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Guaidó insta a Maduro a «tener pantalones» para negociar
Guaidó insistió en que el Estado miente respecto a las cifras del covid-19 y señaló que “decenas de miles” pueden verse afectados en Venezuela

El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 naciones como presidente encargado de Venezuela, respondió la noche del 30 de marzo las advertencias proferidas por el mandatario, Nicolás Maduro, diciéndole que debería aceptar la oferta de la comunidad de negociar antes de que se generen traiciones en su entorno.

Guaidó puntualizó que si Maduro acepta la negociación como vía, el país se salva. «Ya tu gente está sacando cuentas ¿Tun tun?».

Aseveró no tener problemas en nombrarlo públicamente vía redes sociales -o en persona- y le instó a «tener pantalones» para asumir los errores porque » lanzaste por un barranco a los tuyos y no confías en nadie».

Más temprano, Nicolás Maduro realizó una advertencia a los presuntos conspiradores que intentarían asesinarlo con la ayuda del gobierno colombiano, según denuncias realizadas previamente por voceros oficialistas, al asegurar que «a todos les llegará la justicia».

«No se quejen después por las redes sociales. La justicia les llega a todos. Hasta a ti, que me ves, te va a llegar. No te pongas a llorar por redes sociales», exclamó sin especificar nombres.

También adelantó que prepara una «operación tuntún» con la que oficiales de cuerpos de seguridad del Estado tocarán las puertas de las casas de los presuntos complotados. También lamentó que pongan en marcha estos supuestos planes en un contexto de crisis por el covid-19.

¿Qué es el gobierno de emergencia?

Juan Guaidó conversó en TV Venezuela acerca de lo que es su nueva propuesta de gobierno de emergencia durante la crisis del covid-19. Considera que es urgente tomar acciones concretas para «prevenir una catástrofe» en materia sanitaria por la aparición de esta enfermedad, por lo que existe en «plan José María Vargas» y un gobierno que lo ejecute.

Señaló que esta iniciativa obedece a que actualmente no le prestarán al régimen recursos económicos, y menos luego del señalamiento de EEUU a Maduro de supuesto narcotráfico y por ello se ampara en la conformación del Consejo de Estado para, primariamente sobrevivir al virus.

Ese Consejo sería hasta alcanzar unas elecciones realmente libres. “El Consejo de Estado debe hacer las veces de un Gobierno de Emergecia Nacional para sobrellevar la transición (…) Necesitamos inicialmente $1.200 millones para atender la pandemia y contener la emergencia humanitaria en el país”, subrayó.

Indicó que dicho Consejo debe ser «paritario con todos los sectores» que no estén vinculados a acusaciones, a vejaciones de DDHH y a corrupción.

Manifestó la necesidad de estabilidad del país y se requiere para ello la presencia de organismos de seguridad, al tiempo que rechazó la actuación de las FAES en el país al reiterar la denuncia de las acciones contra miembros de su equipo por sujetos sin uniforme y sin orden judicial.

Respecto al mayor general Clíver Alcalá Cordones y sus señalamientos en su contra, reiteró que no sabe cuáles son las razones de esas declaraciones mientras destacó que esa acusación es la 12 durante el tiempo que ha estado al frente de la Asamblea Nacional. Reiteró que existe descontento dentro de la Fuerza Armada Nacional y nuevamente les invitó a ponerse al lado de la Constitución.

Para el parlamentario, lo ocurrido es para desviar la atención de lo que ocurre y cree que el mayor general Alcalá Cordones estaría en manos de la DEA, ni tiene conocimiento más allá de lo difundido sobre los casos de Nervis Villalobos y el mayor general Hugo Carvajal.

Insistió en que el Estado miente respecto a las cifras del covid-19 y señaló que “decenas de miles” pueden verse afectados en Venezuela por el la enfermedad si no se atiende la pandemia. Hizo mención al caso del taxista en Antímano que tenía síntomas desde febrero y recordó que los primeros se hicieron públicos el 13 de marzo.

Adelantó que en la sesión de la Asamblea Nacional ofrecerá un balance sobre las cifras que manejan respecto a la enfermedad del coronavirus, en lo que se basa el plan José María Vargas.

Sobre los recursos que llegarían, que van por el orden de $1.200 millones, y quién lo manejaría, indicó que existen varias opciones para solicitar y administrar los recursos como la CAF, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

El tema Rosneft también salió en la entrevista. Indicó que el traspaso de los bienes de la estatal rusa evidencia que cada vez más dejan solo a Maduro, y subrayó las trasnacionales y países saben que es la Asamblea Nacional la que debe aprobar contratos de trabajo.

Guaidó le dice no a la «Furia Bolivariana»

Durante el 30 de marzo, Guaidó hizo público un video en rechazo a los grafitis hechos por simpatizantes del oficialismo en un grupo llamado «Furia Bolivariana», que amedrentó al menos a 13 diputados al amenazarles con que los tienen ubicados y que iban a matarles.

También repudió el atropello a su equipo por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, así como por las diversas vicisitudes que pasan los venezolanos día a día.

«Hay cosas peores que ser llamados narcotraficantes, de no tener palabra. Que ser un cobarde. Atacando a la familia. Desde siempre se sabe que se respeta la familia, dejen la cobardía», le dijo a varios altos cargos del Ejecutivo.

Ramón Guillermo Aveledo: “La gente quiere una causa por la cual vivir”

EN EL MARCO DE LA INSTALACIÓN DEL FORO “Retos y desafíos de la Democracia Cristiana en Venezuela”, en homenaje a Arístides Calvani, hombre especial en la formación de la escuela humanista cristiana en Venezuela y en América Latina, los ponentes manifestaron que con este encuentro están reafirmando los valores Social Cristianos y refrescando las ideas que dieron origen al nacimiento de esta ideología.

Este encuentro –en su primera fase- contó con la participación de Román Duque Corredor, Nelson Chitty La Roche, Ramón Guillermo Aveledo, César Pérez Vivas y Luis Ignacio Planas, quienes se enfocaron en dimensionar la dirección espiritual que el país  necesita en este momento, como un elemento que mueva la fibra nacional para mantener viva la esperanza en la Venezuela en que desea y quiere vivir la mayoría de los ciudadanos.

“Esas ideas que defendemos como el bien común, la solidaridad, el respeto a la vida, a los derechos humanos, la democracia, la familia, son los temas que queremos colocar sobre la mesa. La discusión política no se puede seguir centrando en un quítate tú, pa’ ponerme yo, sino en ideas, en propuestas que ayuden a resolver los gravísimos  problemas que tenemos los venezolanos”. Señaló Luis Ignacio Planas, dirigente Social Cristiano.

Consideró que la Democracia Cristiana tiene mucho que aportar en la actual situación en la que se encuentra el país. “Hasta ahora ha sido una voz que no ha actuado con la potencia que la circunstancia amerita; por eso creemos importante que nuestros pasos sirvan para decirle al país que en ese camino equivocado que nos impone el gobierno de (Nicolás) Maduro, existen propuestas distintas, una alternativa con las cuales podemos lograr la solución a los problemas de los venezolanos”.

En su ponencia señaló que tanto el gobierno de Maduro y –el anterior- del difunto Hugo Chávez, han sido una máquina de generar pobreza. Por ello propone una economía que aspira ser más humana, y como prioridad debe imperar la superación de la pobreza que sigue siendo un problema de la justicia social.

Sin desarrollo no hay paz

En su ponencia, Ramón Guillermo Aveledo, presidente Instituto Fermín Toro, habló sobre “Los retos de la política en la actualidad venezolana”, donde expuso que los Social Cristianos no hablan de los retos de cualquier política, sino de una política humanista cristiana. “La nuestra es una lucha por el poder para ponerlo al servicio de la gente.  El bien común es el desarrollo y sin desarrollo no hay paz”.

A su juicio, el reto es fortalecer la democracia y recuperarla donde no la haya. “Aquí estamos dispuestos a recuperarla aprovechando cada rendijita de libertades que se nos presente, sin ignorar la verdadera situación que vivimos en un país en el cual no hay democracia; el reto indispensable es la unidad, sin unidad, la credibilidad interna y externa de la alternativa de cambio en Venezuela es mucho menor. La unidad tiene que ser en torno a unos proyectos comunes, con la mayor apertura y desprendimiento. El reto final es el de la política recupere el sentido de futuro, de esperanza, la gente no va a entregar la vida con un cuento viejo, la gente esta dispuesta hacer todo si es motivada por una esperanza. No hace falta una causa por la cual morir, la gente lo que quiere es una causa por la cual vivir”.

Extremos ideológicos

Por su parte, el ex parlamentario y ex gobernador del estado Táchira, César Pérez Vivas, habló de los extremos ideológicos y la  polarización en la política contemporánea venezolana.

Hizo la comparación de lo que se vivió en Venezuela durante la segunda mitad del siglo XX, bajo un ambiente pluralista de libre desarrollo de las ideas, y a comienzo del siglo XXI una política que busca imponer desde el Estado una idea, una doctrina, una sola forma de concebir al hombre y a la sociedad.

“En el empeño de imponer una ideología radical, la implantación de la democracia ha producido esa polarización sin precedente en los recientes tiempos de nuestro país, y los riesgos de esa ideología impacta  directamente a la cultura, a la vida política y debe convocarnos a todos nosotros a una acción educativa, pedagógica, política que permita ofrecerle a la sociedad la ruta de alternativas de orden estrictamente democrática por la cual se pueda soñar y construir una Venezuela posible”.

Aseveró que frente al empeño de utilizar todo el aparato del Estado, incluida la Fuerza Armada Nacional como un instrumento de propaganda de una ideología que se impone a la sociedad, tiene entonces la formulación de otro polo que busca responder a la hegemonía que se busca aplicar desde el gobierno con paradigmas alternativos.

Invitó a los venezolanos a recapacitar y entender la obligación de ofrecerle al país una esperanza y una oportunidad para superar la crisis social, política y económica. “Aquí estamos recordando esos principios que nosotros hemos llevado adelante de la promoción de la democracia, de la libertad, de la equidad,  de promover una economía diferente, una economía moderna de mercado que nos saque de la ruina en la que estamos inmersos; es una convocatoria a toda la sociedad y actores políticos democráticos, para que integremos con fuerza el camino para  encontrar una solución que ofrezca un cambio político a Venezuela”. Concluyó Pérez Vivas.

La universidad en la cumbre por Francisco José Virtuoso

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Tuve la oportunidad de participar en el Foro de Rectores convocado en el marco de la VII Cumbre de las Américas, realizado en Panamá, entre los días 9 y 10 de abril. La reunión convocó a unos 480 rectores de universidades de todo el continente americano para debatir los retos y problemas de la educación universitaria en esta región.

Me llamó la atención la coincidencia en torno a tres grandes retos que la universidad debe afrontar: en primer lugar, la cooperación regional para hacer posible la movilidad académica interuniversitaria a lo largo y ancho de las Américas; en segundo lugar, la actualización de las capacidades tecnológicas de manera permanente y, en tercer lugar, la apuesta por el desarrollo económico sostenible y con equidad en América Latina y el Caribe.

Con respecto al primer desafío, es prioritario instituir un proceso de acreditación académica y un marco normativo global que establezcan los términos de intercambio académico entre estudiantes, docentes e investigadores. Con respecto al desafío tecnológico, se requiere una cooperación muy estrecha entre las empresas, los Estados y las propias universidades, para lo cual es necesario una clara conciencia nacional y regional de la necesidad permanente de innovación tecnológica como palanca para el desarrollo. Y, finalmente, es ineludible que en nuestros países se asuma el lugar preponderante que las universidades pueden jugar para impulsar el desarrollo sostenible y con equidad, propiciando la utilización de energías limpias para promover el crecimiento económico, la innovación científica y tecnológica y la capacitación de las personas para el trabajo digno y productivo.

En el caso especial de América Latina y el Caribe, los estudios de la Cepal nos sirvieron para enmarcar estos desafíos desde nuestras deficiencias específicas. Según estos estudios, un joven de 15 años en América Latina y el Caribe tiene un desempeño (medido por la prueba PISA 2012) muy inferior al de un joven de esa misma edad en los países desarrollados. También se señala que el gasto público en educación en nuestra subregión es relativamente bajo (18% del PIB) frente a la media de los países desarrollados comparados. Tampoco existe en la región una política coherente de cooperación entre el sector público y privado al financiamiento del proceso educativo en su conjunto, lo que genera profundas distorsiones en las oportunidades de acceso a la educación.

Nuestro reto fundamental, es entonces, garantizar la calidad del sistema educativo en su conjunto. La universidad podrá desempeñar un rol fundamental, siempre y cuando se considere como el punto de llegada de un proceso educativo que asegure el desarrollo de las capacidades de los niños y jóvenes de nuestras sociedades.

Dada la importancia del proceso educativo y de las universidades para el desarrollo sostenible y con equidad en toda la región, resultó frustrante que en la cumbre de presidentes que se realizó los días siguientes a este foro no se estableciera un acuerdo marco para impulsar lo que parece ser una necesidad sentida en toda la región. La agenda política ocupó el interés principal.

 

El Universal 

 

El año 2014 terminó muy mal para Venezuela

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Más allá del impacto que tiene la caída del precio del petróleo en la economía venezolana, ha quedado en evidencia que el modelo chavista fracasó.

El año 2014 terminó muy mal para Venezuela. El Banco Central confirmó que el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en cada uno de los tres primeros trimestres (4,8 por ciento; 4,9 por ciento y 2,3 por ciento) con lo cual la economía entró técnicamente en recesión. La inflación, por su parte, alcanzó el 64 por ciento en los últimos 12 meses (hasta noviembre) siendo la más alta de América y una de las más elevadas del mundo.

El 2015, entre tanto, no luce nada halagador. El derrumbe de los precios del petróleo agravará la situación. El crudo venezolano se ha reducido a menos de 50 dólares por barril, en comparación con los 96 dólares de mediados del año anterior. Según el Banco Central, las exportaciones de Venezuela, de las cuales el petróleo representa más del 90 por ciento, cayeron en el tercer trimestre de 2014 en un 14 por ciento —totalizando 19.000 millones de dólares— y todavía el precio del crudo no había descendido a los niveles de hoy.

La firma venezolana Ecoanalítica pronostica que el 2015 será un segundo año de contracción económica, con una variación del PIB que podría llegar a -4,5 por ciento. Y las proyecciones de inflación apuntan a que el costo de vida podría aumentar aún más, superando el 90 por ciento, dependiendo de los ajustes que se hagan en materia cambiaria.

Las reservas internacionales han venido en descenso. En noviembre se situaban alrededor de los 20.000 millones de dólares (la mitad de las que tiene Colombia) un 9 por ciento menos que hace un año.

Resulta insólito que el país que tiene las mayores reservas conocidas de petróleo en el mundo (298.000 millones de barriles que alcanzan para 300 años) tenga tan precarios resultados económicos, se enfrente a un futuro tan incierto y que la escasez sea el pan de cada día de sus ciudadanos.

Aunque desde mediados del año pasado, no se divulgan cifras oficiales sobre el índice de escasez, estimaciones del sector privado presumen que al cierre de 2014 se ubicó entre el 80 y 100 por ciento. El desabastecimiento es generalizado desde la leche hasta piezas para el carro.

Para el presidente Nicolás Maduro todo es culpa de los enemigos políticos, dentro y fuera de Venezuela, que quieren hacer una guerra económica. “A veces hay toda una conspiración internacional para tratar de hacer aparecer en el mundo a Venezuela como un país quebrado”, dijo la semana pasada, tras la reunión que sostuvo en Pekín con su homólogo chino, Xi Jinping.

Por el contrario, los opositores del gobierno y muchos analistas, consideran que la crítica situación económica, que se agravó con la caída del petróleo, es consecuencia de las políticas socialistas iniciadas hace 15 años por el fallecido presidente Hugo Chávez, quien gobernó desde 1999 hasta 2013.

Expertos consideran que el modelo basado en un gasto público sin control y una omnipresencia del Estado, en todos los sectores de la economía, terminó por excluir al sector privado. Las expropiaciones y el régimen regulatorio afectaron la dinámica empresarial y le cerraron las puertas a la inversión privada, destruyendo el aparato productivo. La desindustrialización es evidente. Cuando llegó Chávez al poder, la industria representaba el 20 por ciento del PIB y hoy equivale al 12 por ciento.

La hostilidad del gobierno hacia las petroleras internacionales ocasionó que algunas compañías dejaran el país, lo que también llevó a la falta de inversión y expansión del gigante estatal Pdvsa.

Lejos de aumentar la producción de petróleo, esta ha disminuido. Mientras que las reservas de crudo de Venezuela representan entre un 15 y un 18 por ciento del total mundial, el país concentra menos del 4 por ciento de la producción global de petróleo, frente a Arabia (el segundo país con más reservas) que tiene más del 13 por ciento.

Las cuentas sobre la producción de petróleo varían dependiendo de las fuentes. Algunos estiman que se sitúa actualmente en torno a los 2,5 millones de barriles diarios, otros creen que llega a 2,8 millones. Lo cierto es que hoy Venezuela produce un millón menos de barriles de los que registraba cuando llegó Chávez a Miraflores.

Pero realmente exporta cerca de 1,7 millones de barriles. Hay que señalar que el gobierno suministra petróleo a Cuba y a los países del Caribe y tiene que destinar una parte para pagar a China. El consumo interno se calcula en unos 800.000 barriles, algo claramente motivado por el bajo precio de la gasolina que pagan los venezolanos. Se estima que el subsidio a la gasolina le cuesta al erario 12.500 millones de dólares al año.

Pdvsa ha importado desde fines de octubre unos 4 millones de barriles de crudo ligero de Argelia y más de 3 millones de productos petroleros, incluyendo gasolina y diésel.

Si la producción continua en declive y los precios internacionales siguen cayendo o se sostienen en el actual nivel, lo que impide cubrir las necesidades del país, la situación se pondrá color de hormiga. Basta con decir que para mantener el tren de gastos se requiere petróleo a 122 dólares el barril y el crudo cerró la semana pasada a 50 dólares.

Muchos piensan que el modelo chavista es insostenible en sí mismo y que con la caída del precio del petróleo se está confirmado que está llamado al fracaso.

El sistema hizo agua

Los altos ingresos petroleros que se obtuvieron entre los años 2004 y 2008 permitieron no solo subsidiar las políticas asistencialistas creadas bajo el modelo del socialismo del siglo XXI, sino asegurar el respaldo al régimen chavista por parte de las mayorías.

Sin embargo, según Asdrúbal Oliveros, director de la firma venezolana Econoanalítica, el modelo empezó a hacer agua en 2009 y explotó en 2014. “Con crudo en niveles de 50 dólares ya no es posible esconder todos los desequilibrios múltiples que tiene el modelo chavista”, afirma.

El deterioro de la economía le está pasando factura a la popularidad del presidente Maduro. Su aprobación está en el 22 por ciento, dijo el director de Datanálisis, José Antonio Gil, en entrevista a Globovisión. Este es el nivel más bajo de sus casi dos años al frente del gobierno. Después de su elección en abril de 2013 su popularidad estaba alrededor del 50 por ciento.

Una encuesta realizada por Datanálisis para septiembre-octubre reveló que el índice de confianza del consumidor se ubicó en 25,4 por ciento, lo que representa una caída con respecto a la medición anterior. De acuerdo con los resultados de la misma encuesta, únicamente el 11,3 por ciento de los consumidores está dispuesto a adquirir bienes duraderos, mientras que cerca de un tercio de los consultados se muestra pesimista sobre la situación económica para el año 2015.

Venezuela se ha llevado el título de tener la economía de peor desempeño en la región. El país ha perdido liderazgo. Ecoanalítica señala que la gira del canciller Rafael Ramírez, quien recorrió en una semana Argelia, Catar, Irán y Rusia en busca de apoyo para la posición de Venezuela de recortar la producción para frenar la caída de los precios del crudo en los últimos meses, fue infructuosa. La decisión del cartel de mantener la producción deja ver la pérdida de influencia que tiene el país en la comunidad internacional. A pesar de que entre las naciones visitadas figuran algunos de los aliados más cercanos de Venezuela, ninguna se comprometió públicamente a respaldar un recorte en el seno de la Opep.

Ahora bien, hay que reconocer que las políticas de bienestar de la era Chávez han sido durante mucho tiempo muy populares entre los más pobres de Venezuela. Según el Banco Central los indicadores sociales están mejorando a pesar de los malos datos del PIB.

Según el organismo, la pobreza extrema de los hogares se redujo a 5,4 por ciento en 2014, la mitad del nivel antes de que Chávez llegara al poder, mientras que el desempleo cayó al 5,9 por ciento. “A pesar de las protestas y la guerra económica durante 2014, los indicadores económicos de Venezuela han mejorado”, dijo Nicolás Maduro a finales del año pasado.

¿Y ahora qué viene?

Sin reconocer las graves fallas que tiene la economía venezolana, Maduro también advirtió que el 2015 será de grandes retos. Prometió un plan de recuperación económica de seis meses que incluye la reforma al control de cambiario. Venezuela tiene tres tasas de cambio: 6,30, 12 y 50 bolívares por dólar, además del mercado paralelo donde el dólar supera los 150 bolívares.

Aunque muchos analistas están recomendando la unificación de las tasas y un aumento en los precios de la gasolina, que son los más baratos del mundo, el gobierno de Maduro se resiste a esas medidas. Tal vez, por la reacción social antes de la próxima votación para un nuevo parlamento.

El economista de Bank of America Francisco Rodríguez, afirma que un proceso de “sinceración cambiaria” llevaría al mercado a un tipo de cambio de 35 bolívares por dólar.  Para el analista, el subsidio al tipo de cambio equivale a 50.000 millones de dólares. Un verdadero ajuste de la economía venezolana tendrá que llevar también un freno al gasto y al consumo. Algunos economistas recomiendan la venta de la unidad de refinación Citgo.

Lo cierto es que una devaluación mayor será dolorosa. Hoy todos los productos, como alimentos, medicinas y artículos de cuidado personal, están a tasa de 6,30 bolívares por dólar y una parte no tan grade a Sicad I (12 bolívares). Es decir, si se elimina o mueve esta tasa tendrá un efecto importante en la mayoría de los bienes que consume un hogar típico venezolano.

Entre las nuevas medidas que anunció el gobierno se supone que habrá una reforma fiscal que se sumará a las 56 leyes aprobadas por el presidente Nicolás Maduro durante el periodo habilitante. El gobierno dice que este paquete llevará a que el 2015 sea “un excelente año en materia productiva”.

Ahora bien, los retos de Venezuela son de otros órdenes. Los expertos consideran que el modelo económico basado en la excesiva intervención estatal y con muestras de evidente hostilidad hacia el sector privado ha hecho mucho daño al aparato productivo y al empresariado en general.

En un mensaje sobre los retos del nuevo año, el presidente de Fedecámaras de Venezuela, Jorge Roig, sostiene que el modelo regulatorio establecido por el gobierno del presidente Maduro está ahogando la producción nacional, con lo cual la inflación y la escasez se agravan. El incumplimiento de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) —órgano que controla el suministro de dólares— con el empresariado afecta la cadena de suministro de insumos, perjudicando la producción.Además, la intervención estatal en los precios está afectando la producción al no permitir la recuperación de los costos y la reinversión. Roig advierte que no hay ningún país que haya podido superar la pobreza y entrar en un desarrollo sostenible sin la participación del sector privado.

Algunos creen que de no dar un giro, Venezuela está abocada al colapso. El exministro de Hacienda colombiano, Rodrigo Botero, señala que incluso el viraje que ha dado el gobierno cubano puede interpretarse como la desconfianza en la estabilidad del régimen venezolano. “Para Nicolás Maduro lo que ha sucedido, además de desconcertante, es una pésima noticia. Sus mentores y aliados son conscientes de que Venezuela se encuentra al borde de la insolvencia”.

Lo cierto es que la salud de Venezuela repercute en Colombia. No solo se siente en la frontera, sino en toda la economía, pues se trata del socio comercial natural. Como dice Bruce Mac Master, presidente de la Andi, los dos países de la mano hubieran sido una llave ganadora.

“Acá estamos corriendo la arruga”

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, dice que para equilibrar las cuentas fiscales se necesita petróleo a 122 dólares.

SEMANA: ¿Qué tan cerca está Venezuela de una cesación de pagos? Se sabe que en marzo hay un vencimiento.

Asdrúbal Oliveros: Yo no veo todavía —en 2015— una cesación de pagos porque la gran concentración de vencimientos está en el último trimestre. Lo de marzo de este año corresponde a una cifra que es bastante manejable, de unos 1.000 millones de euros. La mayoría de analistas está esperando que el petróleo recupere algo, lo que daría un poco de alivio, aunque, por supuesto, no se cree que vuelva a 100 dólares el barril. El problema con Venezuela es que, en la medida en que no haga los ajustes que se requieren —y que el gobierno se resiste a aplicar— el fantasma del default estará presente. A lo mejor pasa el 2015, pero cada vez la situación se hace más cuesta arriba y esto está en la percepción del mercado.

SEMANA: ¿Qué ajuste cambiario están esperando?

A. O.: Yo creo que es un poco más de lo mismo. Estamos esperando una devaluación enmarcada en el sistema actual, sin desmontaje del control, ni siquiera una flexibilización hacia un reconocimiento del mercado paralelo. Creo que van a incrementar los niveles. Probablemente se vaya a un sistema dual que se elimine la tasa de 6,30 bolívares y nos quedemos con la Sicad I y Sicad II y se devalúen ambas tasas. Esto le da cierto oxígeno fiscal al gobierno.

SEMANA: Algunos creen que se necesita una gran devaluación, para evitar un colapso por la falta de divisas…

A. O.: El gobierno le está dando una sobre ponderación al costo político de las medidas y se resiste a hacer un gran ajuste. Una devaluación mayor es muy costosa. Pero, llegará el día en que habrá que hacerla y no vamos a pasar agachados. Quien diga lo contrario es un demagogo. En economía cuanto más se tarde en hacer los correctivos más costoso es. Si se hubiera empezado a corregir en 2009, no hubiera sido tan duro. Si se hubiera hecho en 2012 un poco menos duro, ya estamos en 2015. Cada vez que se postergue el ajuste será más grande y más costoso.

SEMANA: ¿Qué tan postrada está la industria venezolana?

A. O.: Tenemos un caso típico de enfermedad holandesa y desindustrialización. Cuando llegó Chávez al poder, la industria era un poco más del 20 por ciento del PIB. Hoy es cerca del 12 por ciento. Hay un proceso muy acelerado de desindustrialización. No solo por el factor de tipo de cambio, sino por el tema institucional, regulatorio y por las mismas expropiaciones que han afectado la dinámica empresarial de Venezuela.

SEMANA: El gobierno de Maduro dijo, tras la visita a China, que los inversionistas siguen interesados en Venezuela. ¿No es algo creíble verdad?

A. O.: Por supuesto que no. Una multinacional que no puede repatriar dividendos no querrá estar en Venezuela. Habrá empresas interesadas en hacer negocios con el Estado, pero fuera de eso la dinámica de los negocios en Venezuela no es atractiva. Ojalá lo fuera.

SEMANA: ¿Cree en la ayuda que dará China?

A. O.: Soy muy escéptico. Maduro dice que consiguió 20.000 millones de dólares, pero yo no creo. Se firman muchos acuerdos que quedan en el papel. Acá el acceso a la información es muy limitado. Ahora lo único que tenemos es la declaración de Maduro.

SEMANA: ¿A qué precio debe estar el petróleo para que Venezuela pueda seguir con su tren de gasto?

A. O.: Para equilibrar las cuentas fiscales, con datos al cierre de 2014, se necesita petróleo a 122 dólares el barril.  Menos es imposible.

SEMANA: ¿Usted cree que el modelo del socialismo del siglo XXI está en crisis porque cayó el precio del petróleo? ¿O sencillamente porque es insostenible?

A. O.: Es un modelo inviable. Pero, podría sostenerse con altos precios petroleros. Si uno revisa los mejores indicadores de Venezuela bajo el chavismo fueron en 2004 y 2008 porque estaban los precios crecientes cada año. En mi opinión el modelo empezó a hacer agua en 2009. Pero desde allí a 2014 se comenzó a correr la arruga. Ahora explotó en la cara con la caída tan fuerte del petróleo. Cuando el precio estuvo en promedio a 100 dólares se escondió el problema. Pero en niveles de 50 dólares ya no es posible esconder todos los desequilibrios múltiples que tiene el modelo chavista. Este gobierno se resiste a hacer los ajustes. Las medidas solo consiguen correr la arruga.