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Alertan sobre inseguridad en planteles educativos

Planteles

 

Vulnerables. Así se encuentran los centros de estudio en la capital mirandina, donde durante el mes de enero fue sustraído aproximadamente un centenar de equipos de computación de cinco escuelas y una universidad.

Entre los planteles figuran la Unidad Educativa Tácata, la Escuela Taller, el plantel Jesús María Sifontes y el Instituto Universitario Rufino Blanco Fombona, este último visitada en dos ocasiones por los antisociales.

“No solo hay que lidiar con el hecho de que cargan con equipos costosos, que violentan puertas y ventanas para ingresar y cometen hechos vandálicos, sino que además hacen que las clases sean suspendidas, acortando más el ya apretado cronograma académico”, declaró Teresa Torres, docente del centro universitario Rufino Blanco Fombona.

“Genera impotencia que ingresen a un lugar tan sagrado como lo es un centro de estudio. Pero más aún que tengamos que vivir con la angustia de que cada día, en cualquier momento, seamos nuevamente víctimas de los ladrones. Porque aunque vienen a investigar, nunca hay detenidos por estos hechos”, expresó la educadora.

La incomodidad de los ciudadanos es conocida por las autoridades policiales que trabajan para llevar al mínimo posible estas cifras de hurtos y robos.

 

Problema compartido

Al respecto, el comisario Oswaldo Villegas, jefe de la Coordinación 1 de Polimiranda, indicó que están consciente del malestar ciudadano. Pero dijo que “no podemos endosar esta responsabilidad exclusivamente a la policía, hay que trabajar articuladamente y custodiar todos los equipos porque los ladrones se aprovechan de cualquier descuido para ingresar a las instituciones cuando están solas”.

Con el déficit de recurso humano resulta imposible complacer a quienes desean la presencia de un policía por cada escuela. “Cumplimos con hacer el patrullaje y llamamos a la comunidad educativa y vecinos a sumarse a la lucha contra la inseguridad”, puntualizó Villegas.

Aunque se han efectuado mesas de trabajo y según cifras de los cuerpos de seguridad local, el delito se redujo con respecto al año pasado, docentes piden que ninguna otra escuela sea escenario de estos hechos.

“Bastante nos cuesta obtener los recursos como para que vengan a robarlos. Hay que poner mano dura; hasta que no practiquen detenciones entre quienes han robado a sus anchas los colegios, vamos a seguir viviendo esta desagradable situación”, dijo Mónica Ortiz, docente de la U.E. Cecilio Acosta I, que durante el 2014 fue visitada por el hampa.

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Planteles

 

Vulnerables. Así se encuentran los centros de estudio en la capital mirandina, donde durante el mes de enero fue sustraído aproximadamente un centenar de equipos de computación de cinco escuelas y una universidad.

Entre los planteles figuran la Unidad Educativa Tácata, la Escuela Taller, el plantel Jesús María Sifontes y el Instituto Universitario Rufino Blanco Fombona, este último visitada en dos ocasiones por los antisociales.

“No solo hay que lidiar con el hecho de que cargan con equipos costosos, que violentan puertas y ventanas para ingresar y cometen hechos vandálicos, sino que además hacen que las clases sean suspendidas, acortando más el ya apretado cronograma académico”, declaró Teresa Torres, docente del centro universitario Rufino Blanco Fombona.

“Genera impotencia que ingresen a un lugar tan sagrado como lo es un centro de estudio. Pero más aún que tengamos que vivir con la angustia de que cada día, en cualquier momento, seamos nuevamente víctimas de los ladrones. Porque aunque vienen a investigar, nunca hay detenidos por estos hechos”, expresó la educadora.

La incomodidad de los ciudadanos es conocida por las autoridades policiales que trabajan para llevar al mínimo posible estas cifras de hurtos y robos.

 

Problema compartido

Al respecto, el comisario Oswaldo Villegas, jefe de la Coordinación 1 de Polimiranda, indicó que están consciente del malestar ciudadano. Pero dijo que “no podemos endosar esta responsabilidad exclusivamente a la policía, hay que trabajar articuladamente y custodiar todos los equipos porque los ladrones se aprovechan de cualquier descuido para ingresar a las instituciones cuando están solas”.

Con el déficit de recurso humano resulta imposible complacer a quienes desean la presencia de un policía por cada escuela. “Cumplimos con hacer el patrullaje y llamamos a la comunidad educativa y vecinos a sumarse a la lucha contra la inseguridad”, puntualizó Villegas.

Aunque se han efectuado mesas de trabajo y según cifras de los cuerpos de seguridad local, el delito se redujo con respecto al año pasado, docentes piden que ninguna otra escuela sea escenario de estos hechos.

“Bastante nos cuesta obtener los recursos como para que vengan a robarlos. Hay que poner mano dura; hasta que no practiquen detenciones entre quienes han robado a sus anchas los colegios, vamos a seguir viviendo esta desagradable situación”, dijo Mónica Ortiz, docente de la U.E. Cecilio Acosta I, que durante el 2014 fue visitada por el hampa.

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