Ataque en Charleston: otro episodio de racismo y armas en EEUU
Ataque en Charleston: otro episodio de racismo y armas en EEUU

EEUU

La gente reza por los muertos en la masacre de la iglesia Emanuel en Charleston, Carolina del Sur, 18 de junio de 2015, en la Iglesia Metodista Episcopal de San Juan en Huntsville, Alabama. (Bob Gathany/AL.com via AP) MANDATORY CREDIT

 

WASHINGTON (AP) — Hastío, rabia, la convicción desoladora de que la vida de los negros está atrapada en un círculo fatal alimentado por el racismo: estas son las emociones que repercuten en los afroestadounidenses después de la masacre en la Iglesia Metodista Episcopal Emanuel de Charleston, Carolina del Sur.

Nueve personas que se reunieron a orar en uno de los principales santuarios de la vida negra -la iglesia- fueron asesinados.

Esto sucedió luego de una serie de muertes de hombres negros tras entrar en contacto con policías en ciudades de diversas partes del país y actos racistas en universidades. Aunque los afroestadounidenses están habituados a las dificultades que les provoca su raza, la confluencia de los sucesos parece estar dejando una marca.

«En verdad, somos un pueblo que está fatigado por el combate racial», dijo el ensayista político y comentarista Chauncey DeVega el jueves.

Según las autoridades, Dylann Storm Roof permaneció con los feligreses de Emanuel durante una hora mientras estudiaban la Biblia antes de matarlos a tiros. El jefe de policía de Charleston se negó a hablar de motivos, pero un amigo de Roof dijo a The Associated Press que el hombre blanco de 21 años solía quejarse de que los negros estaban «tomando el mundo».

La secretaria de Justicia Loretta Lynch, la primera mujer negra que ocupa el puesto, inició una investigación por crímenes de intolerancia.

El reverendo Anthony Evans, de la Iniciativa por la Iglesia Negra Nacional, dijo que se aprestaba a viajar a Charleston para enseñar a las iglesias a defenderse. Dijo que el ataque evocaba «un punto de profunda frustración moral que no se puede explicar».

«Al mismo tiempo, quieren que individuos del clero como yo prediquemos la paz y la unión», dijo. «Solo quieren que no permitamos que la gente se descontrole y yo no estoy dispuesto a pararme frente a esa multitud furiosa para decirle que no es bueno sentir furia».

El presidente Barack Obama también parecía hastiado. «He tenido que hacer declaraciones como ésta demasiadas veces», dijo el primer presidente negro el jueves. «Las comunidades como ésta han tenido que soportar tragedias como ésta demasiadas veces».

La matanza de Charleston fue precedida por meses de tensiones raciales crecientes que comenzaron con la muerte de Michael Brown, de 18 años, muerto por un policía blanco en Ferguson, Missouri. La tensión volvió a estallar en Baltimore tras la muerte de Freddie Gray, en Cleveland tras la muerte de Tamir Rice y en Long Island tras la muerte de Eric Garner.

También hubo amenazas en las universidades. En la de Duke apareció un nudo corredizo de horca colgando de un árbol. En los dormitorios estudiantiles de la Universidad Estatal de Nueva York en Purchase aparecieron esvásticas y nudos corredizos pintados en las paredes. Apenas el jueves, un hombre se declaró culpable en una corte federal de amenazar a estudiantes y empleados de la Universidad de Mississippi al colocar junto con otros un nudo corredizo en el cuello de la estatua de James Meredith, el primer estudiante negro de la universidad.

Los hechos se producen contra el trasfondo del desempleo negro, que supera el promedio nacional, los vecindarios alterados por la delincuencia, las críticas al estado de la familia, la cultura y la educación negras e incluso un debate sobre lo que significa ser negro.

Días antes de la matanza de Charleston, el país asistió azorado a la historia de Rachel Dolezal, quien renunció a la conducción de la delegación de la organización negra NAACP en Spokane, Washington, cuando sus padres denunciaron que ella era en realidad una mujer blanca que se hacía pasar por negra.

Para Marc Morial, presidente de la Liga Nacional Urbana, el ataque de Charleston es un recordatorio más de que hay «tensión racial, conflicto racial y en algunos lugares odio racial en este país». «Destaca el hecho de que nos queda mucho por hacer», dijo Morial.

El Racismo y violencia en Estados Unidos indignan al mundo

Dylann Storm Roof

El sospechoso del tiroteo de Charleston, Carolina del Sur, Dylann Storm Roof, con el chaleco antibalas, es escoltado por el Departamento de Policía de Shelby, Carolina del Norte, el jueves 18 de junio de 2015. (Foto AP/Ben Earp)

 

China, blanco frecuente de acusaciones de Estados Unidos por violar los derechos humanos, no perdió mucho tiempo en devolver la cortesía tras el tiroteo en una iglesia negra en Carolina del Sur. En otras partes del mundo, el ataque renovó la percepción de que los estadounidenses tienen demasiadas armas en manos de civiles y que aún no han superado sus tensiones raciales.

lgunos dijeron que el atentado reforzó sus reservas sobre la seguridad personal en Estados Unidos, particularmente como extranjeros que no son de raza blanca, mientras que otros aseguraron que se sentirían seguros en caso de visitar el país.

En lugares como Australia y el noreste de Asia, donde las armas de fuego tienen un control estricto, muchos quedaron contrariados por la determinación de muchos estadounidenses de tener armas pese a las continuas matanzas masivas, como la de la Escuela Primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut en 2012, donde un atacante mató a 20 niños y seis adultos.

Australia tenía una actitud hacia las armas similar a la de Estados Unidos, hasta que sucedió una matanza en 1996 donde murieron 35 personas. Poco después se impusieron fuertes restricciones para la posesión de armas de fuego y desde entonces no se han reportado incidentes de este tipo.

En Gran Bretaña, el ataque reforzó el concepto de que Estados Unidos tiene demasiadas armas y demasiados racistas. La portada del diario The Independent llevaba la frase: «La vergüenza de Estados Unidos».

En una editorial, el diario señalaba que aparentemente Estados Unidos ha retrocedido en sus relaciones raciales desde la elección de Obama y que «la obscena proliferación de armas solo magnifica tragedias» como la de Charleston.

El diario mexicano La Jornada recalcó que Estados Unidos se ha convertido en un «Estado estructuralmente violento», en el que se utiliza la fuerza frecuentemente para resolver diferencia tanto a nivel local como internacional.

En China, la agencia de noticias estatal Xinhua, dijo que la violencia en Carolina del Sur «es un reflejo de la incapacidad del gobierno de Estados Unidos ante la proliferación de violencia y el odio racial en el país».