Si bien es cierto que el gobierno venezolano tiene un monopolio de los medios de comunicación, el objetivo medular de esta revolución no ha sido cumplido todavía. Ese objetivo que pretende difundir una sola versión de los hechos, al estilo Gran Hermano en el clásico de Orwell, ha sido frenado por el trabajo de unos periódicos y páginas webs tan informativos como desafiantes, y por la continua crítica transmitida por miles de venezolanos en las incontrolables redes sociales.
Cuando la lupa de la comunidad internacional se centra en Venezuela atraída por protestas, descontento, denuncias y hasta por desobediencia civil, la crítica al gobierno se transforma en un problema de Estado el cual mancha la imagen, o el disfraz, con sus respectivos vecinos y socios comerciales. Por eso es que la aprobación de la nueva Ley Resorte y en consecuencia la censura de internet es un hecho inminente y necesario para este tipo de regímenes.
Al existir UNA sola versión de los hechos, la del Estado, esa versión seria la verdad y por ende incuestionable. Hechos como los ocurridos en la madrugada de esta semana, tales como la aprobación de la nueva Ley en contra de las universidades o la sentencia por 19 años al diputado electo José Sánchez Mazuco, hubiesen sido desconocidos por la población venezolana de no existir Facebook o Twitter.
Todo indica que si se callan esas voces de protesta es por una notable mejoría del status quo, la desaparición de los problemas estructurales que amenazan al país y por una adoración absoluta al Presidente con botas, ¿no? Esa estrategia, planeada y ejecutada por nuestros vecinos caribeños, está absolutamente opuesta a cualquier estrategia llevada a acabo por un gobierno democrático y motiva a sus habitantes a encontrar nuevas vías para dar a conocer sus ideas.
El gobierno venezolano está “solucionando” uno de sus problemas de Estado con la misma eficiencia que tiene una persona al tapar el sol con un dedo. Y en su intento, no solo copia las medidas más negativas y criticadas al gobierno Chino y Cubano, sino que incentiva a sus habitantes a escribir para desnudar al régimen ante los ojos de la comunidad internacional.
Tomas Horacio Hernandez
Twitter: @TomasHHR