Los países europeos pusieron en marcha esta semana la operación naval Sofía, como parte de las acciones militares que la Unión Europea deberá llevar a cabo con el fin de parar el tráfico de inmigrantes, luego de que la ONU aprobó el viernes una medida que autoriza el uso de la fuerza para contener estas mafias.
El Consejo de Seguridad de la ONU dio luz verde a las operaciones militares en Europa mediante la aprobación de la Resolución 2240, y concedió el aval para detener los buques de contrabandistas.
La medida autoriza a las fuerzas navales europeas a abordar los buques para su inspección, para que decomisen e incluso se deshagan de naves que sospechen son utilizados por los contrabandistas de inmigrantes, de acuerdo con CNN.
La resolución también permite que los países inspeccionen barcos en alta mar frente a las costas de Libia, de los que ellos “tengan dudas razonables para sospechar que están siendo usados para el contrabando de inmigrantes y la trata de personas desde Libia”, siempre que se hagan “esfuerzos de buena fe” para obtener el consentimiento del Estado en el que estén registradas las embarcaciones.
Las naciones europeas fueron autorizadas para actuar de manera individual o como parte de una agrupación regional en el transcurso de la operación. La disposición también exige que los inmigrantes sean tratados “con humanidad y dignidad”.
El texto, impulsado por el Reino Unido en nombre de la UE, está redactado bajo el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas y, por tanto, autoriza el uso de la fuerza. Esa posibilidad, precisamente, complicó durante meses la aprobación de la resolución y obligó a varias modificaciones del borrador para lograr el consenso necesario.
Rusia, cuyo poder de veto le habría permitido frenar la iniciativa, exigió a Europa garantías de que el texto no será utilizado con otros fines, más allá de responder a la crisis migratoria.
La Resolución 2240 fue negociada varios meses y finalmente salió adelante con 14 votos a favor y la abstención de Venezuela.
Ubican centros de identificación
Las autoridades europeas anunciaron que en noviembre se establecerán cinco centros de identificación de refugiados en Grecia, en los llamados “puntos críticos”, en las zonas que sirven de entrada a Europa (Lesbos, Quíos, Samos, Kos y Leros).
Las personas que lleguen deberán identificarse y se les tomarán las huellas dactilares, con el fin de separar a todos los que no pueden obtener derecho a asilo. El primer punto crítico se ubicará en los próximos días en Lesbos y en un mes estarán operativos los otros cuatro. Las autoridades destacaron la importancia de un control europeo común de las fronteras exteriores de la UE.
“Si no hay un control común de nuestras fronteras exteriores, civil y no militar, en unas semanas el acuerdo de Schengen se derrumbará”, dijo el ministro de Luxemburgo, Jean Asselborn, y pronosticó que la crisis de refugiados durará una década.