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Viviana Fein

La policía contaminó la escena de la muerte de Nisman

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Cualquier pregunta sobre el caso Nisman a los expertos termina con la misma respuesta: nunca se podrá saber qué pasó en su apartamento porque en las primeras horas se contaminó la escena del crimen, no se sabe si por impericia o de forma intencionada. Un vídeo emitido en horario de máxima audiencia en el programa del periodista más conocido de Argentina, Jorge Lanata, muestra con enorme crudeza esa realidad.

Se trata de la grabación que realizó la propia policía en el apartamento de Nisman en la torre Le Parc en Puerto Madero, unas imágenes inéditas que muestran la cadena de errores que se cometieron en las primeras horas, claves para recabar las pruebas que puedan llevar a la hipótesis de suicidio o asesinato. El equipo de Periodismo para todos, el programa de Lanata, posee la grabación completa, de unas cuatro horas, pero en el programa emitió algunas partes editadas que muestran los errores más graves.

 

 

Los peritos complican mucho la investigación con sus propias acciones. Por ejemplo en la toma de restos de ADN. En un momento del video se aprecia que el cargador está limpio mientras el arma está completamente llena de sangre. Eso impidió encontrar huellas de cualquier otro ADN que no fuera el de Nisman. Ni siquiera se encontró ADN de Diego Lagomarsino, el propietario del arma, que ha reconocido que él mismo enseñó a Nisman a usarla, por lo que sus huellas deberían estar ahí. Todo estaba lleno de sangre y eso imposibilitó el análisis.

Sin embargo, el video muestra que eso no era así cuando llegó la policía. El cargador estaba limpio. Pero un perito, como se aprecia en el vídeo, ensució el cargador porque tenía los guantes manchados con la sangre que había en la pistola. Con esos mismos guantes también tocó las balas y las depositó en el bidet alterando aún más la escena de la muerte. La exmujer de Nisman insiste en que fue un asesinato, pero la investigación oficial se encamina hacia la hipótesis de suicidio aunque aún quedan muchas incógnitas por resolver.

En todo momento en el video se ve a la fiscal del caso, Viviana Fein, que lidera las pericias, y de fondo en ocasiones se ve y se escucha a Sergio Berni, secretario de Estado de Seguridad, que llegó bastante antes que la propia fiscal, algo que fue muy polémico. Las imágenes muestran cómo los peritos incluso llegan a limpiar el arma homicida con papel higiénico, y se puede apreciar el arma antes de ser limpiada, llena de sangre del fiscal, y después, con mucha menos sangre. De hecho en el vídeo oficial hay un corte en ese momento, algo que no debería suceder, probablemente porque ahí se ve de manera muy evidente cómo se limpia la sangre. En otras imágenes se aprecia a los peritos trabajando sin guantes incluso en el momento de tomar las huellas dactilares en la entrada de la casa.

El baño y la casa fueron llenándose de policías y peritos y algunos de ellos contaminaron la escena del crimen, ya que entraban y salían y pisaban la sangre del fiscal, produciendo así nuevas huellas que distorsionan el lugar de la muerte y por tanto dificultan el análisis para dilucidar si hubo más personas en ese baño. En un momento del vídeo se aprecia incluso como la propia fiscal Fein pisa la sangre y crea nuevas huellas, mientras un perito le dice “cuidado con su pie”.

“Yo nunca tuve ninguna duda de que a Nisman lo mataron. Pero nunca se va a poder saber porque la escena está contaminada”, explicó Lanata mientras emitía las imágenes en las que incluso se aprecian pelos que parecen haber dejado allí los propios policías mientras realizaban sus pericias. Todo en un ambiente de gran improvisación que según diversos analistas es frecuente en la policía argentina. Hay escenas incluso absurdas, como una en la que el propio Berni le pide a la fiscal que vayan cuando antes al baño porque Nisman podría estar agonizando. En ese momento hacía más de una horas que habían entrado los primeros policías y médicos y Nisman llevaba unas 12 horas muerto, según la junta médica.

La fiscal Fein ha defendido esta mañana el trabajo de los peritos y ha asegurado que «la escena del hecho no se contaminó». «Si yo no hubiese entrado al baño, hubieran dicho que no puedo dar fe de todo lo que se hizo allí», se ha quejado en conversación con Radio Vorterix. Fein explicó que había cinco personas en el baño, entre ellas un perito subido encima del bidet para no pisar la sangre. Sobre el momento más polémico, la limpieza del arma con papel higiénico del propio baño de Nisman, la fiscal se defiende: «No es limpiar el arma, es tratar de localizar la numeración del arma y su calibre con un elemento como era en ese momento el papel higiénico. En cualquier procedimiento policial hay que asentar en un acta el tipo de numeración previa del arma. Es una medida imperativa. No se puede hacer de otra manera. Yo le preguntaría a las personas qué pasaría si esa arma no es individualizada debidamente y después no es peritada esa arma, sino otra. ¿Cómo podría determinar que es la misma arma?».

El caso Nisman deriva en una guerra de intereses entre los personajes de la trama

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El caso Nisman, la muerte en circunstancias aún sin esclarecer del fiscal que imputó a Cristina Fernández de Kirchner por presunta complicidad terrorista, sigue su rumbo zigzagueante, incierto y, cada día, con ingredientes nuevos, escabrosos, frívolos y desconcertantes.

La ex mujer de Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, recusó a la fiscal Viviana Fein porque dice que sólo contempla «el suicidio». Fein protestó por sentirse «muy agraviada». Casi en simultáneo, Diego Lagomarsino, el informático que le entregó a Nisman la pistola de la que salió la bala que le mató, dice ahora que su jefe le exigía la mitad de su sueldo y que Arroyo Salgado, «tal vez esté ocultando algo». Al tiempo, reconoce que compartía una cuenta corriente con el fiscal, la madre y la hermana de éste en Estados Unidos.

Mientras, sigue el circulo vicioso de fotografías de Nisman muertoy otras con él vivo en escenarios lúdicos. Todo, analizado por el ministro de la Presidencia, Aníbal Fernández, que aprovecha para ensañarse con la presunta corrupción del hombre que investigaba el mayor atentado contra la colectividad judía tras la segunda Guerra Mundial y al que le atribuye –aunque esté sin vida– los delitos de «cohecho» y «malversación de caudales públicos».

En ese contexto de presiones y de todos contra todos entre protagonistas, afectados personales y políticos, la jueza Fabiana Palmaghini suspendió la junta médica donde debía aclararse algo aparentemente tan sencillo como el día y la hora de la muerte de Nisman; y algo bastante más complicado como es si el hombre se suicidó voluntariamente, le indujeron a hacerlo o le mataron unos auténticos profesionales de un balazo en la cabeza.

La decisión de Palmaghini responde a las demandas de Arroyo Salgado que encabeza la querella familiar que apunta, sin fisuras, al asesinato del padre de sus dos hijas y no al suicidio como le reprocha a la fiscal Fein, a la que desprecia porque considera que «actúa con falta de objetividad, legalidad y oficialidad y que «se aferró a la hipótesis del suicidio», según se lamentó en declaraciones al periódico La Nación. Allí también insistió en que la fiscal «no representa los intereses míos ni de mis hijas». Para dar un ejemplo, mencionó «los afiches» con los que empapelaron recientemente Buenos Aires de fotos de su ex marido enfiestas con chicas que estaban en la memoria de su teléfono móvil.

Feinn, por su parte, lamentó que todo el proceso se dilate «constantemente por los planteamientos» de la ex mujer de Nisman y se pregunta: «No se qué pretende». Una respuesta se la dio Carlos Kunkel, diputado, colaborador y algo parecido a padrino político en los años 70 de Néstor Kirchner, al criticar la conducta de Arroyo Salgado. «Hay un desesperado intento por cobrar los seguros (de vida) y cuando alguien se suicida no se paga el seguro», proclamó.

Mientras unos y otros defienden su posición, Lagomarsino, el único imputado –por prestarle la pistola homicida a Nisman, quien no contaba con licencia vigente para portar armas– y responsable de la seguridad informática de la Unidad Fiscal-Amia, se autocalifica de «pelotudo» (gilipollas) por entregar el arma y compartir la cuenta en EE.UU. Ahora afronta una investigación por lavado de dinero y todavía asimila la acusación implícita de asesino que le hizo la presidenta del Gobierno. En declaraciones a La Nación, Lagomarsino recordó que se enteró de la denuncia de Nisman a la presidenta de Argentina «hace unos ocho ó nueve meses en su casa». Según su versión, Nisman sacó unos papeles y le dijo: «Con esto me llevo puesta a Cristina».

Nisman imputó en enero a la viuda de Néstor Kirchner, con otros colaboradores, por organizar un supuesto «plan criminal» de encubrimiento a los iraníes prófugos de la justicia argentina que presuntamente cometieron el atentado a la AMIA. El 18 del mismo mes, a los cuatro días de presentar la querella, Nisman, que iba a defenderla sin tener obligación de hacerlo en el Congreso, apareció muerto en el cuarto de baño de su casa. Posteriormente la querella pasó de manos y fue desestimada en dos ocasiones. La Cámara de Casación, máxima instancia penal, está pendiente de pronunciarse. En caso de rechazarla, la causa podría llegar a la Corte Suprema.

Peritos de la familia concluyen que Nisman fue asesinado

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BUENOS AIRES (AP) — Peritos contratados por la familia del fiscal argentino Alberto Nisman concluyeron que fue asesinado «sin lugar a dudas» y descartaron la hipótesis del suicidio que sigue la justicia.

«A Nisman lo mataron y su muerte es un magnicidio de proporciones desconocidas que merece respuestas de parte de las instituciones», dijo en una rueda de prensa la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman y una de las querellantes en la investigación sobre su muerte.

Al presentar un exhaustivo análisis de la autopsia y peritajes complementarios sobre el arma de la que salió el disparo que mató al investigador y el lugar donde se produjo su muerte, la jueza afirmó que se «descartan con contundencia el suicidio y el accidente» como causas de la muerte.

«Sólo podemos concluir que Nisman fue víctima de un homicidio sin lugar a dudas», acotó Salgado. Agregó que la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein «no ha podido comprobar la única hipótesis que vino encarando. El suicido no puede ser acreditado por la simple razón de que Nisman no se suicidó sino que lo mataron».

Nisman, de 51 años, fue hallado muerto el 18 de enero en su apartamento, cuatro días después de presentar una denuncia contra la presidenta Cristina Fernández como presunta ideóloga de un plan para encubrir a los sospechosos iraníes de un atentado contra un centro judío en 1994.

El investigador falleció a causa de un disparo de una pistola calibre 22 detrás de la oreja derecha. El cuerpo fue hallado en un charco de sangre en el cuarto de baño adyacente a su dormitorio por su madre y algunos de sus custodios.

Al ir desmenuzando cada uno de los puntos del informe, Arroyo Salgado, quien tuvo dos hijas con Nisman, subrayó que «no existió espasmo cadavérico porque hubo agonía» y que esta última es «incompatible» con la detección de un espasmo en la mano derecha del fiscal tal como había concluido la autopsia oficial.

Por otro lado, puntualizó que «la posición del cuerpo no fue la final… No fue en el momento de la muerte, ha sido movido».

El estudio encargado por la jueza fue presentado a la fiscal del caso, que puede incorporarlo o no a su investigación.

 

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Testigo revela irregularidades en operativo tras la muerte de Nisman

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Un mes después del fallecimiento de Alberto Nisman, una testigo que estuvo en el operativo en la casa donde murió el fiscal argentino reveló graves irregularidades en el protocolo para preservar las pruebas, mientras la Justicia hasta el momento no ha aportado datos concluyentes para esclarecer este caso. Natalia Fernández, de 26 años, relató en una entrevista publicada este martes por el diario Clarín una larga lista de irregularidades en el operativo que se desarrolló en la vivienda de Nisman la noche del 18 de enero, cuando fue encontrado en el baño de la casa con un tiro en la cabeza, cuatro días después de haber denunciado a la presidenta argentina, Cristina Fernández, por encubrimiento de terroristas.

La joven, que ejerció de testigo imparcial del operativo -requisito habitual en este tipo de casos en Argentina-, explicó que presenció cómo los agentes repasaron la documentación esparcida sobre la mesa de Nisman, tocaron el teléfono del fiscal, usaron los baños y la cafetera.

«Tomaban mate y pidieron medialunas. Tocaban todo. Había unas cincuenta personas. La fiscal preguntaba ¿la cortamos acá y la seguimos mañana?», señaló Fernández. La testigo aseguró también que los agentes le dieron documentación para firmar cuyo contenido desconoce y que parte de las actas las firmó al día siguiente.

Además, agregó, una agente agarró un teléfono móvil de Nisman con la intención de responder porque recibía llamadas. «Yo misma empecé a decir ‘no, no, dijeron que no lo toquen, es el teléfono del tipo al que mataron’. La mina (mujer) soltó el teléfono y hubo carcajadas», añadió.

Natalia Fernández detalló que oyó decir a los peritos que «el disparo a Nisman salió a 11 centímetros de su cabeza» y que unos días antes habían encontrado en un edificio próximo al domicilio del fiscal casquillos de bala de un arma que no es común en Argentina. Asimismo, recordó que la fiscal del caso, Viviana Fein, le mostró una bolsa con cinco «casquillos de bala o algo así».

Fein, por su parte, aseguró que lo que dijo la joven «no existe, son descabelladas las expresiones que pone en mi boca». «No es ni mínimamente lo que pasó», recalcó en declaraciones al canal Todo Noticias y anticipó que estudiará con la jueza de la causa las declaraciones de Fernández porque «está mintiendo» y «tendrá que hacerse cargo». Respecto a los casquillos de bala, Fein subrayó que se halló «una sola vaina servida y nada más, y cuatro balas en el cargador, y un proyectil en el cerebro del doctor Nisman».

Nisman, fiscal especial de la causa sobre el atentado contra la mutual judía Amia, que dejó 85 muertos en 1994, murió de un disparo en la sien en circunstancias aún no aclaradas, cuatro días después de denunciar a la presidenta Fernández por supuesto encubrimiento a sospechosos iraníes del ataque.

Un mes después de su muerte, los investigadores no han logrado encontrar pruebas concluyentes para determinar si fue un suicidio o un asesinato, aunque las primeras pericias descartaron la intervención de terceras personas.

La exmujer del fiscal Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, querellante en la causa en representación de sus hijas, ha criticado duramente la forma en que se desarrolla la investigación. Mientras el proceso avanza, el escepticismo domina a la sociedad argentina.

Según una encuesta de la consultora Management and Fit divulgada este martes, el 70 por ciento de los argentinos cree que la muerte de Nisman quedará impune frente a un 23 por ciento que confía en que se esclarecerá.

Además, el 55 por ciento considera que la denuncia de Nisman contra Cristina Fernández es cierta, según este sondeo realizado entre 2.400 personas de distintas regiones argentinas.

Mañana, cuando se cumple un mes de la muerte de Nisman, un grupo de fiscales ha convocado una marcha silenciosa de homenaje en Buenos Aires que se prevé multitudinaria y que cuenta con el apoyo de los principales líderes de la oposición y el rechazo frontal del Gobierno.

En medio de la polémica desatada por esta convocatoria, el canciller argentino, Héctor Timerman, citó este lunes a los embajadores de EE.UU. e Israel para entregarles dos escritos dirigidos a sus Gobiernos en los que expresa la «preocupación» de Argentina por las divergencias de ambos países en las negociaciones con Irán para aliviar las tensiones nucleares e insiste en pedir que se incluya en el diálogo el esclarecimiento del atentado contra la Amia.

Sin resto de pólvora en manos del fiscal argentino Nisman

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BUENOS AIRES, Argentina (AP) — La pericia para detectar restos de pólvora en las manos del fallecido fiscal argentino Alberto Nisman, artífice de la denuncia judicial más grave que haya enfrentado la presidenta Cristina Fernández, arrojó un resultado negativo, se informó el martes oficialmente.

La fiscal Viviana Fein dijo a Radio Mitre que «el resultado del barrido electrónico en la búsqueda de residuos en las manos» del colega que había denunciado a Fernández por el supuesto encubrimiento de los sospechosos del atentado en 1994 a una mutual judía de Buenos Aires, «lamentablemente dio negativo».

La fiscal, sin embargo, puntualizó que éste «no es un resultado inesperado» debido al «calibre pequeño del arma» utilizada.

«Al ser un arma de calibre 22, al no ser un arma de guerra, usualmente no permite que el barrido electrónico dé un resultado positivo» dijo Fein, quien aclaró que el resultado obtenido «no descarta que él haya disparado (el arma) » y, en ese sentido, recordó que la autopsia señaló que no hubo terceras personas al momento de la muerte del fiscal.

Nisman fue hallado con un disparo en la sien derecha, una pistola el calibre 22 y un casquillo de bala al lado de su cuerpo en el baño de su apartamento, cuyas puertas no habían sido violentadas.

«Hay muchas medidas de prueba y hay que esperar que arrojen resultados, también con respecto a los estudios de sangre encontrada en el arma, en el lugar», afirmó la fiscal.

Fein explicó que «se están practicando cotejos directamente con ADN para que el resultado sea categórico» y se sepa si la sangre hallada «se correspondía con el doctor Nisman» o es de otra persona.

Nisman fue encontrado muerto la madrugada del lunes, pocas horas antes de una cita en el Congreso en la que tenía previsto explicar con qué pruebas contaba. Cinco días antes, había acusado a Fernández de idear un plan para garantizar la impunidad de los iraníes acusados del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 que causó 85 muertos.

La semana pasada Nisman había pedido a un juez que citara a Fernández, al canciller Héctor Timerman y a allegados al gobierno, entre otras personas, para ser interrogados por ejecutar y participar en ese supuesto plan.

«La presidenta y su ministro de Exteriores tomaron la decisión delictiva de fabricar la inocencia de Irán para saciar los intereses comerciales, políticos y geopolíticos de Argentina», dijo Nisman en un informe a la prensa al que tuvo acceso The Associated Press.

La mandataria ha rechazado las acusaciones del fiscal y el martes vinculó la muerte del principal investigador del atentado a la AMIA con el próximo juicio a ex miembros del gobierno de Carlos Menem (1989-1999) y ex funcionarios judiciales por maniobras de encubrimiento en la investigación inicial del ataque.

«Lo más importante es advertir que se intenta hacer con el juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir», escribió la mandataria en su perfil de Facebook.

En tanto, el jefe de gabinete Jorge Capitanich dijo que «es absolutamente imposible aceptar denuncias falsas» pero «es necesario que el esclarecimiento (de la muerte de Nisman) por parte del Poder Ejecutivo sea claro, contundente e indubitable».

En las próximas horas está previsto que declaren ante la justicia los 10 policías que custodiaban a Nisman, quien había recibido amenazas durante su investigación del atentado, que comenzó diez años atrás.

 

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