Venezolanos en Trinidad y Tobago alegan despidos laborales por falta de renovación de documentos

Migrantes venezolanos denuncian en redes sociales que no le actualizan sus permisos de estadía desde hace tres meses y tampoco les permiten actualizar sus trámites migratorios
Con información de EFE
Cientos de venezolanos alegan perder su estatus laboral y de identidad en Trinidad y Tobago debido a que sus tarjetas de registro de inmigración son renovadas tras su expiración el primero de enero.
Las denuncias son publicadas en las redes sociales cuando el ministro de Seguridad Nacional trinitense, Fitzgerald Hinds, dijo que los permisos de trabajo serían extendidos. Pero, hasta la fecha, la renovación no entró en vigencia.
Aproximadamente 13.000 venezolanos son afectados por la inacción gubernamental para su estatus migratorio. Frente a la comunidad trinitense son considerados como ilegales, sin oportunidad laboral.
Denuncias venezolanas sin respuesta
Uno de esos venezolanos que acudió a las redes sociales a quejarse por la situación fue Manuel Martínez, quien contó que acudió a la División de Inmigración trinitense para hacer el debido proceso, pero los oficiales le dijeron: «no hay visas al momento».
Martínez dijo que envió a un familiar a la Embajada de Trinidad y Tobago en Caracas y le dieron la misma información.
«La Embajada trinitense en Caracas no está entregando visas. Los oficiales dicen que el proceso solo se está llevando a cabo a través de Puerto de España», contó.
«Los venezolanos en Trinidad y Tobago continuamos con las manos atadas. No hay permisos de trabajo, educación para nuestros niños, los servicios médicos son solo para emergencias y sin visas de empleo para ver a nuestros familiares, tenemos que esperar por las tarjetas de registro», sostuvo.
Documentos rechazados sin razón
Otra venezolana, identificada como Marlene Sosa, contó que solicitó visas para su madre, padre y dos sobrinos para que la visitaran al país vecino. Sin embargo recibió un correo electrónico de la División de Inmigración trinitense informándole que sus visas fueron rechazadas sin explicarle la razón.
Sosa lleva residiendo en Trinidad hace 5 años y cuenta con un permiso de trabajo dado por el Gobierno en 2019.
«No he visto a mis padres en cinco años. No he podido salir de Trinidad y Tobago y tampoco me permiten traer a mi familia para vacacionar», lamentó.
Sosa agregó que se gastó 5.000 dólares en los documentos de inmigración, traducción de los documentos, avances de pago del 20 % de los boletos de viaje y otros gastos como copias impresas y taxis.
Sin embargo, además de la denegación de las visas, el Gobierno tampoco le reembolsó el dinero de gasto por los documentos impresos.