Fue impactada por una «bala perdida» que entró por el marco de cartón que cubría un aire acondicionado en la habitación de la víctima
@loremelendez
A Blanca Violeta Orellana Pérez, de 64 años de edad, la hallaron muerta en su cama un día después de que una bala perdida la hiriera en el lado izquierdo de su abdomen. Quien la consiguió la mañana del martes, 25 de mayo, fue su hija, que fue a su casa a buscarla porque no le respondía las llamadas. En la habitación la consiguió ensangrentada y sin vida. Vio que tenía el teléfono al lado y por eso supone que estaba chateando con una amiga cuando fue alcanzada por el disparo.
El proyectil fue uno de los que se disparó durante los tiroteos entre cuerpos policiales y bandas armadas en La Vega, municipio Libertador del Distrito Capital, el pasado lunes 24 de mayo. De acuerdo con reportes de vecinos en redes sociales, desde horas de la mañana se enfrentaban las bandas de la zona con la de “El Coqui”, “El Garbis” y “El Vampi”, quienes controlan la Cota 905 y pretenden también expandir su territorio hacia esa parroquia caraqueña.
Cerca del mediodía, funcionarios de Policaracas, la Dirección Contra la Delincuencia Organizada (DCDO) y las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), ingresaron a la barriada. Los habitantes contaron que tuvieron que refugiarse debajo de camas, mesas y muebles porque la balacera había sido la más fuerte y larga de las últimas semanas.
La mujer, madre de cuatro hijos, era abogada y profesora de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (Unefa), además de presidenta de la Asociación Civil Caja de Previsión Social del Vigilante de Tránsito (Capresovit). Era jubilada de la PNB, institución en donde alcanzó el grado de comisionada jefa. Treinta años atrás, a su esposo lo asesinaron también en La Vega, cuando hombres armados lo asaltaron en la calle.
El viernes 19 de marzo, Deisy Rivas, de 55 años, recibió una bala perdida en su estómago mientras cocinaba en su apartamento, en el piso dos de las residencias City Park, en la avenida Páez de El Paraíso. Ese día se desarrollaba un tiroteo en la Cota 905. Murió al día siguiente.
En enero, Néstor Duarte y Nelson Villalta, murieron durante la Masacre de La Vega cuando quedaron atrapados en la línea de fuego de los enfrentamientos.
Durante los primeros cuatro meses de 2021, ocho personas murieron por balas perdidas o por quedar en la línea de fuego de tiroteos, de acuerdo con datos recabados por Monitor de Víctimas.