asistencia médica oportuna y de calidad”.

Entre enero y junio de este año, la organización realizó 36 capacitaciones, para fortalecer las herramientas técnicas de 361 personas que conforman el equipo sanitario.

Actualmente, el soporte en el casco urbano está enfocado en los ambulatorios El Escondido y San Enrique y entre ambos, tienen un área de cobertura de aproximadamente 25 % de la población de Puerto Ayacucho y sus alrededores.

Caminar kilómetros por un chequeo

Después de la consulta, Lailyn está más tranquila. Estaba preocupada porque es consciente de que sus antecedentes médicos podrían significarle un embarazo de alto riesgo. Explica que afrontar gastos relacionados con la atención sanitaria en un país que atraviesa una crisis económica como la de Venezuela, es casi imposible.

Por esta razón, no pudo hacer seguimiento a su embarazo anterior, pero ahora supo de los servicios gratuitos del ambulatorio y asistió a la consulta.

Recibió vitaminas y ella y su pequeño hijo de 11 meses fueron vacunados contra la hepatitis y el tétanos. Regresará dentro de un mes para el próximo control, y cuando esté lista para dar a luz, será referida al servicio de alto riesgo de la maternidad estatal. 

“En los últimos meses vemos que las consultas generales han aumentado. Las personas de la comunidad se enteran de que el ambulatorio está funcionando bien y que cuenta con insumos y medicamentos. Entonces, comienzan a venir a sus chequeos médicos”, explica la doctora Andreina Medina, tras concluir su consulta con Lailyn. Solo durante el primer semestre de 2022, 16.717 pacientes fueron atendidos con apoyo de MSF en el estado Amazonas.

Madelyn Rondón tiene 30 semanas de embarazo y es otra de las tantas mujeres que ahora acude a hacer control prenatal. Cuando la doctora le cuenta que escucha los latidos del corazón de su bebé, sonríe. Con solo 23 años, pronto tendrá un segundo hijo. Aunque le preocupa el sustento económico de sus pequeños, le alivia saber que al menos puede acceder a un servicio de salud de calidad.