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Francisco Rangel Gómez

Al menos 18 masacres en cuatro años se han producido en el Arco Minero
Desde la creación de la zona especial en 2016, pandillas armadas y fuerzas militares han ejecutado varias matanzas para controlar ese territorio

 

Al menos 18 masacres en cuatro años. Ese es el verdadero resultado del proyecto Arco Minero del Orinoco (AMO), anunciado por Nicolás Maduro el 24 de febrero de 2016.

La idea original del Arco Minero fue del fallecido expresidente Hugo Chávez, quien en 2011 anunció, delante de un mapa que mostraba ante las cámaras de televisión, que esa zona era «de gran potencial y poderío económico».

La idea la retomó y oficializó su predecesor aquel 24 de febrero de 2016, cuando anunció que su régimen exploraría y explotaría los 111 mil kilómetros cuadrados de la zona que dibujó Chávez, rica en oro, cobre, coltán, diamantes, caolín y bauxita.

En aquel entonces, y con la permisividad del gobernador pesuvista de la región, Francisco Rangel Gómez, las minas del estado Bolívar estaban tomadas por pandillas que se encargaban de explotarlas ilegalmente, a costa de un régimen de terror, extorsión, sobornos y asesinatos.

Ese fue el caldo de cultivo para que, a los pocos días del anuncio de creación del AMO, ocurriera lo que se conmemora este mes: la primera matanza perpetrada durante la nueva política del chavismo, la de Tumeremo.

Un antecedente imborrable

Ángel Ignacio Trejo, de 30 años, conversó con su papá en la mañana del viernes 4 de marzo de 2016. Entonces estaba en Puerto Ordaz. Le dijo por teléfono que iría a Tumeremo. Dividía su tiempo entre los estudios de Derecho en la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho (UGMA) y el trabajo en el molino de una mina, llamada Atenas.

Esa fue la última vez que hablaron. Desde la madrugada del día siguiente, sábado 5 de marzo de 2016, cuando comenzaron los rumores de que hubo una masacre, su padre no dejó de llamarlo. Nunca tuvo respuesta: Ángel Ignacio fue una de las, al menos, 17 personas asesinadas.

El gobernador Rangel Gómez, aquel 5 de marzo, negó la masacre y atribuyó el rumor a una campaña malintencionada de la oposición. Dos semanas después, investigadores encontraron los cadáveres en una fosa común. La información la confirmó la entonces fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, hoy en el exilio.

Al respecto no ha habido reparación de daños y, por lo tanto, no ha habido justicia. Solo se sabe que el responsable de la masacre fue el jefe de pandillas Jamilton Andrés Suárez Ulloa, conocido como “el Topo”, asesinado por fuerzas gubernamentales dos meses después.

La masacre de Tumeremo fue como abrir la puerta a lo que vendría. En julio de ese 2016, cuatro mineros fueron asesinados en Santa María, municipio Piar. En octubre de ese mismo año, el diputado Américo de Grazia (hoy también en el exilio) denunció otra masacre en la mina Nuevo Callao. Aunque no se confirmó, sí se encontraron varios cadáveres luego, incluyendo el de una mujer embarazada.

Política continuada

2017 fue el último año de gobierno de Rangel Gómez y el primero de Justo Noguera Pietri, quien está en el cargo luego de un proceso electoral fraudulento perpetrado por el chavismo en las elecciones del 15 de octubre de ese año.

Y 2017 también fue el año en el que continuaron las matanzas, ahora perpetradas por el Ejército. Fueron cuatro registradas en total: en febrero, en agosto, en septiembre y en noviembre.

En 2018, testigos de matanzas y pobladores del sur de Bolívar denunciaron que ahora las masacres eran ejecutadas por nuevos actores: guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En mayo de aquel año hubo dos, incluyendo una en la mina Cicapra. Esa vez hubo 20 víctimas. En junio, cinco pemones fueron asesinados en San Luis Morichal (a siete horas en lancha de El Dorado).

Pero las fuerzas militares también asesinaron en el arco minero en 2018. La primera vez fue en febrero. La segunda, en octubre, en lo que se conoció como Masacre de Los Candados. Los testigos culparon tanto al Ejército como a la Guardia Nacional.

El Ejército continuó su política criminal en 2019. Entre el 22 y el 23 de febrero, siete personas, incluyendo indígenas pemones, murieron asesinados tanto en Kumarakapay y Santa Elena de Uairén, consecuencia de las acciones represivas que desataron los militares para frenar la entrada de la ayuda humanitaria por la frontera con Brasil.

Una semana después, en El Pariche, Sifontes, cinco personas fueron asesinadas por el Ejército.

En julio, las masacres salieron del contexto minero y se trasladaron a San Félix. Ese día, con fusiles, cuatro hombres y tres mujeres fueron asesinados en una parada de autobuses. El crimen se le atribuye al jefe de pandillas (o pran, como se le conoce popularmente) “Zacarías”, relacionado con el control de las minas de oro de El Callao.

El 23 de noviembre, un grupo armado mató a balazos a ocho personas en la mina La Caraota, en Ikabarú.

En todos estos casos prevalece la impunidad y la opacidad informativa.

El Estado, su deber

El protocolo de Minnesota, documento de carácter internacional en el que se describe la metodología de investigación de las muertes potencialmente ilícitas o ejecuciones extrajudiciales, explica que una de las características principales de estas violaciones de derechos humanos es  que “la muerte puede haber sido causada por actos u omisiones del Estado, de sus órganos o agentes”.

Además, añade: “La muerte podría ser resultado del incumplimiento por el Estado de su obligación de proteger la vida. Incluye este supuesto, por ejemplo, cualquier situación en que un Estado no ejerza la diligencia debida para proteger a una persona o personas contra amenazas externas previsibles o actos de violencia por agentes no estatales”.

Codehciu exige al Estado venezolano que investigue de manera imparcial las muertes potencialmente ilícitas en las que estén involucrados organismos públicos, como las que ha habido en los cuatro años del Arco Minero; todo eso sin contar la devastación ambiental y el acorralamiento de comunidades indígenas, consecuencia directa de esta política.

Por otro lado, lo exhorta a proteger las vidas de mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes que sufren en carne viva el terror de los grupos irregulares en zonas mineras y de sus propias fuerzas militares.

 

Prensa Codehciu

Exgobernador Rangel Gómez tramita la residencia en México

EL EXGOBERNADOR DEL ESTADO BOLÍVAR, Francisco Rangel Gómez, tramita su residencia en México. El miércoles, cerca de las 10:30 am, acudió a la sede del Instituto Nacional de Migración, en la zona de Polanco, en el Distrito Federal (DF) de México, para estampar sus huellas dactilares, trámite que debe cumplir antes de recibir la residencia.

Un ciudadano venezolano que se encontraba en el lugar, reconoció al exmandatario regional y expresidente de la Corporación Venezolana de Guayana cuando visitaba la oficina de la institución mexicana. La fuente también observó a la esposa de Rangel Gómez, Nidia Escobar de Rangel, quien efectuaba el mismo trámite.

Rangel Gómez fue gobernador del estado Bolívar desde el año 2004 a octubre de 2017, cuando fue reemplazado por el general Justo Noguera Pietri, proclamado ganador en los comicios regionales por el Consejo Nacional Electoral, pese a que Andrés Velásquez, su contendor opositor, mostró las actas que lo acreditaban a él como vencedor.

De acuerdo con fuentes del estado Bolívar, Rangel Gómez viajó a México tras entregar el poder. Era ya conocido que su hija María Eugenia Rangel, vivía en la Colonia Santa Fe, un exclusivo sector del DF de México.

A su yerno, el empresario de origen mexicano, Carlos Rodríguez González Piazza, lo vinculan con ventas realizadas a la Gobernación durante la gestión de su suegro. De acuerdo con las denuncias del excandidato a la gobernación, Andrés Velásquez, realizadas por primera vez en mayo de 2013, González Piazza, a través de la empresa Tasodi Comercializadora, registrada en México, le vendió 20.000 balones y 20.000 tanques de agua al gobierno regional encabezado por Rangel Gómez. Además, también, en sociedad con el abogado Yamal Mustafá, según Velásquez vendió autobuses Marco Polo a la gobernación, y comercializó hacia México productos de las empresas básicas.

Banco Nacional de Costa Rica confirma cierre de cuentas de CVG Alunasa tras acusación de EE UU por lavado de dinero

 

San José.- El Banco Nacional de Costa Rica cerró las cuentas a la estatal venezolana Alunasa, que opera en territorio costarricense, tras una alerta emitida por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre la presunta utilización de la firma para el lavado de dinero, informó este martes un diario local.

La empresa funciona en Esparza, una comunidad ubicada a 100 kilómetros al oeste de la capital, y emplea a 277 trabajadores.

El Banco Nacional cerró las cuentas de la firma extranjera, luego de que el Departamento del Tesoro alertase en mayo sobre el presunto uso de la firma para el lavado de dinero en presuntas operaciones que salpicaron a uno de los brazos derechos del presidente Nicolás Maduro, el constituyente Diosdado Cabello.

El cierre del 13 de junio pasado afectó cuatro cuentas de la estatal y dos del Ejecutivo venezolano, dijo el diario La Nación.

Debido a dificultades para obtener materia prima, dada la crisis que golpea a Venezuela, Alunasa incurrió en atrasos en pagos salariales y en el cumplimiento de sus obligaciones con la Caja Costarricense del Seguro Social.

No obstante, la firma hizo contactos con autoridades del Ministerio del Trabajo y del anterior gobierno, para tratar de buscar una salida a la crisis.

El responsable jurídico de la empresa, Carlos Peña, explicó que el canciller venezolano, Jorge Arreaza, le comunicó a los ejecutivos -cuando fue a Costa Rica al traspaso de poderes en mayo pasado- que Alunasa (Aluminios Nacionales, S.A.) se queda en Costa Rica a toda costa, pues es un proyecto del Estado venezolano, cuya misión principal es realizar una función social en la comunidad donde opera.

Según reseña el diario La Nación, de Costa Rica, el Banco Central le comunicó al presidente de Alunasa, Noel Martínez que, por esa misma razón, no tramitará más créditos ni a su nombre, ni de las empresas que él representa, pero hizo la salvedad de que esta decisión no exime a la compañía venezolana de seguir pagando los créditos que mantiene con el banco.

Tras el cierre de cuentas, la empresa mantiene una deuda con el Banco Nacional por una línea de crédito otorgada en el 2015, la cual permitía a la compañía endeudarse hasta por $2,5 millones.

Así lo confirmó Carlos Peña, encargado jurídico de Alunasa, quien no detalló cuál es el monto que está pendiente de pagar.

La garantía de ese crédito era la materia prima de la manufactura, dijo Peña, es decir, el aluminio.

Sin embargo, el abogado relató que debieron ofrecer el terreno de la empresa como garantía adicional, por un valor superior a los 3.000 millones de colones (más de 5,2 millones de dólares), cuando empezó a escasear el material por la caída en la fabricación de aluminio en Venezuela, durante la mayor parte del 2017 y lo que va del 2018.

Para ello, Alunasa constituyó un fideicomiso con el Banco Improsa, el 26 de abril pasado.

La firma del Gobierno de Venezuela, además, pretendía que el Banco Nacional le ampliara el tope del crédito hasta  $ 6 millones, con el objetivo de cubrir una deuda con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) por el impago de cuotas obrero-patronales.

Según Peña, el monto asciende a más de $1 millón. Por ese pendiente de pago, la CCSS ordenó el cierre de la planta de la empresa en marzo pasado por un plazo de diez días.

 

Estados Unidos sanciona a cuatro militares por represión y corrupción

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El Departamento de Tesoro de los Estados Unidos integró a cuatro altos funcionarios militares venezolanos del gobierno de Nicolás Maduro a la lista de sancionados de OFAC, por haber participado en actos de corrupción y represión.

Los cuatro sancionados, que se unen a los 49 oficiales venezolanos en la lista Clinton, son Rodolfo Clemente Marco Torres, Francisco Jose Rangel Gomez, Fabio Enrique Zavarse Pabon y Gerardo Jose Izquierdo Torres.

Los activos de los funcionarios sancionados que estén sujetos a la jurisdicción de los Estados Unidos quedarán congelados inmediatamente, y las personas que tengan relación con el país norteamericano tienen prohibido tratar con los sancionados.

De acuerdo a la nota de prensa emitida por el Departamento del Tesoro, estas serían las razones por las cuales están sancionados los militares:

  • Rodolfo Clemente Marco Torres es el Gobernador del Estado Aragua y Director Externo en el Consejo de Administración de Petróleos de Venezuela, S.A. (PdVSA). Marco Torres anteriormente ocupó los cargos de Ministro de Economía y Finanzas, Presidente del Banco de Venezuela y Ministro de Alimentación, y es un general retirado de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas. Marco Torres ha sido supuestamente vinculado a esquemas de corrupción relacionados con la importación de alimentos, que están controlados por el ejército venezolano.
  • Francisco José Rangel Gómez es ex Gobernador del Estado Bolívar y está retirado del Ejército Nacional, con el rango de División General. Rangel Gómez ha estado vinculado a actividades de corrupción, como el fortalecimiento de las bandas armadas que operan en Bolívar y la presión sobre los tribunales para liberar a los miembros de pandillas que son detenidos, durante su tiempo como gobernador. Rangel Gómez también ha sido vinculado a redes de oficiales militares supuestamente corruptos.
  • Fabio Enrique Zavarse Pabón, División General de la Guardia Nacional Bolivariana, es el Comandante de la Zona Operacional de Defensa Integral de Capital de las Fuerzas Armadas Nacionales y también dirigió las Fuerzas de la Guardia Nacional Bolivariana en el Distrito Capital de Venezuela. Zavarse Pabón es presuntamente responsable de actos de represión por parte de miembros de la Guardia Nacional Bolivariana contra manifestantes callejeros en Venezuela.
  • Gerardo Jose Izquierdo Torres, General de División del Ejército, es el Ministro de Estado para la Nueva Frontera de la Paz y el Secretario Ejecutivo de la Comisión de la Frontera Presidencial. Supuestamente ha utilizado sus posiciones para sacar provecho de la corrupción a expensas del pueblo venezolano.

«El presidente Maduro y su círculo interno continúan poniendo sus propios intereses por encima de los del pueblo venezolano» declaró el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin en la nota del Departamento. «Esta acción subraya la determinación de Estados Unidos de responsabilizar a Maduro y otros involucrados en la corrupción en Venezuela. Hacemos un llamado a las partes interesadas y socios internacionales de todo el mundo para que se unan a nosotros mientras apoyamos al pueblo venezolano para aislar aún más este régimen opresivo».

La publicación expresa que «Mediante sus propias acciones continuas, los cuatro funcionarios designados hoy han abandonado la misión republicana profesional de la institución militar, que, según la Constitución venezolana de 1999, debe ser «sin orientación política … y en ningún caso al servicio de ninguna persona o partidismo político».

Rectora de la UDO denunció desaparición de dos estudiantes tras arremetida de la GNB y PNB

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La rectora de la Universidad de Oriente en el estado Bolívar, Milena Bravo, denunció que dos estudiantes están desaparecidos desde este miércoles, cuando efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana reprimieron a a estudiantes dentro de las instalaciones del recinto.

Bravo dijo que desconoce el paradero de los jóvenes y responsabilizó al gobernador Francisco Rangel Gómez por la integridad de los mismos.

Los desaparecidos responden a los nombres de César Zabala y Villandry Tochón, informó la presidenta de la Federación de Centros Universitario de la Universidad Central de Venezuela, Rafaela Requesens.

La incursión de los cuerpos de seguridad en la casa de estudios dejó a un estudiante muerto y cuatro heridos, todos ellos por disparos.

Bravo anunció que la Universidad de Oriente suspenderá sus actividades durante los tres días de duelo decretados por el asesinato de Augusto Puga, estudiante de Enfermería en manos de la GNB, quien rindieron un homenaje este jueves.

Las sedes de la UDO en Anzoátegui, Carúpano y Nueva Esparta también honraron la memoria de Puga.

Por su parte, Raúl Yusef, coordinador de la MUD en Bolívar dijo que «el día de hoy el gobierno chavista avanzó un paso más en su oleada represiva».

«Reprimieron esta vez, ya no lanzando bombas lacrimógenas en forma directa a los manifestantes, lo cual ha demostrado que puede ser letal, sino que efectivos de la Guardia Nacional y de la Policía del estado Bolívar, reprimieron a balazos la manifestación estudiantil de la UDO, dejando literalmente casi destruido el decanato y tres heridos de bala en situación de gravedad».

«Lamentablemente la agresión asesina contra manifestantes desarmados y pacíficos ha dejado víctimas de gravedad, como es el caso de Pugas, estudiante de enfermería, quien recibió un impacto de bala en la cabeza y registra pérdida de masa encefálica, su caso es muy grave. La maldad de los represores es tal, que cuando los heridos estaban ya en el suelo y los jóvenes de la Cruz Verde acudían a levantarlos, los esbirros continuaban disparando», aseguró.

 

Informe de comisario del Sebin revela nexos de la Gobernación con pranes mineros al sur del estado Bolívar

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Desde 2009, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) ha detenido a varios funcionarios ligados al gobernador Francisco Rangel Gómez y el exsecretario de Seguridad Ciudadana, general Julio César Fuentes Manzulli por presuntos hechos de corrupción.

El comisario José Gregorio Lezama Gómez, quien fue jefe del Comando Anti Extorsión y Secuestros del estado Bolívar y que en enero de 2016 elaboró un informe entregado al director general del Sebin, Gustavo González López, acusa a Rangel Gómez y Fuentes Manzulli de fortalecer a las bandas armadas y de presionar a tribunales y Fiscalía para la liberación de los aprehendidos por hechos irregulares, sin que se curse actualmente una investigación al respecto.

El informe, que data del 26 de enero de 2016, fue entregado a González López, quien fue ministro de Interior y Justicia, por cuanto las denuncias no solo fueron de conocimiento por parte de la institución militar, sino por quien luego ocupara dicho ministerio.

Este informe fue citado por la Comisión Especial de la Asamblea Nacional que investigó la masacre de Tumeremo, para sustentar las aseveraciones de los diputados sobre los vínculos del gobierno regional con la corrupción, pranes que operan en el estado Bolívar, y por ende, como responsables de la violencia minera.

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Los vínculos de la corrupción

En el informe entregado al director del Sebin, Lezama Gómez, señala directamente a Fuentes Manzulli de tener vínculos con la delincuencia organizada. Menciona que a mediados de 2009 fue incautada en Cambalache una embarcación de 80 pies, tres camiones cisternas cargadas de gasoil, combustible para helicópteros y gasolina, para presuntamente ser sacado por vía fluvial fuera del país.

Según las pesquisas, lo incautado provenía del Aeropuerto Internacional Manuel Carlos Piar, en cuya dependencia se encuentra César Escobar, hermano de la primera dama, Nidia de Rangel Escobar, siendo puesto el caso a la orden de la Fiscalía de Ambiente.

Asegura que fue en 2010 cuando presuntamente hubo más vínculos entre Fuentes Manzulli y la delincuencia organizada.

“A partir de los siguientes sucesos, comienza un proceso de desmantelamiento de la Policía del estado Bolívar, los policías que actúan en contra de la irregularidad o actos ilícitos son entregados, es decir, revelan sus nombres y direcciones desde el mismo despacho policial para que sean asesinados con disparos a mansalva, no hay cartuchos para los funcionarios policiales, pero existe un grupo dentro del gobierno regional que está armando a los delincuentes entregándoles zonas de responsabilidad en los sectores populares (el Capitán, en Vista al Sol; el gordo Bayón, en el sector sindical; el Ciego en Ciudad Bolívar y minas de La Paragua; el Topo en minas de Guasipati y Tumeremo; el Negro Juancho en las minas del sur desde El Dorado hasta Las Claritas; el Sapito, mano derecha y coordinador del alcalde de Ciudad Bolívar Sergio Hernández, muy cercano al gobernador, entre otros denominados pranes)”, detalla en el informe.

Estos datos coinciden con la investigación de Correo del Caroní con fuentes militares y policiales que confirman la existencia de una repartición del estado Bolívar entre los principales cabecillas del mundo delictual:

El Callao es controlado por los pranes apodados Toto,Marcopolo yel Ruqui;y el sector El Perú, controlado por Anderson Pereira hasta el pasado viernes 24 de febrero, cuando fue asesinado por una banda rival al salir de una discoteca en Puerto Ordaz; alias el Morocho controla el sector Nacupay, y de El Paraíso se desconoce quién en su líder.

En Guasipati y San Félix, el líder es Phanol Vladimir Clemente Ojeda, aliasCapitán. Presuntamente un hombre apodadoel Morocholo representa a él también en El Callao.

 

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Puedes leer la nota completa de Jhoalys Silverio para Correo del Caroní AQUÍ

Gobierno olvidó las promesas que hizo a familiares de fallecidos en masacre de Tumeremo

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“Me encerré seis meses, me tiré al olvido por tanto dolor… Hasta que yo misma me di cuenta que tenía que volver a salir adelante, por mis nietos que quedaron sin padre”.

Anaís Montilla rompió el silencio del duelo que le dejó la “masacre de Tumeremo”, suceso que este 4 de marzo cumple un año de haber manchado de sangre (una vez más) al sur del estado Bolívar. Sus tres hijos, Néstor (30), José Armando (27) y José Ángel (26) Ruíz Montilla, murieron en la matanza que contabilizó 17 cadáveres, tras un enfrentamiento por el control de la mina El Miamo.

Recuerda la incertidumbre de esos días de marzo, en los que pedían a gritos que aparecieran sus familiares desaparecidos en el suceso y que el gobernador Francisco Rangel Gómez daba por falso. Protestaron durante tres días seguidos hasta que el Gobierno nacional decidió investigar. “En ese momento había demasiado dolor, demasiada rabia, yo no podía hablar con nadie. No podía más”.

La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, anunció el hallazgo de los cadáveres el 14 de marzo, y ya para el 16 los cuerpos habían sido entregados a las familias. La masacre fue confirmada.

Todo Tumeremo conoce a Montilla, una mujer de 53 años con temple de hierro que se ha levantado de la depresión para continuar con su vida y mantener contacto con las 10 familias que perdieron a un ser querido en esa matanza, hecho que el Gobierno no ha sabido reivindicar.

Tras entregar a los fallecidos, la Defensoría del Pueblo, Gobernación de Bolívar y Ministerio Público prometieron casa, comida, protección, educación y asistencia médica… Pero a un año de la tragedia, ninguna ayuda social del Estado se hizo realidad para las madres, esposas e hijos de los fallecidos.

“Me reuní con (Francisco) Rangel Gómez personalmente y nos prometió 10 casas, una para cada familia. Nos prometió la bolsa de comida semanal… Pero yo no he visto nada”, denunció Montilla, quien accedió a declarar a El Pitazo en un café discreto de Tumeremo, “donde no nos vea mucha gente, porque ahorita uno no sabe quién está oyendo”.

Mientras el Instituto de Viviendas, Obras y Servicios (Inviobras) del estado Bolívar, reporta que la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) construyó 21.576 viviendas en 2016; en Tumeremo ni siquiera se seleccionó el terreno para las casas que se ofrecieron para que estas personas dejaran de protestar.

La bolsa de comida semanal tampoco llegó. Durante 2016 solo recibieron una, alrededor de la fecha de la masacre. La segunda bolsa llegó un año después, este febrero… bolsas que no suficientes para ninguna de los cuatro deudos entrevistados para este trabajo.

 

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Tras la masacre, el miedo reina en el municipio Sifontes, tanto que ni el alcalde, Carlos Chancellor, quiere referirse sobre el tema. Pero Montilla sí. Quiere recordarle al país que el terrible suceso no murió cuando la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) mató a Jamilton Andrés Ulloa Suárez, alias El Topo, líder de la banda criminal que efectuó la masacre.

Montilla tiene 18 nietos en total. Tuvo que comenzar a “pasar trabajo e  irme pa’ las minas como cocinera”, hacia los lados de El Dorado y el Kilómetro 88, para ayudar a las dos nueras y los niños que viven con ella. “En mi casa, un mercado de 200.000 ó 300.000 bolívares no da sino para tres días”.

Para el momento de la masacre, cuando todo el pueblo exigía en las calles que aparecieran los fallecidos, ella también se reunió con el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, quien les prometió asistencia médica para todos los niños que quedaron huérfanos.

“Yo le llevé todos los informes y documentos de mi nieto, que es autista, porque nosotros lo atendemos es en Puerto Ordaz, pero no vimos respuesta. Con todos hablé y nos engañaron. Se olvidaron de todo (…) yo perdí mis tres hijos en un solo momento, ¿Sabes qué es no tener a quién pedirle nada, más nunca?”, dijo la mujer que no tiene más lágrimas para llorar a su descendencia.

“Nos engañaron y bien engañados, sin derecho a reclamo, porque ¿A quién más le vamos a reclamar nosotros? ¿A ellos mismos para que nos sigan mintiendo?”, dijo Anaís Montilla, expresando desconfianza con cualquier funcionario del Gobierno actual.

Puede continuar leyendo a Oriana Faoro en El Pitazo

 

A un año de la Masacre de Tumeremo: el Estado se olvidó de las familias de las víctimas

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Silencioso. Solo así puede describirse el luto que guardan los familiares de los mineros asesinados en la masacre de Tumeremo a un año de su desaparición física. Bien sea por el dolor intrínseco o el miedo a represalias, quienes vivieron esta atrocidad de forma directa se niegan a hablar de lo que sucedió a principios de marzo del 2016, que poco a poco se va desdibujando de la esfera pública como miles de casos similares engavetados por las autoridades.

A pesar de ser un caso de relevancia nacional e internacional que evidenciaba la impunidad con la que bandas criminales actúan al sur de Bolívar, la omisión del Estado luego del revuelo inicial ha sido clave en un intento de enterrar su fracaso junto con los cadáveres de las víctimas. Los sobrevivientes sufren del olvido de las instituciones públicas, cargando con la zozobra y angustia de una realidad que solo se ha agravado.

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La figura de la reparación integral, manejada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, establece que es de carácter obligatorio ofrecer indemnización material o psicológica (según aplique) a la brevedad posible en casos de violación de derechos humanos, con el objetivo de minimizar las repercusiones traumáticas que estos puedan tener sobre las víctimas. Sin embargo, en Tumeremo, esto no es más que otras palabras en papel.

Más información en Correo del Caroní.