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Laura Louza

Acceso a la Justicia: Maduro se escuda en el anticapitalismo, pero vivimos en un capitalismo salvaje
La directora Laura Louza dijo que el Consejo de DDHH  debería suspender al gobierno de Venezuela

La fundadora y directora de Acceso a la Justicia, Laura Louza, acusó este lunes a Nicolás Maduro de escudarse en el «anticapitalismo» cuando en realidad en Venezuela hay un capitalismo «salvaje y voraz», lo cuál considera hipócrita.

«Nicolás Maduro habla en contra del capitalismo, pero lo que ha pasado en Venezuela no es precisamente una política feliz. Entonces, el régimen se escuda bajo una bandera de anticapitalismo, cuando en realidad sabemos que tenemos un capitalismo salvaje y voraz, además de Estado y de un grupo de poder importante. Es toda una hipocresía», considera.

En cuanto a la ONU, Louza sugiere que deben establecerse nuevas normas o reglamentar todo lo que es el R2P, por ejemplo, el cual recuerda que es una manera de intervenir «o hacer algo en una situación como la que tenemos en Venezuela. Debería haber algo más contundente… Y cuestiones más sencillas».

«Falta mucho por reglamentar en la ONU. Por ejemplo, el Consejo de DDHH podría suspender a un Estado como Venezuela de su seno, no solo no elegirlo, porque solo deberían estar países que no violan los derechos humanos. Podría suspenderse un país pero eso no ha ocurrido», subrayó en TVV Noticias.

Maduro en la ONU

Maduro intervino en la inauguración de la 46° sesión virtual del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde afirmó, nuevamente, que las sanciones económicas han generado la crisis humanitaria que atraviesa el país e hizo mención a la visita hecha por la relatora especial, Alena Douhan.

«La imposición de más de 450 medidas coercitivas, unilaterales e ilegales han resultado en un bloqueo y una obsesiva persecución contra las capacidades del Estado para garantizar los derechos económicos y sociales», dijo.

Resaltó además la renovación del memorándum de entendimiento firmado en septiembre de 2020 con la oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

«El Estado venezolano trabajará decididamente con la oficina y el Consejo de Derechos Humanos, pero no aceptará injerencia o intervención de ningún mecanismo inquisidor que pretenda usar la causa de los derechos humanos como herramienta política para provocar un cambio de régimen en el país», exclamó.

Venezuela fue integrada al Consejo de DDHH de la ONU el mes de octubre de 2019, un hecho cuestionado debido a las reiteradas denuncias de violaciones de los derechos humanos, la cuales fueron confirmadas por la CPI en 2020.

 

 

Los que no se rinden | Acceso a la Justicia: Somos traductores del derecho en Venezuela
Aseguran que sentencias del Tribunal Supremo de Justicia vulneran los derechos humanos y la democracia
Laura Louza, directora de la ONG, dice que la mayor amenaza en la actualidad es la ralentización de los servicios públicos 

@franzambranor

Creada hace diez años como una organización con fines investigativos,  Acceso a la Justicia fue mutando paulatinamente hacia el activismo en materia de derechos humanos, especialmente en el ámbito del acceso a la justicia y el debido proceso en Venezuela.

Su fundadora y directora general, la abogado Laura Louza promueve la separación de poderes e independencia judicial, al igual que su director desde 2015, Alí Daniels Pinto.

La llegada del chavismo al poder y su posterior influencia en las instituciones han contribuido a un mayor monitoreo de la administración de la justicia en Venezuela.

Tanto Louza como Daniels han sido testigos de atropellos cometidos por el Tribunal Supremo de Justicia, que desde 2015 ha boicoteado y bloqueado a la Asamblea Nacional.

Louza confesó que aunque es cuesta arriba en un país sin estado de derecho, el norte de Acceso a la Justicia desde su fundación en 2010 continúa en pie. “Nuestro compromiso es con la defensa de la justicia, el estado de derecho, la separación de poderes, la independencia judicial, la democracia, la libertad y los derechos humanos”, dijo Louza.

 -¿Cuál era el contexto histórico al momento de aparecer Acceso a la Justicia?

Laura Louza: La situación del estado de derecho y de la justicia en Venezuela ya era muy precaria cuando apareció Acceso a la Justicia en 2010. Justamente a finales de 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó su informe “Democracia y Derechos Humanos en Venezuela”, en el que denunciaba la provisionalidad de los jueces, la ausencia de separación de poderes y la falta de independencia judicial, entre otros aspectos. 

¿Ha empeorado la administración de justicia en Venezuela desde entonces?

-LL: Así lo demuestran en la actualidad las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, las cuales carecen prácticamente de contenido jurídico alguno.

Acceso a la Justicia: Régimen usa pandemia para restringir derechos civiles y políticos

-¿A qué se dedicaban usted y Alí Daniels antes de crear esta ONG?

-LL: Yo era profesora universitaria e investigadora sobre el tema de justicia. Tenía publicaciones nacionales e internacionales en la materia. Alí era abogado en ejercicio y también profesor universitario de la Universidad Católica Andrés Bello en derechos humanos y derecho internacional humanitario. 

¿Cómo cree que es apreciado su trabajo por la opinión pública? 

-LL: Somos un observatorio del sistema de justicia y del estado de derecho en Venezuela, particularmente nos ocupamos de la independencia judicial. Hacemos también análisis de contexto institucional. Algunos seguidores en nuestras redes dicen que somos traductores del derecho en Venezuela.

 ¿Podría decirse que se han convertido en analistas de las sentencias emitidas por el TSJ?

-LL: Esas que vulneran los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia. También analizamos cualquier actuación de órganos del estado que vulneren el estado de derecho en Venezuela. Se trata de un servicio de información jurídica y de jurisprudencia al día y gratuito. Tenemos leyes y tratados internacionales de derechos humanos en nuestra página web. Igualmente hacemos investigaciones sobre aspectos relacionados con el sistema de justicia y temas de contexto institucional. En las redes sociales se da mucha información y se ofrece educación jurídica.

Acceso a la Justicia: El secuestro de la justicia, el pecado original del chavismo

¿Alguna alianza estratégica en esta década de existencia?

-LL: Con la ONG Alerta Venezuela, de la cual somos parte. Además, hacemos alianzas para trabajos específicos con otras ONG. Por ejemplo con Provea, Civilis Derechos Humanos, Movimiento Dale Letra, Observatorio Venezolano de Prisiones, Defiende Venezuela y Cepaz

¿Hacia quién va dirigido toda esa bateria jurídica en su web?

-LL: Recomendamos a estudiantes de derecho, pero también a periodistas y expertos en derechos humanos acudir a nuestra página para conocer qué pasa en Venezuela, ya que no solo hacemos análisis jurídicos sino de contexto. También recomendamos bajar nuestra App a celulares Android. Buscar en play store Acceso a la Justicia y descargarla, ocupa muy poco espacio y contiene normas clave y otras informaciones jurídicas sobre Venezuela.

Acceso a la Justicia: En el limbo las parlamentarias de 2020

¿Un caso emblemático?

-LL: El del diputado Gilber Caro y la violación a su inmunidad parlamentaria. Además de la aplicación de la justicia militar a civiles manifestantes y líderes sociales. 

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan actualmente?

-LL: Lograr estar al día con toda las decisiones que se toman desde la autoridad en materia jurídica en vista de los pocos recursos con los que se cuenta.  La mayor amenaza es el mal funcionamiento de los servicios públicos que ralentizan y dificultan el trabajo.

Acceso a la Justicia: El Sebin se erige como poder y el Ejecutivo calla

DURANTE LOS CASI VEINTE AÑOS del chavismo en Venezuela el desmantelamiento institucional ha sido progresivo. Actualmente la situación es tan precaria que el Estado además de ostentar importantes falencias en todos sus órganos, ha incurrido en actuaciones en las que el Estado de derecho no sólo no se aplica, sino que además ha sido envilecido, especialmente por el Ejecutivo, al incurrir en omisión y permitir abusos y violaciones contra los derechos humanos sin consecuencia alguna.

Los hechos ocurridos en El Helicoide, una de las sedes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), el pasado 16 de mayo, son el ejemplo idóneo para ilustrar estas desviaciones en los órganos de seguridad, inteligencia y de justicia venezolanos. Ese día, un numeroso grupo de reclusos –entre presos políticos y reos comunes– tomaron los calabozos de este organismo para exigir justicia: la mayoría es víctima de irregularidades procesales y, además, se les violan sus derechos humanos, pues se les ha sometido a condiciones de reclusión infrahumanas y son torturados.

Para esa fecha, las cifras del Foro Penal arrojaban que en el Sebin –en todas sus sedes– había 256 detenidos, de los cuales 59 presos políticos estaban en El Helicoide.

De acuerdo al relato de los propios presos y familiares, la toma del Sebin inició tras la golpiza que recibiera el dirigente estudiantil tachirense y preso político para el momento Gregory Sanabria, quien resultó afectado por una riña que surgió debido a la cohabitación de detenidos políticos con reclusos por delitos comunes.

El altercado provocó que alrededor de veinticinco presos ocuparan las instalaciones de El Helicoide, y mediante las redes sociales y videos –como los de Daniel Ceballos, Villca Fernández,  y Joshua Holt, todos presos políticos para la fecha– hicieron demandas que evidenciaron las graves violaciones cometidas por este cuerpo de inteligencia.
Ceballos informó –mediante su cuenta de Twitter– que había veinte personas con boleta de excarcelación –entre presos políticos y por delitos comunes, nueve de ellas por libertad condicional que incluían a cuatro menores de edad(fianza), así como cuarenta y seis disposiciones de traslado sin ejecutar, principalmente asociadas a disidentes políticos.

También denunció la permanencia en el Sebin de cuatro reclusos nunca presentados ante los tribunales, cuatro más en espera de examen psicosocial, cincuenta y nueve presos políticos sin juicio y traslado, y al menos tres detenidos con orden de extradición.

En todos estos casos, el Sebin actuó de espaldas al texto constitucional y las leyes, al negar el debido proceso –consagrado en el artículo 49 de la Constitución– ya que la persona que no es liberada pasa a estar recluida de manera ilegal, así como quien no es escuchado con garantías y en un plazo razonable por un tribunal independiente se le viola su derecho a la defensa.

Además, el artículo 44 de la Carta Magna establece que “la libertad personal es inviolable”, y se señala expresamente que “ninguna persona continuará en detención después de dictada orden de excarcelación por la autoridad competente, o una vez cumplida la pena impuesta” (numeral 5).

La peor cara 

En paralelo a las demandas judiciales, el motín del Sebin permitió romper el hermetismo con el que este organismo se viene escudando para actuar contrariando la ley. La opacidad es uno de los elementos clave en los abusos de esta instancia, que incluso ha impedido a los abogados interactuar con sus defendidos.

Uno de los casos que salió a la luz fue el de para esa fecha preso político Juan  Lares (veinticinco años), hijo del alcalde de Campo Elías (Mérida), Omar Lares, quien fue detenido por el Sebin en julio de 2017 ante la ausencia de su progenitor. Lares fue encarcelado sin una orden y nunca fue judicializado, por lo que el Foro Penal señala que técnicamente representó una desaparición forzada.

La protesta además se extendió a un grupo de diecinueve mujeres –otras versiones indican que treinta–, quienes ante las malas condiciones de reclusión y vicios procesales realizaron una huelga de hambre.

A las actuaciones contra el debido proceso (detenciones arbitrarias, retardo procesal, no presentación a tribunales, entre otros), también se suman las numerosas denuncias sobre robos a los detenidos, privación de agua y medicinas, alimentación precaria, y diversidad de casos de tortura y tratos vejatorios.

Carlos Nieto, director de la ONG Una Ventana a la Libertad, presentó el año pasado un estudio donde expone la peor cara del Sebin. Este defensor de derechos humanos asegura que los detenidos en este cuerpo de seguridad tienen “el riesgo de ser objeto de tratos vejatorios o crueles, y en ocasiones torturas”, como “ahogamiento con bolsa impregnada con alguna sustancia química o con un balde de agua o un paño húmedo”.

Para no dejar duda, el abogado José Vicente Haro detalla que en esas instalaciones hay “cuartos” que se usan únicamente para torturar, mientras que existen “torturadores entrenados” que usan métodos como el de las descargas eléctricas, asfixia, aplicación de insecticidas, amenaza de taladrar algún órgano del cuerpo, todo para conseguir confesiones o declaraciones que se acoplen a los deseos del régimen.

Cambio de seña

Para tratar de sortear la presión que puso el motín y los reclamos internacionales ante los evidentes abusos y violaciones constitucionales, e incluso para matizar el silencio cómplice en el que incurrieron instancias como el Ministerio Para el Servicio Penitenciario y la Defensoría del Pueblo, el Ejecutivo inició un proceso de excarcelaciones de presos políticos –la mayoría bajo libertad condicional– el 1 de junio.

Más allá de que la salida de los injustamente detenidos debe ser reconocida, es innegable que el Gobierno actuó de manera fraudulenta en estos casos. De acuerdo al registro del Foro Penal, de los setenta y nueve excarcelados, más de la mitad no era presos políticos, ya que sólo treinta y nueve lo eran.

Conocido el balance, la acción engañosa de excarcelar entre detenidos por razones políticas a colectivos y estafadores, así como las numerosas violaciones a las leyes y la Constitución ya descritas, dejan patente cómo el Poder Ejecutivo promueve la impunidad y la violación al estado de derecho en oposición a la normativa existente, ya que, por ejemplo, permite a un organismo subalterno como el Sebin, erigirse como un poder y desoír las sentencias de los tribunales para favorecer sus intereses.

Gustavo González López, quien actualmente dirige esa instancia, nunca ha comparecido ante los medios de comunicación o los familiares de personas recluidas ilegalmente, para explicar por qué las mantiene privadas de libertad de manera inconstitucional.

Es tan reiterada esta forma de actuar que en diciembre pasado el máximo tribunal ordenó al cuerpo de inteligencia informar el estatus del caso de un ciudadano detenido que no había sido liberado, aunque existía una boleta que le otorgaba su libertad, y le advirtió a González López que sería multado de no cumplir con la petición del TSJ. Pasados los meses, se desconoce el efecto de esa sentencia, pero sí se sabe que el director del Sebin sigue en su cargo.

No fue sino hasta hace unos días que se revirtieron algunas de las arbitrariedades con las excarcelaciones parciales, sin embargo, la inobservancia de las decisiones del Poder Judicial continúa, mientras que la separación de poderes, principio clave del estado de derecho y equilibrio democrático, sigue siendo vulnerado.

La fundadora y directora de Acceso a la Justicia, Laura Louza, ha sostenido que “el Poder Judicial está presionado por un órgano, que al final del día es parte del Gobierno: el Sebin”, lo que a su juicio evidencia “que aquí quien manda realmente es el Gobierno”.

Esto queda demostrado además porque ni los tribunales, ni el Ministerio Público, ni el TSJ se han pronunciado o tomado decisiones que permitan revertir la práctica ilegal del Sebin de aplicar arrestos arbitrarios e incluso desapariciones forzadas, y de no atender las decisiones judiciales, todo porque al Gobierno le conviene mantener detenido a algún dirigente político, líder comunitario o a un ciudadano.

Otra forma de sometimiento ocurrió durante la toma del Sebin. Uno de los abogados defensores de los menores que fueron liberados, Joel García, denunció que fue suspendida de su cargo la juez primero de control en responsabilidad penal del niño, niña y adolescente que acordó las boletas de excarcelación de tres de los cuatro menores recluidos.

Esto es una muestra de lo que el también director de Acceso a la Justicia, Alí Daniels, considera que es una prueba del comportamiento complaciente del Poder Judicial para con el Ejecutivo. “Ante la falta de legitimidad, se recurre a cualquier elemento para mantenerse en el poder”, denuncia.

Con información de Acceso a la Justicia 

 

¿A qué se dedica Acceso a la Justicia? ¿Cuáles son las demandas que exige la sociedad civil? ¿Por qué en Venezuela no hay Estado de derecho ? Estos y otros temas los estaremos conversando con Laura Louza, abogada y directora de Acceso a la Justicia, una organización encargada de sistematizar, monitorear y difundir información sobre la administración de justicia en Venezuela, además velan por la democracia, la libertad, los derechos humanos, el estado de derecho, la separación de poderes, y la independencia judicial en Venezuela.

“El problema no es solo que estamos en un Estado que no es de derecho, sino que no hay Estado, pues éste no da respuesta… Lo que sucedió en el Helicoide es una buena demostración de esta ausencia, sumándole a esto que no deberían haber presos políticos en una democracia”

Iniciaremos acompañados de la banda Holy Hands y el tema “Nada”, continuamos con buena música acompañados de la banda Le’ Cinema, la agrupación ganadora del Nuevas Bandas y su canción “Re’sistencia”; finalmente cerraremos junto a la banda Cardiel y el tema “GNB”. Estas son las pausas del rock planeadas por @romontesdeoca para este Humano Derecho.

En esta oportunidad contaremos con Rodolfo Montes de Oca (@romontesdeoca) como presentador, el cual le estará haciendo la suplencia a @fanzinero y @MelanioBar.  Somos el radioweb show semanal que mezcla la buena música con gente que ayuda gente. Transmitido por diferentes plataformas del país, es producido por Redes Ayuda y Provea. Más contenido en www.humanoderecho.com

El rescate del poder judicial es posible

SIN CONTROL JUDICIAL DE LOS PODERES PÚBLICOS no hay estado de Derecho y sin estado de Derecho no hay libertad ni democracia. Tal premisa cobra total vigencia si se tiene a un presidente del Tribunal Supremo de Justicia que, en lugar de hacer cumplir la Constitución, se pone a la orden de una fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente para «ejecutar» sentencias contra los opositores políticos por una supuesta traición a la patria.

«El Poder Judicial está al servicio del poder, no del ciudadano, el juez se ha convertido en el principal brazo ejecutor de la dictadura. Indicadores de esto último hay varios. Las innumerables sentencias del TSJ, especialmente de su Sala Constitucional, para anular la Asamblea Nacional. El rol de esa Sala para aumentar poderes del Ejecutivo con la aprobación de un estado de excepción continuado. La condena de ciudadanos sin que la Fiscalía les haya imputado un delito. En suma, la existencia de una justicia a la carta usada como instrumento de persecución política o de formalización de las acciones de un gobernante sin control ni límites», reseñó el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad, Cedice, con La necesaria reinstitucionalización del Poder Judicial venezolano: diagnóstico, reflexiones y propuestas, escrito por las abogadas Laura Louza y María Alejandra Correa, de la serie Un país de ciudadanos libres.

Sobre todo a partir del siglo XX, el Derecho se transforma en el instrumento esencial para limitar el poder del Estado y garantizar la libertad del ciudadano frente al ejercicio del poder, y para que ello ocurra es necesario que el juez sea independiente política y económicamente, así como imparcial.

Vale acotar que la Constitución venezolana prohíbe hacer activismo político a jueces y magistrados en su artículo 256; fue esta Carta Magna la que introdujo cambios sustanciales en la organización del Poder Judicial, dirigidos fundamentalmente a garantizar (por lo menos formalmente) su independencia y, además, mayor acceso a la justicia e igualdad para los venezolanos. La aspiración del constituyente venezolano de 1999 era la de conformar un Estado democrático donde la justicia fuera uno de sus valores fundamentales y el Poder Judicial un órgano independiente y fuerte. Pero las mejores experimentadas al principio se diluyeron en el camino hasta llegar al fondo durante lo que ha sido el gobierno de Nicolás Maduro, con un sistema de administración de justicia totalmente subordinado a los intereses del Ejecutivo. El Poder Judicial es hoy más dependiente que nunca.

Impostergable

El rescate de la justicia en nuestro país es apremiante, por lo que Acceso a la Justicia junto con Cedice formuló una serie de propuestas dirigidas a la transformación del poder judicial venezolano.

En principio, es impostergable una reforma de la Ley Orgánica del TSJ a los fines de adecuarla a las normas constitucionales. En dicho texto legal, la Dirección Ejecutiva de la Magistratura debe ser concebida como un organismo técnico, profesional, con suficiente autonomía para adoptar decisiones administrativas, sin injerencia de los magistrados que deben ocuparse de lo jurisdiccional exclusivamente.

De igual forma, debe regularse la integración del Comité de Postulaciones Judiciales. La reforma legislativa tiene que contemplar su conformación exclusivamente por miembros de la sociedad civil. Debe ser el órgano encargado de realizar la convocatoria en los casos de faltas absolutas de los magistrados del TSJ, la evaluación de las candidaturas y su primera preselección y presentación al Poder Ciudadano para la posterior designación por parte de la Asamblea Nacional.

Respecto de los jueces de instancia, conforme a lo dispuesto en el artículo 255 constitucional, el ingreso a la carrera judicial y su ascenso deben hacerse por concursos de oposición públicos. El mecanismo de concursos garantiza la idoneidad y excelencia de los jueces. Actualmente la mayoría de estos son provisorios (no titulares): 73% para 2016 según la página web del TSJ. Otro elemento importante es la evaluación continua del desempeño de los jueces, que debe estar dirigida a garantizar la eficiencia judicial y la celeridad de los procesos.

Asimismo, debe reformarse la Ley del Sistema de Justicia que crea la Comisión Nacional del Sistema de Justicia, controlada por el Poder Ejecutivo, ya que tiene en ella tres representantes directos con competencias amplias para formular, hacer seguimiento y ejecutar las políticas judiciales, supervisar la gestión del TSJ y revisar y aprobar su presupuesto. Esta ley convierte a los consejos comunales en órganos asesores de la Comisión (controlados también por el Poder Ejecutivo) y los hace intervenir de forma obligatoria en todos los procesos administrativos del alto Tribunal, incluso en aquellos que implican el nombramiento de jueces y personal.

Por otro lado, una de las barreras más importantes para el acceso ciudadano a la justicia es la de los costos de abogados y tribunales, pues aun cuando la justicia sea gratuita según la Constitución, en la realidad no es así. Venezuela es uno de los países con la justicia más cara en el mundo. Por ello, hay que crear servicios de asesoría y orientación jurídica gratuita en todas las instancias del Estado donde ello sea posible.

Otra forma de garantizar el acceso efectivo a la justicia es a través de la justicia de paz, la cual debe ser organizada legalmente como una forma de descentralización judicial, que el artículo 269 de la Constitución promueve, y mantenerla vinculada a la estructura municipal del Poder Público.

Por último, es fundamental capacitar a jueces, magistrados y funcionarios judiciales en la importancia de su rol para que una sociedad funcione, hay que darles herramientas para comprender la sociedad con una formación adecuada. Es igualmente necesario crear una cultura cívica generalizada de conocimiento de las instituciones y del derecho para que el ciudadano exija al funcionario y este actúe y cumpla. Además, se deben crear mecanismos de rendición de cuentas de índole privada y pública que obliguen al Poder Judicial y demás órganos del sistema de justicia a cumplir su rol y a brindar un servicio de calidad.

Con información de Acceso a la Justicia 

José Ignacio Hernández: Sala Constitucional solo debería anular leyes, no más que eso

JOSÉ IGNACIO HERNÁNDEZ, ABOGADO CONSTITUCIONALISTA y profesor universitario, aseguró en el foro «Una mirada al futuro: ¿Cómo debe ser el poder judicial venezolano?» que la Sala Constitucional del TSJ «sólo debería anular leyes, no más que eso».

El encuentro, donde además se dio cita Laura Louza, directora de Acceso a la Justicia, fue organizado por la ONG de derechos humanos, Proiuris y se llevó a cabo este jueves en La Castellana.

«Sin independencia judicial no habrá estado de derecho, la Sala Constitucional se ha convertido en el secreto mejor guardado del gobierno de Nicolas Maduro».

«O se cambia a la Sala Constitucional o la Sala Constitucional cambia, cosa que veo poco probable. Porque mientras la sala esté allí con ese cúmulo de poderes y asumiendo decisiones políticas, con un barniz cada vez más débil y precario de legalidad, será imposible un cambio en la administración de justicia en Venezuela, siempre será dependiente». sentenció el jurista.

Hernández dijo que la Sala Constitucional del TSJ ha cerrado todas las vías institucionales y pacíficas para dirimir la conflictividad en Venezuela y «eso podría generar una implosión en cualquier momento».

Por su parte, Louza presentó su ponencia «Diagnóstico del TSJ y del poder judicial actual» donde se refirió a la posible instauración de una justicia transicional en Venezuela.»La justicia transicional implica condenar culpables e indemnización de víctimas. Tenemos que hacer justicia para poder perdonar».

Louza además insistió en que un grave problema que tenemos como sociedad es que desde el gobierno se “fundó una dinámica de irrespeto al otro que tardará mucho tiempo en revertirse. Vamos a necesitar tal vez un tribunal internacional en una transición política y social que restablezca el ejercicio de la justicia en el país».

Sobre la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, ambos ponentes coincidieron en que podría significar un quiebre institucional sin precedentes. Según Hernández sería «la consolidación de una tiranía del siglo XXI» y, para Louza, «el fin de la República».

El evento estuvo moderado por el periodista, Luis Carlos Díaz.