El Gobierno colombiano alista un decreto que reglamentaría el consumo y la producción de marihuana en el país con fines exclusivamente medicinales.
El decreto de los Ministerios de Salud, Agricultura y Justicia establecería que dicha norma solo regirá para reglamentar el consumo con fines médicos y de ninguna manera es una legalización del consumo.
Reyes sostuvo que, en todo caso, esos cultivos tendrán que tener una licencia emitida por el Estado y bajo el control de las autoridades.
“No solo hay requisitos para otorgar la licencia, hay controles y seguimiento al cultivo y a la fabricación, los excedentes tienen que ser destruidos y que no se utilicen las licencias de cultivos para fines ilícitos”, dijo el ministro Reyes, en entrevista con ‘Blu Radio’.
Igualmente, el ministro señaló que hoy en Colombia todas las plantas de marihuana son ilegales y la idea es conceder licencias a operadores para que las puedan explotar.
El proyecto de decreto señala que la posesión de semillas para el cultivo, así como la explotación requiere de una autorización del Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) y que el mismo Consejo podrá ordenar la destrucción de los cultivos que no tengan la licencia respectiva.
Incluso en el documento se habla de buenas prácticas en el cultivo y en la fabricación de los productos a partir de las matas de cannabis.
Además se autoriza la exportación e importación de los productos a países en los que la reglamentación vigente también lo autorice.
La descripción del área en la que se realizará el cultivo, fotos y videos del terreno cercado, el certificado de tradición y libertad y el plan de cultivo son algunos de los requisitos que establece el documento para solicitar la licencia, que no tendrá fecha de vencimiento, pero que podrá ser retirada en cualquier momento.
El proyecto de decreto plantea además que la Policía y delegados del CNE podrán hacer visitas sorpresa a los cultivos para verificar el cumplimiento de la reglamentación.
Igualmente, establece unas medidas de seguridad consistentes en barreras alrededor de los cultivos, un solo punto de entrada al lugar, letreros de ‘prohibido el acceso a personal no autorizado’ y la instalación de cámaras de seguridad que operaran las 24 horas del día y que filmarán el área de cultivo o fabricación.
