De acuerdo con la investigación, la propagación de desórdenes informativos relacionados con el COVID-19 en el ecosistema digital venezolano es multiplataforma
Fotos: COVID.InfoDesorden
El equipo de COVID.InfoDesorden elaboró un informe para dar a conocer las dinámicas de propagación desórdenes informativos que conectan la pandemia de COVID-19 con la política nacional, asuntos geopolíticos, teorías de conspiración, mitos epistemes.
Durante cuatro meses, un equipo de periodistas monitoreó 110 grupos de WhatsApp en Venezuela para conocer las dinámicas de los desórdenes informativos vinculados a la pandemia de COVID-19.
Este trabajo se realizó en tres fases:
Primera fase: 1° de abril al 31 de julio de 2020, primer ciclo de la pandemia en Venezuela.
Segunda Fase: 1° de agosto al 30 de noviembre de 2020, segundo ciclo de la pandemia en el país, marcado por motivo del confinamiento el 29 de noviembre con ocasión del evento electoral llevado a cabo el 6 de diciembre.
Tercera Fase: 1° de diciembre 2020 a enero 2021, coincidió con el tercer ciclo de la pandemia en territorio venezolano.
Este trabajo se focalizó específicamente en contenidos engañosos, falsos o malintencionados.
“Un entorno general de politización afecta las posiciones, vocerías y toma de decisiones sobre la atención de la pandemia, desde todos los sectores sociales”, señala el estudio.
Los desórdenes
La investigación determinó un entorno de politización que afecta las posiciones, vocerías y toma de decisiones sobre la atención de pandemia, desde todos los sectores sociales.
Además, encontraron la construcción de una “estrategia articulada por el aparato comunicacional oficialista dirigida a reforzar su narrativa épica en el contexto de la respuesta a la pandemia, con la intervención de altos funcionarios del régimen, así como también entes del Estado y las estructuras de la Fuerza Armada Nacional”.
Por otra parte, la investigación señala la estigmatización de los migrantes venezolanos en retorno como “armas biológicas” contra el país, opacidad en el manejo de las cifras y difusión de los partes epidemiológicos y el “uso del miedo a la vigilancia gubernamental para disminuir la circulación de mensajes críticos a la administración de Nicolás Maduro en la mensajería WhatsApp”.
La propagación es multiplataforma
De acuerdo con la investigación, la propagación de desórdenes informativos relacionados con el COVID-19 en el ecosistema digital venezolano es multiplataforma, principalmente en WhatsApp, Facebook, YouTube y Twitter.
Asimismo, detalla el texto que dicha propagación se origina usualmente de Facebook y Youtube, aunque también se introducen directamente en WhatsApp o en Twitter.
Destacan que WhatsApp es origen para piezas en formato de nota de voz, incluyendo audios relacionadas con política nacional y algunos audios que podrían haber migrado desde otros países.
Por otra parte, el equipo determinó que existen indicios de que esta propagación en Facebook y WhatsApp podría ser frecuentemente de naturaleza orgánica, “impulsados por usuarios de esas plataformas que sólo tienen la intención de compartir contenidos que les parecen interesantes”.
Además, resaltan contenidos calificados como “conspiranoicos” o “hiper-partisanos”, los cuales son frecuentemente utilizados para generar clicks y tráfico hacia sitios de noticias basura o sitios de venta en-línea de mercancías.
22% de los contenidos de WhatsApp son desórdenes informativos
El equipo de COVID.InfoDesorden ecolectó 2.401 piezas cuyo tema central fue la pandemia. De este corpus, 520 calificaron como contenidos asociados a desórdenes informativos.
Este análisis identificó dos formatos nativos de WhatsApp que fueron utilizados para la propagación: notas de audio y cadenas de texto: “Los audios representan 9% de todas las piezas compartidas y las cadenas representan 81% de todos los textos”, señala la investigación.
En cuanto a temas y subtemas, las piezas más reenviadas son las que se refieren a la gestión y uso político de la pandemia. Sin embargo, consideran en términos proporcionales al total de piezas por tema, 82% de los contenidos conspiranoicos fueron reenviados, superando a los contenidos de otros temas.
COVID-19 y teorías de la conspiración
La investigación señala que los contenidos de teorías conspirativas vinculadas a la pandemia de COVID-19 representan el 21%. Según el texto, la mayoría de estas teorías teorías ni surgieron a raíz ni son exclusivas del discurso público sobre el COVID19. “Por el contrario, la ocurrencia de un evento catastrófico global como la pandemia ha servido de anclaje y presunta validación a varias narrativas preexistentes del imaginario conspiranoide”, señala el texto.
El análisis identificó cuatro teorías de la conspiración, subyacentes en las narrativas pandémico-conspiranoides:
– Rechazo a la tecnología 5G.
– Movimientos católico/conservadores anti-aborto conectan COVID19 (y aborto) con exterminio poblacional.
– Antivacunas de diversa filiación sanitarista.
– Nuevo Orden Mundial, que persigue el rediseño de la vida humana tal como la hemos conocido hasta ahora.
Desórdenes informativos y geopolítica
Dentro del grupo de contenidos sobre un componente geopolítico, de acuerdo con la evidencia, este se manifiesta a través de tres grandes líneas:
a) Geopolítica de las emociones; que alude a la noción propuesta de Dominique Moïsi, quien afirma que existen tres estados emocionales básicos que impactan en la geopolítica: el miedo, la humillación y la esperanza.
b) Geopolítica referida a bloques de poder político dominante, alterno y resistente; donde se registraron contenidos contenidos en los que se apoya la gestión de salud de la administración de Nicolás Maduro
c) Geopolítica y cambio económico mundial; en la que se identificaron contenidos donde se intenta demostrar que China extiende su control económico hacia países africanos o bien hacia los Estados Unidos.
Recomendaciones para grupos de interés
Más allá de la contribución a la comprensión de estos desórdenes, el equipo que realizó la investigación hizo una serie de recomendaciones para la acción de distintos grupos de interés.
A los periodistas y medios digitales sugieren reforzar los principios del periodismo profesional, capacitar a los reporteros para informar sobre la COVID-19, colaborar con otros periodistas y medios para desmontar noticias engañosas, cubrir los impactos de la desinformación en pandemia en poblaciones vulnerables, desarrollar formatos que vuelva más atractiva la información sobre el virus, incorporar en la cobertura a líderes religiosos que desmienten el carácter milagrosos de tratamientos no probados y establecer un repositorio conjunto de desmontajes de bulos, rumores desmentidos y teorías conspirativas relacionadas con el COVID19.
Por su parte, a las plataformas de social media recomiendan promocionar fuentes autorizar y degradar el contenido falso, identificar cuentas automatizadas con etiquetas visibles, publicar listas de cuentas desactivadas, dar mayor acceso a datos de sus APIs a investigadores, invertir en tecnología para detectar operaciones coordinadas de desinformación, proporcionar fondos para formar en competencias digitales y elementos de juego para incorporar información contextual veraz.
A los activistas sociales sugieren coordinar entre las organizaciones de la sociedad civil para abordar las amenazas a la sociedad generadas por la propagación de desórdenes informativos, aumentar el monitoreo de contenidos inexactos y engañosos, potencialmente nocivos para la población vulnerable, capacitar a equipos comunitarios que se desempeñan en actividades de respuesta en la atención y orientación en salud.
Puede leer el informe completo a continuación:
DESÓRDENES INFORMATIVOS PROPAGADOS EN VENEZUELA, VÍA WHATSAPP Y REDES SOCIALES, EN MEDIO DE LA PANDEMIA DE… by Andrea González Parra on Scribd
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