La crisis disminuyó la esperanza de vida en Venezuela - Runrun
La crisis disminuyó la esperanza de vida en Venezuela
Un estudio elaborado por el Centro de Salud Humanitaria de Johns Hopkins reveló que la esperanza de vida en Venezuela ha disminuido, al tiempo que reportó el aumento de la tasa de mortalidad materno-infantil y el resurgimiento de enfermedades infecciosas por baja cobertura de vacunación
La principal recomendación que hacen los investigadores de Johns Hopkins es invertir en materia salud para atender las necesidades urgentes de la población
Las áreas más estratégicas para la inversión incluyen la salud materna seguida por el manejo integrado de casos comunitarios con trabajadores de salud de las comunidades

 

Foto: The New York Times.

Desde 2012, el sistema de salud venezolano ha tenido una progresiva pérdida de operatividad que comenzó a intensificarse en 2017. Una variedad de factores han contribuido con el  colapso del sistema de salud. Entre ellos destacan la migración de profesionales del área, carencia de mantenimiento a la infraestructura sanitaria y la reducción de la inversión en medidas preventivas

El Centro de Salud Humanitaria de Johns Hopkins preparó un perfil de la salud de Venezuela para la organización Simón Bolívar. El estudio fue presentado el 24 de marzo de 2022. 

La investigación abarcó la salud en Venezuela desde diferentes puntos de vista: tasas de mortalidad en niños y madres, enfermedades contagiosas, infraestructura sanitaria, inseguridad alimentaria y nutrición y la respuesta humanitaria ante la crisis. 

Mariela Poleo, presidenta de la Fundación Simón Bolívar, explicó en una entrevista a Runrun.es, que este estudio se hizo para conocer la situación de salud en Venezuela e identificar cuáles eran las áreas más importantes donde la fundación podría generar un efecto a largo plazo.

Poleo señaló que este estudio es importante para la organización porque les permite crear la base donde están las brechas más grandes.

«El estudio trata de ver es cuál es la nueva data que hay. Hay muchos huecos. Uno de los mensajes claves de los investigadores de Johns Hopkins fue que si la película se ve mal ahora con estos números, la realidad puede ser inclusive peor», reiteró la presidenta.

Esperanza de vida en Venezuela

La crisis prolongada en materia de salud ha hecho que la esperanza de vida de Venezuela haya disminuido respecto al continente.

Mientras que en América Latina y el Caribe los hombres viven, en promedio, 72,5 años, la esperanza de vida en Venezuela pasó a 68,3 años.

En el caso de las mujeres, la esperanza de vida del continente es de 76,8 años y la de las venezolanas 76 años. 

«Todo niño nacido en Venezuela tiene la expectativa de vivir 3,5 años menos que los nacidos en una generación anterior», cita el reporte.

El futuro está en la salud comunitaria

Para parte de la realización del estudio, los investigadores de Johns Hopkins utilizaron la herramienta Lives Saved Analysis (LiST) para plantear varios escenarios futuros y comparar qué  intervenciones serían efectivas, es decir, conocer el número de vidas que podrían salvarse de acuerdo a cada intervención.

Poleo explicó que este acercamiento se basa en la premisa de expandir el acceso a la provisión de intervenciones de alta calidad en la parte maternal, neonata, salud infantil y nutricional

«Si se puede intervenir en las madres embarazadas, en los niños recién nacidos y en los niños menores de 5 años, eso tendrá un efecto a largo plazo que va a reducir, o incluso eliminar, la posibilidad de enfermedades», dijo la presidenta de la organización.

Según Poleo, la herramienta trabaja con un escenario base (actualidad) y busca conocer cuál es el número de mortalidad de madres y niños. «A raíz de esa información, la herramienta maneja distintos escenarios cambiando algunos factores», señaló. 

En este caso se trabajaron cinco escenarios:

Si se amplia la cobertura de salud universal.

Si se manejan los casos de enfermedades a través del manejo integral comunitario, en lugar de hospitales.

Intervenciones en la salud materna.

Vacunación.

Intervenciones en la nutrición.

De acuerdo CON la presidenta de la organización, con estos escenarios se hacen diferentes modelos y al final se puede observar el número de vidas salvadas para el 2030.

«Con ello se puede determinar cuál es la mejor manera de aumentar el numero de vidas salvadas. Por ejemplo, si el escenario uno es el más adecuado o si es la mezcla del escenario dos con el cinco», aseguró Poleo.

Según la presidenta de la fundación, esta herramienta indicó que trabajar con el sector comunitario tiene un impacto mayor. «Por eso, una de la recomendaciones es que trabajemos a nivel de comunidades y capacitemos al personal médico de estas«, dijo. 

Los modelos liST del estudio sugieren que las áreas más estratégicas para la inversión incluyen la salud materna, con atención basada en los establecimientos, seguida por el manejo integrado de casos comunitarios con trabajadores de salud comunitarios.

Otro de los descubrimientos de la herramienta, en cuanto a la mortalidad de menores de cinco años, es que la mayoría de las vidas podrían salvarse ampliando las consultas médicas de rutina y las consultas prenatales a las embarazadas. Estas pueden ser hacerse ​​en la comunidad.

«El impacto de la atención prenatal, que incluye suplementos nutricionales durante la gestación, a menudo es beneficioso para reducir el riesgo de malos resultados en el parto. Lo que influye en el riesgo de mortalidad neonatal», aseguró el informe.

Tasas de mortalidad infantil siguen aumentando

La investigación explicó que, a diferencia de las tendencias regionales, Venezuela tiene tasas de mortalidad crecientes en niños menores de cinco años y madres.

Según el estudio, la tasa de mortalidad en menores de cinco años se estima en 24.2 muertes por cada 1000 nacimientos.

«La tasa de mortalidad de niños menores de cinco años ha aumentado más de 40% desde 2011. En ese año solo se registraban, 17.2 muertes por cada 1000 nacimientos», afirmó el estudio.

Mientras que a escala global, las muertes de bebés y niños disminuyeron entre 44% y 47%, respectivamente, entre 2000 y 2017.

Investigadores de Johns Hopkins encontraron que 60% de la mortalidad de menores de cinco años ocurre en bebés menores de un mes. Las causas más comunes de muerte en este grupo etario son: enfermedades infecciosas, en particular la neumonía, y la diarrea. 

En el caso de los neonatos, la cifra aumentó de 10.9 fallecimientos por cada 1000 nacimientos a 14.6 muertes por cada 1000 nacimientos. Las principales causas de muerte neonatal son: prematuridad, anomalías congénitas, sepsis y complicaciones del parto.

«Las estimaciones actuales sugieren que la mortalidad de menores de cinco años es más alta en Delta Amacuro y Amazonas», señaló el estudio.

Mariela Poleo indicó que por ser estados donde hay una distribución geográfica tan grande y una dispersión de la población importante, Delta Amacuro y Amazonas no tienen fácil acceso a la medicina. 

Los datos oficiales de mortalidad no han sido publicados desde 2013, con la excepción del breve comunicado de los datos de 2016 en 2017.

La mortalidad materna también ha incrementado

Mientras que las tasas de mortalidad materna han disminuido en la región, en Venezuela ha aumentado, al igual que los fallecimientos infantiles. 

La tasa de mortalidad materna es el número de mujeres que mueren por causas relacionadas al embarazo, durante el periodo de gestación, o dentro de los 42 días posteriores a la culminación del embarazo por cada 100.000 nacimientos.

En el 2000, Venezuela registró 119 muertes maternas por cada 1000 nacimientos. Para 2017, registraba 125 muertes por cada 1000 nacimientos.

Según el estudio, la principal causa de muerte materna es la hipertensión.

«El aumento de 5% de la mortalidad materna en Venezuela entre 2000 y 2017 es lo opuesto al tendencia mundial, que vio una disminución de 38% en el mismo período de tiempo», aseguró la investigación.

Según el estudio, entre 2012 y 2016, las muertes maternas se duplicaron de 370 a 756 a nivel nacional.

Carencia de vacunas ha resurgido enfermedades contagiosas

Además de aumentar sus tasas de mortalidad infantil y materna, Venezuela también ha experimentado un resurgimiento de enfermedades contagiosas que ha revertido décadas de progreso y ha tenido efectos indirectos en toda la región.

Según la investigación, la disminución de la cobertura de vacunación ha resultado en el resurgimiento de numerosas enfermedades prevenibles por vacunación. Entre ellas destaca el brote de sarampión de 2017-2019, pero también ha habido aumentos considerables en la difteria, tos ferina y paperas.

El estudio reseñó que las disminuciones en la cobertura de vacunación comenzaron en 2016, y aunque se han realizado campañas de vacunación masiva del estado desde 2018/2019, todavía hay brechas críticas en esta cobertura.

«Hay algunas vacunas que prácticamente no están disponibles. Los niveles de cobertura de vacunación de Venezuela están muy por debajo de los de países vecinos», aseguró la investigación.

La malaria es otra de las enfermedades que ha resurgido en Venezuela. De acuerdo al informe, los casos de malaria aumentaron alrededor de 900% de 2007 a 2017.

«Venezuela representa más de la mitad de los casos de malaria en América. El estado Bolívar es el más afectado debido a la minería y deforestación», explicó el estudio.

Al igual que la malaria, mientras la tuberculosis en la región son estables, o incluso han disminuido, en Venezuela la tasa se duplicó entre 2010 y 2018. 

Vacunación para seis enfermedades ha disminuido

Según el perfil de salud realizado por Johns Hopkins, la disminución de campañas de vacunación en Venezuela inició en 2007. 

«A partir de 2007, prácticamente no hubo campañas de vacunación en el país», afirmó la investigación.

El estudio señaló que, entre 2007 y 2009, no se pusieron vacunas contra la poliomielitis, la difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y Haemophilus influenza tipo b a niños menores de 5 años.

«Para 2010, casi 20% de los niños no estaban vacunados», indicó el informe.

La falla en la cobertura de vacunación en Venezuela provocó repercusiones que han afectado a toda la región, aumentando los casos de difteria, sarampión y tos ferina en el país.

De acuerdo al informe, los casos de difteria y sarampión se propagaron a otros países de la región

A diferencia del resto de los países suramericanos, Venezuela se ha quedado atrás en términos de vacunación. 

«Las brechas en la cobertura de vacunación requieren una vigilancia epidemiológica para identificar nuevos brotes de enfermedades prevenibles por vacunación y responder rápidamente», indicó la investigación.

Sistema sanitario sin servicios públicos

El estudio reiteró que la falta de gasto en salud junto con la frecuente escasez de servicios públicos, la migración de los trabajadores de la salud y la pandemia de COVID-19 han contribuido con la disminución la capacidad clínica del sistema de salud venezolano.

De acuerdo a Mariela Poleo, el deterioro del sistema sanitario ocurre desde hace varios años y se debe a una combinación de varios factores, como el deterioro de las instalaciones físicas y la falta de recursos para comprar equipos nuevos o reparar los existentes. 

Además de ello, el sistema sanitario tampoco tiene acceso regular a servicios básicos.

De acuerdo al estudio de Johns Hopkins, más de 70% de los hospitales públicos no tiene acceso regular a agua o electricidad. 

A través de varias entrevistas, realizadas por Johns Hopkins junto a Human Rights Watch (HRW), se conoció que los profesionales de la salud en Venezuela tienen condiciones de trabajo terribles, donde prácticas para el mínimo control de infecciones hospitalarias, como lavarse las manos, son difíciles de cumplir.

Para hacer frente al escasez de agua, los hospitales dan prioridad a ciertos servicios y pacientes, como niños y mujeres embarazadas, pero a veces son obligado a suspender los servicios por completo.

«Estas decisiones reducen el acceso a los servicios de salud para algunos y disminuyen la calidad de la atención para la mayoría», explicó el estudio.

Para tomar estas decisiones, se toman en cuenta tres factores:

Si se necesita atención de emergencia.

La capacidad de brindar atención a pacientes en función de los recursos disponibles.

Si los miembros de la familia o el paciente pueden llevar al centro de salud los suministros necesarios.

33 mil médicos dejaron Venezuela

Antes de la crisis económica, los recursos humanos para la salud en Venezuela estaban por encima del promedio en comparación con los países vecinos de la Región Andina.

Según el informe, en 2017, Venezuela contaba con 17,3 médicos y 20,1 enfermeros por cada 1000 habitantes, respectivamente, mientras que el promedio de la Región Andina era de 16,6 médicos y 13,1 y enfermeros y el de la Región Latinoamérica y Caribe de 21,4 médicos y 15,8 enfermeros.

Sin embargo, las cifras de 2018 sugieren que más de la mitad de los médicos de Venezuela habían emigrado, alrededor de 22.000. 

«Al menos la mitad de los médicos y una cuarta parte de las enfermeras han emigrado desde 2012. Esto redujo la capacidad para atender condiciones no relacionadas con COVID-19 en más de 80%», indicó la investigación.

Según la página web «Médicos venezolanos: Al otro lado de la frontera«, alrededor de 33 mil médicos han dejado Venezuela empujados por la crisis humanitaria y la falta de recursos para ejercer la medicina. 

Perú y Argentina son los dos países que han recibido a la mayoría de los profesionales de la salud venezolanos. De los 33 mil, 4.000 emigraron a Perú y 1.706 a Argentina.

Según la Encuesta Nacional de Hospitales de 2019, de cada 10 médicos de urgencias, solo 3,5 son especialistas, un factor probable en la reducción de las áreas de especialidad que se ofrecen en algunos hospitales.

«La disminución de inscripciones y graduaciones de educación superior limitará aún más a la falta de recursos humanos para la salud en el futuro previsible», aseguró el informe.

94,5% de la población venezolana vive en pobreza total

Otra de las aristas de la salud en Venezuela que fue analizada en el inform, es la inseguridad alimentaria y nutrición de la población.

De acuerdo con el estudio, tanto la pobreza como la inseguridad alimentaria han aumentado dramáticamente en Venezuela, debido a la disminución de oportunidades de empleos, los salarios insuficientes junto al aumento de los costos de bienes y servicios.

La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2021 aseguró que, desde que Nicolás Maduro asumió el poder en 2013, la pobreza total aumentó de 34,2% a 94,5%. La cifra de pobreza extrema también tuvo un repunte importante, de 13,1% a 76,6%.

Encovi 2021
Dos tercios de los hogares del país viven en pobreza extrema por ingresos, de acuerdo con estas cifras. Además, la Encovi señaló que la cantidad de hogares en pobreza multidimensional (es decir, con privación o deterioro de condiciones como educación, vivienda, acceso a servicios públicos, ingreso y empleo) pasó de 64,8% a 65,2%.

El informe afirmó que los programas de protección social del Estado como las cajas o bolsas CLAP son poco frecuentes e inadecuados en cantidad y calidad.

«Los programas de alimentación escolar también han deteriorado dramáticamente, pero ahora muestran mejoras gracias a la participación del Programa Mundial de Alimentos», reiteró el estudio.

A pesar de ello, el informe estimó que 32% de los niños tienen desnutrición crónica y entre 6% y 11% desnutrición aguda.

«La cobertura de detección y servicios de tratamiento nutricional es notablemente limitado», reiteró la investigación.

 

Invertir en salud es fundamental

La principal recomendación que hacen los investigadores de Johns Hopkins es invertir en salud para atender las necesidades urgentes y las de salud general de la población.

«Esto podrá mitigar los impactos de la crisis en curso en el sistema de salud en Venezuela», concluyó el estudio.

Según el informe, la inversión debe concentrarse en apoyar el sistema de salud y facilitar el acceso a la atención primaria de esta, tanto en los centros sanitarios como en las comunidades.

Dada la escasez crítica de trabajadores de la salud, la investigación recomienda invertir en nuevas cátedras para trabajadores de la salud que requieran una preparación menos extensa. Esto podría ayudar a expandir el acceso a servicios de salud básica. 

Además del enfoque en la salud y nutrición maternoinfantil, para la ampliación de la atención primaria de poblaciones vulnerables, se deben considerar los servicios de salud sexual y reproductiva y las enfermedades no transmisibles.