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Opinión

Yordano, Ilan y la nueva trova cubana

Yordano, por Isaac A. López. Foto archivo Isaac Abraham López
Isaac López
07/11/2024
Quizás algún día todas las canciones vuelvan a encontrarse en un escenario plural

@YsaacLpez

“La realidad es más cruel de lo que cualquiera se imagina. Bebieron del agua contaminada y nunca apagaron la sed. Por allí corre tanta incertidumbre y hay quien la bebe todavía. Algunos prefirieron beber el agua del Leteo, se estacionaron en la ciudad de Desmemoria y no es fácil empezar de nuevo cuando han borrado los mapas del camino. ¡Adelante, valientes!”.  Ramón Ordaz.

Fue durante un concierto de Silvio Rodríguez acompañado de un muy joven Santiago Feliu, entrados los ochenta y en la concha acústica de Bello Monte, auspiciado por el Ateneo de Caracas. El trovador insignia –junto con Pablo Milanés– del proceso político y cultural de la Revolución cubana de 1959, autor de Mujeres, Ojalá, La era está pariendo un corazón, Son desangrado, Rabo de nube, La gota de rocío, El Unicornio azul, Tu fantasma, Adónde van, Pioneros, El necio, Segunda cita y tantas otras de amor y de combate recibió en el escenario a los renovadores de la canción romántica venezolana de esos años.

En la gráfica del Diario de Caracas puede observarse de espaldas al autor de Canción del elegido y La maza, en jeans y camisa de cuadros azules, franqueado de izquierda a derecha por Evio Di Marzo e Ilan Chester y por Yordano y Santiago Feliu. Faltaban Franco De Vita, Luzmarina, Sergio Pérez… Para espanto del propio Rómulo Betancourt.

Los venezolanos se reconocían herederos de la nueva trova que había revolucionado la canción romántica. No eran Soledad Bravo, Lilia Vera o Cecilia Todd, que habían cantado en Casa de las Américas y en el Festival de Varadero, que compartían cercanía y discusión, ellos admiraban la propuesta estética y las formas de plantear la relación del hombre y la mujer. No había declaraciones sobre el proceso político en la isla.

En entrevistas de aquella época, Yordano era explícito al reconocer entre sus influencias musicales a la nueva trova cubana. Eran otros momentos, menos polarizados y extremistas. El Viernes Negro de Herrera Campíns no hizo al país lo que el modelo chavista. Tanto en su muy merecido doctorado honoris causa en la ULA, como en su más reciente disco, el autor de Perla negra y Manantial de corazón ya no menciona esas influencias. Solo a Mick Jagger, Tom Waits, Paul McCartney.

Años después de aquella noche en la concha acústica de Bello Monte, Silvio Rodríguez –frecuente invitado a la Venezuela de los 4.30, como Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Facundo Cabral, Alberto Cortez y tantos otros– cantaría a dúo con Hugo Chávez y tocaría la guitarra para que el comandante declamara “Por aquí pasó”, señalando que cantar con el líder fue “uno de mis momentos memorables”. “Ni la imaginación más delirante podía prever que Hugo Chávez Frías se iba a subir al escenario aquella tarde, dándole vida extra a aquel concierto. Fue un gesto de mucha generosidad y confianza de su parte, que convirtió una cantada en uno de los recuerdos más insólitos y memorables, si no el más, de mi vida de músico”. (Albaciudad.org). Mientras que el autor de Por estas calles volvería a entornarla en un acto de oposición al régimen chavista, organizado por César Miguel Rondón, con presencia de María Teresa Chacín, Soledad Bravo, Mirla Castellanos, Kiara…

Concierto de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés de 1983 auspiciado por Ateneo de Caracas. Años dos mil, Rodríguez canta con Hugo Chávez. Fotos archivo Isaac A. López

La canción que nació como arma de la revolución –ese era el lema de programas de Radio Habana Cuba en los años setenta– tiene un amplio registro, donde junto con el panfleto y el mensaje también florece el hecho poético. Reinaldo Arenas publicó en los noventa Viaje a La Habana y Padura acaba de lanzar Ir a La Habana. La radiografía ayer y hoy no puede ser más cruda: la terrible sobrevivencia general ante una élite de privilegiados. “La libertad solo sirve cuando no es de nadie” canta Carlos Varela. Y “ese hombre está loco” cantó Tanya. No es religión, es política y más que eso cotidianidad de la miseria.

Quizás algún día todas las canciones vuelvan a encontrarse en un escenario plural. Mientras, hay demasiada rabia y demasiado país sufriente para escuchar con deleite exaltar la palabra revolución: “Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre en esta hora, en este instante, y soy feliz porque soy gigante, amo a una mujer clara…” o “Dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la revolución se venga abajo. Que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y badajo… Yo me muero como viví.” Yo quiero y tengo derecho a vivir mejor, al derecho de vivir en paz.

Pablo Milanés, los días de gloria

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Quizás algún día todas las canciones vuelvan a encontrarse en un escenario plural @YsaacLpez “La…

25 de octubre de 2024 | isaacabraham75gmail.com

Isaac López es profesor de Universidad de Los Andes. Mérida.

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