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Organización Internacional para las Migraciones

OIM: Venezolanos siguen encabezando grandes migraciones de las Américas
Una investigación halló que, entre enero y febrero de este año, 18.000 venezolanos ingresaron a Panamá, de forma regular, principalmente a través de puntos de entrada aéreos

 

El más reciente informe de la Oficina Regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que «los venezolanos son quienes tienen un papel protagónico en los grandes movimientos de las Américas, impulsados por la compleja situación en su país de origen y en los países de tránsito».

La investigación «Tendencias migratorias en las Américas», de fecha febrero de 2023, también expuso que entre enero y febrero de este año 18.000 venezolanos ingresaron a Panamá, de forma regular, principalmente a través de puntos de entrada aéreos.

«Durante el 2022, tanto Panamá como Honduras contabilizaron números récord de migrantes en sus puntos fronterizos. En este 2023, las autoridades panameñas anunciaron que entre enero y el 26 de marzo han transitado de manera irregular por Panamá desde Colombia 78.585 migrantes, de estos 25.666 son venezolanos, 21.804 haitianos y 13.842 ecuatorianos. El total de encuentros en la frontera suroeste de los Estados Unidos aumentó un 27% (total 2.577.669) en comparación con el 2021, con una recomposición de las nacionalidades principales, habiendo como novedad significativa participación de nacionalidades suramericanas», detalla el informe.

De acuerdo con la investigación, uno de los hechos que mayor impacto causó en los movimientos migratorios en estos países fue la apertura del Programa de Regularización Humanitaria en los Estados Unidos. Aunque en principio estuvo dirigida a venezolanos, posteriormente incluyó a cubanos, haitianos y nicaraguenses.

«La iniciativa acordó tramitar al menos 30.000 autorizaciones de viaje al mes. Durante el mes de febrero de este año, 22.755 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos (incluidos los familiares directos, en su caso) ingresaron al programa de regularización humanitaria a través de los procesos de la Oficina de Operaciones de Campo de CBP, que desde el 2022 cuenta con una serie de normativas establecidas para migrantes de estos cuatro países».

Otro de los hallazgos de la investigación es que, si bien Bolivia es uno de los países con menor número de venezolanos habitando en su territorio, es un importante punto de tránsito para esta población, pues «frente a las restricciones en el cruce desde Perú a Chile, muchos refugiados y migrantes venezolanos ingresan desde Perú (por la ciudad de Desaguadero), transitan Bolivia país y luego buscan ingresar a Chile por zonas como Colchane».

Lee también: Venezolanos encabezan cifras de migrantes que cruzan el Darién en el primer trimestre del 2023

OIM: 3 de cada 5 niños venezolanos en Trinidad y Tobago no reciben educación
El  mismo número de menores tiene, además, dificultad para recibir atención sanitaria y adquirir certificados de nacimiento, según un estudio

 

Foto: Reuters

Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), difundido el 23 de marzo, reveló que el 64 % de los niños migrantes venezolanos que residen en Trinidad y Tobago carecen de acceso a educación. El  mismo porcentaje tiene, además, dificultad para recibir atención sanitaria y adquirir certificados de nacimiento.

El estudio, que analizó los datos de 1.323 venezolanos, solicitó evaluaciones sistemáticas y coherentes de la evolución de la situación de los migrantes para garantizar la pertinencia y la eficacia de los esfuerzos de respuesta.

Asimismo, el documento mostró su preocupación por la salud sexual y reproductiva de los migrantes.

Richard Lynch, director adjunto de la unidad de asuntos internacionales del Ministerio de Seguridad Nacional, expresó el compromiso del gobierno de Trinidad y Tobago de garantizar la seguridad de la comunidad de acogida y de los migrantes.

Por otro lado, la OIM publicó su informe de la Matriz de Seguimiento del Desplazamiento (MDT, en inglés) de 2022, que revela una mejora de las tendencias laborales y una disminución de los casos de trabajo informal y pago insuficiente entre los venezolanos en Trinidad y Tobago.

También se observó una reducción constante de las llegadas a Trinidad y Tobago desde 2020, aunque 57 % de los encuestados se encontraba en situación de migración irregular.

En cuanto a la salud, se informó de que la mayoría de los encuestados tenían acceso a la asistencia sanitaria y estaban vacunados contra la covid-19, mientras que hubo un aumento en el acceso a la atención prenatal para las encuestadas embarazadas y lactantes en comparación con los esfuerzos anteriores del DTM.

Más apoyo para refugiados y migrantes venezolanos

El 14 de marzo, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la OIM urgieron un mayor apoyo de la comunidad global a los migrantes y refugiados venezolanos.

Las agencias de Naciones Unidas recordaron que en los últimos años casi 7,2 millones de venezolanos dejaron su país debido a la crisis; de ellos unos 6 millones son acogidos en naciones de Latinoamérica y el Caribe.

El colectivo «sigue sufriendo a la hora de cubrir sus necesidades más básicas, incluidas alimentación, cuidado sanitario, educación y vivienda», destacaron las agencias en un comunicado, donde también subrayaron que la inflación, los efectos aún presentes de la pandemia y la falta de regularización los hacen especialmente vulnerables.

«Si bien se han puesto en marcha en esa región varias iniciativas para la regularización (de este éxodo), lo que ha dado a muchos de ellos acceso a derechos y servicios, la comunidad internacional necesita seguir protegiendo a estos migrantes y refugiados e invertir en las comunidades que los acogen» subrayaron ACNUR y OIM. Sigue leyendo esta nota.

Con información de EFE

Gobierno pide asistencia de OIM para atención de migrantes
El canciller Faría refirió que el gobierno creó una Comisión Nacional de Migraciones que busca «actualizar, modernizar y robustecer las políticas migratorias» en el territorio y, agregó, «la atención de nuestros migrantes donde se encuentren»

 

El canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Carlos Faría, pidió el 29 de noviembre a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) su cooperación y asistencia técnica para «modernizar» las políticas de apoyo a los migrantes del país.

«Esperamos contar con la cooperación y asistencia técnica de la OIM, para que nos apoyen en el fortalecimiento de nuestras capacidades internas, consulares y atender constructivamente a los migrantes venezolanos, especialmente en el retorno seguro y ordenado», señaló el funcionario, citado en una nota de prensa.

Faría, que habló hoy ante el Consejo de la OIM, explicó que el gobierno creó una Comisión Nacional de Migraciones que busca «actualizar, modernizar y robustecer las políticas migratorias» en el territorio y, agregó, «la atención de nuestros migrantes donde se encuentren».

Asimismo, reiteró a la organización la disposición de Venezuela al diálogo y la cooperación, «con base en la solidaridad entre los países de emisión, tránsito, destino y retorno».

De igual forma, el gobierno aboga por «la no mercantilización de la migración», así como «la no politización» de las agencias de Naciones Unidas y organismos en materia migratoria.

Faría indicó que Venezuela contribuirá al «fortalecimiento» de la OIM, a la ejecución de políticas, así como de «mejores acuerdos» en favor de los migrantes.

Agregó que Venezuela impulsa, como parte de su política, una gestión para «atender los fenómenos migratorios que favorezca aún más la estadía regular, la inclusión e integración de las personas extranjeras en la sociedad venezolana desde su mismo ingreso en la frontera».

Migrantes venezolanos desalojados 

Al menos 500 migrantes venezolanos fueron desalojados de los campamentos improvisados ubicados a orillas del Río Bravo, en México este domingo, 27 de noviembre. 

Según reseña el diario mexicano La Jornada, el personal de la Secretaría de Seguridad Pública municipal y de la Coordinación Estatal de Protección Civil intentó convencer a los migrantes para llevarlos al refugio Leona Vicario, con el argumento de que corrían riesgo al permanecer en la orilla del cauce y debido a las bajas temperaturas.

Los efectivos de seguridad mexicanos derribaron las carpas donde vivían los venezolanos. Se conoció que parte de los indocumentados decidieron irse a los refugios, mientras otros siguieron apostados a las orillas del río.

Jennifer Burgos, migrante venezolana,  indicó en declaraciones para La Voz de América: «No estoy de acuerdo con esto, hay muchos niños con la cabeza rota, caras partidas. No lo veo justo, no tenemos a donde irnos, estamos aquí por necesidad, simplemente lo que queremos estar en Estados Unidos».

La Jornada indicó que dos policías resultaron lesionados luego de que un grupo de venezolanos lanzaron piedras a los cuerpos de seguridad.

Con información de EFE

Acnur: Migrantes venezolanos conforman 16% de la población total de Aruba
En 2019, la isla acogió a la mayor cantidad de venezolanos desplazados en el extranjero en relación con su población, uno de cada seis
Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) esperan que este año la cifra de migrantes venezolanos llegue a 8,13 millones

Un informe del Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela señaló que 16% de la población total de la isla de Aruba, 106.000 habitantes, está formada por migrantes venezolanos que han viajado a esta isla huyendo de la crisis económica, política y social que afecta a Venezuela.

El documento indicó que la situación se repite en Curazao. En esta isla del Caribe que tiene 157.000 habitantes, 10% de la población equivale a la diáspora venezolana.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que para finales de 2021 los países de la subregión del Caribe, conformada por Aruba, Curazao, República Dominicana, Guyana y Trinidad y Tobago, cobijará a unos 224.000 venezolanos.

“Las comunidades de acogida de esos cinco países se han visto afectadas debido a su limitada capacidad de absorción y al impacto del COVID-19 en las economías que dependen en gran medida del turismo, mientras que un número cada vez mayor de personas de Venezuela ha aumentado la presión sobre los recursos y servicios públicos”, advierte el informe.

5,4 millones de venezolanos han salido del país, y al menos 4,6 millones permanecen en América Latina. Colombia y Perú son los países que han acogido el mayor número de migrantes, según las últimas cifras de Acnur.

El estudio señala que hasta octubre de 2020 en cada una de estas islas del Caribe Neerlandés residían 17.000 venezolanos, mientras en República Dominicana contabilizan a 114.500, en Trinidad y Tobago a 24.169 y en Guyana a 23.310.

La Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) esperan que este año la cifra de migrantes venezolanos llegue a 8,13 millones.

Para atender este importante número de migrantes, las organizaciones buscan recaudar un presupuesto de 1,44 mil millones de dólares. La subregión del Caribe absorbería 40,7 millones de dólares con el fin de ejecutar proyectos en las áreas de educación, seguridad alimentaria, salud, integración, nutrición, protección, alojamiento y asistencia monetaria multipropósito, entre otros.

Curazao tendría que recibir 4,18 millones de dólares aproximadamente, porque de acuerdo con el informe, este sería uno de los países más afectados debido al tamaño reducido de su población.

Por su parte, Aruba espera recibir 2,55 millones de dólares para responder a las necesidades que causa el éxodo de venezolanos.

“En 2019, la isla acogió a la mayor cantidad de venezolanos desplazados en el extranjero en relación con su población, uno de cada seis”, indica el informe.

El análisis destaca que muchos de los migrantes no cuentan con un estatus legal, razón por la que no pueden acceder al sistema de salud y a un empleo formal que les permita subsistir.

El Plan para los Refugiados y Migrantes trabaja con 26 organizaciones sociales y humanitarias que funcionan como socios en la subregión del Caribe para ofrecer información y guía a los migrantes con el fin de que regularicen su situación e interceder ante las autoridades para que faciliten el registro.

OIM: 31% de los venezolanos en Ecuador entró por trochas
La encuesta reveló que ek 99% de los entrevistados reconoció que no ha firmado un contrato o respaldo de sus servicios laborales

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló que el 31% de los venezolanos que ingresaron a Ecuador estos últimos años lo hicieron por trochas y el porcentaje restante por terminales fronterizas.

De acuerdo con la Encuesta de Monitoreo de Flujo sobre la población venezolana en Ecuador, 93% tiene intenciones de permanecer en ese país, mientras que 3% declaró como objetivo continuar su ruta a Perú, 2% a Chile, y otro 2% de regresar a Venezuela.

Para esta encuesta, la OIM realizó 3.448 entrevistas a personas mayores de edad, con el fin de identificar el perfil de la población venezolana en Ecuador.

Además, la encuesta, hecha en nueve ciudades de Ecuador, señala 72% de los encuestados declaró tener condición migratoria irregular, mientras que un 28% tenía estatus migratorio regularizado.

 

También, el estudio indica que las principales razones para no aplicar la llamada Visa Humanitaria fueron por falta de documentos (37%) y desinterés (21%).

Por otra parte, el motivo principal para no haber realizado el registro migratorio fue por desconocimiento (40%) e imposibilidad por cumplir con los requisitos (34%).

La encuesta de la OIM sobre venezolanos en Ecuador también encontró que 80% de las personas encuestadas afirmó tener actividades económicas.

Sin embargo, un 99% de los entrevistados reconoció que no ha firmado un contrato o respaldo de los servicios laborales que presta. Adicionalmente, 53% declaró percibir 200 dólares o menos al mes.

Con información de El Nacional

Migración pendular: Con un pie adentro y otro afuera
Salir por la frontera a comprar productos y volver el mismo día o pasar meses trabajando en el extranjero en procura de retornar con un capital en divisas se ha convertido en práctica común para el venezolano
De acuerdo a una investigación de Radio Fe y Alegría, 60% de los migrantes pendulares son mujeres y el resto hombres

 

@franzambranor | Foto: andreas N en Pixabay 

 

 

En enero de 2017, Nelson decidió que debía irse de Venezuela. El dinero no le alcanzaba ni para hacer un modesto mercado. No aguantaba más la situación económica, sentía que le cortaban el oxígeno. 

Nelson viajó a la ciudad colombiana de Medellín. La despedida de su esposa e hijos en Coro fue rápida, pero emotiva. Lloraron abrazados y se prometieron un eventual próximo encuentro.

En Medellín duró seis meses, en los cuales pudo ahorrar y enviar dinero a su familia en la capital falconiana. “Ganaba más de salario mínimo. En seis meses hice 3 mil 500 dólares. De los casi 3 años que estuve fuera, fueron los mejores seis meses de mi periplo”, dijo Nelson Orlando.

De acuerdo a Migración Colombia, 40 mil venezolanos cruzan a diario la frontera y solo 2 mil se quedan en territorio neogranadino, el resto se regresa a Venezuela. El ejercicio de ir y venir se cataloga como migración pendular. 

Después de estar en Colombia, Nelson vino a Venezuela por un período y se fue a Ecuador. Estuvo desde septiembre de 2017 hasta octubre de 2018 en Quito. Llegó a Ecuador con 700 dólares y en 15 días se gastó 500. “Tuve seis meses sin trabajo, vivía en un cuarto debajo de una escalera, no tenía privacidad. No ahorré ni 300 dólares, comía mal, estuve dos meses donde no llegué a tener más de un dólar en el bolsillo”, dijo Nelson. 

En octubre de 2018 le ofrecieron un trabajo en la ciudad colombiana de Manizales con la misma gente que trabajó en Medellín.

Llegó a Medellín con 250 dólares en el bolsillo. Se encontró con su familia en la ciudad colombiana, pero los veía poco, laboraba de lunes a sábado, de 6 de la mañana a 10 de la noche. Duró ocho meses en el trabajo. “Mi esposa llegó pesando 42 kilos, mis hijos también estaban delgados”, comentó Nelson.

En Colombia estuvo hasta octubre de 2019 y decidió regresar. Hoy en día está en Coro trabajando como mecánico y no descarta volver a emigrar.

Péndulo hacia el norte

A 263 kilómetros de Coro, en Guanare, Luis también optó por salir del país parcialmente a comienzos de 2017.

“En diciembre de 2016 se me dañó el carro, la nevera y el aire acondicionado, yo pensaba que con el pago de los aguinaldos iba a poder solucionar estos tres problemas, pero no pude resolver ninguno”, dijo Luis.

Estados Unidos fue su destino. En la ciudad floridana de Orlando duró cuatro meses. “Trabajé en la parte hotelera, limpiando cocinas en las noches. En el primer mes conseguí dinero para reparar las tres cosas que se me averiaron en Venezuela”, agregó Luis.

El ingeniero en informática regresó a Estados Unidos en 2018, esta vez con su esposa Jocely y sus dos hijas adolescentes. El periplo en esa ocasión duró cinco meses y probó el sector de la construcción. “Es mejor remunerado que la parte hotelera. Soy ingeniero y estoy acostumbrado a trabajar en una oficina. Allá todo el trabajo es físico. La tarea que alguien sacaba en 10 minutos yo la hacía en un día”, comentó Luis.

“Yo llegué trabajando como pintora, en mi vida había pintado”, dijo Jocely, esposa de Luis. 

“Lo más difícil es dejar tus raíces, pero en mi mente lo hice más fácil pensando siempre que era temporal”, añadió Jocely.

Los que se mueven por necesidad

Nelson, Luis y Jocely son catalogados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) como migrantes pendulares.

“La migración pendular es básicamente movimientos cortos. Desde un día hasta meses”, dijo el experto en migración Alfredo Infante.

De acuerdo a Infante, a la migración pendular la caracteriza la no pérdida del lugar de residencia y por lo regular la sostiene redes de solidaridad. 

“Las personas se movilizan por cuestiones de trabajo informal, teniendo como referencia siempre algunos contactos y vinculaciones vía solidaridad social”, señaló Infante, quien perteneció a la ONG católica Servicio Jesuita a Refugiados

Según una investigación de Radio Fe y Alegría, 60% de los migrantes pendulares son mujeres y el resto hombres. 30% son personas de entre 21 y 40 años y 70% son menores de 21 años. 

“Los movimientos pendulares son dinámicas que ocurren en todo proceso migratorio. Obedecen en nuestro caso a la dificultad de permanencia en otros países dado el cierre de las políticas migratorias, la desprotección por el cierre de las relaciones consulares y la necesidad de conseguir dinero para sostener la vida en Venezuela”, sostuvo. 

“Está ocurriendo qué la gente va a capitalizar algún recurso para luego comprar aquí un carro o montar algún negocio”, aseveró el experto en migración.

El grueso va por comida

La mayoría de los migrantes pendulares que cruzan la frontera hacia Colombia se dedican a adquirir productos, de acuerdo a la Conferencia de Provinciales en América Latina y el Caribe (CPAL). Un 50% va por víveres, 37,5% por medicinas y 12,5% por ropa y calzado.

“Normalmente estos movimientos pendulares se dan entre poblaciones fronterizas, pero en Venezuela se están produciendo desde todo el país”, aseguró Infante.

Los migrantes pendulares no se limitan a comprar, sino que trabajan. 

“Es triste porque el deterioro de la economía nos ha convertido en mano de obra esclava y en el mejor de los casos, mano de obra barata”, indicó Infante.

De acuerdo a CPAL, 42,7% de los migrantes pendulares que trabajan en Colombia lo hacen como vendedores; 22,8 son empleados de oficinas; 15,2% son profesores y maestros; 9,9% pertenecen a la industria de la construcción y la metalurgia y 6,2% son transportistas.

“Conozco, por ejemplo, poblaciones de caficultores que migran a Colombia en tiempos de colecta y también trabajadoras sexuales que pendulan”, sostuvo Infante.

El experto en migración dijo además que este tipo de dinámicas afecta el tejido social debido a que introduce un elemento que vulnera la convivencia familiar, comunitaria y social. “Entramos a un proceso de normalización cultural resultado del deterioro institucional, y las personas en busca de un piso, se movilizan, pero al no encontrar protección por ausencia de consulados y de políticas receptivas, se ven forzadas a pendular”.

Para Infante la migración pendular seguirá ocurriendo y se profundizará porque en los fenómenos migratorios las dinámicas son ondas expansivas.

“Por supuesto que la población más afectada son los niños, adolescentes y adultos mayores, pues quedan desprotegidos y en la intemperie en Venezuela”.

Migrantes venezolanos violentos son pocos, pero producen gran impacto

LA NOTICIA DE DESCUARTIZAMIENTO de dos ciudadanos en Perú presuntamente a manos de venezolanos, entre ellos dos mujeres, ha ocupado buena parte de la prensa latinoamericana, no solo por lo cruel del crimen, sino porque actos como ese atizan el rechazo creciente hacia los cada vez más migrantes que huyen de la crisis de Venezuela.

La prensa peruana quiso profundizar e ir más allá del registro noticioso. Acudió entonces a unos de los investigadores más acuciosos y productivos en los estudios de violencia en América Latina, el sociólogo Roberto Briceño-León, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO).

La entrevista giró en torno al incremento de crímenes de gran impacto en Perú, protagonizados muchos de ellos por ciudadanos venezolanos que han emigrado para ese país. El periodista quería saber cuál es el perfil del criminal venezolano, su nivel de crueldad y las actividades delictivas en las que están inmersos. Más aún, quería conocer a qué se enfrentan las autoridades peruanas.

Lea el reportaje en El Comercio, Perú

Fuera del interrogatorio periodístico quedó el comportamiento de millones de venezolanos que han emigrado a diversos países del mundo, entre ellos Perú. Comportamiento que, por correcto, normal, pasa desapercibido para los medios de comunicación.

egún la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la cifra de migrantes venezolanos llega a 4 millones, siendo Colombia, Perú, Chile y Ecuador, los países que más connacionales han recibido en sus territorios. De ellos una minúscula cantidad, casi imperceptible en porcentajes, pero escandalosamente activa, sacude la prensa internacional por estar involucrada en actos violentos.

¿Por qué ocurren los descuartizamientos?

-El descuartizamiento es fundamentalmente un mensaje enviado a otras personas. Por supuesto que puede haber algunos casos en los cuales hay un componente patológico de ensañamiento, crueldad o de sadismo individual. A nosotros nos parece que los descuartizamientos son una acción racional que procura enviar un mensaje a otros.

¿Quiénes son esos otros?

-Sus víctimas o sus potenciales víctimas o, de una manera muy marcada, los cuerpos policiales o las bandas rivales. El descuartizamiento es un acto simbólico, es un ritual de la violencia que tiene un propósito comunicacional de enviar un mensaje y que ese mensaje tenga como consecuencia un mayor poder, una mayor respetabilidad para el grupo que cometió el descuartizamiento.

¿Puede usarse para escalar?

-Sí, en algunos momentos se utiliza para escalar dentro de las organizaciones, eso ocurre sobre todo en las organizaciones de una jerarquía importante: se da un mensaje a sus otros pares, también a los otros miembros de las bandas si no lo hacen en conjunto, es decir, es mostrar las agallas, los dientes afilados, es demostrar insensibilidad, que busca tener un efecto práctico para quien lo ejecuta.

¿Cómo es el delincuente venezolano?

-El delincuente venezolano tiene tres rasgos fundamentales: es joven, en general pudiéramos decir que está entre los 15 y los 30 años, porque después de los 30 años o está muerto o cambia en su forma de ejercer el delito o deja el delito o se dedica a ser menos violentos o a dirigir desde más lejos la acción delictiva.

La segunda característica es que es hombre. Si bien puede haber algunas mujeres, y recientemente hay una incorporación de ellas más alla de ser compañeras, en general tienden a ser hombres los que actúan en las bandas.
Y en tercer lugar, es pobre. Si bien es cierto que el 99% de los venezolanos pobres y el 99% de los que emigraron de Venezuela y que deben estar en Perú es gente honesta, hay un 1% del cual derivan estos delincuentes violentos. El delincuente violento viene de los sectores pobres.

Estos tres rasgos: joven, hombre y pobre, son quizás los mismos rasgos que uno encuentra en las víctimas del homicidio en Venezuela y eso lo hemos ido trabajando y mostrando en nuestros estudios.

Pandilla y bandas, dos extemos en el delito organizado
¿Cómo se organiza el delincuente en Venezuela?

-Las bandas en Venezuela tienen diversas formas de organización. En el libro Delito Organizado, Mercados ilegales y Democracia en Venezuela (Editorial Alfa, 2015) hice una clasificación de los grupos hamponiles y de las diferentes formas de organización que tienen. Grosso modo hay dos tipos:
• La pandilla de barrio, de esquina, de favela o de pueblo joven, como llaman allá en Perú, que controla ese territorio y que ejerce dominio, que por lo regular no roba en su propio barrio sino en las zonas aledañas, tiene un ejercicio incontrolado de la violencia; son bandas pequeñas que pueden tener cuatro, seis miembros, no muchos más, y que viven fundamentalmente del delito depredador, del robo, del hurto.
• Las bandas de crimen organizado, algunas de ellas con conexión internacional. Esas han podido llegar a tener muchísimos miembros, en un cálculo que hicimos en aquel momento una de las mayores bandas podía llegar a tener 600 miembros; es decir, era una organización muy fuerte, muy poderosa, que fundamentalmente vivía captando rentas y extorsión, tenía fuentes de ingresos permanentes, que pueden cometer en algún momento dado un delito depredador como un robo, pero que por lo regular trabajan con secuestros de personas, secuestros de bienes, extorsión y se dedican paralelamente a eso, a la venta de seguridad personal, al estilo de la mafia.
Son dos organizaciones completamente distintas. El armamento de la pandilla es pequeño, armas cortas. La banda, en cambio, tiene una forma mucho más sofisticada; tiene armas cortas, pero tiene igualmente armas largas, fusiles de asalto, incluso recientemente ha hecho uso muy continuo de las granadas, es decir, tiene una capacidad de fuego mucho más grande y letal. Eso da una diferencia importante en la violencia porque la pandilla tiende a usar la violencia de una manera más emocional, más circunstancial, a tener un control menor, una administración menor de la violencia. La banda organizada puede tener crueldades extremas, pero hay una racionalidad en el ejercicio de la violencia, es decir, tiene una mayor capacidad de administrar la violencia.

Yo tengo la impresión que muchos de los grupos que han emigrado y que generan esos fuertes enfrentamientos están actuando como las pandillas pequeñas, que usan la violencia de una manera fuerte e inmediata para intentar imponerse en un territorio, intentar generar un control del delito en una determinada área y, por lo tanto, tienen que demostrar mucha fuerza, mucha crueldad, es decir, mucho poderío.

¿Por qué muestran esos niveles tan altos de crueldad, como el descuartizamiento?

-Cuando yo comencé a hacer estudios sistemáticos en violencia para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hace 25 años, yo hacía la misma pregunta en relación a Colombia. Venezuela no era un país particularmente violento, aunque ya estaba en unos niveles altos de homicidios, pero nada que ver con la situación actual; en cambio, Colombia tenía una situación de muchísima más violencia histórica para aquel momento. Ahora la situación ha cambiado, Colombia no tiene el nivel de violencia que tiene Venezuela.

Pero me hiciste recordar porque era la misma pregunta que uno se hacía. Hoy puedo decir que hay diferencias sustantivas. En aquel momento, hace un cuarto de siglo, entrevisté a un colombiano al que le debían un dinero y él me dijo “ese fulano, ese paisano se salva porque estamos en Venezuela, si estuviéramos en Colombia ya yo le hubiera mandado alguien, ya yo lo hubiera mandado a matar”. Él entendía que el contexto social de Venezuela era distinto al de Colombia en ese momento.

Lo que ha cambiado en Venezuela esencialmente es el contexto social y político, una situación dramática de impunidad y de elogio a la violencia y a los violentos en los últimos veinte años.

¿Qué es lo que ha pasado en el país? Que estos jóvenes que hoy tienen veinte años y asesinan y descuartizan, tienen dos décadas viendo un crecimiento sostenido de la violencia, observándola, familiarizándose con ella, familiarizándose con la crueldad de una manera inmediata y continua, es cercana a ellos y eso les ha dado un rasgo fundamental que es cercanía, no extrañeza frente a la violencia, una suerte de normalización y de insensibilidad ante el dolor de la víctima.

Hay un segundo elemento que le ha dado este período a los individuos: el acostumbramiento a la violencia les permite un muy fácil y muy rápido pasaje al acto -así lo llamamos científicamente- es decir, el momento en el cual el deseo de hacerle daño a otra persona deja de ser una intencionalidad, una rabia, un odio y se convierte en una acción. Normalmente en otras sociedades esos deseos son mediados y limitados por un conjunto de ideas, nociones, valores, ética, temor de castigo. En Venezuela, esas mediaciones sociales se cayeron, se derrumbaron, por ello el pasaje al acto es muy cercano, muy pronto.

Un tercer elemento que explica el incremento de la crueldad en Venezuela es la impunidad. Los delincuentes sienten que no les va a pasar nada. En Venezuela la impunidad es gigantesca. Los cálculos que publicamos en un libro hace unos tres, cuatro años, era que de cada 100 homicidios que se cometían en el país, se detenían entre 8 y 9 personas, es decir, que en el 91 o 92% de los casos no había ni siquiera una detención. Esta situación no solo no ha cambiado, sino que probablemente puede haber aumentado.

Aunado a la impunidad, se encuentra otro factor: no hay discriminación en el castigo, es decir, para el delincuente robar o matar implica una pena más o menos similar en el país, no formalmente, no lo que establece la ley, sino lo que ocurre en la práctica. Entonces el delincuente no tiene ningún motivo para contenerse de asesinar. En otros lugares del mundo, en otras sociedades, el delincuente sí se cuida porque sabe que por un robo puede tener una pena, pero por un homicidio tendrá una pena muy superior y, por lo tanto, prefiere no pasar al acto y no llegar a cometer el homicidio.

Lo que no se ve

Briceño-León calcula que solo 1% de los migrantes venezolanos son delincuentes. Unos 40 mil individuos si tomamos en cuenta los 4 millones de venezolanos -estimados por los organismos internacionales- que han buscado un nuevo futuro fuera de su frontera natal.
“Entre esos delincuentes que han huido del país hacia otros destinos son pocos los que realmente son violentos. Pero esos pocos hacen escándalo. Como lo hacen también los venezolanos que piden en las calles extranjeras, una minoría, la más pobre, la última en escapar del país y que está todavía en la búsqueda de un acomodo, esa es la que se ve. La que no se ve, la que no se nota, la silenciosa, es la mayoría de la diáspora que está integrada y trabajando, aportando al bienestar de esos países con su educación y trabajo honesto; son médicos, ingenieros, técnicos. Hacen allá lo que no pudieron seguir haciendo en Venezuela”.

87% de venezolanos en Ecuador cobra menos del salario mínimo según OIM

La Organización Internacional para las Migraciones presentó este jueves los resultados de un informe en el que se refleja que 87% de la población venezolana que reside en Ecuador cobra por debajo del salario mínimo, 394 dólares al mes.

Entre las conclusiones de la cuarta ronda de la Matriz de Seguimiento al Desplazamiento aplicada a la población venezolana, también se destaca que 87,8% de los entrevistados trabaja en el país andino de manera informal, mientras que solo 12,2% lo hace formalmente.

La encuesta se hizo en cuatro ciudades principales de Ecuador (Quito, Guayaquil, Cuenca y Manta), así como en dos pasos fronterizos con Colombia (Rumichaca y San Miguel).

77,4% de los venezolanos encuestados trabaja principalmente en el sector comercial y solo 5,2% afirmó haber firmado algún tipo de vinculación contractual. Además, apenas 0,7% de ellos cuenta con ingresos superiores a 788 dólares mensuales, de acuerdo con el estudio.

Los venezolanos manifestaron que entre sus principales necesidades figuran recibir asistencia para obtener documentos de regularización, fuentes de empleo, acceso a alimentos y atención médica.

En ese sentido, se evidenció que 95,8% de la población venezolana no posee seguro de salud, mientras que 2,1% cuenta con seguro de salud público, 1,1%, con seguro privado y público, y 1% tiene seguro privado.

Acerca de los niveles de aceptación, casi la mitad de los encuestados afirmó haber experimentado algún tipo de discriminación, siendo su nacionalidad la principal razón.

El estudio, que se realizó en marzo, pretende identificar las características sociodemográficas de esa población y obtener información acerca de sus condiciones de vida, estatus migratorio y laboral, rutas migratorias preferidas y sus principales necesidades de protección, de acuerdo con un comunicado de la Organización Internacional para las Migraciones.