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Una Ventana a la Libertad: Hay 1.928 presos en calabozos de 16 estados del país

UN TOTAL DE 1.928 PRESOS hay actualmente recluidos en celdas preventivas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en 16 estados del país.

Así lo dio a conocer la Organización No Gubernamental (ONG), Una Ventana a la Libertad, cuyos voceros aseguran que la cifra evidencia no solo el nivel de hacinamiento que hay en los centros penitenciarios, sino también en los calabozos policiales, que deberían servir sólo para aprehensiones preventivas.

El coordinador de la ONG, Carlos Nieto Palma, aseguró que el Estado venezolano no hace nada para solventar esta situación ni corregir el retardo procesal que mantiene los niveles de hacinamiento en las cárceles venezolanas.

“Lo que está ocurriendo en las sedes de la Policía Nacional que están distribuidas en 16 estados de Venezuela es una muestra del caos que hay en todos los centros de detención preventiva de todo el país. Esto lo venimos denunciando desde hace ya varios años desde Una Ventana a la Libertad, pese a que el gobierno y el Ministerio de Servicio Penitenciario dice que aquí hay 30.000 cupos de más, vemos lo que pasa en la Policía Nacional Bolivariana, que igualmente pasa en todas las policías regionales, municipales, en las sedes de la Guardia Nacional, del Cicpc, de El Sebin y en todos los lugares en donde hay personas detenidas. El hacinamiento continúa y la crisis sigue igualita”, señaló Nieto Palma.

A través de un boletín de prensa y con datos suministrados por una fuente oficial que prefirió no revelar su nombre, se detalló que en los centros de reclusión preventiva hay 951 reclusos en Distrito Capital, 22 en el estado Miranda, 5 en Mérida, 60 en Aragua, 107 en Carabobo, 38 en Falcón, 179 en Lara, 16 en Bolívar, 83 en Portuguesa, 108 en Anzoátegui, 198 en Zulia, 29 en Barinas, 9 en Cojedes, 83 en Táchira, 23 en Nueva Esparta y 17 en Monagas.

De esta cifra hay 971 privados de libertad en fase preparatoria, 608 reclusos en fase intermedia, 192 presos están en la fase de juicio, mientras que 157 de estos detenidos ya fueron condenados y pese a ello no han sido trasladados a cárceles.

Nieto Palma, también denunció que una parte importante de estos reclusos se encuentra en estado de desnutrición. Los calabozos al ser centros de reclusión preventiva donde no deberían pasar más de 48 horas, no cuentan con dotación para garantizar alimento a los reclusos.

“En Venezuela los privados de libertad se están muriendo de hambre, porque estos cuerpos policiales no tienen sustento para darle comida a los reclusos porque son lugares transitorios donde la gente debería estar solo 48 horas y no permanecer allí. Estas cifras de la Policía Nacional evidencian que hay población reclusa que no ha sido trasladados a cárceles, pese a estar condenados”, denunció.

Enfermedades contagiosas pululan en los calabozos de Mérida

177 PERSONAS PERMANECEN DETENIDAS y hacinadas en los calabozos de la sede del Cicpc de la ciudad de Mérida, estado Mérida, al occidente del país y conviven con una persona que padece tuberculosis y un indigente quien presuntamente posee VIH-Sida.

Así lo denunciaron el jueves 14 de septiembre familiares de los detenidos quienes bajo anonimato por temor a represalias, expresaron su preocupación por las condiciones de hacinamiento y de que se contagien de tuberculosis, ya que según narraron, el hombre que padece dicha enfermedad infecciosa se encuentra en un pasillo que da acceso a los dos calabozos.

Del detenido que presuntamente posee VIH-Sida, pues así dijeron que lo escucharon de los propios comisarios, el mismo parece ser un indigente y se encuentra a la entrada de los calabozos con un absceso abierto supurante sin recibir atención médica.

Los familiares de los privados de libertad aseguraron que los calabozos del Cicpc tienen capacidad para albergar máximo 30 personas y permanecen allí 177 privados de libertad que ni siquiera se pueden acostar, pues debido al hacinamiento duermen de puntillas en un espacio reducido al que no les llega suficiente oxígeno, hay brote de escabiosis y hasta se desmayan por las condiciones en las que se encuentran.

Con información de Una Ventana a la Libertad 

Crisis en los calabozos policiales, por Carlos Nieto Palma

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Desde hace mucho tiempo vengo denunciando la grave crisis que se vive en los centros de detención preventiva del país y la violación masiva a los derechos humanos de las personas que allí se encuentran recluidas, crisis que ha sido generada por la incompetencia y negligencia del Ministerio para el Servicio Penitenciario, que se ha negado a asumir su responsabilidad en la tutela de los privados de libertad del país, tal como lo establece el Código Orgánico Penitenciario y el decreto de creación de este ministerio.

En Venezuela hay aproximadamente 500 centros de detención preventiva que albergan cerca de 47.000 reclusos, que sumados a los 57.000 presos que están en los recintos carcelarios que se hallan bajo el control del Ministerio Penitenciario nos da una población privada de libertad en Venezuela de 104.000 personas, cifra nunca vista en la historia de Venezuela, nunca la crisis de nuestro sistema penitenciario había sido de la magnitud que hoy vivimos.

El pasado martes 18, Una Ventana a la Libertad, organización que dirijo, presentó el informe “La violencia y las enfermedades arropan a los centros de detención preventiva: Situación de los centros de detención preventiva en Venezuela”, correspondiente a una investigación realizada por nuestro equipo en el primer semestre de 2017 (enero-junio).

El informe presenta los resultados de un diagnóstico exhaustivo realizado, sobre la situación derechos humanos de los privados de libertad, en 89 centros de detención preventiva de la Gran Caracas y de los estados Miranda, Vargas, Lara, Zulia, Táchira, Monagas, Falcón y Carabobo, zonas que reúnen el mayor número de población privada de libertad del país.

El informe contiene datos sobre: 1. Derecho de las personas privadas de libertad a la vida, a la integridad personal y la prohibición de tortura. 2.- Infraestructura y condiciones de los centros de detención preventiva. 3.- Acceso a servicios de salud, higiene y alimentación a los privados de libertad dentro de los centros de detención preventiva; y 4.- Respeto del derecho a la defensa y al debido proceso de los privados de libertad en los centros de detención preventiva. De igual forma, monitorea hechos como: motines, huelgas, fugas, intentos de fuga, secuestros, asesinatos, muertes e introducción de armas de fuego o drogas a los calabozos.

Una Ventana a la Libertad constató que los centros de detención preventiva monitoreados tienen una capacidad para albergar a 1.910 privados de libertad; pero en realidad, para junio de 2017 albergaban un promedio de 8.249, lo que implica que hay una sobrepoblación de 6.339 privados de libertad, lo que equivale a 432%.

Documentó, además, que del total de privados de libertad 475 son mujeres, 95 son menores de edad, 32 son extranjeros (que en su mayoría no poseen documentos de identidad) y 7 son personas GLBTI.

De igual forma, el estudio revela que al menos 2.765 (33,52%), del total de personas detenidas en estos centros de detención preventiva, han recibido condena, pero no han sido trasladados a sus centros de reclusión definitivos.

86,52% de los centros de detención preventiva monitoreados no posee servicio de comedor; 85,39% no cuenta con áreas recreativas y 82,02% no tiene áreas de visitas; con lo que se ven afectados derechos fundamentales de los detenidos como el de la alimentación y el de recibir visitas de sus parientes y abogados.

84,27% de los centros no cuenta con servicio médico; 69,66% no tiene servicio de agua potable; 57,30% no cuenta con servicios higiénicos; 59,55 no tiene servicios de recolección de basura; lo que convierte a los centros en espacios propicios para la transmisión de enfermedades infecciosas y contagiosas, que afectan el derecho a la salud de los privados de libertad.

Se constató también que la mayoría de los centros de detención no cuentan con espacios diferenciados para la población femenina, para detenidos menores de edad ni para la población GLBTI, con lo que vulneran derechos fundamentales de estos grupos.

“Resulta preocupante que los menores de edad privados de libertad tengan que convivir con adultos y que estén expuestos a enfermedades o hechos de violencia, que se desarrollan como producto del hacinamiento y de la falta de servicios esenciales (alimentación, agua potable, servicios higiénicos, entre otros”, señala el estudio.

Solo 3 de los 89 centros de detención preventiva monitoreados tienen áreas especiales para atender a los privados de libertad menores de edad y solo 2 cuentan con áreas especiales para albergar a la población GLBTI.

Tampoco se garantiza el derecho de las madres de permanecer con sus hijos mientras están en período de lactancia. Solo 1 de los 89 centros monitoreados cuenta con un área en la que las mujeres privadas de libertad pueden permanecer con sus hijos menores o lactantes

La responsabilidad de la mayoría de los incidentes registrados durante el período recayó en los privados de libertad (61,39% de los casos). No obstante, se constató que autoridades policiales fueron responsables en 37,62% de los casos y en otro hecho, que suma 0,50% del total, se identificó como responsable a un funcionario militar.

“Aunque en la mayoría de los casos la responsabilidad recayó en los detenidos, se constató una corresponsabilidad estatal, toda vez que la mayoría de los casos corresponden a hechos de violencia en las que fueron usadas armas de fuego, armas blancas u otros tipo de objetos contundentes, que fueron ingresados a los centros de detención preventiva sin que los cuerpos policiales se percataran de ello o ejercieran acciones preventivas contundentes para evitarlo, con lo que queda en evidencia una corresponsabilidad de los cuerpos de seguridad del estado, por omisión”, advierte la organización en el estadio.

Este estudio incluye, además, un índice del estado de los derechos humanos en los centros de detención preventiva, que midió el nivel de respeto a los derechos humanos de las personas detenidas en centros de detención preventiva, a través de la percepción y opinión calificada de expertos locales. Este instrumento reveló que la región en las que hay mayor gravedad en la violación de los derechos humanos de los privados de libertad es la formada por la Gran Caracas y los estados Miranda y Vargas.

Los invito a leer este informe en la página web de Una Ventana a la Libertad

www.unaventanaalalibertad.org

 

@cnietopalma 

El Nacional

27 personas murieron en calabozos durante primer semestre de 2017

UN TOTAL DE 27 PERSONAS PERDIERON LA VIDA dentro de centros de detención preventiva, entre el 1° de enero y el 30 de junio de 2017. Así lo revela el informe «La violencia y las enfermedades arropan a los centros de detención preventiva: Situación de los centros de detención preventiva en Venezuela Enero-Junio 2017», que presentó este 18 de julio la organización no gubernamental Una Ventana a la Libertad.

26 de los fallecidos eran privados de libertad y uno era un funcionario policial que estaba encargado de la custodia de uno de los centros de detención preventiva. 10 de ellos perdieron la vida debido a cuadros de desnutrición o enfermedades infecciosas, que contrajeron en los calabozos en los que estaban recluidos, y para las cuales no recibieron el correspondiente tratamiento médico. Las otras 17 personas fueron víctimas de asesinatos.

El informe presenta los resultados de un diagnóstico exhaustivo realizado por Una Ventana a la Libertad, sobre la situación derechos humanos de los privados de libertad, en 89 centros de detención preventiva de la Gran Caracas y de los estados Miranda, Vargas, Lara, Zulia, Táchira, Monagas, Falcón y Carabobo, zonas que reúnen el mayor número de población penal del país.

El hacinamiento superó el 400%

Una Ventana a la Libertad constató que los centros de detención preventiva monitoreados tienen una capacidad para albergar a 1910 privados de libertad; pero en realidad, para junio de 2017 albergaban un promedio de 8249 privados de libertad, lo que implica que hay una sobrepoblación de 6339 privados de libertad, que suma un 432%.

Documentó, además, que del total de privados de libertad un estimado de 475 son mujeres, 95 son menores de edad, 32 son extranjeros (que en su mayoría no poseen documentos de identidad) y 7 son personas GLBTI.

De igual forma el estudio revela que al menos 2765 (33,52%), del total de personas detenidas en estos centros de detención preventiva, han recibido condena, pero no han sido trasladados a sus centros de reclusión definitivos.

Infraestructura precaria

El 86,52% de los centros de detención preventiva monitoreados no posee servicio de comedor, el 85,39% no cuenta con áreas recreativas y el 82,02% no tiene áreas de visitas; con lo que se ven afectados derechos fundamentales de los detenidos como el de la alimentación y el de recibir visitas de sus parientes y abogados.

El 84,27% de los centros no cuenta con servicio médico; el  69,66 no tiene servicio de agua potable; el 57,30% no cuenta con servicios higiénicos; el 59,55 no tiene servicios de recolección de basura; lo que implica que los centros ser conviertan en espacios propicios para la transmisión de enfermedades infecciosas y contagiosas, que afectan el derecho a la salud de los privados de libertad.

Se constató también que la mayoría de los centros de detención no cuentan con espacios diferenciados para la población femenina, para detenidos menores de edad ni para la población GLBTI, con lo que vulneran derechos fundamentales de estos grupos.

«Resulta preocupante que los menores de edad privados de libertad tengan que convivir con adultos y que estén expuestos a enfermedades o hechos de violencia, que se desarrollan como producto del hacinamiento y de la falta de servicios esenciales alimentación, agua potable, servicios higiénicos, entre otros», señala el estudio.

Sólo 3 de los 89 centros de detención preventiva monitoreados tienen áreas especiales para atender a los privados de libertad menores de edad y sólo 2, cuentan con áreas especiales para albergar a la población GLBTI.

Tampoco se garantiza el derecho de las madres de permanecer con sus hijos mientras están en período de lactancia. Sólo 1 de los 89 centros monitoreados cuenta con un área en la que las mujeres privadas de libertad pueden permanecer con sus hijos menores o lactantes.

Estado responsable por no impedir la violencia

La responsabilidad de la mayoría de los incidentes registrados durante el periodo recayó en los privados de libertad (el 61,39% de los casos). No obstante se constató que autoridades policiales fueron responsables en el 37,62% de los casos y en otro hecho, que suma 0,50% del total se identificó como responsable a un funcionario militar.

«Aunque en la mayoría de los casos la responsabilidad recayó en los detenidos, se constató una corresponsabilidad estatal, toda vez que la mayoría de los casos corresponden a hechos de violencia en las que fueron usadas armas de fuego, armas blancas u otros tipo de objetos contundentes, que fueron ingresados a los centros de detención preventiva sin que los cuerpos policiales se percataran de ello o ejercieran acciones preventivas contundentes para evitarlo, con lo que queda en evidencia una corresponsabilidad de los cuerpos de seguridad del estado, por omisión», advierte la organización en el estadio.

Este estudio incluye además un «Índice del estado de los derechos humanos en los centros de detención preventiva«, que midió el nivel de respeto a los derechos humanos de las personas detenidas en centros de detención preventiva, a través de la percepción y opinión calificada de expertos locales. Este instrumento reveló que la región en las que hay mayor gravedad en la violación de los derechos humanos de los privados de libertad es la conformada por La Gran Caracas y los estados Miranda y Vargas.

El informe forma parte del trabajo de monitorea de la situación de los centros de detención preventiva en Venezuela, que lleva a cabo Una Ventana a la Libertad, desde septiembre de 2017.

Por Una Ventana a la Libertad

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MinisterioPublico

 

Tras los elementos de convicción presentados por el Ministerio Público, fue privado de libertad el comisario jefe de la subdelegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Calabozo, Cruz Fernando Lara Díaz (48), por su presunta responsabilidad en la muerte de Luis Eloy Rojas (49), ocurrida el pasado 30 de enero en la oficina del funcionario.

Durante la audiencia, la fiscal de la Sala de Flagrancia de Calabozo, Mercedes Aponte, imputó al comisario por los delitos de homicidio calificado por motivos fútiles, uso indebido de arma orgánica y peculado agravado.

La presentación del funcionario se llevó a cabo ante el Tribunal 1º de Control de Guárico, instancia que a solicitud de la fiscal del Ministerio Público, acordó la medida privativa de libertad y fijó como sitio de reclusión la sede de la Coordinación Policial Nº 2 en la mencionada localidad.

El referido día, el comisario habría llegado en compañía de Rojas, de oficio ebanista, dos mujeres y otros funcionarios y se encerraron en su oficina.

Al cabo de unos minutos, se escucharon tres detonaciones; cuando abrieron la puerta de la oficina del comisario Lara Díaz, la víctima estaba sin vida, razón por la cual el funcionario fue aprehendido de manera inmediata y puesto a la orden del Ministerio Público.

Pared de 3 metros separa al Colegio San Agustín de 592 presos detenidos en la PNB de Boleíta

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Autoridades del Colegio San Agustín aseguran que tomarán acciones para exigir el traslado de los presos que están detenidos en los calabozos de esa sede policial, también conocida como la antigua Zona 7 de la extinta Policía Metropolitana. Los recientes motines e intentos de fuga de reclusos han puesto en alerta a la comunidad educativa de esa institución

@Angelicalugob 

Los recientes motines, intentos de fuga y secuestros de funcionarios en los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana, ubicada en Boleíta, han encendido las alarmas en la comunidad educativa del Colegio San Agustín del Márques. El director de esa institución, Marino Garrido, advirtió que solo una pared de tres metros divide la sede del plantel educativo con la policía.

«Nuestra preocupación es que solo tres metros nos separa de esa sede policial que cuenta con calabozos que son objeto de hacinamiento y situación crítica y delicada que ha conllevado a hechos tensos como motines, protestas, fugas, heridos, secuestros de funcionarios, así como también las protestas y trancas a los accesos del colegio por parte de los familiares de los presos y cuya problemática pone en riesgo a todos los que forman parte de nuestra unidad educativa. En diferentes oportunidades se han escapado detenidos y han saltado hacia el colegio, lo que ha ocasionado persecuciones y los policías han ingresado al colegio sacando las pistolas (…) No podemos esperar más y quedarnos de brazos cruzados, para luego lamentarnos cuando pase una tragedia con alguno de nuestros representados. El colegio no puede tener al sistema penal como vecino», manifestó.

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Garrido mostró a Runrun.es un comunicado que recientemente entregó al concejal del municipio Sucre, Juan Carlos Vidal y que próximamente hará llegar a las autoridades competentes para exigir que los presos sean trasladados a centros penitenciarios. De acuerdo con cifras extraoficiales, en la actualidad 592 reclusos están albergados en esos calabozos. «Es bueno señalar que el colegio está ubicado en este lugar desde el año 1969. El edificio donde está la Policía Nacional Bolivariana fue construido mucho más tarde y fue construido para la industria y, posteriormente, fue utilizado para la extinta Policía Metropolitana y actualmente es una de las sedes de la PNB», precisó.

En el documento se detalla que el edificio no está apto para la cantidad de presos que allí se encuentran: “Las condiciones son infrahumanas. Las celdas son una especie de huecos que abrieron en el sótano de la infraestructura, como especie de cuevas en las que los recluidos no saben si es de día o de noche. No circula corriente de aire y las enfermedades respiratorias y de piel están agravándose».

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Polilara: Por querer tomar “el control” de calabozos decapitan a reo

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Carlos Luis Valera Aguilar, hombre que se encontraba detenido en los calabozos del Centro de Coordinación Policial Unión, fue decapitado este martes, en horas de la tarde. Al parecer, el reo quería tomar el poder en el lugar, por lo que sus compañeros de celda arremetieron en contra de él.

Fuertes gritos que provenían desde el calabozo de la estación policial de Polilara alertaron a los funcionarios destacados en el lugar de que algo irregular estaba sucediendo. Al entrar al área, donde se encontraban para la fecha 67 privados de libertad, se hallaron con que uno de ellos había sido decapitado.

La víctima era Carlos Luis Valera Aguilar, de 27 años de edad, quien desde hace ocho meses atrás habría ingresado al CCP Unión, tras presentar varios delitos en su historial y encontrarse solicitado para aquel entonces. Al parecer, este hombre había estado intentando imponerse en el mando del calabozo, hasta
que ayer, a eso de las 2:00 de la tarde, a 44 de sus compañeros de celda no les tembló el pulso para darle una fuerte golpiza y, luego, con un ‘chuzo’ quitarle la cabeza.

Una fuerte movida policial en el lugar y la llegada de funcionarios del CICPC y fiscales del Ministerio Público alertaron a vecinos y familiares de los reos de Unión, quienes se concentraron en las adyacencias del CCP para saber qué pasaba. Horas después, el cuerpo de Valera fue sacado del lugar y trasladado hasta la morgue del Hospital Central.

 

19 presos se fugaron de sede de Polimiranda ubicada en Santa Teresa del Tuy

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El hacinamiento en calabozos policiales sigue generando sucesos. Este martes 18 de octubre 19 presos se fugaron de la sede de Polimiranda, ubicada en Santa Teresa del Tuy, a través de un boquete que abrieron.

El director de Polimiranda, Comisario Elisio Guzmán, dijo que la nueva fuga se debe al hacinamiento permanente que hay en los centros de detención preventiva: «Hay gente que no cumple con su trabajo y entonces le deja la carga a otro. Por supuesto que esa carga la sobre llevamos con muchísimos inconvenientes y pasan estas cosas que no se pueden controlar, porque hay demasiada gente acumulada en un solo lugar y eso hace que los elementos de seguridad se debiliten».

Guzmán advirtió que de manera periódica le envía reportes detallados a los entes competentes de la cantidad de detenidos que tienen en las sedes policiales de Polimiranda: «Semanalmente el juez rector, el fiscal superior, las autoridades de traslado, el viceministerio de seguridad, y todas las autoridades que deben tener conocimiento lo tienen. Eso quiere decir que simplemente hacen caso omiso de los problemas que se han generado en relación a los detenidos, lo cual incide directamente en los temas de seguridad.

El director de Polimiranda precisó que 4 de los fugados tenían más de 620 días detenidos privados de libertad y otros 2 superaban los 500 días.