BIEN ES CIERTO que la reunión de la Alba en Quito fue melancólica, como lo reseñó hoy en su editorial Teodoro Petkoff en Tal Cual, pues la sola presencia de Chávez con Evo y Correa en vez de aquella pandilla de golilleros que antes asistían a sus convocatorias es el mejor indicador que la asociación financiada por Venezuela para acabar con el Imperio gringo no termina de arrancar. Sin reales la PDVSA que financiaba todo el ALBA desde aeropuertos como en Haití y Granada hasta depósitos de almacenamiento en Dominica o las supuestas refinerías ofrecidas (mas de 30) tanto en los países del Caribe como en otras partes del planeta parece estarse acabando, palideciendo y apagándose cual ocaso o atardecer rojo rojito.
Callados los muchos países convocados han ido apartándose de este juego político chavista que solo atrajo a Quito a los presidentes de Bolivia y Ecuador (éste estaba en su casa) y a funcionarios de tercera categoría de Cuba, Nicaragua, Dominica, St Vincent y las Granadinas.
Los bancos del Sur y el del ALBA son apenas proyectos en los que no se cree. La moneda del ALBA bautizada Sucre no termina de materializarse.
Hoy me enteré que en una reunión de los países del Caribe con miembros de la Comunidad Europea todos, a excepción del presidente de Dominica ( que no de su Primer Ministro que no le ha permitido la incorporación definitiva al grupo) y del primer ministro de Grenada no están de acuerdo en ingresar al ALBA. El enamoramiento con Chávez arrancó cuando les ofreció petróleo gratis por PetroCaribe. Hasta aquí.