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6 años de prisión e inhabilitación política perpetua a Cristina Fernández por corrupción
La vicepresidenta de Argentina aseguró que la condena que recibió tiene su origen en una «mafia judicial paraestatal» y reiteró su inocencia en este proceso por irregularidades en la concesión de obras viales

 

Foto: EFE

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, confirmó que no será «candidata a nada» en las elecciones de 2023. Así lo dijo después de que, este 6 de diciembre, se anunció su condena a 6 años e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en un juicio por corrupción durante los gobiernos kirchneristas (2003-2015).

«No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora. Mi nombre no va a estar en ninguna boleta. Termino el 10 de diciembre y me vuelvo como me volví el 10 de diciembre de 2015 (cuando empezó el gobierno de Mauricio Macri), a mi casa, a la misma casa de donde salí el 25 de mayo de 2003 para acompañar al que fuera mi compañero», el ya fallecido Néstor Kirchner (2003-2007), dijo la también expresidenta en una comparecencia en línea desde su despacho en el Senado, minutos después de conocerse la sentencia.

«No voy a someter a la fuerza política que me dio dos veces el honor de ser presidenta y una vicepresidenta a que la maltraten en período electoral», explicó Fernández como motivación para no presentarse a las elecciones de 2023 y recordó que todos los cargos a los que accedió en su carrera política fueron «siempre por el voto popular».

Fernández dijo que, además de a los dos mandatos suyos (2007-2015) y al de Kirchner, también contribuyó «a la victoria de 2019 cuando nadie daba dos pesos por el peronismo». «Esto es lo que me están cobrando, y por eso me inhabilitan», indicó.

La condena

La dirigente fue condenada para ejercer cargos públicos en un juicio por irregularidades en la concesión de obras viales durante los gobiernos kirchneristas (2003-2015).

Los jueces hallaron culpable a la vicepresidenta del delito de administración fraudulenta de fondos públicos, pero la absolvieron en los cargos por presunta asociación ilícita.

La pena dispuesta para Fernández en la denominada «causa Vialidad» es menor a la de 12 años de cárcel que había solicitado en agosto pasado la Fiscalía en los alegatos finales de este proceso.

El tribunal oral también ordenó decomisar los efectos del delito que consisten en una suma de 84.835 millones de pesos (482 millones de dólares).

Fernández se declara víctima de una “mafia judicial paraestatal”

Fernández aseguró que la condena que recibió tiene su origen en una «mafia judicial paraestatal» y reiteró su inocencia en este proceso por irregularidades en la concesión de obras viales.

De igual manera, aseveró nuevamente que la condena en su contra, la cual confirmó que apelará, ya «estaba escrita»: «La idea era condenarme como finalmente lo hicieron».

Fernández rechazó ser responsable por defraudación a la Administración pública pues, como presidenta, no tuvo manejo en las leyes de Presupuesto donde se incluyeron las obras públicas que fueron objeto de este juicio ni administró ni ejecutó esos Presupuestos, una responsabilidad en cabeza del jefe de gabinete de ministros.

La vicepresidenta aseguró que ninguna de las acusaciones formuladas por los fiscales que intervinieron en este juicio eran ciertas y dijo que, más que un ‘lawfare’ (hostigamiento judicial), ella ha sido blanco de una «mafia».

«Esto es un Estado paralelo y mafia, mafia judicial, y la confirmación de la existencia de un sistema paraestatal, donde se decide sobre la vida, el patrimonio y la libertad del conjunto de los argentinos», sostuvo.

Información de EFE

Maduro sobre atentado a Cristina Fernández: hemos vivido situaciones como esta
«Se hizo justicia, en buena parte, aunque hay algunos autores intelectuales que andan prófugos a nivel internacional», dijo Maduro sobre el atentado del 4 de agosto de 2018

 

Nicolás Maduro aseguró este domingo, 3 de septiembre, que vivió «situaciones parecidas» de «intento de magnicidio» a la que enfrentó, el pasado jueves, la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, a quien un hombre intentó disparar en los alrededores de su domicilio cuando se celebraba una vigilia en su apoyo.

«Nosotros hemos vivido situaciones como esta, pero no salimos del asombro, de la consternación, y provoca una situación que, sin lugar a dudas, es el resultado de una acumulación (…) de campañas de odio, de polarización negativa, de polarización excluyente, de polarización basada en la intolerancia», dijo en una entrevista con la radio argentina Radio 10.

Recordó el atentado en su contra el 4 de agosto de 2018, cuando daba un discurso en una avenida de Caracas con motivo de la conmemoración del 81 aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada), y explotaron unos artefactos operados por drones.

 

 

«Nosotros hemos vivido situaciones, pudiéramos decir, parecidas, luego de un acumulado de ataques de años. Nos tocó vivir aquel 4 de agosto del año 2018, un intento de magnicidio», afirmó.

Maduro aseguró que, tras la investigación, fueron capturados todos sus autores materiales y parte de los intelectuales, quienes declararon y confesaron la preparación, el financiamiento y el entrenamiento, que fue, señaló, «en Colombia».

«Se hizo justicia, en buena parte, aunque hay algunos autores intelectuales que andan prófugos a nivel internacional», dijo.

En el caso de Fernández, el jefe de Estado expresó que también «tiene que funcionar la Justicia» porque, de lo contrario, «la gente que promueve la muerte (…), la intolerancia sin límites, excluyente, (…) y el mensaje de eliminación del líder político que lo adversa, sencillamente, siente que tiene el camino libre».

 

 

Asimismo, dijo que sostuvo este sábado una conversación telefónica con la vicepresidenta argentina, a quien le reiteró su apoyo y la «consternación del pueblo de Venezuela».

Por otra parte, insistió en que el avión «secuestrado» en Argentina desde junio «no ha incurrido en ninguna ilegalidad nacional», por lo que -considera- es una «maniobra contra Venezuela», que «viene desde los Estados Unidos», al dirigirla «el FIB personalmente».

«Estamos haciendo una defensa legal del derecho de la empresa Emtrasur, la filial de la empresa Conviasa, que es la línea área de Venezuela, (…) para recuperar, de sus secuestradores, al avión», aseguró Maduro.

 

“La Venezuela bolivariana y chavista siempre te defenderá” y otras perlas de Maduro en carta a Cristina Fernández
«…Eres un ejemplo de consecuencia, consistencia y fidelidad a esa decisión de vida», aseguró Maduro en la misiva

Nicolás Maduro, gobernante venezolano, manifestó su  “absoluta solidaridad” con la vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernández, luego de que un fiscal pidió una condena de 12 años de cárcel por presunta corrupción cuando gobernó el país entre 2007 y 2015.

En el texto, que difundió este 28 de agosto la diputada chavista Tania Díaz, Maduro tildó de “inaceptable” y como una “farsa” las acusaciones en contra Cristina Fernández.

Asimismo, Maduro aseguró que Fernández es “la principal centinela de la soberanía” de Argentina y celebró la “dignidad” y el “coraje” con el que, señaló, enfrentó estas acusaciones.

A continuación, las perlas más destacadas de Maduro en su carta a Fernández:

«Quiero expresarte mi absoluta solidaridad en medio del fragor de este recio combate que libras contra los enemigos de tu Patria».

«Admiro profundamente la nobleza con la que has enfrentado semejante vendaval de injurias arrojado contra ti, dignísima heredera de Juana Azurduy y de Evita».

«Tus enemigos saben muy bien que eres, hoy por hoy, la principal centinela de la soberanía argentina y la más firme guardiana de los intereses y los sueños de tu Pueblo».

«Resulta inaceptable, absolutamente inaceptable, que pretendan colocarte ante lo que tú misma has llamado un pelotón de fusilamiento mediático-judicial».

«Conocemos la ralea de aquellos que hoy te acusan, sabemos que no se mandan a sí mismos y que instrumentalizan vilmente la administración de justicia, amparados por el poder fáctico de los medios, en función de sus torvos fines».

«Ayer, armada de patriotismo, dignidad, lucidez y coraje, saliste a enfrentar la agresión: te empleaste a fondo y tu intervención fue de veras memorable. Pusiste en evidencia a quienes han montado una farsa real y verdaderamente abominable».

«Recuerdo ahora aquella frase, tan tremenda como luminosa, del Libertador José de San Martín: Serás lo que debas ser, o no serás nada».

«Tú, Cristina, decidiste tempranamente lo que debías ser: una mujer plenamente identificada con tu Pueblo. En tal sentido, eres un ejemplo de consecuencia, consistencia y fidelidad a esa decisión de vida. Por el contrario, tus enemigos están de espaldas a la Argentina popular y son la nada».

«No es casual que esta nueva ofensiva de la derecha contra ti se desencadene precisamente ahora, cuando han comenzado a adquirir concreción renovados proyectos de unidad y soberanía en Nuestra América».

«Esta atrocidad pseudo-legal, negadora de toda justicia, se produce cuando eres más necesaria que nunca para dar la batalla de ideas y encabezar la movilización popular contra los dogmas neoliberales».

«Quieren destruirte, estimada Cristina, o al menos neutralizarte, porque eres un muro de contención, un baluarte contra las miserias y las mentiras de los apátridas».

«Tengo la certeza de que la verdad prevalecerá en tu caso contra el ominoso y grotesco lawfare. Y que el nuevo Plan Cóndor que tanto ha denunciado nuestro hermano Rafael Correa será definitivamente derrotado».

“La Venezuela bolivariana y chavista siempre te defenderá compañera. Conocemos de tu entereza y tu valentía: eres una verdadera rosa blindada, para recordar al poeta argentino Raúl González Tuñón».

Reanudan juicio contra Cristina Fernández por supuesta corrupción
Cristina Fernández, procesada en por presuntos delitos durante su mandato como presidenta (2007-2015), no participó en la audiencia

Este lunes se reanudó el juicio por presunta corrupción contra la expresidenta y ahora vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández. 

De acuerdo con la información, el juicio contra Fernández se reanudó a través de una plataforma de videollamada luego de una suspensión de cuatro meses por la pandemia de COVID-19.

Al respecto, se realizó una audiencia de forma mixta, con los integrantes del Tribunal Oral Nro. 2 y los testigos en la sala y el resto de los participantes vía la plataforma Zoom.

El objetivo de realizar el juicio de esta manera es evitar la reunión de muchas personas en momentos de alta circulación del virus en Argentina.

Sin embargo, Cristina Fernández, procesada en por presuntos delitos durante su mandato como presidenta (2007-2015), no participó en la audiencia del juicio.

El juicio comenzó en mayo del año pasado, pocos días después de que la política anunciara su candidatura electoral.

Vale recordar que Fernández es acusada, junto a otros imputados, de encabezar una asociación ilícita y de fraude en la concesión de obras por supuestamente direccionar contratos a un amigo de la familia Kirchner, el constructor Lázaro Báez.

Báez fue detenido desde 2016, y Fernández es señalada de cooperar con él para «apoderarse ilegítimamente» de millonarios fondos mediante licitaciones irregulares.

En el caso se investigan presuntas irregularidades en la concesión de 52 obras públicas que recibieron las empresas de Báez durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández.

Con información de EFE

Macri y su rival Fernández votan en polarizadas elecciones
Las encuestas vaticinan la victoria de Alberto Fernández y suponen el regreso del kirchnerismo al poder

 

El conservador presidente argentino Mauricio Macri y su principal rival, el kirchnerista Alberto Fernández, depositaron su voto en las elecciones generales del domingo que transcurren en un escenario de descontento social a causa de la crisis económica y de fuerte polarización política.

Fernández, de 60 años, votó cerca del mediodía en la Universidad Católica Argentina, en Buenos Aires, mientras que el mandatario, de la misma edad, lo hizo poco tiempo después en una escuela de la capital. Ambos estuvieron arropados por decenas de simpatizantes que les manifestaron su respaldo.

Macri, líder de Juntos por el Cambio, pelea por la reelección en un contexto de caída de la actividad económica e inflación y Fernández, quien es favorito en las encuestas como cabeza de la fórmula Frente de Todos, aspira a reemplazarlo en el poder con el apoyo de los votantes que desean la reinstalación de políticas que mejoren el bienestar social.

En las elecciones se elegirán presidente y vicepresidente, gobernadores de tres provincias, jefe de gobierno de Buenos Aires, 130 diputados nacionales, 24 senadores nacionales y alcaldes regionales.

La victoria de Fernández que vaticinan las encuestas supondría el regreso del kirchnerismo al poder. El candidato compite acompañado de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), quien desistió de pelear por la presidencia y lo eligió como cabeza de la fórmula electoral.

Tras depositar su voto, Fernández, vestido con traje y sin corbata, dijo a los periodistas que esta es una jornada histórica y es necesario “iniciar el tiempo que se viene con tranquilidad, sabiendo que todos vamos a trabajar por un país mejor; se terminó el nosotros y ellos”.

Sobre la posibilidad de que el día después a su eventual victoria se produzca una reacción negativa de los mercados -por temor a una reinstalación de políticas populistas-, el candidato señaló que Argentina sufre una “enorme crisis” y “todos” deben “tener mucha responsabilidad”.

También tuvo palabras de recuerdo para el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007). “Ayer hablábamos con Cristina (Fernández de Kirchner) que justo hoy es el noveno aniversario de la falta de Néstor; lo quiero cada día más y estoy seguro que me está ayudando”, señaló el candidato, quien fue jefe de gabinete durante la presidencia de Kirchner y el primer mandato de su esposa y sucesora.

En tanto, Macri, quien votó entre gritos de “sí se puede” de sus simpatizantes y aspira a cuatro años más de gobierno señaló que “se juegan dos visiones de futuro” y espera lograr “la confianza de los argentinos para construir la Argentina que soñamos”. Pidió que “mañana, estemos tranquilos” porque el país “tiene un gran futuro por delante”.

Luego votó Fernández de Kirchner en la ciudad sureña de Río Gallegos, donde tiene una de sus residencias. La mandataria fue escueta y señaló a la prensa que este es un día “importante para la democracia, sobre todo para los que alguna vez no tuvimos esta maravilla de poder elegir”, en referencia a la última dictadura militar (1976-1983).

Los centros habilitados para que 33,8 millones de argentinos expresen su voto abrieron sus puertas a las 8 de la mañana (hora de Argentina) y tienen previsto cerrar a las 6 de la tarde. Se esperan los primeros resultados oficiales a las 9 de la noche.

Una mujer deposita su voto en las elecciones en Buenos Aires, Argentina, el 27 de octubre del 2019. (AP Photo/Daniel Jayo)

Los comicios transcurrían con tranquilidad en la mayoría del país, aunque se registraron 11 denuncias por amenazas de bomba en establecimientos educativos habilitados para el sufragio, informó el ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

Los sucesos ocurrieron en los municipios de La Matanza y Quilmes, en los alrededores de Buenos Aires, agregó.

Ello obligó a evacuar de esos lugares a más de 1.000 personas, sin que se produjeran mayores incidentes.

En las elecciones compiten otros cuatro candidatos que representan a espacios que van desde la izquierda hasta la derecha y que tienen un apoyo muy limitado.

Para ser elegido presidente es necesario alcanzar al menos 50% de los votos o por lo menos 40% y una diferencia de diez puntos respecto al segundo candidato más votado.

Macri, bien visto por los mercados, Estados Unidos y otras potencias, afronta el veredicto de las urnas en medio del descontento social por sus promesas incumplidas de reducir la pobreza y la inflación y reactivar la economía.

La pobreza se incrementó en el primer semestre del año alcanzando al 35,4% de la población, el desempleo subió en el segundo trimestre al 10,6% y la inflación acumulada en los primeros nueve meses fue de 37,7%, según datos oficiales.

Varios votantes se acercaron en hora temprana a depositar su voto en las urnas instaladas en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario – unos 300 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.

Salvador Bartolone, de 59, dijo a The Associated Press que no tiene la seguridad de que el futuro presidente dé una “solución rápida, práctica y eficiente como que para que pocos años este país salga adelante” y se lamentó de las crisis recurrentes y que nunca haya “un avance”.

Las elecciones en Argentina tienen lugar en un contexto regional convulsionado por el estallido social en Chile, la crisis política en Bolivia y las recientes movilizaciones en Ecuador contra el aumento del combustible. Se celebran además de forma simultánea a las de Uruguay, donde la coalición oficialista de izquierda Frente Amplio no tiene asegurada su revalidación.

Las posibilidades de Macri de resultar reelecto recibieron un duro golpe el 11 de agosto en las elecciones primarias en las que obtuvo el segundo lugar, 15 puntos debajo de Fernández, cuya imagen de moderado dentro del kirchnerismo logró atraer el voto independiente y el de los desencantados con la gestión macrista.

El resultado profundizó una fuga de capitales y derrumbó el peso argentino por el temor de los inversores al regreso del populismo kirchnerista, lo que recalentó la inflación y agudizó la crisis social.

Aun así, la imagen de Fernández no se resintió, según las encuestas. Tampoco parece afectarle demasiado el recelo que provoca la exmandataria, quien afronta varias investigaciones judiciales y un juicio por supuesta corrupción cometida durante su gestión.

UN JUEZ ENVIÓ A JUICIO este viernes 20 de agosto a la expresidenta de Argentina Cristina Fernández por la causa de los denominados «Cuadernos de las Coimas» y dos expedientes derivados de esa pesquisa.

De acuerdo con una nota publicada por La Nación de Argentina, al juicio, que se hará oral y público, también estará el exministro de Planificación, Julio De Vido, y otros imputados.

Fue el juez federal Claudio Bonadio quien decidió este viernes cerrar la investigación y enviar a juicio a los implicados. También solicitó al Senado el desafuero de Fernández con el fin de cumplir con la prisión preventiva.

Además de Cristina Fernández, quien es acusada de ser la jefe de una asociación ilícita, figuran el exministro De Vido; su segundo, Roberto Baratta, y el exsecretario José López.

Asimismo, en el expediente figuran los empresarios Carlos Wagner, Aldo Roggio, Ángelo Calcaterra, Enrique Pescarmona y Raúl Betnaza.

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Los exfuncionarios están acusados por cohecho y por asociación ilícita, mientras que los empresarios solo por cohecho.

Con información de La Nación

LA EXPRESIDENTA DE ARGENTINA Cristina Fernández (2007-2015) asistió en la mañana de este lunes a la cuarta sesión del juicio oral en el que se le acusa de ser la presunta jefa de una asociación ilícita que cometió delitos en la adjudicación de obra pública durante su mandato.

En la audiencia, que comenzó poco antes de las 10 hora local (13 GMT) en los tribunales federales de Buenos Aires, se prosigue con la lectura de los cargos fundamentados por los fiscales del caso, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques.

Como ya es habitual, la actual senadora y precandidata a la Vicepresidencia del país para las elecciones de octubre próximo no habló ante la prensa y se colocó junto a su abogado Carlos Beraldi en la última fila de asientos destinada a los acusados.

Más adelante se ubicaron los ya detenidos exministro de Planificación Federal Julio De Vido y el empresario Lázaro Báez, entre otros imputados.

Detrás, separados por un vidrio, se ubican espectadores que llegaron para apoyar a la exmandataria.

El lunes pasado no asistió a la tercera audiencia del juicio -que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 2 (TOF2)- al justificar que tenía actividad parlamentaria en el Senado, la única situación para la que el juzgado la autorizó a ausentarse en las primeras sesiones, en las que se leen las acusaciones.

Esta es la primera vista oral que enfrenta Fernández, que es juzgada por el presunto direccionamiento de la concesión de obra pública, en la provincia de Santa Cruz, donde nació su fallecido esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y desarrolló gran parte de su carrera política, a favor de empresas de Báez, excolaborador y amigo de la pareja.

Según la acusación, en los 12 años de mandatos kirchneristas se adjudicaron a Báez más de 50 obras, el 80 % del total en ese distrito, muchas de las cuales quedaron inacabadas, tuvieron sobreprecios o eran innecesarias.

A su vez, por otras causas ya investigan el posible retorno de esos supuestos millonarios sobreprecios al matrimonio presidencial a través del alquiler de propiedades inmobiliarias de los Kirchner al propio Báez.

El pasado viernes, la senadora -que tiene fueros y no puede ser detenida- pidió al TOF2 un nuevo permiso para viajar a Cuba a visitar en julio a su hija Florencia, que es tratada allí de problemas de salud.

La petición para viajar a La Habana del 2 al 10 de julio próximos todavía no fue resuelta.

Este año la expresidenta ya ha viajado dos veces a ver a Florencia, que sufre un “trastorno de estrés postraumático” que su madre atribuye a la “persecución” que a su juicio sufren ambas por parte de la justicia ya que comparten acusaciones de corrupción en dos causas.

EFE/SPLL

 

LA EXPRESIDENTA ARGENTINA CRISTINA FERNÁNDEZ se sentó este 21 de mayo en el banquillo en un juicio inédito en el que la principal acusada de presunta corrupción se encuentra al mismo tiempo en campaña para volver al poder, esta vez como vicepresidenta.

El juicio, el primero de una serie de procesos que enfrentará la exmandataria (2007-2015) y actual senadora, comenzó tres días después de que Fernández anunciara que su exjefe de gabinete Alberto Fernández será precandidato presidencial y que ella lo acompañará como aspirante a la segunda magistratura.

Otros exmandatarios argentinos han sido juzgados pero Fernández, de 66 años, es la primera que se someterá a proceso al mismo tiempo que tiene posibilidades ciertas de volver a la casa de gobierno.

Fernández escuchó la acusación sentada junto a su abogado en el fondo de la sala mientras varias filas más adelante se situaron varios exfuncionarios de su gobierno. Detrás de un vidrio a espaldas de la acusada, se ubicaron políticos, sindicalistas y dirigentes de derechos humanos que sostienen su inocencia.

En las inmediaciones de la sede del tribunal simpatizantes de Fernández que vestían camisetas con la imagen de la expresidenta entonaron cánticos en su apoyo y ondearon banderas argentinas.

Nelson Chiavetti, empleado de un estudio jurídico, dijo a The Associated Press que «acá quieren hacer como en Brasil con el expresidente (Luiz Inácio) Lula (Da Silva) porque la única forma de que no ganara las elecciones era meterlo preso y hoy con Cristina están haciendo lo mismo».

Alberto Fernández aseguró a periodistas que su compañera de fórmula presidencial “va a poder probar que la imputación es falsa” y que es «un disparate que esté involucrada en esta causa».

Horas antes del inicio del juicio, la dirigente peronista afirmó en su cuenta de Twitter que el proceso es un “nuevo acto de persecución” que tiene como objetivo “colocar a una expresidenta opositora a este gobierno en el banquillo de los acusados en plena campaña presidencial”.

Fernández se considera una perseguida en todas las causas que, a su entender, son instruidas por jueces sujetos a las órdenes del presidente Mauricio Macri. La senadora afirma que su sucesor promueve causas en su contra para desviar la atención de los argentinos de la actual crisis económica.

El desafío de Fernández es que lo que se diga en las audiencias no merme sus aspiraciones electorales ni las de su candidato en los comicios en los que Macri buscará reelegirse y la expresidenta se presenta como su principal rival, según varios sondeos.

Según la legislación, mientras no haya condena firme una persona procesada no está impedida para ejercer cargos públicos.

Junto a la exmandataria están procesadas otras 12 personas, entre ellas el allegado empresario de la construcción Lázaro Báez y exfuncionarios.

La senadora está acusada de haber encabezado una «asociación ilícita» que otorgó de forma discrecional obras públicas a Báez en la provincia sureña de Santa Cruz.

Esa «organización criminal» -que también funcionó durante el gobierno de su antecesor y marido Néstor Kirchner (2003-2007)- sustrajo fondos del Estado y «valiéndose de la legitimidad de los cargos» que ocupaban sus integrantes puso en funcionamiento una «maquinaria eficaz para sustraer y direccionar» esos fondos a Báez, sostuvo el secretario del tribunal durante la lectura de la acusación.

Alberto Fernández, que también fue jefe de gabinete de Kirchner, es uno de los más de 150 testigos que desfilarán durante el juicio.

El analista Roberto Bacman, director del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), dijo a The Associated Press que Macri aprovechará el desarrollo del proceso para “antagonizar” con la exmandataria y “eso no va a ser tan fácil” para ella.

El analista agregó, sin embargo, que con el sorpresivo anuncio de la fórmula presidencial Fernández consiguió amortiguar el impacto de su imagen frente a los jueces. “No es lo mismo la foto sentada en el banquillo siendo una candidata a presidenta que la foto de Alberto Fernández viajando para hacer un acto” de campaña, dijo.

La primera audiencia del juicio, que podría durar un año, consistió en la lectura de la acusación fiscal.

De ser hallada culpable la exmandataria podría ser condenada a una pena de hasta 15 años de prisión. Para el momento del fallo, Fernández podría ser vicepresidenta o mantener su escaño de senadora. En esos dos escenarios estaría a salvo del arresto por gozar de inmunidad para ser detenida que sólo puede ser anulada por disposición del Congreso.

La acusación de los fiscales está centrada en los 51 contratos de obras públicas que recibieron las empresas de Báez que supuestamente fueron amañados a favor del empresario pese a que sus firmas no tenían capacidad para hacer las obras. Muchas de ellas quedaron inconclusas o tuvieron un costo mucho mayor al valor de mercado.

Fernández sostuvo que “jamás” intervino como presidenta “en los expedientes administrativos que se realizaron por cada una de estas obras” y que los fondos para esos contratos fueron votados por el Congreso en el presupuesto. También cuestionó que la justicia le impidiera aportar suficientes pruebas para su defensa.