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Comunicado de César Batiz: Exijo una investigación que respete el Estado de Derecho
Al director de El Pitazo le preocupa que la apertura de un caso en su contra, por parte de la Fiscalía, pueda ser una manera de enmascarar censura previa entre los periodistas e inhiba a las víctimas que decidieron buscar justicia y reparación. Por eso pide a las autoridades una investigación que cumpla con todas las normas

El periodista César Batiz, director de El Pitazo, emitió este 30 de abril un comunicado a propósito de la acusación sobre violencia psicológica y acoso sexual que se hizo en su contra a través de las redes sociales. En el texto, exige «una investigación que arroje resultados y cumpla con todas las normas que corresponden al ejercicio de una justicia que sea igual para todos».

A continuación, el comunicado íntegro:

Desde que iniciamos este proyecto llamado El Pitazo en mayo de 2014, todos los que estuvimos y estamos involucrados en esta aventura, sabemos los riesgos que afrontamos por nuestra misión de luchar contra la censura y decir lo que otros callan.

Estos riesgos aumentaron en la medida en que fuimos alcanzando hitos en la historia del medio: nuestra cercanía con las comunidades, la conformación del programa de infociudadanos, la publicación de reportajes de investigación, crónicas y videos de impacto nacional e internacional, el abordaje de contenidos en formatos innovadores, diversos reconocimientos dentro y fuera del país; y los premios logrados en esta trayectoria.

Como director de este medio, sé que todo eso nos convierte en una piedra en el zapato de quienes quieren construir una hegemonía comunicacional, aquellos que han intentado desde 2017 acabar con El Pitazo a través del bloqueo de cuatro dominios y ataques a nuestro portal, amedrentamientos de forma pública y privada, así como múltiples y continuas falsas acusaciones, que incluyen a nuestros corresponsales en todas las regiones del país. Nada de eso ha funcionado.

A sabiendas de los peligros, muchas horas he dedicado junto a mi familia y equipo a evaluar los riesgos que implican vivir este compromiso, la pasión por el periodismo que hacemos y el deseo de ayudar a la recuperación del tejido social y de la democracia de nuestro país, permaneciendo en Venezuela.

En medio de estas constantes amenazas, he hecho un trabajo periodístico responsable y ético, y he contado con el apoyo de un equipo de profesionales que me acompaña en El Pitazo.

Surgen ahora señalamientos en mi contra a través de una cuenta de Twitter anónima, que posteó los primeros mensajes cerca de la medianoche del miércoles, 28 de abril de 2021, horas después de que el fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, anunciara investigaciones contra tres ciudadanos presuntamente responsables de abusos sexuales.

Desde esa cuenta de Twitter se me señala de acoso sexual en contra de mis colegas de El Pitazo, medio en el cual los profesionales ingresan y se mantienen por su calidad y compromiso en el trabajo y no por recompensas a favores o preferencias.

Sabemos que nos desenvolvemos en un ambiente de predominio de la visión del hombre en la que precisamente he desarrollado mi carrera periodística de 25 años. Ahora, en este contexto, surgen denuncias de mujeres valientes que tomaron la decisión de contar sus historias más dolorosas en búsqueda de justicia y reparación. En sintonía con esto, desde la Dirección de El Pitazo hemos apoyado iniciativas para promover el enfoque de género y el respeto y defensa de los derechos humanos en la organización y en nuestras noticias. Además, hemos dado cobertura a las denuncias realizadas.

Los responsables del contenido posteado en Twitter afectan a mujeres periodistas que forman parte de El Pitazo, quienes fueron etiquetadas y señaladas como víctimas de los hechos que se me atribuyen, e incitadas a denunciar agresiones inexistentes. Ninguna de las integrantes del equipo ha respondido a esas afirmaciones; por el contrario, junto a otras y otros colegas de El Pitazo, firmaron un comunicado, propuesto por las integrantes de la Redacción, rechazando los señalamientos que se me han hecho.

Evidentemente, estos señalamientos son ahora usados con la intención de lograr los objetivos que han intentado a través de otras vías nada exitosas: acabar con El Pitazo y silenciarme. Me preocupa que esto pueda ser una manera de enmascarar censura previa, así como de politizar un reclamo genuino de las víctimas, que se diluye en la efectista actuación de las autoridades.

Por eso, tras el anuncio de las autoridades, hoy 30 de abril, día de la beatificación de José Gregorio Hernández, pese a la incertidumbre que genera enfrentar un sistema que no respeta el Estado de Derecho y considerando la validez de denuncias de mujeres agraviadas en otros casos, comunico con firmeza que estoy a disposición de las autoridades y exijo una investigación que arroje resultados y cumpla con todas las normas que corresponden al ejercicio de una justicia que sea igual para todos.

También solicito a organizaciones de defensa de los derechos a la mujer realizar una investigación independiente sobre las denuncias realizadas en mi contra.

No quiero culminar sin afirmar que confío en las capacidades, pasión y compromiso del equipo de El Pitazo, para que sigamos diciendo lo que otros callan.

Finalmente, le pido a ustedes, aliados, amigos y lectores de El Pitazo, que nos acompañen en esta lucha por defender su derecho a estar informados y mantener el deseo de recuperar la democracia.

César Batiz.

Caracas, 30 de abril de 2021.

Un día antes de la divulgación de este comunicado, el fiscal general designado por la ANC, Tarek William Saab, había anunciado vía Twitter que se iniciará una investigación contra los periodistas César Batiz y Víctor Amaya, de El Pitazo y TalCual, respectivamente, señalados en redes sociales de estar supuestamente implicados en casos de violencia psicológica y acoso sexual.

“El Ministerio Público inicia investigación penal en contra de los sujetos Víctor Amaya y César Batiz por denuncias públicas de mujeres víctimas de violencia psicológica y acoso sexual, sancionados en la ley orgánica sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia”, había tuiteado Saab.

Se suicida Willy McKey tras denuncias por abuso sexual
La noticia del suicidio del escritor, de 40 años de edad, fue confirmada por la Policía argentina, que constató que en el patio del primer piso del edificio en el que se suicidó «había un hombre tirado sin signos vitales»

 

El escritor radicado en Buenos Aires (Argentina) Willy McKey se suicidó este 29 de abril lanzándose desde un noveno piso, después de ser denunciado por varios casos de abuso sexual en Venezuela, donde la Fiscalía abrió una investigación, que afecta, además, a otros populares personajes del mundo de la cultura del país.

La noticia del suicidio del escritor, de 40 años de edad, fue confirmada por la Policía argentina, que constató que en el patio del primer piso del edificio en el que se suicidó «había un hombre tirado sin signos vitales».

En los últimos días, varias mujeres narraron en redes sociales los abusos que sufrieron, entre las que se encontraba una víctima de McKey, de seudónimo «Pía», que describió su caso, ocurrido cuando ella tenía 16 años y él 36.

Después de que «Pía» publicó su historia, McKey también puso un comunicado en su cuenta de Instagram en el que reconocía que cometió estupro en el pasado e identificaba los hechos que describía la víctima.

«Debo reconocer que este episodio tuvo lugar en un momento en el cual yo era una figura pública y estaba en una relación formal con quien hasta hoy ha sido mi pareja», relató el escritor, quien recibió numerosas respuestas de rechazo.

El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, informó este jueves que también están bajo investigación otros hechos que se han conocido en los últimos días, como el de abusos a varias mujeres y menores por parte de Alejandro Sojo y Murachi Palomo, integrantes de la banda de música Los Colores, y Tony Maestracci, del grupo Tomates Fritos.

El funcionario, nombró a los directores teatrales Juan Carlos Ogando, de Skena Teatro, y José Pepe Arceo, de Ant Producciones, también investigados por hechos de la misma naturaleza.

Posteriormente, sumó al comediante y locutor José Rafael Briceño, por instigar a «drogar y violar mujeres».

Algunos de los músicos han publicado comunicados en los que reconocen los hechos y manifiestan haber reflexionado sobre sus actos en el pasado y el comportamiento «machista», a los que la opinión pública respondió con dureza y rechazo.

Dhayana Fernández-Matos Abr 28, 2021 | Actualizado hace 1 mes
El #MeToo venezolano

@dhayanamatos

En 2017 el productor de cine hollywoodiense Harvey Weinstein fue destituido de su empresa por las acusaciones de acoso sexual contra actrices y otras empleadas. Fue el periódico The New York Times el que publicó las violencias que Weinstein había cometido contra distintas mujeres durante más de 30 años.

Diez días después de la publicación, el 15 de octubre de 2017, la actriz Alyssa Milano –conocida en Venezuela por el papel que tenía cuando era niña en la serie de televisión ¿Quién manda a quién? (Who’s the Boss? en inglés) y en Charmed– escribía en su Twitter el hashtag #MeToo, en el que invitaba a las mujeres a compartir y hacer públicas sus experiencias de acoso.

Actrices muy conocidas respondieron a este llamado, entre ellas, Ashley Judd, Mira Sorvino, Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie. Esto generó que muchas mujeres, no conocidas, también expresaran sus testimonios y quedara en evidencia que el problema no era solo Weinstein, sino una cultura de abuso y acoso sexual “normalizada” que afecta a las mujeres y que responde a ese continuum de violencia que permea los espacios privados y públicos en los que se desenvuelven y que, sin dudas, se constituye en un obstáculo en su vida y en su salud física, psicológica y sexual.

#YoSíTeCreo

A las reacciones al #MeToo gringo, se le unió el lema “Hermana, yo sí te creo”, cuyo origen fue un texto del escritor gallego Roy Galán, en el que manifestaba su apoyo a una mujer víctima de violación por cinco hombres (conocidos como La Manada) durante las fiestas de Sanfermines.

El trato discriminatorio que se le dio los primeros tiempos a la víctima por parte del juez de la causa, y la molestia que provocó en España que los abogados de los acusados se basaran en la supuesta “mala reputación” de esta en los alegatos de defensa, hicieron que el movimiento de mujeres, feministas y la población en general reaccionaran. Las manifestaciones, plantones, campañas por redes sociales, entre otras acciones, se repitieron por todos lados.

Este lema también se viralizó y se extendió su uso por distintas regiones del mundo. En América Latina, #MeToo y #YoSíTeCreo, han sido usados recurrentemente por los movimientos de mujeres y feministas para apoyar a aquellas que no obtienen respuestas a sus demandas de justicia en los casos de violencia y ante la revictimización que sufren por parte de los funcionarios públicos cuando ponen en duda sus testimonios, basados, entre otras razones, en prejuicios y representaciones sociales estereotipadas de lo que “debe ser” una mujer víctima.

También se han usado para manifestar apoyo a alguna mujer que se atreve a romper el silencio y contar su experiencia como víctima de agresión y violencia sexuales.

Esto es lo que ha estado ocurriendo en el caso de las mujeres venezolanas desde el fin de semana pasado. Comenzó con testimonios sobre actos de violencia contra muchachas muy jóvenes cometidos por ciertos músicos e integrantes de algunas bandas musicales nacionales, pero, como en los casos foráneos, fueron extendiéndose a otros tipos de agresores: profesores, jefes, compañeros de clases, vecinos, amigos, conocidos y desconocidos.

Y los testimonios no paran. Basta con entrar a Twitter para encontrar infinidad de venezolanas que cuentan su historia.

Hay quienes comienzan a hablar de una “cacería de brujas”, sin comprender que, como ocurre en los casos de pederastia, procesar emocionalmente las agresiones no es tarea fácil y puede llevar años de terapia lograr hacerlo, o incluso, no superarlo nunca. Pero, cuando alguien se atreve a romper el silencio, las otras personas sienten que su caso no es único y van adquiriendo confianza para contar su experiencia propia. Se genera un efecto dominó.

Bajo la alfombra de la “normalidad”

También es importante tener presente que, muchas de las conductas que hoy en día son claramente reconocidas como violencia, durante mucho tiempo se consideraron “comportamientos normales” y formas de interrelacionarse que eran legitimadas socialmente.

Por ejemplo, que en el trabajo hubiese un acosador (no un “picaflor”) que se aprovechaba de su posición de poder para intentar tener sexo con alguna de sus compañeras o empleadas, o un intercambio de sexo por un aumento de salario o por un cargo más alto. El profesor de clases, reconocido, respetado y admirado que invitaba a salir a una estudiante, hasta acosarla sexualmente, a cambio de una buena calificación. El anciano o el adolescente (no hay un grupo etario específico) que tocaba a la vecinita de seis años y le daba caramelo para que no lo contara. El tipo en la calle que se siente con derecho de besar a una desconocida o tocarle una nalga y cree que su comportamiento es gracioso. El cantante, músico o deportista famoso que cree que esta es razón para tratar a las mujeres como objetos desechables y agredirlas sexualmente. El funcionario de prisiones que, en lugar de proteger los derechos de las mujeres privadas de libertad, las viola.

El que emborracha a una mujer para luego violarla, el esposo que viola a su esposa porque la considera de su propiedad, entre tantos otros casos. Todos son actos de violencia contra las mujeres basada en género. Si nos atrevemos a reflexionar y a ampliar nuestra mente, es bastante probable que todos podamos reconocer a un depredador sexual.

La asimetría del poder, pasto para el abuso

En la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer aprobada por las Naciones Unidas en 1993, se dejó claramente establecido que “la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer” y, además, se trata de “uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre”.

Comprender esta definición resulta fundamental para que se visualice porqué los actos señalados por el movimiento #MeToo venezolano se constituyen en violencia contra las mujeres, ya que se basan en agresiones y asimetrías de poder.

Retomemos los ejemplos señalados para observar cómo se configura la asimetría de poder. El jefe ante la posición de una empleada subalterna; el profesor brillante ante su discípula; el músico famoso ante su fan; el hombre adulto ante la niña; el esposo que se cree propietario de su cónyuge; el hombre de la calle que sabe que la mujer no va a reaccionar porque le tiene miedo… Todos estos casos se definen por ese poder que les permite agredir a las mujeres que se encuentran en una posición subordinada.

Esta subordinación es de origen histórico y hunde sus raíces en los obstáculos que han tenido que ir superando las mujeres para obtener la condición de ciudadanas y ejercer derechos. Lo que hoy día se ha conseguido de manera formal, pero aún falta mucho para que hablar de una igualdad real y efectiva.

Violencia sexual según la justicia internacional

También es importante entender que la violencia sexual va más allá de la violación. Este último delito es solo una de las manifestaciones de este tipo de violencia.

La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia define, tipifica como delitos, 21 acciones, entre ellas, los actos de acoso, amenaza y violencia sexual, que en los testimonios de Twitter son los más numerosos. No obstante, quiero remitirme a la primera definición de violencia sexual elaborada por un tribunal internacional.

Se trata del caso The Prosecutor vs. Jean-Paul Akayesu, conocido por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), en los crímenes cometidos durante el genocidio ruandés. En su sentencia, el tribunal determinó que la violencia sexual es “cualquier acto de naturaleza sexual que se comete contra una persona bajo circunstancias coercitivas”. Esto incluye también la violación.

Además, agregó que “La violencia sexual no está limitada a la invasión física del cuerpo humano y puede incluir actos que no implican penetración ni contacto físico”.

La importancia de esta definición es que dejó expresamente establecido que se puede dar violencia sexual, incluso cuando no hay contacto físico alguno, siempre que se trate de actos de naturaleza sexual en contra de una persona y que haya coerción, que se le obligue a hacerlo.

Esto implica que, aun ciertos actos que no pueden ser perseguidos penalmente, entran dentro de esta definición.

La violencia contra las mujeres es metaestable, se persiguen ciertas formas de agresión y aparecen otras que no pueden ser enjuiciadas porque no están tipificadas penalmente, pero eso no quiere decir que los testimonios sean falsos.

Todo lo que está sucediendo con el #MeToo venezolano debe llevarnos a reflexionar sobre las barreras, obstáculos y violaciones de derechos humanos que afectan a las mujeres venezolanas por el hecho de serlo. Además, como sociedad debe llevarnos a reflexionar sobre la necesidad de que se den transformaciones socioculturales que permitan a las mujeres el goce efectivo de su derecho humano a una vida libre de violencias. El cambio cultural, la superación del machismo, es el mecanismo más eficaz para superar esta grave problemática.

Y mientras tanto… #YoSíTeCreo…

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Associated Press May 01, 2020 | Actualizado hace 4 años
Biden rechaza denuncia de acoso sexual
El enfrentamiento en noviembre entre Biden y Trump será la primera contienda presidencial de la era #MeToo

 

El virtual candidato presidencial demócrata Joe Biden rechazó categóricamente el viernes las acusaciones de haber agredido sexualmente a una exempleada del Senado a principios de la década de 1990 y aseguró que “esto nunca sucedió”.

El exvicepresidente hizo sus primeras declaraciones públicas sobre la acusación de su exempleada Tara Reade en un momento crucial para su esperada candidatura demócrata.

“Lo digo inequívocamente: esto nunca, nunca sucedió”, aseveró Biden en una entrevista para el programa “Morning Joe» del canal de cable MSNBC.

Biden dijo que pedirá al Archivo Nacional que determine si existe alguna constancia de semejante denuncia, pero señaló reiteradamente que no cree que existan tales registros.

“La exempleada ha dicho que presentó una denuncia en 1993”, detalló Biden. “Pero no tiene una constancia de esta presunta denuncia. Los documentos de mis años en el Senado que doné a la Universidad de Delaware no contienen archivos del personal”.

Biden agregó que “hay un sólo lugar donde pudiera estar una denuncia de este tipo: el Archivo Nacional. El Archivo Nacional es el lugar donde se guarda la documentación”.

En días pasados dos conocidas de Reade dijeron que ella les había revelado ciertos aspectos de la denuncia.

Temerosos por la creciente precariedad de la posición política del presidente Donald Trump, quien busca reelegirse durante las elecciones de noviembre, algunos republicanos aprovechan la denuncia para acusar a los demócratas de hipocresía al solo defender a las mujeres que acusan a los conservadores. Han decidido arremeter pese al hecho de que podría renovar la atención sobre los numerosos señalamientos de agresión sexual presentados contra Trump.

Por su parte, los demócratas se encuentran en la situación incómoda de reconocer enérgicamente a las mujeres que presentan denuncias y a la vez defender al hombre que será su portaestandarte en la elección que muchos consideran la más importante de sus vidas.

“La campaña ha emitido declaraciones, pero él no lo ha hecho de su propia voz”, subrayó la expresidenta del Comité Demócrata Nacional, Donna Brazile. “Esto no ayuda, sólo daña: no sólo para la persona que tiene que dar la cara, sino que también afecta al candidato”.

El enfrentamiento en noviembre entre Biden y Trump será la primera contienda presidencial de la era #MeToo, que ha llevado a muchas mujeres a presentar abiertamente acusaciones de agresiones sexuales. Trump ha sido acusado por varias mujeres de agresión y de realizar manoseos no solicitados, acusaciones que el presidente rechaza.

Las mujeres representan un sector crucial del electorado para los demócratas, y Biden tiene un historial ambivalente. Si bien redactó la Ley sobre la Violencia Contra la Mujer en su periodo como senador, también recibió fuertes criticas por la manera en que enfrentó el testimonio de Anita Hill en el Senado en la década de 1990. Justo antes de lanzar su campaña de 2020, varias mujeres lo acusaron de realizar manoseos no deseados, conducta por la que él ofreció disculpas.

Biden ha prometido elegir a una mujer como compañera de fórmula, por lo que la acusación coloca a las potenciales candidatas a la vicepresidencia en una situación difícil.

“Yo creo en Joe Biden”, afirmó Stacey Abrams, la excandidata demócrata por el gobierno de Georgia, citando una pesquisa del diario The New York Times que, según ella, exoneró al vicepresidente.

“Las mujeres merecen ser escuchadas”, dijo, “pero también creo que esas acusaciones tienen que ser investigadas por fuentes creíbles”.

Tal postura coincide con el tema central señalado por la campaña de Biden a sus partidarios la semana pasada que fue obtenido por AP. Se destacan las investigaciones de The New York Times, The Washington Post y de The Associated Press que no hallaron acusaciones de agresión sexual ni un patrón de conductas sexuales inapropiadas.

Sindicato de ópera abre investigación sobre Plácido Domingo

EL SINDICATO QUE REPRESENTA A CANTANTES Y PERSONAL de ópera abrió su propia investigación a las acusaciones de acoso sexual contra Plácido Domingo, señalando que no puede estar seguro de que las compañías de ópera indaguen en ellas lo suficiente.

El American Guild of Musical Artists dijo que su investigación fue provocada por dos historias de The Associated Press en las que varias mujeres acusaron a la leyenda de la ópera de acoso sexual u otro tipo de conducta inapropiada.

El sindicato envió un correo electrónico a sus miembros informándoles que había solicitado a las compañías que contrataron al cantante de 78 años a investigar exhaustivamente las acusaciones, pero apuntó que las empresas “no han estado dispuestas o no han podido proporcionar a AGMA las garantías suficientes sobre el alcance y el momento de sus investigaciones, así como si los hallazgos se harán públicos o se pondrán a disposición del sindicato”.

La Ópera de Los Ángeles, donde Domingo ha trabajado como director general desde 2003, contrató asesoría externa para llevar a cabo una investigación, pero se ha negado a divulgar los detalles sobre cómo se realizará o si divulgará los resultados.

El correo electrónico del sindicato, enviado a sus miembros el viernes por la noche, señala que su investigación estará dirigida por el abogado de defensa criminal J. Bruce Maffeo, exfiscal federal que ahora trabaja para la firma Cozen O’Connor.

También cita a Len Egert, el director ejecutivo nacional del sindicato, quien dijo que la investigación no estaría limitada a la conducta en una compañía en específico o durante un momento particular. Añadió que la pesquisa “examinará las fallas sistemáticas en la industria que podrían haber permitido que este tipo de conducta, si se corrobora, continúe sin ser cuestionada durante décadas”.

La portavoz de Domingo ha dicho que las acusaciones en las historias de la AP están “plagadas de inconsistencias” y “en muchas formas son simplemente incorrectas”, pero no ha ofrecido detalles al respecto.

En la primera historia de la AP publicada el 13 de agosto, varias mujeres acusaron al cantante español de acoso sexual o de conducta inapropiada con carga sexual y de en ocasiones perjudicar sus carreras si lo rechazaban.

En otra historia publicada el jueves, la cantante Angela Turner Wilson contó a la AP que Domingo deslizó las manos debajo de su sostén, dentro de su bata y le tocó los senos, mientras estaban colocándose el maquillaje durante una producción de 1999 en la Ópera de Washington, como se llamaba en ese entonces la compañía.

El embajador venezolano que el Primer Ministro griego encubrió en un caso de acoso sexual

AlexisTsipras

 

En Agosto del 2012, cuando el partido radical Syriza era líder de la oposición griega y mantenía relaciones cordiales con el gobierno de Venezuela, llegó un nuevo embajador de la República Bolivariana a la República Griega. Era el Profesor Franklin Ramón González, sociólogo con Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Central de Venezuela (UCV), con amplia trayectoria en el ámbito académico. Había sido jefe del departamento político y director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y era, además, colaborador cercano y amigo personal de Nicolás Maduro. Profesor de la Universidad Central de Caracas, su misión era apoyar a Tsipras y su partido, en un momento en el que Syriza y Podemos parecían una seria alternativa al poder en Europa.

Sin embargo, un artículo del periodista greco-peruano Iasonas Pipinis en la publicación dominical «Proto Thema» ha revelado este domingo que cinco mujeres que trabajaban en la embajada bolivariana en Atenas denunciaron a las autoridades venezolanas (pero no a las griegas) que sufrían acoso sexual por parte del embajador. Las insinuaciones eran constantes; también los tocamientos y comentarios, como exigir que llevaran minifalda. Todo esto provocó que las cinco mujeres se sintieran muy incómodas. Entre ellas, la hija de un importante político radical que llegó a ser ministro en un gobierno de Tsipras. El comportamiento del embajador era denunciable, pero los sueldos de la embajada eran muy superiores a la media griega (con un paro que ronda el 25%) y González tenía protección diplomática.

Lo más grave es que el propio Alexis Tsipras, líder de la oposición en aquella época, fue informado y escribió una carta personal a Maduro en marzo del 2013 que el dominical griego ha publicado. En ella, Tsipras decía: «Quería llamar tu atención sobre un tema delicado del que espero tu contribución y actuación para solucionarlo de la mejor manera; se trata del problema que ya conoces con el nuevo embajador en Atenas. Hasta ahora el personal de la embajada ha demostrado madurez política y no tomará medidas en Grecia, algo que haría público el problema». Se refería, por supuesto, al acoso que recibían las cinco empleadas de la embajada. Además, Tsipras añadió que de hacerse público, «los medios griegos se aprovecharían para dañar a la izquierda, tanto en Venezuela como en Grecia». Maduro hizo llamar a González a Caracas, se supone, para llamarle la atención y volvió a Atenas por un tiempo, hasta que abandonó oficialmente el país. El embajador que lo sustituyó echó a cuatro de las cinco mujeres acosadas. En la biografía de González figura que ha sido embajador, además de en Grecia, en la República Oriental del Uruguay y en Polonia.

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Carta de Alexis Tsipras a Maduro revelada por Iasonas Pipinis en «Proto Thema»

Crítica de la oposición griega

El partido de Nueva Democracia denuncia el «encubrimiento sin precedentes» del primer ministro ante un acoso sexual ocurrido en territorio griego por un embajador de Venezuela, siendo las víctimas unas trabajadoras griegas. Nueva Democracia considera que Tsipras «pone en evidencia al país, insulta a las griegas e intenta convertir a Grecia en la Venezuela del señor Maduro».

Diez diputadas conservadoras, encabezadas por Dora Bakoyani (hermana de Kiriakos Mitsotakis, presidente de Nueva Democracia y actual líder de la oposición), junto a otros 60 compañeros de la oposición han presentado una pregunta en el parlamento dirigida al primer ministro, así como los ministros de de Exteriores y Justicia, sobre «si finalmente la imagen de la izquierda es más importante que la ley y la dignidad de las mujeres funcionarias». Han recordado que Tsipras, como presidente del partido que encabezaba la oposición, «igual ignoraba que el acoso sexual está prohibido en nuestro país y cree que la ocultación de acoso sexual puede ser descrita como “madurez política” cuando el perpetrador es ciudadano de un país de la izquierda».

La Presidenta de los socialistas Fofi Yenimata, por su parte, también condena la postura de Tsipras, considerándola «inadmisible, ya que enmascara el escándalo por pequeñas razones políticas». Ha agregado que «no es moral, no es izquierda, recuerda los tiempos de opresión mas despiadada de las mujeres en un pasado conservador».

Le preguntan al Primer ministro que piensa hacer ahora para que el presunto delincuente que cometió repetidamente delitos graves contra el honor y la dignidad sexual de estas trabajadoras sea llevado ante la justicia griega. Además cuestiona el silencio de la Secretaría General de Igualdad de Género.

Desde la oficina del primer ministro se ha denunciado el sensacionalismo con el que se trata este asunto ya pasado, insistiendo en que la carta de Tsipras muestra cómo, con lenguaje diplomático, pide el relevo del embajador. Pero la mayoría de los medios griegos destaca como las mujeres de Syriza no se ha pronunciado al respecto.

 

Un secreto muy encubierto

Durante un viaje a Venezuela en el que preparaba un documental sobre la crisis económica y política del país, así como sobre los presos políticos, alguien cercano al entorno de Maduro le entregó la carta a Pipinis. El periodista confirmó a ABC cómo eran contadas las personas en Caracas que conocía este caso de acoso, a pesar de que las cinco empleadas lo habían denunciado a las autoridades venezolanas. Y que nadie lo sabía en Atenas, algo de lo que se encargó al parecer personalmente Tsipras.

Tsipras cumplió su promesa a Maduro: consiguió que nadie hablara del tema hasta que una persona cercana al Gobierno venezolano lo filtró recientemente al periodista Pipinis.