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Las huellas para validar el revocatorio redoblaron el día de San Juan

Collage-Validazo-Revocatorio

La MUD celebra el proceso electoral realizado del 20 al 24 de junio en 23 estados del país: se lograron autenticar 409.393 firmas, superando más del doble la meta del 1% requerido por el CNE

 Hasta que por fin. Nueva Esparta fue el último de los 23 estados de Venezuela en alcanzar –y superar- la meta de validar 1% de las firmas del padrón electoral como una de las etapas a cumplir para solicitar el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

Existían motivos para la respiración entrecortada. A diferencia de otras jurisdicciones, en Nueva Esparta el número de electores a validar tendió a disminuir durante los primeros 4 de los 5 días que duró el proceso. Sin el 1% de firmas de ese estado, no habría revocatorio. Pero el viernes 24, día de San Juan y de la independentista Batalla de Carabobo, se alcanzaron a validar 1,27% de las firmas requeridas. Un total de 4.366 personas lograron superar los obstáculos en una isla donde hubo apagones, retrasos injustificados por autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) y en la que apenas se activaron 5 máquinas captahuellas para una población de 36 mil electores.

La euforia marcó el cierre del proceso de validación. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebró la autenticación de 409.313 firmas, es decir 2,10% del padrón electoral, lo que supera más del doble del 1% de las rúbricas requeridas (194.729). La algarabía de los dirigentes de la oposición contrastó con el silencio de los voceros oficiales.

resultados-validazo

La semana del 20 al 24 de junio de 2016 será recordada no tanto como la superación de una trocha del largo camino hacia el referendo revocatorio para sacar a Maduro del poder sino por la cantidad de obstáculos que debieron superarse. Bloqueos logísticos como la distribución de apenas 300 máquinas captahuellas en todo el país, decomisos de cédulas de identidad en alcabalas de guardias nacionales (Bejuma, Carabobo), árboles derribados obstruyendo carreteras (Aragua), barricadas con fuego (al estilo de las “guarimbas” de la oposición en 2014) que obligaban a cruzar ríos (Caramacate, Guárico), robos, bombas lacrimógenas y tiros al aire (Macarao, Caracas), ataques con piedra (Machiques, Zulia), cortes de luz que atrasaban el proceso y cierre de puntos de validación a las 4 pm cuando aún quedaban sufragistas en cola queriendo validar sus rúbricas.

Abundan los relatos de electores que soportaron sol y lluvia, horas de espera y traslados a alejados centros de validación impuestos por el CNE, guapearon con la enfermedad para autenticar sus rúbricas. Más de 400 mil venezolanos crearon su propia épica en una semana que tomó ribetes epopéyicos. Al gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, uno de los principales promotores del revocatorio, se le antojó llamar a la última jornada como “la Batalla de las huellas”.

Pero a muchos electores le cerraron la puerta en la cara. Tuvieron que tragarse el impulso de validar sus firmas. A diferencia de otros procesos electorales, en la etapa de validación de firmas el CNE no permitió que permanecieran abiertos después de las 4 de la tarde aquellos puntos donde aún hubiesen electores. Y con los bloqueos al proceso, no hubo “operación remate” que activó la oposición durante los últimos dos días que permitiese a todos participar.

Sólo el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, no estuvo de acuerdo con esta imposición del órgano electoral.

 

¿Y ahora qué viene?

La validación de las firmas no fue automática. Es necesario esperar hasta el 26 de julio de 2016 cuando el CNE anuncie si se continúa el proceso luego de verificar si las firmas corresponden a las huellas digitales registradas entre 20 y 24 de junio.

De superarse esa etapa, se convocaría a una nueva recolección de 4 millones de firmas correspondientes al 20% del padrón electoral cuya autenticidad se verificaría directamente en las máquinas captahuellas dispuestas para esa etapa del proceso. El camino hacia el revocatorio aún debe superar unas cuantas vallas.

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La MUD celebra el proceso electoral realizado del 20 al 24 de junio en 23 estados del país: se lograron autenticar 409.393 firmas, superando más del doble la meta del 1% requerido por el CNE

 Hasta que por fin. Nueva Esparta fue el último de los 23 estados de Venezuela en alcanzar –y superar- la meta de validar 1% de las firmas del padrón electoral como una de las etapas a cumplir para solicitar el referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

Existían motivos para la respiración entrecortada. A diferencia de otras jurisdicciones, en Nueva Esparta el número de electores a validar tendió a disminuir durante los primeros 4 de los 5 días que duró el proceso. Sin el 1% de firmas de ese estado, no habría revocatorio. Pero el viernes 24, día de San Juan y de la independentista Batalla de Carabobo, se alcanzaron a validar 1,27% de las firmas requeridas. Un total de 4.366 personas lograron superar los obstáculos en una isla donde hubo apagones, retrasos injustificados por autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE) y en la que apenas se activaron 5 máquinas captahuellas para una población de 36 mil electores.

La euforia marcó el cierre del proceso de validación. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebró la autenticación de 409.313 firmas, es decir 2,10% del padrón electoral, lo que supera más del doble del 1% de las rúbricas requeridas (194.729). La algarabía de los dirigentes de la oposición contrastó con el silencio de los voceros oficiales.

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La semana del 20 al 24 de junio de 2016 será recordada no tanto como la superación de una trocha del largo camino hacia el referendo revocatorio para sacar a Maduro del poder sino por la cantidad de obstáculos que debieron superarse. Bloqueos logísticos como la distribución de apenas 300 máquinas captahuellas en todo el país, decomisos de cédulas de identidad en alcabalas de guardias nacionales (Bejuma, Carabobo), árboles derribados obstruyendo carreteras (Aragua), barricadas con fuego (al estilo de las “guarimbas” de la oposición en 2014) que obligaban a cruzar ríos (Caramacate, Guárico), robos, bombas lacrimógenas y tiros al aire (Macarao, Caracas), ataques con piedra (Machiques, Zulia), cortes de luz que atrasaban el proceso y cierre de puntos de validación a las 4 pm cuando aún quedaban sufragistas en cola queriendo validar sus rúbricas.

Abundan los relatos de electores que soportaron sol y lluvia, horas de espera y traslados a alejados centros de validación impuestos por el CNE, guapearon con la enfermedad para autenticar sus rúbricas. Más de 400 mil venezolanos crearon su propia épica en una semana que tomó ribetes epopéyicos. Al gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, uno de los principales promotores del revocatorio, se le antojó llamar a la última jornada como “la Batalla de las huellas”.

Pero a muchos electores le cerraron la puerta en la cara. Tuvieron que tragarse el impulso de validar sus firmas. A diferencia de otros procesos electorales, en la etapa de validación de firmas el CNE no permitió que permanecieran abiertos después de las 4 de la tarde aquellos puntos donde aún hubiesen electores. Y con los bloqueos al proceso, no hubo “operación remate” que activó la oposición durante los últimos dos días que permitiese a todos participar.

Sólo el rector del CNE, Luis Emilio Rondón, no estuvo de acuerdo con esta imposición del órgano electoral.

 

¿Y ahora qué viene?

La validación de las firmas no fue automática. Es necesario esperar hasta el 26 de julio de 2016 cuando el CNE anuncie si se continúa el proceso luego de verificar si las firmas corresponden a las huellas digitales registradas entre 20 y 24 de junio.

De superarse esa etapa, se convocaría a una nueva recolección de 4 millones de firmas correspondientes al 20% del padrón electoral cuya autenticidad se verificaría directamente en las máquinas captahuellas dispuestas para esa etapa del proceso. El camino hacia el revocatorio aún debe superar unas cuantas vallas.

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