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Detienen a dos militares por tráfico de bienes públicos en Venezuela
Ministerio Público anunció que al menos dos miembros del GNB robaban materiales de construcción y cabillas pertenecientes a la corporación del Metro de Caracas

Con información de EFE

Dos militares de Venezuela, miembros de un comando de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), fueron detenidos por su presunta responsabilidad en el «tráfico ilícito de material estratégico» del Metro de Caracas, que pertenece a la Administración pública, informó este viernes el Ministerio Público (MP/Fiscalía).

En una nota de prensa, el MP detalló que los funcionarios fueron arrestados en un depósito perteneciente a la empresa estatal de transporte subterráneo, tras la detención y confesión previa de otras cinco personas que trasladaban el «material estratégico», que explicaron que lo habían obtenido de manera ilícita en un lugar custodiado por los militares aprehendidos.

El arresto ocurrió el 11 de febrero, cuando funcionarios policiales detuvieron en una carretera nacional al grupo que transportaba «carga pesada con material ferroso (cabillas)».

El MP reveló que los militares, encargados de la seguridad de la instalación, recibieron la suma de 1.500 dólares por la venta ilegal del material que resguardaban.

Ante los hechos, los funcionarios fueron acusados de los delitos de «tráfico ilícito de material estratégico, asociación para delinquir y apropiación indebida del patrimonio público» y permanecerán recluidos en una cárcel de Miranda.

Este caso está relacionado con la detención de siete hombres y recuperación de más de 3.800 kilogramos de «material estratégico», reportada recientemente por el Ministerio de Justicia, quien no especificó que dos de los aprehendidos eran militares ni reveló la identidad de los involucrados.

La cartera de Interior informó que, además de la detención, durante el procedimiento fueron incautadas 565 cabillas, 2 vehículos, un semirremolque, un arma de fuego y 1.000 dólares en efectivo.

Fedeagro: regularán tiempo de chequeo a transporte de alimentos en alcabalas
La medida fue aprobada desde el Ministerio del Interior y Justicia para mejorar las condiciones del transporte de alimentos por las carreteras del país

 

Este miércoles, el presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Celso Fantinel, anunció que regularán el tiempo de chequeo a transporte de alimentos en alcabalas, lo que disminuirá la llamada «matraca en carretera». 

«Habrá una duración de tiempo en el caso de los alimentos perecederos que sea suficiente para determinar si retenerlo o dejarlo ir, lo que será muy fácil y sobre todo en alcabalas fijas», aseveró el presidente de Fedeagro en entrevista para Unión Radio. 

Fantinel aseguró que la medida fue aprobada desde el Ministerio del Interior y Justicia para mejorar las condiciones del transporte de alimentos por las carreteras del país. 

Celson Fantinel explicó que los documentos esenciales que los transportistas deben presentar ante los organismos de seguridad son la guía del Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI), así como la guía de movilización de la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria (Sunagro).

Probabilidad de extorsión en alcabalas es de 25% 

La probabilidad de extorsión en alcabalas alcanzó un 25% en el primer trimestre del año 2022, de acuerdo con un estudio de Transparencia Venezuela y Ecoanalítica.

Según el documento, a lo largo del territorio nacional, los cuerpos de seguridad instalaron alcabalas, las cuales tienen como propósito contribuir con la seguridad de la población.

El estudio de Transparencia Venezuela y Ecoanalítica determinó los más afectados son aquellos que transportan cualquier tipo de mercancía legal: legumbre, verduras, alimentos procesados o medicinas.

Es tanta el alza del matraqueo, que pequeños productores y grandes empresas incluyen estos montos en su estructura de costo. Esto impacta en el precio final que paga el consumidor.

*Con información de UR

Carolina Jaimes Branger Sep 13, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Venezuela en blanco y negro
Los testaferros, aguantadores y cómplices están a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Contra el cáncer del chavismo no hay quimioterapia que pueda

 

@cjaimesb

Son unos valientes quienes deciden emprender o seguir trabajando en Venezuela. Por eso los apoyo a través de mi programa de radio y mis redes. Sus vidas son una dificultad detrás de otra. Un chalequeo constante de parte de las autoridades y cuando digo autoridades me refiero a TODAS. Desde el Seniat, pasando por el Inpsasel, las notarías, los registros, el Saime… Y como si eso fuera poco, también tienen que lidiar con los cuerpos de seguridad del Estado.

La industria y el comercio viven su peor momento de nuestra historia republicana. Peor que en el siglo XIX, básicamente porque en el siglo XIX los corruptos estaban solo en la cúpula gubernamental. No es esta historia de hoy donde hay corruptos en todas partes. Y no solamente dentro del régimen. Los testaferros, aguantadores y cómplices están a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Aun cuando salgamos de Maduro y su combo y la economía refleje un repunte importante, quedará el destrozo moral de nuestra sociedad, que quién sabe cuánto tiempo tomará reconstruir, si es que se reconstruye.

Por eso admiro todavía más a nuestros emprendedores, empresarios y comerciantes honestos. Leer sobre los “negocios” de Alex Saab en Venezuela produce escalofríos.

Toda la maquinaria del Estado venezolano se puso a su servicio para acompañarlo a delinquir. La gente que ha muerto de hambre, mengua y enfermedades fueron asesinadas por él, sus cómplices y gente como él. ¡Y estos comunistas se regodean hablando de que trabajan por y para el pueblo! Llegaron, encontraron, mal administraron y se robaron un dineral que, en apariencia, no tenía dolientes: el Estado venezolano.

Pero si ya llegamos al punto de no retorno… como ese dinero no va a ser devuelto, ¿por qué tomarla en contra de quienes sí trabajan? Esta triste pregunta tiene una respuesta aún más triste: porque como los sueldos de la administración pública son de miseria, el régimen se hace el ciego ante los abusos de autoridad, cobros de peajes, chantajes, sobornos y otras especies delincuenciales que sus empleados aplican para “redondearse” el quince y el último. Y esos “redondeos” son cada vez mayores. A un amigo cercano el Inpsasel le está cobrando un “arreglo” de tres veces más de lo que produjo durante todo el año pasado.

Encima, quienes producen artesanalmente tienen como principales enemigos a los enchufados dueños de bodegones. Mientras estos últimos importan exentos de impuestos, los guerreros que siguen adelante a pesar de todo tienen que pagar no sólo impuestos, sino las matracas de la administración pública. Eso también es una violación a los derechos humanos, pero ¿a quién le importa, sino a los dolientes y sus círculos cercanos?

Y la guinda del postre es que cuando llevan su mercancía a uno de esos bodegones -productos de excelente calidad y primorosa presentación- los despachan con un “aquí solo vendemos productos importados”. Contra el cáncer del chavismo-madurismo no hay quimioterapia que pueda…

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Oct 18, 2016 | Actualizado hace 8 años
Impuesto bolivariano, por Alejandro Moreno

transportistas

 

Juan, nombre ficticio, es feriero, a saber, uno de esos andinos –llegaron los gochos, dice la gente– que arriban con su camión cargado a un lugar cualquiera de la ciudad y con otros monta su feria de verduras a precios más bajos que los del supermercado. Como buen andino, Juan es ordenado, acucioso, respetuoso y diligente. Le gusta tener todos sus asuntos en regla. Por eso cuando el guardia le para en la primera alcabala –apárcate ahí, a la derecha– y con cara de pocos amigos golpeando la voz le pide todos los papeles, va sacando parsimoniosamente y con cachaza montañesa uno tras otro sus documentos: los papeles del carro, la licencia, el certificado médico, los seguros, la guía. El guardia ya sabe que todo lo va a encontrar en regla y no tiene reparos en reconocerlo. Sin embargo, añade: “Todo está bien, pero te falta el impuesto bolivariano”. Juan, buen andino, ya está prevenido. Saca su cartera y paga el impuesto aludido. Nosotros lo llamamos vacuna, coima, matraca, burla y sarcasmo, pero nos equivocamos. Es un impuesto, y bolivariano además, porque es producido en socialismo, tiempo de bolivarianismo nominal y trapacero. Juan se tranquiliza porque sabe que ya no le van a pedir nueva erogación en ninguna de las infinitas alcabalas que tendrá que pasar en el largo y azaroso recorrido desde sus Andes nativos hasta Caracas. De alguna manera, mediante un sello, un papel que dice otra cosa o una simple llamada de celular, todos los funcionarios de ese concierto estarán informados de que ya pagó. Juan no sabe adónde irá a parar su exacción pero lo sospecha. Para él es bueno porque antes tenía que bajarse de la mula, perdón, del camión, para ir regando sus devaluados bolívares por muchas manos. Ahora, de una vez se le soluciona todo.

Digo que es un impuesto no sólo porque así lo llaman, sino porque es de contribución obligatoria cuyo incumplimiento está castigado por los representantes de una autoridad autónoma forajida con sus agentes de retención.

Lo dicho y escrito. Las megabandas de malandros, las cárceles, los colectivos, las zonas de paz, sistemas como las OLP y dele… todos hacedores de violencia, se han convertido en estados independientes dentro del Estado, generando un feudalismo de nuevo cuño. Cada uno posee su territorio, su régimen jurídico, sus fuerzas armadas, su justicia, su forma de gobierno, su sistema de impuestos, llámense estos causa, vacuna o desvergonzadamente impuesto bolivariano.

El Ejecutivo, como un rey constitucional, reina pero no gobierna.

Dios me guarde. A Él me encomiendo.

 

 

El Nacional

ciporama@gmail.com