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Libia: El Silencio de los Cómplices



Mientras Ortega y Evo proclaman su solidaridad con Kadafi y Fidel culpa al Imperio por desestabilizar a Libia, Chávez asume un silencio prolongado desde que explotó la sorpresiva revuelta popular contra la cruel dictadura de 41 años en el Poder.

Pero el entorno “Bolivariano” no calla, demostrando en la práctica que la posición de Venezuela se identifica con sus aliados del Alba en contra corriente con el resto del planeta al respaldar a la mas sangrienta represión generada en la región Árabe.

Los diputados de la Asamblea Nacional silencian las masacres de Libia, utilizando una verdad a medias al identificarlo con los otros países que viven el llamado “efecto domino” pero con ello, relativiza las violaciones de lesa humanidad del “Líder Máximo de la Revolución Socialista Popular” –como lo llama su prensa oficial

No se puede comparar Libia –como pretenden nuestros diputados- con los otros países del  Medio Oriente. Es cierto que estos también están convulsionados porque sus pueblos rechazan el continuismo. Pero sus Presidentes han salido del Poder como en los casos de Mubarak o Ben Ali; o aceptan dejar el Poder como en los casos de Saleh y Al Bashir, y otros acuerdan  hacer reformas democratizadoras en los mas variados sistemas políticos imperantes, trátense de “democracias populares”, Emiratos, Gobiernos Militares, Reinos, o sistemas semi-parlamentarios controlados por el Poder Central.

La única excepción que se niega a los cambios es Libia cuya respuesta es la de masacrar a las “ratas”, o perseguir a los apatridas buscándolos casa por casa, o insultar a los componentes de la Jamahiriya al llamarlos “drogadictos manipulados por Al Qaida”

Mientras se niega ingreso a la prensa mundial, Telesur cómodamente instalada en la Embajada de Venezuela en Trípoli,  informa al mundo que allí no sucede nada, y silencia el uso de mercenarios, bombardeos, y deserciones de Ministros, Embajadores y militares.

Cuando nuestro Presidente quiso fijar una posición sobre lo que estaba sucediendo en Egipto no llamo a Brasil, o México; sino a Kadafi, sin pensar que el propio Guía de la Revolución Verde , y Libertador del África, iba a sufrir la misma suerte.

El Canciller Maduro llama a su colega Libio para dar su apoyo, mientras la Embajadora del Brasil -Presidenta del Consejo de Seguridad- condena en nombre de la ONU a Libia. Esta actitud del Brasil recuerda la misma posición asumida en su momento por Venezuela cuando se condeno a Kadafi por el asesinato de los pasajeros de Lockerbie, y que tuvo como respuesta  lanzar las turbas Libias para quemar la Embajada de Venezuela

No podemos dejar de condenar el genocidio criminal, pues el silencio es cómplice.

Por Milos Alcalay

Categorías: Diploos

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