bomberos de mérida archivos - Runrun

bomberos de mérida

Liberaron con medidas cautelares a bomberos de Mérida que compararon a Maduro con un burro

EL TRIBUNAL SEGUNDO EN FUNCIONES DE CONTROL del estado Mérida otorgó libertad con medidas cautelares a los bomberos Ricardo Prieto y Carlos Varón, detenidos desde hace 48 días por presunta “instigación al odio”, tras haber parodiado al mandatario Nicolás Maduro con un burro.

El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de los Andes indicó que durante la audiencia, la Fiscalía cambió la calificación del delito a vilipendio contra el Presidente e instigación pública, previstos en los artículos 147 y 285 del Código Penal.

Ambos bomberos fueron detenidos por presuntamente grabar y difundir un vídeo en el que parodian a Nicolás Maduro y lo comparan con un burro, al tiempo que denuncian el estado en el que se encuentra la estación y la falta de equipos de protección bomberil.

En el momento de la detención, los bomberos Varón y Prieto fueron interrogados sin estar presente abogado alguno, siendo inducidos a declarar contra sí mismos, en violación al debido proceso, según denuncia la ONG Espacio Público.

Hace días, 51 organizaciones de derechos humanos habían solicitado el sobreseimiento de la causa “debido a que no se ha cometido ningún delito”, en un proceso que calificaron como vulneración el derecho a la libertad personal, los principios del debido proceso, la libertad de expresión y criminalización de la protesta pacífica.

Organizaciones de DD.HH piden sobreseimiento de la causa de los bomberos de Mérida

 

51 organizaciones de derechos humanos venezolanas, así como federaciones y asociaciones de profesores universitarios, suscribieron un comunicado realizado por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA) en el que se le solicita al gobierno el sobreseimiento de la causa por la cual los bomberos del estado Mérida, Carlos Varón y Ricardo Prieto, están detenidos desde hace ya un mes.

Transcurridos 33 días de la detención, las organizaciones de derechos humanos hacen la solicitud por considerar que los bomberos no cometieron delito alguno.

Además del sobreseimiento de la causa, las organizaciones y las federaciones y asociaciones de profesores universitarios, piden al Estado que les garantice a Varón y Prieto su integridad física y mental y consideran que la detención y procesamiento de los bomberos vulnera el derecho a la libertad personal, los principios del debido proceso, la libertad de expresión, criminaliza la protesta pacífica, y transgrede el principio de supremacía constitucional consagrado en el artículo 7 de la Constitución Nacional.

El pasado 12 de septiembre de 2018 en horas de la noche, Carlos Varón y Ricardo Prieto, fueron detenidos sin orden judicial y sin flagrancia, mientras realizaban labores en la sede del Cuerpo de Bomberos en la población de Apartaderos, municipio Rangel del estado Mérida.

El motivo de la detención fue la difusión en redes sociales de un vídeo en el que se  puede ver a un burro que se pasea por las instalaciones de la sede del Cuerpo de Bomberos de la población de Apartaderos, refiriéndose los bomberos a este animal como si se tratara del presidente Nicolás Maduro, al que se le están informando de la situación de carencia de la sede de bomberos.

Por la sátira, el gobierno privó de libertad a Varón y Prieto y les aplicó la Ley contra el Odio, promulgada por la asamblea Nncional constituyente y rechazada por las organizaciones de derechos humanos de Venezuela, por ser violatoria de los derechos humanos y un mecanismo para criminalizar la libertad de expresión y el derecho a disentir.

 

*Con información de Prensa ODH-ULA

Acceso a la Justicia: El burro y la sátira política

DECIR QUE EN VENEZUELA HAY censura no es noticia que se cierren medios de comunicación o que se prohiban canales o programas televisivos, pero lo que sí debe decirnos mucho sobre el aumento significativo de la represión en el país es el caso ejemplificado por los humildes bomberos de Mérida, Ricardo Antonio Prieto Parra y Carlos Julio Varón Gracia, quienes por un hecho que es un ejercicio cotidiano para cualquier venezolano, esto es, el reírse de sus propias miserias y de los gobernantes que las provocan, hace un mes fueron detenidos con base en la oprobiosa pseudo ley contra el odio, y pueden quedar sentenciados a una pena de hasta veinte años de cárcel (artículo 20).

Sólo para poner en contexto lo desmesurado de esta sanción, hemos de considerar que la pena para un homicidio simple es de doce a dieciocho años (artículo 405 del Código Penal), con lo que se pone en evidencia que para Asamblea Nacional Constituyente (ANC) es más importante la figura presidencial que la vida de cada ciudadano. Aunque los hechos demuestran que para el régimen la vida no tiene importancia, que se aprese a ciudadanos comunes por reírse del poder pone en evidencia la barbaridad que nos rige. Debemos agregar que los bomberos al realizar su video casero, dentro de la burla que efectivamente hacen, traslucen con mucha candidez la precariedad de su situación, tratando con humor lo que son las diarias dificultades de su trabajo, lo cual muestra la inexistente tolerancia en Miraflores a todo lo que lo critique.

Que al poder no le gusta que se rían de él tampoco es novedad; ya Aristófanes, el llamado “padre de la comedia”, fue denunciado por el populista Cleón, quien decía que cuando se burlaban de él en realidad se criticaba a la ciudad de Atenas, por lo que esconderse detrás del “pueblo” para acabar con la libertad de expresión no es reciente. Pese a ello, y obviando a sus detractores, Aristófanes siguió escribiendo sus obras y criticando a Cleón y a otros, no en vano Atenas es la cuna de la democracia.

Más admirable aún es el caso de una caricatura muy famosa llamada La entrada, en la que nada menos que el general George Washington es dibujado conduciendo un burro –sí, un burro–, haciendo burla de su triunfal toma de posesión al ser electo por primera vez presidente de Estados Unidos, que algunos consideraron extravagante. Además, en el dibujo está acompañado por un diablo que decía: “El tiempo glorioso ha llegado / cuando David conducirá un asno”. ¿Cuál fue la respuesta del libertador norteamericano? Ninguna, no se interpuso denuncia contra nadie por esto y nadie fue encarcelado.

Más cercano a nosotros es el caso de las elecciones de 1846 en las que José Tadeo Monagas enfrentó a Antonio Leocadio Guzmán por la presidencia de la República. El primero era respaldado por José Antonio Páez (quien no tardaría en arrepentirse) y por el presidente saliente general Carlos Soublette. Los partidarios de Guzmán publicaron una caricatura del presidente Soublette como si fuera un aristócrata y lo titularon Don Carlos, gran Duque de Dabajuro, haciendo burla de la batalla de ese nombre en la que Soublette fue derrotado en 1822. ¿La respuesta de Soublette? No fue ni cárcel ni tortura, sino otra caricatura en la que sus partidarios dibujaron a Guzmán tratando de subir un palo ensebado, tarea muy difícil de lograr (tomado de Torres Ildemaro, 1982, El humorismo gráfico en Venezuela. Maraven. Caracas. pp. 250-252). Otra victoria para la tolerancia.

Lamentablemente, esos tiempos en los que a los poderosos no les importaba que se rieran de ellos no sólo han pasado, sino que la realidad en la Venezuela actual nos muestra una libertad de expresión arrasada por los controles que el poder ha ideado.

Ahora bien, pensar que existe libertad de expresión porque todavía hay algunas emisoras de radio con programas que critican al Gobierno y porque las redes sociales están llenas de mensajes de todo tipo contra este no es más que un espejismo, pues no existe una sola señal radial que tenga carácter nacional con mensajes críticos, y mucho menos medios televisivos, además, para tener redes sociales se debe contar con internet, y el acceso al mismo llega apenas al 53% de la población, por lo que virtualmente la mitad de los habitantes del país no tienen acceso a la red. En consecuencia, esos medios en los que se goza de cierto ambiente de libertad en realidad son “zonas de tolerancia”, permitidas para disfrazar un talante autocrático.

Un ejemplo muy sencillo de lo anterior lo tenemos en el hecho de que hoy en día prácticamente no hay programas de humor en la televisión venezolana, y eso es lógico, pues una de las fuentes naturales y principales del mismo es la realidad y, dentro de ella, la política; al ser ambos temas tabú para el poder resulta lógico que no haya comedia.

Pero volvamos al caso de nuestros bomberos, ellos, siguiendo el patrón gubernamental con todo detenido político, fueron privados de su libertad sin orden judicial, y además se violó el lapso de 48 horas establecido en la Constitución para ser presentados ante un tribunal, pues ello ocurrió en el doble de ese tiempo. Pero la desproporción y la arbitrariedad no se queda allí, pues como lo denuncia el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ULA), se les ha trasladado a un centro de detención sin las condiciones debidas y de difícil acceso para que sus familiares les lleven alimentos, pues el Gobierno no se los proporciona, pese a que es su deber.

Todo este calvario, para quienes sólo ejercieron su derecho a la libertad de expresión, parece empeorar cuando nos enteramos, por el mismo Observatorio de la ULA, que el juez del caso, provisorio como casi todos los del país, es decir, sujeto a ser removido en cualquier momento y sin procedimiento alguno, se declara abiertamente comunista, admirador de Hugo Chávez y militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Debemos recordar que el artículo 256 de la Constitución, ese olvidado texto, prohíbe expresamente a los jueces cualquier tipo de activismo político. Luego de todo lo expuesto: ¿qué justicia les espera a nuestros bomberos?

Y la persecución no se acaba allí, pues además el Gobierno, por si algún otro trabajador tiene ganas de hacer más chistes, ha intervenido el Cuerpo de Bomberos de Mérida con la excusa de un supuesto plan de reentrenamiento para todos los efectivos a fin de evitar nuevas molestias al Ejecutivo Nacional.  Ahora sólo le falta prohibir el fuego para que no haya necesidad de bomberos.

Podemos concluir que todo el tránsito de este lamentable relato es una continua y permanente violación de los derechos más elementales de la dignidad humana, cuyo colofón es el propio desdén con que el ciudadano Nicolás Maduro respondió al periodista que osó preguntarle por este caso, al decirle que su interrogante no tenía el nivel, y en tal sentido cabe preguntarse: ¿la condena en prisión por hasta veinte años de dos bomberos es algo de poco nivel?, ¿es algo sin importancia el privar a trabajadores de su libertad, y a sus familias de su sustento?

La respuesta la da un marco jurídico ilegítimo y violatorio de los derechos humanos, como es la inconstitucional ley contra el odio, para la que la imagen del presidente de la República es más importante que la vida de cada ciudadano, al considerar más gravosa una broma respecto de este que un homicidio.

Por Acceso a la Justicia 

Juez que imputó a bomberos de Mérida se retrata con armas y es militante del Psuv

EL JUEZ CARLOS MÁRQUEZ, QUIEN IMPUTÓ A LOS BOMBEROS DE MÉRIDA, Carlos Varón y Ricardo Prieto por el delito de odio agravado por difundir un video satírico, se define comunista, filosofa sobre la construcción del Estado comunista, alaba al expresidente Hugo Chávez y además es militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), según una investigación realizada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes.

Márquez, de 52 años de edad, estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Los Andes y se desempeña como juez provisorio desde marzo del año 2017. Anteriormente fungía como secretario de Sala de Audiencias del Circuito Judicial Penal del estado Mérida.

En investigación realizada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Los Andes (ODH-ULA), se conoció que el juez Carlos Márquez se define como comunista en sus redes sociales y además muestra su afecto al Gobierno, como lo demuestran las fotografías que acompañan este texto.

Además, en un artículo publicado en el portal www.aporrea.org el primero de junio de 2017, el juez alaba al ex presidente Hugo Chávez y señala ser pueblo que no acepta que lo dirijan “desde los palacios del Countrie Club (sic) y que aun cuando no tenemos casas lujosas tenemos un comandante decidido en el palacio de Miraflores”.

En su cuenta de Facebook carlos.m.vielma, el juez Carlos Márquez muestra simpatía con el partido de gobierno y hace proselitismo político en sus redes sociales, lo que para el ODH-ULA viola la Constitución, el Código de Ética del juez venezolano y los principios internacionales sobre la independencia judicial.

Para el ODH-ULA resulta paradójico que el juez Carlos Márquez impute a los bomberos de Mérida el delito de odio agravado y en sus redes sociales hace apología de la violencia, fotografiándose con armas y frente a una sede de los colectivos (grupos pro gobierno armados ilegalmente), ubicada en el sector de Santa Juana, de la ciudad de Mérida.

Procesó a los manifestantes del 2017

Según conoció el ODH-ULA, el juez Carlos Márquez saltó a la palestra judicial en el año 2017 porque como juez de control 3 se encargó de imputar, sin que hubiera elementos de convicción, a cerca de 200 ciudadanos, jóvenes y profesores universitarios detenidos durante las protestas del 2017 en Mérida.

Los patrones de actuación del juez Márquez incluyeron diferimientos de audiencias para prolongar la detención y solicitud de medidas de fiadores con la misma intención.

Asimismo, ignoró a la Fiscalía cuando solicitó libertad plena dado que las actas policiales no contenían elementos de convicción para configurar delito.

También se dedicó a amenazar a la Fiscalía por no imputar delito a los detenidos que protestaron contra el gobierno de Nicolás Maduro durante la primera mitad del año 2017.

En ese sentido, el ODH-ULA recordó que el 6 de julio del 2017 los profesores universitarios denunciaron el ensañamiento del juez Carlos Márquez en contra del profesor de la ULA, Rafael Cuevas, detenido el 26 de junio de 2017 por protestar pacíficamente por la crisis económica y política en Venezuela.

Mientras transcurren estos 45 días de la fase de investigación del proceso penal, y en todas sus fases subsiguientes, el ODH-ULA hace un llamado al poder judicial para que no politice la justicia, no criminalice la libertad de expresión y la crítica, e imparta justicia de manera objetiva, imparcial e independiente, como se lo exige la ley venezolana y los tratados internacionales suscritos por Venezuela.

 

Gobernador de Mérida se pronunció en Twitter sobre el procedimiento administrativo abierto a los bomberos

LA COMANDANTE DEL CUERPO DE BOMBEROS DE MÉRIDA, Alvys Aldana, informó ayer jueves 20 de septiembre vía telefónica a El Pitazo sobre un procedimiento disciplinario de destitución iniciado contra los bomberos Carlos Varón y Ricardo Prieto, por el caso del video que presuntamente grabaron estos funcionarios, donde comparan al presidente Nicolás Maduro con un burro.

A propósito de la publicación de dicha información por este medio de comunicación, el gobernador del estado, Ramón Guevara, respondió vía Twitter lo siguiente: “Hasta ahora la Gobernación del Estado ha brindado todo el apoyo a los familiares. Se buscó sitio de reclusión que no sea Cepra -Centro Penitenciario de la Región Andina– y si la superioridad de Caracas ordenó un expediente administrativo para su destitución los abog. de la Gobernación apelaran (sic)”.

Una revisión a las competencias legales

El Pitazo consultó con la directora del Observatorio de Derechos Humanos de la ULA, Mayda Hocēvar, sobre la respuesta del gobernador. La abogada Hocēvar señaló que la decisión sobre el sitio de reclusión de las personas con medida de privativa de libertad la toman los órganos del sistema jurisdiccional venezolano. “Esto no es una competencia del ejecutivo regional”, precisó Hocēvar.

Sigue leyendo esta nota de María Fernanda Rodríguez en El Pitazo