Obviamente la tiranía tiene nuevas órdenes emitidas por sus mandantes insulares. Los mandaron a jugar a las elecciones. Maduro y su combo han comenzado a sentir la presión de un pueblo entero descontento, hambriento y en la calle. Por eso trata de tirar algunas migajas a ver si el pueblo le compra la pólvora, enfriamos la calle y le sacamos las papas del horno, que se le queman sin remedio, a la peor administración que ha tenido el país en toda su historia.
Pero la decisión del pueblo venezolano es mucho más firme y definitiva: quiere que por fin la democracia funcione con reglas del juego aceptadas, conocidas, vigiladas y acatadas por todos. Eso no es posible, con el equipo de tahures que está al frente de cada institución de gobierno.
El Pueblo se cansó del engaño socialista que no funcionó y que, ahora, después de 18 años, además reprime, persigue, incendia y ataca. Por esto, no vamos a dejar de dar la Batalla de Carabobo (24/06/1821), para regresarnos a dar la batalla de Mantecal (15/06/1816). No vamos a cambiar una batalla, sino definitiva, al menos muy importante, para regresar a etapas superadas de un conflicto que se lleva la vida de más de 20.000 venezolanos al año en manos del hampa y que ha acabado con todo lo bueno que se hizo en el resto de nuestra historia republicana.
El Bravo Pueblo de Venezuela quiere es su libertad. Ni un paso menos. La quiere completa y la quiere bajo la ley de un pacto de pueblo que nos garantice la posibilidad de progresar en esta tierra. Los ciudadanos queremos la libertad completa, no una parte, ni limosnas de un tirano y esa resolución es la que ha demostrado con hidalguía y coraje en los últimos días en las calles de toda Venezuela, en el Parlamento y en cada espacio de presión y acción en el que nos hemos impuesto para actuar y enfrentar al gobierno.
El gobierno perdió la oportunidad de cumplir su compromiso, de confrontarse honradamente en un referendo revocatorio. Una vez más hizo de tahur electoral, como lo ha hecho con toda la administración del País y si lo dejamos unos meses más, terminará por destruir la única patria que tenemos los venezolanos. Quiero decir, los venezolanos de Venezuela, que amamos esta patria como la única que tenemos, y a la que estamos dispuestos a defender de administraciones insulares sobrevenidas, tras los engaños de la revolución y las jugadas de sus malos hijos.
Vamos a seguir esta batalla. Vamos a tener un gobierno nuevo, honrado, serio y de transición, y retomaremos el camino de hacer a Venezuela grande. Son esos los sacrificios que estamos dispuestos a confrontar, no los que necesitan los amos externos del presidente despedido. Usted, señor Maduro, está despedido. Tenemos muchas cuentas por arreglar, pero eso será después. Hágase un buen servicio: váyase.