Caracas, Maracay y Guayana las ciudades con más inflación en el país
Caracas, Maracay y Guayana las ciudades con más inflación en el país

InflaciónVenezuela2015

 

El balance anual de gestión presidencial no se dio durante el discurso de Nicolás Maduro en el hemiciclo; empezó antes, incluso, de las palabras del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup. El resultado de la administración de Miraflores en 2015 fue un decreto de emergencia económica y la publicación parcial de las cifras del Banco Central de Venezuela.

El mismo presidente definió las cifras como “catastróficas” sobre la hiperinflación del país, en las que Ciudad Guayana destaca en el tercer lugar como la entidad más cara del país con 120,5 por ciento de depreciación del bolívar entre enero y septiembre de 2015.

Maturín y Barquisimeto son la segunda y tercera ciudad con más variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) 121,2 y 124,9 por ciento.

Si en 2014, la crisis económica en el país y en Ciudad Guayana fue fuerte, con peor suerte corrieron los guayacitanos en 2015. En 2014, el municipio Caroní fue la cuarta urbe más cara; ahora es la tercera.

 

¿Responsables?

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Las cifras no son del todo una sorpresa: los acontecimientos económicos desarrollados en 2015 demostraron el déficit imparable de la economía venezolana. Dinero inorgánico, aumento del gasto público en un año crucial electoral, la caída del precio del petróleo, escasez generalizada fueron solo algunos elementos recurrentes y deplorables en el círculo de autonomía económica venezolano. El otro indicador: las colas. Y el malestar. Y la violencia a raíz del desabastecimiento y desespero.

La casi nula producción de las empresas de Ciudad Guayana, controladas por el Estado, solo acrecentó la crisis. Un claro ejemplo es Sidor, paralizada el año pasado en 80 por ciento. Esto aunado al cierre de 56% de las empresas del país por la falta de divisas y al fuerte control de cambio, complicaron lo que la inflación de por sí hace sola: generar más necesidad.

A pesar de las medidas forzadas, impuestas por el ejecutivo, para una supuesta mejoría de todas estas variables, el ciudadano, frecuente víctima de la ineficiencia gubernamental, siguió en una deplorable situación de necesidad: colas y bachaqueo, a las que se añadió a mediados de año la ola de saqueos en San Félix.

 

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