Importación ilegal y marcas pirateadas contaminan el mercado - Runrun
Importación ilegal y marcas pirateadas contaminan el mercado
El consumidor está expuesto a falsificaciones y productos que ingresan al país sin controles sanitarios.  Empresas emblemáticas se enfrentan a la clonación de logos y tipografías. “Emprendedores” plagian franquicias

@Vsalmeron

 

La economía ilícita gana espacio en Venezuela. Los consumidores caminan por una selva de falsificaciones, importaciones ilegales y “emprendimientos” que no son más que copias de franquicias extranjeras.

 Aumenta el riesgo de comprar productos que no han aprobado los controles sanitarios, sin código que certifique su procedencia y certeza de que han sido almacenados correctamente. O falsos, camuflados tras los colores y tipografías de marcas emblemáticas.

 Nestlé ha detectado falsificaciones en sus marcas de leches, cubitos y sopas mientras que Polar, otra empresa que cuenta con un amplio catálogo de alimentos, enfrenta la falsificación de su arroz Primor, la importación ilegal de Pepsicola y el ingreso al mercado de una margarina que infringe sus derechos de marca.

 Antonio Planchart, director de asuntos legales de Empresas Polar, explica que en el caso del arroz Primor “supuestamente es empacado por una compañía colombiana que imita la imagen del producto, como si fuera el producto venezolano y lo manda para Venezuela”.

 “Pretenden engañar al consumidor venezolano haciéndole creer que el origen del producto es empresas Polar. La gente ver en un supermercado el arroz Primor y lo compra pensando que es el arroz de Polar”, agrega.

Pepsi en la frontera

 Polar tiene el derecho exclusivo de fabricar y comercializar productos bajo la marca Pepsi en Venezuela, pero importaciones ilegales atentan contra este privilegio y colocan en el mercado productos que evaden las normas para ingresar al país.

“Desde hace unos meses, de manera creciente, ingresan productos Pepsi fabricados en Colombia para territorio colombiano. Ese ingreso se está produciendo de manera ilegal sin los controles fronterizos, sin pagar impuestos, sin registro sanitario, sin cumplir con ninguna de las regulaciones”, dice Antonio Planchart.

 Aunque no la menciona, es conocido que la embotelladora de Pepsi en Colombia es Postobón, una empresa que no envía estos productos al país. Pero sus gaseosas son desviadas e ingresan a Venezuela por la frontera, evadiendo los controles.

 “Que un producto no tenga registro sanitario significa que las autoridades no han verificado si cumple con la normativa sanitaria, con la normativa técnica venezolana en materia de alimentos y eso pone en riesgo a los consumidores”, aclara Antonio Planchart.

 Cuando un producto no ha sido importado de acuerdo a las normas también carece del código CPE (Control de Producto Envasado) que dice el origen y el lugar donde se fabricó. “Si un producto no tiene CPE y se produce un daño al consumidor ese consumidor no le puede reclamar a nadie”, dice Antonio Planchart.

  Agrega que Polar tiene registrada la marca Primor en Venezuela en arroz, pastas y grasas. Por lo tanto, legalmente no pueden ingresar al país o producirse en Venezuela, otros productos en estas categorías con la marca Primor.

Pero la lista de preocupaciones de la empresa incluye una margarina Primor, hecha en Brasil lícitamente, que ingresa a Venezuela y viola sus derechos.

 “La comercialización bajo estas condiciones no es posible, quienes fabrican margarina Primor en Brasil tendrían que utilizar otra marca para comercializar su producto aquí en Venezuela. Es un ingreso que ocurre de espaldas a la ley”, explica Antonio Planchart.

  Aunque no lo menciona, la margarina Primor en Brasil figura en el catálogo de la multinacional Bunge.

En varios frentes

Aparte de las falsificaciones de marcas como Nido, en el rubro de leches y Maggi en el de cubitos y sopas; Nestlé ha denunciado importaciones no autorizadas de su portafolio de alimentos para perros, gatos (donde cuenta con la marca Purina) y fórmulas infantiles.

 La empresa intenta que los consumidores aprendan a detectar los productos falsos o importados de manera irregular buscando etiquetas que indican “Importado por Nestlé Venezuela, S.A.” o “Fabricado por Nestlé Venezuela, S.A.”

 Pero la ilegalidad abarca otros sectores. De acuerdo con cifras que maneja el sector privado, la producción clandestina de licores intoxicó alrededor de 300 personas y fue causa relevante en la muerte de otras 63 entre 2017 y junio de 2021.

 El contrabando, la adulteración y la falsificación de productos son factores que impulsan el crimen organizado y la corrupción. 

Ley tortuga

Si bien existen leyes para proteger a las empresas Ricardo Alberto Antequera, abogado experto en propiedad intelectual, explica que “el país tiene un marco legal muy endeble, básico. La salida de la Comunidad Andina nos hizo perder el marco normativo que teníamos”.

  “En el tema de marcas Venezuela cuenta con la Ley de Propiedad Industrial de 1956 y en derecho de autor con una legislación de 1993. No existen mecanismos expeditos para acudir al espacio judicial o administrativo para que te otorguen protección o tutela de una manera rápida”, sostiene.

 A pesar de ser antigua la ley actual podría funcionar, pero “los actores afectados que tratan de aplicar algún tipo de correctivo se ven superados por la ineficiencia, la burocracia y la lentitud del sistema judicial”, dice Antequera.

Emprender plagiando

En las redes sociales es fácil detectar que en Venezuela el logo, rotulado y el concepto comercial de franquicias como Five Guys, Juan Valdez, Walmart o Mr. Fatty, ha sido copiado con pequeñas modificaciones.

 “Vemos imitaciones burdas de conceptos comerciales que están operando en otros países, donde se imita la marca o la montas parecida. Tomas ventaja de la identidad de otro negocio”, dice Ricardo Antequera.

Carlos Durán, presidente de La Cámara Venezolana de Franquicias (Profranquicias), señala que este tipo de prácticas “no deberían suceder, no incentivan la inversión, la creación de valor de propiedad intelectual, la innovación. Un emprendedor debe ser creativo, competir de forma ética”.

 “La banca o un fondo de inversión serio no te va a prestar dinero para que desarrolles un concepto que tiene fallas o algún tema al margen de la ley”, agrega.

 Venezuela forma parte de la Federación Iberoamericana De Franquicias (FIAF) y del World Franchise Council que son instancias donde, explica Carlos Durán, se intercambia información respecto a violaciones de derechos de marcas.

 Indica que “existen convenios de confidencialidad, protección de la marca que deben funcionar en un país normal y hacia allí debemos apuntar, nosotros decimos que esto no está bien ahora las instituciones formales gubernamentales tienen que hacer cumplir la ley”.

 Si bien hay fallas destaca que “el sector privado ha avanzado en su organización y actualmente, aparte de Profranquicias, en pro del emprendimiento sostenible existen incubadoras, aceleradoras, la Asociación de Jóvenes Empresarios, quien no sigue los canales regulares, también se encuentra con esta pared creada por la ciudadanía”.

En socialismo

El tigre Tony aparece con tapabocas y bajo la frase «Juntos por Venezuela» en una caja de Zucaritas. En el envase también destacan los colores de la bandera venezolana sobre el logotipo de Kellogg’s. Algo similar ocurre con el Corn Flakes.

 Pero en realidad no son cereales Kellogg’s. El 15 de mayo de 2018 la multinacional con sede en Estados Unidos cesó sus operaciones en Venezuela, pero el gobierno de Nicolás Maduro calificó de “inconstitucional” este paso y reactivó la producción. 

Desde entonces estos cereales, que destacan en los anaqueles de las principales cadenas de supermercados en Venezuela, utilizan la marca Kellogg’s sin ningún obstáculo, a la vista de todos.