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Crónicas del Caribe: Pescador de Curazao relata el infierno que sufrió en una cárcel de Venezuela
Salió a pescar en marzo de 2020 y solo pudo volver a su casa en septiembre de 2021. Durante todo ese tiempo estuvo encerrado junto con otras cuatro personas en instalaciones policiales venezolanas. La intervención de la embajada de Países Bajos hizo posible su liberación. Aquí narra su historia

 

El 26 de marzo de 2020, cinco pescadores de Curazao fueron detenidos por funcionarios policiales de Venezuela en la isla de Aves de Sotavento, a 146 kilómetros de Willemstad.

Los cinco hombres se trasladaban en dos botes, Alaika y Elsa. Llevaban con ellos 6.900 dólares, que invertirían en la compra de un cargamento de pescado que posteriormente venderían en Curazao. El propietario del Alaika era Wolfgang Martínez, un venezolano de 50 años de edad que reside en Curazao desde 1991.

“Aprendí a pescar por instinto, mi papá sabía pescar, pero no era profesional. Nuestro sitio de pesca estaba en el parque nacional Morrocoy y recuerdo que en mi casa había tres lanchas para transportar turistas, pero con el tiempo cada quien escogió un rumbo diferente”, cuenta Martínez, oriundo del estado Falcón.

Inicialmente, las autoridades venezolanas alegaron que Martínez y los otros cuatro hombres contrabandeaban combustible desde Venezuela. Posteriormente, la fiscalía encargada del caso cambió las imputaciones y los cinco fueron acusados por tráfico de drogas.

Los humildes trabajadores del mar pasaron casi año y medio detenidos en Venezuela. Gracias a las diligencias de la embajada de Países Bajos en Caracas y la intervención de la Comisión Especial para la Reforma del Sistema Judicial, que preside Diosdado Cabello, recuperaron su libertad en septiembre de 2021 y fueron llevados a Curazao en un vuelo humanitario.

“Yo tuve que dejar mi bote en Venezuela, fue mi instrumento de trabajo por seis años para ganarme el pan de cada día. Todavía la fiscal está interesada en dinero a cambio de devolverme mi bote”, denuncia Martínez en conversación con Crónicas del Caribe.

Martínez insiste en que durante su cautiverio en Venezuela fueron extorsionados y exige que las autoridades del país le devuelvan dos equipos celulares, la suma de 1.275 dólares y los documentos del seguro médico de Curazao.

– ¿Cómo describe lo que vivió el día de su detención?  

– No nos detuvieron, nos secuestraron. Ese día, a las 2 de la tarde, veo venir una lancha con un movimiento extraño. Yo estaba en tierra (en la isla de Aves de Sotavento) y cuando me doy cuenta, consigo a dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en mi bote revisando mis pertenencias. Uno de ellos vestía un uniforme con las siglas DIP (Dirección de Investigaciones Penales de la PNB).

Los funcionarios inmediatamente me preguntaron dónde estaba la droga y les expliqué que yo trabajo con pescado. Luego de un forcejeo con los demás, me apuntaron con una pistola. Adentro -en el bote- yo tenía 6.900 dólares para comprar pescado. Ese monto lo agarraron y lo reseñaron en el expediente. Luego, me obligaron a subir en la lancha Elsa. Yo conocía al dueño de esa lancha, mas no a los tripulantes que estaban allí.

El dueño del bote no estaba. El capitán, todo nervioso, no pudo encenderlo y como a las 6 de la tarde un policía sí lo logró. Llegamos a Tucacas, estado Falcón, y hasta allá fue una fiscal a acusarnos.

Al principio no estuvimos en una comandancia de la policía, sino en un taller. Ahí llegó la señora fiscal con su auxiliar. Para mi sorpresa, llegaron a interrogarnos, violando nuestros derechos.

Luego, nos trasladaron a una comandancia de la policía turística y ahí nos tuvieron por siete días. El 4 de abril, a las 2 de la madrugada, fuimos trasladados al Tocuyo de la Costa. Ahí empezó el infierno de la corrupción. Nosotros pagamos hasta 3 mil dólares para que no nos metieran en un cuarto chiquito. Después de un año la fiscal por fin se presentó y pudimos celebrar la audiencia preliminar.

*Vea la nota completa en Crónicas del Caribe

Madre de hombre que murió al enfrentarse al Cicpc: “Salió de la cárcel y mi vida se convirtió en un infierno”

El 19 de octubre de este año, Maribel Liendo se liberó. Su hijo, Daniel Elisaúl Infante Liendo, de 31 años de edad, murió en San Agustín del Sur al enfrentarse con miembros del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc). Antes de morir, el hombre le disparó dos veces a su mamá, sin éxito.

Maribel estuvo este 24 de octubre en la sede forense de Caracas en Bello Monte. Allí contó cómo desde junio su vida se llenó de violencia. «Desde que salió de la cárcel, mi vida se convirtió en un infierno. Sí, él es mi hijo, pero era un delincuente», dijo la mujer, quien es madre de 13 hijos.

Infante Liendo mostró sus primeros comportamientos agresivos en la adolescencia. A los 15 años, los vecinos ya lo señalaban de ladrón. A los 16, durante un robo, asesinó al dueño de una bodega en la calle Marín de San Agustín del Sur. Por este delito fue detenido, juzgado y condenado a 15 años de cárcel. Su sentencia la pagó en el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón.

Salió peor

Maribel contó que en junio de este año el hombre salió de la cárcel y robó la llave de la casa de uno de sus hermanos para vivir allí. Esta vivienda queda encima del inmueble de Maribel, en la Calle Negro Primero de San Agustín del Sur.

“Él maltrataba a las niñas, sus hermanas. A la de 10 la encerraba y le gritaba. Ella tiene Síndrome de Down. A la de 12 años la sometió y golpeó tres días antes de su muerte. Por eso lo denuncié. Era su vida o la mía”, aseguró Maribel.

Según cuenta Maribel, el martes 16 de octubre ocurrió ese episodio. Al parecer, Infante Liendo sometió en el piso a la adolescente y le pisó el pecho con la rodilla. Inmediatamente la mujer denunció el hecho en la sede del Cicpc ubicada en El Paraíso.

Tres días después, una discusión por el control remoto de la televisión entre ella y el hombre desencadenó en una pelea. “Amenazó con matarme, porque quería celebrarle los 15 años a su sobrina. Fue tal la pelea a golpes que lo apuñalé por el torso y salí corriendo con las niñas. Llegué a la comisaría con el cuchillo en la mano, porque tenía miedo que me persiguiera”, dijo.

Los funcionarios del Cicpc acompañaron a Maribel hasta su residencia en la calle Negro Primero. Eran las 12 del mediodía. “Me lanzó dos tiros desde la ventana por abrirle la puerta a los policías”, manifestó la madre del hombre muerto.

El infierno venezolano por Laureano Márquez

LaDivinaComedia

 

No hay agua, porque estamos en plena sequía. Por esta razón hay que recoger el vital líquido y guardarlo en envases de plástico, pero el agua estancada es el caldo de cultivo ideal del Aedes que transmite el virus del zica y no se consiguen los repelentes ni insecticidas. Hay que guardar comida, porque uno no sabe, pero como la electricidad falla, la comida se echa a perder en la nevera. Para conseguir comida hay que hacer cola a pleno sol, pero como la mayoría de los supermercados están en centros comerciales y ahora viene una restricción de horarios de funcionamiento, el tema de las colas se complicará. Cuando vengan las lluvias, el problema del agua se solucionará, pero entonces las colas ya no serán a pleno sol, sino bajo los aguaceros y la gente comenzará a enfermarse de gripe y medicinas no se consiguen por ningún lado. Como el sueldo no alcanza para comprar a la vez alimentos y productos de higiene personal, la gente ha dejado de bañarse adecuadamente, esto ha determinado que comiencen brotes de sarna en la población y los hospitales están en estado crítico. Ante la escasez la gente se levanta de madrugada a hacer colas para comprar, pero en el interior la guardia nacional arresta a los que salen a hacer cola de madrugada porque dan sensación de que falta comida. Por la ausencia de medicinas, la gente apela a los que viajan al exterior para que le compren medicamentos al precio del dólar del que no se puede hablar, pero muchas veces en la aduana te las quitan. En Caracas se consiguen mas medicinas que en las farmacias del interior del país, pero no está permitido mandarlas por ningún sistema de envío. El gobierno exige a los productores de alimentos que mantengan abastecida a la población, pero no les entrega dólares para que importen los suministros que requieren para funcionar. No hay pastillas anticonceptivas, razón por la cual nacen mas niños, pero que en algunos hospitales «mueren como pollitos». Las cifras de inflación no se publican, pero llegan aviones cargados de billetes de 100 bolívares, que cuesta mucho mas de cien bolívares imprimir. Como todo esta muy caro, hay que llevar grandes cantidades de billetes, lo que es una tentación para el hampa en plena expansión. Se le exige a los productores agrícolas que produzcan más y por debajo del costo de producción, pero se le niegan fertilizantes  y semillas. Se recomienda a la población que siembre comida en latas y macetas, pero se regula el suministro de agua. Se le pide a los distribuidores que sean más eficientes en la distribución, pero se le decomisan cargamentos y se les atemoriza para que no tengan productos almacenados. Cemento hay, pero como no hay papel, no puede ser envasado, lo cual afecta a la industria de la construcción. Como los suministros médicos también fallan, algunas operaciones están dejando de hacerse y las que se hacen, muchas veces no pueden seguir los protocolos requeridos. Estamos involucionando en materia quirúrgica. La esperanza en circunstancias difíciles es impulsar la educación, que las universidades mejoren sus sistemas de apoyo a la investigación de nuestras dificultades, pero las universidades no tienen presupuesto. Algunos alimentos regulados se consiguen casi regalados, pero como las penurias económicas aprietan, la gente se dedica a la reventa de comida y la población termina pagando los alimentos a precios exhorbitantes. La gasolina es casi gratis, pero como nuestra industria productora de hidrocarburos esta en crisis, tenemos que importarla de EEUU (nuestro enemigo y causante de todos nuestros males) a precios internacionales para venderla a precios locales. Los economistas y los productores ofrecen salidas a la crisis, pero como son el enemigo no se les presta atención. La oposición gana las elecciones de la Asamblea, pero el resto de los poderes en manos de uno solo la bloquea. Para aumentar la eficiencia, el gobierno amenaza con expropiar, pero una vez expropiadas, las empresas dejan de producir. El gobierno pierde seguidores, pero aumenta sus redes sociales. La única salida sería rectificar, pero al gobierno le resulta menos costoso acelerar rumbo al abismo.

Verdaderamente, el infierno de Dante Alighieri se quedó corto. En el de La Divina Comedia hay tres tipos de pecadores: los incontinentes, los violentos y los traidores, que son los que hicieron mal conscientemente. En estos últimos hay  varias categorías: aquellos de quienes se tiene confianza, los traidores de las las instituciones y los traidores de la patria. Saque usted sus propias conclusiones, amable lector y medite seriamente, no abandone toda esperanza y como el colibrí, llene su piquito de agua y ayude a apagar este infierno en el que estamos envueltos todos.

@laureanomar

El País: Frontera Colombia-Venezuela, un infierno para no visitar

FronteraColVen

 

Latinoamérica hace parte de la lista con la frontera de Colombia con Venezuela, mientras que África posee la mayoría de ‘infiernos’ en el mundo.

“Son lugares en los que no hay periodistas y de los que las ONG tuvieron que huir. Tierras de nadie”, se lee en el artículo.

La nota, firmada con el nombre Nacho Carretero, dice que “he aquí siete lugares en los que si entras, tendrás más posibilidades de no salir que de salir”.

Sobre la frontera, en el artículo se lee que “los departamentos fronterizos están abandonados a su suerte”. De igual manera, señala que “Aunque en la actualidad se está llevando a cabo un proceso de pacificación y diálogo, la realidad es que regiones como Arauca son no aptas para el visitante”.

Y advierte que “la frontera aquí es difusa y ser turista en esta zona es ser presa fácil para un secuestro. Y, si no, siempre nos quedará la posibilidad de cruzarnos con narcotraficantes poco tolerantes con las visitas sin aviso previo”.

En el comentario, el autor dice que la zona selvática “está contralada por las Farc y el Eln”.
‘El País’ determinó que en la lista hay 6 lugares más que se han convertido en un terror constante para las personas que deban o necesiten atravesarlos.

Otro de ellos es Yemen, un país situado en el Oriente Próximo y en África. Debido a su ubicación, desde hace unos años se ha convertido en el refugio de Al Qaeda, el grupo de resistencia islámica, en la Península Arábiga. En este país, la situación de peligro se ha vuelto un constante.

Otro de los ‘infiernos’ es la frontera entre Afganistán y Pakistán, conocida como la ‘Línea de Durand’ desde 1893. Los conflictos religiosos entre talibanes y milicias islamistas son los causantes de que este lugar sea impasable.

En el listado también están Siria e Irak, especialmente las que son controladas por el ‘Estado Islámico’ o el ISIS, por sus siglas en inglés.

La zona central del desierto del Sáhara, es decir, la región africana que comprende la unión de los países Chad, Níger, Mali, Argelia y Libia, también está incluido en la publicación de ‘El País’. Elegido por las constantes manifestaciones terroristas que han acompañado la historia de estos estados. La presencia de Al Qaeda hace que se produzcan constantes enfrentamientos en contra de cualquier persona que quiera llegar a este lugar, incluso las ONG que trabajaban allí tuvieron que abandonar el lugar junto con algunos periodistas.

El norte de Nigeria gobernado bajo el califato de Boko Haram, conocido como el grupo terrorista que rechaza por completo los comportamientos occidentales y que se fundamenta en el Islam. No recomiendan poner un pie en esta zona del país por las reacciones violentas hacia la niñez, derivadas de Abubakar Shekau, líder del ejército integrista.

Para terminar con la lista de las zonas se encuentran las regiones islamistas de Somalia, en el oriente del continente africano, donde actúa el grupo insurgente Al Shabab.

Lea aquí el artículo completo: «Los 7 infiernos sobre la Tierra que jamás deberías visitar»