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Ángel González

Acción por la Libertad: deben declarar nulo el juicio contra Leopoldo López, Christian Holdack, Ángel González

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El 22 de julio de 2016 se realizó la audiencia de apelación de la sentencia en contra de Leopoldo López, quien fue condenado el 10 de septiembre de 2015 a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión por los supuestos delitos de instigación pública en grado de determinador, daños, agavillamiento e incendio y los estudiantes Christian Holdack quien fue condenado a 10 años con medida cautelar de presentación, Ángel González y Demián Martin, condenados a 4 años y 6 meses con medida cautelar de presentación.

El juicio se caracterizó por violaciones al debido proceso y a las normas internacionales a un juicio justo, además de múltiples violaciones de derechos humanos contra Leopoldo López y los estudiantes.

Según la defensa de Leopoldo López, en el juicio se presentaron 14 irregularidades  entre las que se destacan: violación a la publicidad del juicio; falta de comparación de pruebas y silencio de pruebas; falta de motivación del valor probatorio de los peritos Rosa Amelia Asuaje y Mariano Alí; contradicciones; contumacia ilegalmente decretadas; incorporación ilegal de pruebas por fundarse en pruebas ilícitas; no se acreditaron los delitos de incendio, daños, instigación pública y asociación para delinquir.

Franklin Nieves, uno de los fiscales acusadores reveló que: “Fui presionado para ejecutar la orden de detenerlo, enjuiciarlo y condenarlo. Leopoldo López es inocente.”

Por otra parte, Rosa Amelia Asuaje, perito principal que analizó los discursos de Leopoldo López declaró: “La juez Susana Barreiro manipuló mi declaración para inculpar a López. Nunca dije que sus discursos llamaran a la violencia.”

Leopoldo López ha sido víctima de violaciones de derechos humanos desde el momento de su detención arbitraria. A Leopoldo López le han violado el derecho a la presunción de inocencia, a ser juzgado por un tribunal imparcial, a la defensa, a un juicio público, comunicación confidencial abogado-cliente, libertad de culto e integridad personal.

Acción por la Libertad manifiesta que la detención, encarcelamiento y juicio contra Leopoldo López, Christian Holdack, Ángel González, y Demián Martin ha estado plagado de vicios procesales y violaciones de derechos humanos, por lo que los magistrados de la Corte de Apelaciones de Caracas, Jimai Montiel Calles, Evelin Dayana Mendoza y Nelson Moncada Gómez deben declarar nulo el juicio y ordenar la libertad plena de Leopoldo López, Christian Holdack, Ángel González y Demián Martin.

Ángel González: El otro joven condenado en la causa de Leopoldo López

@MariaAlesiaSosa

SU NOMBRE ESTÁ EN LA SENTENCIA firmada por la jueza Susana Barreiros, que condenó al dirigente político Leopoldo López a casi 14 años de prisión. Ángel González tiene 20 años, y también es uno de los condenados, junto a Christian Holdack y Demian Martín. Lo acusaron de instigación pública por los hechos ocurridos el 12 de febrero de 2014 en el centro de Caracas, luego de la protesta convocada por el movimiento estudiantil.

Lo detuvieron en los alrededores de Parque Carabobo el 12F, lo golpearon y torturaron durante las primeras 48 horas de arresto. Finalmente fue trasladado a la sede de Polichacao donde permaneció 45 días preso. Al término de ese período fue beneficiado con una medida cautelar que le dio libertad condicional a cambio de una fianza.

La sentencia de su juicio determinó que tiene que presentarse cada 15 días en el tribunal. Sus abogados apelarán la próxima semana.

González creció en una familia de pocos recursos en Naiguatá, estado Vargas. Su mamá trabaja como cocinera y su papá, como asistente de rampas y despachador de vuelos en el aeropuerto de Maiquetía. “Mi abuelo que fue marinero y mi tía que es TSU en Turismo, son los únicos dos parientes  que siempre han sido opositores. Somos gente de bajos recursos, pero trabajadores. Siempre tratando de salir adelante, y sufriendo los problemas de todas las familias venezolanas, como falta de agua,  cortes de luz, y tenemos dificultad para conseguir comida”.

Cuando lo detuvieron, Ángel estudiaba administración industrial en el Instituto Universitario de Tecnología Industrial en La Guaira, y perdió el semestre, que ya volvió a retomar hace dos semanas.

En Naiguatá es conocido porque todos los años hace el papel del Cirineo, en el Vía Crucis viviente de su pueblo en Semana Santa. “El año pasado no lo pude hacer porque estaba preso, pero ya en 2015 me reincorporé”. Reconoce que en su pueblo la mayoría de la gente es chavista, y que también recibió insultos de parte de algunos vecinos.

Dicen sus abogados que en ninguna de las 70 audiencias de juicio los testigos mencionaron a Ángel González en  la reconstrucción de los hechos. “Ningún testigo me mencionó, mi nombre no salió sino en la acusación de los fiscales y luego en la sentencia”.

—¿Tú sabes lo que era instigación pública antes de todo esto?

La verdad es que no. Tuve que buscar el significado. No sabía qué era esa palabra, ni agavillamiento. Sí sabía lo que era daños e incendio. Me llegaron a decir que estaba financiado por EEUU, y yo respondí que no he visto un dólar de eso. Me dejaron ese delito para decir que estaba involucrado en lo de la marcha y bueno, estoy en la calle por una cautelar.

—¿Qué te llevó a marchar el 12F?

La situación que atravesaba y atraviesa Venezuela: escasez, inflación, colas, violencia. Eso me crea indignación. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo el país se desangra. Pudiéramos ser una potencia, pero por la mala administración de un gobierno no podemos serlo. Es un gobierno que le ha quitado el futuro a los jóvenes, que los reprime, los persigue. Me da un sentimiento muy grande, por lo menos en mi pueblo, Naiguatá, ver esas colas bajo el sol, ver que nadie consigue nada o que todo es demasiado caro. Son cosas que me obligan a hacer algo, si uno no lo hace, ¿quién lo va a hacer? No podemos seguir esperando.

—¿Cuándo te empezaron a importar estos problemas?

En 2014 yo tenía 19 años, pero fue algo que salió de mi, porque mis padres siempre apoyaron al Gobierno, teníamos muchas discusiones por eso. Yo era el único de la familia que quiso ir más allá, que quiso poner un granito de arena para levantar al país, por eso fui a marchar ese día. Después de lo que me pasó, mi papá dice que odia a este gobierno, y no quiere nada con ellos. De alguna manera, eso sirvió para que él despertara y se diera cuenta que este es un sistema que no está funcionando.

—¿Cómo fue el 12F desde que te despertaste ?

Me levanté con ganas y entusiasmo. Con unos amigos de Naiguatá fui a la universidad y de allí a Plaza Venezuela a concentrarme con los demás estudiantes,. De ahí fuimos a Parque Carabobo a llevar el documento en apoyo a los estudiantes que estaban detenidos en Táchira; nos concentramos en el Ministerio Público. Pedíamos que nos atendiera la fiscal Luisa Ortega, pero no bajó. Allí empezaron los disturbios. Muchas bombas, corredera, estaban todos los cuerpos de seguridad del Estado: la GNB, PNB, el Sebin, CICPC, y los Tupamaros, colectivos armados. Todos arremetiendo contra los estudiantes, con sus escudos y sus cascos.

—¿Tuviste miedo?

Algo me llamó a quedarme ahí. Había muchos estudiantes, y no quería dejar solos a los que se quedaron. Con mi celular empecé a grabar todo lo que estaba pasando. Por eso es que a mi me detienen, porque estaba documentando lo que ahí pasaba, cuando estaban quemando las patrullas. Al verme  grabando, me agarraron cuatro personas vestidas de civiles.

—¿Te dijeron por qué te habían detenido?

En ningún momento me resistí al arresto porque el que no la debe no la teme. Yo no hice nada. No me dijeron por qué me estaban llevando preso, ahí se llevaron al que les dio la gana. Primero me llevaron a la sede del CICPC de Parque Carabobo. Ahí nos tuvieron arrodillados seis horas contra la pared, como si fuéramos unos delincuentes. Nos golpeaban, nos daban cachetadas, nos pisaban los pies. Un periodista portugués estaba entre los esposados, y no entendía lo que le decían porque no hablaba español. El funcionario le pedía su cédula, y él no entendía. Lo golpearon por no comprender.

—¿Qué te impactó de ese día?

Yo vi cuando mataron a Bassil (Dacosta), un hermano venezolano, un héroe, a quien tristemente lo mató el Sebin, no lo mató Leopoldo López, como dice el Gobierno. Lo mató un cuerpo de seguridad del Estado, por protestar. Estaban disparando con armas de fuego, con perdigones, bombas lacrimógenas, y aparte tenían cascos y escudos para protegerse, ¿de qué? Si los manifestantes no tenían nada. Sólo estábamos protestando.

—¿Cómo se enteró tu familia de tu paradero?

Mi familia no sabía nada de mi, hasta que un vecino les avisó que me habían reconocido en una foto de Twitter, y mi nombre aparecía entre la lista de detenidos que se difundió por ahí.

—¿Cómo has cambiado desde que te sucedió esto?

La indignación. Si el año pasado estaba indignado, ahora estoy el doble. Y ahora tengo más ganas de seguir adelante y de seguir luchando. Mi familia me pide que deje eso así, pero yo simplemente no puedo. Yo amo Venezuela y no voy a descansar hasta verla bien.

Hasta que todos los problemas se solucionen, hasta que podamos vivir bien, seguros, comer bien, derecho a la salud, a la educación, y muchas otras cosas que podemos tener, y que vamos a tener.

—¿Cómo afectó a tu familia este juicio?

Mi familia tiene miedo que me metan preso nuevamente, y yo les digo que si ese es el precio que hay que pagar para ver a Venezuela bien y para que mi país cambie, yo asumo el riesgo, no importa. Estoy molesto e indignado con todo lo que me ha pasado el último año, pero hay que seguir adelante.

—¿Te preguntas por qué te tocó a ti pasar por esto?

No me da rabia. Me tocó porque yo estaba ahí en la plaza, fue algo al azar, si me hubiera ido ese día no me hubiera tocado, pero yo decidí quedarme. Iban a agarrar a cualquiera que estuviera allí. El día que nos detuvieron había un chamo que tenía piedras en el bolso, y era militante del Psuv, a él lo liberaron aunque fue al único que le encontraron objetos contundentes en su morral, y a nosotros simplemente por estar en contra del gobierno, nos dejaron detenidos.

—Hay una foto tuya que presentó el fiscal del ministerio público, Franklin Nieves, donde apareces con algo en la mano y él dijo que era una bomba.

En la foto aparezco con un trapo bañado en vinagre, que utilicé para protegerme de las bombas lacrimógenas. A partir de una foto inventaron lo que les dio la gana, pero la historia es otra, lo viví yo, no consignaron los videos.

—¿Y los videos que grabaste con tu celular?

Esos desaparecieron, en la experticia ni quiera pusieron mi celular para utilizarlo como prueba. En esos videos que grabé estaba la verdad.

—¿Conocías a Leopoldo López antes de este proceso?

No, lo había visto por televisión. Lo conocí en el tribunal, porque unieron nuestras causas. Igual que a los muchachos (Coello, Holdack, Martín). No militaba en ningún partido, ni siquiera estaba inscrito en el Consejo Nacional Electoral.

—¿Por qué nunca habías votado?

No sé, estaba esperando alguna elección más importante. Ahora me la paso convenciendo a la gente para que vaya a votar el 6 de diciembre en las parlamentarias. Si no votas le das más chance al gobierno de hacer fraude, si uno sale a votar las posibilidades de hacer trampa son mínimas.

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—¿Te quebraste en algún momento del juicio?

La primera vez que mi familia me fue a visitar a Chacao, obviamente lloré. De resto he seguido fuerte;  fue un año y medio muy difícil, de esperar que nos dieran la libertad. Y todavía la estamos esperando, porque la medida cautelar no es estar libre. Pero también he recibido muchísima ayuda y solidaridad de la gente, mis amigos y vecinos, la mamá de Marco (Coello), los abogados. Un apoyo incondicional de los abogados que me han asistido: Rigoberto Quintero, Joel García y Elenis Rodríguez. No tengo palabras para expresar mi agradecimiento a ellos.

—¿Qué sentiste cuando la jueza Barreiros leyó la sentencia?

La jueza no leyó una sentencia, ella leyó la acusación: que Demian y yo habíamos incendiado, que nos movíamos por los alrededores de Parque Carabobo con unos radios walkie-talkies, que lanzamos ataques a la Fiscalía sincronizados, que Leopoldo nos instigó, todo eso dijeron.

—¿Qué esperabas el día de la audiencia final?

No, ya yo sabía que nos iban a condenar. Yo estaba convencido. Yo entendí que esto era un juicio político. Simplemente porque todo el juicio fue injusto, se violó el estado de derecho. Tenían que condenarnos porque a ellos no les conviene tenerlo a él (Leopoldo López) fuera. Ellos saben que si él está fuera, esto se acaba. Yo no tenía esperanzas. Ya yo lo sabía. Y Marco (Coello) también lo sabía. Marco no es un prófugo de la justicia, simplemente fue a buscar en otro país las garantías que su país no le dio.

—Si sostienes que tu condena se debe a que Leopoldo López no puede estar libre, ¿sientes rabia hacia él?

No, las ideas de Leopoldo son ahora mis ideales. Es un político grande, y él sabe lo que quiere. Está convencido de que esto va a cambiar, igual que nosotros. Él no va a parar hasta que esto cambie. En todas sus intervenciones durante el juicio, él pedía nuestra liberación.

—¿Cómo ha sido la relación con Leopoldo López durante las audiencias?

Increíble pero él era el que nos daba ánimo. El último día, en la audiencia, Leopoldo se despidió diciendo que fue un honor  haber compartido con nosotros esta causa, y nos dijo que estaba orgulloso de nosotros porque sabía que queríamos también una mejor Venezuela. Él es muy motivador, es un gran líder.

—¿Te llamaba la atención el mensaje de algún político antes?

Yo era seguidor de Henrique Capriles, pero las ideas de Leopoldo ahora me convencen más. Esto es algo que ya no se aguanta, no podemos seguir esperando en el tiempo de Dios. Hay que hacer algo. Si no hacemos algo, el tiempo del Gobierno será eterno. A mi me parece bien la propuesta de Leopoldo, de resistencia en la calle -¡Claro! siempre pacífica-, de todos unidos.

—¿Cómo es el país en el que quisieras vivir?

Donde pueda salir a la calle tranquilamente, que pueda llegar a la casa a la hora que quiera sin miedo a que me roben, que vayas a un mercado y el salario mínimo te alcance, donde no tengas que hacer colas, donde se consigan las medicinas. Donde puedas estudiar, tener un buen trabajo donde te acepten no por tus ideales políticos sino por tu conocimiento.

—¿Qué opinas del sistema de justicia venezolano?

Aquí no hay estado de derecho. Si tu caso es político, lo pierdes. Aquí si no estás a favor del Gobierno, o vas preso, o te sacan del país, o te persiguen, o te matan.  Sí hay jueces honestos y que cumplen su trabajo, en casos de robo asesinato, o cosas así sí puede haber justicia. Pero cuando se trata de un caso político, no hay esperanza.

—¿Qué piensas de  la jueza Susana Barreiros?

Ella en todo momento sentía presión porque sabe que nosotros somos inocentes, ella lo sabe. Hubo un momento en que se le aguaron los ojos cuando Juan Carlos Gutiérrez, abogado de López, le pidió que tomara una decisión justa y transparente, y le pidió que no se dejara guiar por una orden. Pero ella sabe que era su libertad o la nuestra.

—¿Cómo ves que de ahora en adelante vas a ser una persona con antecedentes penales?

En el futuro me veo graduado, y esperemos que de aquí a allá esto cambie. Yo no aspiro a un cargo político, yo lo menos que he tenido aquí es ambición. ólo quiero ver a mi país bien, no quiero más nada, no pido más nada. De los antecedentes penales, ¿qué puedo hacer? Dios ya verá qué hace conmigo.

—¿Qué le dices a los jóvenes que se cansan y no quieren seguir luchando por un país mejor?

Yo les daría mucha esperanza y mucha fuerza. Hay que entender a los que se van porque no ven futuro, porque no les alcanza el sueldo, es válido, yo respeto esa decisión.

—¿Por qué aún tienes esperanzas después de recibir una condena que consideras injusta?

Yo siempre he sido optimista, y he tenido fe y esperanza. Siempre he creído en el dicho de que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista. Tarde o temprano la gente se va a dar cuenta, y todos van a salir. Eso me hace seguir adelante y no quedarme de brazos cruzados.

—¿Qué enseñanza te dejó esto?

Las grandes cosas requieren grandes sacrificios. Hay que sacrificarse mucho para conseguir lo que uno más quiere, a veces hay que sacrificar la vida, a veces la libertad. Esto me ha dejado una gran experiencia y muchas preocupaciones. Pero hay que seguir adelante.

La sentencia contra Leopoldo por Francisco José Virtuoso

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La sentencia contra Leopoldo López, emitida el jueves 10 de septiembre, es injusta. Para todos aquellos que quieran aplicar la razón, es claro que no ha habido lo que en derecho se conoce como un «debido proceso», y que la sentencia no hace más que reproducir una decisión política tomada por el gobierno desde el mismo momento de su entrega.

Muchos analistas en el ámbito jurídico han señalado con propiedad las fallas del juicio, y voceros de organismos internacionales como la ONU, OEA, la Unión Europea y hasta la propia Unasur, han mostrado su consternación por la dureza de esta sentencia, por lo cual piden que rápidamente sea publicada en su integridad, para estudiar los argumentos que sirvieron de base para la emisión del veredicto.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró consternado por la «dura sentencia» que se le impuso al dirigente del partido Voluntad Popular. Luis Almagro, secretario general de la OEA, aboga por el respeto a la disidencia como base fundamental del fortalecimiento de una cultura democrática de libertades civiles, que no debe ser sancionada con la privación de la libertad, salvo en casos demostrados de violación del orden constitucional. Por su parte, desde la Unión Europea voceros autorizados afirmaron textualmente «los juicios contra el señor Leopoldo López, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, y los cuatro estudiantes Christian Holdack, Marcos Coello, Demian Martín y Ángel González no han proporcionado a los acusados las garantías adecuadas de transparencia y debido proceso legal».

Esta sentencia, por injusta y arbitraria, hace un terrible daño a la sociedad, porque contribuye a crispar la polarización existente, exaltando los odios y el rechazo entre chavismo y oposición. El gobierno pretende unificar a sus partidarios presentando a Leopoldo López como el mayor enemigo interno de la revolución, causante de muertes, incendio, instigador contra la ley y el gobierno. Su condena es la respuesta de la revolución que se defiende y castiga a todos aquellos que intentan derrocarla. Para quienes se identifican con la oposición política, la sentencia cierra puertas para el entendimiento y la posibilidad de diálogo, es imposible establecer acuerdos con quien se empeña en destruirte abusando del poder y de la fuerza. De esta manera se profundiza un abismo en la sociedad, un muro infranqueable que conduce inevitablemente al enfrentamiento. Desgraciadamente ese es el mensaje que intenta vender la sentencia.

Oscar Schemel, analista de opinión que goza de la confianza del gobierno, señaló recientemente que quien va ganando en este momento en el país es el descontento. Lamentablemente coincido con él. Sólo que matizaría los siguientes elementos: más del 80% de la población señala en las encuestas su profundo malestar con la situación económica y social que padece el país, con la incertidumbre sobre cómo vamos a salir de esta situación. Hasta aquí de acuerdo con Schemel. Sin embargo, hay que agregar que ese malestar se hace más profundo cuando se comprueba que se pretende disfrazar esos grandes problemas con falsas batallas creando enemigos internos y externos imaginarios, fantasmagóricos, supuestos causantes de los problemas que nos aquejan.

La oposición no ha pisado el peine que esta sentencia busca, que es caer en la desesperanza y en la búsqueda de salidas radicales, agudizando el conflicto. Todo lo contrario, el mismo Leopoldo ha llamado a unificarse en torno a la salida electoral, convirtiendo el próximo 6 de diciembre en una expresión institucional y democrática de manifestación de rechazo a esta forma de gobierno.

fjvirtuoso@ucab.edu.ve

Ponganme las esposas ... por Orlando Viera-Blanco

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«López fue juzgado por gritar libertad a un Estado que no la garantiza. Libertad que tiene un significado muy profundo y sensible en la Venezuela de hoy. Libertad que no tolera el autoritarismo…»

 

A nadie le extrañó. Ni a chavistas ni a opositores. Leopoldo López fue condenado a estar en la cárcel hasta el 2029. Es decir, estará tras las rejas de Ramo Verde hasta pasados sus 57 años. Una sentencia que he dicho, no condena a Leopoldo López, sino a todo un país a seguir cargando con el pesado y cortante carruaje, del odio, la injusticia y la polarización.

Llegada las 9:30 p.m. (10-S), la Juez leyó su pliego motivado. La Jueza declaró responsabilidad plena de López en los 4 delitos imputados por el MP. También condenó a los estudiantes Cristian Holdack, Ángel González y Demián Martín. Holdack, fue penado a 10 años de prisión, y podrá cumplir su pena en libertad. González y Martín les fueron impuesta pena de 4 años y 6 meses de cárcel y por ser menor al límite que fija el COPP, también quedará bajo régimen de presentación. Pero López no contó con penas menores, ni con sustitutivas. La Juez consideró probados los delitos que le imputó el MP: asociación para delinquir, instigación pública y determinador en los delitos de incendio y daños, aunque la defensa sostuvo que «no hubo asociación, porque López y los estudiantes no se conocían hasta que se inició este proceso, y no eran miembros de una organización criminal; porque jamás se llamó a la violencia, y por cuanto la edificación del MP ni ardió, ni de los daños a las patrullas de la policía científica, fueron ejecutados por López». En resumidas, un fallo previsible, cuyo mensaje es: si protestas vas preso… A partir de ahí queda claro que López es un preso de conciencia por disentir, y cómo resume El País de España, la sentencia, «es una nueva muestra de que Venezuela es un país polarizado, donde la rabia y el odio conviven en fatal armonía… y una de las más duras que se barajaban antes de la vista final, que constata el largo proceso de deterioro de la justicia venezolana». Así nos ven. Así estamos.

Prueba de este arrebato que nos lleva a los venezolanos al filo de la división y la incultura, son los episodios que protagonizaron seguidores del chavismo, situados en la plaza Diego Ibarra, por decisión de la Sra. Farías, exjefe del Distrito Capital y candidata del PSUV. Milicianos rojos en las inmediaciones del Palacio de Justicia, que ante los brazos caídos de la GN y la PB, arremetieron a patadas, batazos e insultos a los activistas de VP. Por cierto una revisable asociación para delinquir e instigación a la violencia, contra de jóvenes, mujeres y viejos de VP, que dejó como saldo, un muerto por infarto (militante de VP, Sr. Horacio Blanco de 72 años, que había asistido a las 72 audiencias de López en los últimos 18 meses), más heridos y apaleados, como los largados a Manuela Bolívar, candidata de VP a la AN, cuyo estado de embarazo, no impidió el ultraje y la humillación.

Leopoldo López no regresó a casa. No abrazó -en libertad- a sus hijos y esposa; a sus padres, hermana, ni amigos. Tampoco saldrá -por ahora- a recorrer el país. Leopoldo la noche del 1O-S, regresó a una fría y aislada mazmorra, a cumplir una condena por pedir libertad por Venezuela … Chávez por insubordinarse estuvo año y medio en Yare. Un 95% de los homicidios en Venezuela quedan impunes. Y muchos de los que no, reciben penas ilusorias. Pero contra el enemigo político, el oficialismo exhibe cuánto le teme, por cuanto le reprime. López fue juzgado por gritar libertad a un Estado que no la garantiza. Libertad que tiene un significado muy profundo y sensible en la Venezuela de hoy. Libertad que no tolera el autoritarismo. Libertad invalidada por las carencias; por la escasez, la inseguridad, la desolación, la fatiga, la corrupción y la miseria. Libertad que es comer. Libertad que es paz. Libertad que es justicia. Libertad que es prosperidad. Libertad que es mérito. Libertad que son médicos y medicinas en los hospitales; maestros y pupitres en las escuelas, empresas y trabajo en la calle, dignidad y respeto en los estrados. Libertad que es tolerancia y pluralidad. Libertad en definitiva, que sufrimos todos-chavistas, ni-nis y oposición-por reprimir la convivencia y constreñir la vida misma. Por eso lucha López. Por eso lo condenaron. Por eso nos condenan a todos los venezolanos. A vivir en la anomia sin derecho a desterrarla. A no-disentir por una Venezuela libre y diferente. Ese el delito. Esa es la anomia…

López dijo, no tengo miedo. Pero yo a lo que sí le temo, es a la indiferencia ante la injusticia. Existe una línea muy fina entre la barbarie y la civilidad, cuyo pilar es la justicia. Y cuando la justicia no funciona por reprimir al que piensa diferente, quien no recibe obediencia, gobernabilidad y legitimidad, es el propio Estado. (Maurice Duverger. L’otre côté des choses/El otro lado de las cosas). «En las sociedades modernas, el derecho es uno de los instrumentos esenciales del poder» (ob.cit.). Luego, si no hay derecho, no hay poder. Y sin poder, prevalece la anarquía, no la ley.

López sentenció: «Con orgullo pónganme las esposas, porque estas esposas no me las quita el Gobierno, me las quita el pueblo». Pues nada. Esposados vamos todos… pero la historia, ya os absolvió.

 

@ovierablanco

vierablanco@gmail.com

 

No hay sorpresas por Gonzalo Himiob Santomé

PalaciodeJusticia

 

Confieso que fui ave de mal agüero. El pasado jueves, ya faltando muy poco para que el país conociera el fallo de Susana Barreiros en el que injustamente condenó a Leopoldo López, Christian Holdack, Demián Martín y Ángel González, una cadena internacional me entrevistó sobre las posibilidades del caso y tuve que decir lo que mi experiencia de ya casi quince años en casos como estos me ha enseñado: Más allá de las alternativas legales, de las diferentes posibilidades que tenían cabida jurídica, no había razón alguna para ser optimistas, y la sentencia, como en efecto lo fue, sería definitivamente condenatoria.

No es que uno sea un oráculo ni mucho menos, ni tampoco que a uno le guste tener este tipo de oscuras certezas. Créanme que no solo en este caso, sino en muchos otros, me hubiera gustado echarle en cara a mi sombría intuición judicial alguna victoria sorpresiva de mi indoblegable, pero ingenuo, optimismo; pero son ya demasiadas las marcas que injustos hachazos similares han dejado en mi alma como para creer en pájaros preñados. En este país de despropósitos y de perversiones institucionales, no había forma de que la sentencia contra estos cuatro venezolanos fuera diferente. Tampoco hay, por el momento, posibilidad de justicia verdadera en ninguno de los demás casos en los que el sistema judicial es utilizado el arma de la intolerancia oficial, y estamos hablando aún de cerca de ochenta presos y de más de dos mil personas sometidas a investigaciones penales por motivos políticos. No es poca cosa.

Esto obedece a muchas razones, de las cuales quizás la más importante es que el gobierno, acorralado como está a nivel internacional por su evidente irrespeto a los derechos más elementales de la ciudadanía, de toda la ciudadanía, pero especialmente de la que se le opone, necesita  símbolos, como el de esta condena, que a lo interno y a lo externo apuntalen su “verdad oficial” (así, entre comillas) sobre los eventos que signaron nuestra historia todo el año pasado. Que esto funcione o no, que al final eso no sirva más que para ratificarle al mundo que la represión y la persecución política en Venezuela son verdad, es ya otro tema, el punto es que es así… por ahora.

Con respecto a las protestas del año pasado, desde el primer día el poder se afanó en la imposición de una narrativa oficial que distorsionara y tergiversara toda la verdad de lo ocurrido y que, por supuesto, pusiera exclusivamente en los “otros”, en los demás, en los opuestos, el disfraz de “culpables”, dejando de lado cualquier otra consideración, especialmente las legales ¿Nos sorprende? Si es así, desconocemos que esto no es nuevo, y que desde el primer momento, incluso sin haber investigado ni un segundo, la “versión oficial” sobre cualquier cosa grave que ocurre en el país, casi siempre, por no decir siempre, está dirigida a procurar la impunidad de los verdaderos responsables de cualquier abuso o exceso del poder colocando a los opositores, indefectiblemente, como los “malos de la partida”.

Recordemos a Simonovis, Forero, Vivas y a los PM; a los exgerentes y trabajadores de PDVSA, recordemos a Usón, a Gebauer, a Ortega, a Poggioli, a los Guevara, a los banqueros presos y perseguidos y a los gerentes de Econoinvest; también a los Baduel, padre e hijo, y a Tirado; a los twitteros, a los estudiantes, a los comunicadores y a tantas, tantas otras víctimas de la persecución oficial de los últimos quince años. Nos cayeran bien o no los mencionados, estuviésemos o no de acuerdo con ellos o con sus métodos, en todos estos casos la verdad y la justicia están del lado de los justiciables, en todos estos casos lo “jurídico”, lo “legal”, lo “correcto”, hubiera sido absolverles de toda culpa y reconocerles su inocencia; ninguno de ellos debió ser investigado ni criminalizado, mucho menos condenado, por delitos que nunca les fueron probados. Conozco de primera mano los expedientes, he estado allí como abogado defensor y sé, como lo sabe también ahora Juan Carlos Gutiérrez, defensor de Leopoldo, de lo que hablo, pero al final en todos estos casos, como acaba de ocurrir el jueves que pasó, la necesidad del poder de hacer de estas personas ejemplo y punto de honor, y el ansia de convertirlas en argumento del miedo y de hegemonía, pasando en el lance por encima de la verdad, de la Constitución y de la ley, también prevalecieron.

Es un plan de actuación y de respuesta continuo, sistemático y premeditado, que además incluye una “estrategia de simetría” o “de espejo”, propia del ajedrez, en la que, a expensas de la verdad, que a todos nos interesa, y del erario público, que a todos nos duele, a toda iniciativa u organización les nace de la nada un “reflejo oscuro”, un “gemelo malvado”, una antítesis cuyo único propósito es defender al gobierno. A las “Víctimas del 11A” se les opuso la “Asociación de Víctimas del Golpe de Estado”, a la “Gente del Petróleo” se le opuso la “Asociación de Víctimas del Paro Petrolero”, y más recientemente, a las víctimas de los abusos y excesos del año pasado se les opuso la “Asociación de Víctimas de la Guarimba y del Golpe Continuado”, y así… Es un patrón de respuesta del gobierno, casi  automático y hasta chambón, que tiene por objeto sembrar dudas, y en última instancia, relativizar y hacer difusa la verdad, al mejor estilo postmoderno… lo malo es que a veces, y en algunos escenarios, les funciona.

Es más, también forma parte de la jugada el logro injusto, pero formalizado, de la impunidad de quienes defiendan la “revolución”. Allí están las absolutorias, por ejemplo, de los “pistoleros de Puente Llaguno”, en su momento; la absoluta falta de investigación y condena a tanto funcionario o personaje violento, asesino o torturador de los últimos lustros y hasta los innumerables discursos oficiales en los que el poder califica de antemano como “héroes” o como “verdaderos patriotas” a desadaptados y antisociales que no merecen más que estar tras la rejas por haber servido de colmillos en las fauces de la violencia y de la intolerancia política.

Sabiendo todo esto, la condena a Leopoldo, Christian,  Ángel y Demián, y todo lo que ha pasado y pasará en las causas penales seguidas a tantas personas por motivos políticos no puede sorprender a nadie. Así será hasta que nos animemos a cambiar las cosas en paz, pero con hechos, que vayan más allá de un “tuitazo” o de la simple y cómoda empatía “desde lejos”. El de la ingenuidad, al parecer, es un himen que en nuestro pueblo renace siempre, y por eso cada nuevo golpe sabe a dolorosa “primera vez”. Lo malo es que lo nutre el olvido, lo que nos condena a vivir de irrealidades y a añorar, crédulos, sorpresas indoloras, buenas y hasta festivas nuevas, que al final nunca son. Lo malo es que vivir así, de falsas expectativas, nos aleja de la comprensión verdadera del tamaño real, la perversidad y la ignominia totales del monstruo contra el que se lucha… y así, no hay manera de vencerlo.

 

@HimiobSantome

Asociación Venezolana de Concejales rechazó sentencia contra Leopoldo López y los tres estudiantes

Edinson-Ferrer

 

Este viernes, desde el estado Anzoátegui y reunido con los ediles de la alternativa democrática, Edinson Ferrer, presidente de la Asociación Venezolana de Concejales; rechazó de manera contundente la sentencia al dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López y a los estudiantes Christian Holdak, Damian Martín y Ángel González.

“Desde la Asociación Venezolana de Concejales  rechazamos  de manera categórica la sentencia dictada por un Poder Judicial politizado  al  dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López y a los estudiantes Christian Holdak,  Damian Martín y Ángel González, quienes sabemos son inocentes”, dijo Ferrer.

Destacó que la sentencia en contra de López, “es producto de un proceso amañado. Esta medida judicial nos exige más compromiso y responsabilidad, y trabajar aún más duro por el triunfo del pueblo el próximo 6D”.

“En nombre de la Asociación Venezolana de Concejales nos solidarizamos con Lilian Tintori y la familia López, así como también con los familiares y allegados de los estudiantes condenados”.

 

*Con información de nota de prensa

Sep 04, 2015 | Actualizado hace 9 años
Las 3 cosas que pueden pasar con Leopoldo López

leopoldo

@AlexVasquezS

Esta noche, o la madrugada de mañana, o quizás en un par de días podría conocerse la sentencia en el juicio que se sigue en Venezuela contra el coordinador nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, y los jóvenes Marco Coello, Christian Holdack, Demian Martin y Ángel González.

Han sido 70 audiencias, desde el 23 de julio de 2014, en las que el dirigente ha sido enérgico y contestatario en la defensa de sus derechos. Hoy, hay tres opciones, cada una con distintas consecuencias políticas: López sale en libertad; va a su casa; o paga una condena, aún por determinar, en prisión.

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Lo que está previsto es que hablen las defensas, que cuentan con un máximo de tres horas para presentar sus conclusiones; que haya una réplica del Ministerio Público; una contrarréplica de las defensas, y que cada acusado tenga una intervención al final, para lo cual también contarán con tres horas. Por lo extenso del proceso, el juicio podría concluir hoy o postergarse para otro día.

Todo indica que variables políticas son las que inclinarán la balanza de la resolución de la jueza 28 de juicio, Susana Barreiros.

La libertad  

La defensa ha insistido que en ningún momento se demostró la culpabilidad de López en cuanto a los hechos que se le imputan, a saber, instigación pública, asociación para delinquir y determinador en daños e incendio.

El abogado del dirigente, Juan Carlos Gutiérrez, resumió lo que, a su juicio, debería ocurrir esta noche: “Se hará la presentación de los argumentos conclusivos y si se determinan todas esas pautas, tendría que producirse una sentencia en primera instancia, pero tal vez no se permita concluir la jornada judicial. La expectativa de la decisión está relacionada con el factor más importante del proceso penal, que son las pruebas, que han certificado la inocencia de Leopoldo, aunque la Fiscalía pretenda lo contrario”, señaló.

El delito de mayor peso que se le imputa al dirigente, el de instigación pública, no tendría sustento de acuerdo con el abogado, pues las declaraciones de los dos testigos estrella del proceso, la lingüista Rosa Amelia Asuaje (que analizó varios de los discursos de López) y del experto Mariano Alí (quien revisó su cuenta de Twitter), demostraron que el dirigente nunca hizo un llamado directo a la violencia.

Además, aseveró Gutiérrez, los testimonios de más de 50 funcionarios policiales dejan constancia de que no hay evidencia que relacione a López con hechos violentos y varios funcionarios de la propia Fiscalía, que “incurrieron en múltiples contradicciones”, negaron haber escuchado con precisión el contenido de las palabras de López.

En cuanto al delito de incendio, cuya pena es de ocho años, el testimonio del propio jefe de seguridad del Ministerio Público lo descartó. “Eso se conecta con testimonio de los criminalistas que dicen que no consiguieron libros ni escritorios quemados. No hay indicio físico que permita establecer que en la Fiscalía hubo un incendio. También se demostró que en la Fiscalía nunca se usó polvo químico de extinción. Esto significa que hay hasta ocho años de cárcel menos para este caso”, añadió Gutiérrez.

La condena

Pero lo cierto es que el Ministerio Público, y así lo revelan sus notas de prensa, considera que López es culpable y que debe ser condenado.

El organismo sugirió en un comunicado, luego de la audiencia del 31 de agosto, haber demostrado la culpabilidad del dirigente opositor. Vale destacar que aún no existe sentencia ni es la Fiscalía el organismo responsable de dictarla. Los fiscales Narda Sanabria y Franklyn Nieves pidieron que López sea condenado.

La Fiscalía también se apoya en el análisis de los discursos de López de Asuaje y Alí para aseverar que las palabras del dirigente “incitaron a sus seguidores a generar violencia en las calles y desconocer al Gobierno Nacional y a las instituciones del Estado venezolano”. También afirma que las acciones que supuestamente instigó López, “derivaron en hechos violentos” que desencadenaron lamentables sucesos que enlutaron a 43 familias y resultaron lesionadas más de 870 personas.

¿Cómo ambas partes pueden basarse en lo mismo para culpar y exculpar? La defensa de López aseveró que los fiscales del Ministerio Público falsearon los peritajes y las declaraciones de la lingüista Asuaje y del experto Alí.

Gutiérrez aseguró que las referencias a las expresiones que se atribuyen a López y que soportan la acusación del delito de instigación pública no constan en las transcripciones de los discursos del dirigente de oposición que fueron aportadas por la misma Fiscalía.

La aspiración del Ministerio Público podría implicar una condena de hasta 14 años de cárcel. De acuerdo con las reglas del Código Orgánico Procesal Penal, a la sanción correspondiente al delito de mayor entidad (en este caso asociación para delinquir, que según el artículo 37 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del Terrorismo merece hasta diez años de prisión) se le suma la mitad de las penas establecidas para el resto de los delitos. 

Preso en casa

Luego de evaluadas las dos primeras opciones: libertad o condena, comienzan los cálculos sobre las consecuencias políticas que cada una representaría. Informantes del oficialismo aseveran que la libertad plena no es una opción, al menos no inmediata, para el Gobierno, menos a tres meses de unas elecciones parlamentarias en las que, de acuerdo con las más prestigiosas encuestadoras del país, el chavismo está 20 (Datanálisis, Datincorp, Venebarómetro) y 39 (IVAD) puntos por debajo de la oposición.

Informantes del Ministerio Público afirmaron que los fiscales del caso no creen que el juicio finalice el viernes. Lo complejo de la decisión también contribuiría a una demora.

Fuentes de la fiscalía aseguran que el deseo de ese organismo es que tanto López como los cuatro jóvenes, que tienen medidas sustitutivas de libertad, sean condenados. “Aunque podría aceptarse que los jóvenes se mantengan en libertad, si son condenados a menos de ocho años. Eso podría ocurrir”, señalaron.

El COPP de 2012 señala que todo delito castigado con 8 años o menos no implica prisión. Los estudiantes podrían tener una condena menor a 8 años con medidas sustitutivas como prohibición de salida del país o un régimen de presentación.

Hay una opción sobre la mesa que cobra peso: fuentes políticas afirman que una condena de entre cinco y diez años con casa por cárcel para López es una alternativa que no generó rechazo en la Fiscalía.

“El viernes van a tratar  de cerrar las conclusiones para poder dar el dispositivo (la sentencia, no escrita, lo que podría tomar hasta 10 días hábiles). Dirán a cuántos años lo condenan y por qué cuáles delitos. Se habla de máximo 10 años. Podría estar unos meses en Ramos Verde y luego se negociaría mandarlo a su casa”, señalaron.

La variable política inclina la balanza

 

De nuevo, interviene lo político: bajo ningún concepto, aseveran las fuentes, a López se le permitiría ir a su casa antes de las elecciones parlamentarias.

Que el juicio es político ha sido una denuncia constante de la defensa.

A continuación, la opinión del abogado Juan Carlos Gutiérrez al respecto:

 

–¿Ha habido negociaciones políticas? Se habla de la posibilidad de que haya una pena de menos de 8 años, con una medida sustitutiva, incluso casa por cárcel.  

–Lo que puedo decir es que como abogado he conversado y he hecho lo que me corresponde como profesional del derecho y lo que no, reuniéndome con funcionarios de diversos organismos, con diversas atribuciones, para exigir justicia, para que se libere a un hombre inocente. Y sí han existido reuniones en ese sentido. Ojalá que el resultado de esas reuniones, con diversos funcionarios de diversas jerarquías y competencias, permita que no solamente sea liberado Leopoldo López, sino que también se haga un acto de justicia y, lo más importante, no se genere una sentencia que produzca jurisprudencia en cuanto a la restricción de los derechos civiles de los ciudadanos y en cuanto al ejercicio de la política.

 

–¿Qué opinarían de una condena menor a ocho años con una medida sustitutiva?

–Buscamos una absolutoria, ahora, si se produce una sentencia con condena parcial y que implica una medida cautelar sustitutiva, pues bueno, bienvenida; nosotros seguiremos el proceso. Esto no termina aquí. Iremos a otras instancias, entre ellas internacionales a donde pudiera llegar el proceso. Lo importante es que se produzca un acto de justicia real.

 

–¿Y la posibilidad de la casa por cárcel?

–Si es una decisión del tribunal tendremos que acatarla y aceptarla, y forma parte de lo que pudiera considerarse como un avance. Al menos como abogado, siento que le estaríamos dando algo a la familia para que la familia esté unida. En términos de ese contexto pienso que sería muy positivo para todos. Si eso sucede, Leopoldo se iría a su casa con su familia. Yo lo vería bien, como su abogado y amigo, y seguiría luchando por un acto de justicia total que implique su absoluta absolución.  

Piden absolver a López por confesión de involucrados en hechos del #12F

JuanCGutierrez

 

La defensa del dirigente Leopoldo López exigió una sentencia absolutoria luego de que dos adolescentes admitieron haber iniciado el incendio que originó la quema de patrullas del Cicpc y los daños materiales a la Fiscalía el 12 de febrero de 2014. Juan Carlos Gutiérrez, abogado de López, refirió que los testimonios de los menores de edad, que comparecieron ante el Tribunal 28 de Juicio con sus madres el 22 y el 29 de julio, ratificaron la inocencia de López por el delito de determinador.

Indicó que hace un año la confesión de los menores  fue “premeditadamente obviada” por el Ministerio Público y que, en esta ocasión, los adolescentes admitieron haber actuado bajo los efectos del alcohol y por voluntad propia.

Gutiérrez denunció una celada política contra el también ex alcalde de Chacao. Sostuvo que la certeza de la inocencia de López también quedó develada con el análisis de su discurso. “Leopoldo invitó a los manifestantes a retirarse de forma pacífica y a no caer en provocaciones violentas por parte del gobierno. En un juicio normal debería ser liberado de inmediato y retirada la acusación en su contra”, exigió.

Al cumplirse un año del juicio, el abogado dijo que insistirán en hacer valer el Estado de Derecho y que la verdad se imponga a favor de López y de los estudiantes Ángel González, Christian Holdack, Marco Coello y Demian Martin,  que también han quedado desvinculados de los hechos punibles luego de las pruebas presentadas.

Aseveró que López se recupera óptimamente luego de su huelga de hambre, pero que no ha sido evaluado por su médico de confianza y esperan por la autorización del presidente Nicolás Maduro para que sea visitado por monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana.

Joel García, defensor de Ángel González, denunció que la Fiscalía ha guardado silencio ante la violación de derechos humanos de los estudiantes procesados y dijo que las dificultades para sustentar las acusaciones han sido enfrentadas con notas de prensa en las que se “desvirtúa la verdad de lo que ocurre en la sala de juicio y en el expediente”.