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Armando Martini Pietri Sep 17, 2020 | Actualizado hace 1 mes
Alacranes y bigamia política

@ArmandoMartini

Una pareja es una pareja. En política, no siempre es lo mismo. La fábula del alacrán que pica a quien generoso lo cruza por el río que el pequeño letal animal no puede cruzar porque incapaz de nadar o flotar se ahogaría, aun así, es su naturaleza.

Son parte del complejo y demasiadas veces poco confiable sistema o, mejor dicho, del guirigay político venezolano. Surgen de la vida privada en la cual, por años, han estado casados con una religión, comprometidos en una labor profesional, con el noble, aunque esforzado magisterio; y de repente aparecen como garrapatas casándose con un partido político cercano al gobierno, con algún nivel de poder, para lamer posibilidades, chupar privilegios, mamar disfrute y tragar acumulación de dinero robado. Son parásitos vividores y oportunistas.

Como algunos políticos, politiqueros, que no cambian de camisa por calor o frío, ni saltan talanqueras por atletas. Ellos son así. Es su perversa naturaleza. Más que codicia, o apetencia de oportunidades y poder, lo hacen porque llevan la ambición como vicio, depravación similar al heroinómano, que conoce lo nocivo, pero igual se inyecta.

Para esos politiqueros con sangre y espíritu de tránsfugas no hay pasado que mostrar ni futuro que prever. Siempre están en movimiento como tiburones en el mar y víboras en las charcas. Buscan ulterior lo que ellos mismos estropean, destino que modifican por unas cuantas monedas. Judas es pendejo al lado de estos sinvergüenzas.

Los que, sobreexcitados y ambiciosos, se inscriben en una agrupación política y más temprano que tarde se divorcian para casarse con otro; y más de uno lleva una retahíla de casorios y separaciones, lo que habla mal sobre su capacidad de compromiso. Adúlteros depravados, viciosos patológicos.

Los traidores

Los traidores

Pero no son solo desleales a los partidos a los cuales van de salto en salto; más infieles aun lo son a los electores ingenuos, que se dejan engañar por promesas siempre falsas, y sobre cuyas espaldas fueron a degustar bazofia, desperdigar malos olores en concejos municipales, cuerpos legislativos estadales, nacionales y apestarlos, donde se instalan lo transforman en depósito de desechos. Roedores de albañal.

A unos los llaman alacranes, a otros no; pero todos lo son, polígamos de la política, adúlteros de la fidelidad, basureros de ambiciones bajas e intereses ocultos.

Mujeres y hombres incompletos, de miradas huidizas y manos sucias, inmundas, siempre escondidas, agazapadas; pozos sépticos que acumulan excremento por falta de tesón, de la indignidad como uniforme, de la sonrisa dibujada como las rojas falsas que usan payasos de baja estofa y falta de originalidad para esconder tedios y malestares de sus almas.

Más recientes, los que insisten se oponen al régimen castro-madurista, pero al mismo le prestan servicios que cobran, y el régimen alimenta con minucias, limosnas, que no demasiado cuestan. Son bígamos baratos, de prostíbulo, útiles están ahí, comiendo de la mano poderosa como la mula del bozal que le pone el amo. Y después levantan la cabeza para relinchar críticas que nadie cree.

Sufren de bigamia política, moneda de falsedad para un lado y cobro de contrato por el otro, capaces de corromper, dividir decisiones tomadas, otorgar esto y aquello, en espera de instrucciones para acciones que, esperan, serán definitivas.

No hay mal que por bien no venga, asegura esperanzador el viejo refrán; todo mal viene con más mal porque el mal es alimento, interpretan estos peligrosos guasones de la política arrastrando sus bolsas de basura; lo único que tienen, san nicolases de la podredumbre.

Pero existen, se renuevan. Mutan como el virus. Se confunden en el ambiente y mimetizan en el entorno; no hay manera de quitárselos de encima y, lo que es de prever, de temer es cuándo picarán en medio de cuál riachuelo enfurecido al oficialista u opositor que esté ayudándolos a cruzar el caudal envenenado de sus vergonzosas vidas.

Revisemos la historia y comprobaremos cuántos traidores a la venezolanidad han empedrado el camino de la dignidad, decencia y decoro. Por ahí se van quedando. Son desechables, preservativos de una puesta, porque quienes pagan por la traición saben bien que el que traiciona una vez traiciona dos, y tres también. Y cuatro.

No tardarán estultos en su vergonzosa complicidad de cooperantes internos e internacionales, en aprovechar hipócritas el informe de la ONU sobre la violación de DDHH en Venezuela, y así, justificar su ignominiosa participación en la estafa parlamentaria, con la excusa de combatir la afrenta de los crímenes de lesa humanidad.

Confesiones de intimidad, secretos de amistad y juramento de no divulgarlos, son imprescriptibles. Su traición es una vileza.

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Sobre el gobierno-oposición y la oposición-gobierno
En su condición de Gobierno, el chavismo siempre ha hecho una extraordinaria oposición. La oposición no ha mostrado la misma destreza en la función que le corresponde y ahora sufre el ser «Gobierno»… Una reflexión sobre el Gobierno-Oposición y la Oposición-Gobierno en medio del caos.

@pppenaloza

 

1) Sí, el chavismo siempre se ha destacado en funciones de oposición. Maduro repitió la fórmula en estos días y confirmó su efectividad. «No todo es culpa de Trump», dijo y provocó el revuelo de costumbre. Tres golpes de pecho como las famosas 3R: por mi culpa, por mi culpa…

2) Maduro sigue la lección de su padre, aunque consciente de sus limitaciones de liderazgo y autoridad. Chávez exponía al escarnio público a sus colaboradores, los humillaba y se alzaba como el principal «autocrítico». De allí venía la «revolución dentro de la revolución»…

3) Las ya recordadas 3R, la guerra contra la burocracia y la corrupción, el «golpe de timón» y una serie de proclamas muy efectivas para la campaña, pero que jamás ofrecieron resultados. Sin embargo, cumplían su cometido: el chavismo era su propia oposición.

4) El chavismo ahora toma un espacio que parecía huérfano: el de la denuncia de corrupción. Ya lo ha hecho en el pasado, pero en este momento las condiciones son mejores porque tiene un «Gobierno» al que enfrentar. Así dispara contra AN, Citgo, Monómeros y la ayuda humanitaria.

5) No se paran en nada. Jorge Rodríguez toma de la abundante corrupción chavista para enlodar a la oposición. Señala a Rafael Ramírez -hijo dilecto de Chávez-, admite el saqueo de la emergencia eléctrica -decretada por Chávez- y se lanza contra Guaidó y la oposición. Y nada pasa.

6) El viernes, Saab informa sobre acciones contra la corrupción en Pdvsa y la Fiscalía. El sábado, Rodríguez grita que allá corre el ladrón. ¿Y la oposición? Vamos con ella, pero antes un comentario para tratar de ser justos y recordar el contexto de la política venezolana.

7) Hacer oposición en Venezuela cuesta muerte, cárcel, persecución y exilio. Todos los partidos están ilegalizados y sus dirigentes sufren el acoso permanente del régimen. Se reconoce el esfuerzo y el riesgo, pero también está claro que se cometen errores.

8) Muchas veces se ha echado en falta un discurso y una posición más incisiva, profunda y sólida, que señale las desviaciones del chavismo. En resumen: que muerda y no suelte hasta ver el hueso, que tome la bandera de la lucha anticorrupción, que no deje «morir» los temas.

9) Aquí merece mención especial el caso de la Comisión de Contraloría. Aún no se presenta un informe definitivo y ya el grupo de Parra amenaza con sacar su «investigación» sobre las directivas de la AN. De nuevo: el chavismo llenando el espacio de la denuncia de corrupción.

10) A esa falla de origen ahora se suma otro hecho: que la oposición tiene funciones de «Gobierno». Desde esa perspectiva, se dedica a hablar de lo que puede hacer como «Gobierno» -o cuando llegue a serlo plenamente- y deja a un lado su tarea fundamental: ser oposición.

11) Ser y hacer oposición pasa por exigir rendición de cuentas a quienes ejercen el Gobierno, aunque se les considere ilegítimos y usurpadores. Esas personas están manejando los dineros y recursos de todos los venezolanos, entonces, deben dar la cara por la destrucción nacional.

12) Los periodistas agredidos denuncian ante la Fiscalía no porque la «reconozcan» o consideren «legítima», sino porque ese es el organismo que debe responder y su silencio sirve para confirmar y recordar quiénes son los culpables de la impunidad que genera violencia.

13) Hoy es noticia y motivo de debate que la AN creó un órgano contralor -cosa que debía hacer, sin duda-, pero no es objeto de discusión la labor que desempeña Elvis Amoroso en la Contraloría General de la República. Y así en todos los casos.

14) El país sufre una emergencia humanitaria compleja. ¿Quiénes son los responsables? Hay que ponerle a esto nombre y apellido. Ramírez le responde a Rodríguez llamándolo corrupto, habla de un testaferro. ¿Quién exige respuesta y abre una investigación sobre este hecho? ¿Nadie?

15) En conclusión: la oposición debe ejercer y rendir cuentas sobre aquellos espacios de «Gobierno» que controla. Pero no por eso debe dejar de cumplir su primerísima responsabilidad: ser oposición a un Gobierno que jamás supo gobernar, pero que siempre ha sido una gran oposición.

 

¡Vota, pero no olvides...! por Jesús Chuo Torrealba

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1)    ¡No olvides que los que no quieren que votes son, precisamente, aquellos que no tienen votos! El gobierno, repudiado por la inmensa mayoría del país, sabe que la única forma de aminorar su derrota es logrando que el pueblo no vaya a votar, pues a menos peso social más peso de la maquinaria del Estado. Si se reduce el universo total de votantes se magnifica el peso de la minoría oficialista. Esa trampa esta descubierta.

2)    ¡No olvides tampoco la amoralidad de la plutocracia! No olvides que -mucho antes que Chávez- fue el poder de la plutocracia el que embistió contra la democracia, contra el sistema de partidos, contra los partidos mismos. Aprovechando de manera oportunista y malsana los errores de individuos y grupos, creyeron que había llegado el momento de echar a un lado a las organizaciones políticas y manejar ellos los destinos del país.  Desde telenovelas hasta instituciones, todo recurso fue utilizado por la plutocracia para acabar con la democracia, de manera que cuando Chávez embistió contra la Constitución, contra los partidos y contra los principios democráticos de convivencia y respeto, la sociedad tenía anestesiados los reflejos y oxidados los mecanismos para defenderlos.  Hoy, ante el inminente colapso del régimen autoritario, nuevamente esos intereses están activados. Y como tienen dinero pero no votos, están promoviendo “épicas”, “salidas” y “mesías”, y sembrando dudas sobre la eficacia del voto, desprestigiando además a los líderes que es vez de alcahuetear “desenlaces” se empeñan en promover una transición a la democracia construida con los votos del pueblo y no con la sangre del pueblo.

3)    ¡No olvides que el voto no es un “premio” al político, ni un “cheque en blanco” a un partido, sino un contrato entre tu y tu empleado! En efecto, el voto no es el final de una campaña electoral, sino el inicio de una relación contractual entre el mandante (tu) y el mandatario (es decir, el político que ha recibido de ti un mandato, el de gobernar).

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4)    No olvides que en el desarrollo de esa relación el mandatario tiene el deber de activar canales para que tu, ciudadano, puedas participar cotidianamente en el diseño, ejecución y evaluación de las luchas políticas y de las políticas públicas.  Este doble propósito (gestión pública y lucha política) es importante subrayarlo porque en el contexto de esta crisis, los venezolanos vamos a elegir no sólo a “gerentes públicos” que deben procurar paliar los efectos de la crisis, sino también a líderes que deben encabezar en sus respectivos estados la lucha por la restitución de la Constitución y la democracia en nuestro país.

5)    ¡No olvides igualmente que el voto además de ser un derecho que da derechos, es también un deber que te impone la responsabilidad de actuar como lo que eres:  ciudadano, pueblo, el depositario de la soberanía, el dueño real del poder! Para los populistas el pueblo es “masa”, para los tecnócratas es “población-objetivo”, para los militaristas es “tropa”, para los demagogos es “rebaño”, para los “ciber-demagogos” es “audiencia”.  Para los demócratas, en cambio, en teoría política y en derecho constitucional, el pueblo es el sujeto de la soberanía nacional entendida como soberanía popular.  El pueblo es el conjunto de individuos ligados entre si por un idioma, una tradición y una historia común. Al estar afincados en un territorio se convierten en Nación. Al dotarse de autogobierno se transforman en Estado. El pueblo pues antecede al Estado, y mal puede el Estado pretender hacer otra cosa que no sea estar al servicio del pueblo. El voto, entonces, no es la coartada para -después de emitirlo- desentenderte de lo público. El voto obliga al mandatario y compromete al mandante.  Y el mandante eres tu.

6)    ¡No olvides que cada quien pelea con lo que tiene: los burócratas tienen balas y los plutócratas tienen dinero.  Tu tienes el voto, y ellos quieren además que no lo uses, por algo será!

7)    ¡No olvides además que hay que votar y seguir luchando! Por alguna extraña razón, hay individuos (tanto ciudadanos de a pie como aspirantes a líderes, incluso candidatos profesionales) que si están en la calle solo dicen “calle, calle, calle”, y si están en campaña electoral solo dicen “voto, voto, voto”, en vez de entender que la realidad es diversa y que en consecuencia son también diversas las formas de lucha, y que por ello hay que luchar simultáneamente en varios tableros. Por eso hay que votar, y hay que protestar, y hay que apoyar la lucha en instituciones como la Asamblea Nacional, y hay que respaldar la presión internacional porque se produzca una negociación política seria y con resultados. Todo eso hay que hacerlo, al mismo tiempo y con firmeza.

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8)    ¡No olvides tampoco que la diversidad de “tableros”, escenarios y formas de lucha no excusa la incoherencia, sino que la hace inadmisible! Ciertamente, hay que votar y movilizar, impulsar una negociación seria y manifestar pacíficamente, respaldar a la Asamblea Nacional en Venezuela y a la Comunidad Internacional que desde el exterior apoya la lucha democrática del pueblo venezolano.  Todo eso hay que hacerlo al mismo tiempo, si… ¡Pero todo en el marco de una estrategia común! ¡Una cosa es entender la diversidad de la lucha y otra muy distinta es andar tirando flechas, apostando un día a la “insurrección” y otro día al voto, con el argumento falaz de que “hay que hacer todo con tal de salir de estos tipos”.

9)    No olvides que en realidad la incoherencia opositora es lo que mantiene atornillados en el poder a “estos tipos” ¿Quieres un ejemplo? El justificado escepticismo de muchos venezolanos a los que ciertos “líderes” dijeron que era posible “impedir la constituyente y salir del régimen” con la pura fuerza “de la calle”, para -tras el fracaso- de inmediato llamar a votar por ellos o por sus compañeros de partido en las elecciones regionales. Y “las regionales” no son malas: ¡Lo malo es la mentira!

10)    En definitiva, no olvides que quienes hoy te quieren fuera del voto también te quieren fuera del poder: Los que se hicieron políticos para asaltar el dinero, y los que por tener dinero quieren asaltar la política, creen que el voto ciudadano es una  formalidad. Por eso hay que votar, votar contra ellos y además seguir participando, porque no somos “votantes” sino “ciudadanos que votamos”, opinamos, activamos, trabajamos y luchamos ¡Por eso vota, pero no olvides! ¡Palante!

@ChuoTorrealba

Venebarómetro: Mitad de venezolanos están insatisfechos con diálogo gobierno-oposición

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El diálogo entre el gobierno y la oposición tiene insatisfecha a la mitad de los venezolanos: 49,9% dicen sentirse inconformes con el proceso, según una encuesta de la firma Venebarómetro difundida este jueves.

El sondeo indica en cambio que 38% de los consultados está satisfecho con las conversaciones iniciadas el pasado 30 de octubre con el auspicio del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Las cifras varían cuando se identifica a las personas según su preferencia política: 73,4% de los chavistas está conforme con el diálogo y solo 13,3% se declara frustrado.

Entre los opositores reina el pesimismo, pues 69,7% de ellos asegura que el proceso no ha llenado sus expectativas y solo 20,1% admite encontrarse satisfecho.

Las negociación para superar la crisis política y económica que atraviesa el país se encuentra congelada desde el pasado martes, luego de que la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se marginara hasta que el gobierno cumpla lo pactado.

El proceso transcurre en medio de una severa crisis económica que ha minado la popularidad del presidente socialista Nicolás Maduro.

La encuesta confirma, por otra parte, la tendencia a evaluar negativamente la situación del país: 87,4% de los entrevistados cree que ésta va mal y solo 12,6% la percibe como positiva.

Un 48,6% no cree que de las conversaciones pueda salir un cambio para Venezuela, mientras que 45,1% lo estima posible.

En tanto, 79,3% de los chavistas está convencido de que el diálogo generará algún cambio en el país, mientras que 15,4% opina lo contrario.

En la otra orilla, 66,8% de los opositores no cree que el diálogo vaya a producir algún cambio y solo 26,9% lo ve probable.

El estudio se basa en 1.200 entrevistas realizadas en hogares a nivel nacional, entre el 12 y 24 de noviembre de 2016. El error máximo admisible es de +/- 2,34%.