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El retorno de los brujos: propaganda, algoritmos afectivos y narcisismo cibernético, por Isaac Nahón Serfaty

 

El escándalo alrededor del uso indebido de datos por parte de Cambridge Analytica y de Facebook en las elecciones de Estados Unidos recuerda los viejos debates sobre la propaganda y su capacidad de “violar las mentes de las masas” (le viole des foules), según la conocida expresión del estudioso del nazismo Sergei Tchakhotin. Decía Tchakhotin que las masas fueron objeto de una sofisticada maquinaria de manipulación que pudo, por medio del uso estratégico de la radio y del cine (los medios de masa del momento) y de grandes puestas en escena (los impresionantes desfiles y mítines del nazismo), tocar las fibras emocionales de los alemanes, sus “pulsiones básicas”, en palabras del sociólogo ruso.  

Hoy volvemos a debatir sobre la manipulación de los afectos en las redes sociales para fines políticos. Claro que el ecosistema de comunicación es distinto al de Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler. Pero los principios subyacentes para manipular a las masas parecen que no han cambiado mucho. Los reportes de prensa señalan que Cambridge Analytica desarrolló una metodología que le permite establecer perfiles psicológicos (psicográficos) de los usuarios de Facebook y así tocar teclas emocionales que pueden influir sus preferencias políticas y el voto. Se trataría del retorno de la teoría hipodérmica, en la que la audiencia sería la “víctima” indefensa de poderosos medios, en una relación de causalidad cuasi perfecta entre el mensaje difundido y el comportamiento observado.

Las investigaciones sobre los medios de comunicación, sin embargo, indican que sus efectos no responden a una lógica de causalidad estímulo – respuesta. Existen factores que intervienen en la forma en la que la gente usa, percibe y procesa lo que ve en los medios, las famosas “mediaciones” de las que habló el profesor colombiano-español Jesús Martín Barbero. Pero vivimos un cambio importante en la capacidad que tienen hoy los gobiernos, las corporaciones y los partidos políticos de analizar millones de datos y a través de sofisticados algoritmos difundir mensajes e imágenes a una audiencia cada vez más segmentada. Uno debe preguntarse, entonces, qué rol jugarán las mediaciones de Martín Barbero – nuestras referencias culturales, valores, familiares, amigos y otros grupos de influencia – en la que forma en la consumimos información y entretenimiento en las redes digitales. ¿Estaremos condenados a vivir el “realismo distópico” que nos presenta la serie británica Black Mirror en la que los medios digitales penetran hasta en lo más íntimo de un ser humano demasiado torpe para resistir esa tentación, según las palabras de su propio creador Charlie Brooker?

El debate sobre la influencia perniciosa de Facebook y de empresas inescrupulosas como Cambridge Analytica revela la importancia de las emociones en nuestra vida pública. El problema se plantea en términos no solamente de la manipulación afectiva – lo que una cierta tradición cartesiana ha considerado subsidiaria de la razón – sino del papel que juegan las emociones en la que forma en la que nos relacionamos con los otros y en la que conocemos el mundo que nos rodea. Como lo ha dicho recientemente el neurocientífico Antonio Damasio, “La cultura funciona por un sistema de selección parecido al de selección genética excepto que lo que está siendo seleccionado es un instrumento que ponemos en práctica. Los sentimientos son un agente en la selección cultural. Creo que la belleza de la idea está en ver los sentimientos como motivadores, como un sistema de vigilancia, y como negociadores”

¿Estaremos frente a un cambio de paradigma en este proceso evolutivo socio-cultural? ¿La “algorimitización” de las emociones significará un cambio en nuestra forma de concebir la humanidad? ¿Tendrá razón el historiador Yuval Noah Harari cuando afirma que la “religión tecnológica” (la llama “dataísmo”) está transformando de tal manera a Sapiens (al ser humano) que lo hará irrelevante y lo pondrá en la periferia en un mundo dominado por los algoritmos?

Son preguntas complejas que resultan difíciles de responder de forma unívoca. En todo caso, pareciera que nuestra torpeza, o nuestra pereza, probablemente contribuyan en convertirnos en marionetas de nuestros propios afectos. Cada vez surgen más evidencias de que los medios digitales están cambiando la configuración de nuestro sistema nervioso y nuestras formas de socialización, lo que no necesariamente anuncia consecuencias positivas. Sherry Turkle, profesora en el MIT, observa en su libro Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other (Basic Books, 2011) que ya hay muestras de insatisfacción entre jóvenes que viven pendientes de la imagen que proyectan en las redes sociales y que no tienen la experiencia de la introspección, madres que sienten que la comunicación con sus hijos vía mensajes de textos es más frecuente pero menos sustantiva, y usuarios de Facebook que piensan que las banalidades que comparten con sus “amigos virtuales” devalúan la verdadera intimidad entre amigos.  Si la tendencia se mantiene, es decir, si las relaciones virtuales sustituyen al contacto cara a cara, es posible que veamos más aislamiento, individualismo y menor cohesión social, lo que no augura nada bueno para la supervivencia de la democracia.

Es probable también que la expansión de las redes digitales no nos haga necesariamente seres más racionales. Aunque tengamos acceso a más información y participemos en más debates públicos sobre asuntos que nos afectan como individuos y como sociedad, esto no quiere decir que lo hagamos de forma más racional o basados en argumentos con base en la ciencia.  El reforzamiento de los fundamentalismos religiosos, de los nacionalismos, de las creencias en todo tipo de sectas y modas New Age son síntomas de un “retorno de los brujos” o del pensamiento mágico en nuestra sociedad digital. La expansión de la galaxia mediática, por usar una imagen del canadiense Marshal McLuhan, puede servir para que discursos míticos tengan impacto en las mentes de quienes buscan certidumbres en un mundo donde no hay muchas.

Y esta galaxia es también el espacio en el que desplegamos nuestros egos, a veces con una necesidad compulsiva de reconocimiento. Resume bien este estado del alma la letra de ese tema de West Side Story en la que María canta: “I feel pretty, Oh, so pretty, I feel pretty and witty and bright…”. Así van muchos por el ciberespacio, repitiendo ad nasueam lo hermosos, brillantes, incorruptibles, oportunos u ocurrentes que son. Es este conocimiento de nuestros egos, cuantificados en big data y transformados en algoritmos afectivos, que las corporaciones y partidos explotan para darnos, como lo dijo Andy Warhol, nuestros quince minutos de fama.

@narrativaoral

* Profesor en la Universidad de Ottawa (Canadá)

Candidatos inician campaña este sábado rumbo a las regionales

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El Poder Electoral de Venezuela colocó este viernes sobre la mesa las reglas del juego para que los candidatos a las 23 gobernaciones del país caribeño inicien sus respectivas campañas electorales durante un lapso de 20 días en los que podrán hacer sus actividades proselitistas y divulgación propagandística.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció a través de un comunicado que el lapso de la campaña comenzará este sábado y culminará el próximo 12 de octubre “a las doce de la noche”.

Según la normativa electoral del país, las organizaciones políticas y los candidatos pueden “contratar la difusión de propaganda electoral a través de los prestadores de servicios de televisión pública y privada”, y fija el límite de tiempo que puede utilizar cada candidato según el tipo de medio.

Los comicios para escoger a los 23 gobernadores del país caribeño serán el próximo 15 de octubre, aunque, en principio, es un proceso electoral que debió realizarse en diciembre de 2016.

De cara a estas elecciones, la oposición venezolana reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció la conformación de su Comando de Campaña Nacional, aparte de los 23 comandos regionales que ya tiene.

En un comunicado, la MUD señaló que el objetivo de este comando nacional “es derrotar a (Nicolás) Maduro en las 23 gobernaciones, poner esas instancias en las manos y al servicio de nuestro pueblo y aproximarnos decididamente (…) al objetivo de la superación de la dictadura y de su fracasado modelo, generador de violencia, hambre y pobreza”.

Esto, según la coalición, va en “línea con la estrategia que ha desarrollado la Unidad Democrática junto con el país”.

El comando será coordinado por el alcalde del capitalino municipio de Baruta, Gerardo Blyde, y por representantes de cada uno de los partidos que conforman la alianza opositora.

Por su parte, el CNE indicó que durante el lapso de campaña se desplegará en todo el país una feria electoral, con la que pretende orientar a los votantes sobre la oferta de candidatos y el mecanismo de sufragio.

Según la agencia estatal venezolana AVN, este plan, además, “tiene como finalidad propiciar la participación de los ciudadanos en los procesos electorales y demás consultas populares”.

En la jornada electoral están llamados a votar 18.094.065 venezolanos, de acuerdo con el corte del Registro Electoral correspondiente a julio de este año.

Las regionales se llevarán a cabo en medio de la tensión política entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y su oposición, cuando Maduro afirma que hay un proceso de diálogo, mientras que los opositores sostienen que hasta que el oficialismo no dé ciertas garantías no habrá diálogo.

También se harán con una oposición que atraviesa por un momento de antipatías con sus partidarios y su poder de convocatoria menguado tras las protestas entre abril y julio, que dejaron a su paso más de 120 muertos.

El Gran Planificador, por Víctor Maldonado

pensador

A Fiodor Dostoyevski

 

La última vez que lo vieron fue en aquellos oscuros años de la Santa Inquisición. La fecha exacta se ha perdido. Pero vino a ver la cara de aquel mal llamado protector de la fe. Los medios para la salvación se habían convertido en fines en si mismos. La iglesia se había trastocado en una maquinaria terrible donde se molía cualquier forma diferente de apreciar a Dios. La verdad se había transformado en un argumento de poder a favor de quienes lo ejercían. Se habían olvidado que Él había puesto el énfasis en el amor. De eso no quedaba nada. La bula Ad extirpanda, promulgada por el papa Inocencio IV el 15 de mayo de 1252, había legalizado la tortura contra “los heréticos, que eran ladrones y asesinos de almas, y que no debían ser tratados mejor que si fuesen literalmente ladrones y asesinos». Todo su mensaje había sido olvidado. Vino, experimentó esa dura sensación de sentirse defraudado, y se fue en silencio, esperando tiempos mejores. El fuste torcido de la humanidad nunca da tregua.

Ha vuelto. Ahora está de nuevo entre nosotros. Otra forma de terror se ha enseñoreado entre los hombres. El mal no descansa en su constante mutación. Sin embargo, sigue siendo el mismo, y usando las mismas armas para reducir en el hombre el libre albedrío. La tentación originaria fue demarcada en esas cuatro palabras que perturbó todo el plan divino. La serpiente azuzó el pecado y se atrevió a susurrar una oferta irresistible: “Y seréis como dioses”. El mal siempre ha querido suplantar los designios de Dios, convertirse en su falso heraldo, apropiarse de las ansias de los hombres, expoliar su libertad. ¿Se puede administrar la vida de la gente? ¿Ese es el plan de Dios? ¿Acaso Dios nos concedió la libertad para que otro viniera a confiscarla, ofreciendo otra mana, otra tierra prometida, otro paraíso? ¿No es acaso la misma Inquisición de hace ocho siglos? ¿No termina sufriendo el hombre indefensión ante las brutales embestidas del poder?

Su paso por las calles de las ciudades pasó inadvertido. Pudo ver cómo la gente sufría hambre, enfermedad y desolación. Se sorprendió de esa fatal indiferencia con la que todo se dejaba transcurrir sin que hubiera una señal de conmiseración. También pudo contemplar el odio y la violencia ejercida con furor primitivo. Tan rápido que pasa la muerte a ser la esencia de lo que antes estaba vivo. Un balazo, un puñal, y todo comienza a dejar de ser, en medio de un silencio que transpira miedo e incapacidad. El mal tiene esa falta de color, ese negro que desafía cualquier haz de luz. En su caminar pudo ver con dolor como operaba la muerte insensata y sintió cómo cientos de miles de vidas habían sido truncadas en una orgía de odio infernal. Apreció en toda su malignidad ese poder ejercido sin los dones de Dios. Él solo había venido a calibrar la esencia del mal contemporáneo. No estaba dado que interviniera. Esta vez no habría ninguna resurrección. Ninguna señal diferente a la experiencia misma. Ningún otro mensaje que el que ya había sido dado desde el principio de los tiempos. Pero “si no se convierten, afilará la espada, tensará el arco, y apuntará”.

También se expuso a la institución de la mentira. La propaganda de la irrealidad que se impone a la gente hasta llegar a poner en duda lo que en verdad estaba ocurriendo. La misma vieja tentación de la serpiente originaria, ahora trastocada en vivencia fútil y promesa irrealizable. Todo el presente se condicionaba a un futuro que se confiscaba hoy. El tirano se asomaba y ofrecía un “paraíso que vendrá alguna vez, mientras tanto, mientras llega, les toca a ustedes la esclavitud y el arduo trabajo de volver a construir las pirámides de la inutilidad”. Con asombro pudo analizar cómo en el transcurso de la servidumbre eran miles los ardides intentados para mantener a la gente apaciguada. Un carnet, “el de la patria nueva”, es entregado como una constancia del adeudo, sabiendo que es estéril intentar conseguirle otro significado que un registro más que se suma a otros anteriores, una señal de la persecución moderna, el viejo tatuaje de los campos de concentración, pero sin dejar marca ni comprobación. No hay peor pecado que esta manipulación constante. Debajo de la mentira yace aplastado el plan originario, la libertad y las capacidades del ser humano para proveerse dignidad, y entre todos, justicia. Todo parece haberse consumado.

En algún momento, una ráfaga de gracia lo hizo ver diferente, aun en medio de una multitud que, enfurecida clamaba a Dios con las mismas palabras que alguna vez lo hicieron los que se consideraban pueblo elegido. “Extravía Señor el camino de los malvados, y acompáñanos en la recuperación del camino de la justicia”. Pedid, y se os dará, recordó que fue una de sus promesas cuando como uno más recorría la tierra. Una patrulla se lo llevó sin que Él prestara resistencia alguna. En el largo y accidentado trayecto pudo ver mil caras y millones de resentimientos. Pudo rozar el rencor por el tiempo perdido. Se percató de la vergüenza de aquel que se entregó a la idolatría ideológica. Sintió el pavor de aquellos que preferirían no pelear. Sintió el tufo de la traición del que se entrega. Pudo entrever las caras de Judas y el brillo sanguinolento de las treinta monedas. Sintió el sabor de la confusión. Pudo tantear la maquinaria asesina que transformaba a sus objetivos en una masa sin cara, sabiendo, no obstante, que estaban a punto de clausurar vidas, sueños, afectos y posibilidades. Entendió, con terror, que el hombre se estaba vaciando rápidamente de amor, y que ese espacio estaba siendo ocupado por la oscuridad más absoluta. “Señor, cuántos son mis adversarios. Cuantos se levantan contra mí, disfrazados de ángeles de luz. Predican el amor, pero practican el odio. Dicen que están al servicio de la gente, pero la verdad es que los tienen a todos en la más abyecta condición de servidumbre”. ¡Han confiscado el nombre de Dios!

Una habitación lúgubre fue el lugar del encuentro. El Gran Planificador estaba allí, sentado, tratando de adivinar los porqués. Un largo silencio hizo la antesala, mientras las dos miradas combatían en un intento fallido para comprender. “Mal momento para tu venida” atinó a decir el burócrata devenido en Dictador Supremo. “Si quisieras a los hombres, si estuvieras pendiente de tu rebaño, no los expondrías a la caída de los precios del petróleo y a la guerra económica emprendida desde el egoísmo de los que más tienen. Dejaste de enviarnos tus dones, y ahora solo puedo repartir promesas que, tal vez, nunca podré honrar. Tú, que todo lo puedes, estás conspirando contra una ley científica y universal: Ellos están condenados a ser igualados por la fuerza de los hechos, y nosotros, una minoría esclarecida, tenemos la obligación de llevarlos a la tierra prometida, donde no hay diferencias, donde la igualdad es el signo de los que son libres. Tú hiciste agreste el camino, Tú los quisiste libres, y ellos no quieren serlo. Ellos cambian su libertad por un mendrugo de pan, hacen trueque con el espectáculo. Se han acostumbrado a esta orgía distributiva, digna heredera del becerro de oro que trastocaba tus austeras noches en el desierto por episodios de desenfreno que podían durar semanas. Tú no entiendes nada. El dios que ellos quieren es el que da sin exigir otra cosa que sumisión y silencio. Esa es su felicidad, y yo soy su proveedor. Por eso Tú estás allí, esposado y condenado a morir en uno de mis más oscuros calabozos, mientras que yo sigo al frente, repartiendo lo que tengo en inventario, cuando hay pan, doy pan, y si no, doy palo. La gente me teme, y eso es mucho más estable que tu frágil mandamiento del amor unilateral. Si me temen, puedo incluso obligarlos a que me amen”.

El Gran Planificador se sentía más cómodo. Este también era un monólogo impuesto violentamente por la fuerza ejercida con pureza criminal. Se sintió animado, y continuó. “No hay poder que se me iguale. Incluso los que se sienten preferidos por la fortuna se levantan y proclaman delante de todos que se sienten agradecidos, y que felicitan esta ecuación perfecta donde Yo accedo a las demandas de los privados y el pueblo. Las tres P, le dicen. Todos fundidos y confundidos en una misma pasión arrebatadora, el dislate rentístico, el saqueo de los recursos, sin importar que el telón de fondo sea el duro palo que aplaca, el hambre que aquieta, la violencia que silencia, la extorsión que apacigua, la mentira que confunde, el caos que enreda. Allí se les acaban las oraciones y los buenos deseos, y comienzan a salivar para conseguir estar más cerca de mí, su nueva y real deidad. Yo si hago milagros. Rescató al mediocre, empoderó al criminal, patrocino la mentira, invierto en la impostura, y desalmo al país hasta dejarlo presa de su propia oscuridad. Tú sabes que soy tu anticipación destruccionista, soy el mal organizado para garantizar ese vacío que Tú inauguraste con el agua cuando inundaste al mundo, o con el fuego cuando decidiste acabar con Sodoma y Gomorra. Yo soy tu argumento más eficaz”.

El silencio era la única respuesta. Y una mirada penetrante que traspasaba la coraza de mentiras para llegar a la esencia. Pensaba, y su pensamiento se esparcía con la luminosidad de una centella por todo el cuarto. “Al final el hombre optará por su libertad. Al final superará la confusión. Al final optará por la verdad. Al final rescatará su dignidad, porque las instituciones del mal no son sostenibles. Yo en el aprieto, doy holgura. Repudio el mal, lucho contra la mentira y detesto a los malhechores, sanguinarios y embusteros. Yo venzo a los sepulcros abiertos que halagan con la lengua y destruyen con sus manos. Yo soy reconstrucción. Tú eres la perdición donde al final estás condenado a perderte. Yo soy la bondad y tú solo eres la fuerza. Yo soy la razón y tú solo eres el sinsentido. Yo soy la libertad como don, y tú un carcelero”.

No le estaba dado al Gran Planificador comprender la esencia de su error. Miraba con desparpajo mientras imaginaba una muerte sin cruz para aquel que tenía al frente. Uno más, vencido por el argumento más preclaro, porque el que tiene la fuerza impone sus condiciones. “Volviste en mala época. Te cuadraste mal de nuevo”, atinó a decir con soberbia desbordada. Pero el otro callaba. Se cruzaban las miradas y el silencio era un grito ensordecedor. “¿Por qué se gloria el malvado de su ambición y el codicioso se felicita con su insolencia, si al final toda codicia termina siendo el polvo en el que te convertirás? Todos están sometidos al escrutinio, algún día rendirás cuentas y saldrás fallo. Serás contado, pesado, dividido, y puesto fin a tu época. Serás vencido porque has querido ser como dios, siendo como eres un insignificante arrebato de maldad”. Todo eso pareció haberse dicho, pero solo dijo “No entiendes nada”.

“No entiendes la portentosa capacidad de los que deciden luchar por su libertad. No atinas a comprender que, llegado el momento, lo que parecía desecho pasa a ser piedra angular, la debilidad se transforma en fuerza, el desánimo en determinación, y la complacencia pasa a ser exigencia de cambio. Demasiados siglos son testigos de la única cosa que está fuera de tu capacidad de dominio, una verdad que no ha sido quebrantada, tan simple como que el mal nunca se impone definitivamente. Y ese también será tu destino. Los que ahora sometes, cautivarán a sus cautivadores y dominarán a sus opresores. Y la gente, poco a poco, restaurará las bases de su libertad, la única arma que pueden blandir contra su propio pecado”.

Una chispa iluminó toda la sala y mostró que ya no había nadie más que un pobre poderoso solitario condenado a descontar los días. Él se había ido, no estaba previsto que muriera de nuevo, eso ya había ocurrido. Algunos dicen que lo vieron en medio de las nubes de gas represor, sereno y firme, del lado de los que apresuraban el paso para abrir las puertas de la libertad.

@vjmc

La Guerra Psicológica, por José Toro Hardy

Cerebro

 

La guerra psicológica es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas en la búsqueda de objetivos de control social, político, o militar. Como en la guerra militar, el  plan de una guerra psicológica está orientado a aniquilar, controlar o asimilar al enemigo. El fin de la guerra psicológica es destruir la moral.

El actual gobierno venezolano, que no piensa sino en términos militares, sabe perfectamente que está derrotado en todos los frentes. Sabe que su famoso “Socialismo del Siglo XXI” ya no es viable. Ese modelo vivió días de gloria con motivo del aumento simultáneo de todas las materias prima. Gracias a los ingresos extraordinarios que obtuvieron, algunos líderes políticos marcadamente izquierdistas pudieron imponer en buena parte de Latinoamérica gobiernos de corte populista y en mayor o menor grado autoritarios.

Ahora bien, dada la notoria incapacidad de esos líderes para aprovechar esos ingresos de carácter extraordinario para crear economías autosustentables, utilizaron la bonanza para montar una suerte de experimento basado en el engaño de los pueblos. Hicieron creer a los ciudadanos que ellos eran capaces de crear una verdadera y profunda transformación social, cuando en verdad lo que estaban haciendo no era otra cosa escenificar un modelo de reparto, basado en dádivas que no era posible sostener si caían los precios de las materias primas.

Fueron genios en el arte de la destrucción, pero absolutamente incapaces de construir. Sólo una escenografía inútil y empobrecedora que está llevando al pueblo venezolano a lo que sin duda es la peor crisis de nuestra historia republicana. En el proceso destruyeron las instituciones y demolieron las bases en las cuales se basa el funcionamiento de la democracia. Pues bien, ya la obra llegó a su final y el público está decepcionado y frustrado.

Incapaces de reconocer su derrota recurren a lo único en lo que verdaderamente son buenos: al arte de la propaganda. Tratan de convencer a la población más humilde de que culpable de las tremendas privaciones a que está sometido el país es la “guerra económica”.

Vano intento del gobierno. El pueblo humilde no se está tragando el cuento.  Lo que sí me preocupa es que en quienes deberían constituir el sector más pensante de la población, el gobierno parece estar teniendo cierto éxito. Ha sido capaz de sembrar  una incomprensible desesperanza.

Recordemos: En las elecciones del 6D el oficialismo sufrió una aplastante derrota. La MUD obtuvo las 2/3 partes de los miembros de la Asamblea y, aunque mediante medidas apartadas de la Ley la Constitución el gobernante intenta desconocer esa victoria, lo único que logra es acaparar la atención de la comunidad internacional que por primera vez está consciente de lo que está ocurriendo en Venezuela.

El gobierno trata de convencernos de que el Referendo Revocatorio no va. ¡Nada de eso! Depende enteramente de la actitud de los ciudadano -ahora con el decidido apoyo de la comunidad internacional-  que ese mecanismo se lleve a cabo dentro del presente año. Si los ciudadanos se movilizan, no hay fuerzas en el gobierno capaces de impedirlos. Cada acción irracional del gobierno tiene un costo político elevadísimo para el oficialismo, que los coloca al borde del concepto de estado forajido.

Tengamos también presente: El pesimismo que logran sembrar en la población no guarda ninguna relación con la desesperanza y el temor que existen en el bando del gobierno. Aunque algunos de ellos piensan que no tienen a donde correr y optarían por morir con las botas puestas, la realidad es que la inmensa mayoría del bando oficialista quiere una salida civilizada.

Las filas del oficialismo están erosionadas por el temor y también por divisiones internas de todo orden. Tienen la convicción de que un grupo relativamente pequeño ha incurrido en monstruosos crímenes de DDHH, corrupción y tráfico de drogas y no están dispuestos a atar su propio destino a la suerte de esos delincuentes.

Observan lo que viene ocurriendo en la América Latina. Saben que el “Populismo del Siglo XXI” está expirando. No cuentan con Chávez ni con Lula, ni con Kirshner que fueron los máximos exponentes del modelo. Cristina fue vencida y Dilma fue sacada en un impeachment. El modelo está ahora en manos de segundones. Evo Morales fue derrotado y por tanto va de salida y, Correa en Ecuador, optó por no concurrir a las próximas elecciones. En Nicaragua, Ortega está contra las cuerdas. El modelo está haciendo agua por los cuatro costados y su derrota final habrá de producirse en Venezuela que fue donde nació.

No nos hagamos eco del derrotismo que tratan de sembrar en nosotros a través de una guerra psicológica. ¡Vamos a vencer! ¡Todas las condiciones están dadas! ¡Adelante sin miedo!

 

@josetorohardy

petoha@gmail.com

 

Cavidea rechaza apertura de procedimiento en su contra por supuesta propaganda electoral

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La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) expresó su rechazo a la apertura de un procedimiento administrativo en su contra por supuestamente violar la Ley Orgánica de Procesos Electorales.

De acuerdo con un pronunciamiento hecho por la rectora principal del CNE, Sandra Oblitas, la institución mostró propaganda alusiva a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, lo que está prohibido para las organizaciones políticas no postulantes y las instituciones que no participan en los comicios.

Juvenal Arveláez, presidente ejecutivo de Cavidea, dijo, a través de un comunicado, que no existe justificación para una medida como esta porque la campaña a la que se refiere el organismo electoral, llamada «Hecho en Venezuela», fue exclusivamente institucional y divulgada en los medios de comunicación, el pasado mes de julio.

El presidente de la institución señaló que el contenido de los videos no tiene relación con la política. Indicó que el objetivo era explicar didácticamente el proceso de adquisición de materias primas e insumos importados por parte de la industria venezolana de alimentos e insistir en la propuesta de impulso de la producción nacional. Arveláez acotó que presentarán alegatos y pruebas en defensa de la organización en los lapsos establecidos en la notificación.

 

Defensa de Ricardo Hausmann: El Universal comete delito contra el economista

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Los abogados penalistas José Amalio Graterol y Thelma Fernández como apoderados judiciales del economista y catedrático de Harvard Ricardo Hausmann, manifestaron  su repudio a la publicación realizada por el periódico El Universal en su edición 37.217, cuerpo 1, página 16, de fecha 14 de noviembre de 2015, en la cual se pudo ver media página a todo  color con la imagen de Ricardo Hausmann en donde se le señala de “Delincuente, hambreador de los paquetes neoliberales”.
Según los abogados, dicha publicación es absolutamente delictiva de acuerdo a lo que establece el ordenamiento jurídico venezolano, puesto que el ciudadano Ricardo Hausmann no ha sido condenado por la comisión de delito alguno como para tildarlo de delincuente y exponerlo al desprecio público; indicaron que si existiese un proceso penal en su contra se le podría hacer este tipo de calificativos por cuanto prevalecería el principio de presunción de inocencia hasta tanto se dicte sentencia definitivamente firme.
Los abogados señalando que están estudiando las acciones legales a ejercen en contra del referido medio de comunicación, tanto penales por la comisión de delitos, como civiles por el daño moral que con su publicación le han causado al ciudadano venezolano Ricardo Hausmann.
Señalaron los apoderados judiciales que resulta alarmante que un periódico centenario que otrora fue una institución del periodismo nacional, considerado por muchos como uno de los periódicos más serios del país, se haga participe a través de su directiva en hechos de esta naturaleza capaces de dañar el honor y la reputación de un ciudadano en particular, sin medir las consecuencias personales que les acarrea dicha acción a cada uno de sus miembros.
También expresaron que lo anterior además sentencia al ciudadano Ricardo Hausmann a un silencio obligado ya que tratándose el acto injurioso de una publicidad, el afectado no puede hacer uso del derecho constitucional a réplica, quedando sujeto a recurrir solamente a las vías judiciales ante los órganos competentes.
“Nos preguntamos si de ser el caso que nuestro representado solicitara la publicación de un acto similar en contra de algún alto funcionario del gobierno, ¿la junta directiva de ese medio impreso accedería a tal petición?” Indicó la abogado Thelma Fernández
“Es curioso observar este tipo de publicaciones cuando en la actualidad altos funcionarios públicos mantienen demandas penales y civiles en contra de otros medios de comunicación, por el simple hecho de reproducir informaciones que han sido reseñadas en otros medios de comunicación internacionales, lo cual a diferencia de esto, no constituye ningún delito.” Puntualizo José Amalio Graterol
D. Blanco Nov 06, 2015 | Actualizado hace 8 años
¿Chávez vota? por José Domingo Blanco

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¡Una jugarreta desesperada! No puedo calificar de otra manera el hecho de que el Polo Patriótico haya desempolvado discursos de Chávez invitando a votar en las elecciones parlamentarias del 2010, y utilizarlas como propaganda para las próximas elecciones del 6D. Así como les estoy contando. Lo vi en VTV –el que en teoría debería ser el canal de “Todos los venezolanos”-. Es el difunto presidente, vehemente y amenazante como fue siempre, resucitado por obra y gracia de los archivos digitales, diciendo las razones por las cuales no se debe votar por los candidatos de la derecha. Es Chávez, a quien este régimen no puede dejar en paz, invitando a los electores a votar por los candidatos del Polo Patriótico, los únicos que –como vocifera en el discurso- pueden garantizar la continuidad de su proyecto. De nuevo, sin importar que se encuentre en el más allá, el difunto “eterno” es quien sale de su descanso “eterno” para comenzar la contienda electoral “eterna”.

Ahora entiendo por qué en las instituciones públicas, hace poco, comenzaron a repartir entre los empleados un libro patético, titulado “Sigamos La Huella de Nuestro Amado Comandante HUGO CHÁVEZ FRÍAS”, editado por el Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social de Trabajo –que dicho sea de paso, me entero de la existencia de esta cartera que no sé a qué se dedica o si es el mismo Ministerio del Trabajo estrenando un nombre tan rimbombante. El asunto es que el libro llegó a mis manos. Y no pude resistir la tentación de ojearlo. En su presentación había loas como estas: “El pasado 5 de marzo de 2014 se cumplió un año de la develación al mundo de la universalidad y eternidad del pensamiento y la acción de nuestro amado Comandante Hugo Chávez Frías”… No sé cuántas veces conté la frase “Nuestro amado Comandante”, muy utilizada, por cierto, en regímenes como el Norcoreano. Después, el resto de los capítulos, eran extractos de los discursos de Chávez sobre fastidiosos temas en los que discurría por horas eternas.

Sin embargo, soy de la opinión de que Chávez ha perdido adeptos, así insistan en editar millones de copias de este libro o invadan el Sistema de Medios Públicos con sus chácharas. Ha pasado suficiente tiempo como para que la culpa de lo que estamos sufriendo sea total y completamente de este régimen. Y todos los venezolanos –chavistas o no- saben de la mano de quién fue instaurado. Aquellos que antes admiraban a Chávez y lo seguían incondicionalmente, hoy no están para nada contentos con su hijo político, a quien ven como un sucesor deplorable: el potenciador de la crisis sin precedente que vive Venezuela. Y sienten que el comandante interplanetario como que no acertó con esta designación impuesta, a modo de última voluntad. Por eso, ya no me sorprende encontrar chavistas muy desencantados que comienzan a reconocer en el difunto presidente algunas cuotas de responsabilidad de esta caótica situación. Sólo aspiro a que la cifra de descontentos se incremente exponencialmente, y ya no haya nada que el CNE, o el PSUV o el mismo Nicolás puedan hacer para esconder la derrota.

Por eso, la propaganda que vi en el canal 8 y escuché en varias emisoras de radio. El  gobierno tiene que apelar a todo: a Chávez, al precio justo, a las fiscalizaciones, al cierre de negocios, al remate de mercancía, a los aumentos de sueldos, al Cestatickets. Quieren mantener el control de la Asamblea “como sea”, para seguir haciendo lo que les venga en gana. ¿Les funcionará resucitar a Chávez? Es una estrategia que ya les funcionó en otra ocasión: ¿o acaso Nicolás es presidente gracias a su carisma e intelecto propios?  El Polo Patriótico se está blindando y aceitando su maquinaria. El régimen está impermeabilizando la cúpula del Capitolio para que no entre nada que no sea lo designado por ellos. No hay acceso equilibrado en los medios gobierneros para los candidatos no oficialistas. Desvían los recursos del Estado para hacer proselitismo político. Impiden la inscripción de candidatos de Marea Socialista y otros que, sin duda, les habrían arrebatado una buena cantidad de votos. No hacen auditoría electoral desde el 2005. No hay control jurídico sobre las actuaciones del CNE, y mucho menos pronunciamientos al respecto de la Sala Electoral del TSJ. Pero, eso no es suficiente: hay que poner al difunto presidente a hacer la campaña.

En el programa que hice este jueves 5 de noviembre, coloqué el audio de la propaganda y “Las chicas de Jhonattan” lanzaron una pregunta: ¿Chávez ganará de nuevo las elecciones del 6D? Las respuestas no se hicieron esperar: “La carencia de discursos convincentes en el PSUV hace que vengan voces de ultratumba” respondió un audio participante. “Perderá postmortem las elecciones del 6D”. “Sí, Chávez va a ganar porque ambos bandos defienden su legado”. Otro, por su parte, comentó que lo que estamos viviendo es “una tragedia MUD-PSUV”. Y otro dijo que “el 6D va a ganar Chávez; pero, va a perder Maduro y el PSUV”

¿Chávez será capaz de mejorarle la imagen y la popularidad a Maduro? ¿Ganará el difunto presidente la mayoría de los curules para sus nariceados candidatos? Como le escuché decir a un arlequín popular: “ya no importa lo que ocurra de aquí al 6D. De haber elecciones, es porque saben que van a ganar. De no haberlas, es porque están convencidos de que van a perder”.

 

@mingo_1

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La invención de la realidad por Alberto Barrera Tyszka

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Lo del mango es francamente extraordinario.No puedes dejar de verlo. Es insólito. El presidente recibe la fruta directo en la cabeza. Se agacha un poco. Luce azorado. No se lo cree. ¿Un mango? La gente se ríe, comenta, lanza al aire expresiones, grita. Él parece confundido y, al final, devuelve la fruta. A la distancia, Maduro parece incluso un poco avergonzado. Y probablemente tiene razón. Ese pequeño suceso también es un dato estadístico. Es una encuesta que tal vez jamás mencione Hinterlaces. Es una contundente opinión sobre su gobierno, sobre su figura. A Chávez jamás le hubieran lanzado ni siquiera una semilla de parchita. ¿Qué está pasando? ¿Acaso ya no lo respetan? ¿Qué significa esto? ¿Alguien recuerda cuando a George W. Bush le lanzaron un zapato?

En la siguiente escena, el presidente está en Anzoátegui. Fresco, sonreído. Parece otro. Cuenta la experiencia, habla de la cantidad de mensajes que recibió en ese acto y, de pronto, menciona el mango. De lo más seguro, de lo más McLuhan: el mango es el mensaje. Habla con naturalidad y muestra la fruta con un texto escrito en gruesa tinta negra. Un nombre, un teléfono, una llamada de auxilio. Resulta entonces que dentro del mango hay una mujer que, como premio, recibirá un apartamento. Olvídate de Twitter. La naturaleza ofrece una poderosa red social, mucho más efectiva y directa. La vida es un guacal. Si quieres resolver tus problemas, lánzale una patilla al presidente.

Lo que realmente me parece extraordinario es lo que no podemos ver. Lo que existe entre esos dos mangos. Esa línea de sombra y silencio que va de una fruta a otra. Ahí se oculta un equipo de genios anónimos, una feroz agencia de publicidad que combina tres elementos letales: mucha creatividad, mucho dinero y ningún escrúpulo.

¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Cómo actúan? Tienen una capacidad de reacción admirable. Trabajan con una velocidad y con una eficacia sorprendentes. En menos de 24 horas inventan y producen una ficción que convierte una burla al poder en una breve telenovela que promueve al poder. Publicitariamente, trabucan las debilidades en fortaleza. Son unos maestros del engaño masivo. Con gente como esa, podrían realizarse muchas temporadas más de Mad Men. Son los verdaderos reyes del capitalismo salvaje. Los profesionales del marketing político. Los que día a día convierten la mentira en una renovada verdad nacional.

No se trata de simple propaganda. Es algo mucho menos artesanal. Se trata de un ejercicio permanente de creatividad, de producción de sentidos. Se trata de una continua invención de la realidad. El mango vacío cruza como una pedrada inquieta y luego regresa domesticado, lleno de un significado distinto, transformado en una nueva promesa.

Es un procedimiento que puede aplicarse a casi todos los ámbitos. Las supuestas denuncias de Leamsy Salazar contra Diosdado Cabello se devuelven convertidas en un supuesto todavía mayor, en un tal Jim Luers, un vocero invisible que citan VTV y Telesur, que sirve para legitimar que el poder demande judicialmente a unos medios de comunicación. El oficialismo es, cada vez más, una inmensa compañía actoral. Debe salir a escena a vender los nuevos mangos. Para ser un buen revolucionario se requiere más oratoria que ideología, más telegenia que disciplina, más histrionismo que moral. La revolución es una ficción sin límites.

Entre lo que ocurre y lo que el gobierno dice que ocurre hay siempre un acto imaginativo, una ejecución virtual. Toma al azar cualquier caso: los asesinatos de Otaiza o de Robert Serra; la crisis eléctrica y la reducción del horario laboral de todas las dependencias públicas; la reservas de oro empeñadas en un banco extranjero; la muerte de nueve personas en uno de los edificios de la Gran Misión Vivienda… La realidad es un mango. Un mango que hay que pintar rápidamente. Un mango que requiere otra historia. Una nueva piel, un maquillaje diferente. Un mango que necesita urgentemente ser inventado.

 

@Barreratyszka

El Nacional