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El cambio no es un milagro sino un esfuerzo común, por Armando Martini Pietri

 

¿Hay esperanza? Sí, por supuesto. Sin embargo, la esperanza, como los objetivos de vida, ni es lotería ni se consigue sentándose a esperar. Demasiado tiempo, llevamos esperando una solución casi mágica a nuestros problemas, confiando en caudillos y manipuladores habladores que prometen y parlotean demagogia populista para llamar nuestra atención y usarnos como pasivos escalones hacia el poder.

 

En una empresa, hasta la de algún miserable aprovechador, hay una relación de mutua dependencia, te pago para que hagas un trabajo, el empresario más abusador es mejor que el esclavista que no paga, y el vendedor de ilusiones que quiere primero tú le des fuerza y fe para alcanzar sus objetivos y después te darán un montón milagroso de beneficios y regalos para que seas feliz, como si ganaras un sorteo. El detalle, esos ilusionistas suelen tener retentiva casual, sólo reaparecen cuando te vuelven a necesitar.

 

Que ciertos políticos profesionales son así, es irrelevante, lo que cuenta es que nosotros, los ciudadanos, no seamos así. Algunos activistas se transforman en permanentes proclamadores de ilusiones y profetas de falsedades, esa es su culpa, pero también nuestra responsabilidad. Que hayan venido reproduciendo las fallas, es asunto nuestro porque los hemos escuchado y creído con fe ciega, y no desarrollamos líneas de comunicación con la memoria ni la capacidad de razonamiento; hemos concurrido, con la vida, lucha y sacrificio hasta que empezamos a darnos cuenta que somos instrumentos ilusionados y resignados en vez de ciudadanos de verdad conscientes de sus derechos, deberes y compromisos.

 

Lo que angustia es que seguimos actuando similar. La decisión de ir o no a votar no está siendo consecuencia de cambios de actitud, sino de la rabia por el engaño. La esperanza debe ser una realidad hecha por nosotros, y quienes proponen unión no son capaces de unirse a quienes han sido maltratados, ignorados y apartados pero que han tenido la razón, mientras fracasados negociaban y siguen negociando con la dictadura.

 

Torpes en el ejercicio de la administración, pero astutos en la conservación del poder, y la astucia no es sólo viveza, también truculencia. Son protervos para dar servicios y una economía que, cumpliendo deberes sociales, sea eficiente, pero con trucos, zancadillas, falsos positivos, y toda perversidad sociopolítica aprendida y mejorada, por décadas de comunismo castrista que se ha sostenido como fuerza beligerante de un pequeño grupo sobre un pueblo que lleva medio siglo de hambre y pobreza. Y continúan, esperando primero a Barack Obama ahora algún milagro, como que el tirano muera o se aparte por ancianidad desplomándose la estructura castrista.

 

Los cubanos llevan años presenciando un éxodo, y no han reaccionado más allá de convertirse ellos mismos en exiliados. Y está pasando en Venezuela, nos estamos quedando sin profesionales, con un detalle en común: la mayoría de esos integrantes de la emigración son jóvenes que, tras la progresiva filtración que los gobiernos vecinos aplican, se convierten en combustible para sus economías mientras Venezuela se va quedando en país de adultos y viejos. Obviamente no son todos los casos, pero ésa es la tendencia mientras naciones receptoras, los van legalizando y digiriendo. El caso de los centenares de médicos venezolanos en el remoto Puerto Montt, muy al sur de Chile. No son simples casualidades, son realidades. Como lo es la unidad de estrategia firme, coherente sin contradicciones, sincera, honesta, autentica que no puede ni debe estar expuesta a caprichos politiqueros infames y al deseo calculado de ganancias e intereses vasallos.

 

¿Perdemos entonces esperanza? Eso ya lo hacen miles que dedican su tiempo a la dura labor de buscar comida, y observar familiares, amigos sufriendo y muriendo por desnutrición o enfermedades.

 

Tenemos que transformar el objetivo propio de cada venezolano que continua en el país, de cualquier situación socioeconómica y religión, el mismo que mantienen muchos profesionales y empresarios que salen cada día a luchar por sus vidas, no sólo contra la delincuencia y los abusos del poder pervertido, sino contra la vileza de la resignación.

Ése es el cambio que cuenta, que necesitamos, que derrotará a dirigentes políticos y partidos que envejecieron a gran velocidad convirtiéndose en sucesiones de errores, para satisfacción del régimen que no es sólo de fuerza, sino que hace del debilitamiento nacional su propia estrategia.

 

La farsa electoral negociada y propuesta es un intento desesperado por conseguir disculpas y aceptación por parte del mundo que olvidó carantoñas y comprensiones fáciles y ahora anota cuidadosamente ilegitimidades, mentiras y verdades contrarias. Por eso requieren con desesperación urgente que la oposición y al menos un candidato por encima de sospecha salga a enfrentar al madurismo. Los necesitan para el lavado de cara, pero no saben cómo hacerlo, les da más miedo que la misma realidad. Cambiarlos es obligación moral y hasta religiosa; su objetivo es inhumano y la metodología cruel.

 

Muchos creen que hay que ir a votar, más descontentos y hartos piensan lo contrario. En cualquier caso, el candidato oficialista quedará mal, nadie confía ni respeta su ética y menos la organización que lo respalda, saldrá erosionado -no importa los votos que le atribuya el sumiso poder electoral-, las bayonetas dan miedo, pero no popularidad y menos prestigio. El régimen está desarrollando una batalla que no tiene salida ni glorias de victoria.

 

Lo importante entonces, es que los ciudadanos cambiemos en profundidad, asumamos nuestra responsabilidad -no se llega al poder sólo porque se quiera-, terminemos de entender que el único caudillo que vale la pena seguir con fuerza es cada uno de nosotros.

 

Expresó sabiamente John Fitzgerald Kennedy, en otras palabras, no es el país quien nos hace a los ciudadanos sino somos los ciudadanos los que hacemos al país. Hemos sido exitosos en disfrutar a Venezuela mientras había una Venezuela para ser disfrutada, pero hemos fracasado rotundamente en hacer una nación como anhelamos o decimos que desear.

 

Esa Venezuela que no empieza en Miraflores ni en Fuerte Tiuna, sino que termina allí después que nace de cada uno de nosotros y juntos la convertimos día tras día en la gran realidad que puede ser. Si cambiamos. La esperanza debe ser una realidad hecha por los venezolanos unidos.

 

@ArmandoMartini 

Ago 22, 2017 | Actualizado hace 7 años
Los límites éticos del poder, por Jesús M. Casal

Poder

 

Desde su instalación, la supuesta Asamblea Constituyente, que no es expresión del poder constituyente del pueblo sino una imposición autoritaria, ha demostrado que no pretende ser un factor de renovación o dignificación de la política sino una confirmación y exacerbación hasta lo inimaginable de la manera de concentrar y ejercer despóticamente el poder característica de los últimos años. En lugar de procurar dar un ejemplo de elevación y tolerancia política, de sentar bases para el mutuo reconocimiento entre los venezolanos de diversas corrientes partidistas o ideológicas, la Constituyente espuria se ha perfilado abiertamente como un cuerpo hegemónico que en su actuación no deja mensaje alguno edificante desde el punto de vista de los valores constitucionales, de los principios republicanos o democráticos o de la garantía de los derechos humanos.
Responsabilidad y conciencia
Desde su origen es como sabemos un órgano desprovisto de legitimidad, nacido de la usurpación de la soberanía popular, por lo que tampoco desde este ángulo puede dar lección democrática alguna. Pero sus integrantes, como miembros de la nación venezolana, acaso podrían tener algún sentido de responsabilidad y conciencia política que les llevara a reconducir lo que surgió viciado y a convertirlo en una oportunidad para la reconciliación y la democratización. Sin embargo, todo indica que las actitudes que esa instancia usurpadora querría fomentar apuntan a que quien tiene la ocasión de apropiarse del poder, por cualquier vía, ha de aprovecharlo al máximo y debe emplearlo para liquidar las posibilidades de acción de los adversarios políticos, asumidos como enemigos. Debe usarlo también para oficializar su visión de la historia, colocando sobre aquéllos las culpas y el castigo. Es una exaltación de la soberbia del poder absoluto, de la irracionalidad que aspira erigirse en regla por medio de la fuerza.
Comisión de la verdad
Todo ello a partir de una completa falsificación de las situaciones que, se dice, van a ser examinadas a través de la comisión de la verdad. ¿Cómo puede el gobierno, o quienes están a su servicio, ser juez en una causa en la que agentes oficiales, de los cuerpos de seguridad o de la fuerza armada, han estado involucrados? El propio gobierno promovió una constituyente a espaldas del pueblo, al no haber permitido la celebración de un referendo previo sobre su convocatoria y bases comiciales, lo cual suscitó manifestaciones dirigidas a evitar excesos como los que están ocurriendo, por lo tanto, ¿Cómo puede ahora atribuir genéricamente a la dirigencia opositora o a algunos de sus integrantes la responsabilidad por las pérdidas humanas ocurridas con ocasión de tales protestas? Lo correcto sería investigar objetivamente los delitos cometidos por acciones individuales contrarias al carácter pacífico de las convocatorias, entre las que se encuentran homicidios perpetrados por agentes del Estado o colectivos armados. ¿Puede haber algo de justicia y de reconciliación en la criminalización anticipada de quienes acompañaron a la ciudadanía en el ejercicio de su derecho a la reunión y manifestación en lugares públicos? ¿Qué tipo de paz es la que se persigue, la verdadera, que surge del respeto a las diferencias y del reconocimiento de los derechos de todos, o aquella que es propia de los regímenes dictatoriales, que equivale a la tranquilidad en las calles y se apoya en el aplacamiento de cualquier disidencia o expresión de reclamo en espacios públicos?
Autonomía institucional
Lo cierto es que tal como la supuesta constituyente se ha conducido hasta el presente solo dejará una estela de injusticia, represión y caos antidemocrático. Arrasará con cualquier vestigio de autonomía institucional, como se evidenció con la arbitraria y nula remoción de la Fiscal General de la República y con el enjuiciamiento del diputado Ferrer con autorización de la Asamblea Nacional Constituyente, que usurpó atribuciones de la Asamblea Nacional. Se encamina también a embestir a la Asamblea Nacional, órgano insustituible de las Democracias al que bajo ningún concepto puede reemplazar como instancia plural de deliberación, legislación y control sobre el gobierno, un control que la llamada Constituyente no puede ni quiere instrumentar.

Aferrados a una última esperanza de rectificación, se propone detener esta insensatez y plantear soluciones para los problemas que aquejan al país. Si se quiere crear una comisión de la verdad, hay que acudir a actores con autoridad moral que merezcan la confianza de todas las partes, como el Vaticano o sus representantes, o el Secretario General de las Naciones Unidas. Tal vez si empezamos por allí se genere una dinámica distinta a la violencia institucionalizada que hoy amenaza con desolar el suelo patrio.

jesusmariacasal@gmail.com

El Universal

Así reaccionó la oposición venezolana por los hechos violentos en Ciudad Bolívar

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La oposición venezolana reaccionó por los sucesos acontecidos el 16, 17 y 18 de diciembre en Ciudad Bolívar que desencadenó el saqueo de al menos 350 negocios, la muerte de dos personas y más de 100 detenidos. Los políticos coinciden en que el gobierno nacional tuvo la culpa al anunciar la salida de circulación del billete de 100 bolívares.

Américo de Grazia, diputado a la Asamblea Nacional responsabilizó al presidente Nicolás Maduro por el saqueo en ocho ciudades del estado Bolívar por causa “del billetazo”.

El parlamentario señaló que este lunes la situación en esa entidad es de tensa calma. Lamentó los violentos hechos registrados en El Callao, Ciudad Bolívar, Ciudad Piar, La Paragua, Tumeremo, Guasipati, Santa Elena de Guairén y Tocomita.

De Grazia resaltó que en esa región no había pasado algo así, ni siquiera cuando sucedió el Caracazo.

El gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, aseguró que los hechos irregulares ocurridos en el estado Bolívar durante el pasado fin de semana fueron promovidos por el gobierno e indicó que el país está transitando por un “terreno desconocido”.

“Que el gobierno haya retirado los billetes de 100 bolívares sin incorporar el nuevo cono monetario, nunca lo habíamos vivido los venezolanos. Por esta medida irresponsable, el estado Bolívar pasó de una situación de protesta al caos. De llevarse la comida, pasaron a saquear cauchos y prendas de vestir. Nuestro país se encuentra al borde de una situación política y social similar a la que vive Somalia, país africano que se encuentra sumido en el caos y la anarquía”, dijo Capriles.

“Esto no fue por hambre, sino por la anarquía promovida desde el PSUV. El señor Maduro tiene que hacerse responsable de todos los daños causados por la locura del billete. No hay duda que esto fue promovido por el gobierno. Lo que se vive en Venezuela es una lucha de demócratas contra hampones”, aseveró el gobernador.

Por su parte, Roberto Marrero, secretario de la Asamblea Nacional, se expresó en relación con la situación de saqueos y disturbios afirmando que «En Ciudad Bolívar hay una situación grave, se habla de que casi 90% de los comercios ha sido saqueado. ¿Usted cree que ese 10% va a abrir? Toda esa desgracia va a generar una crisis que sin duda lo van a sacar del poder».

“Ellos –representantes del gobierno-  tienen la culpa de los desastres y de los muertos que hay ahí”, agregó Marrero.

El alcalde del municipio El Hatillo, David Smolansky, también se pronunció para responsabilizar al presidente Nicolás Maduro del caos y de la anarquía en el país y especialmente en el estado Bolívar. Instó a la Fiscalía General de la República y a la Defensoría del Pueblo a realizar una investigación de lo que ocurrió en la entidad.

“Lo que se está viviendo en el estado Bolívar lo hemos denunciado nosotros desde hace 3 años cuando propusimos #LaSalida y alertábamos lo que podía ocurrir, personas desesperadas buscando qué comer y cómo vestirse como consecuencia del colapso económico que está viviendo el pueblo venezolano”, manifestó el dirigente de Voluntad Popular.

 

Puede ver más de lo sucedido en Ciudad Bolívar aquí:

 


  *Con información del El Nacional y Globovisión

Exigen al MinSalud asumir responsabilidad por reaparición de Difteria en Venezuela

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La Red Defendamos la Epidemiología Nacional (RDEN) y la Sociedad Venezolana de Salud Pública (SVSP), se pronunciaron mediante un comunicado por las recientes declaraciones de la Ministra del Poder Popular para la Salud, Luisana Melo en donde la funcionaria explicaba la reaparición de Difteria en el país.

En el texto, se presentan varias interrogantes, una de ella es que no haya habido un pronunciamiento transparente al respecto, ya que han pasado 19 días después de que las denuncias sobre la reaparición de la infección se hicieran publicas. También cuestionan que la ministra no haya desmentido las declaraciones del gobernador de estado Bolívar del 29 de septiembre donde afirmaba que hasta esa fecha se habían registrado 13 casos de Difteria en la entidad, además Luisana Melo, no dijo nada de las declaraciones hechas por la Coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización del MPPS, Marisol Escalona, donde afirmó que “no se puede informar nada porque eso va contra la revolución», y tampoco hizo mención alguna a la escasa disponibilidad de productos farmacéuticos para tratar la enfermedad.

Para ambas organizaciones resulta evidente que las autoridades sanitarias nacionales han intentado ocultar el actual brote epidémico de difteria, razón por la cual, han decidido promover la denuncia ante los Poderes Públicos Nacionales con competencia en materia de derecho a la salud y a la vida y a los Organismos internacionales que velan por la vigilancia del Reglamento Sanitario Internacional.

 

Aquí el comunicado completo: 

 

Alerta N 4 de La Red Defendamos La Epidemiologia Nacional Sobre Difteria by Yeannaly Fermin on Scribd

Los 3 tipos básicos de empleados: Una guía para líderes y profesionales de los RR.HH por Luis E. Romero

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Conocer los rasgos básicos de personalidad de aquellos que nos rodean nos permite relacionarnos con ellos más efectivamente. Esto es especialmente cierto en el trabajo. Por ejemplo, si tienes responsabilidades de liderazgo sobre otras personas, conocer sus rasgos básicos de personalidad te ayudará a vincularte con ellos con mayor empatía, a liderarlos con mayor efectividad y a obtener mejores resultados como equipo. De la misma manera, si eres un profesional de los RR.HH., el conocimiento en cuestión te ayudará a contratar a las personas adecuadas para cada posición, a diseñar mejores incentivos de desempeño y a desarrollar planes de carrera y mejoramiento profesional más sensatos. Como resultado, tu organización disfrutará de mejores niveles de desempeño, una cultura más sinérgica y una dinámica organizacional más fluida.

Con esto en mente, he identificado tres tipos básicos de empleados según sus rasgos básicos de personalidad asociados al desempeño laboral. Dichos rasgos son el compromiso con la excelencia, la voluntad de mejorar y la ética general. Existen otros modelos más complejos con un mayor número de variaciones. Sin embargo, este modelo sencillo de sólo tres tipos está diseñado para ser fácil de aplicar y es de especial utilidad para profesionales experimentados que ya han desarrollado un agudo sentido psicológico.

Los tres tipos básicos de empleados son El Vividor, El Trabajador y El Emprendedor. Estas tres categorías son muy diferentes entre sí. No obstante, en sus esfuerzos por conseguir o mantener un empleo, tienden a desarrollar mecanismos similares de defensa y auto-promoción, siendo así fácilmente confundidos por el ojo inexperimentado.

Exploremos cada tipo en detalle.

Tipo 1: El Vividor

Este tipo de personas sólo desea obtener dinero y está dispuesto a trabajar para ganárselo sólo si se ve obligado a ello. Dado que el trabajo es para ellos una obligación profundamente indeseable, hacen todo lo posible por no trabajar mientras aparentan lo contrario. Por asombroso que parezca, hay individuos así en todos los niveles de la pirámide corporativa y en todas las industrias, desde electricistas piratas hasta presidentes de grandes corporaciones. En un principio, todos parecen sensatos, entusiastas y encantadores. Sin embargo, en el mediano o largo plazo, siempre terminan por descubrirse como holgazanes, mentirosos y mediocres, mostrando mejoras puntuales sólo cuando se saben vigilados. Esto les permite sobrevivir en sus puestos de trabajos hasta que la verdad se hace evidente para todos. Sorprendentemente, cuando se sienten totalmente descubiertos, tienden a ser abiertamente descuidados, irresponsables y desafiantes, como si supieran que están disfrutando las últimas gotas de una miel no merecida.

Tipo 2: El Trabajador

Estos son los que, además de un ingreso, también buscan un empleo. En otras palabras, sienten la necesidad de ser útiles y, por lo tanto, prefieren trabajar por un ingreso que recibirlo de gratis. En ellos, la necesidad primitiva de supervivencia ha evolucionado en un sentido de dignidad basado en ganarse la vida honestamente y dar un buen ejemplo. Tienden a ser menos encantadores que los vividores, pero son mucho más productivos porque poseen un sentido mucho más elevado del . Sin embargo, suelen tener dificultades para exigirse a sí mismos más allá de lo que se les pidió inicialmente. Por alguna razón, estas personas se aferran rígidamente a la transacción laboral de horas trabajadas por un salario, haciéndoseles casi imposible invertir tiempo y esfuerzo adicional para crecer dentro de la empresa. Tienen la creencia de que deben ser promovidos por hacer lo que se les pidió originalmente; no por trabajo adicional. Justificada o no, esta mentalidad suele limitar su desarrollo personal y profesional.

Tipo 3: El Emprendedor

Este grupo reúne a aquellos cuya motivación trasciende la mera necesidad de dinero y cuya idea de ser útiles está intrínsecamente vinculada con hacer algo que les satisface emocionalmente. En resumen, son personas con una clara misión y visión personal. En este sentido, los emprendedores superan las limitaciones propias de los tipos 1 y 2, dando siempre lo mejor de sí y entregando más del 100%. Sin embargo, este tipo de empleados enfrenta desafíos muy específicos derivados de su casi compulsiva búsqueda del éxito e inagotable iniciativa personal. Cuando esto sucede, se les debe proveer de un liderazgo sabio, sensato e inspirador, para que puedan canalizar exitosamente su energía y determinación.

Como puede inferirse, los emprendedores tienden a fundar sus propias empresas en algún momento de sus vidas. Esto, por un lado, pudiese percibirse como riesgoso por parte de las organizaciones que los contratan e invierten recursos en su desarrollo profesional. Por otra parte, sin embargo, contratar a un emprendedor puede llevar al descubrimiento y aprovechamiento de oportunidades que la organización desconocía. Por lo tanto, si la organización sabe aprovecharlo mientras lo tiene, el emprendedor puede ser de un valor inmenso.

Conclusión

El objetivo del modelo aquí presentado es ayudar en la toma de decisiones laborales tales como la contratación, el despido y el desarrollo de los empleados basándose en la evidencia conductual provista por ellos mismos. Al fin y al cabo, lo que los líderes de negocio y los profesionales de RR.HH. necesitan es un análisis claro que los apoye en la toma de decisiones de tanta relevancia. En este sentido, doy cuenta de la efectividad de este modelo luego de haberlo usado exitosamente por más de quince años. Al aplicar este modelo varias veces, verás que todo individuo puede ser evaluado mediante una combinación ponderada de los tres tipos de empleados, permitiendo así tener una visión panorámica de cada empleado. Por ello, el modelo en cuestión resulta ser un activo muy valioso para empresarios, directores ejecutivos, líderes organizacionales, profesionales de los RR.HH. y todo aquel que trabaje con otras personas.

¿Qué opinas?

¿Puedes identificar qué tipo de empleado eres hoy o fuiste en el pasado? ¿Puedes identificar el tipo de empleado de quienes trabajan contigo? ¿Qué aplicaciones estratégicas y operativas le ves al modelo presentado en este artículo? ¿Qué crees que opine cada tipo de empleado sobre nociones fundamentales como la felicidad, el éxito y el legado personal?

@LuisRomeroINTL

Artículo publicado originalmente en inglés en Forbes aquí. Artículo también disponible en el sitio web de Luis E. Romero aquí.

Ante la crisis: Responsabilidad por Henrique Capriles Radonski

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Hemos dicho insistentemente que el país no está para más confrontaciones políticas, ni para dimes y diretes. No podemos perder el tiempo en más divisiones, la energía y el tiempo hay que dedicarlo a lo que es productivo.

Para ello debemos tener bien claro dónde nos encontramos parados y cuáles son las razones por las que estamos como estamos. Porque cerramos el 2015 con una inflación general de 270%, la más alta del mundo, y la inflación en alimentos fue de 350%. También tenemos la escasez más alta del mundo, una escasez general de 40% y la escasez de alimentos es de 70%, igual los medicamentos.

En un año la Canasta Básica Familiar aumentó en 333%, hoy en día se requieren 12,6 salarios mínimos para poder adquirirla, dejando por fuera al 90% de los trabajadores venezolanos, que no tienen los recursos para ello. Y si hablamos solo de la Canasta Alimentaria, se necesitan 8,2 salarios mínimos para adquirirla. Esto, si los productos se consiguen tras horas de colas en los comercios, porque si el día que llegaron los productos no es el día de tu cédula de identidad o al llegar tu turno no había o simplemente tu trabajo no te permite realizar estas colas, debes acudir a la reventa, donde se estima que la diferencia de precios con respecto a los controlados es de 1.997,11%.

No podemos perder de vista el foco de la crisis que afecta a todos los venezolanos. El país está colapsado y la actitud del gobierno no muestra reflexión ni rectificación, al contrario, pero si el gobierno sigue en lo mismo, sin tomar acciones, el país forzará un desenlace político. Estamos a un paso de una explosión social, que nadie quiere y que a nadie beneficiaría. A nadie le puede interesar que esto ocurra, mucho menos a quienes tenemos alguna función o responsabilidad de gobierno. Es urgente promover soluciones para frenar el caos y la anarquía.

Al problema de la alimentación y la grave situación económica, se le suma la falta de medicinas, que es muy grave. La Federación Farmacéutica está solicitando ayuda internacional para recibir medicamentos a través de donaciones porque en el país no se consigue ni una aspirina. Esto también es urgente.

También se suma a la lista de problemas que deben abordarse cuanto antes, el dramático deterioro de los servicios públicos, que hay que atender comunidad por comunidad, y el desenfreno de la delincuencia, que ha llegado a todos los rincones de nuestra Venezuela. El año 2015 cerró con más de 27.000 muertes violentas en todo el país, la cifra más elevada que hemos tenido en la historia y que nos ha colocado entre los países más violentos del planeta. Entre la última semana de 2015 y la primera de 2016 se produjeron 488 muertes violentas solo en la Gran Caracas, ¿acaso no es suficiente esta terrible cifra para que el gobierno se ponga a trabajar para garantizar a los venezolanos el derecho constitucional a la vida?

No ha terminado el primer mes del año y la crisis nos está explotando de la manera más cruda, como ya se advertía en 2015, cuando muchas opiniones responsables alertaron al gobierno de Nicolás Maduro sobre la urgencia de rectificar su política económica y adoptar las medidas necesarias para frenar la crisis.

Para desgracia de nuestra Venezuela, en el clan que la gobierna también hay escasez aguda de prudencia, de responsabilidad y de sensatez. Contra toda exhortación, contra toda recomendación que se le hizo para que revisara y corrigiera el rumbo, este gobierno depredador, que botó la casa por la ventana durante los años de la bonanza petrolera, se empeña en repetir sus errores y ante cada mal resultado se inventa un enemigo, de aquí y de más allá. Rasparon la olla, no se prepararon para el escenario de un barril de petróleo a bajo precio, que se sabía que venía, y profundizaron la crisis con la venia de la anterior Asamblea Nacional.

El gobierno nacional es el único responsable de las calamidades que hoy estamos viviendo. No pueden venir con cuentos a quienes viven las historias diariamente, saltando de un lado a otro para ver qué consiguen para comer, o para comprar los medicamentos que necesita un allegado, o que ven morir a un ser querido por falta de ese medicamento, o porque el ascensor del hospital no sirve y no pudo ser llevado al quirófano.

Este gobierno nacional, que es el único responsable de lo que está viviendo nuestra Venezuela y los venezolanos, pide ahora una Decreto de Emergencia para afrontar una crisis que, por cierto, hasta hace poco no reconocían. Como tampoco reconocían que si el barril de petróleo seguía bajando el país se las iba a ver negras, afirmaban que así el barril llegara a cero, Venezuela estaba blindada.

Como siempre, las mentiras de este gobierno se caen por sí solas. Ahora quieren justificar la crisis, que ya reconocen, diciendo que es por culpa de que el barril de petróleo está bajando, asumiendo entonces que eso si es un problema, y ¿cómo no va a ser un problema si todo lo que consumimos debemos importarlo?, porque gracias a que destruyeron el aparato productivo, ahora debemos importar hasta los ingredientes del pabellón, que dejó de estar en la dieta del venezolano.

En 17 años de mal llamada revolución han gobernado 15 años con poderes especiales y hoy vivimos las consecuencias. No se puede dar más poderes a quien ha tenido todo el poder y aun así ha destruido al país.

No tienen, pues, moral para venir ahora a pedir “ayuda” a la Asamblea Nacional para que  convalide un decreto de emergencia económica que parte de premisas falsas y atribuye a terceros las responsabilidades, cuando solo ellos, exclusivamente, son los culpables de los problemas. No tienen moral alguna para atacar al parlamento, a nuestros diputados de la Unidad porque, responsablemente, le negaron la aprobación del fulano decreto, concebido para seguir con la guachafita y para burlar el control legislativo; no para enfrentar la emergencia que provocó su incapacidad sino para seguir adelante con una guerra económica que han sido ellos los que se la declararon a nuestro pueblo.

Nicolás Maduro tiene que darle la cara al país, los ministros del área económica –que se negaron a acudir a la Asamblea Nacional el pasado jueves- tienen que rendirle cuentas a los venezolanos acerca de qué hicieron con más de un billón de dólares que entraron al país por las exportaciones petroleras.

Sí, Venezuela nos está exigiendo a todos que dejemos a un lado las diferencias políticas y tener la intención y voluntad de trabajar por los intereses de la patria, pero el gobierno no puede seguir escurriendo el bulto. ¡Nuestro pueblo reclama que asuman su responsabilidad y den una señal al país de que se equivocaron y están dispuestos a rectificar y a cambiar!.

¡Dios bendiga a nuestra Venezuela!

@hcapriles

Henrique Capriles Radonski