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El debate cambiario por Francisco Ibarra Bravo

 

La situación económica y la escasez de divisas ha propiciado el resurgimiento de debates sobre el régimen cambiario. La situación es tan delicada que incluso parece haber un debate dentro del mismo partido de gobierno; atizado en muchos casos por los economistas de la periferia chavista ahora que han olido la sangre del que hasta ahora había llevado las riendas en materia económica. Pero el debate no solo se da dentro del sector oficial, también existe en aquel sector que ha adversado al régimen. En este caso el debate toma carices especulativos más que otra cosa, ya que las decisiones se siguen tomando del otro lado de la acera.

En lo que si parece existir consenso de uno y otro lado es que el actual esquema genera más problemas que soluciones. Del lado oficialista la escasez y la inflación han tenido que llegar a los niveles actuales para que comenzaran a plantearse cosas. Del otro lado siempre ha reinado el argumento que el control de cambio debe ser desmontado, ahora, la forma como deba serlo y que tipo de sistema a implementarse sigue siendo motivo de discusión. La realidad es que el control de cambio actual, con tres tipos de cambio oficiales y un cuarto del mercado alternativo, es peor incluso que RECADI.

Existen dos discusiones fundamentales. La primera es si el gobierno decidirá unificar o no todos los tipos de cambio. En esta materia es solo un grupo muy reducido de personas que piensan que algo así es posible. Yo me incluyo entre esos. Para mí el control de cambio cada día le aporta menos beneficios al gobierno y más costos. A favor de aquellos que dudan que el actual gobierno vaya a desmontarlo está el enorme poder que le otorga al Gobierno el controlar la asignación de divisas y los beneficios de aquellos que se lucran con ese control. Tienen un buen punto. La segunda discusión es, de mantenerse el control, cuales serán los tipos de cambio que unificarán. Es en esta área donde existen más posibilidades y por lo tanto mayor espacio para la especulación.

Las posibilidades con tres tipo de cambio oficiales son muchas pero tocaremos solo las tres que hasta ahora han sido las más mencionadas. La primera es la unificación de los dos tipos de cambio más bajos en un tipo de cambio de alrededor de 15 Bs./US$ y mantener Sicad II a donde se irían enviando más rubros. Esta opción es la de menor incidencia en los precios de las cadenas de distribución de alimentos Mercal y Pdval. No resolvería los niveles de escasez, ni la sobre facturación en las importaciones, pero si daría algo de oxígeno a Pdvsa, insuficiente en todo caso para evitar que continúe el financiamiento monetario por parte del BCV. En resumen resuelve poco. La segunda es una unificación de estas dos tasas a 25 Bs./US$ manteniendo Sicad II. En este caso el impacto sobre los precios sería mayor, se podría reducir temporalmente la escasez y se le daría oxígeno a Pdvsa pudiendo eliminar, también de forma temporal, la asistencia del BCV. No se eliminaría los incentivos para sobrefacturar y seguiría habiendo racionamiento de las divisas. La tercera sería una unificación de los tres tipos de cambio en una figura entre los 35 y 40 Bs./US$, manteniendo el control de cambio. En este caso el aumento de los precios terminaría siendo el mayor de la historia y el costo político sería mayor. Se eliminaría la necesidad del financiamiento monetario a Pdvsa, se corregirían más de dos tercios del déficit fiscal y se podría disminuir de forma dramática  la escasez.

En cualquiera de los esquemas que mantienen el control de cambio no se resolverían los problemas a largo plazo, solo se seguirá comprando tiempo. La primera solución luce insuficiente, resuelve muy poco y no deja de tener un costo político. La tercera tiene un costo político elevado y la pregunta en este caso sería ¿por qué no desmontar el control de cambio a un tipo de cambio algo más elevado buscando los beneficios que esto traería a mediano plazo? Entre estas dos aparece el termino medio que es unificar los dos tipos más bajos a 25 Bs./US$ y mantener Sicad II. Si se va a mantener el actual control de cambio, a mi juicio ésta sería la modificación más factible ya que compraría algo de tiempo con un costo político moderado.

El control de cambio luce agotado, esto no necesariamente implica que va a ser desmontado.  Lo que si ocurrirá será una sustancial devaluación. El monto y la forma en que esta ocurra está en discusión, lo que si no está sujeto a discusión es el impacto que esto tendrá sobre el poder de compra de los salarios. Hemos vivido muchos años una ficción y ya se va haciendo insostenible, incluso para quienes la han generado.

 

@franibar10

Categorías: Economía

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