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Michael Brown

Ataque en Charleston: otro episodio de racismo y armas en EEUU

EEUU

La gente reza por los muertos en la masacre de la iglesia Emanuel en Charleston, Carolina del Sur, 18 de junio de 2015, en la Iglesia Metodista Episcopal de San Juan en Huntsville, Alabama. (Bob Gathany/AL.com via AP) MANDATORY CREDIT

 

WASHINGTON (AP) — Hastío, rabia, la convicción desoladora de que la vida de los negros está atrapada en un círculo fatal alimentado por el racismo: estas son las emociones que repercuten en los afroestadounidenses después de la masacre en la Iglesia Metodista Episcopal Emanuel de Charleston, Carolina del Sur.

Nueve personas que se reunieron a orar en uno de los principales santuarios de la vida negra -la iglesia- fueron asesinados.

Esto sucedió luego de una serie de muertes de hombres negros tras entrar en contacto con policías en ciudades de diversas partes del país y actos racistas en universidades. Aunque los afroestadounidenses están habituados a las dificultades que les provoca su raza, la confluencia de los sucesos parece estar dejando una marca.

«En verdad, somos un pueblo que está fatigado por el combate racial», dijo el ensayista político y comentarista Chauncey DeVega el jueves.

Según las autoridades, Dylann Storm Roof permaneció con los feligreses de Emanuel durante una hora mientras estudiaban la Biblia antes de matarlos a tiros. El jefe de policía de Charleston se negó a hablar de motivos, pero un amigo de Roof dijo a The Associated Press que el hombre blanco de 21 años solía quejarse de que los negros estaban «tomando el mundo».

La secretaria de Justicia Loretta Lynch, la primera mujer negra que ocupa el puesto, inició una investigación por crímenes de intolerancia.

El reverendo Anthony Evans, de la Iniciativa por la Iglesia Negra Nacional, dijo que se aprestaba a viajar a Charleston para enseñar a las iglesias a defenderse. Dijo que el ataque evocaba «un punto de profunda frustración moral que no se puede explicar».

«Al mismo tiempo, quieren que individuos del clero como yo prediquemos la paz y la unión», dijo. «Solo quieren que no permitamos que la gente se descontrole y yo no estoy dispuesto a pararme frente a esa multitud furiosa para decirle que no es bueno sentir furia».

El presidente Barack Obama también parecía hastiado. «He tenido que hacer declaraciones como ésta demasiadas veces», dijo el primer presidente negro el jueves. «Las comunidades como ésta han tenido que soportar tragedias como ésta demasiadas veces».

La matanza de Charleston fue precedida por meses de tensiones raciales crecientes que comenzaron con la muerte de Michael Brown, de 18 años, muerto por un policía blanco en Ferguson, Missouri. La tensión volvió a estallar en Baltimore tras la muerte de Freddie Gray, en Cleveland tras la muerte de Tamir Rice y en Long Island tras la muerte de Eric Garner.

También hubo amenazas en las universidades. En la de Duke apareció un nudo corredizo de horca colgando de un árbol. En los dormitorios estudiantiles de la Universidad Estatal de Nueva York en Purchase aparecieron esvásticas y nudos corredizos pintados en las paredes. Apenas el jueves, un hombre se declaró culpable en una corte federal de amenazar a estudiantes y empleados de la Universidad de Mississippi al colocar junto con otros un nudo corredizo en el cuello de la estatua de James Meredith, el primer estudiante negro de la universidad.

Los hechos se producen contra el trasfondo del desempleo negro, que supera el promedio nacional, los vecindarios alterados por la delincuencia, las críticas al estado de la familia, la cultura y la educación negras e incluso un debate sobre lo que significa ser negro.

Días antes de la matanza de Charleston, el país asistió azorado a la historia de Rachel Dolezal, quien renunció a la conducción de la delegación de la organización negra NAACP en Spokane, Washington, cuando sus padres denunciaron que ella era en realidad una mujer blanca que se hacía pasar por negra.

Para Marc Morial, presidente de la Liga Nacional Urbana, el ataque de Charleston es un recordatorio más de que hay «tensión racial, conflicto racial y en algunos lugares odio racial en este país». «Destaca el hecho de que nos queda mucho por hacer», dijo Morial.

El Racismo y violencia en Estados Unidos indignan al mundo

Dylann Storm Roof

El sospechoso del tiroteo de Charleston, Carolina del Sur, Dylann Storm Roof, con el chaleco antibalas, es escoltado por el Departamento de Policía de Shelby, Carolina del Norte, el jueves 18 de junio de 2015. (Foto AP/Ben Earp)

 

China, blanco frecuente de acusaciones de Estados Unidos por violar los derechos humanos, no perdió mucho tiempo en devolver la cortesía tras el tiroteo en una iglesia negra en Carolina del Sur. En otras partes del mundo, el ataque renovó la percepción de que los estadounidenses tienen demasiadas armas en manos de civiles y que aún no han superado sus tensiones raciales.

lgunos dijeron que el atentado reforzó sus reservas sobre la seguridad personal en Estados Unidos, particularmente como extranjeros que no son de raza blanca, mientras que otros aseguraron que se sentirían seguros en caso de visitar el país.

En lugares como Australia y el noreste de Asia, donde las armas de fuego tienen un control estricto, muchos quedaron contrariados por la determinación de muchos estadounidenses de tener armas pese a las continuas matanzas masivas, como la de la Escuela Primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut en 2012, donde un atacante mató a 20 niños y seis adultos.

Australia tenía una actitud hacia las armas similar a la de Estados Unidos, hasta que sucedió una matanza en 1996 donde murieron 35 personas. Poco después se impusieron fuertes restricciones para la posesión de armas de fuego y desde entonces no se han reportado incidentes de este tipo.

En Gran Bretaña, el ataque reforzó el concepto de que Estados Unidos tiene demasiadas armas y demasiados racistas. La portada del diario The Independent llevaba la frase: «La vergüenza de Estados Unidos».

En una editorial, el diario señalaba que aparentemente Estados Unidos ha retrocedido en sus relaciones raciales desde la elección de Obama y que «la obscena proliferación de armas solo magnifica tragedias» como la de Charleston.

El diario mexicano La Jornada recalcó que Estados Unidos se ha convertido en un «Estado estructuralmente violento», en el que se utiliza la fuerza frecuentemente para resolver diferencia tanto a nivel local como internacional.

En China, la agencia de noticias estatal Xinhua, dijo que la violencia en Carolina del Sur «es un reflejo de la incapacidad del gobierno de Estados Unidos ante la proliferación de violencia y el odio racial en el país».

Despierta Estados Unidos, el llamado de Ferguson por María McFarland Sánchez-Moreno

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Muchas preguntas ya han sido planteadas acerca de la decisión del jurado de no procesar legalmente a Darren Wilson, el agente de policía blanco que disparó y mató a Michael Brown, un adolescente afroamericano desarmado, en Ferguson, Missouri en agosto. Sin embargo, muchas de esas preguntas quedarán, inevitablemente, sin resolverse: sin la posibilidad de conocer todas las pruebas que el jurado analizó en sesiones a puerta cerrada durante los últimos cuatro meses, es muy difícil evaluar la solidez de su decisión.

Lo que es innegable es que la decisión del jurado no es del todo sorprendente. Si bien las denuncias de brutalidad policial son frecuentes en EE. UU., muy rara vez dan lugar a cargos criminales o siquiera a sanciones disciplinarias.

Este no es un problema nuevo. En 1998, Human Rights Watch examinó los mecanismos de rendición de cuentas de la policía en 14 ciudades principales del país. Encontramos que el uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de la policía, incluyendo disparos injustificados, palizas, casos fatales de asfixias y tratos injustos, persistían   debido a obstáculos infranqueables que impiden una plena rendición de cuentas. Esos obstáculos incluyen «códigos de silencio» entre oficiales, sistemas deficientes de información y supervisión, y la escasez de información significativa sobre las tendencias en el abuso. Dieciséis años más tarde, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha aumentado sus investigaciones sobre «patrones o prácticas» de abuso en los departamentos de policía, de acuerdo con nuestras recomendaciones. Pero en otras instancias, hemos visto pocos avances hacia una reforma institucional.

Los acontecimientos de Ferguson deben servir como un llamado de atención para que las ciudades, las comunidades y los gobiernos estatales que conforman los Estados Unidos, reexaminen la situación en relación con la brutalidad policial y la rendición de cuentas en sus localidades. Una reforma eficaz significaría, entre otras medidas, una mejor recopilación de datos sobre incidentes relacionados al uso excesivo de la fuerza a manos de la policía, y la entrega de esos datos al gobierno federal. En muchas jurisdicciones, puede significar el establecimiento de órganos independientes de control que puedan hacer frente a las presiones locales que muchas veces llevan a que se ignoren los casos de brutalidad policial. También implicaría modificar la formación policial, las políticas y los sistemas disciplinarios para asegurar que alienten un comportamiento policial adecuado y que sancionen el abuso.

Las autoridades encargadas de aplicar la ley en Missouri deberían comenzar por respetar el derecho del público a la protesta pacífica tras la decisión del gran jurado. Las autoridades tienen el deber de proteger a los ciudadanos frente a actos violentos como los que se observaron recientemente, pero deben hacerlo sin repetir los abusos que hemos visto en los últimos meses, que sólo alimentan aún más la ira y el resentimiento. Missouri recién nombró a los miembros de la «Comisión Ferguson» para examinar las condiciones sociales y económicas subyacentes al asesinato de Brown. Para que la labor de la Comisión resulte eficaz, es fundamental que esta investigación también abarque un examen exhaustivo al comportamiento de las fuerzas de seguridad y su respuesta a las protestas que comenzaron en agosto, así como el trato de la policía hacia la comunidad de una manera más general. Y Missouri debe examinar a profundidad sus instituciones de justicia y la disciplina que impone a sus policías para garantizar que en el futuro, las víctimas de la brutalidad policial tengan «recursos accesibles y eficaces», como exige el derecho internacional, para la reivindicación de sus derechos.

Many questions are already being raised about the grand jury decision not to indict Darren Wilson, the white police officer who shot and killed Michael Brown, an unarmed African-American teenager, in Ferguson, Missouri in August. However, many of those questions will, by necessity, remain unresolved: without hearing the same evidence the jury has heard in closed sessions over the past four months, it’s very hard to assess the soundness of their decision.

 

Human Rights Watch

“¡Maten a ese negro!” por Carolina Jaimes Branger

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Ferguson, Missouri. El 9 de agosto el oficial de policíaDarren Wilson mata de doce ¡doce! disparos –en una situación que no está del todo clara- al adolescente de raza negra Michael Brown, quien estaba desarmado y con las manos en alto. El 24 de noviembre, el jurado no encuentra indicios para condenar a Wilson, pues actúo, según ellos “en legítima defensa”.

Sin embargo, los testimonios de los testigos son contradictorios. Brown había robado unos cigarrillos de una tienda minutos antes. Cuando el policía los encuentra a él y a su compañero, les da la voz de alto. Brown se acerca a la patrulla y Wilson le dispara desde adentro. Aparentemente Brown le golpeó la cara, algo que se supo más tarde de los hechos y no justo después de que sucedieron.

Uno de los tiros disparados por Wilson alcanza a Brown en el dedo pulgar de su mano derecha y éste corre en dirección este. El policía se baja del carro y lo persigue, disparando. ¿Por qué no le disparó a las piernas? No, cuatro de los disparos le dieron entre la cabeza y el cuello, dos de ellos en la cara.

El caso levantó una ola de rabia en los habitantes de Ferguson que tuvo que ser controlada por la fuerza. La decisión del jurado provocó revueltas en muchos lugares de los Estados Unidos. Tantas, que la fiscalía del condado permitió mostrar las evidencias que usualmente son parte del secreto sumarial.+

 

Pero esta historia desgarradora sobre el abuso de la fuerza policial no quedó ahí.

Cleveland, Ohio. El Día de Acción de Gracias el niño de doce años ¡doce! Tamir Rice -negro también- jugaba en un parque con una pistola de juguete. Al parecer apuntaba a las personas que estaban haciendo picnics, pero nadie se alarmó pues era evidente que la pistola no era de verdad. De hecho, quien llamó a hacer la denuncia previno al departamento de policía que el arma que empuñaba el niño podría tratarse de una imitación. Pero esta información no fue transmitida a los policías que llegaron a averiguar. Se bajaron dos policías y uno de ellos, un novato que empezó apenas en marzo, disparó al bajarse y lo mató.

¿Es lógico, deseable, normal que un policía dispare primero y averigüe después? ¿O eso solo pasa cuando los sospechosos son de raza negra?… Quedan muchas interrogantes en el aire que deben ser aclaradas para que en el futuro no vuelvan a suceder estas cosas.

La NAACP –Asociación Nacional para la Defensa de las Personas de Color- se pronunció: “volvemos a cuestionar la adecuación de la selección, el entrenamiento y la preparación de los oficiales de policía”. Y es que la orden parece haber sido “¡maten a ese negro!”, o peor aún, que no haya sido una orden, sino el sentimiento en el alma de los policías. Persiste la duda de si hubieran hecho lo mismo si el muchacho en cuestión hubiera sido blanco. Y es que el racismo es cosa seria.

En los Estados Unidos han avanzado en el tema racial, es verdad. Barack Obama jamás hubiera sido electo presidente hace 20 años. Yo viví en Boston entre 1981 y 1984 –una de las ciudades más liberales del país norteño- y las cosas que vi en cuanto a racismo me entristecieron, en ocasiones me llenaron de ira y sentí alivio de que en mi país esas cosas no pasaban.

Associated Press reportó el mismo día del asesinato de Tamir Rice que “ante el temor de que el video de la muerte de su hijo empeore una situación ya tensa, los padres del niño pidieron en un comunicado “manifestarse pacíficamente y de forma responsable”. Añadieron que las emociones positivas son las que lograrán el cambio”. El espíritu de Martin Luther King prevalece por encima de las pasiones desatadas clamando por igualdad ante la ley, protección de los derechos humanos –que acabar con la vida de alguien sea la última opción- y la necesidad de vivir en paz.

El racismo ha sido uno de los “ismos” que más dolor, muertes y tragedias ha traído al mundo. El desciframiento del genoma humano demostró que no existen “razas superiores”… ¿Y entonces?… Que estas cosas pasen solo demuestran la estupidez del género in-humano…

 

 

@cjaimesb

Manifestantes sabotean ventas de 'Viernes Negro' en Ferguson

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Manifestantes en Ferguson, Misuri, comenzaron a sabotear las ventas del «Viernes Negro» en tiendas de Estados Unidos durante la noche, en una nueva táctica para ventilar su descontento por la decisión de un jurado de no presentar cargos contra un policía blanco que mató a tiros a un joven afro desarmado.

Al dar inicio a su más reciente estrategia dentro de un Walmart en otro suburbio cercano de St. Louis, alrededor de 75 manifestantes protestaron pacíficamente, gritando «Manos arriba, no disparen», desconcertando a buscadores de ofertas que se desplazaban con sus carritos de compras.

Más tarde se dispersaron pacíficamente ante una orden policial y se dirigieron a un local de Target, donde realizaron una manifestación similar. Varios grupos planeaban más acciones de ese tipo para el viernes.

Ferguson se convirtió en el punto focal de las relaciones raciales, a menudo tensas, en Estados Unidos después de que el policía Darren Wilson mató a tiros a Michael Brown el 9 de agosto.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos está investigando posibles abusos a los derechos civiles y el presidente Barack Obama ha llamado a la reflexión sobre las dificultades que enfrentan las minorías en el país.

La decisión del jurado del lunes de no presentar cargos contra Wilson provocó la ira en Ferguson. Cerca de una decena de negocios fueron quemados y más de 100 personas fueron arrestadas tras enfrentamientos con policías antimotines que se extendieron hasta la noche del martes.

Sin embargo, el miércoles y el jueves la situación fue mucho más tranquila, sin reportes de grandes incidentes.

Antes de dirigirse en caravana a un Walmart el jueves por la noche, un grupo de cerca de 100 manifestantes disfrutaron la cena del Día de Acción de Gracias, cantaron, rezaron y discutieron su nueva estrategia en el sótano de una iglesia en St. Louis.

«Estamos golpeados, pero no quebrados», afirmó Cathy Daniels, quien preparó la comida. «Estamos reagrupándonos», sostuvo.

Ferguson, una localidad donde viven unas 21.000 personas, es una ciudad de mayoría negra, donde casi todos los líderes políticos y policías son blancos.

El gobernador de Misuri, Jay Nixon -que declaró un estado de emergencia con bastante anticipación a la decisión del jurado- ha desplegado cerca de 2.200 efectivos de la Guardia Nacional en el área de Ferguson para contener la violencia.

Wilson, que se encuentra con licencia administrativa, ha dicho que temió por su vida y que actuó en defensa propia cuando le disparó a Brown.

La familia del joven fallecido afirmó que el policía actuó con malicia y que debería enfrentar un juicio.

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El malestar provocado por el fallo del jurado investigador de Ferguson, Missouri, impulsó a miles a salir a las calles en todo el país, demostrando que el caso con implicaciones raciales ha alimentado tensiones a miles de kilómetros del suburbio de mayoría negra de San Luis.

Para muchos, la muerte a tiros del joven negro de 18 años Michael Brown a manos del policía blanco Darren Wilson recuerda otros sucesos problemáticos protagonizados por policías. La frase «Manos arriba, no disparen» se ha convertido en el grito de guerra contra los asesinatos policiales en todo el país.

A continuación, un vistazo a las manifestaciones del martes:

NUEVA YORK

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Un agente de policía reacciona tras el arresto de un manifestante en una protesta contra la decisión de un jurado investigador el lunes de no inculpar al agente Darren Wilson por el tiroteo mortal de Michael Brown, el 25 de noviembre de 2014, en Nueva York. (Foto AP/John Minchillo)

Miles de personas se manifestaron por segunda noche seguida en Manhattan, concentrándose en Union Square antes de separarse en varios grupos más pequeños, cantando «Sin justicia no hay paz». Algunos sostenían pancartas que decían «Policías asesinos a la cárcel » y «Justicia para Mike Brown».

Un grupo marchó por el centro hasta la emblemática plaza Times Square, serpenteando entre los carriles de la calzada, seguidos por la policía. Los manifestantes, cuyo número pareció crecer a medida que avanzaba la noche, interrumpieron el tráfico en la autovía FDR y se congregaron en los accesos a los puentes de Williamsburg y Manhattan y del tunes Queens Midtown.

El comisario William Bratton dijo que la policía estaba dejando «espacio para respirar» a los manifestantes.

«Siempre y cuando sigan de forma pacífica, y siempre que no se metan en temas que causen temor o creen vandalismo, colaboraremos con ellos para que puedan manifestarse», dijo.

 

CALIFORNIA

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Manifestantes participan en una sentada durante una manifestación en Los Angeles, el 25 de noviembre de 2014, un día después del anuncio de que un jurado investigador decidió no acusar al policía Darren Wilson por el asesinato de Michael Brown. (AP Photo/Nick Ut)

Los manifestantes saltaron la autovía 101 el martes por la noche, portando barricadas que colocaban en los carriles mientras paraban el tránsito.

En cuestión de minutos, la patrulla de carreteras y agentes de la policía de Los Ángeles persiguieron a las pocas docenas de manifestantes a fuera de la vía y los acorralaron en un paso elevado, donde una de las barricadas fue arrojada a la calzada. No hubo reportes inmediatos de arrestos.

Los manifestantes se habían apartado de un grupo más grande y en su mayoría pacífico de varios cientos de personas que recorrieron varias millas por las calles de la ciudad desde media tarde, para llegar a la sede de la policía.

En el centro de Oakland, un grupo de manifestantes destrozó coches de policía y negocios, rompiendo ventanas en concesionarios de vehículos, restaurantes y tiendas en la segunda noche de protestas.

La multitud consiguió cortar brevemente dos importantes carreteras, y varios incendiaron contenedores de basura en la calle principal antes de que policías con cascos antimotines les obligasen a dispersarse.

 

MINNEAPOLIS

Una manifestación en Minneapolis se tornó alarmante cuando un coche atropelló a un manifestante y luego arremetió contra un grupo que lo había rodeado. Una mujer sufrió heridas leves.

Varios cientos de personas se habían concentrado el martes por la tarde cerca del tercer puesto de la policía del distrito para mostrar su solidaridad con Brown. El conductor llamó a la policía poco después para informar del accidente, y el portavoz de la policía John Elder dijo que se estaba investigando lo sucedido.

 

CLEVELAND

Varios cientos de personas protestaron en una autovía cortando el tránsito en hora punta en protesta por lo sucedido en Missouri y por el tiroteo mortal de la policía, el pasado sábado, contra el niño de 12 años Tamir Rice, que tenía una pistola de perdigones que parecía real.

«El sistema no está hecho para protegernos», dijo una de los manifestantes, Naesha Pierce, de 17 años. «Para tener justicia, la propia gente tiene que ser justicia».

 

CINCINNATI

Más de una decena de personas fueron arrestadas y una ruta interestatal fue cerrada brevemente debido a una protesta.

El diario Cincinnati Enquirer informó que un centenar de personas marchó por el centro y algunas saltaron las barreras de la interestatal. Un juez municipal dijo que 15 personas fueron acusadas de provocar disturbios.

 

SAINT LOUIS

Los manifestantes interrumpieron el tráfico en el centro durante varias horas bloqueando las principales intersecciones, una autopista interestatal y el puente sobre el río Mississippi que conecta la ciudad con Illinois.

La policía antimotines arrestó a varios manifestantes que se sentaron en medio de la Interestatal 44 cerca del Edward Jones Dome. Emplearon gas pimienta para dispersar a la multitud.

Los manifestantes también ocuparon las escaleras del juzgado federal coreando: «¡Ustedes no acusaron! ¡Nosotros lucharemos!».

 

EN OTRAS PARTES

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Manifestantes se dan la mano durante un minuto de silencio durante una marcha en el centro de Seattle el 25 de noviembre de 2014, para mostrar su malestar por la decisión del jurado investigador de no inculpar al policía Darren Wilson por el asesinato de Michael Brown. (Foto AP/Ted S. Warren)

Varios cientos de personas de las escuelas Morehouse College y Clark Atlanta University de Georgia, ambas históricamente negras, celebraron manifestaciones pacíficas. Pero a medida que avanzaba la noche, varios grupos se separaron e intentaron bloquear una autopista, y la policía dijo que se habían roto algunas ventanas.

La policía dijo que habían arrestado a 21 personas, la mayoría cuando se negaron a dispersarse, pero una se enfrenta a cargos por posesión de armas.

En Portland, Oregon, una manifestación reunió a unas 1.000 personas que escucharon discursos antes de marchar por el centro. Un grupo escindido de unas 300 personas siguió caminando, cruzando el puente del río Willamette. El tránsito de autobuses y trenes ligeros se vio interrumpido y la policía empleó gas pimienta contra ellos y realizó algunas detenciones.

 

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Dos personas sostienen carteles subidas a una ventana durante una concentración en la plaza Mount Vernon de Washington, el 25 de noviembre de 2014, un día después de que el jurado investigador de Ferguson decidiese no acusar al policía Darren Wilson por la muerte de Michael Brown. (Foto AP/Alex Brandon)

 

 

Un vistazo a Ferguson: Ayer, hoy y mañana

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Un manifestante se para ante agentes de la policía local de Ferguson mientras ahentes de la Guardia Nacional permanecen haciendo guardia detrás de él, el 25 de noviembre de 2014. (Foto AP/St. Louis Post-Dispatch, Robert Cohen)

 

El agente de policía que disparó al joven de 18 años Michael Brown provocando su muerte habló en público por primera vez desde los acontecimientos del pasado mes de agosto y, por segunda noche consecutiva, una multitud volvió a la salir a las calles de Ferguson para protestar contra la decisión del jurado investigador de no procesarle.

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LO MÁS RECIENTE: Manifestantes quemaron un coche de policía, arrojaron piedras y botellas a los agentes y rompieron ventanas en el Ayuntamiento el martes por la noche en el suburbio de San Luis donde Brown fue asesinado el 9 de agosto. Aunque se realizaron 44 arrestos, las autoridades dijeron que la situación fue mucho más tranquila que la noche anterior, cuando se incendiaron 12 edificios comerciales.

La presencia de refuerzos de la Guardia Nacional ayudaron a mantener la paz en el vecindario. El miércoles de madrugada, las calles estaban en su mayoría despejadas y los efectivos de la Guardia Nacional hacían guardia ante varios negocios.

Antes el martes, los abogados de la familia de Brown y el reverendo Al Sharpton criticaron la decisión del fiscal del condado de San Luis, Bob McCulloch, de trasladar el caso al jurado investigador y no nombrar un fiscal especial.

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HABLA EL AGENTE: En una entrevista con en ABC News con George Stephanopoulos, el agente de policía Darren Wilson dijo que temió por su vida cuando disparó a Brown. Dijo que no podía haber hecho nada diferente en su enfrenamiento y rebatió a los testigos que dijeron que Brown llegó a poner las manos en alto.

Wilson sigue de licencia administrativa desde la balacera del 9 de agosto, dijo el martes por la tarde el alcalde de Ferguson, James Knowles.

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EL INICIO: Wilson hirió de muerte a Brown, quien estaba desarmado, poco después del mediodía del 9 de agosto a mitad de la calle luego de un forcejeo. El cuerpo de Brown estuvo tendido durante horas en la calle mientras la policía investigaba y una molesta multitud de curiosos crecía. Posteriormente hubo varios días de protestas en la comunidad predominantemente negra lo que llevó al gobernador del estado, Jay Nixon, a llamar a la Guardia Nacional. McCulloch decidió presentar el caso ante un jurado de investigación.

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EL ANUNCIO: El jurado de investigación, compuesto por tres personas de raza negra y seis blancos, se reunió durante 25 días en tres meses y escuchó más de 70 horas de declaraciones de 60 testigos. McCulloch dio una conferencia de prensa televisada en vivo a todo Estados Unidos para anunciar la decisión.

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LOS DOCUMENTOS: Más de 1.000 páginas de documentos del jurado de investigación fueron divulgadas el lunes, entre ellas la declaración completa de Wilson, en la que describía el forcejeo en el interior de su patrulla y en el que dijo que los cigarros puros que Brown llevaba en la mano posiblemente estaban conectados con un reporte de robo en una tienda de comestibles. Wilson también dijo que Brown se acercó a él y «cuando estaba a 2,44 y 3metros (8 a 10 pies) de distancia, todo lo que vi fue su cabeza y fue a lo que disparé».

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¿ÚLTIMA PALABRA?: El Departamento de Justicia conduce su propia investigación por posible violación de derechos civiles que podría resultar en la presentación de cargos federales contra Wilson, pero los investigadores necesitarían presentar pruebas de gran solidez. El departamento también inició una pesquisa de largo alcance sobre el Departamento de Policía de Ferguson.

 

 

Los refuerzos contienen los daños en Ferguson

Ferguson

Un agente de la patrulla de carreteras de Missouri camina junto a un edificio detruido tras un incendio el 25 de noviembre de 2014, en Dellwood, Missouri, tras la primera noche de distubios dentro y cerca de Ferguson por la decisión del jurado investigador de no acusar a un policía por el asesinato de Michael Brown. (Foto AP/Jeff Roberson)

 

Los refuerzos de la Guardia Nacional ayudaron a contener las últimas protestas en Ferguson, evitando una segunda noche de caos con incendios y saqueos como la vivida el lunes después de que un jurado investigador decidiese no acusar al policía blanco que mató al adolescente Michael Brown.

Los manifestantes volvieron a salir el martes a las calles de Ferguson, marcada con las cicatrices de la revuelta, pero con cientos de tropas adicionales vigilando vecindarios y negocios, tuvieron un poder mucho menos destructivo que la noche anterior. Sin embargo, los agentes tuvieron que emplear gas lacrimógeno y espray de pimienta contra quienes protestaban, que incendiaron un coche patrulla de la policía y rompieron ventanas de la municipalidad.

Mientras la tensión se aliviaba un poco en Ferguson, el policía Darren Wilson rompió su largo silencio público para insistir, en la televisión nacional, en que no podía haber hecho nada diferente en su enfrenamiento con Brown.

El balance las protestas del lunes — 12 edificios comerciales totalmente quemados, ocho incendios más y una docena de vehículos carbonizados — llevaron al gobernador de Missouri, Jay Nixon, a movilizar un amplio contingente adicional de la Guardia Nacional.

El gobernador ordeno que los 700 efectivos iniciales aumentasen a 2.200 con la esperanza de que su presencia pudiese ayudar a las autoridades locales a mantener el orden en el suburbio de San Luis.

«Deben protegerse las vidas y las propiedades «, dijo Nixon. «Este comunidad se merece tener paz».

Unidades de la Guardia Nacional protegieron el Departamento de Policía de Ferguson, dejando el control de la multitud, los arrestos y el uso de gases lacrimógenos a los agentes locales. En la madrugada del miércoles, en una zona comercial, había un soldado cada pocos escaparates, y algunos otros en los tejados.

Cuarenta y cinco personas fueron detenidas, la mayoría por no cumplir las peticiones para dispersarse. Frente a la sede de la policía en Ferguson, una mujer fue detenida después de que manifestantes lanzasen lo que parecían ser bombas de humo, bengalas y botellas con agua congelada a una fila de agentes. Otros manifestantes fueron arrestados al no cumplir las instrucciones de la policía para despejar las vías o el trayecto de vehículos policiales.

Los manifestantes lanzaron piedras, palos y botellas — algunas con orina dentro — a los agentes. A medida que la multitud se dispersaba durante la madrugada del miércoles, algunos lanzaron piedras a las ventanas de una tienda y de un concesionario de coches usados cerca de un mural pintado sobre la pared en el que se podía leer «Paz para Ferguson».

Algunas de las calles que habían sido tomadas la noche del lunes estaban desiertas, a excepción de por las patrullas ocasionales de la policía o los vehículos de la Guardia Nacional. Algunos equipos de la Guardia Nacional vigilaban aparcamientos vacíos.

Por segundo día consecutivo se celebraron otras protestas en todo el país. Cientos de estudiantes de secundaria de Seattle abandonaron las aulas, y varios cientos de personas marcharon por una autovía de Cleveland para bloquear el tránsito en hora punta.

Durante una entrevista con ABC News, Wilson dijo que tenía la conciencia limpia porque «sé que hice bien mi trabajo».

Wilson, de 28 años, llevaba menos de tres años trabajando para la policía de Ferguson antes de la balacera del 9 de agosto. Dijo a la ABC que el tiroteo a Brown fue la primera vez que disparaba su arma en el trabajo.

Preguntado sobre si los acontecimientos se hubiesen desarrollado de la misma forma si Brown hubiese sido blanco, Wilson respondió que sí.

Los abogados de la familia Brown dijeron que presionarían para cargos federales contra Wilson y que el proceso del jurado investigador estaba amañado desde el principio para limpiar la imagen de Wilson.

«Desde el principio hemos dicho que la decisión de este jurado iba a ser el reflejo directo de la presentación de las pruebas por parte de la oficina del fiscal», dijo el abogado Anthony Gray sugiriendo que la oficina del fiscal superior del condado, Bob McCulloch, presentó algunos testimonios para desacreditar el proceso, incluyendo el de testigos que no vieron el tiroteo.

Durante las protestas del lunes, 12 edificios comerciales en Ferguson estaban totalmente quemados, y los bomberos respondieron a incendios en ocho más, dijo Steve Fair, subjefe de esa corporación. Otros negocios fueron saqueados, y 12 vehículos estaban carbonizados.

Los padres de Brown hicieron llamados públicos para mantener la paz antes del anuncio del lunes, y el martes sus representantes hicieron hincapié de nuevo en que los que prenden fuegos no están del lado de Michael Brown.

Las protestas continuaron durante la jornada del martes. En Clayton, donde se reunió el jurado investigador, miembros del clero y otras personas bloquearon el tránsito durante varias horas por la mañana. En el centro de San Luis, donde los manifestantes ocuparon las escaleras del palacio federal de justicia y cortaron el tráfico, al menos cuatro personas fueron arrestadas.

Los abogados de la familia de Brown dijeron que esperan la investigación federal sobre derechos civiles en marcha finalice con la presentación de cargos. Pero las investigaciones federales sobre mala conducta policial se enfrentan a un requisito legal que requiere evidencias de que el funcionario violó deliberadamente los derechos civiles de la víctima.

El testimonio de Wilson diciendo que se sentía amenazado, y las pruebas físicas casi con toda seguridad complicarán cualquier esfuerzo por buscar cargos federales.

Según la ley federal, «como fiscal tienes que demostrar que el agente sabía en ese momento que apretando el gatillo estaba haciendo un uso excesivo de la fuerza, que estaba violando la Constitución», dijo Seth Rosenthal, un ex fiscal de derechos civiles del Departamento de Justicia.

El Departamento de Justicia también ha iniciado una amplia investigación sobre el Departamento de Policía de Ferguson, en busca de patrones de discriminación.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo que su departamento tiene como objetivo completar las pesquisas lo más rápidamente posible «para restaurar la confianza, reconstruir la comprensión y fomentar la cooperación entre la policía y los miembros de la comunidad».

Independientemente del resultado de las investigaciones federales, la familia de Brown también podría presentar una demanda por homicidio imprudente contra Wilson.

Hablando en Chicago, el presidente Barack Obama dijo que sabe que la decisión del jurado investigador «molesta a mucha gente» pero que «las frustraciones que hemos visto no son sólo por un incidente en concreto. Tienen raíces profundas en muchas comunidades de color que tienen la sensación de que nuestras leyes no siempre se aplican de manera uniforme o justa».

Los abogados de Wilson emitieron un comunicado elogiando la decisión y diciendo que el agente está agradecido con sus partidarios.

«Los integrantes de las fuerzas de seguridad tienen que tomar a menudo decisiones difíciles y en una fracción de segundo», dijeron los letrados. Wilson «siguió su entrenamiento y siguió la ley», añadieron.

 

George Stephanopoulos, Darren Wilson

En esta imagen proporcionada por ABC News, el presentador de ABC News George Stephanopoulos (izquierda), entrevista al policía de Ferguson (Missouri) Darren Wilson, el 25 de noviembre de 2014 en Missouri. (Foto AP/ABC News, Kevin Lowder)

El caos llena las calles de Ferguson tras decisión en el caso Michael Brown

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FERGUSON, Missouri, EE.UU. (AP) — El caos volvió a las calles de Ferguson después de que un jurado investigador decidió el lunes no acusar formalmente a Darren Wilson en la muerte de Michael Brown — un fallo que enfureció a los manifestantes que incendiaron coches y edificios y saquearon negocios en la zona donde el joven negro desarmado falleció el pasado agosto a manos de un agente blanco.

Los incidentes del lunes por la noche parecían ser mucho peores que los registrados en las protestas del verano boreal, con al menos una docena de negocios seriamente dañados o destruidos. Las autoridades reportaron que se escucharon cientos de disparos, que por un momento impidieron a los bomberos extinguir las llamas.

Jon Belmar, jefe de la policía del condado de San Luis, dijo que al menos que su departamento pueda desplazar a 10.000 agentes, «no creo que podamos evitar que la gente que realmente tiene esa intención destruya la comunidad».

La decisión del jurado investigador supone que el agente Darren Wilson, que es blanco, no se enfrentará a ningún cargo criminal por el asesinato de Brown, cuya muerte fuertes las tensiones raciales entre muchos afroamericanos y las autoridades.

Bob McCulloch, fiscal del condado de San Luis, dijo que el jurado integrado por nueve personas blancas y tres negras se reunió semanalmente durante 25 días y escuchó más de 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, incluidos tres médicos forenses y otros expertos en sangre, toxicología y armas de fuego.

«Son los únicos que escucharon a cada testigo y todas las piezas de evidencia», dijo añadiendo que los jurados «pusieron sus corazones y alma en este proceso».

En los primeros indicios de disturbios tras el anuncio, Belmar dijo que los agentes retrocedieron, sugiriendo que gestionaron la situación como si se tratase de un festival o un partido de béisbol. Pero la situación pronto «se salió de control» mientras los activistas saquearon negocios e incendiaron numerosos vehículos, al menos dos de ellos de la policía.

La policía lanzó finalmente gases lacrimógenos desde dentro de sus vehículos blindados para intentar dispersar a la multitud. Al menos 29 personas fueron arrestadas, dijo la policía.

Mientras McCulloch leía su comunicado, la madre de Brown, Lesley McSpadden, estaba sentada en el techo del vehículo escuchando una transmisión radiofónica del anuncio. Cuando oyó la decisión, rompió en llanto y comenzó a gritar antes de que gente que la apoya la retirara del lugar rápidamente.

La multitud estalló en rabia, dirigiéndose hacia una barricada donde policías con equipo antimotines estaban inmóviles. La muchedumbre empujó la barricada y comenzó a lanzar objetos a los agentes, incluido un megáfono. La policía se mantuvo en su posición.

Se habrían requerido al menos nueve votos para acusar formalmente a Wilson. El panel se reunió en secreto, una práctica estándar para este tipo de procedimientos.

En declaraciones durante casi 45 minutos, un McCulloch a la defensiva citó reiteradamente lo que calificó como inconsistencias y narraciones erróneas de testigos. Cuando un reportero le preguntó si alguna de esas declaraciones equivalía a perjurio, respondió: «pienso que ellos realmente cree que eso es lo que vieron, pero no lo fue».

Los familiares de Brown emitieron un comunicado en el que dijeron estar «profundamente contrariados» por la decisión, pero pidieron que el público «canalizara su frustración en formas que generen un cambio positivo. Necesitamos trabajar juntos para componer el sistema que permitió que esto ocurriera».

Poco después del anuncio, las autoridades hicieron públicas más de 1.000 páginas de documentos del jurado investigador, incluyendo el testimonio de Wilson.

Wilson dijo a los jurados que un principio se encontró con Brown y un amigo mientras caminaban por una carretera y, cuando les dijo que se subieran a la acera, Brown respondió con un improperio.

Wilson vio entonces que Brown llevaba un puñado de cigarros en la mano, «y ahí fue cuando me di cuenta «, dijo refiriéndose a un reporte que había escuchado la radio minutos antes sobre un robo en una tienda cercana.

El agente pidió refuerzos y luego colocó su coche frente a Brown y su amigo. Mientras trataba de abrir la puerta, Wilson dijo que Brown la golpeó para cerrarla de nuevo.

Wilson dijo que luego empujó Brown con la puerta y éste le golpeó en la cara. El policía dijo al jurado que pensó: «¿Qué hago para no ser golpeado dentro de mi coche.»

«Saqué mi arma», Wilson en su declaración al gran jurado. «Le dije: ‘Retrocede o voy a dispararte»’.

«De pronto me agarró la pistola y me dijo: ‘Eres demasiado cobarde para dispararme»’, dijo el agente en su testimonio añadiendo que Brown tomó la pistola con su mano derecha, la retorció y «la clavó en mi cadera».

Preguntado por qué sintió la necesidad de sacar su arma, Wilson dijo al jurado que estaba preocupado porque otro puñetazo en la cara pudiese «noquearme o algo peor».

Después de que disparos en el coche, Brown huyó y Wilson inició su persecución. En algún momento, Brown se volvió hacia el agente.

Los relatos de los testigos se contradecían sobre si Brown caminó, tropezó o volvió a atacar a Wilson antes de resultar herido fatalmente, dijo McCulloch. También hubo diferentes versiones sobre si el fallecido tenía, o no, las manos en alto. Su cuerpo cayó a unos 153 metros del vehículo de Wilson.

 

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El presidente Barack Obama pidió calma y comprensión

«Somos una nación construida bajo el estado de derecho, así que necesitamos aceptar que esta decisión le correspondía al jurado de instrucción», afirmó Obama. Agregó que era comprensible que algunos estadounidenses estuvieran «profundamente decepcionados, incluso enojados», pero hizo eco del llamado de los padres de Brown para que cualquier protesta sea pacífica.

El peligro se extendió más allá de las calles. Al menos 10 vuelos con destino a San Luis fueron desviados a otros aeropuertos por las preocupaciones sobre posibles disparos al aire en Ferguson, dijo la Administración Federal de Aviación.

El Departamento de Justicia efectúa una investigación por separado de posibles violaciones a los derechos civiles que podrían resultar en que se apliquen cargos federales. Dicha entidad también puso en marcha una investigación amplia en torno al Departamento de Policía de Ferguson en busca de patrones de discriminación.

 

 

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Cronología de la muerte de Michael Brown

 

Agosto 9 — Brown y un acompañante, ambos de raza negra, son confrontados por un oficial cuando se dirigían a la casa de Brown desde un mini súper. Brown y el policía, quien es blanco, se involucran en una riña, seguida de balazos. Brown muere en el lugar de los hechos, y el cadáver permanece en la calle durante cuatro horas en el calor del verano. Vecinos recriminan a las autoridades diciendo que fueron desconsideradas con el cuerpo del muchacho.

Agosto 10 — Después de una velación callejera, algunas personas que protestaban por la muerte de Brown rompieron ventanas de vehículos y realizaron saqueos en tiendas. En la primera de varias noches de violencia, fueron vistos saqueadores robando y escapando con alimento, papel de baño y bebidas alcohólicas.

Agosto 11 — El FBI abre una investigación sobre la muerte de Brown. Esa noche, policías antimotines disparan gas lacrimógeno y balas de goma para tratar de dispersar a la multitud.

Agosto 12 —Thomas Jackson, jefe de policía de Ferguson, cancela el plan de revelar el nombre del policía que mató a Brown, citando amenazas de muerte contra personal del departamento de policía y del ayuntamiento.

Agosto 15 — La policía identifica al agente que mató a Brown como Darren Wilson, de 28 años. Además muestra una grabación de video que supuestamente muestra a Brown robando cigarrillos en un mini súper con un valor de casi 50 dólares poco antes de morir, una medida que molestó más a los manifestantes.

Agosto 16 — El gobernador de Missouri Jay Nixon declara estado de emergencia e impone un toque de queda en Ferguson.

Agosto 17— El secretario de Justicia de la nación Eric Holder ordena que un médico legista federal realice otra autopsia a Brown.

Agosto 18 — Nixon llama a la Guardia Nacional para ayudar a restaurar el orden y levantó el toque de queda.

Agosto 20 — Holder visita Ferguson para dar certidumbre sobre la investigación de la muerte de Brown.

Septiembre 25— El jefe policiaco Tom Jackson muestra una grabación en video disculpándose con la familia de Brown e intenta marchar en solidaridad con los manifestantes, una medida contraproducente cuando policías de Ferguson se enfrentaron con manifestantes.

Octubre 10 — Manifestantes de varias partes del país llegan a San Luis para asistir al «Octubre Ferguson», cuatro días de manifestaciones espontáneas y coordinadas.

Octubre 21 — Nixon promete crear una Comisión Ferguson independiente para examinar asuntos sociales y económicos de la localidad.

Noviembre 17 — El gobernador demócrata declara estado de emergencia y activa nuevamente la Guardia Nacional en espera de una decisión de un jurado investigador sobre el caso.

Noviembre 18 — Nixon designa 16 personas para la Comisión Ferguson, seleccionando un grupo diverso que incluye al propietario de proveedora de constructoras, dos pastores, dos abogados, un profesor universitario, un activista de la comunidad de 20 años de edad y un detective de la policía. Nueve miembros son de raza negra y siete son blancos.