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Crítica

Carlos Blanco Jul 17, 2019 | Actualizado hace 5 años
Horror a las redes, por Carlos Blanco
  1. El sistema que se ha conformado en 20 años de chavismo le tiene horror a las redes sociales. Se vive como anomalía, distorsión y amenaza. Argumentan los voceros del régimen y una cierta oposición que “las redes no son la opinión pública” o que “Twitter es una porción muy pequeña del país”. Los del régimen persiguen y encarcelan y vejan y hostigan a quienes logran identificar en las redes como enemigos; mientras que en el campo de la oposición más conservadora hay quienes se desgañitan en contra de las redes sociales a través de… las redes sociales.
  2. Todo el mundo sabe que la información y la comunicación han sido transformadas hasta lo impensable por las nuevas tecnologías que han cambiado la naturaleza de la polis, de la plaza pública y de la ciudadanía. Es un proceso irreversible con el cual hay que vivir, guste o no. Por tal razón, resulta un tanto irónico que algunas de las quejas sobre el uso de las redes las consideren como si fuesen dinámicas marginales o reversibles.
  3. Como las redes sociales han adquirido especial relevancia en Venezuela como vehículo para eludir en cierta medida la represión de la corporación criminal en el poder, el debate sobre su significado es especialmente espinoso. Lo más llamativo es que suele revelar, por su inmediatez y espontaneidad, características impensables de quienes las utilizan.
  4. Una de las revelaciones más frecuentes es que quienes critican a los que las emplean, las emplean mucho más; luego, se puede constatar que muchos que se reclaman dialogantes, pierden los estribos con harta frecuencia e insultan a más y mejor en nombre de la moderación que los ilumina. Los moderados, dialogantes y noruegos se vuelven radicales y sacan sus dientecillos cuando se trata de callar la crítica tuitera. Quieren la crítica; pero eso sí, a la medida de su tolerancia.
  5. En el caso venezolano, el territorio de la opinión pública se ha reducido. La acción del régimen se ha concentrado en asfixiar medios; a los periodistas críticos les ha ido cerrando espacios y los persigue. La represión ha minado las fuentes habituales de información, lo que refuerza las tendencias a disminuir el rol de los medios tradicionales.
  6. Hay, sin embargo, otro fenómeno. Las penurias han llevado a una desconexión con la plaza pública, que no sea la de las urgencias en comida, medicinas y seguridad; como resultado, hay ríos de ciudadanos despegados del debate de la polis, del debate político, y los que participan (la Venezuela de la Internet se achica) lo hacen a través de las redes sociales.
  7. En Venezuela la opinión pública se reduce y cada vez más parece ser el espacio de las redes sociales. Ya no es controlada por un puñado de editores y periodistas sino por los plebeyos. Y esto enferma a varios de los antiguos dueños de la plaza pública.

 

 
José virtuoso: Con mejores condiciones electorales, 2018 puede ser un año para el cambio”

Padre José Virtuoso

 

 

Parte de la oposición venezolana, concentrada en la Mesa de la Unidad Democrática, decidió no participar en las elecciones municipales previstas para el 10 de diciembre. En torno a esa decisión han sido muchas las voces críticas y otras de apoyo que se han sumado. Una reciente es la del rector de la Universidad Católica Andrés Bello, el padre José Virtuoso, quien plantea que a los sectores políticos y la sociedad en general deben exigir mejores condiciones electorales.

En entrevista con El Pitazo, el sacerdote y profesor universitario dio a conocer que, con un cronograma electoral previo, cambio de las autoridades del Consejo Nacional Electoral, control del ventajismo oficial y observación nacional e internacional, se puede producir un escenario para que se dé un cambio político en las elecciones presidenciales del año que viene.

 

El proceso electoral venezolano está viciado

 

—Usted ha dicho que se deben exigir mejores condiciones electorales. ¿Cuál es su planteamiento?

—Estamos en presencia de una evidencia irrefutable del viciamiento general del proceso electoral venezolano, de la falta de confianza en el CNE y en todos los órganos que conducen el proceso electoral.

Estamos ante un hecho muy concreto de fraude como en el caso del estado Bolívar y frente a un hecho inédito que es el no reconocimiento de un gobernador electo. Ante ese conjunto de situaciones es obvio que la bandera política de la oposición tiene que ser el mejoramiento de las condiciones electorales, la restitución de las garantías como condición fundamental del ejercicio del voto.

Solo en la medida en que se rescate la institucionalidad del voto y la confianza en los procesos electorales, tendremos garantizada una salida democrática a la crisis del país, de lo contrario pues esa puerta se cierra o queda abierta para las dudas.

—¿Considera que está bien que ante este planteamiento de exigir mejores condiciones electorales la oposición decida no participar en las municipales?

—En el contexto de exigir las condiciones electorales y convertirla en bandera, no veo correcto que se llame a la abstención y ver tranquilos qué ocurre el 10 de diciembre para luego ocuparse por las elecciones presidenciales, como que aquí no ha pasado nada. El problema de las condiciones es para estas elecciones y para las presidenciales.

Decidan o no decidan participar en la contienda electoral tienen que declararse en movilización, no pueden simplemente irse a la playa ese día. Desde ya deben organizar las estrategias e incidir en un cambio que es fundamental para aglutinar esfuerzos de la sociedad en esa dirección.

Puede ser que decidan no participar como partido, es una decisión política, pero no es un delito decidir abstenerse o decidir no participar. Lo que no se puede hacer es declararse en abstención y prepararse para las presidenciales sin emprender lucha por las condiciones.

—¿Cuáles son esas condiciones que a su juicio debe exigir la oposición?

Tiene que existir un cronograma con tiempos precisos que dé espacio para que las actividades puedan realizarse con la debida calma. Es necesario un cambio de autoridades del CNE. El CNE no puede seguir siendo una autoridad cuyo máximo representante está parcializado, eso es contra natura.

El otro gran tema es el proceso de observación nacional e internacional. En la medida en que se convoca con tiempo, la sociedad puede organizarse en las auditorias previas y el propio día de las elecciones. Nos hace falta garantizar observación nacional e internacional.

Lo demás tiene que ver con el ventajismo oficial. Una de las razones por las que el Gobierno obtuvo un triunfo tan importante (en las elecciones del 15 de octubre) tiene que ver con la utilización de recursos del Estado para movilizar a la población. La ley establece claramente cuáles son las posibles acciones, pero esto requiere claridad política y voluntad de la ciudadanía.

 

El liderazgo opositor debe hacer un ejercicio de crítica y autocrítica

 

—¿Cómo pudiese lograr la oposición esas condiciones si tiene todo en contra y ya el CNE afirmó que ha ofrecido las garantías necesarias?

—La oposición controla una institución fundamental que es la AN, dicho sea de paso, que se la ha dejado arrebatar hasta prácticamente desaparecerla del escenario. También tiene el apoyo internacional y lo puede hacer valer. Pero también tiene que movilizar a la ciudadanía en esa dirección: con acciones y debates. No digo que sea fácil, pero hay que trabajar y presionar por eso, por buscar apoyo. Esa tiene que ser la bandera de lucha.

—¿Cuáles elementos serían importantes en eso que llama la movilización de la ciudadanía?

—Pienso que tiene que haber mucho debate y mucha claridad. Los partidos tienen un espacio muy importante que es con su militancia; una convocatoria institucional, y yo creo que la AN es un foro importantísimo para eso. Después, una serie de acciones y estoy hablando de un proceso en el marco de la ley y dentro de la Constitución. En el marco de esta Constitución, de la vigente, hay derecho a la manifestación, a la libertad de expresión y a la continua exigencia por mejoras de lo que está viviendo el país.

—¿Cuál cree que es la vía para solucionar la crisis política económica y social que está atravesando el país?

Creo que nosotros tenemos una carta muy importante que es el cambio de gobierno en el próximo año. El año que viene es clave y por eso es que creo que es fundamental la reconstitución de la lucha política en todo este proceso. Estamos en un momento de mucha “pasmosidad”, de bastante fraccionamiento en donde hay un 80% de la población que está en descontento contra el Gobierno, en un escenario de hiperinflación y estamos completamente desmovilizados y parece que el Gobierno está políticamente más consolidado que nunca. Parece que hay una razón para ello y es cómo se ha liderado el proceso de lucha y cómo se ha entendido la verdadera complejidad del proceso venezolano. Está pendiente una profunda crítica y autocrítica del liderazgo político de oposición, no es solo la MUD. Todo el liderazgo tiene que llamarse a la reflexión del porqué no se ha aglutinado ese descontento para transformarlo en cambio.

 

Vea la entrevista completa en El Pitazo

La muerte de la crítica, por Carlos Blanco

criticas

 

El régimen pena la crítica con expulsiones y marginamientos. Se sabe. Es la vocación autocrática y policial. Dentro de la oposición debería ser distinto; pero no lo es. Especialmente entre quienes siguen sin chistar lo que dice –o decía– la MUD. Progresivamente, los factores que la dominan marginan –cuando pueden– el pensamiento y las actitudes críticas.

Hay escribidores, articulistas, políticos de la tercera edad, jóvenes atrevidos e improvisados, analistas y periodistas que funcionan como la infantería que ataca toda disidencia y que funciona como el Santo Oficio en defensa de las decisiones de la MUD; sean unas o las contrarias. En las semanas recientes se pudo ver un episodio nuevo de la vieja intolerancia.

Los dirigentes habían dicho en los meses de la protesta que jamás aceptarían ir al disparate de las elecciones regionales. Toda la oposición compartió tal criterio. Luego cambiaron de política y adoptaron la tesis de las elecciones regionales. Otros factores de la sociedad se opusieron a esa súbita mutación. Pues, nada, comenzó el pelotón de censores a arremeter en contra de los que opinaban distinto. Más adelante, un número importante de ciudadanos expresó su decisión de no votar; allí se desató una de las más lamentables e inútiles guerras, esta vez en contra de “los abstencionistas”. Misteriosamente, cuatro días antes de las elecciones, al observar el desastre de la MUD que atacaba a una parte de la propia oposición llena de dudas, los jefes ordenaron detener la campaña en contra de los que se negaban a votar. Esta conducta duró poco tiempo, porque una vez conocidos los resultados, se achacó la catástrofe de esa política de nuevo a los abstencionistas, siendo que los números mostraban que la abstención no era la causa del desastre sino el colosal fraude que esos dirigentes de la MUD decían que no era posible, dada la vigilancia que los testigos mantendrían (y no mantuvieron) en todas las mesas electorales. Viraron otra vez al evidenciarse el fraude.

El nuevo episodio es que, contra toda previsión, los partidos que ayer participaron en las regionales ahora son “abstencionistas” para las municipales, y la infantería de la antigua MUD se mueve, sin el más mínimo asomo autocrítico, a respaldar la posición que ayer apenas les revolvía el hígado.

Lamentablemente, los incondicionales se han convertido en acríticos portadores de la represión intelectual para servir –falsamente– a la unidad, dinamitada por sus dueños. Y la crítica “interna” no sirve porque no hay nada “interno” que no sea del dominio público.

@carlosblancog

El Nacional 

¿Por qué escribo? Por Carolina Jaimes Branger

Escribir

 

La semana pasada, en un caluroso debate por Twitter sobre el fracaso de las elecciones regionales, un señor me instó a que reconociera que me había equivocado llamando a votar, porque así “ganaría más” con mis seguidores. Si me equivoqué llamando a votar –aún pienso que no- bienvenido y abierto el debate. Siempre agradezco a quienes se acercan a rebatir mis ideas a través de un debate de altura. No me siento poseedora de la verdad y tampoco deseo un pensamiento único. A lo que sí le huyo es a las descalificaciones y groserías, porque estoy convencida de que la confrontación debe ser de ideas y no de personas.

 

Lo que sí le dejé claro es que yo no escribo para “ganar más” con nadie. Escribo porque tengo algo que decir y deseo ser leída, es cierto, pero lo que digo es por estricto compromiso con mi conciencia. No lo hago por ser popular. Tener una palestra como la que poseo en importantes medios de comunicación -como éste- es una responsabilidad y como tal la he asumido. No quiero ser conocida por decir cosas que la gente quiere oír si no estoy de acuerdo con ellas. Mi papá me enseñó desde niña que yo debía levantar mi voz ante lo que considerara injusto, mentira o maligno, aunque fuera la única que lo hiciera. Lo he seguido al pie de la letra y todos los días de mi vida se lo agradezco.

 

Escribir para el gran público ha sido una experiencia fascinante. He tenido una respuesta masiva, críticas inteligentes y situaciones entrañables. He hecho amigos a distancia y con el pasar de los años a algunos los he conocido personalmente. Como los hermanos venezolanos hijos de gallegos, quienes me escribieron (cada uno por separado) cuando leyeron un artículo que yo dediqué a mi papá cuando su padre agonizaba en Galicia. Me conmueve cada vez que la recuerdo la señora de Petare que guardaba en su portamonedas ese mismo artículo “porque ella también había tenido un papá muy bueno”. Tengo en altísima estima la crítica del doctor Marcos París del Gallego a un artículo mío sobre Bolívar, “¡Saquen a Bolívar del Panteón!” –que también lo tenía guardado en su cartera “para cuando se encontrara conmigo”- y cuando finalmente nos encontramos, blandiéndolo me espetó “¡chica, esto es un horror, que saquen a todos los demás, pero a Bolívar no!”. Y guardo la carta que me dejaron en Notitarde sesenta y nueve miembros de un círculo bolivariano de Puerto Cabello amenazándome con que me iban a cortar el cuello con el sable del Libertador.

 

Cuando me he equivocado –que me he equivocado- lo he reconocido. Podré errar, pero cuando opino lo hago con toda honestidad. No he sido, soy, ni seré nunca escaparate de nadie. Ser opinadora en la Venezuela de hoy no sólo es un riesgo, sino un compromiso. Que alguien concurra a mis escritos a buscar luz es un honor que me compromete aún más. No puedo soslayarlo por nada. Quiero ser recordada como alguien que dijo siempre lo que pensaba.

 

Expresar mi opinión en muchas ocasiones me ha valido insultos, descalificaciones y hasta escarnios. Los asumo como parte de la cruzada que me he impuesto desde hace casi veinte años que escribo semanalmente para los mejores diarios y portales en todo el territorio nacional.

 

Una frase de la activista Malala Yousafzai resume de manera brillante mis metas al escribir: “No hablo por mí, sino por los que no tienen voz … por aquellos que han luchado por sus derechos … por su derecho a vivir en paz, su derecho a ser tratados con dignidad, su derecho a la igualdad de oportunidades y su derecho a ser educados”.

 

 

@cjaimesb

Desintoxicándonos en rescate de la Democracia, por Mario Guillermo Massone

Venezuelas

 

Dar sentido a las desgracias que los venezolanos padecemos, no es cosa fácil. Han sido muchos años. Tantos, que para muchos ha sido su vida entera.

La libertad, la verdadera libertad, la que nos permite elegir, requiere que nuestro cúmulo de posibilidades sea mayor al de las necesidades. Hoy nuestra libertad está disminuida, aporreada, empobrecida.

Una inmensa diáspora de nuestros compatriotas, muestra el anhelo de libertad y bienestar para la familia venezolana.  Porque el anhelo de libertad no conoce fronteras ni pasaportes.

No hay, no debe haber, los de aquí y los de allá como categorías peyorativas. Esto pasó en Chile, tanto con la diáspora por causa de Allende como por la de Pinochet. Conozco esto de primera mano. Parece ser un síndrome.

A fin de cuentas, todos estamos en lo mismo. Unos, zarparon en busca de una mejor vida para los suyos. Otros, se mantienen en suelo patrio. Dentro de quienes se quedaron, están los que se quieren ir pero no tienen ni saben cómo, los que no se lo plantean y los que, pudiendo irse, se quedaron.

Emitir juicios sobre las decisiones de cada persona, de cada familia venezolana, por hacer lo que hizo o por hacer lo haga, no nos corresponde. Las circunstancias son terribles en Venezuela. Se comienzan a ver imágenes de la degradación humana, “hecha en Venezuela” que nos recuerdan las de Auschwitz.

Colaborar con la causa democrática es una decisión personal. Perjudicarla, también. Ser indiferente … Y ello, tanto para los que viven en suelo venezolano como para los que no.

Me parece que son tiempos para actuar, pero también para reflexionar. Estamos irascibles, muy irascibles. Nuestra paciencia es otro producto que escasea. ¡Y cómo no va a escasear la paciencia! Porque sentimos que lo estamos perdiendo todo. Ello impone una carga aún mayor a nuestros dirigentes políticos; pues además de luchar por rescatar la democracia, enfrentar amenaza y persecución cotidiana del gobierno, también deben cuidarse de nosotros, de nuestra impaciencia y frustración.

Y como humanos que son, los políticos demócratas se equivocan. Y dicen torpezas. Sí, qué broma. Crucificarlos no nos beneficia. En estos tiempos sumar es todo. Incluso, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Al menos mi aliado.

Desintoxicarnos del influjo de quienes en toda acción de la Unidad Democrática ven algo negativo puede ser un buen inicio. No caer en la tentación de despotricar en contra de los nuestros puede ser vigorizante y una experiencia fresca. Centrémonos en lo que hemos de centrarnos: el cambio.

¡Seguimos!

@massone59

Mario Vargas Llosa: Maduro puede ganar sólo con un fraude monstruoso

VARGAS-LLOSA

 

El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa criticó en Charleston, Estados Unidos, la «putrefacción total» que padece Venezuela, y advirtió de que la «corrupción» es la mayor amenaza para la democracia en América Latina.

Con estas palabras, Vargas Llosa apeló -en un multitudinario acto- a los gobernantes de la región para que manifiesten una defensa sin ambigüedades de la democracia, con motivo de la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se celebra en dicha ciudad.

El escritor peruano reprobó expresamente la «falta de coraje» y «neutralidad» de los Gobiernos latinoamericanos a la hora de denunciar «dictaduras crecientes», como la venezolana, y fomentar la lucha inequívoca contra la corrupción en sus países.

 

REPROBÓ LA «FALTA DE CORAJE» Y «NEUTRALIDAD» DE LOS GOBIERNOS LATINOAMERICANOS A LA HORA DE DENUNCIAR «DICTADURAS CRECIENTES»

En una conversación que mantuvo con el periodista argentino Andrés Oppenheimer, Vargas Llosa, de 79 años, fue tajante al asegurar que Venezuela es una «putrefacción total» por consecuencia del denominado socialismo del siglo XXI, y que se encamina a unas elecciones fraudulentas en los comicios parlamentarios de diciembre próximo.

«(El presidente venezolano, Nicolás) Maduro sólo puede ganar estas elecciones mediante un fraude monstruoso», dada su «impopularidad» y la pobreza, corrupción gigantesca, inflación galopante y alta criminalidad en que ha sumido al país sudamericano, avisó el autor de La fiesta del chivo.

Y sentenció sobre el tema de la corrupción en Venezuela: «Los jefes del Gobierno venezolano son los jefes de las mafias. Los militares están todos comprados a través del negocio de la mafia».

Vargas Llosa, que se mostró lleno de energía y lucidez durante toda la entrevista de una hora de duración, ironizó para decir que, examinando la historia de los fracasos de la democracia en Latinoamérica, sólo se puede llegar a la conclusión de que la «perseverancia en el error es una característica latinoamericana», lo que fue recibido con risas por el numeroso público.

 

«NICOLÁS MADURO SÓLO PUEDE GANAR ESTAS ELECCIONES MEDIANTE UN FRAUDE MONSTRUOSO»

Se concentró también en criticar al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, a quien tildó de «gran demagogo», que ha impulsado «leyes represivas» que ahogan la libertad de expresión y a los medios de comunicación.

Previamente, señaló al narcotráfico como «enemigo peligroso en América Latina de la libertad de expresión», un fenómeno criminal que «ve en la prensa libre su enemigo» y que debe ser derrotado con las herramientas del «coraje y la responsabilidad».

Volvió a situar la lacra de la corrupción como el mal primero que carcome a muchos países y Gobiernos de Hispanoamérica, y citó, entre otros, el caso de Brasil, un país que, apuntó, «parecía haber despegado y ha frenado y retrocede» con los «inversores sin querer invertir un centavo».

El también premio Cervantes de 1994 achacó el retroceso brasileño a la «corrupción de vértigo» que devora al país y que se mostró en «niveles de apogeo» con el Gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva(2003-2010).

 

SEÑALÓ AL NARCOTRÁFICO COMO EL «ENEMIGO PELIGROSO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN AMÉRICA LATINA»

Durante cinco días, la SIP abordará los principales desafíos en el sector de la comunicación en Latinoamérica, especialmente la libertad de expresión, la violencia contra periodistas (11 muertos en el último semestre), la alta concentración de medios en manos de algunos Gobiernos o el auge de la prensa digital y las nuevas tecnologías.

Sobre esta última cuestión, tecnología y medios, el escritor peruano nacionalizado español hizo un diagnóstico: La tecnología es «fuente de progreso», pero «librada a sí misma puede crear un mundo de robots. Hay que humanizarla».

No se libraron tampoco de sus ataques los movimientos secesionistas en Europa, especialmente el de Cataluña, un nacionalismo al que tachó de «ficción maligna», creada a partir de «mentiras».

El nacionalismo catalán, subrayó, es una «ficción creada» a partir de «mentiras y falsificaciones del pasado y de la realidad presente».

 

SE PRONUNCIÓ SOBRE DONALD TRUMP, A QUIEN RETRATÓ COMO «PROFUNDAMENTE ANTIDEMOCRÁTICO»

También se pronunció sobre el magnate Donald Trump, favorito en los sondeos sobre la contienda presidencial republicana para llegar a la Casa Blanca, a quien retrató como «profundamente antidemocrático», un «demagogo de tipo racista».

No obstante, aseguró que el precandidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos «no tiene la menor posibilidad de convertirse en el candidato de su partido». Trump practica el «viejo racismo de la caverna» y eso le «descarta en un país tan profundamente democrático como Estados Unidos», apostilló.

El problema, a ojos de Vargas Llosa, es que los «prejuicios son más profundos a veces que los argumentos racionales» y calan en partes de la población.

En cuanto a la visita del papa Francisco a Cuba y las críticas por su rechazo a reunirse con miembros de ladisidencia en la isla, Vargas Llosa consideró que el hecho de que no se viera con opositores responde a una «operación política de más largo alcance».

 

TAMBIÉN HABLÓ DE LA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A CUBA

Eso sí, planteó la «gran incógnita» de si «quedarán solo en retórica los gestos y declaraciones» de Francisco, porque, hasta ahora, afirmó, «detrás de estos no hay nada».

Se despidió con humor de los numerosos periodistas congregados en el salón de conferencias mientras decía que el «fantasma del nobel» lo deja tranquilo y no lo ha convertido en una estatua, «un muerto en vida».

En la cita anual de la SIP participan más de 300 asistentes del 2 al 6 de octubre procedentes de más de una veintena de países.

La lista Putin: ¿Un modelo para Maduro? por Fernando Mires

PutinyMaduro

 

La mayoría de las autocracias del mundo no desean ser visitadas por personalidades críticas. Pero en tanto firmantes de convenciones internacionales no tienen más alternativa que dejarlas entrar, no sin antes poner todo tipo de inconvenientes.

Durante el periodo de la Guerra Fría no dejar entrar a políticos sin invitación oficial era regla y no excepción. Esa es la razón por la cual en círculos políticos occidentales la negativa del gobierno de Putin a permitir la entrada de algunos políticos y militares europeos ha causado gran indignación. Más grande todavía si se suma el hecho de que Putin ha confeccionado una “lista negra” enviada a diversas embajadas en Bruselas, con nombres de políticos -algunos de alto rango como el presidente de la unidad parlamentaria CDU/CSU alemana Michael Fuchs – y expertos militares.

La mayoría de los censurados ha emitido opiniones en contra de la invasión a Crimea. Otros solo han ejercido su derecho a crítica frente a las violaciones a los derechos humanos cometidas en Rusia. Están también los “sancionados” por emitir opiniones que no son del gusto del autócrata ruso.

En general a todo político que haya exigido alguna vez que a las sanciones de la EU sea agregada la de despojar a Rusia del mundial de fútbol de 2018 –una “generosa donación” de Blatter a Putin-  le será prohibida la entrada. Se esperan nuevos nombres en la lista. Ya los hay de todos los partidos, desde socialcristianos, pasando por socialdemócratas y liberales, hasta militantes de los “Verdes”. En la lista –interesante- no figura ningún miembro de la ultraderecha europea.

Desde el punto de vista formal, la extremista reacción rusa ha sido interpretada como respuesta a las sanciones impuestas por la UE. Pero hay, evidentemente, algo más. Al parecer Putin no solo intenta restaurar el poderío de la “Antigua Rusia” sino también las tensiones que en el pasado mantuvo Rusia con Europa. Ello cumple evidentemente un rol en la política interna. Gracias a la nueva tensión, Putin intentará estrechar aún más el espacio político de su país. Así, cada vez que algún opositor levante su voz, será acusado de colaborar con el “enemigo”.

El hecho de que todos los miembros de la lista sean reconocidos representantes de la democracia liberal no deja de ser significante. Sin caer en suspicacias parece obvio que Putin intenta alejarse cada vez más del formato político democrático y erigirse como portador de un modelo de dominación autoritaria que rinda tributo a los valores patrios, a la religión, al “alma nacional” y a la virilidad amenazada por la “Europa decadente”.

La amistad que une a Putin con los gobernantes y partidos más ultraderechistas de Europa muestra de que manera se encuentra interesado en formar un bloque anti-occidental, una suerte de “internacional de dictaduras y autocracias”, bastarda sucesora de la Internacional Comunista. Percibiendo esa amenaza, el parlamentario “verde” en la UE, Daniel Cohn-Bendit, al recibir la noticia de que había sido “sancionado” por Putin, declaró sentirse honrado si “un sistema político totalitario como el de Rusia me estigmatiza como enemigo”. Exageró un poco. Rusia no posee todavía un sistema totalitario, aunque sí, avanza en esa dirección.

El proyecto Putin cuenta con grandes admiradores en América Latina, sobre todo en las naciones del ALBA. No extrañará entonces si un día, un tal Nicolás Maduro, imitando al “hermano mayor”, extienda una lista prohibiendo la entrada de personalidades internacionales a su país. Declarar a Felipe González como persona non grata e intentar boicotear su visita, sometiéndolo a todo tipo de agresiones verbales y acusándolo de intervencionista – precisamente desde un gobierno quien tiene a su país repleto de funcionarios cubanos y no ha dejado país latinoamericano sin intervenir-  fue, de por sí, una actitud muy putinesca.

Polis

El chavismo critica la “injerencia” de Felipe González en Venezuela

dariovivas

 

El oficialismo venezolano, a través de cuatro diputados, calificó este martes de “injerencia” la decisión del expresidente del Gobierno español Felipe González de defender a los líderes opositores presos Leopoldo López y Antonio Ledezma, adelantada el lunes por EL PAÍS. Darío Vivas, diputado de la Asamblea Nacional, de la que fue vicepresidente hasta el pasado enero, criticó en rueda de prensa que González “y algunos sectores de la política española pidan impunidad” para López y Ledezma.

“¿Cómo se pretende que se suelte a un corrupto, fascista, represivo como Antonio Ledezma?”, prosiguió Vivas. Sobre la intención de Felipe González de poder visitar a los dos presos en la cárcel de Rama Verde, manifestada por el exmandatario en la mañana de este martes en declaraciones a la cadena SER, el diputado chavista aseguró: “No tenemos ningún inconveniente. Lo que no vamos a aceptar es que se estimule la impunidad en nombre de los derechos humanos. Ahí hay un juicio, se les lleva las veces que el tribunal los convoca. No queremos un suprajuez, y creemos que Felipe González quiere ser eso”, añadió.

En una entrevista con este periódico, el propio González, quien ha mantenido lazos con Venezuela desde los años ochenta, expresaba su preocupación por el actual “descenso en la defensa del funcionamiento de la democracia en América Latina” y abogaba por un “diálogo serio” entre el Gobierno y la oposición de Venezuela.

El diputado chavista Vivas achacó la decisión del expresidente González, celebrada por la oposición venezolana y aplaudida por numerosos líderes latinoamericanos, a su  amistad con el expresidente Carlos Andrés Pérez, “padrino de adopción”, según dijo, del alcalde metropolitano de Caracas. “Antonio Ledezma tiene un historial terrorista, fascista y represivo. Su padrino salió por corrupto. Es pública y notoria su relación con Felipe González”. Vivas añadió, sobre la intervención del expresidente: “Es una grosería, se puede decir que no tiene moral. Tendría que preocuparse por dar salida a la crisis de España”.

La postura del expresidente español ha sido respaldada por diversos líderes de América Latina. El propio González aseguró que ha contactado con los expresidentes Julio María Sanguinetti (Uruguay), Ricardo Lagos (Chile) o Fernando Henrique Cardoso (Brasil) para crear un frente internacional que trabaje para conseguir la liberación de estos presos políticos. “Estoy en contacto con el presidente González, estoy muy de acuerdo con su gestión y de acuerdo en que ello se publicite”, confirmó Sanguinetti.

Durante el encuentro en Madrid con los medios,se fueron proyectando continuas imágenes de Leopoldo López, la diputada opositora María Corina Machado y Antonio Ledezma junto a líderes como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, o el expresidente español José María Aznar. Los diputados venezolanos criticaron también las sanciones impuestas a siete funcionaros venezolanos por el Gobierno de Estados Unidos, que declaró al país sudamericano “amenaza a la seguridad nacional”.