Este tema no tiene mucho que ver con la política exterior venezolana, sin embargo no podemos perderlo de vista porque las consecuencias de un movimiento como este pueden ser impredecibles en el mundo entero y repercutir en el “modus vivendi” de una buena parte de la población mundial.
El 15 de Mayo del año en curso se instalaron en la conocida Puerta del Sol en Madrid, cientos de personas que protestaban contra algo. Ese algo no estaba muy claro pero al pasar los días las consignas iban siendo: ¡Democracia Ya! ó “No somos títeres de banqueros y políticos” es decir era una manifestación contra el sistema establecido. Todo esto surge como respuesta a las consecuencias de la crisis financiera del año 2008 y que aún se están viviendo en algunos países europeos como España y Portugal en donde las tasas de desempleo son bastante altas.
Hoy en día hay cerca de 195 ciudades en el mundo con manifestaciones de este tipo, en algunos casos se han tornado violentas. Llama la atención que ciudades como Tel Aviv se hayan sumado, que la calidad de vida de los israelíes es alta. Desde Marruecos hasta Wall Street en New York lo que evidencia que la crisis no está superada y que más bien en este momento se están empezando a ver las verdaderas consecuencias ya que muchas personas que se indignan dicen haber sido víctimas de despidos de sus trabajos, desalojos de sus casas por no poder pagar hipotecas o jóvenes que luego de graduarse no tienen acceso a empleos.
La llama que se encendió en 1999 cuando miles de manifestantes “antiglobalización” provocaron serios disturbios en Seattle por la Cumbre de la OMC parece no haberse apagado y las consecuencias que podrían traer los indignados no están muy claras, es demasiado temprano para poderlas medir, sin embargo no se puede perder de vista este movimiento que sin temor a ser exagerados puede empezar a generar una revolución verdadera en el sistema actual.